La evolución tecnológica y expansión del internet en las últimas dos décadas ha incidido en una revolución en la investigación y el desarrollo científico. En el caso específico de las revistas científicas, la gran mayoría han pasado de una publicación impresa con un número limitado de ejemplares; a una versión digital, accesible en cualquier parte del mundo, simple de portar, transferir y conservar en el tiempo. La internacionalización de las revistas ha facilitado la cooperación científica y el desarrollo de proyectos de alto impacto para la sociedad, ha permitido compartir resultados de utilidad a países y sociedades con problemáticas similares y ha facilitado la articulación de investigaciones internacionales.
A su vez las revistas pueden disponer de una mayor cantidad de manuscritos con potencialidad de ser publicados, generando números diversos en cuanto a temas, tipos de estudio y país en el que se desarrolló la investigación, permitiéndole al lector disponer de números con trabajos de varias partes del mundo. Sin embargo, existen revistas que utilizan la publicación científica como un negocio con fines de lucro, en la que al autor a cambio de una suma económica le publican el manuscrito en cuestión de semanas, con procesos de evaluación confusos y cuestionables, generando con ello publicaciones de baja calidad, pero de ingresos significativos para la revista o casa editorial. He ahí que las revistas requieran de un proceso de evaluación externo en los que garanticen la veracidad del proceso de revisión editorial y que den garantía a los autores y de calidad y no una revista “depredadora” centrada en el volumen de publicaciones y el ingreso económico.
Las tendencias actuales indican que el prestigio de una revista científica no se limita al número de publicaciones por año, tampoco en la edad de la revista o su precio de venta; sino que se enfoca en la internacionalización de los manuscritos que conforman cada número, en el proceso de evaluación y en la cantidad de indexadoras que forma parte la revista. Al igual que las empresas certifican sus procesos de manufactura, las revistas certifican su proceso de evaluación, publicación y gestión de publicaciones, teniendo claro los principios de calidad, transparencia y rigurosidad científica en cada manuscrito publicado. Es la indexadora un criterio de calidad en el que identifica las fortalezas y debilidades de cada revista y en muchos casos es un elemento por considerar al momento de enviar un manuscrito por parte del autor.
Cada vez que una revista ingresa a una indexadora muestra su evolución e incremento de los estándares de calidad de cada número generado. La indexación incrementa la visualización de las revistas y la facilidad de ser leída por cualquier usuario del mundo, contribuyendo con el proceso de transmisión del conocimiento a la humanidad y motivando a que nuevos autores publiquen investigaciones con planteamientos científicos fuertes, motivando en el proceso el desarrollo de ciencia por parte de las nuevas generaciones y aumentando el conocimiento de la humanidad