Estimaciones recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que entre los años 1975 y 2016 la prevalencia mundial de la obesidad se ha casi triplicado, al punto de que se ha convertido en un problema sanitario categorizado como pandemia.1 En el 2017, alrededor del 13% de la población adulta mundial (11% de los hombres y 15% de las mujeres) presentaba obesidad.1En Costa Rica, la última Encuesta Nacional de Nutrición (2008-2009) demostró que la prevalencia de exceso de peso en personas de 20 a 64 años es de 62,4% en hombres y 66,6% en mujeres (Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Nutrición 2008-2009).
El exceso de peso conduce a un aumento progresivo de la prevalencia de patologías crónicas asociadas como la diabetes mellitus tipo 2, la hipercolesterolemia, la hipertrigliceridemia, las enfermedades cardiovasculares y diversos tipos de cáncer.2
Se estima que la cifra anual de muertes por estas enfermedades aumentará a 55 millones para el año 2030 en países de ingresos bajos y medios, si no se realizan intervenciones preventivas y curativas (Organización Panamericana de la Salud, OMS. Plan de acción mundial para la prevención y el control de las enfermedades no transmisibles 2013-2019).
En Costa Rica, la principal causa de muerte en el 2012 fueron las enfermedades isquémicas del corazón, seguidas por las enfermedades cerebrovasculares y la enfermedad hipertensiva. Para ese mismo año, el 95,9% de las muertes por estas enfermedades ocurrió en personas de 45 años y más (Caja Costarricense de Seguro Social. Guía para la previnción de las enfermedades cardiovasculares. San José, Costa Rica, 2015).
Diversas organizaciones mundiales coinciden en que los principales factores que promueven el exceso de peso y la aparición de las enfermedades crónicas son el sedentarismo y los malos hábitos alimentarios.2 La transición nutricional de los últimos años a una dieta alta en carbohidratos refinados, azúcares, grasas y alimentos de origen animal, y baja en ácidos grasos poliinsaturados y fibra dietética, se ha evidenciado en muchos países, especialmente en los de ingresos bajos y medios. Esta transición, sin embargo, varía en cada población porque está determinada por múltiples factores relacionados con el entorno social y físico, la cultura, la religión, el nivel socioeconómico, la edad y el género.3
Por tanto, es fundamental que cada país o región conozca los hábitos alimentarios de su población. Estos abarcan la amplia gama de alimentos frecuentemente consumidos, las preferencias, los patrones alimentarios y las prácticas culinarias propias de cada grupo.4 Además, en los últimos años, en el campo de la epidemiología nutricional, se ha observado un creciente interés en el enfoque de patrones alimentarios, dado que permite la caracterización de la dieta de manera integral y extrapolable a recomendaciones alimentarias.5 El patrón alimentario de la población se define por la naturaleza, calidad, cantidad y proporciones de diferentes alimentos y bebidas en la dieta de un individuo, y la frecuencia con las cuales son habitualmente consumidos (World Cancer Research Fund, American Institute of Cancer Research. Food, Nutrition, Physical activity and the Prevention of Cancer: a Global perspective. Cancer Research 2007).
En la actualidad, se desconocen los hábitos alimentarios de la población costarricense más allá de lo arrojado en la Encuesta Nacional de Nutrición del año 1996 (Ministerio de Salud.
Encuesta Nacional de Nutrición 1996). Sumado a lo anterior, de la última Encuesta Nacional de Nutrición (2008-2009) realizada en el país, solo se ha publicado los datos referentes al estado nutricional según antropometría, por lo que existe un gran vacío de información sobre el consumo habitual de alimentos.
Contar con una descripción actualizada sobre los hábitos alimentarios permitiría redireccionar, planificar y desarrollar políticas, programas de educación nutricional y estrategias de comunicación alimentario-nutricional basados en la evidencia y dirigidos a combatir los principales problemas de salud, como el exceso de peso.
Por estos motivos, el propósito de este artículo fue obtener información actualizada sobre los hábitos alimentarios de la población urbana costarricense tomando en cuenta las diferencias que pueden existir según las variables sexo, nivel socioeconómico y rango de edad.
Métodos
Población
Se incluyó una muestra de 798 participantes de entre 15 y 65 años de edad, residentes en áreas urbanas de Costa Rica, quienes formaron parte del Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS). El ELANS es un estudio observacional, multicéntrico, transversal y poblacional que tiene como objetivo general evaluar la ingesta nutricional, la actividad física y su relación con la prevalencia de obesidad en las poblaciones urbanas representativas de ocho países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela y Costa Rica.6
Los criterios de inclusión de los participantes fueron: ser hombre o mujer dentro del rango de edad establecido. En caso de ser menor de edad (15 años- 17 años 11 meses) contar con el consentimiento firmado del padre o encargado legal, así como del asentimiento del participante, y en caso de ser mayor de 18 años firmar el consentimiento informado. De esa población se excluyeron a adolescentes o adultos con discapacidad mental y/o física, que impidiera proporcionar la información requerida, así como a las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia menor de 6 meses.
La población fue seleccionada mediante un diseño muestral complejo, estratificado por conglomerados (ciudades o aglomeraciones de ciudades) y polietápico, con selección aleatoria de Unidades Primarias de Muestreo y las Unidades Secundarias de Muestreo.
Recolección de la información
El proceso de recolección de datos del ELANS se llevó a cabo en dos visitas. En la primera visita se aplicó a los participantes un formulario sociodemográfico y el primer recordatorio de 24 horas (R24). El formulario sociodemográfico incluyó preguntas sobre sexo, edad, estado civil, país de nacimiento, situación laboral actual, lugar en el que desarrolla el trabajo, tenencia de bienes, número de personas que viven en el hogar, número de baños que tiene la vivienda, nivel de educación formal del jefe de familia, entre otros. La segunda visita se realizó de tres a ocho días después del contacto inicial y en esta visita se aplicaró el segundo R24.
Variable | Frecuencia (%) |
---|---|
Sexo | |
Hombre | 394 (49,4) |
Mujer | 404 (50,6) |
Nivel socioeconómico | |
Bajo | 262 (32,8) |
Medio | 428 (53,6) |
Alto | 108 (13,5) |
Rango de edad | |
15-19 años | 121 (15,2) |
20-34 años | 301 (37,7) |
35-49 años | 224 (28,1) |
50-65 años | 152 (19,1) |
Análisis de datos
La información de consumo de alimentos obtenida a través del R24, fue registrada en medidas caseras y por medio de comparación con fotos de diferentes porciones de alimentos disponibles en un manual de fotografías elaborado para Costa Rica
(Chinnock A, Castro-Jirón R. Manual Fotográfico de Porciones de Alimentos Comunes En Costa Rica. San José: Universidad de Costa Rica; 2014). Los datos de consumo de alimentos fueron analizados con el programa Nutrition Data System for Research (NDSR) versión 2013 desarrollado por el Centro de Coordinación en Nutrición de la Universidad de Minnesota.
Para determinar el consumo diario promedio, se clasificaron los alimentos en 30 grupos considerando su aporte nutricional y los hábitos alimentarios de los costarricenses. Seguidamente, se calculó el consumo diario promedio y la desviación estándar de los grupos de alimentos para la totalidad de la población y según la variable sexo. A estos datos se les aplicó la prueba Kolmogorov-Smirnov y, como tuvieron una distribución normal, se les aplicó la prueba t-Student para conocer las diferencias entre los promedios del consumo de los grupos de alimentos según el sexo. Se consideró como diferencia significativa un valor de p<0,05.
Los tiempos de comida, fueron clasificados como desayuno, merienda de la mañana, almuerzo, merienda de la tarde y cena, de acuerdo a la referencia del entrevistado, y no de acuerdo a un horario específico. Se calculó la frecuencia de veces en que se realizó cada tiempo de comida en los 1596 R24 aplicados.
Para conocer si había diferencias significativas (p<0,05) según el sexo, el nivel socioeconómico y el rango de edad, se aplicó la prueba chi cuadrado. Para ello, se utilizó el programa Statistical Package for the Social Science (SPSS) versión 21.0.0.0.
Resultados
En el cuadro 1 se presenta la distribución de la población según el sexo, el nivel socioeconómico y el rango de edad.
El consumo diario promedio de los grupos de alimentos de la población de estudio y la equivalencia del consumo en medidas caseras se muestra en el cuadro 2. Al analizarlo por sexo, las mujeres tuvieron únicamente un consumo diario promedio mayor de vegetales no harinosos y de té y agua dulce (p<0,05) y un consumo diario promedio inferior de 15 grupos de alimentos en comparación con los hombres (p<0,05).
Respecto a los tiempos de comida, en el cuadro 3 se muestra La merienda de la tarde fue realizada con más frecuencia por las mujeres (p<0,05) y la cena fue más frecuente a mayor nivel socioeconómico de los participantes (p<0,05). que el desayuno se realizó con más frecuencia a mayor edad de los participantes (p<0,05). De igual forma, la merienda de la mañana fue realizada con más frecuencia conforme aumenta la edad (p<0,05) y el nivel socioeconómico (p<0,05) de los participantes.
La merienda de la tarde fue realizada con más frecuenciapor las mujeres (p<0,05) y la cena fue más frecuente a mayor nivel socioeconómico de los participantes (p<0,05). En el cuadro 4 se presenta la frecuencia de consumo de alimentos por tiempo de comida, incluyendo únicamente aquellos que fueron reportados por un porcentaje mayor al 10% de los participantes. A continuación, se mencionan los grupos de alimentos en los que se encontró diferencias significativas (p<0,05) en la frecuencia de consumo según el sexo, el nivel socioeconómico y el rango de edad en los diferentes tiempos de comida.
Grupos de alimentos | Promedio | Desviación estandar | Equivalencia aproximada en medidas caseras* |
Carne de aves cocida** | 30,81 | 51,43 | 1/3 taza de pollo desmenuzado |
Carne de res y cordero cocida** | 22,96 | 40,13 | 1 cucharada de carne molida arreglada |
Embutidos** | 16,38 | 32,27 | 1 rebanada de jamón |
Carne de cerdo cocida | 14,89 | 34,33 | 1 chicharrón pequeño |
Vísceras cocidas | 2,16 | 13,48 | - |
Pescados y mariscos cocidos** | 17,50 | 36,19 | 1 cucharada copetona de atún |
Huevo cocido sin o con vegetales** | 23,26 | 31,49 | Medio huevo cocido |
Preparaciones caseras y comerciales** | 96,02 | 125,22 | 2/3 taza de arroz con pollo |
Sopas, caldos, aderezos y condimentos | 36,69 | 84,62 | 2 cucharadas de caldo de pollo |
Leguminosas cocidas sin o con carne o pescado** | 80,25 | 89,91 | 1/3 taza de frijoles |
Arroz blanco cocido** | 210,54 | 160,63 | 1 1/2 taza de arroz |
Otros cereales** | 68,87 | 101,81 | 1/3 taza de espaguetis |
Panes y tortillas** | 56,08 | 51,42 | 2 rebanadas de pan blanco cuadrado |
Galletas dulces y saladas | 12,04 | 21,29 | 2 galletas maría |
Postres y repostería | 33,40 | 58,12 | 1 rebanada delgada de queque seco |
Azúcares, mieles y dulces | 19,14 | 24,84 | 4 paquetes individuales de azúcar |
Vegetales no harinosos** | 81,44 | 106,97 | 1 taza de ensalada de repollo con zanahoria |
Vegetales harinosos** | 49,98 | 72,70 | 1 papa pequeña |
Frutas | 65,80 | 115,12 | 1/2 manzana |
Grasas y aceites** | 10,95 | 18,53 | 2 cucharaditas de aceite |
Nueces, semillas y frutos secos** | 1,84 | 10,20 | - |
Leche y bebidas vegetales | 68,61 | 122,97 | 1/4 taza de leche |
Quesos | 7,64 | 16,85 | 1/2 rebanada de queso |
Yogurt | 4,22 | 27,43 | - |
Bebidas con azúcar** | 473,83 | 461,97 | 2 tazas |
Café | 338,85 | 319,68 | 1 1/3 taza |
Bebidas alcohólicas** | 79,57 | 370,40 | 1/4 de lata de cerveza de 350 ml |
Té y agua dulce** | 32,88 | 96,06 | - |
Bebidas sin azúcar | 17,45 | 66,14 | - |
Fórmulas y suplementos | 0,98 | 15,84 | - |
*Medidas caseras tomadas de Chaverri, Rodríguez & Chinnock.43 **Diferencia significativa según sexo (p<0,05).
Sexo | Nivel socioeconómico | Rango de edad (años) | |||||||
Tiempo de Comida | Masculino | Femenino | Bajo | Medio | Alto | 15-19 | 20-34 | 35-49 | 50-65 |
Desayuno | 91,0 | 92,9 | 91,0 | 92,5 | 91,3 | 87,6* | 89,5* | 95,3* | 95,7* |
Merienda de la mañana | 28,9 | 34,5 | 25,2* | 34,7* | 35,8* | 27,3* | 28,1* | 35,3* | 37,5* |
Almuerzo | 87,6 | 92,0 | 89,1 | 90,2 | 89,0 | 89,3 | 90,2 | 89,5 | 89,8 |
Merienda de la tarde | 55,5* | 70,4* | 60,9 | 63,2 | 67,0 | 57,9 | 59,6 | 65,4 | 70,4 |
Cena | 82,7 | 78,6 | 79,6* | 80,4* | 83,5* | 82,6* | 84,1* | 79,0* | 75,0* |
*Diferencia significativa según prueba de Chi2 (p<0,05)
En el desayuno, los grupos de alimentos más consumidos fueron el café y los panes. El café fue más consumido por las personas de nivel socioeconómico bajo y a mayor edad de los participantes, mientras que el gallo pinto fue más consumido por los hombres y a mayor edad de las personas.
En la merienda de la mañana, las frutas fueron el grupo de alimentos más consumido, seguido por las bebidas con azúcar. No obstante, las mujeres consumieron más frutas que los hombres. Al igual que en el desayuno, se consumió más café a mayor edad de los participantes.
En el almuerzo, el patrón estuvo constituido principalmente por el arroz blanco, las bebidas con azúcar y las leguminosas. Los hombres consumieron más leguminosas y menos vegetales no harinosos que las mujeres en este tiempo de comida. Con respecto a las bebidas con azúcar, estas fueron más consumidas a menor edad de los participantes.
En la merienda de la tarde la población de estudio consumió principalmente café, panes y postres y repostería. Las mujeres consumieron más café y postres y repostería que los hombres.
Además, se consumió más café y panes a mayor edad de los participantes. Por el contrario, el consumo de postres y repostería fue mayor a menor edad de las personas. Por último, en la cena los grupos de alimentos más consumidos fueron similares a los del almuerzo: el arroz blanco, las bebidas con azúcar y las leguminosas. Los hombres consumieron más arroz blanco y leguminosas en comparación con las mujeres.
Asimismo, el arroz blanco fue más consumido por los participantes de nivel socioeconómico bajo y las bebidas con azúcar fueron más consumidas a menor edad de los participantes.
Discusión
El aumento en la prevalencia de enfermedades crónicas se relaciona con la transición alimentaria que se ha presentado en varias regiones del mundo, por lo que es necesario conocer los hábitos de alimentación de la población costarricense en la actualidad, así como las diferencias que se presentan de acuerdo al poder adquisitivo de las familias, el género y la edad de los grupos estudiados.
En este estudio se pudo observar que el patrón alimentario de la población urbana costarricense es poco variado. Los componentes del plato típico llamado “casado” continúan siendo los más incluidos en el almuerzo y en la cena, pero el consumo de leguminosas, frutas y vegetales y pescado es insuficiente, mientras que las bebidas con azúcar están presentes en todos los tiempos de comida.
En relación con las leguminosas, el consumo diario promedio fue inferior a la media taza todos los días recomendada en las Guías Alimentarias para Costa Rica (Ministerio de Salud de Costa Rica. Guías Alimentarias para Costa Rica, 2011).
Esta situación fue descrita desde la última Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos (Ministerio de Salud. Encuesta Nacional de Consumo de Alimentos. 2001), donde se demostró una disminución en el consumo per cápita de frijoles del año 1989 al 2001. Al comparar por sexo, las mujeres consumieron menos leguminosas. Esto puede deberse a la incorporación de la mujer en el mercado laboral y a la disminución en el tiempo dedicado a realizar diversas preparaciones, por lo que se recurre a alimentos de fácil preparación o adquiridos fuera de casa.7 Las leguminosas aportan gran variedad de nutrientes críticos como la fibra dietética, la piridoxina, la riboflavina, el magnesio, el zinc y el fósforo,8 por lo que debe fomentarse su consumo en la población.
Los participantes también reportaron un consumo diario promedio insuficiente de frutas y vegetales no harinosos en comparación con la recomendación de las Guías Alimentarias para Costa Rica (cinco porciones entre frutas y vegetales por día). No obstante, las mujeres tuvieron un mayor consumo de vegetales no harinosos y frutas en comparación con los hombres.
Otros estudios también han identificado que las mujeres comen más frutas y vegetales 9-11 y que los hombres consumen más carnes rojas, salchichas, alcohol y alimentos con alto contenido de azúcar,10-12tal como se observó en los resultados de consumo de estos grupos de alimentos. Este comportamiento puede deberse a los roles de género establecidos socialmente. El consumo de alcohol,13 el menor interés en la salud, la nutrición o la cocina13 y la preferencia de los alimentos por su sabor10,13y por la facilidad de adquirirlos14 se asocian con lo masculino, mientras que el consumo de vegetales, frutas y golosinas12 y la “ligereza” y la delicadeza en el apetito13 con lo femenino.
Grupo de alimentos | Frecuencia de consumo | % de tiempos de comida que incluyen este alimento |
Desayuno | 1468 | |
Café con o sin leche | 988 | 67,3 |
Panes | 748 | 51,0 |
Gallo pinto | 345 | 23,5 |
Huevo | 298 | 20,3 |
Leche y bebidas vegetales | 236 | 16,1 |
Bebidas con azúcar | 198 | 13,5 |
Embutidos | 177 | 12,1 |
Quesos | 172 | 11,7 |
Merienda de la mañana | 507 | |
Frutas | 238 | 46,9 |
Bebidas con azúcar | 90 | 17,7 |
Café con o sin leche | 63 | 12,4 |
Galletas dulces y saladas | 61 | 12,0 |
Postres y repostería dulce y salada | 57 | 11,2 |
Almuerzo | 1433 | |
Arroz blanco | 954 | 66,6 |
Bebidas con azúcar | 883 | 61,6 |
Leguminosas con o sin carne | 604 | 42,1 |
Vegetales no harinosos | 453 | 31,6 |
Carnes rojas | 298 | 20,8 |
Vegetales harinosos | 231 | 16,1 |
Carnes blancas | 175 | 12,2 |
Sopas | 158 | 11,0 |
Pastas con o sin carne | 156 | 10,9 |
Arroces compuestos | 148 | 10,3 |
Merienda de la tarde | 1006 | |
Café con o sin leche | 557 | 55,4 |
Panes | 260 | 25,8 |
Postres y repostería dulce y salada | 220 | 21,9 |
Bebidas con azúcar | 208 | 20,7 |
Galletas dulces y saladas | 199 | 19,8 |
Leche y bebidas vegetales | 114 | 11,3 |
Frutas | 102 | 10,1 |
Cena | 1287 | |
Arroz blanco | 600 | 46,6 |
Bebidas con azúcar | 589 | 45,8 |
Leguminosas con o sin carne | 397 | 30,8 |
Vegetales no harinosos | 227 | 17,6 |
Carnes rojas | 190 | 14,8 |
Sopas | 138 | 10,7 |
Carnes blancas | 136 | 10,6 |
Sumado a lo anterior, las mujeres han demostrado tener una mayor preocupación por el control de su peso corporal13,14y se someten a dietas con más frecuencia que los hombres y tienen creencias más sólidas en la alimentación saludable que los hombres.13
Con respecto a los pescados y mariscos, la población de estudio tuvo un consumo promedio diario inferior a lo recomendado por la Asociación Americana del Corazón para la prevención de las enfermedades crónicas, particularmente las cardiovasculares.15,16Este resultado sustenta lo observado en el año 2015, donde la mayoría de las familias costarricenses reportaron consumir pescado solamente una vez al mes. La principal razón de su poca inclusión en la alimentación fue su alto costo económico. 17
En cuanto a las diferencias encontradas según el nivel socioeconómico, las personas de nivel socioeconómico bajo consumieron más café en el desayuno y arroz blanco en la cena. Esta situación puede deberse al limitado acceso a los alimentos de estos participantes, que incide en la variedad de productos que se consumen en la familia.17-18 Según la última
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (2013), el gasto de consumo mensual per cápita en alimentación de los hogares de mayores ingresos fue casi tres veces al de los hogares de menores ingresos19. Por tanto, los hogares más pobres consumen con frecuencia alimentos de menor costo como el pan y los cereales, principalmente el arroz, las pastas y las galletas, y con menos frecuencia frutas, hortalizas, legumbres y pescados (Porras A. Desigualdad y polarización en el consumo de alimentos en Costa Rica. CLASCO, Buenos Aires; 2015).
Otros factores que influyen en el consumo de alimentos en las personas de menores ingresos económicos son la falta de conocimientos sobre temas de nutrición, la apatía hacia los mensajes de prevención nutricional19 y el tiempo limitado para las compras y la cocción de los alimentos.
Acerca de las diferencias según el rango edad, se consumió más café en el desayuno y en las meriendas a mayor edad de los participantes. Esta tendencia puede deberse a los factores que principalmente influyen en su consumo, como el género, la familia como fuente de información, la salud, el costo, el aroma, el efecto anti-migraña, la tradición familiar, el sabor y por último el efecto energizante. 20 Las personas de 15 a 19 años, en cambio, prefieren tomar otro tipo de bebidas, como las bebidas con azúcar. Este hallazgo es sustentado por los resultados del estudio ELANS sobre la ingesta de azúcares totales y agregados, donde se reportó que en Costa Rica las personas de 15 a 19 años tuvieron un consumo diario promedio mayor de azúcares agregados (75 g; 15,6% del valor energético total) en comparación con las personas de los otros rangos de edad.21 En otros estudios22-25 también se ha observado que las personas más jóvenes son más vulnerables a una mayor ingesta de azúcares totales y agregados, lo que puede explicarse por la inmadurez en la elección de los alimentos que existe en esta etapa de la vida y, en gran medida, por la influencia de la publicidad. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS),26 las bebidas azucaradas y las comidas rápidas están desplazando a los alimentos frescos y más nutritivos, contribuyendo al incremento mundial de la obesidad, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares,27,28 la diabetes mellitus tipo 2,29,30 y la hipertensión arterial.31 En Costa Rica, según la Encuesta Nacional de Nutrición 2008-2009, el 21% de las personas entre 13 y 19 años tienen exceso de peso lo que la destaca como una población vulnerable.
Otro factor que puede estar influyendo en el consumo de bebidas con alto contenido de azúcar es la gran oferta que hay en el país. Al comparar el contenido de azúcares de diferentes bebidas no alcohólicas comercializadas en Argentina y Costa Rica se encontró que en Costa Rica predominaron las bebidas azucaradas (77,6%), de las cuales la mayoría (56%) tuvo contenidos de azúcares por encima del valor diario recomendado por la OMS. Las categorías con mayor contenido de azúcares fueron los néctares (24,7 g/200 ml), los jugos de fruta (22,5 g/200 ml) y las gaseosas regulares (22,5 g/200 ml).32 Estas últimas forman parte de las bebidas con azúcar que más están consumiendo los adolescentes en nuestro país. En conclusión, los resultados de este estudio muestran que los hábitos alimentarios actuales de la población costarricense entre los 15 y 65 años de edad, residente en el área urbana, se caracterizan por un alto consumo de café, panes, arroz blanco y bebidas con azúcar y un consumo insuficiente de leguminosas, frutas, vegetales no harinosos y pescados. Esta realidad evidencia la necesidad de reforzar los programas de educación que guíen a la población hacia una adecuada selección de alimentos. De igual manera, se deben promover políticas públicas que aseguren la disponibilidad y accesibilidad de alimentos saludables con el fin de disminuir la prevalencia de enfermedades crónicas relacionadas con la alimentación.