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Revista de Biología Tropical

On-line version ISSN 0034-7744Print version ISSN 0034-7744

Rev. biol. trop vol.61 n.2 San José Jun. 2013

 

Concentración de Hg, Pb, Cd, Cr y As en hígado de Carcharhinus limbatus (Carcharhiniformes: Carcharhinidae) capturado en Veracruz, México

Fernando Mendoza-Díaz, Arturo Serrano1*, Liliana Cuervo-López2*, Alejandra López-Jiménez1, José A. Galindo1  & Agustín Basañez-Muñoz2

*Dirección para correspondencia:



Abstract

Concentration of Hg, Pb, Cd, Cr and As in liver Carcharhinus limbatus (Carcharhiniformes: Carcharhinidae) captured in Veracruz, Mexico. Pollution by heavy metals in marine ecosystems in the Gulf of Mexico is one of the hardest conservation issues to solve. Sharks as top predators are bioindicators of the marine ecosystem health, since they tend to bioaccumulate and biomagnify contaminants; they also represent a food source for local consumption. Thus, the objective of this study was to study the possible presence of heavy metals and a metalloid in livers of Carcharhinus limbatus. For this, a total of 19 shark livers were taken from animals captured nearby Tamihua, Veracruz, Mexico from December 2007 to April 2008. 12 out of the 19 captured sharks were males, one was an adult female, three were juvenile males, and three juvenile females. Four heavy metals (Hg, Pb, Cd, and Cr) and one metaloid (As) were analyzed in shark livers using an atomic absorption spectrophotometry with flame and hydride generator. Our results showed that the maximum concentrations found were:  Hg=0.69mg/kg, Cd=0.43mg/kg, As=27.37mg/kg, Cr=0.70mg/kg. The minimum  concentrations found were: As=14.91mg/kg, Cr=0.35mg/kg. The Pb could not be determined because the samples did not have the spectrophotometer minimum detectable amount (0.1mg/kg). None of the 19 samples analyzed showed above the permissible limits established by Mexican and American laws. There was a correlation between shark size and Cr and As concentration (Pearson test). The concentration of Cr and As was observed to be higher in bigger animals. There was not a significant difference in heavy metals concentration between juveniles and adults; however, there was a difference between males and females. A higher Cr concentration was found in females when compared to males. None of the samples exceed the maximum limit established by the laws of Mexico and the United States of America. Much longer studies are needed with C. limbatus and other species caught in the region, in order to determine the degree of contaminants exposure in aquatic ecosystems and to identify potential health risks to consumers.

Key words: pollution, heavy metals, sharks, Carcharhinus limbatus, Gulf of Mexico, marine ecosystems.

Resumen

La contaminación de los ecosistemas marinos y costeros por metales pesados en  el Golfo de México es uno de los problemas que afectan a los recursos naturales del medio acuático. Los tiburones por situarse en niveles tróficos superiores de la red alimenticia acumulan y magnifican cantidades considerables de contaminantes. Por esta razón, el objetivo de este trabajo fue determinar la concentración de cuatro metales pesados (Hg, Cd, Pb y Cr) y un metaloide (As)  en el tiburón punta negra (Carcharhinus  limbatus) por medio de espectrofotometría de absorción atómica con flama y generador de hidruros.  Se muestrearon 19 hígados de tiburones capturados cerca de Tamiahua, Veracruz entre  noviembre  2007  y  marzo  2008,  de  los  cuales  12 fueron machos adultos, una  hembra adulta, tres machos jóvenes  y  tres   hembras jóvenes. Las concentraciones máximas registradas para cada metal fueron: Hg=0.69mg/ kg,  Cd=0.43mg/kg,  As=27.37mg/kg,  Cr=0.35mg/kg.  El Pb no  fue  detectado, no al menos la cantidad  mínima de detección requerida por el espectrofotómetro de absorción atómica  (0.1mg/kg). Ninguna de las muestras  analizadas rebasó  los  límites  máximos  permisibles  por  las  leyes mexicanas y americanas.

Palabras clave: contaminación, metales pesados, tiburón punta  negra,  Carcharhinus  limbatus,  Golfo  de  México, ecosistemas marinos.



La contaminación de los ecosistemas marinos es uno de los problemas más arduos de afrontar hoy en día. La mayoría de los contaminantes orgánicos e inorgánicos son transportados por los ríos y se acumulan en los  estuarios,  la  plataforma  y  la  pendiente  continental  (Espinoza  &  Vanegas  2005). El  Golfo  de  México  constituye  una  de  las áreas que se encuentra en alto riesgo por la contaminación,  debido  a  la  gran  actividad industrial que se lleva a cabo en la misma. Las principales causas de contaminación son las aguas residuales urbanas e industriales no tratadas, así como la recolección y la mala disposición de los residuos sólidos urbanos e industriales (Beltrán et al. 2005). La mayoría de las costas de la región tienen algún grado de contaminación, teniendo como resultado pérdida de biodiversidad y serias amenazas para la salud humana.

En México existen 22 ríos que vierten sus aguas al Golfo de México; de estos, el principal es el río Bravo (Vázquez-Botello et al. 2004). Estos ríos aportan grandes cantidades de nutrientes al Golfo de México, así como contaminantes desde tierra adentro debido a la gran actividad agropecuaria e industrial en la zona (Vázquez-Botello et al. 2004). Tan solo en la porción de Estados Unidos, se encuentran los grandes complejos portuarios industriales y comerciales de Brownsville, Corpus Christi, Houston y Galveston; mientras que en México, son los de Tampico-Madero, Altamira, Tuxpan, Veracruz, Alvarado, Coatzacoalcos, Dos Bocas y Ciudad del Carmen. En ambos casos son fuentes potenciales de contaminantes de meta- les pesados a los sistemas marinos y costeros (Vázquez-Botello et al. 2004).

Los estudios de la biota de sistemas marinos y costeros son un pilar esencial para entender el estado de salud de los cuerpos de agua, así como, de su capacidad productiva. Por esta razón, los análisis de los grupos ictiológicos de niveles tróficos superiores como es el caso de los tiburones, pueden dar indicios del estado de salud del ecosistema en general. Esto debido a que son depredadores y que se alimentan de otros peces incluyendo tiburones y rayas, calamares, pulpos, langostas y tortugas (Márquez-Farias & Castillo 1998), por lo que pueden acumular y magnificar metales pesados (Marcovecchio et al. 1991, Fowler et al. 2004, Evers et al. 2008).

En la actualidad la pesca de tiburones representa, tanto para el Golfo de México como para el resto del país, una valiosa fuente de alimento y empleo para muchas comunidades (Arenas-Fuentes & Jiménez-Badillo 2004). Sin embargo, existe una enorme preocupación por el consumo de carne de tiburón y de muchos otros organismos acuáticos contaminados por metales pesados y metaloides, pues históricamente ha habido casos de intoxicación y muerte por haber comido carne contaminada, tal y como sucedió en 1950 en Japón, cuando varias personas se intoxicaron al haber consumido peces y mariscos con altos índices de mercurio (Flores 1987).

En  México  son  pocos  los  estudios  que se han hecho sobre contaminación por metales pesados de organismos acuáticos superiores (Ruelas-inzunza  & Paéz-Osuna 2005). La mayor parte de estos se han enfocado a algas y pastos marinos, así como, organismos bentónicos (poliquetos, moluscos) y algunos otros (peces y aves). En el Golfo de México, se han realizado varios estudios de este tipo, porque en ella han ocurrido serios problemas de derrames de petróleo en la zona petrolera e industrial, principalmente en Veracruz, Tabasco y Campeche (Vázquez-Botello et al. 2004). En un estudio realizado en ostiones de la especie Crassostrea virginica capturados en la laguna de Tamiahua, permitieron detectar concentraciones  elevadas  de  metales  (Cd=7.32mg/ kg,    Cu=202.43mg/kg,    Cr=33.64mg/kg, Ni=7.62mg/kg y Pb=21.42mg/kg (Guzmán- Amaya et al. 2005). Con base en lo anterior, el presente estudio tuvo como objetivo estimar las concentraciones de Mercurio (Hg), Cadmio (Cd), Cromo (Cr), Plomo (Pb) y Arsénico (As) en el hígado del tiburón puntas negras (Carcharhinus limbatus) que se captura en las aguas costeras de Tamiahua, Veracruz, México.


Materiales y métodos

Área de estudio: Tamiahua se encuentra al norte del estado de Veracruz, México, entre las coordenadas 21°16’ 40.59’’ N - 97° 26’ 44.02’’ W. Se trata de un pequeño pueblo, en donde la pesca es la principal actividad comercial de la región. Entre las especies que se capturan están los crustáceos (camarón y jaiba), moluscos (almejas y ostiones) y peces diversos (Gordillo- Cruz & Cruz-Paredes 2005) y el tiburón puntas negras. La pesca de esta última especie se lleva a cabo en las aguas adyacentes a la bocana de la laguna de Tamiahua (CONABiO 2010).

Recolecta de muestras: Se realizaron muestreos con una periodicidad semanal de noviembre del 2007 a marzo del 2008 (obteniendo  un  total  de  19  muestras,  15  machos y 4 hembras), debido a que es la época de migración de la especie, y por lo tanto es la temporada en que más se captura el tiburón puntas  negras,  por  las  cooperativas  pesqueras de Tamiahua. El área de captura de estos organismos  comprendió  desde  la  bocana  de la laguna de Tamiahua hacia el norte hasta el ejido de Cabo Rojo, a una longitud de 24km mar adentro. La captura se llevó a cabo por medio de pesca artesanal (principalmente por palangre y simbra), y para ello se emplearon embarcaciones de ocho metros de eslora y dos metros de manga, fabricadas en fibra de vidrio con motores fuera de borda de 70hp.

Una vez que las embarcaciones llegaban a las cooperativas con los tiburones, capturados durante el día, se determinó la especie y se pro- cedió a registrar los siguientes datos: longitud total, peso total eviscerado, sexo y estado de madurez (neonatos, juveniles, adultos y hembras preñadas). Posteriormente, con la ayuda de un bisturí se tomaron 100g de hígado de cada uno de los tiburones, y estos se colocaron en bolsas herméticas de plástico para conservarlas en hielo hasta su traslado al laboratorio y realizar los análisis correspondientes. Se seleccionó el hígado para cuantificación de metales pesados, ya que este órgano es altamente consumido por los miembros de la comunidad de Tamiahua,  y  es  comercializado  en  forma de cápsulas; es importante mencionar que el hígado es un órgano blanco en el cual es fácil de acumular metales.

Preparación y análisis de las muestras: Los tejidos fueron descongelados y limpiados con agua destilada. Las muestras se prepararon en base a la NOM-117-SSA1-1994, y consistió en secar todos los tejidos en una estufa eléctrica a 60°C aproximadamente durante una semana hasta alcanzar el peso constante; después, las muestras secas fueron molidas en morteros de porcelana. Las muestras de 0.5g se digirieron con  10mL  de  ácido  nítrico  concentrado  en un micro-Kjeldahl, proceso que evitó que las muestras llegaran a ebullición. Para el Hg y el  As  fue  necesaria  una  segunda  digestión, con 2.5mL de H2SO concentrado, 1.25mL de HNO3, 3.0mL de KMNO4 al 5% y se digirieron en  el  micro-Kjeldahl  durante  dos  horas  con agitación, sin ebullición. Finalmente, se les añadió hidroxilamina hasta eliminar el color rosa. Se prepararon cinco muestras de tejido para cada hígado: (i,ii) dos muestras vírgenes, (iii) muestra de tejido más estándar multielementos certificado (High-Purity Standards iCP Analytical Mixture 5 100µL/mL en 5% HCl) para Cd, Pb, As y Cr y para mercurio (estándar Hg  Atomic  absortions  Standard  10%  HNO3 100mL 1 000µL/mL), (iv) un blanco con ácido clorhídrico (HCl) y (v) un blanco referenciado (HCl y estándar, los mencionados anteriormente). Las muestras se filtraron en papel Whatman #40 con el fin de eliminar cualquier tipo de residuo. Posteriormente, se depositaron en matraces y se aforaron a 50mL con agua desionizada. Finalmente, se procedió a realizar las lecturas de los elementos con ayuda de un espectrofotómetro de absorción atómica marca GBC modelo HG3000. Las muestras fueron leídas mediante espectrofotometría de absorción atómica por medio de flama y para el Cd, Pb y Cr por generador de hidruros para Hg y As.

A partir de los datos obtenidos se procedió a su interpretación, tomando como referencia los datos de la Norma Oficial Mexicana NOM- 027-SSA1-1993 y la FDA (Administración de drogas y alimentos, por sus siglas inglés) de los Estados Unidos de América (Agency for Toxic Substances & Disease Registry 2007). Se realizaron análisis estadísticos (t-Student y Mann- Whitney) para determinar si existen diferencias significativas en la concentración de metales entre los sexos y estados de madurez de los organismos. Para establecer si hay una correlación entre longitudes y concentración de metales se realizó la prueba de Correlación de Pearson. Estos análisis se realizaron mediante el programa estadístico Sigma Stat versión 3.


Resultados

Se recolectaron un total de 19 hígados del tiburón Carcharhinus limbatus en un lapso de cinco meses de noviembre 2007 a marzo 2008, de los cuales 12 muestras correspondieron a machos adultos, una hembra adulta y a juveniles machos (3) y hembras (3). La talla máxima  (longitud total) registrada fue de un macho adulto con 151cm y la talla mínima reportada fue de 84cm de una hembra juvenil (Cuadro 1).

La  máxima  concentración  encontrada  de Hg fue de 0.693mg/kg y la mínima de 0.068mg/ kg, registrándose en promedio una concentración de 0.196mg/kg. Tanto la concentración máxima como la mínima se encontraron en adultos machos (Cuadro 1). El Cd sólo estuvo presente en 12 de los 19 hígados analizados, tanto el valor máximo (0.434mg/kg) como el mínimo (0.282mg/kg) se presentaron en adultos machos. El valor promedio de este metal fue de 0.214mg/kg. Para el Cr, la máxima concentración registrada fue en una hembra juvenil (0.706mg/kg) y la mínima en un macho adulto (0.355mg/kg), con un promedio de  0.478mg/ kg. Respecto al As, la  concentración  mínima (14.914mg/kg), así como la máxima (27.376mg/ kg), ambas se presentaron en hembras juveniles, la concentración promedio fue de 21.315mg/kg (Cuadro 1). En cuanto al Pb, no fue detectado en ninguna de las muestras, no al menos en la cantidad de detección mínima requerida (0.05mg/kg) por el espectrofotómetro.

Los análisis estadísticos de t-Student y Mann-Whitney mostraron una diferencia significativa entre los sexos de los organismos con relación al Cr (p=0.024), siendo las hembras las que mayor concentración de Cr presentaron (media=0.559). Para los demás elementos no hubo diferencias significativas (p=0.669). En cuanto a los estados de madurez la prueba esta- dística de t-Student no mostró diferencias significativas entre estos (p=0.593). Mediante un análisis de correlación de Pearson, se observó que para el Cr y As, hay una correlación entre la longitud del organismo y la concentración del metal (Cr: p=0.0097, As: p=0.0157). Entre más largo el organismo mayor concentración del metal presentaba. Para el Hg y Cd, no existió correlación alguna.


Discusión

De acuerdo a la Norma Oficial Mexicana NOM-027-SSA1-1993 (Bienes y servicios, productos de la pesca, pescados frescos-refrigerados y congelados: especificaciones sanitarias) el límite máximo permisible de Hg en peces para consumo humano es de 1.0mg/kg. En este estudio que se realizó con tiburones puntas negras ninguna de las muestras alcanzó este límite, siendo la concentración máxima para este metal de 0.69mg/kg, encontrándose en un macho adulto.

Núñez et al. (1998) realizaron un estudio en 44 cazones (Rhizoprionodon terraenovae) capturados en las zonas costeras de Veracruz y Tabasco, en los cuales encontraron concentraciones promedio de Hg en los hígados de 0.16mg/kg en peso seco. Al igual que en el presente  estudio,  las  concentraciones  de  Hg no  rebasan  el  límite  máximo  permitido  por la normatividad vigente en México. Por otro lado, un estudio llevado a cabo en tiburones de la especie Carcharhinus leucas que habitan las lagunas costeras del Golfo de California reportan concentraciones de Hg en el hígado por debajo de los límites permisibles (Ruelas- inzunza & Páez-Osuna 2005). Sin embargo, concentraciones elevadas de este elemento se han observado en las costas de Florida, donde Evers et al. (2008) analizaron Hg en el músculo de C. limbatus y obtuvieron un promedio de 3.31mg/kg, lo cual representa una diferencia notable en comparación con las concentraciones que se registraron en los organismo de la zona costera de Veracruz.

La Norma Oficial Mexicana NOM-027- SSA1-1993  indica  que  la  concentración  de Cd en peces para consumo humano no debe exceder de 0.5mg/kg. Ninguno de los hígados de los tiburones muestreados rebasó este límite, siendo la concentración máxima de 0.434mg/ kg, encontrada en un macho adulto. Ruiz et al (1996), realizaron un estudio de metales pesados (Cd y Hg) en peces nicuro (Pimelodonus clarias) y bocachico (Prochilodus magdalenae) capturados en el río Magdalena en Colombia,  encontrando  concentraciones  de  Hg  de 3.5mg/kg y de Cd de hasta 256mg/kg, lo cual muestra que este río se encuentra contaminado. Mientras que en la zona costera de Tamiahua, en los tiburones no se encuentran tales niveles de contaminantes, teniendo en cuenta que estos  son  organismos  que  se  encuentran  en el tope de la red trófica, y que habitan aguas circun-tropicales y algunos en aguas templadas (Furlong-Estrada & Barragán-Cuencas 1997).

La concentración de Cr en el hígado de los  tiburones  fue  baja  en  comparación  a  lo que establece la FDA (13 mg/kg), aunque el Cr puede desecharse en las heces y la orina, también puede llegar a bioacumularse y causar algunos daños en el ser humano tales como cuadros gastrointestinales agudos (Galvão & Corey, 1987). La dosis mortal de Cr para el ser humano es de 6-8g/Kg/d de este metal, sin embargo, en México no existe una norma que regule los niveles permisibles de este metal en la biota a pesar del daño que este puede generar.

Ninguna normatividad mexicana establece los límites permisibles de As para productos de la pesca, pescados frescos-refrigerados, así que se tomó como referencia los límites máximos permisibles para el As que establece la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) de E.U.A. en peces. La FDA establece que los límites máximos de As, no deben de exceder de 76mg/kg en peso húmedo. En esta investigación  la  concentración  máxima  registrada fue de 27.376mg/kg peso seco y la mínima de 14.914mg/kg. La Agency for Toxic Substances & Disease Registry (2007) ha realizado varios estudios en los que ha demostrado que el arsénico aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel, hígado, vejiga y pulmones. Lo que es alarmante aún es que en México no se esté regulando la presencia de este contaminante en los pescados que se consumen. El As inorgánico puede cau- sar daños serios a la salud (Agency for Toxic Substances & Disease Registry 2007).

Un estudio realizado en el Mar Mediterráneo de As en hígado de varios tiburones, indicó concentraciones similares a las observadas en este trabajo (Storelli & Marcotrigiano 2004). Por otro lado un estudio realizado en tiburones de la especie Squalus acanthias capturados en la zona costera de italia, mostró concentraciones altas de Hg (6.5mg/kg), siendo estas concentraciones muy inferiores a las reportadas para esta investigación.

Es de suma importancia recalcar que tanto las normas mexicanas como americanas, los límites máximos permisibles, son en base húmeda, sin embargo las muestras en este estudio se trabajaron en base seca, y que aunque se esperaría encontrar mayor concentración en base seca, los resultados obtenidos no rebasaron lo establecido para base húmeda.

La toxicidad de los metales están influenciados por factores de tipo fisicoquímicos (salinidad, pH, Eh, dureza) y biológicos (edad, talla, hábitos alimenticios, madurez) (Páez- Osuna 2005). En un estudio realizado por Núñez-Nogueira (2005) en tiburones de la especies C. limbatus capturados en las playas de Chachalacas y en la costa de Veracruz, mostró que existía una diferencia entre los sexos de los organismos en la concentración del Hg, así como la longitud y la edad de los organismos con la concentración del Pb y Hg. En el presente estudio, se presentaron diferencias significativas entre sexos de los organismos entre el Cr, pero no para los estadios de madurez. Mediante un análisis de correlación de Pearson, se observó que para el Cr y As, hay una correlación entre la longitud del organismo y la concentración del metal. Entre más largo el organismo mayor concentración del metal presentaba. Esto se debe a que en organismos mayores  el  fenómeno  de  magnificación  se hace más evidente ya que están consumiendo más alimento y generalmente son organismos de mayor edad.

En general, para los tiburones y para la mayoría de los organismos marinos que son consumidos por los humanos, el cumplimiento de las normas sanitarias debe ser primordial. Los organismos acuáticos en particular, los que se encuentran en los niveles tróficos superiores, como son delfines, tiburones y otros peces grandes, tienden a bioacumular y biomagnificar grandes cantidades de metales pesados (Marcovecchio et al. 1991, Fowler et al. 2004, Evers et al. 2008). Es por eso, la importancia de conocer los niveles de contaminantes inorgánicos en los organismos tope para tener una idea del estado de salud del ecosistema marino y el posible daño en la salud humana debido a que muchos de ellos son de importancia comercial.

La laguna de Tamiahua, así como las aguas de sus costas son muy importantes, debido a que en estas se capturan importantes especies de peces, crustáceos y moluscos de interés comercial. Sin embargo, alrededor de esta zona se encuentran importantes puertos (Tuxpan y Tampico)  muy  industrializados  que  cuentan con plataformas petroleras, plantas generadoras de energía eléctrica, gran actividad agrícola y los efluentes domésticos de las ciudades que son vertidos en ríos que desembocan en el mar. Todo lo antes mencionado son las principales fuentes de metales pesados hacia los ecosistemas lagunares, costeros y marinos (Forstner & Wittmann 1979).

Dado lo anterior es de gran interés y de suma importancia realizar estudios mucho más prolongados con C. limbatus y con las demás especies que se capturan en la región, con la finalidad de conocer el grado de exposición a contaminantes en los ecosistemas acuáticos se encuentran y determinar los posibles riesgos de salud en los que se puedan encontrar los pobla- dores que consumen estos organismos.


Agradecimientos

Al Laboratorio de Mamíferos Marinos de la Universidad Veracruzana por haber financia- do el proyecto a través de un apoyo otorgado a A. Serrano. A M. López-Ortega por su asesoría en el análisis de las muestras.



Referencias

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*Correspondencia:
Fernando Mendoza-Díaz, Arturo Serrano: Laboratorio de Mamíferos Marinos, Universidad Veracruzana, km. 7.5 Carretera  Tuxpan-Tampico, C.P. 92850, Tuxpan, Veracruz, México, CP. 92850. tigrerayado013@hotmail.com. arserrano@uv.mx
Liliana Cuervo-López: Laboratorio de Conservación y Preservación de Ecosistemas, Universidad Veracruzana,  Carretera Tuxpan-Tampico km 7.5, Colonia Universitaria, C.P.92850. lcuervo@uv.mx
Alejandra López-Jiménez:  Laboratorio de Mamíferos Marinos, Universidad Veracruzana, km. 7.5 Carretera  Tuxpan-Tampico, C.P. 92850, Tuxpan, Veracruz, México, CP. 92850. malexa_58@hotmail.com
José A. Galindo:  Laboratorio de Mamíferos Marinos, Universidad Veracruzana, km. 7.5 Carretera  Tuxpan-Tampico, C.P. 92850, Tuxpan, Veracruz, México, CP. 92850. jose_angel82@hotmail.com
Agustín Basañez-Muñoz: Laboratorio de Conservación y Preservación de Ecosistemas, Universidad Veracruzana,  Carretera Tuxpan-Tampico km 7.5, Colonia Universitaria, C.P.92850, Tuxpan, Veracruz, México. abasanez@uv.mx
1. Laboratorio de Mamíferos Marinos, Universidad Veracruzana, km. 7.5 Carretera  Tuxpan-Tampico, C.P. 92850, Tuxpan, Veracruz, México, CP. 92850; arserrano@uv.mx, tigrerayado013@hotmail.com, malexa_58@hotmail.com, jose_angel82@hotmail.com
2. Laboratorio de Conservación y Preservación de Ecosistemas, Universidad Veracruzana,  Carretera Tuxpan-Tampico km 7.5, Colonia Universitaria, C.P.92850, Tuxpan, Veracruz, México; abasanez@uv.mx, lcuervo@uv.mx

Recibido 06-II-2012. Corregido 20-VIII-2012.  Aceptado 24-IX-2012.

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