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Revista de Biología Tropical
On-line version ISSN 0034-7744Print version ISSN 0034-7744
Rev. biol. trop vol.57 n.3 San José Sep. 2009
Variabilidad genética en géneros de ciervos neotropicales (Mammalia: Cervidae) según loci microsatelitales
Manuel Ruiz-García1*, María Martinez-Agüero1, Diana Álvarez1 & Simon Goodman2
1. Unidad de Genética (Genética de Poblaciones-Biología Evolutiva), Departamento de Biología, Facultad de Ciencias, Pontificia Universidad Javeriana, Cra 7A No 43-82, Bogotá DC. Colombia; mruiz@javeriana.edu.co; mruizgar@yahoo.es
2. Institute of Cell, Animal and Population Biology, University of Edinburgh, United Kingdom.
* Correspondence
Abstract: Genetic variability in Neotropical deer genera (Mammalia: Cervidae) according to DNA microsatellite loci. Species conservation programs are highly based on analyses of population genetics. We compared eight Neotropical Cervidae (Mazama americana, M. gouzaoubira, M. rufina, Odocoileus virginianus, Hippocamelus antisensis, Pudu mephistopholes, Ozotoceros bezoarticus and Blastoceros dichotomus) and some European and Asian Cervidae (Cervus elaphus, C. nippon, Capreolus capreolus, C. pygargus and Dama dama). The European species C. elaphus was our standard for a high degree of genetic variability: we used a Scottish population originated in the mix of diverse Western European subspecies. On the contrary, Cervus nippon (a population from Scotland with a founder effect) was our standard for a depauperated population. The M. americana, M. gouzaoubira and O. virginianus samples had high diversity values close to our C. elaphus population (H= 0.64, 0.70 and 0.61, respectively), while M. rufina was very low, close to C. nippon. Several sample sets of Mazama and Odocoileus yielded a homozygote excess, probably due to the Wahlund (subdivison) effect. There was no evidence of recent bottleneck events. Rev. Biol. Trop. 57 (3): 879-904. Epub 2009 September 30.
Key words: Neotropical Cervidae, Mazama, Odocoileus, DNA microsatellites, population genetics.
El presente estudio, complementario al de Ruiz-García et al. (2007), se fundamenta en la determinación y comparación de los niveles de diversidad génica entre diversas especies de cérvidos europeos y asiáticos. Este es el primer estudio donde se reportan niveles de diversidad genética en cérvidos neotropicales mediante marcadores microsatélites hipervariables. Por eso, únicamente se pueden efectuar comparaciones con algunas especies pertenecen a de ciervos europeos y asiáticos ya que son los únicos cérvidos que han sido estudiados desde la misma perspectiva molecular (ver Goodman et al. 2001).     
 
En el ámbito de la genética conservacionista se asume que cuanto menor sea el tamaño efectivo de una población, menor será, también, la diversidad genética de la misma de cérvidos neotropicales respecto a algunas y, por ende, tendrá menores posibilidades de especies poder responder adaptativamente ante cualquier tipo de cambio ambiental (Ruiz-Garcia 2001). Para llevar a cabo esta tarea, se obtuvieron 71 muestras de ciervos neotropicales. Las muestras provienen de diferentes regiones geográficas de Latinoamérica y ocho especies diferentes de los tres grupos tradicionalmente establecidos. Estas especies son: Odocoileus virginianus, Ozotoceros bezoarticus y Blastocerus dichotomus (alto porte, cuernos ramificados), Hippocamelus antisensis (mediano porte, cuernos bifurcados), Mazama americana, Mazama gouazoubira, Mazama rufina, y Pudu mephistopheles (pequeño porte, cuernos no ramificados). Adicionalmente, y como punto de comparación, se reunieron muestras de Cervus elaphus (ciervo rojo europeo) de una población escocesa (Gran Bretaña) proveniente, de múltiples reintroducciones de estos ciervos a partir de diversas áreas de la Europa continental. Esta especie presenta multitud de poblaciones y subespecies, en Europa, que han sido reconocidas como diferentes a partir de estudios morfológicos, bioquímicos y moleculares. Whitehead (1972) reconoció 23 subespecies de Cervus elaphus. Hartl et al. (1995) estudiaron el ADN mitocondrial de Cervus elaphus procedentes de 15 localidades distribuidas por el centro, occidente y sur-este de Europa y descubrieron nueve haplotipos mitocondriales diferentes. La relación entre esos haplotipos fue consistente con la distribución geográfica de las diversas poblaciones analizadas. La distribución geográfica de los haplotipos de los tres linajes principales se corresponden con diversas subespecies morfológicas propuestas por Groves & Grubb (1987). Lowe & Gardiner (1974), únicamente reconocieron C. e. elaphus como la única subespecie del norte de Europa en virtud de sus análisis craneométricos. El linaje europeo oriental podría corresponder a la subespecie morfológica C. e. montanus, mientras que el linaje sur-oriental podría corresponder a C. e. maral. Eso nos induce a pensar que la variabilidad genética de las muestras obtenidas en Escocia debería ser muy elevada, ya que podrían representar individuos híbridos de esas diversas subespecies de ciervo rojo en Europa. Por lo tanto, los resultados de esa muestra pueden representar un límite superior en cuanto al nivel de heterocigosis (=diversidad genética) que se encuentran en las poblaciones de cérvidos. También se analizaron muestras de Cervus nippon (sika) procedentes de Escocia. Esta es una especie de origen asiático que se introdujo, por primera vez, en Gran Bretaña en 1860 (Powerscourt 1884), con posteriores reintroducciones hasta, aproximadamente, 1930 (Goodman et al. 2000). Las muestras obtenidas provienen de una población pequeña que pudo sufrir un intenso efecto fundador con la consiguiente pérdida de variabilidad genética (Emmerson & Tate 1993). Igualmente, Goodman et al. (2001) determinaron la heterocigosis de diversas poblaciones de Cervus nippon en Japón y de poblaciones introducidas en Escocia. Las poblaciones japonesas en las zonas más fragmentadas, como Nagasaki (H=0.19) y Tanegashima (H=0.21), presentaron niveles de variabilidad genética inferiores al de las poblaciones con hábitats amplios, tales como Iwate (H=0.49), Kinkazan (H=0.54), Shimane (H=0.45) y Hyogo (H=0.60). Las cuatro poblaciones de C. nippon introducidas en Escocia e Inglaterra presentaron niveles reducidos de heterocigosis (Argyll, H=0.13; Fife, H=0.27; Peebles, H=0.38 y Dorset, H=0.21) mostrando evidente depauperación genética por efecto fundador. La pregunta central que nos formulamos en el presente trabajo es la siguiente. ¿Están los niveles de variabilidad genética en diversas especies de cérvidos neotropicales más cercanos a los altos valores esperados del Cervus elaphus en Escocia, probablemente resultado del cruzamiento entre individuos representativos de diversas subespecies?. O, por el contrario, ¿están más cercanos a los niveles reducidos de diversidad génica del Cervus nippon introducido en Gran Bretaña?. Esto es, el nivel reducido de variabilidad genética de C. nippon en las poblaciones japonesas pequeñas, y en las introducidas en Gran Bretaña, puede mostrar un límite inferior, denotando un estado de variabilidad genética pobre para las poblaciones de ciervos neotropicales que estén cercanas a esos valores. Por el contrario, las poblaciones de cérvidos neotropicales que posean niveles de variabilidad genética similares al C. elaphus escocés (H=0.71) pueden considerarse como poseedoras de una diversidad genética elevada. Esos son los niveles de variabilidad genética más reducidos y más elevados que se han encontrado en cérvidos utilizando marcadores microsatélites idénticos a los que se emplearon en el presente estudio. Adicionalmente para tener una perspectiva más amplia de la citada cuestión, se consiguieron muestras de ADN de otros cérvidos europeos: C. elaphus de origen italiano, Capreolus capreolus (corzo) procedentes de España y de Italia, y Dama dama (gamo) procedentes, también, de España y de Italia. De forma comparativa, se analizaron algunas muestras del rebeco catalán (Rupycapra pyrenaica), un bóvido silvestre.
Para ello, se aplicaron 16 marcadores hipervariables microsatélites (STRP; Short Tandem Repeat Polimorphisms) diseñados para diferentes especies. Diez de ellos fueron diseñados para bóvidos y están altamente conservados en otros Artiodactyla, como los Cervidae y los Caprinae (Slate et al. 1998). Otros autores (Engel et al. 1996) han mostrado, también, que otro conjunto de 12 microsatélites elaborados para bovinos, siete para caprinos y un par específico de ovinos, son útiles para su aplicación en cérvidos.
También, a partir de los resultados moleculares obtenidos, se realizaron diferentes análisis poblacionales. Entre ellos la estimación de la heterogeneidad genética entre poblaciones de una misma especie y la determinación de posibles cuellos de botella recientes en algunas de las especies analizadas.
Materiales y métodos
Análisis molecular: Las especies de cérvidos neotropicales y el número total de ejemplares analizados fueron: 22 muestras de Mazama americana, ocho muestras de Mazama gouazoubira, dos muestras de Mazama rufina, 23 muestras de Odocoileus virginianus, cuatro muestras de Hippocamelus antisensis, dos muestras de Pudu mephistopheles, dos muestras de Ozotoceros bezoarticus, ocho muestras de Blastocerus dichotomus, sumando un número total de 71 individuos. Para las especies euro-peas y de origen asiático, se estudiaron nueve ejemplares de Cervus elaphus y cinco de Cervus nippon, 26 ejemplares de Capreolus capreolus, cinco ejemplares de Dama dama, más cuatro ejemplares de Capreolus pygargus, sumando un total de 49 ejemplares. Comparativamente, se procesaron, también, muestras de cuatro Rupicapra pyrenaica (Rebeco, Bovidae) procedentes de los Pirineos Catalanes. La descripción del origen de los ejemplares analizados y el tipo empleado de muestra de los cérvidos neotropicales estudiados se encuentra en el Cuadro 1. Para la interpretación de los análisis se consideró dos especies Europeas como referencias: la especie Cervus elaphus (de Escocia), tomada como un grupo de alta variabilidad genética por su origen en una mezcla de diversas subspecies de Cervus elaphus de Europa Occidental; y la población de Cervus nippon en Escocia, como representante de una población completamente empobrecida por constituirse a través de un evento fundador.    
 
 
    Los marcadores microsatélites empleados fueron: (1) diseñados para bóvidos, RM012, BM757, INRA131, IDvGA055, FCB193, TGLA337, HUJ175, BOvIRBP, TGLA127 y FSHB (Slate et al. 1998), (2) diseñados para el ciervo coli-blanco (Odocoileus), Cervid 1 y Cervid 3 (Dewoody et al. 1995) y (3) diseñados para reno, Rangifer tarandus, NvHRT 16, NvHRT 30, NvHRT 71 y NvHRT 73 (Roed & Midthjell 1998). Esto significa que para el estudio de la estructura y la diversidad genética de poblaciones y especies de cérvidos, al igual que para otros grupos, existe un éxito significativo en el uso de cebadores ("primers") heterólogos para la PCR en la amplificación de loci microsatélites, eliminando esto, la estricta necesidad de desarrollar nuevos conjuntos de cebadores para cada especie determinada.
En el Anexo I se muestran los alelos encontrados, previamente, en C. elaphus y C. nippon para los marcadores microsatélites de bóvidos, al igual que el rango de tamaños alélicos presentados por los mismos y las temperaturas de anillamiento ("anealling") para cada marcador. Para obtener los correspondientes genotipos se procedió del siguiente modo. Una vez que el ADN fue obtenido a partir de dos procedimientos diferentes (Fenol-Cloroformo y resina Chelex), se llevaron a cabo reacciones de PCR en un volumen de 25 µl, cuando el ADN fue extraído de tejido o sangre, con 2.5 µl de MgCl2 2.5 µM, 2.5 µl de Buffer 10x, 1 µl dNTPs 1 mM, 1 µl de ambos cebadores ("forward" y "reverse") (4pmol), 14 µl de H2O, 0.25 unidades de Taq polimerasa (1u/µl) y 2 µl de ADN. Cuando el ADN fue extraído de raíz de pelo, el volumen de la reacción de PCR fue de 5 µl. En este caso, se agregaron 20 µl de AND y el doble de las cantidades de reactivos anotadas en el caso anterior. La reacción se llevó a cabo en un termociclador Geneamp PCR System 9600 de Pekin Elmer. Las temperaturas utilizadas para los marcadores de bóvidos fueron 2 min a 94ºC, seguidas de 7 ciclos de 30 s a 94ºC, 1 min a 50ºC y 30 s a 72ºC y de 30 ciclos a 94ºC, 1 min 50ºC y 30 s a 72ºC de extensión. Para los de cuervo coli-blanco fueron 2 min a 94ºC, seguidas de 35 ciclos de 30 s a 92ºC, 1 min a 60ºC y 2 min a 74ºC y 10 min a 74ºC de extensión. Para los marcadores de reno, las temperaturas fueron: 5 min a 94 oC, seguidas de 30 ciclos de 1 min a 95ºC, 30 s a 55ºC y 1 min a 72ºC de extensión. Los productos de amplificación se almacenaron a 4ºC, hasta el momento en que fueron utilizados. Se procedió a determinar si las muestras utilizadas realmente habían amplificado en un gel de agarosa al 3% teñido con bromuro de etídio en una cámara de electroforesis horizontal GNA200 de Pharmacia Biotech. Una vez se comprobó qué muestras habían amplificado, se corrieron éstas en geles denaturantes de poliacrilamida al 6% en una cámara vertical Hoefer SQ3 sequencer, con una fuente de poder EPS 3500 de Pharmacia biotech, a 35 W constantes durante 2-3 horas dependiendo del tamaño del marcador. Posteriormente se paso a la fijación (acido acético), tinción (nitrato de plata, AgNO3) y revelado del gel con carbonato de sodio (Na2CO3). El marcador de peso molecular utilizado fue 174 cortado con Hind III situado cada 10 carriles. 
Métodos genético poblacionales aplicados: Una vez los geles fueron analizados, y se distinguieron perfectamente los genotipos de los especimenes estudiados, se procedió a determinar algunos estadísticos genéticopoblacionales básicos, tales como el número de alelos por marcador, las frecuencias alélicas y la heterocigosis esperada insesgada con el método de Nei (1978). Una pérdida significativa de esta heterocigosis puede indicar claramente la acción de diferentes procesos estocásticos, como la deriva genética, o de procesos selectivos actuando en contra de un alelo particular y, por lo tanto, modificando las frecuencias alélicas (Ruiz-Garcia 1991).
Se procedió al análisis del equilibrio Hardy-Weinberg para algunos de los marcadores moleculares empleados para ciertos con-juntos de muestras. Para ello se utilizaron dos procedimientos diferentes. El primero fue la aplicación del estadístico F de Wright (1965), cuya expresión es:
F =1 -(Ho/He), dónde Ho es el número observado de heterocigotos y He es el número de heterocigotos esperados en equilibrio Hardy-Weinberg. La significación estadística del estadístico F puede medirse con la expresión:
X2 =F2 N (m -1), con m(m -1)/2 grados de libertad, dónde N es el número de individuos analizados y m es el número de alelos encontrados en cada locus (Li & Horvitz 1953). El segundo procedimiento analítico empleado fue la aplicación de la f de Robertson & Hill (1984). Para cada alelo i, la estima insesgada de la desviación de la frecuencia de homocigotos (ii), respecto a los valores esperados en equilibrio Hardy-Weinberg de estas frecuencias, tiene la siguiente expresión:
Tii=[2(2n - 1) nii - ni(ni - 1)]/[4 (n - 1)], dónde n es el tamaño de la muestra, nii es el número de homocigotos observados y ni es el número de alelos i en la muestra estudiada. Para cada alelo, la estima de f es:
fii =4nTii/[ni (2n - ni)]. El estadístico total, para el locus en cuestión, será,
fT=2 (Tii/ni)/(m -1), donde m es el número de alelos detectados en un locus determinado. Ambos, fii y fT, tienen expresiones matemáticas que permiten calcular la esperanza de sus varianzas.
El índice de fijación (FST), mide los efectos de la subdivisión de una población, que se traduce en la reducción de la heterocigosis en una subpoblación debido a la deriva genética. Este estadístico se define como: FST =(HT  HS)/HT, dónde HT es la heterocigosis esperada en la población total y HS es la heterocigosis promedio en el seno de las subpoblaciones. Utilizando FST, se calculó el grado de heterogeneidad genética entre diferentes poblaciones de Odocoileus y Mazama, y entre diferentes especies de Mazama. Para ello, se utilizó el procedimiento de Weir & Cockerham (1984).
Se obtuvieron estimas de flujo génico entre poblaciones de Odocoileus y entre poblaciones de Mazama clasificadas por especies, por regiones biogeográficas respecto a la procedencia de las muestras y por países. Para ello se utilizó el método de los alelos privados (Slatkin 1985) con el programa Genepop versión 3.1 (Raymond & Rousset 1995).
Empleando el programa Bottleneck versión 1.1.03 (Piry et al. 1999) se calculó la posible existencia de cuellos de botella recientes en las poblaciones de las diferentes especies de ciervos analizadas a partir de la teoría de Cornuet & Luikart (1996) y Luikart et al. (1998). Esta técnica se basa en el principio por el cual las poblaciones, que han atravesado un cuello de botella reciente, pierden simultáneamente número de alelos y niveles de heterocigosis esperada. Sin embargo, el número de alelos (ko) se reduce más rápidamente que los niveles de heterocigosis. De este modo, el valor de la heterocigosis esperada a partir del número de alelos presente (Heq), obtenido por métodos de coalescencia, es menor que la heterocigosis esperada obtenida directamente de las frecuencias alélicas (He). Este exceso de heterocigosis esperada respecto a la calculada mediante el número de alelos ha sido fehacientemente demostrado en el modelo mutacional de los alelos infinitos, aunque no está tan claradamente determinado para el modelo mutacional "step-wise" (Ohta & Kimura 1973). Los microsatélites empleados aquí, aunque su dinámica, posiblemente, puede estar más cercana al segundo modelo mutacional, no lo siguen estrictamente y tan pronto como un marcador se aparta ligeramente del modelo "step-wise" hacia el modelo de los alelos infinitos, el exceso de heterocigosis esperada comenzará a incrementarse como consecuencia de un cuello de botella reciente. Para marcadores neutrales, en una población en equilibrio deriva genética-mutación, existe la misma probabilidad que, para un locus dado, haya un ligero exceso o déficit de heterocigosis respecto a este mismo concepto calculado a partir del número de alelos. Por el contrario, una población que ha sufrido un cuello de botella presentará una amplia fracción de loci con un exceso significativo de heterocigosis esperada. Para medir esta probabilidad, se utilizaron cuatro procedimientos: el test del signo, el test de la diferencia estandarizada, el test del signo rango de Wilcoxon, y un descriptor gráfico de la forma de la distribución de las frecuencias alélicas. Una población, que no haya pasado por un cuello de botella, mostrará una distribución en forma L, tal como se espera en una población estable en equilibrio derivamutación. Por el contrario, una población que ha sufrido un cuello de botella reciente mostrará una distribución sesgada. El test de signorango de Wilcoxon es probablemente el más poderoso cuando el número de loci analizados es limitado como ocurre en el presente caso.
Resultados
Análisis de diversidad genética con loci microsatélites: En la Fig. 1 se pueden observar las frecuencias alélicas de las especies de ciervos neotropicales para los marcadores microsatélites empleados. Puede observarse (Cuadro 2) que la mayor cantidad de alelos fue obtenida para los marcadores Cervid 1, Cervid 3 e IDvGA 55, y que las especies neotropicales con mayor heterocigosis fueron Odocoileus virginianus (heterocigosis insesgada promedio H=0.6148), Mazama americana (H=0.6429) y Mazama gouazoubira (H=0.7003). Los ejemplares del género Cervus no amplificaron para ninguno de los marcadores específicos para Odocoileus y los del género Capreolus no lo hicieron para Cervid 1 ni para RM012. Respecto a los marcadores diseñados para renos, fueron probados únicamente en algunos especimenes y deben considerarse los resultados obtenidos como preliminares. Los ejemplares de Mazama rufina (H=0.125), Pudu mephistopheles (H=0.4062), Ozotoceros bezoarticus (H=0.50), Hippocamelus antisensis (H=0.5030) y Blastocerus dichotomus (H=0.3599) presentaron niveles de heterocigosis menores a las especies referidas anteriormente, aunque el número de muestras analizadas fue muy pequeña para algunas de esas especies. Es importante comparar esos niveles de variabilidad genética en los cérvidos neotropicales con los niveles determinados en especies de cérvidos europeos. Para los marcadores diseñados para bóvidos, encontramos que las muestras de los C. elaphus escoceses presentaron elevados niveles de variabilidad genética. Para esos microsatélites, la heterocigosis individual de cada animal analizado osciló entre el 0.7 y 1. La heterocigosis individual promedio incluyendo todos los C. elaphus escoceses fue de 0.8066, mientras que la heterocigosis insesgada promedio para el con-junto global de esas muestras fue de 0.8051. En el otro extremo de la escala, las muestras de C. nippon, introducidos en Gran Bretaña, fueron monomórficas para los 10 microsatélites aplicados en esta especie. Esto es, no se obtuvo diversidad genética alguna (H=0). El nivel estimado de diversidad genética en las muestras de C. elaphus procedentes de Italia fue considerablemente menor que el nivel encontrado para la población británica. Los animales, individualmente, poseyeron niveles de heterocigosis entre 0.166 y 0.6. El valor de la heterocigosis individual promedio fue de 0.383, mientras que la heterocigosis insesgada global para toda la muestra fue de 0.556. Los tamaños alélicos encontrados en los C. elaphus italianos coinciden con los tamaños alélicos encontrados en los británicos, aún cuando pueden pertenecer a subespecies diferentes. Capreolus capreolus presentó alelos similares en tamaño (95, 100 pares de bases, pb) a los reportados para Cervus en el marcador INRA131. Contrariamente, los alelos encontrados para esta especie, en TGLA337, son mucho más pequeños (112, 114 pb) que los reportados para Cervus (128 pb en adelante). Los C. capreolus de origen italiano, para este ultimo marcador, estuvieron fijados para un alelo de 112 pb, mientras que los de origen español lo estuvieron para un alelo de 114 pb. Capreolus mostró un alelo de 143 pb, para HUJ175, de tamaño mayor que los reportados para Cervus elaphus (115-133 pb). La heterocigosis individual promedio fue de 0.333 para C. capreolus. El marcador que presentó mayor variabilidad en las muestras de Dama dama procedentes de España fue TGLA337, con tres alelos de 124, 134 y 138 pb (H=0.333). El tamaño de esos alelos está dentro del rango de los encontrados en C. elaphus. En cambio, los del bóvido Rupicapra pyrenaica resultaron ostensiblemente menores (104, 108, 112, 118 pb) para ese marcador. D. dama italiano mostró un alelo de 123 pb para el marcador FCB193, lo cual coincide con el tamaño de los alelos reportados, anteriormente, para C. elaphus (97121 pb) y para C. nippon (123-139 pb).    
 
 
     
    Los cérvidos neotropicales analizados presentaron una variabilidad genética intermedia respecto a los dos extremos representados por C. elaphus y C.nippon. Mientras que Mazama americana, M. gouzaoubira y Odocoileus virginianus presentaron valores de heterocigosis bastante elevados, cercanos al conspicuo valor de los C. elaphus escoceses (H=0.71 en el estudio de Goodman et al. 2001; H=0.8066 en el presente estudio), las otras especies de ciervos neotropicales estudiados presentan niveles de variabilidad genética menores, pero nunca con un valor tan extremo en su pobreza como el estimado, y aquí mostrado, en C. nippon.
En el Cuadro 3 se presentan     los grupos de muestras de cérvidos     neotropicales que mostraron no estar en equilibrio Hardy-Weinberg. En     general estas asociaciones se caracterizaron por ser poblaciones     "artificiales". Esto hace referencia al hecho de asociar muestras     procedentes de diferentes regiones geográficas e, inclusive, de     diferentes especies dentro del mismo género (caso de Mazama),     lo que pone en evidencia, la existencia de efecto Wahlund     (=subdivision) por la existencia de acervos genéticos diferenciados en     el seno de los géneros Mazama y Odocoileus en     Latinoamérica. Este hecho viene dado por la gran cantidad de dudas     taxonómicas que se han reportado para Mazama intragenéricamente     y, por ello, se trabajó este género como una población total con     diferentes subpoblaciones: una única población global (tomando todas     las muestras de Mazama como una única población), por países,     sin importar las especies, y por especies (o subespecies) teniendo en     consideración las regiones biogeográficas de procedencia de las     muestras. Como hasta el momento actual se desconoce cuantos y cuáles     pueden ser los acervos genéticos diferentes en el seno de Odocoileus     virginianus en Latinoamérica y en el seno de cada especie de Mazama     e, incluso, cuantas especies diferentes de Mazama pueden     existir, una forma de detectar la posible existencia de diferentes     acervos genéticos es mediante la detección de efecto Wahlund, el cual     se caracteriza por mostrar un exceso significativo de homocigotos. Por     ejemplo, el grupo total de Mazama mostró un déficit     significativo de heterocigotos para los marcadores Cervid 1 (p=0.0041),     Cervid 3 (p=0.0000), IDVGA 55 (p=0.0105) y NVHRT 71 (p=0.0104) y para     el conjunto global de todos los marcadores analizados en este género     tomado como un todo (p=0.0000). Esto significa que no existe un     único acervo genético para el género Mazama en toda la     extensión geográfica analizada en Latinoamérica. Los individuos de Mazama     agrupados por países también mostraron un fuerte exceso de     homocigotos para el marcador Cervid 1 (p=0.0022) y Cervid 3 (p=0.0073)     en el caso de Colombia (lo cual denota la existencia de diferentes     acervos genéticos para esos marcadores en la población de Mazama en     ese país sudamericano), o para Cervid 3 (p=0.0422) en el caso de las Mazama     de Bolivia. También, el taxón Mazama americana proveniente     de la región amazónica peruana de Loreto mostró no estar en equilibrio     Hardy-Weinberg para Cervid 3 (p=0.0157), ni para el conjunto global de     todos los marcadores analizados (p=0.0000). Cuando se analizó el grupo     total de Mazama americana, independientemente de los países de     procedencia de las muestras, se encontró un defecto significativo de     heterocigotos para Cervid 3 (p=0.0017), para IDVGA55 (p=0.0218) y para     el conjunto global de marcadores (p=0.0021). Igualmente, al analizar el     conjunto global de Mazama gouzaoubira se encontró un déficit     de heterocigotos para Cervid 1 (p=0.0421), Cervid 3 (p=0.0014) y para     el conjunto global de todos los marcadores analizados (p=0.0052). Este     descubrimiento revela la existencia de diferentes acervos genéticos en     el seno de Mazama americana y de Mazama gouzaoubira,     respectivamente. Por el contrario, no se encontraron desviaciones     respecto al equilibrio Hardy-Weinberg para los conjuntos de muestras de     Mazama gouzaoubira de venezuela, Guyana Francesa, y Bolivia, ni     para las agrupaciones de muestras de M. americana del     departamento de Córdoba (Alto Sinú, Colombia), Bolivia y M. rufina,     lo que puede significar que las muestras obtenidas en esas regiones     geográficas forman acervos genéticos únicos bien definidos. Tampoco se     registró ningún caso de desviación respecto al equilibrio     Hardy-Weinberg para los conjuntos muestrales de Blastoceros     dichotomus, Ozotoceros bezoarticus, Pudu mephistopholes,     o Hippocamelus antisensis. Contrariamente, en el caso del     género Odocoileus se registraron algunos casos de desviación     respecto al equilibrio Hardy-Weinberg por exceso de homocigotos. Para el conjunto global de     todas las muestras estudiadas de O. virginianus se detectó este     fenómeno para los marcadores Cervid     1 (p=0.0225), Cervid 3     (p=0.0022) y para el conjunto global de marcadores analizados (p=0.0007), al igual que para el grupo total de     ejemplares procedentes de     Colombia (p=0.0002; p=0.0465 y p=0.0001, respectivamente). Por lo tanto, en Odocoileus virginianus a nivel     global de Latinoamérica     y a nivel     de Colombia, al igual  que     en el caso global de Mazama, encontramos evidencia de la     existencia de acervos     genéticos      altamente diferenciados. En el Cuadro 4, se      muestran los     resultados, para los marcadores analizados más polimórficos, de los     estadisticos  de Robertson     & Hill (1984) y F de Wright  (1965) para las poblaciones de     cérvidos euro peos. Contrariamente a lo encontrado para     las  poblaciones de ciervos     latinoamericanos, todas  las muestras de ciervos europeos mostraron estar     en     equilibrio Hardy-Weinberg,     con la excepción de Capreolus capreolus en Italia.    
 
 
     
    Heterogeneidad     genética entre     cérvidos neotropicales: El Cuadro 5 muestra los     valores de la     heterogeneidad genética, medida mediante el estadístico FST y     sus probabilidades exactas asociadas, entre diversas poblaciones de Mazama     conformadas a partir de los países de procedencia de las muestras,     mientras que los Cuadros 6, 7 y 8 muestran las heterogeneidades medidas     de idéntica forma para las diversas poblaciones analizadas de Mazama     americana, para las     diferentes poblaciones estudiadas de Odocoileus     virginianus y para los diferentes pares analizados de especies del     género Mazama. También se muestra en el Cuadro     9, las     estimas     teóricas de flujo génico entre diferentes agrupaciones geográficas de Mazama     y de Odocoileus virginianus. Como se observa, existe     heterogeneidad genética significativa entre diversas poblaciones de Mazama     y de Odocoileus, respectivamente, en la mayor parte de los     casos.     Algunos ejemplos notables     son los siguientes. Las poblaciones totales de Mazama de     Colombia y Perú difirieron significativamente para el marcador Cervid 1     (p=0.04192), al igual que la población de Perú difirió     significativamente de la de Venezuela (p=0.01386). El conjunto global     de todas las poblaciones de Mazama     por países (Bolivia,     Guyana, Colombia, Perú, Ecuador y Paraguay) para ese mismo marcador,     también, mostró heterogeneidad significativa (p=0.01938). El marcador     Cervid 3 mostró diferencias entre la población total de Mazama de     Bolivia y Venezuela (p=0.0058), de Colombia y Perú (p=0.0344), de     Colombia y Venezuela (p=0.02036) y de Perú y Venezuela (p=0.04104).     También fue significativa la heterogeneidad genética para todo el     conjunto de poblaciones de Mazama para Cervid 3 (p=0.0041).     Cuando se comparó entre especies de Mazama, las     diferencias     fueron significativas para el marcador Cervid 1 entre M. americana y     M. rufina (p=0.0316) y para la comparación englobando     las tres     especies de este género (p=0.02249). Lo     mismo ocurre para el marcador Cervid 3 (p=0.0039), donde todos los     pares de especies difieren con significación estadística. Idéntico     hecho se constató al comparar simultáneamente todos los loci analizados     para las tres especies de Mazama     (p=0.0050). En el seno de M.     americana, se detectó heterogeneidad genética significativamente     para     Cervid 1 entre la población del departamento de Córdoba (Norte de     Colombia) y la de Leticia (Amazona Colombiana) y entre la primera y la     población de Loreto en la Amazonia peruana (p=0.01198 y p=0.0131,     respectivamente), al igual     que para la comparación simultánea de todas las poblaciones estudiadas     de M. americana (p=0.0057). Similar     circunstancia se encontró     para Cervid 3 entre la población de Córdoba y la de Loreto (Perú)     (p=0.01548) y para el conjunto analizado de todas las poblaciones de     esta especie     (p=0.0349). Por el contrario,     no se detectaron diferencias significativas para los loci IDVGA 55,     BOVIRBP o NVHRT73, por citar algunos ejemplos. En el caso de M.     gouzaoubira,     se determinaron diferencias     entre las poblaciones     de Bolivia y Venezuela (p=0.0251; Cervid 3) y para el conjunto global     de poblaciones de esta especie para ese mismo marcador (p=0.0005). En     el caso de Odocoileus virginianus, se observó una conspicua     diferenciación del conjunto de animales colombianos respecto a las     muestras de las restantes poblaciones analizadas para los marcadores     Cervid 3 (p=0.0055), IDVGA 55 (p= 0.0238) y NVHRT 16 (p=0.04) y para el     conjunto total de microsatélites estudiados (p=0.0005). De modo más     particularizado, la muestra colombiana y la venezolana fueron     significativamente diferentes para IDVGA 55 (p=0.02378) y Cervid 3     (p=0.0056). En el interior de Colombia, se analizaron dos poblaciones     de O. virginianus, que representan las cordilleras andinas     central y oriental, no encontrándose ningún caso de heterogeneidad     genética significativa para ninguno de los loci analizados. Resulta     evidente que el marcador que mejor ayuda a discriminar poblaciones en     el seno de esos dos géneros de ciervos neotropicales fue Cervid 3, por     lo que se recomienda su uso para el análisis poblacional de esos     taxones.    
 
 
     
     
     
     
    Cuando se estimó el flujo génico entre las diferentes agrupaciones de Mazama sp., M. americana y de M. gouzaoubira, los valores obtenidos fueron muy bajos (Nm=0.38-0.85). Igualmente, la estima de flujo génico entre las poblaciones de Odocoileus virginianus por países fue extremadamente baja (Nm=0.36). La única estima ligeramente elevada fue la que se encontró entre las dos poblaciones colombianas de esta especie (Cordillera central vs. Cordillera oriental) (Nm=1.44). Todo ello implica que el manejo conservacionista de las poblaciones de Mazama y de Odocoileus tiene que tener muy presente la elevada heterogeneidad genética, y el débil flujo génico, que parece ocurrir entre poblaciones de esos dos géneros de cérvidos neotropicales.
Detección     de cuellos de botella     en cérvidos neotropicales: El análisis de la detección de posibles     cuellos de botella recientes para las diferentes especies y poblaciones     estudiadas de cérvidos neotropicales, a partir de la teoría de Luikart et     al. (1998), no detectó     evidencias fehacientes de la existencia de     cuellos de botella para los taxones analizados con los loci     microsatélites empleados (Cuadro 10). Los únicos     casos que se     aproximaron a esa situación fueron el de Odocoileus virginianus, para     el conjunto global de muestras, mediante el test de Wilcoxon y para el     modelo mutacional de los alelos infinitos (p=0.0156), el de O.     virginianus a nivel de     Colombia para el marcador IDGA 55 para     ambos modelos mutacionales, alelos infinitos y "step-wise" (p=0.0060 y     p=0.0160, respectivamente) y para Hippocamelus antisensis, en     el caso de Cervid 1 (p=0.0458). No obstante, no se puede enfatizar la     detección clara y conspicua de cuellos de botella recientes en las     especies de ciervos neotropicales estudiados.      Es     posible     que el tamaño de las     muestras y el número de marcadores se deban ampliar para aumentar el     poder estadístico de las técnicas usadas en la detección de cuellos de     botella.    
 
 
    Discusión
Cabe resaltar que, con certeza, sólo se observó la no amplificación de Cervid 1 y RM012 para los individuos de las especies del género Capreolus y de Cervid 1 y Cervid 3 en C. elaphus y C. nippon. Esto demuestra que existe una considerable cantidad de loci microsatélites conservados en especies y taxones diferentes de Artiodactyla, al igual que ocurre en otros grupos de mamíferos (Gortari et al. 1997; Slate et al. 1998; Ruiz-García 2005; Ruiz-García & Alvarez 2003; Ruiz-García et al. 2006). La mayor cantidad de resultados se obtuvieron para Odocoileus virginianus y Mazama americana. Esto no sólo se debe a la mayor cantidad de muestras analizadas de esas especies, sino al alto polimorfismo encontrado en, y entre, las diferentes regiones geográficas de procedencia de esas muestras. Adicionalmente, los ejemplares de Mazama gouazoubira presentaron el más alto grado de polimorfismo y diversidad genética con los microsatélites empleados, aun cuando el tamaño muestral obtenido y el número estudiado de poblaciones fue considerablemente menor que en las dos especies precedentes.
Tal como se     preveía, las muestras     de C. elaphus de Escocia, una población conformada por la     introducción de ejemplares     de diversas subespecies, es la que presentó una variabilidad genética     más conspicua. Igualmente, y tal como era previsible, la especie que     presentó menor variabilidad genética fue la población de C. nippon escocesa,     mostrando un fuerte efecto fundador durante su formación a mediados del     siglo XIX, o principio del siglo XX. Las restantes especies de cérvidos     europeos y neotropicales presentaron diversidades genéticas intermedias     entre esos dos valores extremos. De este modo, no parece que las     especies analizadas de cérvidos neotropicales en este estudio estén     afectadas por una especial depauperación genética, la cual es     característica de poblaciones con tamaños poblacionales efectivos muy     reducidos. Igualmente, la mayor parte de las especies analizadas     tuvieron valores promedios de heterocigosis más elevados que una buena     fracción de las poblaciones de tamaño considerable de C. nippon en     Japón (Goodman et al. 2001). En consonancia con esta     afirmación, no se detectó ningún cuello de botella genético evidente en     los diversos taxones de cérvidos neotropicales analizados, al utilizar     los métodos de Cornuet & Luikart (1996) y Luikart et al. (1998).     La única excepción fue la de Mazama     rufina con una     variabilidad genética considerablemente reducida (H=0.125). Sin     embargo, el tamaño muestral utilizado para esta especie fue     extremadamente pequeño (n =2). En general, utilizando otros marcadores     moleculares, en los pocos estudios realizados con ciervos     neotropicales, se han encontrado niveles de variabilidad genética muy     diversos. González et al. (1998), estudiando 453 pares de bases     (pb) para la región de control del ADN mitocondrial de 54 ejemplares de     Ozotoceros bezoarticus procedentes de séis localidades     diferentes, encontraron niveles de diversidad genética extremadamente     elevados (45 haplotipos con ninguna localidad compartiendo haplotipos;     diversidad haplotípica =0.99 y  (diversidad nucleotídica)     =0.011-0.025). Moscarella et     al. (2003), analizando 730     pb de     la región de control en 26 individuos representando las tres     subespecies de Odocoileus     virginianus en Venezuela (O. v.     gymnotis, O. v. goudotti, O. v.     margaritae), mostraron     niveles moderados de diversidad genética. Los niveles de diversidad     haplotípica fueron muy elevados para la muestra total (0.988) y para     las tres subespecies (0.967, 1, 1, respectivamente), siendo esos     valores notablemente superiores a los encontrados en poblaciones     norteamericanas de O.     virginianus (Ellsworth et al. 1994;     Purdue et al. 2000). Sin embargo, los niveles de p fueron     muy     heterogéneos. El valor de O.     v. gymnotis (0.029) es     elevado, el de O. v.     margaritae (0.016) es     medio y el de O.     goudotti (0.005) es bajo.     El resultado obtenido para esta última     subespecie es muy similar al encontrado para Muntiacus crinifrons,     cérvido del sudeste asiático. Wu & Fang (2005), analizando también     la región de control mitocondrial, encontraron nueve haplotipos en 44     ejemplares de esta especie con pequeños números efectivos históricos     con un valor de p= 0.00562 muy pequeño, pero con una diversidad     haplotípica considerable (0.862). Márquez et al. (2006),     estudiando 601 pb de la región de control mitocondrial y 486 pb del     citocromo-b mitocondrial en 127 especimenes de Blastocerus     dichotomus de cuatro áreas     de la cuenca del río de La Plata,     determinaron 17 haplotipos para la región de control en Brasil,     Argentina y Bolivia pero, esos haplotipos únicamente difirieron por 1-8     substituciones nucleotídicas, mientras que con citocromo-b encontraron     solo tres sitios variables que determinaron cuatro haplotipos.     Igualmente, la diversidad haplotípica estimada para la muestra global     (0.64) y para     todas las muestras     brasileñas (0.57) fue     modesta, siendo 
,     especialmente, bajo para esas dos muestras (0.0017 y 0.0012,     respectivamente). En idéntica circunstancia, no se descubrió variación     cariotípica (Duarte & Giannoni 1995) en esta especie. 
Por otra parte, la heterocigosis esperada (H) obtenida con los microsatélites resultó considerablemente mayor que los valores obtenidos con isoenzimas y proteínas plasmáticas, como era de esperarse. Algunos ejemplos con cérvidos son los siguientes: Cervus elaphus atlanticus, H=0, C. e. scoticus, H=0.03, con 35 loci isoenzimáticos (Gyllensten et al. 1983); Mazama americana, H=0.070, M. gouazoubira, H=0.079, Odocoileus virginianus del suroeste de Estados Unidos y de Surinam, H=0.078 y 0.036, respectivamente (Smith et al. 1986); poblaciones norteamericanas de C. elaphus, H=0.012-0.034, utilizando 16 loci isoenzimáticos (Glenn & Smith 1993); poblaciones híbridas entre C. elaphus y C. nippon, para 15 marcadores, H=0.051 y 0.033 (Herzog et al. 1991); Dama dama, en Inglaterra y Gales para 30 loci, H=0 (Pemberton & Smith 1985); Odocoileus virginianus, para ocho poblaciones y 35 loci, H=0.049-0.092 (Smith et al. 1985); Alces alces, 18 poblaciones estudiadas en Escandinavia para 23 loci, H=0.006-0.047 (Ryman et al. 1980). Oliveira et al. (2005) analizaron 147 individuos de Blastocerus dichotomus procedentes de tres áreas del río Paraná con 17 loci isoenzimáticos. Once de esos loci resultaron monomórficos, siendo los seis restantes polimórficos (polimorfismo del 35.29 %) con H=0.0631 y el número promedio de alelos por locus de 1.47±0.45. Recordemos algunos de los valores de H obtenidos en el presente trabajo con loci microsatélites: C. elaphus en Escocia, H=0.81; C. elaphus en Italia, H=0.56; Odocoileus virginianus en Colombia, H=0.62, Dama dama en España, H=0.73, Mazama gouzaoubira, H=0.70 o Blastocerus dichotomus, tan solo con 8 individuos, H=0.36.
Con los resultados obtenidos para la estima del equilibrio Hardy-Weinberg deben hacerse dos anotaciones. La primera de ellas es que las poblaciones que no se encontraron en equilibrio (Mazama y Odocoileus, especialmente) recogían individuos de diferentes localidades geográficas en diferentes puntos de Latinoamérica. De este modo, la ausencia de equilibrio Hardy-Weinberg por exceso de homocigotos puede estar promovida por efecto Wahlund (= subdivisión). Esto es, por efecto de subdivisión geográfica debido a la existencia de acervos genéticos bien diferenciados en el seno de esas especies y géneros en diversos países latinoamericanos. Un caso excepcional se dio para la muestra de Mazama americana procedentes de la región de Loreto, Amazonía peruana. Todos los individuos analizados pertenecieron a una misma región geográfica relativamente pequeña. La falta de equilibrio podría explicarse, en ese caso, por la existencia de consanguinidad en el seno de esa población o por la existencia en simpatría de dos especies de Mazama, similares morfológicamente, pero todavía no determinadas taxonómicamente. Esto ya ha sido reportado por otros autores para otros grupos de Mazama (Duarte & Merino 1997). Estos autores mostraron que dos especies de Mazama, aparentemente idénticas desde el punto de vista morfológico, poseían cariotipos diferentes.
El análisis     de heterogeneidad     genética (FST) mostró poblaciones del género Mazama fuertemente     diferenciadas para los loci Cervid 1 y Cervid 3. La importancia de este     hecho reside en la utilidad de estos marcadores para diferenciar     ejemplares de diversas procedencias, lo que es de mucha utilidad cuando     no se posee la certeza del origen geográfico de los ejemplares, como es     el caso de individuos decomisados. Por otro lado, es apreciable que el     flujo genético entre las poblaciones de Mazama es muy     reducido, siendo apenas moderado entre las poblaciones de Odocoileus     virginianus que se     encuentran en la cordillera central y oriental     de los Andes colombianos. Por lo tanto, resulta evidente una fuerte     heterogeneidad genética entre las diversas especies de Mazama y     en el interior de M.     americana. Esto es     equiparable a lo     encontrado en otras especies de ciervos neotropicales con otros     marcadores moleculares. González et al. (1998)     estimaron una     fuerte     
     heterogeneidad genética entre 6 poblaciones de Ozotoceros     bezoarticus distribuidas     por Brasil, Uruguay y Argentina (ST =0.268-0.523     con promedio 0.37, p <0.002). Únicamente, dos poblaciones argentinas     de esta especie no alcanzaron a mostrar heterogeneidad significativa     entre ellas (
ST =0.064,     p=0.17). La estima de flujo génico     entre estas dos poblaciones fue elevada (Nm=7.1). Sin embargo, la     estima promedio de flujo génico entre todas las poblaciones a partir     del estadístico 
ST y     a partir del método de Slatkin &     Maddison (1989) (0.87 y 0.5)     muestran el fuerte     aislamiento genético entre esas poblaciones de este ciervo. El     aislamiento por distancia (clina     norte-sur) parece contribuir a la heterogeneidad genética encontrada (r     =0.6, p=0.014). La fuerte diferenciación genética que se encuentra en     la población de Mazama     americana del área     amazónica de Loreto     en Perú es similar a lo encontrado en Ozotoceros bezoarticus.     En el interior de las poblaciones brasileñas de esta especie los     haplotipos divergieron entre el 0.4% al 5.5%, mientras que en el     interior de la poblaciones uruguayas, esos valores oscilaron entre el     0.2% al 5.5%. También, la heterogeneidad genética entre poblaciones de Blastocerus     dichotomus de la cuenca     del río de La Plata (Márquez et     al.     2006) resultó altamente significativa tanto entre regiones (
CT =0.56,     p=0.02) como entre poblaciones dentro de las regiones (
SC =0.25,     p=0.00), aunque, también, lo fue dentro de las poblaciones (
ST =0.67,     p=0.00). De nuevo, el aislamiento por distancia explicó una proporción     importante de las diferencias genéticas entre las poblaciones     estudiadas (r =0.792, p <0.05). No obstante, entre tres poblaciones     de esta especie en la cuenca del río Paraná, la heterogeneidad fue     mucho más moderada (FST =0.049;     Nm=4.9) y las distancias genéticas entre esas poblaciones fueron     pequeñas (0.0140.051) (Oliveira et     al. 2005). También es     destacable la heterogeneidad genética significativa entre todas las     poblaciones de O. virginianus estudiadas aquí en     diversos     países y entre las poblaciones de O. virginianus de     Colombia y Venezuela. Este resultado es concordante con la     heterogeneidad genética     que presenta esta especie, por ejemplo, en Venezuela (Moscarella et     al. 2003). Entre todas las poblaciones venezolanas estudiadas,     la     heterogeneidad resultó altamente significativa (
ST=0.27,     p <0.0001), aunque, especialmente, entre O. v. goudotti (población     andina) y O. v. margaritae (población insular caribeña) (
ST=0.615).     En este estudio se detectaron cuatro linajes genéticos diferentes. En     el primero se detectaron los haplotipos de O. v. goudotti junto     con cinco haplotipos de O.     v. gymnotis; en el segundo     los     haplotipos de O. v.     margaritae y un haplotipo     de O. v.     gymnotis procedente de     Sucre, área geográfica cercana a la isla     Margarita; en el tercero, se     agruparon haplotipos de     ejemplares procedentes del área de los Llanos y en el cuarto linaje, se     encontraron haplotipos de animales procedentes de la costa de ese país.     Esto mostró la inexistencia de monofilia en el seno de O. v.     gymnotis. No es de     extrañar, pues, la heterogeneidad genética encontrada en el presente     estudio al utilizar microsatélites entre diversas poblaciones de O.     virginianus. De hecho, la     heterogeneidad genética encontrada entre     secuencias mitocondriales de O.     virginianus ha mostrado     que     existe más diferenciación genética entre los haplotipos de poblaciones     sudamericanas de esta especie respecto a poblaciones norteamericanas de     la misma especie que entre la última y O. hemionus     de     Norteamérica (Moscarella et     al. 2003), aunque, en     ocasiones, se     encuentran algunos animales en Sudamérica más similares a los     norteamericanos que a otros ejemplares sudamericanos (Ruiz-García et     al. 2007). A nivel     morfológico, se han reconocido, al menos, 30     subespecies de O.     virginianus en Norte y     Centro América y ocho     subespecies en Sudamérica (Baker 1984; Smith 1991) lo que ratifica la     enorme diversidad de esta especie. Muchos de los procesos que han     causado  una fuerte heterogeneidad genética entre las poblaciones     de     cérvidos pueden estar relacionadas con cambios climáticos originados en     el Pleistoceno superior. Por ejemplo, Vernesi et al. (2002)     mostraron que la alta heterogeneidad genética determinada para Capreolus     capreolus en Europa (
ST     =0.60), reflejada entre tres     grupos genéticamente bien diferenciados (Italia central, el grupo     alpino relacionado con poblaciones de Francia, España y Noruega, y las     poblaciones del este de Europa) se formaron en tres refugios diferentes     del sur de Europa durante el Pleistoceno superior. 
Mediante la teoría de Cornuet & Luikart (1996) y Luikart et al. (1998) se estimó la posible existencia de cuellos de botella recientes en las poblaciones neotropicales de ciervos analizadas, obteniéndose resultados no significativos en todos los casos. Debe aclararse que para algunas de estas especies, como Ozotoceros bezoarticus, Pudu mephistopheles y Mazama rufina, el pequeño número de ejemplares analizados no permite hacer una interpretación en este aspecto suficientemente adecuada, por lo cual es recomendable realizar un muestreo más intensivo para esos taxones. Sabemos que las poblaciones de Ozotoceros bezoarticus aunque, actualmente, no superan los 60.000-80.000 individuos, esas poblaciones constaron de millones de individuos debido a la elevada diversidad genética que posee esa especie actualmente (González et al. 1998). Eso significa que la reducción demográfica es un evento muy reciente que todavía no ha tenido repercusión en los niveles de variabilidad genética de esa especie. Algo similar ha sido reportado para otras especies de cérvidos. Por ejemplo, Balakrishnan et al. (2003) determinaron, en tres subespecies de Cervus eldi del sudeste asiático (C. eldi eldi, C. e. thamin, C. e. siamensis) en estado crítico, sus correspondientes diversidades genéticas a partir de 478 pb de la región de control mitocondrial. Dos de ellas todavía muestran una muy elevada diversidad (C. e. thamin: h=0.82, p=0.024 y C. e. siamensis: h=0.81, p=0.014), lo que refleja que, en el pasado, esas poblaciones contaban millones de individuos reproductores y que las poblaciones se han reducido muy recientemente. En el caso de la tercera subespecie, el cuello de botella ha sido tan brutal que no muestra variación haplotípica. En el caso de Blastocerus dichotomus del Pantanal brasileño parece que experimentó una expansión poblacional hace entre 25 000 y 28 000 años.
La utilización de loci microsatélites para poder determinar la estructura genética de cérvidos neotropicales, al igual que la secuenciación de genes mitocondriales, y un muestreo más intensivo de esas especies es decisivo para tener un conocimiento preciso y exacto de la historia natural de las mismas y, por lo tanto, la posibilidad de poder manejarlas correctamente desde la perspectiva de la biologia de la conservación.
Agradecimientos
Los autores agradecemos enfáticamente a todas aquellas personas que ayudaron en la tarea de obtener muestras biológicas de cérvidos neotropicales. Entre ellas cabe destacar a Hugo Gálvez de Iquitos (Perú) y a Andrés Eloy Bracho de Maracaibo (Venezuela). También se agradece la obtención de muestras por parte de Armando Castellanos (Ecuador), Francois Catzeflis (Francia) y Jordi Jordana (España). Las comunidades indígenas Yaguas, Ticunas y Huitoto de la Amazonía Colombiana y a las comunidades indígenas Bora, Ocaina, Shipigo-Comibo, Capanahua, Angoteros, Orejón, Cocama, Kishuarana y Alama en la Amazonía Peruana también colaboraron en la obtención de muestras. Igualmente, se reconoce la ayuda ofrecida por Héctor Corredor (Argentina) al hacernos llegar muestras de Hippocamelus antisensis, recogidas en campo. Se agradece especialmente la ayuda prestada por K. Roed (Noruega) por el envío de cebadores de microsatélites diseñados para Rangifer tarandus que fueron aplicados en ciervos neotropicales. A la Pontificia Universidad Javeriana agradecemos los apoyos prestados por la Decanatura de la Facultad de Ciencias y por la vicerrectoría Académica por financiar parcialmente un viaje a Bolivia, en 1997, donde se obtuvieron algunas de las muestras.
Resumen
Los programas de conservación de especies se apoyan fuertemente en estudios de genética poblacional. En el presente estudio, reportamos diversos análisis genéticopoblacionales en ocho especies de cérvidos neotropicales (Mazama americana, M. gouzaoubira, M. rufina, Odocoileus virginianus, Hippocamelus antisensis, Pudu mephistopholes, Ozotoceros bezoarticus y Blastoceros dichotomus) y, adicionalmente, en varias especies de cérvidos europeos y asiáticos (Cervus elaphus, C. nippon, Capreolus capreolus, C. pygargus and Dama dama). Una de esas especies europeas, la población de Cervus elaphus en Escocia, fue tomada como una población con un grado muy elevado de diversidad genética ya que proviene del cruce de diferentes grupos de ciervos rojos procedentes de diversas subespecies de la Europa continental. Desde una perspectiva de una diversidad genética depauperada, se tomó el nivel encontrado en una población de ciervos sika (Cervus nippon) en Escocia, que prácticamente no mostró variabilidad a nivel molecular. Respecto a esos dos casos que consideramos como de elevada y escasa variabilidad genética, encontramos que las poblaciones analizadas de Mazama americana, M. gouzaoubira y Odocoileus virginianus estuvieron cerca del límite máximo encontrado para el ciervo rojo escocés (H=0.64, 0.70 y 0.61, respectivamente), mientras que M. rufina mostró el más bajo grado de variabilidad genética de las especies neotropicales, cercano al extremo mínimo presentado por C. nippon. Algunas de las muestras de Mazama y de Odocoileus, tomadas a nivel macrogeográfico, mostraron un exceso de homocigotos debido, probablemente, a la existencia de efecto Wahlund (efecto de subdivisión). Ninguna de las especies analizadas parece haber atravesado un cuello de botella reciente.
Palabras claves: Cérvidos Neotropicales, Mazama, Odocoileus, microsatelites de ADN, genética de poblaciones.    
 
Recibido 14-X-2007. Corregido 05-IV-2009. Aceptado 07-V-2009.
Referencias
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