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Revista Costarricense de Psicología

On-line version ISSN 1659-2913Print version ISSN 0257-1439

Rev. Costarric. Psic vol.43 n.1 San José Jan./Jun. 2024

 

Entrevista

Entrevista a Leda Beirute

Manuel Martínez Herrera1 

1Editor en Jefe fe la RCPs, RCPs

Fotografía: Escuela de Psicología UCR. 

Se encuentran presentes: el Dr. Manuel Martínez Herrera (Editor en Jefe de la RCPs), el Dr. Daniel Flores Mora (Ex presidente del Colegio de Profesionales en Psicología), la Máster Ginette Sánchez Gutiérrez (Editora RCPs) y la Lic. Leda Beirute Brenes (entrevistada). Inicia la reunión el Dr. Manuel Martínez, conversando sobre la decisión el año pasado de hacer una sección de entrevistas en la Revista Costarricense de Psicología sobre los padres fundadores y madres fundadoras de la psicología de Costa Rica. En un intento por rescatar la trayectoria de la psicología nacional en los distintos ámbitos de su desarrollo. Se inició esta propuesta con la entrevista a la M.Sc. Dina Krauskopf Roger, la cual ya se encuentra publicada en el número de diciembre 2023 de la Revista Costarricense de Psicología.

Comenta el Dr. Martínez que la propuesta de la reunión es tener un conversatorio, sobre ciertos temas o preguntas. Según lo anterior, para dar inicio y ubicarse cronológicamente se inicia con la siguiente pregunta y subsiguientes:

Dr. Martínez: ¿Cuál fue la fecha de ingreso para estudiar psicología en la Universidad de Costa Rica?

La Lic. Beirute indica que su carné es el 1966, comenta con el Dr. Flores que ese fue el año, 1966; añade que su inicio en la universidad fue un poco incierto, porque le interesaba la educación también desde el principio, por lo que matriculó 12 materias:

-Lic. Beirute: “Y a mi papá no le gustó.. Porque empecé a matricular todas las materias de educación que podrían existir y como él era amigo del Dr. Adis Castro (destacado psicólogo costarricense) porque se lo encontraba en la soda… ¿Cómo se llamaba la soda que estaba ahí frente a la U?

-Dr. Martínez: “Guevara, ¿en la Guevara?”

-Lic. Beirute: “En la soda Guevara se encontraba al Dr. Adis, era amigo de café del Dr. Adis. Entonces le dijo que yo estaba matriculando esa cantidad de materias y él le dijo que no. Que me dijera que fuera a hablar con él. Y, entonces retiré todas las materias y me quedé solo con psicología.

Indica la Lic. Beirute que con la seguridad que le transmitió el Dr. Adis Castro, decidió meterse de lleno en la psicología, en ese momento entraron 12 personas, “los 12 apóstoles”, que iniciaron con el plan de estudios de esa época.

Dr. Martínez: ¿Cómo recuerda usted esos tiempos de la Universidad de Costa Rica allá por 1966? ¿Cómo era el ambiente ¿Cómo era el clima? ¿Cómo se vivía esa época?

Comenta la Lic. Beirute que a ella le parecía un ambiente muy político, con mucha revolución política. Se encontraba el auge de las guerrillas en Latinoamérica. Estaba Vladimir de la Cruz (connotado historiador costarricense) con sus charlas sobre la situación de esas épocas. También estaba la doctrina social de la Iglesia con la propuesta de la teología de la liberación. Entonces, había mucha actividad política y estaba muy relacionado con la música, con las peñas que traían la música que reclamaba justicia. Un ambiente muy dinámico desde esa perspectiva.

Desde la otra perspectiva, era una época en que se podía encontrar dando lecciones en la Universidad a profesores como el Dr. Olarte y el Dr. Láscaris, filósofos y académicos excelentes, realizando “tertulias” en la soda de Estudios Generales:

-Lic. Beirute: “Y ahí nos sentábamos todos los que podíamos a escucharlos discutir. Entonces era como muy rica académicamente y muy rica también desde el punto de vista de las posiciones políticas. Y estaba empezando el hippismo y todo ese movimiento. ¿Qué más, Daniel?”

-Dr. Flores: “Mirá, vos pertenecías también a un grupo religioso, ¿verdad? No sé si era religioso, ¿cómo era que se llamaba?, tenía unas siglas.

-Lic. Beirute: “La JUC, la Juventud Universitaria Católica”.

-Dr. Flores: “Ajá, que era en la iglesia de San Pedro, ¿verdad? Ahí se reunían”.

-Lic. Beirute: “Sí, entonces por la teología de la liberación y todo eso, ahí estábamos en ese grupo. Y bueno… yo disfrutaba porque había mucho que hacer en la U, era una universidad totalmente diferente a la actual. Y nos fue tocando también la época con ALCOA que fueron todas las manifestaciones y en donde se creó la plaza 24 de abril. Entonces éramos universitarios muy despiertos, muy activos. Con muchas ganas de transformar el mundo”.

-Dr. Flores: “Eso de ALCOA fue en el 70, ¿verdad? Pero bueno, ahí buscamos el dato”.

-Lic. Beirute: “Estoy combinando momentos, seguro, pero eso es lo que se me viene a la cabeza cuando pienso en la universidad de esa época. Muy dinámica y contestataria y los estudiantes muy propuestos al cambio. De ahí nace la carrera, ¿verdad? Porque nos tenían como… éramos las Ciencias del Hombre (nombre de la Escuela) y no podíamos hacer absolutamente nada, ya que éramos una carrera complementaria. Y entonces, dentro del grupo de nosotros, queríamos transformar el mundo con la psicología y no nos dejaban hacer nada. Y andamos buscando transformaciones y fue cuando empezamos a desarrollar la licenciatura y darle un sentido más profesional a la carrera”.

Dr. Martínez: ¿Cuáles eran las principales orientaciones paradigmáticas de la carrera? ¿Qué temas, qué materias se veían? ¿Cómo era programáticamente?

Para la Lic. Beirute la principal corriente era lo que se conocía como “muy clínico”, en la época. Algunos de los principales profesores que recuerda son la profesora Lillian Stuber y el Dr. Adis Castro. La profesora Lillian llegó a hacer una “revolución”, puesto que en ese tiempo la figura del Dr. Adis Castro era la principal y se trabajaba desde sus enfoques y puntos de vista.

Según comenta la Lic. Beirute, la profesora Lillian Stuber llegó a trabajar al Instituto de Investigaciones Psicológicas, con un estilo más “relajado” que el del Dr. Castro, quien le decía que tenía que ser “un poquito más formal”. La profesora Lilian empezó a dar clases, y llevaba a el grupo de estudiantes a su casa; esta experiencia que adquiere la Lic. Beirute la llevó a replicar la idea posteriormente:

-Lic, Beirute: “Porque íbamos a la casa de ella, que tenía una biblioteca muy grande. Y nos sentábamos en el suelo. Y decía: ‘OK, ¿qué quieren ver de Psicología?’, si íbamos a ver psicología del niño decía: ‘Bueno, están todos esos libros, revisen’. Yo me acuerdo estar sentada en la alfombra de la sala, viendo aquella cantidad de libros y yo decía ‘mira qué interesante… problemas de aprendizaje’. Y entonces uno iba seleccionando, algunos eran en inglés. Era una figura muy importante dentro de la transformación que tenía que hacer la escuela, que podía ser irreverente, voy a usar esa palabra. Lillian nos vino a decir, ‘Mire, la psicología puede ser irreverente, no tiene que estar adorando figuras ni tiene que ser tan formal’. Y, en ese sentido nos fuimos volviendo irreverentes” Junto con el Dr. Adis Castro y la Dra. Lillian Stuber se encontraban otros profesores como el Dr. Edgar González, el Dr. Mario Araya (impartía psicología diferencial). Este grupo de docentes eran formados en el extranjero, y según comenta la Lic. Beirute esto implicaba que venían con una visión particular de la psicología.

También se encontraban docentes como Pierre Thomas Claudet, Zayra de Thomas y Xinia Méndez, que ejercían desde un enfoque constructivista, es decir desde una propuesta piagetiana. A raíz de esto, según comenta la Lic. Beirute, se inicia el desarrollo de la psicología enfocada en la niñez:

-Lic. Beirute: “Y Pierre que venía con toda la parte psicométrica. Y ahí Pierre nos lleva a conocer a Matilde, que era la computadora de la U” (primera computadora en la Universidad de Costa Rica).

Dr. Martínez: ¿Y cómo era el ambiente propiamente de estudio entre los compañeros, compañeras, la relación con los profesores en esa época, etc? Comenta la Lic. Beirute que, en esa época, estudiar psicología las otras personas lo asociaban con “andar analizando”, cuando alguno comentaba que estudiaba psicología siempre surgía el comentario “uy no me analice”, “ya me está analizando”:

-Lic. Beirute: “Verdad, que todos entonces andaban buscando la trascendencia. Y andaban con una llave, y le levantaban la mano con una llave y Abelardo (colega y compañero de estudio) andaba con el único libro que había de Psicología en Costa Rica, que era el de William Glasser.

Él se lo sabía de memoria (…) cuando estábamos en clases, él decía ‘Pero en el capítulo tal Will Glasser dice tal y tal cosa’. Se sabía el libro y entonces retaba a los profesores, cuestionándolos de acuerdo con lo que él sabía. Una persona brillante”

Dr. Martínez: ¿cómo fue la introducción de la psicología educativa en el plan de estudios? ¿Cómo empezaron a ver materias en esa área?

Indica la Lic. Beirute que gracias a libros que tenía la profesora Lillian Stuber en su biblioteca, ella empezó a leerlos y empezó a “darse cuenta” de que había “una cosa que se llamaban problemas de aprendizaje, relacionado con el desarrollo del niño”:

-Lic. Beirute: “Estaba muy relacionado con la psicología infantil y en eso Xinia y Zayra empezaron a hablar del constructivismo y toda la parte epistemológica, la construcción del conocimiento. Entonces empecé a apegarme a esa línea y buscando libros me fue interesando el tema, eso por un lado. Por el otro lado, nosotros dentro de la necesidad que teníamos de construir la licenciatura, nos acogimos al programa de psiquiatría de Medicina y recibíamos los cursos de psiquiatría en el Hospital Nacional Psiquiátrico junto con los estudiantes de medicina.

Y estando ahí, entramos a hacer prácticas al Psiquiátrico, porque nos ponían a evaluar y hacer diagnóstico de las personas que estaban ahí enfermas. Bueno fue una experiencia interesante, rica, pero traumática también. De un momento a otro nos enfrentaron con la enfermedad mental y entonces yo me negué a pensar en enfermedad mental y empecé a pensar en la salud mental y reflexioné: ‘No, ¿cómo hago yo para que la gente no llegue aquí? ¿Cómo hace uno para que las personas no se enfermen para llegar aquí?’ Entonces empecé a pensar que la alternativa eran las instituciones como la familia y la educación. Yo diría que las escuelas y como ya estaba pensando en el tema educativo, lo uní todo, entonces empecé con la idea de que la escuela podía ser un espacio de promoción de salud mental. Y por ahí fue que empezamos a introducir, bueno, por lo menos yo empecé a introducir la psicología educativa.

Por esa época llegaron los argentinos, el grupo de argentinos que migraron por la represión. Ellos le dieron una gran riqueza al programa, sobre todo, Estela Villegas, que empezó a hablar de psicología de la educación, no psicología educativa, psicología de la educación y entonces nos ponía a leer libros que cuestionaban la educación como una forma de dominación y la educación como una forma de acceder a las personas pasivas. Y ya por ahí se fue como instalando la duda. Después Xinia me contrata como asistente, ella estaba embarazada y la mandaron a reposo, en ese momento yo también era alumna de ella.”

Comenta la Lic. Beirute que la profesora Xinia fue primordial para su formación en estos ámbitos, siendo su asistente y además yendo a su casa de habitación para recibir formación en pedagogía y en ser formadora de psicología. Así, se fue formando individualmente, para dar clases y terminar siendo profesora:

-Lic. Beirute: “Y yo no me acuerdo cómo fue que llegué al Instituto de Investigaciones Psicológicas, no me acuerdo cómo llegué. A Investigaciones Psicológicas fuimos Luis Otero, Alban Brenes y yo. ¿Cómo fue que entramos? No me acuerdo. El Dr. Adis siempre nos decía ‘El psicólogo es ante todo un investigador, no puede existir un psicólogo que no investigue’. Entonces, desde ahí me empezó a motivar la investigación y también la investigación-acción. Y empecé a trabajar en las escuelas haciendo investigación. Por circunstancias de la vida, conozco a Sonia Abarca (colega), que era la esposa del director de la Escuela Metodista. Sonia me pide que le ayude con el departamento de Psicología de la Escuela Metodista y ahí inauguramos el Departamento de Psicología de la Escuela Metodista, con un enfoque de psicología educativamuy constructivista. Y ya se fue armando el rompecabezas.

Haciendo un barrido memorístico, esos fueron como los elementos que me orientaron. Y, sobre todo, como estábamos en el contexto político, yo iba a transformar el mundo a través de la educación, entonces teníamos que dar los cursos de psicología educativa o psicología de la educación. Entonces, logré abrir campo para algunos cursos de psicología, ya estaba yo como docente, en el ámbito educativo.

En los 70’s desarrollé la escuela, el IEM (Instituto Educativo Moderno). Para tener un lugar desde donde plantear prácticas que permitieran tener sustento de investigación y que me permitiera hacer experimentos y decir esto era. Entonces, los estudiantes que llevaban psicología del niño llegaban a hacer prácticas al Instituto Educativo Moderno, a la escuela. Y ya se fue formalizando más el proceso educativo porque ya la materia tenía un lugar de práctica, un laboratorio ahí. Tenía la escuela metodista y tenía el IEM.”

Dr. Martínez: ¿Más allá de la psicología educativa en la Escuela de Psicología de la Universidad de Costa Rica, ¿cómo estima usted la evolución posterior? ¿Cómo se dio los cursos, etcétera?

-Lic. Beirute: “Yo no sé cómo evaluarla, nunca me he puesto a evaluarla. Se fue dando como suave porque una de las cosas interesantes también fue cómo se realizó el tema del diagnóstico, y vea que varias veces he hablado de problemas de aprendizaje. Entonces Lillian Stuber fue una persona que me impulsó mucho a hacer investigación en ese campo. Desde el Instituto de Investigaciones Psicológicas hicimos una colección de libros que todavía anda dando vueltas ahí: Ayudemos a nuestros niños en sus dificultades escolares. Pero con el enfoque de ayudarle a las mamás a cómo enfrentar los problemas de aprendizaje. Siempre desde una perspectiva, digamos, de prevención.

Había que romper esquemas educativos de tipo de: ‘A ver, póngame atención, estamos viendo la pizarra y ahora, estoy viendo hacia la ventana, entonces todo mundo repetía ventana’. Los cursos de educación eran totalmente rígidos y estáticos porque había que reproducir lo que el maestro decía y nosotros en la Escuela de Psicología estábamos en contra de ese enfoque. Pensábamos ‘no, lo que vamos a hacer es transformar eso. La reproducción no existe, existe la transformación’. Y desde ahí también empezaron el curso de Enseñanza de la Psicología (carrera compartida con la Facultad de Educación) y era una confusión lo que teníamos entre las versiones, la de ellos y nuestras versiones. Siempre decían que era una salida paralela a la profesionalización de la carrera de Psicología. Se veía como de segundo plano, de segunda categoría. La enseñanza de la psicología era como de segunda categoría (en la Escuela de Psicología) y obviamente dentro de la Facultad de Educación la tenían como de mucha innovación.

La enseñanza de la psicología es como una salida paralela, que se empieza a unir a la psicología educativa. Pero entonces aparece la Escuela de Orientación, fue interesante porque nosotros sí vivimos esa parte de la orientación, porque el doctor Edgar González, que fue nuestro profesor, era orientador. Entonces teníamos una visión de la orientación diferente a como la estaban instalando en la Facultad de Educación. Y en la Facultad de Educación, los orientadores eran los que llevaban el control de las ausencias, los que decían ‘La enagua tiene que ser a tal altura, el ruedo tiene que hacerse de esta forma’. Los que tenían mucho control administrativo de todo el proceso de la educación en las aulas. Y entonces se le empezó a unir, a la Escuela de Orientación, la carrera de enseñanza de la psicología, porque de un momento a otro había un psicólogo dando clases de psicología (en los colegios). Y estaba el orientador. Porque como nosotros psicólogos no podíamos ser profesionales (más allá de ser profesores). Entonces se empezó a ganar espacio. Y esto de alguna forma propició un inicio de lo que estábamos visualizando como psicología educativa”.

-Dr. Flores: “Si tal vez es importante señalar que la carrera de orientación nació primero que la de psicología. Y los que la montaron fue don Edgar González, Pierre Thomas Claudet, Xinia Méndez, es decir, varios psicólogos estuvieron en los inicios de la carrera. Luego la abandonan y la critican bastante, Pierre tuvo unos serios problemas con la carrera de orientación. Pero sí, el impedimento para que las psicólogas y psicólogos educativos pudieran ingresar al Ministerio de Educación fueron los orientadores. Es decir, todas las plazas de guía a los muchachos, de orientación a los muchachos fueron asumidos por los orientadores en el ámbito público, en la de la enseñanza pública. En la enseñanza privada sí nos empezamos a incorporar los psicólogos y psicólogas, entonces ya cambió muchísimo la visión de la orientación en los colegios y ya podían atender no solamente los problemas escolares, sino problemas emocionales, pero los orientadores también han ido incursionando mucho en toda la parte también emocional y cómo es afectada”.

Dr. Martínez: A propósito de este tema, ¿cómo fue inicialmente la recepción de la psicología educativa en el país, justamente, de parte de autoridades, padres de familia y en general de la comunidad?

Comenta en este punto el Dr. Flores que fue un ámbito difícil, por la situación de otras disciplinas emergentes, como la orientación y la diferenciación de las áreas de acción de los distintos campos del saber en una misma área, como lo era la educativa.

-Dr. Flores: “La educación privada sí empezó a tener una aceptación muy grande del psicólogo, de la psicología en general. Pero la educación pública no. Yo recuerdo, bueno, yo hablé ya no como de la UCR, sino como parte del Colegio de Psicólogos (llamado así en ese entonces) con varios ministros de educación. La primera con la que hablé, si mal no recuerdo, fue con María Eugenia Dengo. Y doña María Eugenia me dijo en el momento en que ustedes tengan una carrera que sea de psicólogo educativo específicamente yo pensaría en ver la posibilidad de contratarlos. Mientras tanto, licenciados en psicología general no, no los voy a contratar. Hablé con Marvin Herrera, hablé con José Antonio Pacheco, que fue el que nos permitió trabajar con el talento”.

-Lic. Beirute: “Los orientadores no tenían herramientas para trabajar esa parte y hacer el diagnóstico. Él empezó a trabajar toda la parte de diagnóstico del niño talentoso. Y entonces me metí de lleno: hagamos investigación porque entonces ya yo podía tener las 2 herramientas, hablar de educación, hablar de psicología y sobre todo de investigación, con gente que venía de la OEA y de la UNESCO. Me acuerdo un profesor muy importante que llegó a Costa Rica, que se llamaba Pedro Lafourcade. Y él empezó a convocar gente en el país que pudiera trabajar con el niño talentoso. Entonces, los que podríamos trabajar éramos los psicólogos, entonces ya empezamos a involucrarnos dentro de la vida del Ministerio de Educación, y hasta la fecha se está buscando ver qué se hace con el niño talentoso, porque acaban de sacar un programa del Ministerio que podría trabajarse muy interesantemente. Cuando vuelva a nacer yo me pongo ahí.”

Dr. Martínez: ¿cómo ha sido la evolución hasta nuestros días de la psicología educativa? ¿Cómo la estima usted esa evolución?

Comenta la Lic. Beirute, que en su momento tuvo un auge muy importante, y ocupó muchos espacios e intenciones de desarrollo y propuestas. Se formó una asociación de psicólogos educativos. Esto con la intención de crear una especialidad en psicología educativa, incluso comenta que ella diseñó el programa, pero no se desarrolló. Era un programa de psicología educativa para sacar una maestría. Sin embargo, era un espacio de disputa entre otras carreras como lo era orientación en su momento, pero al mismo tiempo, al no querer centrarse en el campo educativo solamente, se estaba compitiendo con los psiquiatras y su desarrollo en el ámbito educativo.

-Dr. Flores: “Yo creo que sí ha habido una inserción importante. Es decir, como lo decía anteriormente, por lo menos en todos los centros educativos privados, en la mayoría hay psicólogos educativos y luego en los colegios públicos también se ha empezado. Pero bueno, por jornadas cortas, digamos, qué sé yo, medio tiempo en un colegio y medio tiempo en otro, no en todos. Y luego en las direcciones educativas de cada provincia, las direcciones provinciales, ahí también hay algunos psicólogos y psicólogas o bastantes colegas. Todavía no tenemos la cantidad suficiente contratados. Pero sí hemos ido incursionando bastante en el ámbito de la educación. Como decía Leda muy bien, Leda fue la que construyó el programa de maestría. Yo no sé Manuel cómo viste vos la matrícula en los últimos periodos en que estuviste activo, pero en un momento determinado cuando yo prácticamente salía de la Universidad como jubilado, creo que fue Graciela Meza la que asumió la dirección de la maestría, pero luego supe que había habido dificultades de matrícula. Primero, la empezamos sin haber diferenciación de título. El título decía Máster en Psicología, que era la maestría famosa de investigación, que era la tradicional y que ahora creo que la maneja un poco más el Instituto de Investigaciones Psicológicas con un doctorado que yo no sé si ya se habrá graduado alguien de doctor en psicología a través del Instituto de Investigaciones. Pero esa maestría la empezamos y se les daba el título general, se les daba máster en psicología, pero en realidad habían tenido un énfasis en psicología educativa. Me acuerdo de Sonia Abarca como profesora de ese grupo, Marco Ugalde, que trabaja en el MinisterioEducación. Marcela que trabaja en la UNIBE (Universidad de Iberoamérica) y una psicóloga que trabaja en la UTN (Universidad Técnica Nacional), todos con especialidades en psicología educativa. Y de ese grupo que el título no decía psicólogo educativo, pero posteriormente sí hubo una promoción y no supe más, supe que había tenido dificultades de matrícula”.

Dr. Martínez: ¿Qué tanto incidió el Instituto Educativo Moderno en el ámbito nacional, en términos de la psicología educativa?

-Lic. Beirute: “Bueno, mirá, yo creo que fue un escenario muy interesante porque permitió hacer experiencias en muchos campos de la educación. Desde los problemas de aprendizaje y los niños talentosos, y el impacto de algunas metodologías. Se trabajó mucho en los programas de preescolar y primaria desde el punto de vista metodológico. Pero después ya con secundaria y, sin embargo, ahora se desvirtuó. Porque nosotros, yo lo vendí, a una cooperativa. En teoría se lo vendí a una cooperativa. Cooperativa que al final de cuentas no era una cooperativa.

Cuando yo se lo vendí a una supuesta cooperativa, asumí que entonces iba a ser, muy interesante combinar la cooperativa con los mismos valores del IEM. Y desde ahí, digamos, el desarrollo del ser humano desde un punto de vista integral, desde el punto de vista de la educación ambiental y desde el punto de vista del desarrollo cognitivo. Y resulta que al final la tal cooperativa no existe. Fue como una pantalla que se puso ahí. Otra cosa que sucedió es que me dijeron que querían hacer una réplica en Guanacaste. Entonces yo dije: ‘Qué bonito se está proyectando a la zona rural. Genial’. Entonces mi fantasía siguió por ahí (al final por diferencias fue obligada a salir). En estos momentos se ha ido transformando la metodología que ya no funciona como en sus inicios.

Dr. Martínez: ¿cómo caracterizaría usted la metodología de cuando estaba usted ahí al frente del IEM?

Lic. Beirute: “Una metodología que se fue construyendo con los mismos niños, muy constructivista. Desde ahí respetando las etapas del desarrollo, toda la parte epistemológica. Y, una propuesta que fue abarcando lo que salió del niño, del desarrollo del ser humano en su relación con el mundo, sobre todo su relación con la naturaleza. Entonces es muy actualizado, porque viene toda la parte de que tenemos ahora el manejo ambiental.

Y con una propuesta, digamos, ética interesante, tal vez en un contexto político que también ellos que fueron gestores o visualizados como gestores de su propia historia. Los ex alumnos de nosotros han sido exitosos a nivel de su proyección y de su participación.

Cuando llegaban a los colegios después de preescolar y de primaria, siempre eran adolescentes más seguros y dispuestos al trabajo en grupo y más dispuestos a las famosas habilidades blandas de ahora. Más creativos, más seguros de sí mismos. O sea, yo creo que la metodología que se construyó realmente tuvo su impacto, yo me atreví a escribirla. Por ahí la tengo para sacarla en un libro. Que no se quede nada más en el pasado. Pero sí ha habido, digamos, los resultados fueron muy positivos.

Dr. Martínez: por último, ¿cuál sería para usted el futuro o la orientación a futuro de la psicología educativa en Costa Rica?

-Lic. Beirute: “Debería tener más fuerza y más presencia. Mantener más fuerza y más presencia. Sí, como que todo mundo está muy calladito.”

-Dr. Flores: “Sí, yo siento que tiene que haber un movimiento más, que tiene que surgir a partir de los especialistas, de la gente que se ha ido centrado mucho en esa área. Porque ya, bueno, varios de nosotros ya estamos un poco, digamos, ya jubilados.

-Lic. Beirute: “Bueno, entonces, por un lado, está el Colegio (se refiere al Colegio de Profesionales en Psicología de Costa Rica) y por el otro lado está la misma Universidad, la Escuela de Psicología. Siento que los viejitos nos hemos ido muriendo y que no hay una generación de psicólogos que realmente quiera lanzar la psicología. Gente como muy pasiva, o sea, los 12 apóstoles quedaron ahí. Con esa visión, con esa emoción y con esa ilusión. Con ese interés. Se volvieron demasiado pacíficos y se empezó a trabajar mucho desde el punto de vista político”.

Dr. Martínez: Bueno Leda, un abrazo, muchísimas gracias.

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