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Revistas de Ciencias Administrativas y Financieras de la Seguridad Social

Print version ISSN 1409-1259

Rev. cienc. adm. financ. segur. soc vol.9 n.1 San José Jun. 2001

 

Internet: Promesas y realidades
 

MSc. Sergio Solano Rojas *


Resumen

Se aborda la evolución de Internet, en el contexto de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (NTICS), así como las implicaciones de estos desarrollos en los ámbitos social, económico, cultural y para la salud física y mental de los usuarios. Se discute la creciente dificultad para acceder a informaciones valiosas y veraces por medio de Internet. Se exploran igualmente las implicaciones de la llamada "división digital", una nueva brecha que crece aceleradamente entre ricos y pobres, y se plantea la disyuntiva que sugiere la persistencia y mantenimiento de tales condiciones.
 

¿Qué pasó con las superautopistas?

Para introducir el tema, parece conveniente citar un artículo en el que su autor1 hace referencia al abismo existente entre discurso y realidad en relación con las posibilidades y "velocidades" de acceso a Internet, usando el término de "ciber-ingenuos" para referirse a "los que creen ciegamente en la nueva metáfora de la autopista de la información, cuando, tal como están las cosas actualmente en materia de telecomunicaciones, la metáfora que mejor les cuadra es la de "ferrocarriles decimonónicos", en lugar de autopistas". Este criterio se refuerza con un estudio reciente que llega la conclusión de que -con respecto al acceso a Internet- algunas personas admiten que consumen entre 30 y 60 minutos al día gracias a tecnologías lentas y poco fiables2.

Las dificultades crecen diariamente, algo obvio si se considera el explosivo crecimiento de Internet; diferentes estudios estiman el crecimiento impresionante de la Red, a razón de 7 millones (7.000.000) de páginas Web diarias, algo realmente inimaginable. Así, por ejemplo, los cerca de 2.000 millones (2.000.000.000) de páginas Web públicamente accesibles en Internet a mediados del 2000, se habían duplicado para inicios del 20013. (Puede observarse el conteo de páginas web en línea en la dirección de Cyveillance: www.cyveillance.com)

Difícilmente puede pensarse y esperarse que esta tendencia pueda detenerse, especialmente cuando los países industrializados presionan por el uso masivo e intensivo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, mientras sus diferentes aplicaciones se convierten cada vez en mayor medida, en uno de los principales ejes de su crecimiento. Algunos datos que muestran su desarrollo y uso acelerado se indican más adelante.

Esta sobre abundancia de todo tipo de informaciones -que integran ahora los llamados documentos multimediales o más corrientemente "multimedia"-, debe ser una razón de peso suficiente para cuestionarse seriamente la viabilidad de las opciones que brinda Internet: tratar de alcanzar y obtener para luego evaluar, cientos o miles de sitios y páginas Web, procedentes tanto de bibliotecas, centros de documentación, centros especializados, organizaciones de todo tipo, así como de individuos de todo el mundo. Con seguridad, si los documentos provienen de dependencias dedicadas al campo documental e informativo, algunas de sus bases de datos contendrán centenas o millares de documentos, dificultándose también las posibilidades de acceso de acuerdo con los procedimientos particulares de registro, acceso y consulta que cada sitio presenta.

Ante esta situación, cabe preguntarse si una buena mejor opción puede ser participar de la variada oferta que pone en nuestra cuenta de correo electrónico, regularmente, el resultado de las comunicaciones intercambiadas en una red o lista de correos particular. O bien como suscriptor de los múltiples servicios especializados de noticias, -con la duda de cuál escoger- donde cada uno ofrece con un número típico de 10 y hasta 50 notas, que mencionan y remiten forzosamente a otros "links" o direcciones de Internet, las que, en un encadenamiento sin visos de solución, refieren siempre a otras informaciones, sitios y páginas web que pueden resultar igualmente interesantes... mientras el tiempo corre.

No sin razón los estudiosos de la sociedad de la información consideran que el botón o "icono" más utilizado por los cibernautas es el de "back" o "atrás", que lleva de vuelta al sitio donde inició tan desconcertante viaje por el ciberespacio infinito.

Mayor obstáculo implicaría la posibilidad de participar en tele conferencias, o bien, suscripciones a foros y listas de correo o de discusión, que tendrán una amplia cantidad de boletines e informaciones acumuladas al momento de la suscripción, lo que las convertirá realmente en inalcanzables.

De todo este panorama cabe preguntarse si es más bien la coyuntura social y tecnológica la que se propone la justificación de tales opciones, por el solo hecho de que presentan un componente "electrónico/digital" que ofrece un acceso supuestamente expedito, dinámico e irrestricto tanto en el tiempo como en el espacio, gracias a las prestaciones de Internet.
 

Actualización versus enajenación

Resulta en extremo difícil -por no decir totalmente inviable y hasta insano- intentar valorar positivamente la posibilidad de exponerse a tan abrumadora cantidad de información; si fuera así, ¿Cuánto le tomará al navegante de la red aproximarse al punto de enajenación y colapso total?; ¿Qué efectos perjudiciales ha producido y acumulará para el futuro esta actividad incremental, sedentaria, adictiva, anti ergonómica y voraz devoradora de tiempo, sobre la fisiología, el comportamiento y la naturaleza humana en general y en particular sobre nuestro rendimiento en el trabajo, el estudio y especialmente en nuestra vida social?; ¿Sucumbirá la sociedad bajo la carga de ansiedad y estrés producidos por su incapacidad humana, física, emocional e intelectual de ubicar, alcanzar y digerir por lo menos una pequeña porción de este universo informativo?.

Un asomo al iceberg a la cima de esta problemática lo brinda un estudio ya citado4, en el que se afirma que una de cada diez personas entrevistadas, piensan que un problema con la computadora es una de las peores cosas que le puede pasar. Ocho de cada diez personas aparecidas en el estudio piensan que el tener un problema grave en el PC es más estresante que tener problemas con la pareja.

No son pocos los autores que plantean que de seguir por este camino, tal vez el hombre termine convirtiéndose, en el transcurso del siglo que justo acaba de iniciar, en un ser apático y retraído, posibilitado solamente para el establecimiento de relaciones, -incluso afectuosas y hasta sexuales- únicamente bajo el etéreo marco del mundo virtual; convirtiéndose entonces en un ser que invierte tanto tiempo en buscar y tratar de atesorar información, que carecerá de tiempo para comprenderla, sintetizarla y asimilarla y menos aún para poder compartirla con otros.

Una cuestión quizá aún más seria y que requeriría de un estudio y un planteamiento aparte, lo constituye el tiempo y energía necesarios para mantenerse actualizados en el manejo de las diferentes tecnologías que posibilitan el acceso a la red (hardware y software) cuyo mejoramiento, sustitución e introducción comercial ocurren en forma igualmente acelerada.

Entre los argumentos en favor de evidenciar la dificultad de manejo y asimilación de tanta información, puede considerarse hechos tales como los conocidos por los psicólogos en el sentido de que la cantidad de información que puede absorber un ser humano es limitada; así por ejemplo de acuerdo con Novak5, (uno de los proponentes de los "mapas conceptuales", desarrollados en consonancia con la teoría cognoscitiva del aprendizaje de David Ausubel) la memoria de trabajo puede procesar solamente un número relativamente pequeño de unidades psicológicas, (de 5 a 9) en una determinada unidad de tiempo. Lo que significa que la interrelación entre dos o tres conceptos se acerca al límite de la capacidad de procesamiento de la memoria de trabajo. Por lo tanto, de acuerdo con este autor, la operación de estructurar grandes cuerpos de conocimiento requiere de una secuencia ordenada de interacciones entre la memoria de trabajo y la memoria de largo plazo, algo que, ante tal cantidad de información, resultará humanamente inalcanzable.

Como es sabido, los teóricos también proponen diferentes mecanismos de almacenamiento para la memoria a corto y a largo plazo, y estiman que si lo aprendido no pasa de la primera a la segunda, existe la posibilidad de olvidar esa información6, algo de sobra conocido por quienes están en contacto con los procesos de educación y formación.

Esta breve exposición puede servir como punto de referencia para suscitar una seria reflexión en cuanto a las realidades a que enfrenta el ser humano la existencia de la galaxia virtual en continua expansión: la innegable certeza de que contrario a lo que podría ser uno de los tres deseos a pedir al genio de la lámpara, el tiempo en vez de dilatarse, se escapa cada día de entre las manos y se vuelve de los recursos más escasos y apreciados. La realidad es que la producción y disponibilidad de información y conocimientos crecen y se expanden con características exponenciales, especialmente dentro del hiperespacio virtual de la Red, mientras que las capacidades de asimilación, gestión e incorporación cognoscitiva e intelectiva, permanecen inalteradas, por lo que puede decirse que decrecen en relación proporcional.

Es por eso posible compartir la opinión de otro autor7 que sostiene que la información por la información no tiene sentido, sino que la información es útil si reúne características como las siguientes:

  • cuando satisface una necesidad de información,
  • cuando es relevante,
  • cuando ha sido procesada con algún fin,
  • cuando no supera el punto de inutilidad, que se supera, cuando se tiene tanta información, que no se dispone de tiempo para leerla.
Actualmente la dudosa posibilidad de acceder fácilmente a información valiosa y realmente relevante vía Internet, constituye otro aspecto controversial, ya que no resulta fácil, de buenas a primeras, valorar realmente la exactitud o confiabilidad de la información que aparece en la Red, por no depender esta de una empresa, organización o individuo en particular, careciendo de medios de verificación y control sobre la información que todo tipo de personas, organizaciones y grupos de toda índole ponen en sus páginas.

Un argumento en este sentido lo brinda por ejemplo un artículo8 aparecido en la Red con el título de "El 85% de los artículos científicos online son poco rigurosos", en este, de acuerdo con estudios de la fundación Kovacs (www.kovacs.org), que desarrolla actividades en el área de la salud, se sostiene que "cada año 35.000 revistas médicas publican 5 millones de artículos en la red de los que solo el 15% son fiables". Esa fundación considera que de los más de 17.000 webs de salud existentes en la red al momento del estudio, "solo 200 se ajustan a criterios de fiabilidad."

Una amplia gama de consideraciones prácticas y éticas pueden igualmente incorporarse a la discusión con respecto a los sitios pornográficos, xenofóbicos y de pederastas cuya existencia es imposible ignorar, máxime cuando se estima que una proporción realmente importante del tráfico de Internet circula hacia tales páginas.

Retomando el tema del exceso y el acceso a la información, no puede ignorarse el axioma que sostienen los documentalistas: la información procesada documentalmente resulta vital, pero la información en bruto, no tratada, puede tener consecuencias nefastas especialmente para las organizaciones. Es por eso que el procesamiento y disponibilidad oportuna de la información resultan hoy día una justificada necesidad en muchos campos.
 

Despertar al siglo XXI

Lo que ofrece y propone el siglo que apenas empieza en términos de disponibilidad de información y su acceso por medio de la Red, es una gama de posibilidades fantásticas e insólitas desde el punto de vista tecnológico, que resultan sencillamente abrumadoras desde el punto de vista de las capacidades humanas, así como por las dificultades actuales para el acceso y la utilización eficiente de tan abundante información. La propuesta de Internet2 (I2), en proceso de implementación incluso en algunos países latinoamericanos, plantea accesos y descargas de documentos de varias decenas a centenas de veces más rápido de lo que se hace actualmente: de un mínimo de 30 o 34 MB (Megabytes: millones de bytes) por segundo, a velocidades de transferencia actualmente inimaginables de hasta 1000 MB por segundo9, así las cosas, cabe esperar que tales velocidades propicien un mayor crecimiento en la industria de producción de páginas y sitios web, a pesar de las intenciones primordialmente académicas y científicas de tal Red, si bien la iniciativa nació ya apoyada generosamente por una número importante de empresas del sector privado, por ejemplo: Cisco Systems, Nortel Networks, 3Com. At&T, IBM, Microsoft, Sprint, MCI, entre otras10.

Ante estas perspectivas no se necesita ser chamán, informático, psicólogo, psiquiatra o futurólogo para vislumbrar las implicaciones de la posible exposición a semejante incremento en la disposición de información.

Significa, primero, reducir radicalmente la posibilidad de obtener la información que se busca -la gema entre la paja-, o bien, desde otro punto de vista, incrementar la posibilidad de encontrar más informaciones inútiles, ineficaces, reiterativas o superfluas, a menos que se dedique un tiempo cada vez mayor a esta tarea y; segundo, disponer para cada una de las informaciones, fracciones de tiempo cada vez menores, con la consecuencia general de poder abarcar y comprender cada vez menos de todo.

De acuerdo con una publicación de la Organización internacional del Trabajo, "En relación con las nuevas tecnologías se plantea una cuestión importante: un nuevo riesgo que amenaza la salud llamado estrés o, de manera más específica, «tecnoestrés»... La introducción masiva de ordenadores en el trabajo de oficina ... ha creado una relativamente nueva causa de enfermedad y discapacidad, las lesiones por esfuerzo repetitivo. ... Pickshaus opina que la tecnología digital acelera la conversión de los cuadros de estrés o tensión en factores psicomentales o psicosociales."11

Como dice Salinas12, quizá haya llegado la hora de darse cuenta que no es posible estar al día con los procedimientos actuales... gran parte de la creación humana resultará inaccesible por superabundancia..., lo que sostiene apoyándose en autores como Bush13, quien afirma que "El conjunto de la experiencia humana está creciendo a un ritmo prodigioso, pero los medios que se emplean para desplazarse por este laberinto hasta llegar al punto importante del momento, son los mismos que se utilizaban en los tiempos de las carabelas". Otros autores sostienen que por ejemplo los libros se multiplican a un ritmo mucho mayor que la población, y en una proporción geométrica en relación con la parte de la población que es asidua de la lectura; la humanidad publica un libro cada medio minuto14.
 

"Browsers", Buscadores o motores de búsqueda

Los índices o "diccionarios" de páginas web son las herramientas que permiten la información dispuesta en la Red, y el trabajo de los llamados "browsers", buscadores o motores de búsqueda consiste, además de mostrar estos índices, en mantener actualizadas sus bases de datos de índices de páginas web, incorporando la creciente producción en la forma más rápida posible, pero con un crecimiento de más de 80 páginas por segundo, (de acuerdo con un dato de Cyveillance) -casi 290.000 por hora-, se comprenderá que a pesar de las más eficaces herramientas y las más sofisticadas tecnologías, tales procesos resultarán lentos e insuficientes para tan abrumadora cantidad de información.

De igual manera, en la Red es posible encontrar al menos unos 1500 motores de búsqueda y cada uno de ellos funciona en forma independiente sobre su propia base de datos15, existiendo diferentes tipos y clasificaciones, todos tratando de resolver la creciente dificultad de localizar la información correcta o adecuada a las necesidades de millones de usuarios diversos.

Es por eso que el ciberespacio, los hipertextos y la documentación multimedial basadas en las "autopistas de la información", del Siglo XXI, toma al "hombre moderno" desprevenido, azorado, enfrentándolo a una realidad y abanico de posibilidades ante las que caben profundas reflexiones de orden humanístico y práctico. La más inmediata, por preocupante, se refiere al dilema de cómo localizar un artículo valioso entre decenas, centenas o millares de trabajos intrascendentes, reiterativos o incluso distorsionados.

Ante estas realidades de extraño orden virtual, para viabilizar el disfrute de las facilidades que propone la Red resultan inevitables algunas condiciones, tales como las que ya han planteado diversos autores, así por ejemplo algunos16 estiman que para que existan auténticas autopistas de información y para que la navegación por el ciberespacio no resulte ser tan lenta y caótica, no sólo son necesarias redes de banda ancha, como la Internet2, deben concebirse y desarrollarse mejores sistemas de representación del conocimiento y dispositivos con mejores programas e interfases que permitan alcanzar la información orientada a la solución de problemas del usuario y a la adquisición del conocimiento con rapidez, facilidad y con una orientación a la búsqueda, localización y reconocimiento, de las necesidades, para obtener respuestas relevantes.

Resulta imprescindible contar con sistemas de recuperación de información más intuitivos y flexibles, que utilicen más los recursos multimedia y la inmensa velocidad de los cada vez más nuevos procesadores con que la industria tan eficientemente provee a la sociedad de la información, sistemas que deberán ser capaces de analizar documentos, extraer sus propiedades semánticas y ordenarlos por riguroso orden de pertinencia. O como lo hacen los nuevos tipos de motores de búsqueda, que muestran los resultados de las páginas web más populares del ciberespacio, actuando en diez idiomas, como por ejemplo Google; o bien los metabuscadores, que ofrecen resultados compilados en una sola búsqueda, por ejemplo: Dogpile.com, Metacrawlwer.com, Proseek.net e Infind.com, entre muchos otros, o bien los "anillos web", que funcionan como una especie de consorcio de páginas web agrupadas por temas comunes, como por ejemplo www.webring.com.17

Si bien es sabido que al menos los servicios de inteligencia y seguridad de varios gobiernos -con seguridad el norteamericano y los de otras superpotencias- disponen de súper programas y equipos cuyas capacidades de gestión de información crítica apenas se sospechan, públicamente no parece disponerse aún de programas capaces de tomar las necesidades de información, explorar la Red y entregar solo la información estrictamente relevante, sin superar su punto de inutilidad, ya sea ésta un texto, una imagen, un sonido o una combinación de estos.

A la par de la disponibilidad de tales sistemas, se hace igualmente necesario concertar en torno a la difusión de una nueva cultura informativa que ayude a promover la integración armónica de estos recursos a los diferentes niveles de la sociedad, con el claro propósito de evitar que se produzcan mayores disfunciones sociales y nuevos marginados.
 

La brecha digital

En relación con las distorsiones que ocasiona la existencia de desiguales posibilidades de acceso a la Red y sus tecnologías asociadas, surge la llamada "división digital"18, que se refiere básicamente a la nueva problemática causada por las disparidades entre los países que han logrado avanzar en el desarrollo y acceso a las redes de comunicación digital y los que no, lo que constituye una limitación más para el logro de un desarrollo armónico mundial. Para tener una idea de cuál es la situación, pueden citarse las palabras del Presidente del Banco Mundial, James Wolfenson, en la reunión del Concejo Económico y Social (ECOSOC) de la ONU, celebrada en julio del 2000, de acuerdo con él, un estudio del Banco Mundial muestra que 276 millones de personas se conectan a la Red, de una población mundial de 6,000 millones, lo que representa menos del 5% de la población y, para patentizar la situación de desigualdades, de este pequeño porcentaje, el 90 por ciento de las personas con acceso a Internet viven en el mundo industrializado19, (Estados Unidos y Japón son ampliamente reconocidos como los países con mayor número de internautas20). Así puede concluirse que menos del 0,5% de los accesos a Internet pertenecen al mundo en desarrollo.

La situación puede patentizarse en el comentario que aparece en un artículo australiano sobre el tema: "Si eres pobre o casi analfabeto no importa la cantidad de satélites que se ponga en el cielo o cuántos cables se haga pasar por tu casa. Se va a necesitar una política social más compleja y amplia si Australia quiere de verdad enfrentarse a las verdaderas causas de la división digital"21.

De acuerdo con datos suministrados por Wolfenson, las inversiones en infraestructura informática en los países de la OCDE, representan $130 por habitante, mientras que en África son de tan solo 9 dólares, lo que evidencia la magnitud de un abismo que continua ensanchándose.

Por su parte, el vicepresidente de desarrollo humano del Banco Mundial, Eduardo Doryan, advertía ya a finales del 9922 que aún quedan dos "bombas" por desarmar antes de que estallen y "dividan más a la humanidad": una es el sida, ya que el 70 por ciento de los pacientes del mundo reside en África y el 90 por ciento de los menores contagiados también, y la otra es la brecha digital, ya que el 80 por ciento de los ciudadanos africanos no tienen acceso fácil a un teléfono y todo el continente africano tiene menos conexiones a Internet que Nueva York.

En palabras del mismo creador de la Web, Tim Berners-Lee, director de la W3C (World Wide Consortium) "Pienso que debemos preguntarnos ... si toda la tecnología Internet no ha sido una invención de Occidente para Occidente"23

Como se ve, la situación que sufren los países pobres y muy poblados, la exponen los mismos países ricos, pues constituye una seria limitación a los planes y posibilidades de crecimiento de este sector tecnológico, así por ejemplo el Secretario del Tesoro de los Estados Unidos Lawrence Summers, agregaba en el evento citado, que "cuando la mitad de la población del mundo no tiene teléfono y el 40 por ciento de los adultos en Africa no saben leer, existe posiblemente la misma probabilidad de que la tecnología acelere aún más esta divergencia"24, de acuerdo con las declaraciones de Summers, "En amplias partes de Africa, hoy día las jovencitas tienen más probabilidades de morir antes de cumplir 5 años, que aprender a leer" y agrega que, "hasta que no veamos una mejora sustancial en estas cifras, el sueño de acomodar a los ciudadanos más pobres del mundo en la vía rápida hacia la tecnología y el crecimiento será solo eso: un sueño".

La existencia de esta brecha digital resulta aun más sombría si se considera que el mayor volumen de uso de Internet no es precisamente el académico o científico: "las apuestas y las compras, los chismes y la búsqueda de pareja son las actividades que más tiempo mantienen a los usuarios de Internet frente a sus computadoras", de acuerdo con un estudio25 de la firma Nielsen (www.nielsenmedia.com).

Lo que de inmediato conduce a la cuestión de cómo, con qué fines y en qué forma se puede posibilitar el acceso a la Red de ese 95% de la población mundial, ya que independientemente de consideraciones éticas, psicológicas, antropológicas o sociológicas, resulta evidente que la negación del acceso al Internet no hará más que ahondar las grandes desigualdades existentes sobre el planeta, produciendo carencias más allá de las económicas y sociales, cuyas consecuencias resultan totalmente imprevisibles para el contexto actual. Mientras que una utilización adecuada de los recursos de la Red, como por ejemplo para hacer llegar la educación y la capacitación a los rincones más apartados, podría ayudar a mitigar de alguna manera.

Las cifras de algunas situaciones que vive el mundo al otro lado de la barrera digital, muestran que un cambio real de las condiciones económico-sociales resulta una tarea formidable, para no decir imposible, si la asumen solamente esos países. En cuanto al VIH, por ejemplo, las mujeres africanas, así como las asiáticas y sus niños, constituyen actualmente la población más vulnerable y de creciente contagio; las estadísticas indican la existencia de no menos de 24, 8 millones de personas VIH positivas en çfrica, y unos 6,5 millones en Asia26. En algunas partes de estos continentes, las condiciones de miseria, carencia de servicios, hambruna y muerte resultan tan persistentes, que ya no son noticia, además, esta es una situación muy generalizada: más de 2.800 millones de personas vive hoy con menos de $2 al día.

Una barrera adicional que conviene anotar en relación con el acceso a Internet, es el hecho de que más del 80 por ciento de las páginas web se encuentran en inglés, lo que cuestiona la supuesta "globalidad" de la Internet27, mientras que hasta hoy, el español mantiene su posición como el segundo idioma más hablado del mundo después del chino.
 

Consideraciones finales

Si bien hace tan solo 50 años los computadores eran impensables en la vida diaria, hoy el cambio acelerado y las transformaciones introducidas por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación resultan incuestionables.

Sin embargo, las interrogantes persisten, ya que mientras unos pocos intentan localizar alguna información valiosa navegando atropelladamente por las amplias extensiones del ciberespacio, haciendo uso de la última y más moderna versión de sus browsers, visitando Web Sites y haciendo un sobreuso de los hipervínculos y los documentos multimediales, observando pasar los minutos -y hasta horas- mientras se establecen las comunicaciones adecuadas y se descargan las copias multicolores de tales páginas en sus computadoras de última generación... más del 90 por ciento de la población del planeta desconoce la existencia y las posibilidades que brindan tales "webeadas".

De este modo, es posible sumarse a las declaraciones dadas por la vicesecretaria general de la ONU, Louise Frechette, participante a la reunión del Concejo Económico y Social, quien reconoce el potencial de la tecnología de la información en general y de la Internet en particular, pero que claramente puntualizó que "no es la fórmula mágica que resolverá todos nuestros problemas, y que no puede sustituir a las escuelas, los hospitales, las políticas económicas sólidas, las instituciones democráticas ni el imperio de la ley".

Saltan a la vista, ahora también en el campo cibernético-digital las graves desproporciones que se vienen dando por siglos en la explotación y distribución de los bienes y servicios, y que han generado una sociedad enferma de guerras, pobreza, miseria y un sinnúmero de privaciones y carencias para millones de seres humanos; antes que tender a enmendarse, se agravan día a día en el mundo globalizado que recetan e imponen quienes se atribuyen y usurpan el arbitrio del poder.

Las respuestas obvias a las preguntas sobre lo que debe hacerse, señalan el camino hacia un desarrollo planetario sostenible; cualquier otra opción, seguramente conducirá a la civilización, hacia un trágico y triste final.
 

*  Master en Administración Pública por la Universidad de Costa Rica, con formación en educación, se ha especializado en recursos para el aprendizaje, área en la que ha desarrollado una amplia trayectoria y experiencia y en la que inició sus estudios en el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa (ILCE), en México.

Relacionado con el área de formación, capacitación y desarrollo tecnológico de la educación, ha trabajado con diferentes instituciones, entre ellas para el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), en Guatemala y para la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para la que ha desarrollado en Costa Rica consultorías en producción de materiales educativos y para el Programa de Desarrollo de Recursos Humanos, conduciendo investigaciones relacionadas con la educación y la capacitación de recursos humanos en salud.

Interesado en el desarrollo y aplicación educativa de las nuevas tecnologías, es Director del Núcleo Informático para el Desarrollo Educativo en Salud (NIDES) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica.
 

1 Codina, Lluís. El papel del lenguaje natural en los sistemas multimedia: una reflexión sobre la tecno-simpleza y la ciber- ingenuidad.
http://www.ucm.es/es/info/multidoc/multidoc/revista/cuadern3/codina.html

2 Noticias.com. ¿Los problemas con los ordenadores son demasiado peligrosos? 28/8/00. www.notiacias.comnoticias/2000/0008/n00082816.html

3 La Empresa.net.
http://laempresa.net/noticias/2000/0007/20000712_10.html

4 Noticias.com. Op. Cit.

5 Novak, Joseph D. The theory underlaying concept maps and how to construct them. Cornell University. http://www.cmap.coginst.uwf.edu

6 Memoria (psicología), Enciclopedia Microsoft(r) Encarta(r) 98 (c) 1993-1997 Microsoft Corporation.

7 Blair, D.C.. Language and representation in information retrieval. Elsevier. Amsterdam. 1990.

8 Noticias.com. El 85% de los artículos científicos son poco confiables.
www.noticias.com/noticias/2000/0008/n00083021.htm

9 Corbeira, Lucas. Internet2: el futuro que empieza a llegar. Clarín digital.26/7/2000. www.clarin.com/suplementos/informatica/ultimo/f-180196.html

10 Ibídem.

11 Organización Internacional del Trabajo. Las tecnologías de la información en las industrias de los medios de comunicación y del espectáculo: Sus repercusiones en el empleo, las condiciones de trabajo y las relaciones laborales. Ginebra, 28 febrero - 3 marzo 2000. Ginebra

12 Salinas, Carlos. El caos de la información: la información sobreabundante. Casi Nada Num.7 - 1966. http//:usuarios.iponet.es/casinada/07caos.htm

13 Bush, Vannevar. Atlantic Monthly. 1945. Pág. 17-18

14 Zaiad, Gabriel. Los demasiados libros. Anagrama. Barcelona 1996.

15 Luján, Juan Carlos. En busca de la información precisa. El comercio-Perú. Lima 23 de agosto 2000. www.elcomercioperu.com/ecenre/Html/2000-08-04/EcEnReArticu

16 Corbeira, Op. Cit.

17 Luján, Juan Carlos Op. Cit

18 Langarica, José. Un mundo en división digital. El Informador. Diario Independiente. Guadalajara, Jalisco. 10/7/2000. www.informador.com.mx/informa/10in1a.html

19 Naciones Unidas. La Internet será un arma contra la pobreza. El Nuevo Herald. 17/7/00. www.elherald.com/com/today/negocios/breaking/brkdocs/078516.htm

20 Bpenet.com. El número de usuarios de Internet se acerca a los 300 millones. 08/09/2000 www.bpnet.com/detalle_noticias.asp_?id=20000908013

21 La Empresa.net. Uso de Internet incrementa división social en Australia. 28/08/2000 www.laempresa.net/noticias/2000/0008/2000027_11.htm

22 Hazel Feigenblatt, Giro en Banco Mundial: Tras solución al crecimiento con pobreza. La Nación. San José, 21/12/1999.

23 Berners-Lee, Tim. Entrevista con el creador de la Web. En PC Pro. Madrid. Nov. 2000.

24 Langarica, José. Op. Cit.

25 Bañales, Jorge A. Jugar y ligar "on line" son las actividades preferidas de los usuarios de Internet. Efe- Washington. 18/8/00. La Razón Digital. www.larazon.es/lared/laredpareja.htm

26 Aguilar, Thais. Virus de la devastación. Revista Dominical. La Nación. San José, 16/7/2000.

27 Izarek, Stephanie. Universalmente hablando. Fox News 15/8/2000 www.foxnews.com/spanish/081600/t_traduccion