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Revista Costarricense de Cardiología

Print version ISSN 1409-4142

Rev. costarric. cardiol vol.4 n.3 San José Dec. 2002

 

CASO CLINICO
 
Síndrome de Cimitarra: a propósito de dos casos recientes
 
 
Alejandra Flores Badilla*,   Dr. Alcibey Alvarado González**,    Dr. Carlos Mas Romero***
 
 

El síndrome de cimitarra es una malformación congénita inusual que consiste en un drenaje anómalo total o parcial de las venas pulmonares derechas a la vena cava inferior, aurícula derecha o venas suprahepáticas que con frecuencia se asocia a hipopiasia del pulmón derecho y de la arteria pulmonar derecha (1). También se han descrito anormalidades bronquiales, dextrocardia e irrigación arterial anómala de la aorta hacia el pulmón derecho (secuestro pulmonar) (2,3). En algunos casos esporádicos se encuentra un doble drenaje de las venas pulmonares con una vena cimitarra a la vena cava inferior y otra que conecta con la aurícula izquierda (4).

La malformación fue descrita por primera vez en 1836 por Cooper y Chassinat (3), sin embargo, el signo de la cimitarra fue descrito por Halasz y col. en 1956 (2). Ellos describieron la vena pulmonar anómala mostrando un curso vertical hacia el ángulo cardiofrénico, paralelo al borde de la aurícula derecha, que adquiere la forma de una cimitarra (tipo de espada turca). En la mayoría de los casos es ésta imagen radiológica la que hace sospechar el diagnóstico.

En esta publicación presentamos dos casos de diagnóstico y tratamiento reciente con esta interesante entidad. La presentación clínica fue diferente en ambos casos y el diagnóstico también se hizo de distinta manera.
 
 
Reporte de casos

Caso 1:

Se trata de un niño de 6 años de edad, vecino de Puntarenas, conocido asmático, referido al Servicio de Cardiología del Hospital Nacional de Niños por una radiografía sugestiva de dextrocardia. La historia sólo reveló crisis típicas ocasionales de asma. Al examen físico era un niño eutrófíco con un soplo sistólico eyectivo grado 2/6 mejor audible en el foco pulmonar. La radiografía del tórax mostraba dextrocardia, hipoplasia del pulmón derecho y el signo de la cimitarra (Fig. 1). La sospecha clínica se fortaleció cuando en el ecocardiograma se encontraron las cavidades derechas ligeramente dilatadas y no se logró demostrar el drenaje de las venas pulmonares derechas a la aurícula izquierda. Se decidió realizar un cateterismo cardíaco que evidenció una vena cimitarra que drenaba toda la circulación venosa del pulmón derecho a la vena cava inferior. No había irrigación arterial anormal entre la aorta y el pulmón derecho (secuestro pulmonar). El cortocircuito de izquierda a derecha medido fue de 1.6 a 1. Se realizó cirugía para anastomosar la confluencia de las venas pulmonares derechas con la aurícula izquierda. El paciente se extubó el mismo día de la cirugía y su recuperación fue satisfactoria egresándose del hospital al quinto día postoperatorio. En la última cita a la consulta externa, el niño se encontró asintomático y el ecocardiograma mostró una boca anastomótica amplia.


 


Caso 2

Una adolescente de 17 años se presentó a la consulta externa del Servicio de Neumología del Hospital San Juan de Dios con historia de dos meses de dolor tipo pleurítico no asociado a esfuerzos, que alivia con los cambios de posición. Además sufría de lipotimias ocasionales. Al exámen físico presentó signos vitales normales y el exámen cardiovascular fue normal. La radiografía del tórax mostró la vascularidad pulmonar ligeramente aumentada y la presencia de la vena cimitarra descrita como una radio-opacidad que iniciaba aproximadamente a nivel del lóbulo medio derecho con orientación vertical al lado de la silueta cardíaca y terminaba a nivel del ángulo cardiofrénico derecho compatible con una estructura vascular. No había clara evidencia de hipoplasia pulmonar derecha e impresionaba el corazón en mesocardia (Fig. 2). Se le realizó un ecocardiograma transtorácico que no mostró anormalidades estructurales ni funcionales. El electrocardiograma fue reportado como normal. Un TAC de tórax con medio de contraste mostró un gran vaso que se originaba en el pulmón derecho y corría caudalmente (Fig. 3). En este momento se sospechó el diagnóstico de síndrome de cimitarra y se procedió a realizar un cateterismo cardíaco que confirmó el diagnóstico de drenaje venoso anómalo total del pulmón derecho a la vena cava inferior (Fig. 4). El cortocircuito de izquierda a derecha era de 1.7:1. No tenía secuestro pulmonar y la presión pulmonar se encontró ligeramente aumentada (sistólica de 47 mmhg). Se practicó cirugía correctivo sin complicaciones. En su última cita la paciente se encontraba asintomática evolucionando satisfactoriamente.




 

 

Discusión

El síndrome de Cimitarra se presenta o puede dividirse en tres formas (5):

1. La forma infantil (diagnosticada durante el primer año)

2. La forma "adulta" (diagnosticada después del primer año)

3. La forma asociada a múltiples anomalías cardíacas.
 

La forma infantil se presenta en menores de un año con sintomatología severa que implica admisión temprana en un centro hospitalario y mayor morbi-mortalidad; estos pacientes suelen tener falla para progresar, disnea, cianosis e incluso pueden llegar a presentar insuficiencia cardíaca y fallo respiratorio (5); estos pacientes cursan con hipertensión pulmonar severa y su pronóstico es pobre (6). Los síntomas son provocados por la hipertensión pulmonar persistente. El pronóstico va a depender de cinco factores fundamentales: (a) anomalías cardiovasculares asociadas, (b) el grado del cortocircuito entre las venas pulmonares derechas y la vena cava inferior, (c) reducción de la vasculatura pulmonar efectiva, (d) estenosis de la vena cimitarra al entrar en la vena cava inferior, y (e) el cortocircuito entre arterias anormales entre la aorta y las venas pulmonares. En estos pacientes el único tratamiento es quirúrgico sin embargo el riesgo quirúrgico es alto y se ha encontrado que la obstrucción de las venas pulmonares después de la cirugía prevalece en este grupo; en caso de arterias aberrantes se prefiere ligarlas o embolizarlas antes de realizar lobectomía (5).

La forma adulta sin hipertensión pulmonar es diagnosticada usualmente durante la adolescencia y los pacientes consultan por síntomas como fatiga, neumonía o infecciones de vías respiratorias recurrentes, disnea leve con el ejercicio, taquicardia supraventricular paroxístico, entre otros (7-8). Durante el estudio diagnóstico, la radiografía de tórax se convierte en un arma muy útil, usualmente por hallazgos como la dextrocardia (9); en un menor porcentaje está presente la hipoplasia de pulmón derecho y a pesar de que el signo de cimitarra puede estar presente en gran número de estudios radiológicos esta imagen suele pasar desapercibida. Si el paciente está asintomático y los estudios hemodinámicos demuestran que no hay hipertensión arterias pulmonar y que el cortocircuito de izquierda a derecha no es significativo (Qp/Qs < 1.4:1), puede tener una vida normal sin necesidad de una reparación quirúrgica de la anomalia (6). En estos casos el beneficio de la cirugía es dudoso. La corrección quirúrgica se aplica principalmente a los pacientes con cortocircuito importante o con peligro inminente de avanzar a hipertensión pulmonar (8,10) aunque el flujo sanguíneo al pulmón derecho rara vez se normaliza.

La forma asociada a múltiples anomalías cardíacas y extracardiacas se presenta usualmente en los primeros meses de vida, frecuentemente presenta malformaciones cardíacas como comunicación interatrial (que es la más común), comunicación interventricular, persistencia del conducto arterioso, coartación de aorta y tetralogía de Fallot (10,11). A los pacientes pequeños sintomáticos se les encuentra datos de hipertensión pulmonar en el ecocardiograma y en el cateterismo cardíaco. El tratamiento debe ser agresivo embolizando las colaterales sistémico-pulmonares y ofreciéndoles cirugía temprana, ya sea, reparación completa o neumonectomía. Algunos pacientes terminan irremediablemente con un transplante pulmonar por hipertensión pulmonar persistente o estenosis de la anastomosis (12). El flujo sanguíneo pulmonar medido por gamagrafía de perfusión demuestra que después de corregir este problema, el flujo al pulmón derecho, en la mayoría de los casos, sigue reducido (promedio 24%) (13). En los dos casos que presentamos no había otras malformaciones estructurales cardíacas.

El síndrome de cimitarra es poco común, sus manifestaciones pueden ser variadas y poco específicas. En el caso 1 el diagnóstico fue incidental. El signo pivote fue la dextrocardia y al realizar un estudio minucioso de la radiografía y los estudios complementarios, se llegó al diagnóstico. En el caso 2 la primera sospecha diagnóstico fue al realizar la tomografía axial computarizada con medio de contraste, que con los hallazgos de la radiografía del tórax, puso el diagnóstico de síndrome de cimitarra como primera opción.

La presencia de dextrocardia e hipoplasia pulmonar derecha en la radiografía PA del tórax nos debe hacer sospechar el diagnóstico de síndrome de cimitarra, además no se debe pasar desapercibido el hallazgo radiológico de la vena cimitarra. El tratamiento quirúrgico se reserva para los casos hemodinámicamente significativos.
 


Referencias

1- Topol EJ, ed. Textbook of Cardiovascular Medicine, Philadeiphia, PA: Lippincott Williams & Wilkins, 2002: 1050.         [ Links ]

2- Halasz NA, Halloran KH, Liebow AA. Bronchial and arterial anomalies with drainage of the right lung into the inferior vena cava. Circulation 1956;14:826-46.         [ Links ]

3- Gilkenson et al. Case report : Scimitar syndrome. AJR Am J Roentgenol 1997, 169:270.         [ Links ]

4- Mas C, Goh TH, Wilkinson Jl. New interventional therapeutic approach for dual drainage of the scimitar vein. Cathet Cardiovasc lntervent 2000;51:192-5.         [ Links ]

5- Depuis C, Charaf L, Breviére et al. "infantile" form of the Scimitar Syndrome with pulmonary hypertension. Am J Card 1993;71:1326-1330.         [ Links ]

6- Kivelitz DE, Scheer I, Taupitz M. Scimitar syndrome : Diagnosis with MR angiography. AJR Am J Roentgenol 1999; 1 72 (6):1700.         [ Links ]

7- Freedom RM, Mawson JB, Yoo SJ, Benson LN eds. Congenital Heart Disease: Textbook of Angiocardiography , Futura Publishing Company, Estados Unidos de América , 1997, vol 2, pp 686- 688.         [ Links ]

8- Depuis C, Charaf L, Breviére et al. The "aduit" form of Scimitar Syndrome. Am J Card 1992;70:502-507.         [ Links ]

9- Cirillo Robert L. The Scimitar Sign. Radiology 1998, 206:623-624.         [ Links ]

10- Mo Christopher B. Scimitar syndrome. J Emerg Med 2001, 21(3):279-281         [ Links ]

11- MC Loud C. T. Thoracic radiology: Congenital abnormalities of the thorax, Mosby, Saint Louis, 1998,pp 87-89.         [ Links ]

12- Huddleston CB, Exil V, Canter CE et al. Scimitar syndrome presenting in infancy. Ann Thorac Surg 1999;67: 154-159.         [ Links ]

13- Najm HK, Williams WG, Coles JG, et al. Scimitar syndrome: twenty years' experience and results of repair. J Thorac Cardiovasc Surg 1996; 112:1161-8.         [ Links ]
 
 

*   Estudiante de Medicina, quinto año, Universidad de Costa Rica.
**  Asistente Servicio de Neumología, Hospital Son Juan de Dios.
*** Asistente Servicio de Cardiología, Hospital Nacional de Niños.

Correspondencia a: Dr. Carlos Mas Romero
Apdo. 12795- 1000 San José
Correo electrónico: drmas@doctor.com

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