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Actualidades Investigativas en Educación
On-line version ISSN 1409-4703Print version ISSN 1409-4703
Rev. Actual. Investig. Educ vol.14 n.1 San José Jan./Apr. 2014
El papel docente ante las emociones de niñas y niños de tercer grado
The teaching role facing emotions of third grade children
Mónica Calderón Rodríguez1*, Gabriela González Mora2*, Patricia Salazar Segnini3*, Stephanie Washburn Madrigal4*
*Dirección para correspondencia:
Resumen
En este artículo se presentan los resultados de una investigación realizada durante los años 2011-2012, cuyo objetivo fue analizar el papel del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula las niñas y los niños de tercer grado de dos escuelas urbanas de la provincia de San José. La investigación se fundamenta en la identificación de los conocimientos, habilidades, estrategias y recursos utilizados por el personal docente ante las diferentes emociones que manifiesta el estudiantado en el aula. La metodología de la investigación se dio bajo un enfoque mixto, por lo que el trabajo se dividió en una fase cualitativa y otra cuantitativa; en cada una se aplicaron diferentes instrumentos con base en los objetivos de la investigación; posteriormente se realizó una integración de ambos enfoques, para ampliar la perspectiva de las respuestas del personal docente ante las emociones que experimentan las niñas y los niños en el aula. A partir de los resultados obtenidos se identifican elementos facilitadores y obstaculizadores del quehacer docente, sobre las emociones de sus estudiantes y se logra constatar una deficiencia en el profesional en educación en cuanto al conocimiento de la temática, la falta de estrategias aplicables a las emociones de sus estudiantes, la poca información y actualización que se tiene en cuanto a la educación emocional en las aulas.
Palabras clave: educación emocional, papel docente, educación primaria, competencias emocionales, desarrollo emocional, costa rica.
Abstract
This article presents the results of a research conducted over the years 2011-2012, in which the role of teachers in the face of the emotions felt in the classroom by third graders in two urban schools of the province of San José was analyzed. The research was based on the identification of the knowledge, skills, strategies and resources used by teachers as a response to different emotions that children manifest in the classroom. The research methodology was developed under a mixed approach; therefore it was divided in a qualitative and a quantitative phase. In each of them different instruments were applied based on the research objectives; subsequently an integration of both approaches was elaborated. From the results obtained the enablers and obstacles of teaching work on the emotions of their students were identified; consequently a deficiency of the knowledge of teachers i on the topic, a lack of strategies applicable to the emotions of students and little knowledge in terms of emotional education in the classroom was confirmed.
Key words: emotional education, teaching role, elementary school, emotional skills, emotional development, costa rica.
Introducción
La persona profesional en educación cumple una función primordial en la vida de cada una y uno de sus estudiantes, ya que su labor no sólo se centra en la transmisión de conocimientos académicos, sino que se convierte en modelo de actitudes personales y emocionales para sus estudiantes. Es así que se reconoce la labor docente como agente formadora, no sólo en el ámbito académico e intelectual, sino también en el área personal y social, según lo expuesto por Pereira (2007). El papel que juega el personal docente es de suma importancia, pues, al permanecer por extensos periodos en las aulas en interacción con las niñas y los niños, tiene la posibilidad de observar su comportamiento y obtener información muy valiosa, indispensable para potenciar el desarrollo integral de la población estudiantil. En cuanto a esto, Abarca (2003) menciona que la maestra y el maestro pueden cumplir un papel esencial en la construcción de una educación basada en las emociones del estudiantado.
Para que el profesorado pueda cumplir este papel tan importante en la educación de las emociones de sus estudiantes, necesita formación y actualización constante en el tema, pero estudios como el realizado por Abarca (2003) evidencian una falta de formación en educación emocional por parte de la población docente. Por eso, esta autora concluye que, debido a que el área emocional se encuentra presente en toda práctica educativa, se requieren programas de capacitación y formación para el personal docente, así como una revisión de los planes de formación inicial del profesorado.
Todo esto llevó a plantear como problema de investigación, la siguiente pregunta: ¿cuáles son las respuestas del personal docente ante las emociones manifestadas en el aula por las niñas y los niños?
El objetivo general de esta investigación fue analizar el papel del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula las niñas y los niños de tercer grado de dos escuelas urbanas de San José.
Elementos teóricos
En el presente apartado se detallan los preceptos teóricos que sustentan el desarrollo del proceso de investigación, con la finalidad de brindar un marco de conceptos y teoría de manera suficiente, concisa y clara que ayude a enfocar el problema planteado.
Es importante para este segmento organizar la información desde los cimientos, empezando por qué es la orientación y su quehacer en el sistema educativo, específicamente la orientación educativa. En cuanto a esto, Pereira (2007) menciona que esta es la disciplina de las ciencias sociales que busca facilitar procesos educativos para el desarrollo integral de las personas.
La orientación nace en lo vocacional y social; sin embargo, incursiona y se establece como un servicio importante de los ámbitos educativos, ya que contribuye al logro de los objetivos educacionales en la búsqueda del estímulo y desarrollo personal y social del alumnado (Pereira, 2007, p. 41).
2.1. Orientación Educativa
La orientación educativa, según Gordillo (1979), es un proceso educativo individualizado de ayuda al educando en su progresiva realización personal. La función prioritaria de la persona profesional en orientación en las instituciones educativas de primaria es en el rol de asesor. La docente y el docente se convierten en facilitadores de procesos de orientación dentro del contexto del aula.
Se destaca el papel de asesoramiento de las personas profesionales en orientación, al ser quienes brindarán apoyo, herramientas y estrategias para que, a su vez, el personal docente cumpla funciones orientadoras en sus aulas. A continuación se citan las funciones de la maestra y el maestro dentro de su accionar orientador.
2.2. Funciones orientadoras del personal docente
Las maestras y los maestros dentro de su labor diaria, tienen una serie de funciones orientadoras, según Pereira (2007); una de estas es planificar y realizar actividades que estimulen el desarrollo integral de sus estudiantes, sin centrarse solo en el aspecto intelectual, así como ofrecer espacios para que la población estudiantil pueda autoconocerse.
Se visualiza, entonces, cómo el personal docente adquiere un papel protagónico en la educación integral de sus estudiantes, al poder modelar, enseñar y entrenar a estos en habilidades que serán importantes para el resto de su vida.
2.3. Educación Emocional
La educación emocional es definida por Bisquerra (2009) como un “proceso educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral” (p. 243).
Desde la educación de las emociones se logra promover y realizar una labor preventiva. Este es el pilar fundamental, tanto de la educación emocional, como de la orientación; por medio de la prevención lo que se busca es que las personas puedan tener un crecimiento y desarrollo saludables, de modo que logren un bienestar emocional, personal y social.
La educación emocional busca que las personas tengan las herramientas necesarias para conocer, expresar y manejar sus propias emociones y las de las demás personas, de manera que estas no afecten sus vidas y que, por el contrario, promuevan el bienestar personal y social.
Dentro de la concepción de la educación emocional, se vislumbra el desarrollo de ciertos rasgos, actitudes o conocimientos que son pilares que conducen a un adecuado o mejor desarrollo emocional, llamados competencias emocionales. Para Bisquerra (2009) la educación emocional tiene como objetivo el desarrollo de dichas competencias emocionales, las cuales se definen como “el conjunto de conocimientos, capacidades, habilidades y actitudes necesarias para tomar conciencia, comprender, expresar y regular de forma apropiada los fenómenos emocionales” (pp. 1-2). Estas se describen a continuación:
• Conciencia emocional: para Bisquerra (2009) la conciencia emocional es la capacidad para tomar conciencia de las propias emociones y de las emociones de los demás; abarca la habilidad para captar el clima emocional de un contexto determinado. Incluye las siguientes microcompetencias: toma de conciencia de las propias emociones, dar nombre a las emociones, comprensión de las emociones de los demás, y tomar conciencia de la interacción entre emoción, cognición y comportamiento.
• Regulación emocional: se refiere a “la capacidad para manejar las emociones de forma apropiada. Supone tomar conciencia de la relación entre emoción, cognición y comportamiento; tener buenas estrategias de afrontamiento; capacidad para autogenerarse emociones positivas, etc.” (p.3). Para Bisquerra (2009) esta competencia es el elemento esencial de la educación emocional, y está conformada por las siguientes microcompetencias: expresión emocional apropiada, regulación de emociones y sentimientos, habilidades de afrontamiento y competencia para autogenerar emociones positivas.
• Autonomía emocional: hace referencia a la capacidad de generar las propias emociones y defenderse de las emociones tóxicas. Incluye las siguientes microcompetencias: autoestima, automotivación, autoeficacia emocional, responsabilidad, actitud positiva, análisis crítico de normas sociales y resiliencia.
• Competencia social: se refiere a la capacidad para mantener buenas relaciones con otras personas. Está conformada por las siguientes microcompetencias: dominar las habilidades sociales básicas, respeto por los demás, practicar la comunicación receptiva, practicar la comunicación expresiva, compartir emociones, comportamiento prosocial y cooperación, asertividad, prevención y solución de conflictos, y capacidad para gestionar situaciones emocionales.
• Habilidades de vida y bienestar: esta competencia se define como “la capacidad para adoptar comportamientos apropiados y responsables para afrontar satisfactoriamente los desafíos diarios de la vida” (p.5), con el fin de promover la satisfacción y el bienestar. Las microcompetencias son: fijar objetivos adaptativos, toma de decisiones, búsqueda de ayuda y recursos, ciudadanía activa, participativa, crítica, responsable y comprometida, bienestar emocional y fluir.
Estas competencias emocionales son la base fundamental de la educación emocional, por lo cual se debe promover su desarrollo y fortalecimiento en las personas, con el fin de brindar una educación emocional que ofrezca un sinnúmero de ventajas a la vida de las personas al posibilitar una mejor calidad de vida y bienestar integral.
Luego de realizar un repaso por los aspectos teóricos, se puede denotar el papel protagónico que cumple el personal docente dentro de las instituciones educativas en los procesos académicos y emocionales de sus estudiantes, pues se convierten en figuras muy significativas para estas y estos. De igual forma, se pudo corroborar la relevancia que tiene el profesional en orientación como parte asesora de los procesos que se puedan llevar a cabo dentro de las escuelas, conservando siempre como eje transversal las competencias emocionales que se deben fomentar e incrementar, no sólo en las instituciones educativas, sino en la sociedad en general. Es fundamental asumir estas concepciones, ya que son punto de referencia para el análisis y el trabajo investigativo desarrollado.
Metodología
La investigación se abordó desde un enfoque mixto, con el fin de ampliar la comprensión de las repuestas del personal docente con respecto a las emociones de sus estudiantes. En ella participaron 12 docentes de cada escuela y un total de 72 niños y niñas. Como criterios de exclusión se establecieron los siguientes: (1) aquellas niñas y niños a los que los padres, las madres o personas encargadas no les otorgaron permiso para participar; (2) aquellas niñas y niños que no entregaron el consentimiento firmado por los padres o madres.
La investigación desarrollada se distribuyó en tres fases; la primera consistió en el diseño de la investigación. En la segunda fase, se dio el proceso de recolección de los datos cualitativos, para lo que se diseñaron dos instrumentos, un diario anecdótico y una ficha de emociones. El primero consistió en un diario donde el personal docente debía compartir sus experiencias en cuanto a las respuestas brindadas hacia las emociones de las niñas y los niños dentro del aula. Para esto se elaboró una guía de preguntas. Luego se diseñó la ficha de emociones, que consistió de cinco preguntas, las cuales el profesorado debía responder de acuerdo a sus conocimientos, habilidades, estrategias, recursos y acciones utilizadas para trabajar la educación emocional con sus estudiantes. Para el procesamiento de los datos cualitativos se utilizó el programa informático Atlas.ti®.
En la tercera fase, la fase cuantitativa del proceso, se diseñaron dos instrumentos, uno dirigido al personal docente y otro para las niñas y los niños de tercer grado. La confiabilidad y consistencia interna de ambos instrumentos fue mediante el cálculo del Alfa de Cronbach, por medio del programa estadístico SPSS. Ambos cuestionarios se validaron mediante el criterio de expertos y, posteriormente, se los aplicó a un grupo de iguales para medir su confiabilidad. Los datos cuantitativos obtenidos se procesaron en el programa estadístico SPSS®, para establecer la distribución de frecuencias.
Una vez procesados tanto los datos cualitativos como cuantitativos, se procedió a la integración de estos por medio de la triangulación múltiple, fuentes, metodología e investigadoras.
Resultados y análisis
A continuación se presentan los resultados obtenidos mediante el proceso de recolección de datos, que se analizaron de acuerdo a los objetivos propuestos en la investigación.
4.1. Conocimientos, habilidades, estrategias y recursos del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula sus estudiantes
En este apartado se incluyen los conocimientos, estrategias, habilidades y recursos utilizados por el personal docente en el manejo emocional de las niñas y los niños.
4.1.1. Conocimiento del docente y de la docente ante las emociones manifestadas en el aula por las niñas y los niños
Según Falus (2011), el profesorado debe tener conocimiento acerca de contenidos disciplinares, así como de las condiciones físicas, socio-afectivas y destrezas cognitivas de las niñas y los niños. Es decir, además de los contenidos didácticos, la persona profesional en docencia debe tener un conocimiento integral de la niña y el niño, no solo en la parte académica.
La población docente expresó su opinión acerca de si los conocimientos que poseen son los necesarios para promover el desarrollo emocional de sus estudiantes, como se aprecia en el gráfico 1.
Los conocimientos que posea el personal docente en cuanto a la educación emocional son de relevancia para los procesos de enseñanza-aprendizaje que brinde a sus estudiantes en el aula, por lo que es necesario que conozcan en qué consiste la educación de las emociones, las competencias emocionales y la manera adecuada de emplear estos conocimientos en su diario vivir. Es significativo señalar que el profesorado tiene cierto grado de conocimientos, sin embargo, es necesario enriquecerlos y actualizarlos para que puedan promocionar una educación emocional integral con sus estudiantes.
4.1.2. Habilidades del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula sus estudiantes
Las habilidades son componentes sumamente importantes dentro del perfil profesional del personal docente, porque facilitan el ejercicio adecuado de sus funciones en el trabajo diario con sus estudiantes, y ayudan al bienestar en el aula mediante la respuesta en su acontecer diario, tal y como lo menciona Bisquerra (2009). El profesorado necesita el desarrollo de habilidades como la empatía, la cual, junto con la escucha y la comprensión, se destaca como la estrategia principal utilizada por el personal docente en el trabajo con las niñas y los niños en el ámbito emocional.
El cuadro 1 muestra cómo la gran mayoría de docentes de ambas escuelas con frecuencia o siempre muestran empatía con sus estudiantes en el aula, lo cual también se ve reflejado en las siguientes expresiones:
“la empatía (asumo el punto de vista de mis estudiantes y soy sensible hacia sus sentimientos)” (Ficha de emociones SDB, 01).
“Ponerse en los zapatos de los otros, existen situaciones que solo se entienden desde ese punto de vista en particular” (Ficha de emociones MMG, 01).
Por todo lo mencionado anteriormente, al recalcar la importancia que tiene impulsar las habilidades del profesorado, se puede apreciar que muchas están presentes y son asumidas por la mayoría de ellas y ellos. Sin embargo, es ideal fortalecer las existentes e impulsar el descubrimiento y desarrollo de las habilidades no desarrolladas aún, ya que son cruciales en el trabajo emocional de aula con las niñas y los niños.
4.1.3. Estrategias del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula sus estudiantes
Como medio de promoción de la educación emocional, es necesario que el profesorado desarrolle estrategias que le permitan una intervención apropiada con sus estudiantes, y favorecer de esta manera un clima emocional apropiado para el desarrollo de su clase. Para Márquez (2009) las maestras y los maestros deben ser facilitadoras y facilitadores de procesos de aprendizaje cada vez más autónomos, y deben poseer criterios de selección de estrategias, saber planificar y conducir a sus estudiantes.
Una de las principales estrategias para el afrontamiento de las diversas situaciones que se presentan en el aula utilizada por el profesorado, es la escucha, como se observa a continuación.
Como se puede apreciar en el gráfico 2, el profesorado del colegio SDB en su mayoría manifestó que siempre permiten espacios para escuchar a sus estudiantes; de igual forma, el personal docente de la escuela MMG expresó que con frecuencia utiliza esta estrategia. Es importante destacar que reconocen la importancia de brindar estos espacios a sus estudiantes, debido a que ninguna y ninguno eligió la opción nunca.
En las siguientes expresiones queda evidenciado cómo manifiestan esta habilidad con sus estudiantes:
“Soy una persona que sabe escuchar lo que otros tienen que decir, analizo las cosas desde múltiples puntos de vista, para tener una visión global de la situación.” (Ficha de emociones MMG, 01).
“Escuchar en la medida de lo posible las situaciones que provocan en los alumnos sus diferentes emociones.” (Ficha de emociones SDB, 03).
Es importante tomar en cuenta las habilidades y estrategias empleadas por el personal docente en el desarrollo de la educación emocional de sus estudiantes, y enriquecer su quehacer profesional con estrategias innovadoras incorporando los recursos que emplean al trabajar con sus estudiantes.
4.1.4. Recursos del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula sus estudiantes
Los recursos juegan un papel primordial en el trabajo que realiza el profesorado, tanto en el ámbito académico, como en el emocional; los recursos materiales que se utilizan para realizar las actividades de educación tienden a lograr una experiencia de aprendizaje exitosa, al bienestar o satisfacción del profesorado en relación con la escuela y el vínculo que establecen con sus estudiantes (Falus, 2011). Aquí radica la importancia del uso de recursos en las actividades que se desarrollen con el alumnado.
La vivencia del personal docente expone la utilización de recursos didácticos, materiales y humanos, como medio de apoyo para alcanzar los objetivos propuestos. A continuación se puntuarán algunos de los recursos mayoritariamente empleados por ellas y ellos en su quehacer profesional:
“Películas, imágenes cargadas de sentimientos, títeres, música, textos literarios. Tengo algunos libros, uno con estrategias de motivación en el aula y otro con estrategias para la resolución de conflictos.” (Ficha de emociones SDB, 01).
“-Libros - Juguetes – Adhesivos – Regalos - Recuerdos – Premios – Stikers –Juegos - Oraciones” (Ficha de emociones MMG, 03).
Con todo esto se rescata cómo los recursos y la creatividad juegan un papel esencial dentro de la educación emocional que brinda el profesorado en el aula, por lo cual son importantes tomarlos en cuenta, enriquecerlos e innovarlos constantemente para poder lograr un aprendizaje más significativo en el estudiantado.
4.2. Competencias emocionales del personal docente ante las emociones que manifiestan en el aula las niñas y los niños
En el presente apartado, se ahondó en la vivencia del personal docente en el manejo de las emociones de sus estudiantes y en la educación de estas, vista desde la perspectiva de las competencias emocionales expuestas por Bisquerra (2009). Asimismo, se tomó en cuenta la opinión de las niñas y los niños, para que, de esta manera, se pudiera realizar un abordaje más integral de la educación emocional.
4.2.1. Conciencia emocional acerca de las emociones de las demás personas
Para Bisquerra (2009) la conciencia emocional es tomar conciencia de las propias emociones y las emociones de las demás personas; para profundizar en esto, se parte de la vivencia que tiene el profesorado acerca de la conciencia emocional, la cual se ve manifestada en su cotidianidad, como se ve a continuación:
“Este grupo es súper afectuoso, siempre que llego al aula o recogerlos para llevarlos al taller, se me avalanzan y me abrazan con mucha alegría. Esto me llama la atención porque aunque me llevo bien con todos los grupos, ellos son los que más demuestran cariño.” (Diario MMG, 05).
“Esta semana tuvimos la celebración de María Auxiliadora, los niños se mostraron entusiasmados por las actividades”. (Diario SDB, 01).
El tomar en cuenta las emociones de los demás es parte de la conciencia emocional. Esta se traduce en una habilidad necesaria, tanto en las relaciones que se dan entre el profesorado, como entre las niñas y los niños con su grupo de iguales, ya que reconocer las emociones que está sintiendo otra persona hace que se pueda comprender su situación, y de esta manera se logra establecer una convivencia adecuada. En el caso del estudiantado se encontró lo siguiente:
Se aprecia en el gráfico 3, cómo en la escuela MMG predomina la opción afirmativa. Sin embargo, no muy debajo se sitúa la opción negativa. Por su parte, en el colegio SDB, el estudiantado en su mayoría respondió no manifestar preocupación por los sentimientos de los demás, lo que no coincide con lo expresado por Santrock (2003), al mencionar que las niñas y los niños toman en cuenta la percepción y vivencia del contexto que les rodea y sus relaciones más significativas con este. En esta etapa las relaciones con su grupo de iguales adquieren mucha importancia, según Papalia, Wendkos y Duskin (2005). Al no interesarse por lo que sienten sus amigos y amigas, no se evidencia esta importancia.
En ambas escuelas queda evidenciado que, en el caso del profesorado, este percibe, toma en cuenta y le da importancia a las emociones que experimentan sus estudiantes, manifestando cierta conciencia emocional, la cual es la base de la educación emocional según Bisquerra (2009). Es ahí donde radica su importancia, ya que sin la presencia de esta competencia no se pueden desarrollar las siguientes competencias, como la regulación emocional.
En el estudiantado no ocurre lo mismo, ya que se pudo evidenciar cómo en cantidades importantes deben trabajar más en cuanto a la expresión, comprensión e interés de las emociones de las demás personas, los cuales son puntos centrales, como se mencionó anteriormente, dentro de la educación emocional. Por esto, se deben retomar dentro del trabajo realizado por las maestros y los maestros, lo cual se convierte en una de las tareas orientadoras que debe desarrollar el personal docente, con el fin de posibilitar que el alumnado clarifique y construya su propia escala de valores (Pereira, 2007). Al fomentar y desarrollar la educación emocional en el estudiantado, se inculca en ellas y ellos habilidades y valores para la vida.
4.2.2. Conciencia emocional acerca de las propias emociones
Esta competencia, según Bisquerra (2009), se refiere a la capacidad que tienen las personas para observar sus propias emociones en relación al reconocimiento, expresión y manejo de las emociones experimentadas. La base de la educación emocional es poder reconocer y dar nombre a las emociones que se experimentan, lo que se puede apreciar en la siguiente cita:
“Como humano a veces la reacción es frustrante, con enojo, decepción. Sin embargo después de estas reacciones inmediatas hay que buscar soluciones prácticas y favorables tanto para mi persona como para el grupo.” (Diario MMG, 06)
En este caso, la persona profesional en educación evidencia el reconocimiento de emociones propias al mencionar lo que siente ante las diversas situaciones que se le pueden presentar en el aula. En cuanto a este tema, en el caso de la población estudiantil, en el gráfico 4 se presenta lo siguiente:
Como se puede apreciar las niñas y los niños de la escuela MMG, en su mayoría no poseen dificultad para hablarle a su maestra o maestro. En menor grado se presenta una respuesta sí y de último en la escala se encuentra la opción de algunas veces. En lo que concierne al colegio SDB, hay una igualdad en la respuesta en las opciones de no y algunas veces.
En el desarrollo socioemocional de la población infantil en edad escolar, cada docente juega un papel formador y modelador, y es cuando se presenta alguna situación donde se involucre la expresión de emociones que el profesorado experimenta sus propias emociones, como el miedo a hacer un manejo inadecuado de las de las niñas y los niños, como se observa a continuación:
“A veces no sé cómo manejarlas o que decirles en el momento. Miedo a dar un mal consejo o realizar un mal manejo.” (Cuestionario de emociones SDB, 02)
El rol que asume el profesorado en la formación de sus estudiantes es de suma importancia, ya que, si la persona profesional en educación tiene la capacidad de expresar sus emociones a la población estudiantil, fomenta de forma indirecta esta capacidad en las niñas y los niños.
En este apartado se conocieron algunas de las emociones del personal docente en su labor diaria con sus estudiantes y las emociones que manifiestan las niñas y los niños en el aula. También se reflejaron algunas competencias emocionales en ambas poblaciones, así como dificultades que poseen en cuanto a la conciencia emocional de las propias emociones.
4.2.3. Regulación emocional
Uno de los componentes fundamentales de la competencia de la regulación emocional, según Bisquerra (2009), es la habilidad para afrontar retos y situaciones de conflicto; dentro de la escuela en la diaria labor docente, se presentan una serie de situaciones y problemáticas que interfieren y dificultan el trabajo. Por esto es necesario que las personas profesionales en educación busquen formas para afrontar dichas situaciones; un ejemplo de esto se puede apreciar en la siguiente cita:
“Las vivencias más comunes son las diferencias entre compañeros, algunos discuten, gritan o pelean, el manejo de las emociones que generan esas situaciones se aplica a partir del diálogo y la comunicación y hacer ver los aciertos o los errores al tratar determinadas situaciones.” (Cuestionario de emociones MMG, 01)
Esta idea denota la función orientadora que cumple cada docente al realizar actividades y estrategias que estimulan el desarrollo integral y que permiten el autoconocimiento de sus estudiantes (Pereira, 2007). Este manejo de emociones por parte del profesorado puede traer una disminución en la cantidad de peleas, lo cual es una de las múltiples ventajas de la Educación Emocional, según Goleman (1996).
Algunas veces, estos problemas o situaciones conflictivas que se presentan en la vida, no se resuelven de inmediato, sino que, por el contrario, hay que buscar posibles soluciones y valorar cuál es la más indicada, lo que requiere de todo un proceso. Así se hace necesario desarrollar habilidades propuestas por Bisquerra (2009) como la tolerancia a la frustración, el manejo de emociones, la capacidad para retrasar gratificaciones, y el desarrollo de empatía. En este sentido, se toma en cuenta la valoración de posibles soluciones a los conflictos, como se observa en el cuadro 2.
Como se observa la mayoría de docentes de ambas escuelas siempre valora muchas posibles soluciones cuando se presenta un problema en el aula. Esto refleja interés y preocupación por el bienestar de sus estudiantes, lo cual evidencia empatía por parte del profesorado al involucrarse y preocuparse por las vivencias emocionales de sus estudiantes (Bisquerra, 2009). Por su parte, en cuanto a este tema, el estudiantado expresó lo siguiente:
En el caso de las niñas y los niños de la Escuela MMG, en su mayoría utilizan como estrategia de regulación emocional un análisis de las posibilidades que se tienen para afrontar un problema, a diferencia de la población infantil participante del SDB, quienes marcaron la opción no y algunas veces como respuesta ante esta interrogante, esto se muestra en el cuadro 3.
Para Álvarez (2001), si la persona no encuentra la solución adecuada, se debe insistir hasta conseguirla, contando con la propia ayuda y con la de los demás. Todo esto lleva a destacar la idea que expone Bisquerra (2009), de que, tanto la regulación de las emociones, como las estrategias para solucionar conflictos, son fundamentales para el bienestar de todas las personas.
Por otra parte, según Bisquerra (2009), dentro de la competencia de la regulación emocional, se encuentra una microcompetencia denominada expresión emocional apropiada, la cual es fundamental para la regulación emocional, ya que, al expresar lo que se siente, se pueden buscar estrategias para manejar esas emociones, sin necesidad de suprimirlas. Un ejemplo de esta expresión de emociones se observa a continuación:
“Creo que la mayoría de ellos exterioriza lo que siente y aunque en algún momento son afectuosos, también pueden discutir y pelear entre ellos, son más explosivos.” (Diario MMG, 05)
Esta expresión de emociones es saludable para la población infantil, siempre y cuando no dañe o perjudique a otras personas o incluso a ellas mismas y ellos mismos, por lo cual es primordial buscar estrategias que integren la expresión de emociones con el manejo de estas. Un ejemplo de una expresión inadecuada de emociones se observa en la siguiente expresión:
“Daniel, el por hacer todo rápido, lo hace todo malo con errores, entonces cuando lo corrijo se enoja y empieza de forma malcriada a gritar o a golpear los pupitres, es difícil controlarlo porque una boleta no lo asusta y enviarlo donde la orientadora tampoco, a veces simplemente no se pone atención y él se calma”. (Diario MMG, 01)
Según Bisquerra (2001), el enojo es una de las emociones que, si no es manejada adecuadamente, puede traer consecuencias muy negativas, ya que es la emoción más peligrosa. Su propósito primordial es destruir mediante el ataque verbal o físico, por lo que es sumamente esencial el desarrollo y fortalecimiento de estrategias de afrontamiento y manejo de este, para poder prevenir sus efectos perjudiciales en la vida de las personas, lo cual es un objetivo de la educación emocional, según Goleman (1996).
A partir del acercamiento realizado a las instituciones educativas, de la información recolectada y de la discusión de los datos realizada, se evidencian los conocimientos, habilidades, estrategias y recursos a los cuales recurre el personal docente como respuesta ante la manifestación emocional de sus estudiantes y la de ellas mismas y ellos mismos. Asimismo, se contemplaron las vivencias tanto de las niñas y los niños, como del profesorado, en torno a la conciencia emocional de las propias emociones y de las emociones de los demás y de la regulación de estas.
Es importante resaltar que, aunque el personal docente tiene una noción acerca de lo que es la educación emocional y su importancia en los procesos de enseñanza-aprendizaje, es necesario enriquecer la labor docente mediante herramientas que promuevan el desarrollo emocional de las niñas y los niños, ya que esto repercute en diversas áreas del desarrollo integral de la población infantil y, a la vez, influye en el crecimiento profesional y emocional de cada docente.
4.3. Implicaciones de la educación emocional en la formación y desarrollo docente en dos escuelas urbanas de San José
A partir de los resultados y el análisis, se logra determinar que existen aspectos más allá de los objetivos planteados. Es así como se presenta una síntesis de otros hallazgos, enfocados en el tema de las implicaciones de la formación y el desarrollo emocional docente en ambas escuelas.
Se reconoce que la formación docente para la enseñanza en la educación primaria, está enfocada en el desarrollo de habilidades académicas, intelectuales, éticas y metodológicas; pero se hace necesaria, a la vez, la inclusión de contenidos que favorezcan la adquisición de conocimientos en cuanto a la educación emocional. Asimismo, como lo mencionan Extremera y Fernéndez-Berrocal (2004), el éxito del profesorado queda también vinculado a desarrollar personas integradas a la sociedad, con herramientas sociales y emocionales que les permitan afrontar los desafíos de la vida cotidiana. Esto se puede relacionar a lo mencionado por las personas participantes, las cuales expresan que, ante situaciones que se les presentan en el aula, en ocasiones lo aprendido en la universidad se queda corto en cuanto a qué hacer o cómo enfrentarlas. Es así como surgen reacciones de frustración, enojo y hasta decepción.
Por esto resulta pertinente la incorporación de contenidos de educación emocional en los planes de formación docente, debido a que, junto con la enseñanza de conocimientos teóricos y prácticos, a la población docente le corresponde la implementación de estrategias dentro del aula para el desarrollo afectivo y emocional de sus estudiantes. Esto se afirma tomando en cuenta también el interés demostrado por el profesorado participante en la investigación.
Es necesaria la integración entre la enseñanza de contenidos académicos tradicionales y el desarrollo de habilidades emocionales en las niñas y los niños, pero estas habilidades emocionales, afectivas y sociales deben ser enseñadas por un equipo docente que domine estas capacidades, ya que las aulas son para el alumnado uno de los modelos de aprendizaje socioemocional más importante.
La escuela juega un papel de suma importancia en la niña y el niño, no solo en el área cognitiva, sino también en la social y en la emocional. Para la investigación, se eligieron escuelas con características y poblaciones diferentes; por un lado, se encuentra la escuela MMG, la cual es una escuela de atención prioritaria, caracterizada por albergar una población en su mayoría de clase baja y rodeada de un contexto urbano marginal con necesidades y problemáticas propias muy marcadas. Es así como el personal docente manifiesta que, en algunas ocasiones, la impotencia les invade ante las difíciles situaciones que atraviesan algunos de sus estudiantes, como el abuso y la agresión física.
Por otra parte, encontramos el Colegio SDB, una escuela privada de fuerte ideología católica y con una población que, en su mayoría, se encuentra dentro de la clase media-alta. Es así como el profesorado de tercer grado manifiesta, que cuenta con el apoyo institucional para el acceso a la mayoría de recursos, y que, además, la cultura institucional se orienta a un trabajo dedicado a la enseñanza de valores.
A partir de la información recolectada surgen dos interesantes factores. Primero, el Colegio SDB posee una mayor formación constante y accesibilidad a recursos y herramientas. Sin embargo, el personal docente de la escuela MMG considera más necesarios los conocimientos y habilidades que tienen. Asimismo, en el caso de las niñas y los niños, llama la atención que el Colegio SDB se encuentra en desventaja, ya que, dentro de la investigación cuantitativa y al remitirnos como investigadoras a los gráficos y cuadros que determinan el grado de presencia de competencias emocionales y resolución de conflictos, las niñas y los niños presentan una mayor dificultad en cuanto a la conciencia y regulación de sus emociones, en comparación con la población estudiantil de la escuela MMG, que manifiesta un mayor desarrollo de estas e incluso aseveran sentirse más felices y cómodos consigo mismas y mismos.
Conclusiones
Esta investigación llevó a las conclusiones presentadas a continuación en concordancia con los objetivos propuestos. En cuanto a la identificación de los conocimientos, habilidades y recursos del personal docente en respuesta a las emociones manifestadas por las niñas y los niños, se contempla:
• En su mayoría, el personal docente manifiesta que ha recibido sus conocimientos de la formación universitaria. Sin embargo, mencionan que es insuficiente y que no tienen todos los conocimientos necesarios. De igual forma, recalcan la importancia de una constante actualización o formación continua.
• Dentro de las habilidades que poseen la maestra y el maestro, está la habilidad de la empatía.
• El personal docente de las instituciones investigadas en su quehacer diario, ante las emociones que manifiestan las niñas y los niños, emplea estrategias como la escucha, la creación de espacios para drenar emociones y la solución de problemas.
• En su mayoría, el personal docente muestra disposición para la implementación de estrategias de educación emocional.
En cuanto a las emociones que las niñas y los niños manifiestan en el aula con el personal docente de tercer grado, se encuentra que:
• La mayoría de la población infantil manifiesta darse cuenta de si una compañera o un compañero se encuentra de buen o mal humor. Sin embargo, no siempre toman en cuenta o se preocupan por las emociones de sus compañeras y compañeros.
• En situaciones de conflicto, la población infantil acostumbra pedir ayuda y en su mayoría, cuando se enojan, se lo dicen a las personas. Asimismo, las niñas y los niños piden perdón cuando molestan a alguien.
En cuanto a las competencias emocionales del personal docente como respuesta ante las emociones que manifiestan en el aula las niñas y los niños, se concluye que:
• En algunas situaciones que surgen en el aula, el profesorado manifiesta tener miedo a equivocarse en el manejo de las emociones de sus estudiantes.
• El personal docente resuelve los problemas tomando en cuenta muchas veces la opinión de las niñas y los niños, y de las personas que lo rodean; así valoran todas las posibles soluciones a los conflictos
• Cuando las maestras y los maestros tienen algún problema con sus estudiantes, la mayoría de las veces expresan su enojo en el aula a las niñas y los niños. En este mismo plano, el profesorado en su mayoría pide disculpas cuando toman una mala decisión en cuanto a las emociones de sus estudiantes.
Tomando en cuenta todo lo anterior, y como respuesta a la pregunta de investigación, se puede concluir que las respuestas del profesorado varían mucho dependiendo de la situación y la forma en que experimenten las emociones las niñas y los niños en el aula. Sin embargo, estas respuestas no son estrategias planificadas, sino acciones concretas como reacción de sus propias emociones ante las emociones emergentes de sus estudiantes. En este mismo sentido, se comprenden las respuestas del personal docente como modelo en el desarrollo de la niña y el niño. Por esto, se considera necesario que el profesorado cuente con estrategias, habilidades, recursos y conocimientos para la promoción de la educación de las emociones.
Debido a la necesidad de fortalecer las competencias emocionales de la conciencia y regulación emocional, se concluye la pertinencia de brindar al personal docente estrategias para la promoción de la educación emocional mediante un manual para ser utilizado dentro del contexto del aula, cuando el profesorado lo considere necesario, como acción de prevención, mediación e intervención.
Referencias
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*Correspondencia a:
Mónica Calderón Rodríguez. Orientadora en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: moni_2686@hotmail.com
Gabriela González Mora. Coordinadora del Departamento de Orientación y Psicología en el Colegio Salesiano Don Bosco. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: ga_gomo@hotmail.com
Patricia Salazar Segnini. Orientadora en el Liceo de Pavas. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: pss_28@hotmail.com
Stephanie Washburn Madrigal. Docente de la Escuela de Orientación y Educación Especial. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: stephanieann.washburn@ucr.ac.cr
1 Orientadora en el Colegio Vocacional Monseñor Sanabria. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: moni_2686@hotmail.com
2 Coordinadora del Departamento de Orientación y Psicología en el Colegio Salesiano Don Bosco. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: ga_gomo@hotmail.com
3 Orientadora en el Liceo de Pavas. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: pss_28@hotmail.com
4 Docente de la Escuela de Orientación y Educación Especial. Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: stephanieann.washburn@ucr.ac.cr
Artículo recibido: 31 de mayo, 2013 Devuelto para corrección: 3 de octubre, 2013 Aprobado: 12 de diciembre, 2013