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Medicina Legal de Costa Rica

On-line version ISSN 2215-5287Print version ISSN 1409-0015

Med. leg. Costa Rica vol.20 n.2 Heredia Sep. 2003

 

Psicotrauma en sobrevientes de guerra en Guatemala.
 
 
Dr. Mario Roberto Iraheta Monroy *
 
 
Resumen

Con el levantamiento militar del 13 de noviembre de 1960 se inició un conflicto armado interno entre grupos guerrilleros y las fuerzas armadas del gobierno que se desarrolló por 36 años y que finalizó con la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996. La violencia de la guerra y las políticas contrainsurgentes del Estado con sus secuelas de muerte, dolor, torturas, desapariciones forzadas, violaciones a los derechos humanos causaron graves daños a la población, principalmente de las áreas rurales.

Aún es manifiesto el daño físico, psicológico y social en los sobrevivientes de esta prolongada guerra.

Se realizó un estudio de tipo descriptivo para determinar la presencia de Trastorno de Estrés Post-traumático en 4 familiares de 8 víctimas fallecidas durante un ataque militar ocurrido en su comunidad a mediados de 1982, cuyos restos fueron exhumados por un equipo de trabajo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG).

Palabras claves

Psicotrauma, guerra, conflicto armado, incursión militar, víctima, muerte, tortura, estrés agudo, trastorno de estrés postraumático

Summary

With the military rebellion in November 13th, 1960, began an internal armed conflict between the guerrilla groups and the government’s armed forces which lasted 36 years. With the agreement of peace on December 29th , 1996 the conflict ended.

The violence of the war and the contra-insurgence policies of the Government with the sequels of death, pain, torture, forced disappearances, violations of human rights caused great damage to the people, mostly in the rural areas. As a result of the long war, still today the survivors suffer from physical, psychological and social damage.

A descriptive study was made to establish the presence of the Posttraumatic Stress disorder in 4 relatives of 8 victims killed in a military attack, that took place in 1982 in their community. The victim’s remains were exhumed by Forensic Anthropology Foundation of Guatemala (FAFG).

Key words

Psycho-trauma, war, armed conflict, military incursion, victim, death, torture, acute stress, post-traumatic stress disorder.

 
Recibido para publicación: 03-07-03
Aceptado para publicación: 17-07-03
Conferencia dictada en las XVII Jornadas de Medicina Legal, Hotel Fiesta, Puntarenas, 29-30-31 de agosto 2003.
 
Introducción

Entorno histórico de la lucha armada en Guatemala:

Guatemala sufrió un conflicto armado interno que duró 36 años. El 13 de noviembre de 1960 se produjo un levantamiento militar en contra del Gobierno presidido por el General e Ingeniero Miguel Ydígoras Fuentes. Un grupo de oficiales del ejército, entre ellos el Coronel Eduardo Llerena Müller, el Teniente Luis Turcios Lima (fallecido en un accidente de tránsito el 2 de octubre de 1966), el Subteniente Luis Trejo Esquivel y el Capitán Marco Antonio Yon Sosa, desde el Cuartel General Justo Rufino Barrios iniciaron el movimiento armado, el cual fue sofocado en menos de una semana por las fuerzas leales al Presidente de la República (1,2). La Fuerza aérea Guatemalteca no se sumó a la rebelión pero se negó a actuar contra los insurrectos, por lo que la Embajada de los Estados Unidos ofreció la colaboración de la Fuerza Aérea Anticastrista que se encontraba estacionada en la Finca Helvetia (en la costa sur de Guatemala) con contingentes que se entrenaban para invadir Cuba (la fracasada invasión de Bahía de Cochinos que se llevó a cabo el 15 de abril de 1961) (1,2,3)

Con ex miembros de esa rebelión militar se fundó el 6 de febrero de 1962 el grupo Guerrillero Movimiento Revolucionario 13 de noviembre (MR-13). Es posible que desde 1962 los movimientos revolucionarios guatemaltecos hayan contado con el apoyo de Cuba. Se sabe en enero de ese año el Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT) envió a tres de sus miembros a recibir entrenamiento militar a ese país, donde ya se encontraban 20 estudiantes guatemaltecos becados por el Gobierno cubano para cursar carreras universitarias, quienes luego de un corto lapso se dedicaron a recibir entrenamiento militar para convertirse en guerrilleros (1). El 25 de noviembre de 1962 hubo una rebelión de miembros la Fuerza Aérea Guatemalteca (FAG), quienes atacaron la "Casa Crema" (casa presidencial en ese momento) y algunas instalaciones militares, pero fueron sometidos rápidamente al orden (2). Desde 1963 los Estados Unidos prestaron asistencia militar al Ejército para fortalecer las unidades contrainsurgentes a través del Programa de Asistencia Militar (MAP), el entrenamiento se dio mediante asesores y en las escuelas militares de Estados Unidos y Panamá. Esa ayuda Militar fue suspendida en 1977 por el Gobierno del Presidente James Carter, debido a denuncias de violaciones a los Derechos Humanos, y posiblemente por presiones de Inglaterra a causa del reclamo de Guatemala sobre el territorio de Belice (1).

En diciembre de 1962 el PGT propició la reunión entre dirigentes del MR-13 y otros dos movimientos revolucionarios, el Movimiento Revolucionario 12 de abril (MR-12), el Movimiento 20 de octubre (M-20), con lo cual se dio lugar a la fundación de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR).

Como Comandante en Jefe de las FAR fue nombrado Marco Antonio Yon Sosa (quien aparentemente fue muerto por miembros de ejército mexicano en 1969 al adentrarse en el territorio de Chiapas) (1).

Otras organizaciones insurgentes aparecieron posteriormente, tales como el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) en 1972 y la Organización del Pueblo en Armas (ORPA) en 1979, las que se agruparon en 1982 en la llamada Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) en 1982 (3).

En los años 1980 y 1981 el ejército innovó su táctica contrainsurgente al emplear el Fusil Galil como mejor arma de combate y aviones de transporte Aravá fabricados en Israel, helicópteros Bell y aviones Pilatus. El asesoramiento ya no provenía de Estados Unidos, era proporcionado por Israel, Taiwán y Argentina (1). A finales de 1981 se crearon las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) como parte de la estrategia contrainsurgente, con el propósito de involucrar a la población rural en la lucha armada. Entre las funciones de las PAC estaba patrullar las montañas para buscar guerrilleros, en ocasiones acompañaban a los soldados, algunas veces se les obligaba a ir por delante de las tropas siendo los primeros en caer víctimas de minas terrestres, trampas y emboscadas (1).

Son muchos los testimonios que acusan a las PAC de asesinatos y toda clase de vejámenes inclusive en sus propias comunidades, con despliegue de gran violencia (1).

Luego de un largo y complejo proceso de negociación entre la Comisión de Paz del Gobierno (COPAZ) y la URNG, con apoyo de la comunidad internacional se llegó a la firma de la paz el 29 de diciembre de 1996. (1,4,5)

Durante esos años de lucha armada, la población civil, especialmente los campesinos quedaron muchas veces entre dos fuegos, ya que algunas poblaciones fueron acosadas por las fuerzas en conflicto (1). Comunidades enteras desaparecieron o fueron diezmadas, en algunos casos hubo desarticulación de las organizaciones comunitarias, aumento de la pobreza, deterioro de la vida social comunitaria, migración interna y externa (1, 3, 6,7).

Durante esta guerra hombres, mujeres, niños y ancianos fueron asesinados, torturados, desaparecidos y objeto de todo tipo de vejámenes por las fuerzas militares, paramilitares, policiales y en algunos casos por los combatientes guerrilleros. (1,6).

La violación de los Derechos Humanos se constituyó en una política del Estado (8).

Contra los grupos que proponían reivindicaciones sociales, políticas o económicas el Estado respondió con la violencia y el terror para controlar a la sociedad. Entre las formas de violación a los Derechos Humanos las más graves están: la ejecución extrajudicial, la desaparición forzada y la tortura con aplicación de tratos crueles, inhumanos, degradantes afectando la integridad física y moral de las víctimas (8).

En esos años de lucha también fueron víctimas muchos profesionales, dirigentes sindicales, dirigentes campesinos, dirigentes políticos miembros de la Iglesia católica, profesores y estudiantes universitarios.

Se considera que fuerzas insurgentes también emplearon el secuestro, la extorsión y el asesinato como medios de acción (1).

En el libro titulado "Guatemala nunca más" que constituye el informe del Proyecto Interdiocesano de la Recuperación de La Memoria Histórica, de la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG) se recogen muchos testimonios de las atrocidades sufridas por la población durante el conflicto armado interno y se pone de manifiesto las consecuencias físicas y psicológicas en los sobrevivientes de la violencia y el trauma sufrido durante la guerra que se describen como: miedo, sensación de tristeza, injusticia, duelo alterado, problemas psicosomáticos, recuerdos y pesadillas (1).

No obstante el tiempo transcurrido, muchas personas tienen miedo de declarar o dar informaciones por el temor a consecuencias negativas de lo que puedan decir, por el riesgo de que los victimarios aún vivan o se encuentren dentro de las estructuras comunitarias de poder y ejecuten alguna venganza (1), esto lógicamente dificulta las investigaciones, ya sean de carácter científico o judicial..

Luego de finalizado el conflicto armado, quedó como secuela un número considerable de personas que continúan sufriendo las consecuencias de las amargas experiencias vividas, especialmente por la muerte y desaparición de familiares, amigos y vecinos (1).

Actualmente se realiza la búsqueda de los restos de víctimas de la guerra que fueron enterrados en cementerios clandestinos, con el fin de identificarlos y que sus familiares puedan darles sepultura de manera digna, legal y acorde a sus costumbres culturales. (7), así mismo recuperar datos de las violaciones a los Derechos Humanos durante la guerra y para aportar medios de prueba científicos para uso de las autoridades competentes.

Las exhumaciones de éstos restos son realizadas con base a orden de autoridad competente, por la Fundación de Antropología Forense de Guatemala, que es una organización no gubernamental que se dedica a realizar investigaciones antropológicas forenses a petición del Ministerio Público, de hechos violentos cometidos durante el conflicto armado o de violencia común. Esta Institución no tiene compromiso con sectores militares, políticos o religiosos. Se sostiene con el aporte económico de entidades internacionales y cuenta con un equipo multidisciplinario de profesionales altamente capacitados.

Este trabajo se realizó gracias a la amplia e incondicional colaboración de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG).

EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT)

El TEPT es un trastorno de ansiedad que puede surgir después de pasar por un evento traumático fuera del marco normal de las experiencias habituales y que causó horror, pavor, intenso miedo y sensación de desesperanza.(9, 10, 11, 12, 13)

Las experiencias traumáticas como vivencias de guerra, violación, agresión física, tortura, catástrofes de toda clase, accidentes aéreos, naufragios y el diagnóstico de una enfermedad severa pueden provocar secuelas psicológicas importantes en las personas. (9, 10, 11, 12,13). Estudios realizados los Estados Unidos señalan que en la población general el TEPT puede encontrarse entre 1 y 9 %, y en mayor proporción en excombatientes.

La exposición al trauma puede ser:

Directa, como la agresión directa, riesgo de muerte, tortura, violación, vejaciones etc.

Indirecta: como presenciar una tragedia, recibir una noticia de un hecho violento o trágico sufrido por un familiar etc. (11,12)

Por razones desconocidas algunas personas no presentan síntomas psicológicos frente al trauma severo, otros los desarrollan casi de inmediato por lo que se ha descrito el TRASTORNO DE ESTRÉS AGUDO (TEA), cuyas manifestaciones aparecen de inmediato o en pocos días de la experiencia traumática, y el TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO (TEPT), con manifestaciones a largo plazo. Ambas entidades están reconocidas en el Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales de enfermedades mentales (DSM-IV) y en la Clasificación internacional de Enfermedades de la Organización mundial de la Salud (CIE-10).

El diagnóstico del TEA tiene valor predictivo con respecto al TEPT, ya que las personas cuya reacción al trauma es severa y temprana ameritan un seguimiento más directo ya que son proclives a desarrollar TEPT (9, 11, 13). Las manifestaciones se pueden agrupar en tres grandes categorías. (9, 10, 11, 12, 13).

I. Evocación- re-experimentación del evento traumático: tales como recuerdos desagradables, sueños recurrentes sobre el evento, pesadillas, sensación de revivir la experiencia, malestar psicológico intenso al exponerse a acontecimientos que simbolizan o recuerdan el evento traumático.

II. Evitación-bloqueo emocional: esfuerzos por evitar pensamientos, actividades o sensaciones relacionadas o que recuerdan el hecho, rechazo a situaciones, lugares, pensamientos, conversaciones, rango de afecto disminuido, incapacidad de recordar un evento importante del trauma, aislamiento social.

III. Síntomas de aumento de la activación: como dificultad para conciliar el sueño, irritabilidad, ira, hipervigilancia, respuesta de alarma exagerada, problemas de concentración. Reactividad fisiológica frente a la exposición a aquellos acontecimientos que simbolizan o recuerdan el acontecimiento traumático.

El tratamiento del TEPT debe individualizarse, han sido descritas muchas modalidades de tratamiento psicoterapéutico, farmacológico e inclusive hipnosis clínica y terapias alternativas. (13)

Materiales y métodos

Con el fin de investigar la presencia psicotrauma en sobrevivientes de guerra, fueron entrevistados 4 familiares que se presentaron al sitio de la exhumación de 8 víctimas fallecidas durante un ataque militar contra una aldea situada en un área montañosa de difícil acceso de un Departamento del área Central del Territorio guatemalteco a mediados de 1982 y cuyos restos fueron exhumados por un equipo de trabajo de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala en abril del 2003.

Para no interferir con las investigaciones legales que están en curso y para no causar más daño a los entrevistados no se anotan nombres ni detalles de la fecha y el sitio exacto del hecho.

Para recopilar los datos se elaboró un instrumento para anotar, edad actual y al momento del hecho, sexo, ocupación, parentesco con la víctima, escolaridad, domicilio antes del hecho, religión antes de hecho, motivo de solicitar la exhumación, tipo de exposición al trauma (directa-indirecta), y las 3 categorías diagnósticas de las manifestaciones del TEPT de acuerdo a los criterios del DSM-IV.

Resultados

Historia del hecho:

Manifestaron los entrevistados A y B (ver cuadro No. 1) que pocos días antes del hecho (mediados de 1982), desde un helicóptero que volaba a baja altura se informó a la población que deberían permanecer en sus viviendas, ya que quienes huyeran a las montañas serían considerados rebeldes y tratados como tales.
 
 

CUADRO 1. LISTADO GENERAL DE VÍCTIMAS
FUENTE: Entrevista con víctimas A, B, K y L.
VÍCTIMA
EDAD EN 1982
SEXO
PARENTESCO CON "C"
ESTADO ACTUAL
INHUMACIÓN
A
33
M
YERNO
VIVO
--------------------
B
32
F
HIJA (ESPOSA DE A)
VIVA
--------------------
C
70
M
--------------------
FALLECIDO
FOSA II
D
64
F
ESPOSA DE C
FALLECIDA
FOSA II
E
39
M
HIJO (ESPOSO DE F)
FALLECIDO
FOSA II
F
39
F
NUERA
FALLECIDA
FOSA II
G
11
F
NIETA (HIJA DE E)
FALLECIDA
FOSA II
H
7
M
NIETO (HIJO DE E)
FALLECIDO
FOSA II
I
5
M
NIETO (HIJO DE E)
FALLECIDO
FOSA II
J
3
F
NIETA (HIJA DE E)
FALLECIDA
FOSA II
K
50
M
YERNO
VIVO
--------------------
L
43
F
HIJA (ESPOSA DE K)
VIVA
--------------------
 
El día del ataque amaneció nublado, a las 07:30 horas aproximadamente se escucharon disparos y explosiones cercanas, por lo que la víctima A ante el temor de un ataque inminente a la vivienda, les dijo a los miembros de la familia que era necesario huir para salvar la vida. Él (víctima A) y su esposa (víctima B) que estaba recién operada, decidieron escapar para esconderse en los bosques cercanos.

El resto de la Familia: víctimas C y D, ésta última que estaba también recién operada (Padre y madre de B), E (hermano de B), F quien estaba embarazada (esposa de E) y los niños G, H, I y J (hijos de E y F), permanecieron en la vivienda, creyendo que al obedecer las instrucciones dadas desde el helicóptero días antes se les respetaría la vida.

A y B se escondieron en unos matorrales muy cercanos, porque B no podía caminar rápido ni correr; al poco rato pasaron a ambos lados de su escondite varios soldados y miembros de las patrullas de autodefensa civil (PAC), que dieron muerte a balazos a una mujer que trataba de escapar.

Al cesar el ataque luego de varias horas, buscaron refugio en una población cercana con otros familiares, para lo cual fue necesario caminar varias horas en la montaña..

Al siguiente día por la mañana A regresó a la aldea para averiguar la suerte de la familia. A más de un kilómetro de la vivienda de donde logró escapar encontró, junto a una vereda, el cuerpo de E quien presentaba extensa herida en la cabeza, que le pareció producida por un balazo, por lo que con ayuda de un vecino procedió a inhumarlo a pocos metros de distancia del lugar donde encontró el cuerpo.

Continuó su camino hacia la casa de la cual escapó el día anterior y la encontró destruida e incendiada. Con ayuda del vecino que lo acompañaba removió los escombros y la ceniza aún con brasas encontrando los restos de cuerpos humanos quemados, que le pareció podían corresponder a C, D, F, G, H, I y J, por lo que reunió los restos que le fue posible distinguir y los inhumó a pocos metros de las ruinas de la vivienda.

Recuerda que los cuerpos más completos a pesar de las severas quemaduras eran los de las mujeres mayores.

Las inhumaciones fueron hechas con premura por A y la persona que le acompañó ese día ante el peligro de un nuevo ataque armado.

Las víctimas K (esposo de L) y L (hija de C y D), manifestaron que tuvieron conocimiento del hecho aproximadamente una semana más tarde ya que vivían en otra población vecina desde varios años antes.
 
Exhumación de las fosas I y II

La ubicación de las fosas fue indicada por A. La fosa I se encontró a pocos metros de una vereda dentro de una plantación de arveja china y haba. Aproximadamente a un metro con diez centímetros de profundad en el sitio señalado por A, fue encontrado un esqueleto que parece corresponder a un hombre de entre 30 a 40 años, la camisa, el sweater y pantalón en buen estado de conservación, se encontraba parcialmente lateralizado en decúbito lateral izquierdo con flexión del hombro y codo izquierdo, con la mano izquierda dirigida hacia el pecho, el codo derecho en flexión de aproximadamente noventa grados con la mano dirigida al codo izquierdo. Los huesos del cráneo multi-fragmentados, dato compatible con lesiones por disparo de fusil de asalto. En la segunda costilla izquierda, junto a la cuarta costilla y en la manga izquierda del sweater junto al hombro izquierdo, fueron encontrados fragmentos metálicos compatibles con indicios balísticos. En la exhumación fue empleada la técnica arqueológica de banqueteado. Se procedió a la medición de la fosa, la osamenta en su sitio, y se documentaron mediante fotografía los hallazgos. Los restos óseos, la ropa, los indicios balísticos y la tierra relacionada al cráneo fueron embalados para ser enviados al laboratorio de la FAFG para su análisis respectivo.

La fosa II se encontró a pocos metros de las ruinas de la vivienda original, en un campo de cultivo localizado junto al camino principal de la población. Aproximadamente a un metro de profundidad se encontraron múltiples restos óseos humanos en desorden, algunos de ellos con carbonización, tejas de barro y algunos fragmentos metálicos compatibles con indicios balísticos.

En la exhumación fue empleada la técnica arqueológica de banqueteado. Se procedió a la medición de la fosa y se documentaron mediante fotografía los hallazgos. Los restos óseos, los indicios balísticos y la tierra relacionada fueron embalados para ser enviados al laboratorio de la FAFG para su análisis posterior.

Los familiares de las víctimas fallecidas estuvieron presentes en el lugar, se les realizó la entrevista de Antropología social para recabar datos del hecho y características personales de los fallecidos para elaborar la ficha y odontograma pre-mortem que son de utilidad en el momento de realizar el análisis completo del caso en el laboratorio de la FAFG y para investigaciones subsecuentes, en el momento de ésta entrevista se recabaron los datos para el presente estudio.

Entrevista con los familiares de las víctimas fallecidas.

Víctima A:

Sexo masculino, 54 años de edad actualmente, 33 años de edad al momento del hecho, ocupación: jornalero, analfabeta. Religión actual y al momento del hecho: católica. Motivo de realizar la exhumación: que las víctimas descansen en paz en un cementerio formal y que se les anote como fallecidos en el registro civil. Presenta un semblante triste durante la entrevista, trata de colaborar con la mayor cantidad de datos que recuerda, trata de estar tranquilo.

Categorías diagnósticas de síntomas:

Evocaciones: Refiere que sueña constantemente a los fallecidos, le indican que no deben de sembrar donde ellos están enterrados, que quieren descansar en paz. Duerme bien, no padece de insomnio.

Evitación: Trata de no pensar en lo sucedido, aunque muchas cosas le hacer recodar con mucho detalle lo sucedió, a veces se siente triste y desde el hecho ya no siente alegría. Trata de no pensar en el futuro.

Aumento de la activación: Constantemente cuando recuerda la forma de morir de sus familiares siente ira, ya que inclusive meses después del hecho fue obligado a patrullar en su aldea, aunque nunca tuvo que participar en acciones armadas ni de combate. Trata de estar siempre alerta ante desconocidos o personas de aspecto peligroso.

Víctima B

Sexo femenino, 53 años de edad actualmente, 32 años de edad al momento del hecho, ocupación: oficios domésticos, lava ropa ajena para ganar algún dinero. Religión actual y al momento del hecho: católica. Motivo de realizar la exhumación: que sus familiares descansen en paz. Llorando durante la entrevista.

Categorías diagnósticas de síntomas:

Evocaciones:

No sueña a las víctimas fallecidas, pero los recuerda diariamente con dolor y tristeza especialmente por la forma en que se les dio muerte, tiene mucho "susto", padece del estómago y como muy poco, no le siente gusto a la comida.

Evitación:

Aunque hace esfuerzos por olvidar el hecho, todo le viene a la mente constantemente, siente que perdió su alegría de vivir, se siente triste y abandonada, sin esperanza de justicia. Se desespera al pensar en el futuro. Es ayudada por el esposo a precisar algunos datos, dice que en ocasiones le es difícil recordar detalles del evento.

Aumento de la activación:

Sufre de insomnio constante, en las noches se recuerda mucho de sus familiares, pero a pesar de eso no los sueña. Siente mucha ira al recordar el hecho. Piensa que les hicieron mucho daño a todos y que no lo merecían.

Víctima K

Sexo masculino, 71 años de edad actualmente, 50 años al momento del hecho, ocupación: jornalero, lee y escribe, no fue a la escuela. Religión actual y al momento del hecho: católica. Motivo de realizar la exhumación: para que los fallecidos sean enterrados como debe ser en un cementerio, para que todos sepan el sitio exacto donde reposan. Durante la entrevista se observa, triste pero reservado, se expresa con pocas palabras.

Categorías diagnósticas de síntomas:

Piensa constantemente en el hecho y revive lo que sintió cuando se enteró. Tiene sueños angustiantes con relación al hecho.

Trata de no pensar en el asunto, se siente triste, abandonado, sin esperaza de justicia. Ya no siente alegría como antes del hecho.

Aumento de la activación: siente ira al recordar el hecho o cuando otras personas se lo recuerdan, no se concentra en lo que hace ya que los recuerdos llegan constantemente a la mente. Se asusta muy fácilmente.

Víctima L

Sexo femenino, 64 años de edad actualmente, 43 años de edad al momento del hecho, analfabeta, ocupación: oficios domésticos. Religión actual y al momento del hecho: católica. Motivo de solicitar la exhumación: que se localicen los restos de los familiares y se les entierre como debe de ser.

Categorías diagnósticas de síntomas:

Evocaciones:

Constantemente se le representa el hecho como se lo contaron, piensa mucho en los fallecidos. Durante la entrevista llora, es necesario en ocasiones auxiliarse con un intérprete para preguntarle y para que responda.

Se siente muy triste, ya casi no siente alegría por nada, se siente sola sin sus familiares, le afecta su ausencia, es necesario que le ayude el esposo a recordar detalles del hecho. Quisiera olvidar lo sucedido y no tener esos pensamientos ni recuerdos para vivir en paz.

Se sobresalta fácilmente, tiene miedo constante por cualquier cosa que signifique peligro, aunque sea mínimo. Le es difícil conciliar el sueño.

Discusión

La Guerra interna que sufrió Guatemala por 36 años dejó secuelas psicológicas en muchas personas que sufrieron trauma directo al estar su vida directamente amenazada en acciones violentas o de manera indirecta al enterarse de la suerte de familiares, amigos o vecinos.

En dos de las 4 personas entrevistadas (víctimas A y B), el trauma se clasificó como directo ya que estuvieron presentes en el lugar y el momento del ataque militar en la cual fallecieron sus familiares, inclusive vieron desde su escondite morir a balazos a una mujer de la aldea a manos de los atacantes.

El entrevistado A tuvo que inhumar los restos de las víctimas: C, D, E, F, G, H, I y J, sobreponiéndose al dolor de la muerte de sus seres queridos y al temor de morir ante el riesgo de un nuevo ataque militar.

En las otras dos personas entrevistadas el trauma se clasifica como indirecto, en virtud de que se enteraron de la muerte de los familiares días después del hecho violento, ya que al contraer matrimonio varios años antes, se trasladaron a otra aldea, manifestaron además que su población nunca fue objeto de ataques militares durante la guerra, no obstante el miedo y la zozobra eran permanentes por las acciones de guerra se desarrollaban en los alrededores.

En las 4 personas entrevistadas se encontró que presentan un cuadro compatible con Trastorno de Estrés Postraumático como secuela de la guerra. Es evidente que la vida de los entrevistados cambió a raíz de la muerte de sus familiares y en el caso de las personas A y B fueron desplazados de su lugar original de vivienda. En cuanto al motivo de solicitar la exhumación, todos coinciden en que desean que los muertos descansen en paz y que se les haga un entierro digno y reposen en un cementerio. El sitio escogido para la inhumación está muy cerca del lugar del hecho.

El entrevistado A señaló además el aspecto legal de que la defunción quede asentada en el Registro Civil. Característicamente ninguno señaló la Justicia como motivo, y todos manifestaron el sentimiento de pérdida de fe en la justicia. Ninguno de los 4 entrevistados cambió de religión a consecuencia del hecho. La religión Católica es la predominante en Guatemala, no obstante otras religiones han progresado en los últimos años. He podido observar como muchas personas a raíz de un trauma o problema violento en sus vidas han buscado alivio y consuelo a sus penas en una religión distinta.

La información obtenida de las entrevistas pone de manifiesto el daño psicológico sufrido por estas personas a consecuencia de la dolorosa experiencia sufrida.

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* Médico y Cirujano (USAC), Patólogo (USAC), Patólogo Forense (UCR)
Subjefe del Departamento de Medicina Legal del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social
Catedrático de Medicina Forense de la Facultad de Ciencias Jurídicas y
Sociales de la Guatemala de San Carlos de Guatemala.
costaricaforense@yahoo.com
 

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