SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.15 issue30Determination of cations in drinking water Grecia, Costa Rica by atomic absorptionPuntarenas towards the multilingualism path: Impact of the Language Project in the Pacific Campus, UCR author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


InterSedes

On-line version ISSN 2215-2458Print version ISSN 2215-2458

InterSedes vol.15 n.30 San José Jan./Apr. 2014

 

Cambios y continuidades en las organizaciones de la pequeña producción campesina de la Subregión Occidental del Valle Central,  Costa Rica.

Changes and continuities in small-scale peasant farm organizations from the Western Sub-region of the Central Valley, Costa Rica

Hannia Franceschi -Barraza1*

*Dirección para correspondencia:

Resumen

Este artículo analiza  cómo han persistido y resistido diversas  organizaciones de la pequeña producción  campesina, en el contexto de cambios de las políticas estatales de tipo económico social, durante  la década 1992-2002.  

La apertura comercial y  el incentivo a las agroexportaciones se convirtieron en las prioridades de la política estatal en el  campo agropecuario, dejando sin atención a  la pequeña producción campesina, hecho que la obligó  a buscar nuevas  estrategias productivas y  organizativas.

Las organizaciones aludidas en este trabajo descubrieron  que la sobrevivencia campesina implica trascender el espacio de la parcela familiar y de la comunidad local campesina. Constataron que las redes locales y sectoriales juegan un papel  importante para lograr incidencia política, presionado desde abajo para  que las  demandas y necesidades sean atendidas en las altas esferas de los gobiernos de turno y en los organismos  de cooperación  externa.

Los cambios no han dejado atrás las tradicionales prácticas culturales campesinas, algunas de  las cuales se reconfiguran frente a las nuevas influencias tecnológicas.

Palabras clave:  Pequeña producción campesina; organizaciones campesinas;  Zarcero;  San Ramón; Naranjo; Costa Rica.

Abstract

This article analyses how small-scale peasant farm organizations have persisted and resisted in the context of changes to socio-economic state policies during the decade 1992-2002.

Trade liberalization and agricultural export incentives became the priorities of state policy in the field of agriculture, ignoring small-scale peasant production and forcing them to seek new productive and organizational strategies.

The organizations referred to in this article found that peasant survival implies transcending the family plot and the local peasant community. They found that local and sectoral networks play an important role in achieving political advocacy, pressuring from the grassroots so that their demands and needs are met by the upper echelons of successive governments and by external aid agencies.

The changes have not left the traditional peasant cultural practices behind, but rather some have reconfigured to face new technological influences.

Key words: small-scale peasant farm production; peasant organizations; Zarcero; San Ramón; Naranjo; Costa Rica.
 

Introducción

Se pretende esclarecer la interrogante acerca de cómo persistieron y resistieron las organizaciones campesinas, en el contexto de cambios en las políticas económicas del llamado  ajuste estructural. .Específicamente se plantearon preguntas tales como:

- ¿Qué nuevos rasgos presentan las demandas y reivindicaciones de las organizaciones campesinas, como expresión de sus necesidades particulares como sector social?
- ¿Cuáles son las formas organizativas gestadas por las organizaciones sociales en el  sector agrario (agrícola o agroforestal) para responder a la coyuntura?

- ¿Qué relevancia tiene la dimensión ambiental en la concepción y en la práctica de la organización?


La discusión que aquí se propone tiene como base una  investigación guiada por un enfoque metodológico cualitativo y de carácter regional. Se aplicaron entrevistas abiertas en el campo y se consultaron fuentes bibliográficas y documentales, como complemento de  la información obtenida.

La investigación tuvo como población participante a trece integrantes de organizaciones de pequeños/as productores agrícolas, cinco seccionales de la Unión Nacional de Pequeños Agricultores (UPANACIONAL), organizada bajo la figura jurídica de sindicato y a ocho asociaciones de productores y productoras, constituidas mediante la  ley No. 218.

El estudio abarcó organizaciones localizadas en la subregión occidental del Valle Central y específicamente seis cantones de la provincia de Alajuela:  San Ramón, Grecia, Naranjo, Palmares, Alfaro Ruiz y Valverde Vega, donde predomina la población rural, dedicada no solamente al sector primario de la economía sino a los servicios ligados directa o indirectamente a la actividad agrícola. (Ver en anexo la lista de organizaciones participantes del estudio).

La delimitación temporal de la investigación se situó desde inicios de la década de los años noventa  y abarcó hasta el 2002, considerando el interés por  indagar en las respuestas contemporáneas  de las organizaciones campesinas a la influencia de su entorno. Se partió de que existen abundantes estudios acerca de los años  ochenta, por lo cual el interés se dirigió al análisis de los rasgos novedosos y las continuidades en las prácticas organizativas del sector social seleccionado.

1.  Contexto de desarrollo de las organizaciones de pequeños productores agrícolas desde los años noventa.

La consolidación de las reformas derivadas de los programas de ajuste estructural (PAEs) en los años noventa,  aún vigentes a inicios del tercer milenio, ha repercutido ampliamente en la dinámica organizativa de los pequeños productores agrícolas y en su desarrollo como sector social, que es el objeto de interés en este trabajo.

En el ámbito económico, resulta clara la creciente apertura del comercio exterior como complemento de la eliminación paulatina de las prácticas proteccionistas y el sesgo hacia la producción de bienes exportables, aunado a la reducción del peso relativo del sector público y a la subordinación de las políticas sectoriales a los equilibrios macroeconómicos. (Schejtman, 1999, p.16)  

Se puede afirmar sin ambages la existencia de “vacíos institucionales”, los cuales refieren al abandono por parte del Estado de determinadas áreas como la extensión agrícola, el mercadeo de productos agropecuarios y  del crédito formal. (Gordillo, 2002, p.145)

Las políticas estatales se han orientado a una especialización productiva, en aquellas ramas de actividad en las que el país sea más eficiente. En consecuencia se desestimula la producción de granos básicos, bajo el argumento que se importan a más bajo costo de otros países. La política agrícola deja de ser un eje diferenciado, para ser parte de la política macro económica, que acentúa el estímulo a la exportación de productos tropicales con demanda en los mercados internacionales. Las prioridades están asociadas a las ventajas comparativas y se materializan en el pago por servicios ambientales, para promover la protección del agua (valorada como patrimonio natural mundial), así como en la promoción de proyectos turísticos que aprovechan la naturaleza y el clima tropical. (Fernández,  2004, p.231-232).

A mediados de la década de los noventa, como consecuencia de las políticas de apertura comercial, entran en el mercado nacional productos perecederos como la cebolla y la papa, que tradicionalmente habían sido abastecidos por pequeños productores nacionales. (Fernández, 2004, p.213-215). La producción de vegetales frescos es un rubro que empieza a tener la competencia de la importación de  productos extranjeros, pero a la vez empieza a tener demanda para ser exportados a los mercados de la región centroamericana.   

El Estado,  en concordancia con las instituciones multilaterales,  asume un nuevo papel en el agro, ya que impulsa estrategias de organización de los productores alrededor de los servicios, que pretende incentivarlos en su capacidad como empresarios. Al respecto:

Esta estrategia parece ser eficiente para mejorar la competitividad, aumentar los volúmenes de producción y mejorar la capacidad de negociación de la pequeña agricultura.  Los grupos donde se detecta una mayor organización de tipo funcional son los de pequeños y medianos agricultores, que siguen siendo sujetos principales de la mayoría de programas de asistencia del Estado. (Escobar, 2002, p.33)

En ese contexto se expresan una serie de cambios en el sector rural, los cuales amerita mencionar, para determinar su incidencia en los procesos de organización y movilización de los pequeños productores agrícolas:

-Se percibe un debilitamiento de la economía campesina de autosuficiencia y en consecuencia, un fortalecimiento de los mercados laborales  agroindustriales, que absorben principalmente fuerza de trabajo femenino y juvenil.
- El significado de lo rural se ensancha, pues  ahora trasciende lo agrícola  y  la producción primaria  para abarcar lo forestal, lo ambiental y la oferta de servicios turísticos, asentados territorialmente fuera del ámbito urbano. (Pérez, 2001).

- Se discute, como parte de esos cambios, un proceso de decrecimiento de la población rural, al incrementarse los movimientos migratorios hacia los centros metropolitanos, que concentran la oferta laboral y de servicios públicos.

- En  las reivindicaciones de los sectores campesinos, se amplía la perspectiva al demandar  servicios básicos y  espacios de participación en la definición de las políticas públicas.

- Como resultado de coyunturas internacionales en correlación con procesos sociales de larga trayectoria en el país, también se crea una legislación novedosa hacia las mujeres (Ley de Igualdad Real) que propicia la identificación de éstas como sujetos independientes en los hogares rurales y urbanos. Y se crean condiciones para su protagonismo social y político tanto en las organizaciones,  como en las instancias públicas.

- En los ámbitos internacionales está en boga la discusión sobre la importancia de armonizar el desarrollo y la conservación de los recursos naturales,  de allí que se coloca en la agenda política el ambiente y la preocupación por la calidad de la alimentación. Este clima favorece la aprobación de la Ley Orgánica del Ambiente, que faculta al Estado para que promueva la agricultura orgánica y crea un órgano al respecto. (Proyecto Estado de la Nación, 1997, p.219). Esta última política  quizá se relaciona con exigencias del mercado internacional de exportación, principalmente de un sector de consumidores de países del norte y específicamente de Europa.


Esos cambios sectoriales repercuten en las articulaciones sociales de los y las productoras. Así, en Costa Rica llama la atención el surgimiento de nuevas formas organizativas, como las  asociaciones de productores, creadas  con el principal  objetivo   de  desarrollar proyectos productivos acordes a las líneas de exportación agroindustrial demandadas por los mercados urbanos e internacionales. Como ejemplo, es posible  identificar a lo largo de la Región Huetar Norte cerca de 35 iniciativas campesinas de tipo agroindustrial y forestal. (Proyecto Estado de la Nación, 1997, p.289).  Conviene destacar la participación de mujeres y de población indígena en esos proyectos, lo que le confiere un nuevo carácter a las organizaciones campesinas.

-Asimismo, se observa que las instituciones estatales incentivan la capacidad gerencial y empresarial de las organizaciones de productores, por lo cual éstas crean empresas de comercialización tales como el Consorcio Frijolero, el Consorcio de Comercialización de Raíces y Tubérculos para el pequeño y mediano productor de la Región Huetar Norte (INTERCOSTA), el  Proyecto de Comercialización del Plátano en la Región Atlántica, el Consorcio de Cooperativas de Guanacaste y Montes de Oro (COOCAFE); éstas últimas comercializan internacionalmente café orgánico. (Proyecto Estado de la Nación, 1997, p.246).  

2. Las  organizaciones estudiadas en la subregión occidental.

Para tratar de responder a las preguntas de investigación en un espacio regional, el estudio base del artículo se realizó en la subregión occidental del Valle Central, específicamente en  seis cantones: San Ramón, Palmares, Naranjo, Alfaro Ruiz (hoy llamado Zarcero),  Grecia y Valverde Vega, todos pertenecientes a la provincia de Alajuela.

Esos son cantones rurales y con fuerte peso de actividades y servicios relacionados con la agricultura, aunque no sean estrictamente agrícolas. El carácter rural de la subregión se desprende del análisis de algunos indicadores socio demográfico y económico, derivado del último censo de población del año 2000. Veamos esta tabla comparativa al respecto:

Se observa que la población de los cantones es predominantemente rural, pues alrededor del 1/3 parte de la misma está clasificada como urbana y en Grecia solo el 23 %  es considerada urbana. Contrasta con las cifras de la provincia de Alajuela y del país en general, que evidencian una mayoría de  población urbana.

No obstante llama la atención que los datos de población por sector de la economía en la subregión occidental del Valle Central, parecieran no coincidir con la tendencia al predominio de las actividades económicas agrícolas (sector primario) anotadas en el censo. De los cantones en estudio, solo Alfaro Ruiz tiene casi el 50 % de la población en el sector primario (actividades agropecuarias y de silvicultura) , mientras San Ramón, Naranjo y Valverde Vega tienen cerca del 30 %. En dos de los cantones: Grecia y Palmares, la población participante en el sector primario es relativamente baja: 23.2 %  y 18.2 % respectivamente. Pero al observar el sector terciario (comercio y servicios), se nota muy elevado (más del 30 %). Eso podría dar cuenta de servicios complementarios a la agricultura que operan en los cantones mencionados, los cuales si bien se podrían clasificar en lo rural,  no son estrictamente productos agrícolas sino servicios o actividades comerciales. Los indicadores económicos de Valverde Vega no deben sorprender, dado que la población no se dedica prioritariamente ni al sector agrícola ni a servicios;  se puede inferir entonces  que el sector secundario (las manufacturas e industrias) tiene un peso importante. Hay que tomar en cuenta (según se desprende de observaciones directas de la investigadora) que el cantón Valverde Vega y específicamente su cabecera cantonal Sarchí es una localidad donde el procesamiento e industria de la madera ocupa un lugar destacado, lo cual podría explicar ese  dato. Asimismo ocurre en el cantón de Palmares, donde parte de su población se dedica a la  producción de muebles.

Las organizaciones en estudio

Las organizaciones seleccionadas para el estudio son de dos tipos: cinco seccionales de la Unión Nacional de Pequeños Agricultores (UPANACIONAL) que está organizada bajo la figura jurídica de sindicato y ocho asociaciones de productores/as, constituidas bajo la figura jurídica de asociación (ley No. 218).

Ambos tipos de organizaciones agrupan a productores/as individuales, o sea, a  productores independientes de hortalizas, café, leche, dulce, plantas medicinales, servicios turísticos y productos naturales de cuidado y embellecimiento personal. (Ver  en  anexo No. 1: la identificación de las  organizaciones participantes en el estudio).

La mayor parte de las organizaciones fueron  creadas a mediados del decenio de los noventa, excepto UPANACIONAL, que fue fundada en 1981, en la provincia de  Cartago.

Los productores independientes forman parte de asociaciones que asumen las funciones de gestión agroempresarial, en lo concerniente a procesamiento, distribución y comercialización, en contraste con UPANACIONAL, que es principalmente una organización reivindicativa.

Sin excepción, todas las asociaciones, aunque son autónomas por legislación, cuentan con apoyo estatal, por lo cual se manifiesta una política pública que promueve la asociatividad rural, funcional a las nuevas políticas macroeconómicas de producción para que los productores locales se inserten en circuitos de agrocadenas dirigidas al mercado regional o internacional.

Es oportuno tener en cuenta que en Centroamérica hay una tradición de organización en los pequeños productores, cuyos antecedentes

... se remontan a experiencias previas de  organización cuya finalidad ha sido, en general, la defensa de los intereses de sus agremiados, su fuente de trabajo, el acceso a la tierra y la búsqueda de mayor bienestar para sus miembros. Lo que ha cambiado en la presente década  son los objetivos específicos, las formas de asociación, las modalidades de gestión y las opciones para la distribución del trabajo y el ingreso. (CEPAL, 1999, p.13)

Para el caso que nos ocupa, las organizaciones incluidas en este estudio  se asemejan a esa tendencia planteada, como se analiza más adelante. Al respecto, hubo una escogencia intencional, que permitió accesibilidad a los informantes, además de variedad en  sus características.2

No se incluyeron cooperativas en este estudio, porque son una organización en las que  prevalece el carácter empresarial por sobre el carácter reivindicativo e identitario.

La perspectiva que aquí se privilegió fue el de organizaciones susceptibles de analizar como movimientos sociales. Se partió del supuesto de que las seccionales de UPANACIONAL y las asociaciones de productores impulsan concepciones instrumentalistas y conservan cierta identidad de campesinado, en cuanto a sector social se refiere.

Por otra parte las cooperativas son muy diversas, algunas son muy grandes y otras son de autogestión; estas últimas  son las que se podrían armonizar con los objetivos de esta investigación, pero en la región no abundan.

Se aplicaron las entrevistas a dirigencias intermedias (regionales) de UPANACIONAL y en el caso de las asociaciones, tienen poca membresía, por lo cual se entrevistó a algunos directivos o directivas, a fin de facilitar la realización del estudio.

3. Nuevas y viejas demandas de las organizaciones de productores  campesinos en la subregión occidental y las  formas de gestión.

Se analiza aquí las reivindicaciones y demandas del período en estudio, de acuerdo con el  tipo de organización  y las formas de gestión política.

UPANACIONAL es una organización tradicional de pequeños productores, de cobertura nacional, creada en 1981, en los albores de las políticas de ajuste estructural. Si bien su modalidad tradicional es de sindicato y mantiene  una dimensión reivindicativa-gremial, sus acciones trascienden esa modalidad, según lo  exponen algunos entrevistados.

Las seccionales de la subregión Occidental se movilizaron a partir de  los años noventa  en torno a tres tipos de demandas principales: por la defensa de su actividad como productores, específicamente la actividad cafetalera de los pequeños productores.  Lograron crear el Fondo de Estabilización Cafetalera (FONECAFE), que consiste en un bono que se iría pagando poco a poco para sostener la actividad. También defendieron su espacio en los mercados regionales en las ferias de agricultor. Además  llama la atención una reivindicación  coyuntural, como fue la movilización a fin de que se les atenuara la directriz gubernamental de  revisión técnica de sus vehículos de trabajo. Estos pequeños agricultores argumentaron que sus bajos ingresos impedían tener vehículos en excelente estado, tal como los exige la empresa RITEVE, encargada por el gobierno de la revisión técnica de  los automotores. El gobierno accedió a su demanda, al bajar el nivel en  la emisión de gases. Por su parte, los productores se comprometieron a sembrar y mantener árboles, que purifiquen el ambiente y así contribuir con el propósito general de la revisión técnica.

En la agenda política  social de UPANACIONAL en dicho período estuvieron las gestiones para consolidar un derecho que tiene la ciudadanía costarricense en general, cual es el acceso a los seguros sociales de enfermedad, maternidad, invalidez, vejez y muerte. El argumento principal esgrimido destacó  que su condición de productores independientes no los debía  excluir de la seguridad social conquistada en Costa Rica, por las luchas sociales de  los y las trabajadoras organizadas. (Upanacional, Palmares).

UPANACIONAL  es la única organización de las estudiadas  que en la década de los noventa se movilizó en temas políticos,  como fue oposición a leyes que se estaban discutiendo en la corriente legislativa, tal fue el caso de la aprobación del plan fiscal y del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos (TLC). Al respecto, manifestaron  argumentos del carácter sectorial y nacional en esta  acción colectiva:

-“El TLC es necesario, pero se tiene que rehacer, con el fin de eliminar las cláusulas que nos afectan y poner aquellas que nos favorece… Y no estamos de acuerdo tampoco por la desigualdad en la producción de los agricultores norteamericanos y los costarricenses, ya que ellos trabajan con subsidios del Estado y con su producción asegurada. En casos de pérdidas por desastres naturales (...) ellos no tienen miedo a la pérdida”. (Informante de  Upanacional, Palmares).

- Del TLC  preocupa a algunos lo concerniente a las  patentes de semillas:

“es tan grave que si uno se atreve a utilizar semilla de tomate propia, de sus producciones pasadas, lo multan con varios millones de colones. Es lo más denigrante para un agricultor y eso está incluido en el TLC”. (Informante de Upanacional, Palmares).

Al oponerse a la versión aprobada del TLC, estos agricultores salieron en defensa de   su espacio productivo en la agricultura nacional. Eso en un contexto que estimula la producción agroexportadora, sin considerar en el impacto negativo en los productores nacionales, derivada de la apertura comercial.

Las formas de gestión de UPANACIONAL se desarrollaron  dentro de los canales institucionales, al privilegiar las reuniones con altos funcionarios tales como ministros, presidentes ejecutivos de instituciones y diputados de la Asamblea Legislativa. Aprovecharon  las oportunidades políticas de que son un gremio  representativo de distintos sectores sociales a lo largo y ancho de todo el país, que hasta tiempos recientes era una de las bases electorales del bipartidismo, que  gobernó  Costa Rica por más de cincuenta años.

Empero, en el segundo quinquenio de la década de los noventa trascendieron el estilo de negociación estrictamente legalista y ocasionalmente se sumaron  a movilizaciones en las calles, en protesta por políticas lesivas a sus intereses particulares o de las mayorías nacionales;  tal fue el caso de la protesta en el 2004 contra el monopolio de la revisión técnica vehicular encargada a la empresa privada RITEVE, para lo cual se articularon a otros sectores sociales . Y también  fue claro que   estuvieron dispuestos a movilizarse contra el TLC con Estados Unidos, como se apuntó anteriormente.

En el caso de las asociaciones de productores/as constituidas bajo la Ley de Asociaciones No. 218, presentaron peticiones o demandas distintas a las de  UPANACIONAL, en forma aislada y no como sector social organizado. Dichas peticiones  se podrían  clasificar  en las siguientes:

- Asesoría en la nueva forma asociativa (aspectos legales, administrativos y financieros)  para las cuales no estaban  preparados cuando funcionaban como  economías familiares de autoconsumo, con inserción mercantil en pequeña escala. Esa asesoría la han recibido de parte de instituciones estatales del sector agropecuario, ya sea el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), Consejo Nacional de Producción (CNP)  o el Instituto de Desarrollo Agrario (IDA).

- Capacitación técnica en la producción y en comercialización, la cual han recibido del Instituto Nacional de Aprendizaje(INA), del Consejo Nacional de Producción (CNP)  y hasta del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), si son mujeres destinatarias de proyectos como el de Ideas Productivas,  impulsado en la década de los 90 por esa institución. La asesoría incluyó  aspectos tan específicos como la gestión para el etiquetado de productos y el código de barras, exigido para operar con las nuevas reglas del mercado nacional y eventualmente en la exportación. Para esto último, el CNP fue la institución encargada, en el marco del Programa de Reconversión Productiva.

- Capacitación técnica en agriculturas alternativas y específicamente en la orgánica. Esta no fue generalizada para todas las asociaciones de productores/as; sin embargo ha interesado sobre todo a aquellas vinculadas a mercados alternativos o a supermercados del área urbana. Aquí los proveedores de la capacitación no  fueron  solo las entidades estatales (el INA), sino organizaciones no gubernamentales (ONGs) que cuentan con fondos de la cooperación internacional.

- Financiamiento de equipo e infraestructura para las agroempresas. Algunas de las asociaciones pidieron fondos para la infraestructura de sus instalaciones, para caminos, equipos y condiciones para fortalecer la comercialización.  Los han obtenido de gobiernos extranjeros (excepto en caminos), con la intermediación de entidades estatales.  

- Solicitud de terrenos. Varias de las asociaciones en su carácter  agroempresarial están asentadas en terrenos donados por el IDA, gestionados a mediados de los años noventa, cuando se iban a constituir en empresa asociativa. Es el caso de  la Asociación de Dulce Ecológico (ASODULCE), localizada en Bajo La Paz, San Ramón y la Asociación de Mujeres Agroindustriales de San Luis de Grecia (ASOMAG). Antes que ellas, varias asociaciones ya contaban con terrenos adjudicados por el IDA,  en su condición de productores independientes. Esa es la situación de las familias de Asociación Zapotaleña de  Agroturismo  (AZAGROTUR), de Zapotal de San Ramón y de las asociaciones de parceleros de Alfaro Ruiz (Forjadores del Futuro y El Labrador Zarcereño). Cuando formaron las asociaciones agroempresariales, ya eran adjudicatarios de terrenos obtenidos con apoyo estatal.

- Asesoría en tecnologías: requerida para el riego y  solicitada por los agricultores de hortalizas  de Alfaro Ruiz (hoy llamado Zarcero),  para lo cual han contado con apoyo del Sistema Nacional de Aguas Subterráneas (SENARA)  y del MAG, en la parte organizativa. Y por otro lado, la ASODULCE de Bajo La Paz, San Ramón,  solicitó apoyo tecnológico en la instalación y operación del trapiche de vapor, contando  con el asesoramiento de la Unidad de Gestión del MAG,  de Palmares de Alajuela.

Conviene destacar que las asociaciones estudiadas generalmente no hacían  planteamientos colectivos,  al no visualizarse como sector social, con capacidad de interlocución activa ante funcionarios estatales. Tan solo algunas integrantes de la Asociación de Mujeres de San Luis de Grecia manifestaron su  interés de vincularse a otras asociaciones de mujeres productoras. Se infiere que  predominan  las visiones localistas y particularistas.

Tales visiones podrían ser reforzadas por los estilos de gestión de sus proyectos.  El estilo prevaleciente es el contacto directo con los funcionarios de gobierno, tanto los asignados a la supervisión y asesoría a los proyectos como los de alto rango, en algunos casos. Es así como varios/as entrevistados/as cuentan que consiguieron cierto aval para sus proyectos (financiamiento) cuando fueron a hablar directamente con algún/a ministra o viceministro (Agricultura, Ambiente, Transportes) o con el director de alguna institución “autónoma” (SENARA, IDA) . Otros dicen que su estilo es “dialogar, conversar con las instituciones con las que coordinamos, pedir las cosas con humildad, sencillez, pero con vehemencia, así es como lo hemos alcanzado, con mucha lucha”.  (Asociación Forjadores del Futuro, Alfaro Ruiz).

Evidentemente, hay un marco de política estatal dentro del cual los jerarcas gubernamentales dan respuestas positivas a estas iniciativas de las y los pequeños productores/as  del mundo rural. En esta actuación, pareciera que se sigue lo que algunos autores reconocen como una  estrategia válida en tiempos actuales: “Los agricultores están aprovechando la estructura de oportunidades derivadas de las políticas macroeconómicas”. (Gordillo, 2002,p.138)

5. De la agricultura familiar a la agroempresa: cambios en la tecnología y en la dinámica comercial.

Resultan claros algunos cambios en la economía de estas empresas, al trascender  la economía campesina en pequeña escala y sujeta a los ciclos anuales de la agricultura. Entre ellos sobresale la producción con tecnología y la inserción en redes de comercialización intrarregional.

Los productores/as entrevistados consideran que la tecnología es fundamental para dar el paso a convertirse en agroempresas. Veamos algunas posiciones:

a) Valor agregado y exportar los productos: UPANACIONAL

“Procesar el café para obtener mejores precios, en lugar de  entregar a una cooperativa o a una transnacional”. (Upanacional, Naranjo).
“Debemos tener un valor agregado a nuestros productos, como lo hacen las transnacionales”. (Upanacional , Alfaro Ruiz).

b) Tecnologías en el procesamiento: ASODULCE

El  trapiche de vapor fue una necesidad cuando el Ministerio de Salud ordenó a  los productores de caña de Bajo La Paz de San Ramón que cerraran los trapiches tradicionales, por la alta contaminación que generaban. En esa circunstancia, algunos de ellos recurrieron al Ministerio de Agricultura (MAG), porque no querían abandonar la actividad y debieron asociarse para el procesamiento de la caña y convertirlo en dulce, lo que a su vez permitiría elevar los volúmenes de producción. (Gerente Asodulce) .

c) Tecnología del riego: “poder cultivar hortalizas todo el año y no como antes”. (Asociación Forjadores del Futuro).

d) Equipo y técnicas para elaborar productos orgánicos para el cuidado personal.  (ASOMAG, San Luis de Grecia).

e) Cambio de la producción química a lo orgánico (Asociación Forjadores del Futuro de Alfaro Ruiz y Asociación Tierra Fértil de San Ramón). Así dice uno de ellos:

“… económicamente producir orgánico y químico es parecido, no es mucha la ganancia, es simplemente otra forma de producir, se está cambiando el sistema, no se contamina el ambiente y con el tiempo puede ser una actividad muy rentable”.  (Informante de Asociación Tierra Fértil).

En los últimos tiempos se ha consolidado la articulación de la agricultura con  la comercialización. Algunos agricultores se visualizan a sí mismos como agricultores comercializadores, más en el ámbito nacional que internacional. Destacan que es importante mantener su actividad como productores, pero también incursionar  en la fase de circulación del producto, en espacios que les guarde su identidad:

“hemos tratado de mantener los mercados locales, ya que es una utopía que un pequeño campesino pueda exportar, ... La Feria del Agricultor es el escenario socio económico más importante del país: hay un intercambio de mercancías y social , de comunicación, donde van hasta 60 mil personas por semana y en donde se movilizan millones de colones en un rato. (Informante de Upanacional, Grecia).

Se observa una percepción que no sólo rescata la dimensión del productor, sino que destaca el espacio cultural que se genera con su participación directa en la comercialización en el mercado nacional.

Para asociaciones como ASODULCE, una de sus aspiraciones en el paso de productores individuales a productores asociados es elevar sus metas de producción: “empezamos con 5 mil toneladas al mes pero la hemos superado y ahora estamos produciendo 11 mil toneladas”. (Gerente Asodulce).

Los productores de Zarcero dicen que han hecho negocios con la  compañía extranjera DOLE y los de la Asociación Tierra Fértil, de San Ramón, relatan así  su experiencia comercializadora: “Vivimos de la mano con CEDECO, ellos tienen una comercializadora de productos que se llama Bioproductos Oro Verde, que vende en los Automercados, ellos fueron los que  orientaron originalmente a los del Trueque”.  

Queda claro que hay nuevos enfoques en los agricultores, cuando asumen la comercialización como parte consustancial de su actividad.  Y a la vez ensanchan las fronteras de su localidad, al impulsar mercados intrarregionales, que abarcan distintos lugares del Valle Central.

6. La dimensión ambiental y su influencia en las pequeñas empresas: ¿conciencia ecológica o un componente del negocio?

La dimensión ambiental está  inserta en el enfoque productivo de los productores/as integrantes de las organizaciones estudiadas Se observan  tres orientaciones:

6.1    El enfoque ambiental como componente de la agroempresa: Es el caso de ASODULCE y de la Asociación Tierra Fértil. La primera da cuenta de que la tecnología del vapor sustituyó a los trapiches tradicionales que contaminaban el aire cuando quemaban  llantas  para calentar las calderas y ahora utilizan el bagazo, que es un residuo de la caña sazona. Además refieren que tratan de utilizar todos los subproductos del proceso y que tienen una laguna de oxidación, adonde canalizan  las aguas residuales.  

6.2 Lo ambiental como diversificación de actividades productivas: para algunas de las organizaciones estudiadas, como AZAGROTUR y algunos miembros de las seccionales de UPANACIONAL, la combinación de  la agricultura y/o la ganadería con el ecoturismo (pequeños hoteles o centros turísticos de montaña)  permite la protección del medio ambiente y a la vez constituye una alternativa en los ingresos.

6.3  Una conciencia ambientalista en proceso: si bien las tendencias anteriores están presentes, se manifiesta una identificación con principios conservacionistas.  Al respecto, un miembro de UPANACIONAL de Alfaro Ruiz (hoy llamado Zarcero)  relata las acciones comunitarias encaminadas a “la compra de tierras para la protección de mantos acuíferos y para ir logrando que las aguas comunales sean potables. (Informante de Upanacional, Alfaro Ruiz).

En la Asociación Tierra Fértil, expresa uno de sus miembros que: …después de tanto usar agroquímicos el suelo ya no da más, por eso producimos orgánicamente para salvar la vida nuestra, como la de la gente a la que vendemos”.

Otras de las organizaciones, están incorporando nuevas prácticas de manejo de desechos. Así, una representante de AZAGROTUR alude al manejo de los desechos en esta forma: “Los desechos de las latas, vidrio se entregan a la Municipalidad, los desperdicios de comida se los lleva una señora para los cerdos y para abono orgánico y el papel se quema.” (Informante de AZAGROTUR). Y en la misma línea, integrantes de AFAR de San Ramón cuentan que “como grupo  hemos  motivado a la gente a usar los desechos de la cocina, a que recoja la basura, que la clasifique y  que no se la tiren  al vecino”.

No obstante, la conciencia ambiental no pareciera ser algo  consolidado. Persiste un dilema entre agroquímicos y protección ambiental: “hay cursos que se dan para el manejo de agroquímicos, pero el agricultor hace lo que le venga en gana con el producto”. (Informante de Upanacional, Naranjo). Complementa esa visión un productor orgánico de la Asociación Tierra Fértil, cuando dice que: El productor químico cree que si se mete a orgánico se va a morir de hambre, es un temor al cambio”.

Se evidencia que la dimensión ambiental ha pasado a ser parte de las prácticas productivas de agricultores de las asociaciones participantes en este estudio.  Empero, es pertinente preguntarse hasta donde es un nuevo enfoque asumido por los y las agricultoras o más bien es una respuesta a las demandas de los mercados nacional e internacional, mediada por la intermediación que hacen las agencias de cooperación, a través de las ONGs con presencia en el país y en Centroamérica.

7. Las redes asociativas y su papel en las pequeñas agroempresas  y en su constitución  como sujetos sociales.

Los productores integrantes de las asociaciones estudiadas han tejido  articulaciones a varios niveles, con instancias gubernamentales, agencias de cooperación internacional, ONGs y  con diversas expresiones  de la sociedad civil. Esas redes están orientadas, por un lado a fortalecer su dimensión agroempresarial y por otro, su papel como sujetos con poder social, capaces de incidir en la toma de decisiones en las estructuras del poder estatal.

Esta tendencia no es particular de la región de Occidente en Costa Rica, ya que  organismos internacionales como la CEPAL,  habían mencionado el papel de las redes organizativas en tiempos contemporáneos:

Entre las nuevas formas de asociación de los años noventa, se destaca cómo ciertas formas de asociación entre campesinos y entre grupos campesinos y empresas representan alternativas que facilitan el desarrollo de iniciativas  productivas que, en general, son inviables para  unidades  familiares campesinas. (CEPAL, 1999, p.14).

Posteriormente, otros investigadores del tema rural se refieren a esta tendencia,  en estos términos: “La agricultura asociativa tiene un papel preponderante no solo en  la cohesión social sino  en la reducción de  los costos de transacción…” (Gordillo, 2002,p.138).

Al contrastar estos señalamientos con los resultados de esta investigación, se  observa que los productores agrícolas y agroturísticos de las organizaciones entrevistadas  han construido  redes de articulación  a nivel local/regional, nacional  e internacional, en torno a proyectos y actividades de interés compartido.  (Ver en anexo No. 2 una tabla resumen al respecto).

- En el ámbito local:

a)    Con productores/as afines: para intercambio de productos en mercados locales/regionales y para compartir experiencias productivas y organizativas.
b)    Con cooperativas de productores agropecuarios: adquieren insumos para la agricultura  gestionan  crédito en  pequeña escala.
c)    Con las asociaciones administradoras de los acueductos: cooperación en el riego de la  agricultura y en el acceso a agua potable para la comunidad.
d)    Con instituciones públicas, en dos ámbitos: con centros agrícolas cantonales (CAC) y con  municipalidades a nivel local, para efectos de la organización de las ferias del agricultor (fortalecer o viabilizar los mercados locales). Además con las oficinas regionales de la  Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), a fin de ejecutar el  convenio para el acceso de los y las productoras a los seguros de enfermedad- maternidad,  invalidez, vejez y muerte. Coordinan también  con el Instituto Nacional de Seguros (INS), para lo concerniente al seguro de riesgos del trabajo.
e)    Con otras organizaciones a nivel local, como la Cruz Roja,  Iglesia Católica, asociaciones de desarrollo comunal, coordinan actividades específicas, dado los  intereses comunitarios que  se comparten.

Las coordinaciones locales en el plano de la sociedad civil están orientadas a fortalecer la cooperación entre productores y entre organizaciones comunales diversas, tales como las asociaciones encargadas de los acueductos rurales, lo cual expresa vínculos vecinales que refuerzan  su identidad campesina.

Con las entidades estatales, las coordinaciones atienden necesidades referentes a la comercialización y a la atención de derechos ciudadanos concernientes a la seguridad social.

Llama la atención, a partir de los resultados de las entrevistas, que no existen  fuertes interrelaciones entre distintos tipos de organizaciones de productores, ni de tipo reivindicativo ni comercial, lo que denota la ausencia de una estrategia formal de acción sectorial  en la zona.

-En el ámbito  nacional:

a)    Capacitación tecnológica productiva: en agricultura alternativa y agricultura orgánica en particular.
b)    En gestión agroempresarial  y asesoría en comercialización.
c)    En la gestión de redes de comercialización alternativa: se han tejido redes de agricultores orgánicos como Movimiento de Agricultura Orgánica de Costa Rica (MAOCO)  y la Asociación El Trueque. Estas pretenden tener mayor incidencia política en la constitución de una estrategia nacional.
d)    En la formación e intercambio de experiencias en producción rural sostenible y comercio alternativo con organizaciones afines. Como ejemplo está Coordinadora de Organismos no gubernamentales con Proyectos Alternativos de Desarrollo (COPROALDE).
e)    Coordinación de estrategias organizativas y políticas: las seccionales de UPANACIONAL mantienen vínculos constantes con la dirigencia nacional de ese sindicato de productores agrícolas y a través de ésta con otras organizaciones gremiales nacionales e  internacionales, con el objetivo de coordinar sus estrategias de incidencia en la toma de decisiones estatales, que les afectan como agricultores o como ciudadanos. Es el caso de la experiencia de participación de una de las seccionales de UPANACIONAL en el Foro Mesoamericano de Organizaciones Campesinas, el cual estuvo orientado a la formación en el análisis de la realidad económica y política de la región centroamericana y caribeña.

En el plano nacional, las relaciones de las seccionales de UPANACIONAL de tipo reivindicativo se orientan en primer lugar a su dirigencia nacional, pero además a los entes no gubernamentales afines: AUPA y  al ente de tipo cooperativo: UPACOOP. O sea, son relaciones intrasectoriales, para reforzar su papel como productores agroempresariales.

También se observa una sólida red intrasectorial entre los productores dedicados a la agricultura orgánica en particular y a  las agriculturas y comercio alternativo.  Los nuevos enfoques productivos, con componente ambiental, así como el  intercambio comercial, generan identidades compartidas entre este tipo de productores y sus organizaciones.

Las asociaciones de mujeres productoras en términos generales no  cuentan aún acerca de vínculos permanentes con asociaciones afines del sector a nivel nacional, más allá de los intercambios promovidos por las ONGs e instituciones a nivel local/regional. Eso podría denotar que  no forman parte de movimientos sociales identitarios y que quizás sea  la estrategia impulsada por las ONGs e instituciones estatales la que ha propiciado  el  componente de género femenino en las organizaciones.

-  En el ámbito internacional:

a) En capacitación en tecnologías alternativas, gestión empresarial y en comercialización.
b) En el  financiamiento de proyectos productivos, especialmente en equipo y en apoyo tecnológico para facilitar los procesos de comercialización.

Es clara la presencia de  agencias de cooperación de gobiernos como el del Canadá y el de Taiwán en el caso de ASODULCE y de la cooperación de los Países Bajos (Fundecooperación y VECO) con los y las productores/as que impulsan la agricultura orgánica y el comercio alternativo. Conviene destacar el papel mediador que para facilitar esos vínculos cumplen los funcionarios/as de instituciones públicas como MAG e INA y los de las ONGs AUPA y CEDECO. También hay organismos multilaterales como el IICA y el CATIE que apoyan esas líneas estratégicas, financiando o asesorando proyectos que ejecutan las  instituciones gubernamentales mencionadas.

Empero, tanto los miembros de UPANACIONAL como los de la mayoría de las asociaciones entrevistadas  trabajan con sus contactos políticos en el gobierno central o en la Asamblea Legislativa, a fin de que sus intereses particulares sean tomados cuenta por quienes tienen el poder para dinamizar o  atenuar las repercusiones de las  políticas económicas en el sector. En esto parecieran comportarse como aquellos movimientos sociales que consiguen apoyo de las instituciones, aprovechando las oportunidades coyunturales que han encontrado en el marco de las políticas  nacionales e internacionales.

8.  Conclusiones

La apertura comercial, el incentivo a las agroexportaciones y el papel  funcional del Estado a esas políticas ha influido predominantemente en la  nueva orientación de las  actividades productivas de los y las productores agrícolas. Los funcionarios estatales son asesores de los cambios en las orientaciones productivas y son intermediarios con los entes financiadores del sector público y privado, así como  con los organismos de cooperación internacional. Por su parte, las organizaciones no gubernamentales (ONGs) también tienen un papel importante en el impulso de esas orientaciones organizativas y productivas, al complementar la acción estatal. Sin embargo, su intervención manifiesta algunas variaciones, como es enfoque de las orientaciones productivas y una mayor participación de los agricultores en el proceso de toma de decisiones.

 Los cambios en la dinámica organizativa y productiva ha sido posible mediante las redes que entretejen las organizaciones, para alcanzar sus demandas y para desarrollar sus aspiraciones como sector social. Las formas de gestionar sus peticiones colectivas manifiestan estrategias instrumentales, lo cual se observa porque los y las  productores/as  agrícolas de las organizaciones entrevistadas (ya sean sindicatos o asociaciones) han construido redes de articulación con organizaciones afines de su región, con instituciones públicas de la zona y con órganos de poder centrales, como la Asamblea Legislativa y el Gobierno Central.

Las formas de gestión directa de sus peticiones, mediante contactos políticos con funcionarios del  gobierno central, instituciones y a veces con diputados, manifiestan que las organizaciones  están aprovechando las oportunidades abiertas con las políticas macroeconómicas y están institucionalizando sus tácticas.

Sin embargo, hay matices de diferencia en las redes de relaciones que se establecen con entidades externas, según el tipo de organización. Algunas asociaciones  encuentran eco en las políticas gubernamentales que apoyan sus iniciativas productivas. Mientras que la tradición regional-nacional reivindicativa de UPANACIONAL, ante los embates derivados de factores climáticos y efectos de las políticas económicas de apertura comercial, tiene una acción  generalmente defensiva.  Es por eso que esa organización reivindicativa  tiene como estrategia permanente la incidencia política en la Asamblea Legislativa y en las instituciones donde tiene delegados en la junta directiva, para que sus intereses sectoriales sean tomados en cuenta.

Otras diferencias están en el tipo de redes en que participan las asociaciones de productores/as. Existe una sólida red intrasectorial entre los productores dedicados a la agricultura orgánica en particular y a la agricultura-comercio alternativo en general. Los nuevos enfoques productivos, con componente ambiental, así como el intercambio comercial,  generan identidades compartidas entre este tipo de productores, sus organizaciones y consumidores nacionales e internacionales.

Las asociaciones de mujeres productoras aún no están articuladas con  organizaciones nacionales representativas de los movimientos sociales identitarios. Pareciera que la estrategia impulsada por las ONGs e instituciones estatales es la que ha impulsado el componente de género femenino en las organizaciones.

La  dimensión ambiental ha  pasado a ser parte del enfoque productivo de todas las organizaciones participantes en el estudio. Si bien es congruente con las políticas impulsadas por las agencias de cooperación internacional y  retomada por algunas  de las instituciones estatales en su agenda de trabajo, se manifiesta una emergente  conciencia ambiental, que incorpora argumentos ecológicos en las prácticas productivas y en los estilos de vida comunitaria y familiar campesina. Algunos/as agricultores/as  dan cuenta de una ruptura con los principios de producción promovidos  en los años sesenta y ochenta, que abrieron espacio a los agroquímicos y  más bien  retornaron a  prácticas tradicionales de agricultura orgánica,  que ya tenía  la agricultura familiar campesina.

De esta investigación se desprenden muchos cambios, como los ya anotados, pero también continuidades. Las nuevas y viejas prácticas e imaginarios se entrecruzan. Encontramos a pequeños productores, ahora más del mundo rural que campesino, quienes aspiran al acceso a información útil para sus actividades, a formación y educación, así como a tener acceso a  seguros sociales, que les permita acercarse a los derechos ciudadanos de los que goza el resto de la población costarricense. Y emergen también redefiniciones acerca de cómo guiar los procesos productivos, de manera tal que el lucro y la ganancia no sean los únicos incentivos. La solidaridad  con las generaciones del presente y del futuro, en el país y fuera de él, está presente en el pensamiento ambiental de muchos/as de los agricultores/as entrevistados/as, por sus propias reflexiones, pero ampliadas con las redes de contactos que han establecido. Trascender el espacio de la parcela familiar y de la comunidad campesina ha traído  nuevas certezas,  pero también ha abierto incertidumbres y desafíos sobre la sobrevivencia y perspectivas de futuro, que aún están planteados.

Enfrentar tales desafíos resulta una tarea compleja para muchos de los y las agricultores/as, sobre todo para  quienes no tienen articulaciones sectoriales  más amplias. Se  desprende entonces que,  con la excepción de UPANACIONAL y en alguna medida las asociaciones que participan activamente en las redes de agriculturas alternativas, las organizaciones estudiadas todavía no son parte de movimientos sociales. Tienen una autopercepción limitada de su papel en espacios sociopolíticos que trasciendan su localidad. Mientras que en los casos mencionados como excepción, está claro que la reproducción de la agricultura familiar  campesina y de la pequeña producción rural exige  capacidad de influencia en la toma de decisiones a nivel nacional  e internacional, en torno a ideas que construyen la sociedad y la economía a la que aspiran. Son  agricultores que mantienen rasgos de la identidad campesina tradicional, pero que están incorporando nuevas ideas, orientadas a  superar exclusiones sociales y económicas, así como prácticas productivas negativas para el medio ambiente natural.  Muchos de ellos han descubierto, a partir de sus prácticas sociales, que la asociatividad  local, regional e internacional es una estrategia que se torna como necesaria para alcanzar esos nuevos horizontes, en el tiempo actual.


Notas y Citas

2. Se hace referencia al proyecto de investigación No. 725-A3135   “Caracterización de las organizaciones campesinas de la subregión occidental del Valle Central de Costa Rica 1992-2002”,  Universidad de Costa Rica, Instituto de Investigaciones Sociales.

3. Isabel Román (1994:119) analizó  los estilos de negociación política de las organizaciones campesinas de la década de loso ochenta y planteó  que UPANACIONAL empleaba una estrategia que combinaba la lucha dentro de los marcos legales establecidos,  con medidas de presión,  cuando la negociación tendía a entrabarse.

4. Por SENARA se alude al Sistema Nacional de Aguas Subterráneas y por IDA,al  Instituto Nacional de Desarrollo  Agrario

5. Se refiere al Centro Ferial El Trueque, en Barrio San Cayetano, San José, que organiza una feria los días viernes por la tarde y  sábado por la mañana.

Bibliografía

CEPAL. Centroamérica: cambio institucional y desarrollo organizativo de las pequeñas unidades  de producción rural.  CEPAL: México, 1999.         [ Links ]

Escobar, German.”Un enfoque para interpretar las transformaciones rurales”. En: Perspectivas rurales, Año 4, No. 2. Heredia: UNA,  2002.         [ Links ]

Fernández Arias, Mario. La agricultura costarricense ante la globalización. San José: Editorial de la Universidad de Costa Rica, Serie Instituto de Investigaciones Sociales, 2004.         [ Links ]

Gordillo, Gustavo. “Un nuevo trato para el campo”. En: Perspectivas rurales, Año 4,  No. 2. Heredia: UNA,  2002.         [ Links ]

Pérez, Edelmira. “Hacia una nueva visión de lo rural”. En: ¿Una nueva ruralidad en América Latina?. Buenos Aires: CLACSO-ASDI, 2001.         [ Links ]

Proyecto Estado de la Nación. Estado de la Nación en Desarrollo  Humano Sostenible 1996. San José: Proyecto Estado de la Nación, Informe No. 3, 1997.         [ Links ]

Proyecto Estado de la Nación. Estado de la Nación en Desarrollo  Humano Sostenible 1997. San José: Proyecto Estado de la Nación,Informe No. 4, 1998.         [ Links ]

Schejtman, Alexander. “Las dimensiones urbanas en el mundo rural”. En: Revista de la CEPAL, NO. 67, abril de 1999.         [ Links ]

Román, Isabel. ¿Conciliación o conflicto? Luchas campesinas y democracia en Costa Rica. San José: Editorial Porvenir, 1994.         [ Links ]

Fuentes digitales:

INEC. Censo de población del 2000. En: www.inec.go.cr.  Recuperado en agosto del 2005.         [ Links ]

Unión de Comunidades en Restauración Ecológica, Económica y Social. La Agricultura Familiar para nuestros hijos en la Región Huetar Norte desde la perspectiva de las organizaciones de productores. Diagnostico, visión y propuesta: Una contribución al Desarrollo Territorial Rural (Resumen).  Junio del 2005. Recuperado en  noviembre del 2005.         [ Links ]

*Correspondencia:
Hannia Franceschi -Barraza: Costarricense. Docente –pensionada- de la Universidad de Costa Rica, Sede de Occidente. Correos
1. Costarricense. Docente –pensionada- de la Universidad de Costa Rica, Sede de Occidente. Correos

Recibido: 15.11.12                                     Aprobado: 03.04.13

Creative Commons License All the contents of this journal, except where otherwise noted, is licensed under a Creative Commons Attribution License