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InterSedes

On-line version ISSN 2215-2458Print version ISSN 2215-2458

InterSedes vol.14 n.29 San José Sep./Dec. 2013

 

Chávez y Meza, dos  propuestas latinoamericanas para trombón

Chávez and Meza, two latinamerican proposals for trombone

Martín Bonilla-Moya1*


*Dirección para correspondencia:

Resumen

Este artículo presenta un breve análisis de dos conciertos para trombón y orquesta escritos por dos destacados compositores  de América Latina, de diferentes períodos, nacionalidades y conceptos estéticos.  Por un lado nos referimos al concierto escrito por el compositor mexicano Carlos Chávez, escrito entre 1977 y 1978, el cual fue estrenado por el trombonista noruego/estadounidense Per Brevig.  Por el otro, el concierto para cuarteto de trombones y orquesta, compuesto por el compositor costarricense Vinicio Meza, escrito entre 1999 y el 2000.   Este trabajo fue comisionado y estrenado por Trombones de Costa Rica y la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica en Octubre del 2001.

Palabra clave: Trombón- Conciertos.    

Abstract

This article presents a brief analysis of two concerts for trombone and orchestra written by two distinguished Latin American composers of distinct periods, nationalities and aesthetic approaches. On one hand, we refer to the Concert for Trombone and Orchestra, written by Mexican composer Carlos Chavez between 1977 and 1978, and performed for the first time by Norwegian/American trombonist Per Brevig. On the other hand, we have the Concert for Trombone Quartet and Orchestra, written by Costa Rican composer Vinicio Meza between 1999 and 2000. It was commissioned by Trombones de Costa Rica and performed for the first time with the Costa Rica’s National Symphony Orchestra in October of 2001.

Key words: Concerts for trombone.

El trombón, instrumento musical que de acuerdo a la clasificación de instrumentos pertenece a la familia de los vientos y a la subfamilia de los bronces específicamente, es uno de los instrumentos, que a pesar de su antigüedad, ha sufrido menos transformaciones técnicas en cuanto a principios de construcción.  Desde finales del siglo XV hasta el siglo XVIII  era el único instrumento  de bronce que  podía tocar cromáticamente, es decir podía tocar todas las notas musicales, esto debido a la posibilidad que nos ofrece la vara, y que gracias al movimiento de esta, podemos agrandar o encoger la tubería del instrumento y así producir las diferentes notas, caso contrario sucedía con las trompetas, que si no es hasta la invención de los pistones alrededor de 1778, su número de notas se veía  muy limitado. 

A pesar de esta importante y particular característica, el trombón   presenta una historia como instrumento solista muy reciente.  Antes de la segunda mitad del siglo XX son escasas las obras escritas para este instrumento, una de las obras más importantes de esta época es el Concierto para Trombón y Orquesta del compositor Danés Launy Grondahl, obra que se programa con cierta regularidad, tanto en los conciertos profesionales como en los conciertos de estudiantes.   Además de esta obra podríamos mencionar  los conciertos de George Christoph Wagenseil, el concierto en Si bemol mayor para trombón alto y orquesta de  Johann Albrechtsberger, el concertino para trombón y orquesta de Ferdinand  David entre otros.    A  partir de 1950  se empieza a componer para trombón en mayor cantidad, pero no es sino hasta el último cuarto de siglo  XX que se nota un auge en la comisión, elaboración y programación del trombón como instrumento solista.

En el ámbito  latinoamericano la situación fue similar o peor.  Sin embargo, dos destacados compositores latinoamericanos, de diferente época, nacionalidad y con una propuesta estética diferente, componen dos trabajos importantes para trombón y orquesta.  Por un lado nos referimos al Concierto para Trombón y Orquesta  de Carlos Chávez, compuesto entre los años 1977 y 1978, siendo comisionado por el trombonista noruego americano Per Brevig.  Por el otro el Concierto para Cuarteto de Trombones y Orquesta del compositor costarricense Vinicio Meza, comisionado por Trombones de Costa Rica,   concierto compuesto entre los años 1999- 2000 y que fue estrenado con la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica, con Trombones de Costa Rica como solistas en el año 2000.

Carlos Chávez y su Concierto

Carlos Chávez nació en la ciudad de México, en 1899.  Desde pequeño muestra gran interés por la música, iniciando formalmente sus estudios con diferentes maestros, entre ellos destacan, Manuel Ponce, principal compositor de la época y Pedro Luis Ogazón; hombre a quién Chávez atribuye su formación y la introducción de la música de Debussy en México.  A pesar de ello, Chávez se considera autodidacta y nunca trató de emular algún compositor en especial, sino que recurrió al estudio de partituras de los principales compositores clásicos para mejorar su técnica compositiva.  Chávez fue conocedor de las nuevas tendencias y fue un impulsor de música que hasta entonces no se había escuchado en México como: Bartok, Stravinsky, Satie, Varese, Honnegger, etc.

Carlos Chávez conoció personalmente a Copland y a Varese, compositores que le ayudaron a entrar al mundo de los “rebeldes musicales” de la época. Además de compositor, desarrolló una importante carrera como director de orquesta, dirigiendo por más de veinte años la Orquesta Sinfónica de México.  Fue importante su participación en varios proyectos políticos diseñados para el rescate y promulgación de las artes en el pueblo mexicano.   Murió en 1978 tres meses después de dirigir el estreno de su Concierto para Trombón y Orquesta.  Entre sus principales obras destacan: sus seis sinfonías,  Concierto para Piano, Concierto para Violín y una gran variedad de música de cámara.

En su primera etapa de compositor se le puede considerar un romántico, puesto que muestra, sobre todo en sus trabajos para piano, una fuerte influencia de Schumann.  El siguiente periodo que caracteriza a este compositor es el “nacionalismo”, en el que trata de rescatar la herencia prehispánica, por lo que es común encontrar en las obras de esta etapa el uso de temas indígenas.  Para este periodo Chávez es sumamente conservador, ejemplo de esto es su Sinfonía  India, una de las obras más representativas de esta etapa y considerada como uno de los “trabajos más austeros tanto melódicamente, armónicamente y rítmicamente”.(Stanley, 1980 ,187)  Al escribir estos trabajos Chávez realizó un cuidadoso estudio de los instrumentos indígenas, muchos de ellos son utilizados en algunas de sus obras, por ejemplo en muchos de sus Ballets  Aztecas  incluye un grupo de ocarinas.  En el último periodo, donde se ubica el Concierto para Trombón, Chávez hace un abandono del nacionalismo incorporando un nuevo concepto estético, el cual había estado trabajando en obras anteriores; especialmente en los cuatro Solis para instrumentos de viento.  Su nuevo concepto de construcción musical consistía en la técnica de la no repetición.  En este aspecto Chávez lo que pretendía era evitar la repetición de temas musicales (recapitulaciones), pedales, progresiones y secuencias armónicas que están presentes en la música tradicional, a su vez, renunciaba a los procedimientos repetitivos implícitos en la técnica serial Vienesa.

Carlos Chávez escribió este concierto a la edad de 78 años, siendo comisionado y dedicado a Per Brevig, músico noruego quién fue trombonista principal de la Metropolitan Opera House en New York.  La obra se estrenó en Washington DC el 9 de mayo de 1978, participando como solista Per Brevig y siendo la orquesta dirigida por el mismo compositor, todo esto dentro del Noveno Festival de Música Interamericano.

Como se mencionó anteriormente, La Sinfonía India está dentro de la corriente nacionalista mexicana.  Es fácil encontrar diferentes motivos y evocaciones mexicanas que la hacen bastante accesible a la mayoría de oyentes. Sin embargo para el concierto que escribe para trombón, Chávez ya se encontraba depurando una propuesta musical de avanzada, donde abandonó por completo el nacionalismo y adoptó un idioma universal; desarrollando al máximo su teoría de la no repetición.

Otro aspecto donde Chávez renuncia a los conceptos tradicionales es en la forma de construcción, puesto que elabora la obra en un solo movimiento, abandonando por completo los tres movimientos clásicos.  A pesar de esta modificación, indica cuatro cambios de tempo, a saber, Allegro, Adagio, Vivo y Sostenuto.  Julio Briceño, quien en 1984 acompañado por la Filarmónica de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) y bajo la batuta de Eduardo Díaz Muñoz realizó el estreno del Concierto en México,  señala lo siguiente, “El concierto reúne toda la fuerza y sabiduría de un músico que fue más allá de un estilo nacionalista y que siempre estuvo abierto a las nuevas tendencias de la composición.” (J. Briceño, comunicación personal, 20 de mayo, 2006)  Sin embargo en el Concierto para Trombón  y Orquesta  podemos encontrar algunos pasajes en donde se puede homologar el sonido del trombón con el caracol, efecto que ya había utilizado en su obra Xochipilli, música azteca imaginada para cuatro instrumentos de viento y percusiones, escrita en 1940, en esta pieza el trombón puede ser sustituido por un caracol.

En el trabajo para trombón de Chávez no encontramos un tema o motivo que se repita. Para este compositor la forma de darle unidad a la obra es a través de antecedentes tales como, colores y relaciones interválicas, de esta manera, según él se evitaba ser reiterativo.  El crítico mexicano José Antonio Alcaraz escribe en sus notas al programa del Festival Cervantino con motivo de la interpretación del concierto de Chávez lo siguiente:

“partitura sin puntos truncados: gran arco que culmina para vigorizarse cuando hace oír al descubierto el timbre del trombón solista, durante una cadencia, cuyo correspondiente analógico encarna en un episodio orquestal caracterizado por la no repetición. El inventar continuo tipifica su tarea,…. no por ello se pierde ni por un momento el sentido de unidad.”  Alcaraz,J. (1999, setiembre) Programa Festival Internacional Cervantino. 205


En este concierto, desde el principio se impone la poderosa voz del trombón con intervalos de séptima, novena y doceava, presentándole al ejecutante un gran reto durante toda la obra, tanto el registro grave como el agudo son explorados con detalle.  Chávez abandona en esta obra el uso de poliritmos, la síncopa y las métricas irregulares que fueron característicos en la Sinfonía India,  lo que persiste sin duda alguna es su gran habilidad para orquestar, logrando una gran variedad de colores especialmente con el manejo que le brinda a los instrumentos de viento, logrando siempre una mezcla perfecta entre el trombón, con sordinas o sin ellas, y los instrumentos de la orquesta.  Per Brevig señala lo siguiente:

“El concierto está muy bien escrito y presenta una gran imaginación en su orquestación, yo le di total libertad a la hora de componer, el principio es muy lento y prolongado, en la segunda parte le sugerí que fuera más rápido y fogoso como efectivamente sucedió, sin embargo el estilo y armonía de Chávez no siempre es accesible”. P. Brevig (comunicación personal, 25 de mayo, 2006)


En este trabajo el concepto de melodía utilizado por Chávez es totalmente diferente porque juega con colores y utiliza timbres un tanto estridentes; que no le permiten al oyente relajarse en algún momento.  Para algunos críticos el mérito de Chávez consiste en “lograr una tensión del público de principio a fin, en este elemento radica la capacidad expresiva de este concierto, considerando a este fenómeno como un concepto claro de modernidad,”(Alcaraz,J. 1999 setiembre: Programa Festival Internacional Cervantino. 206 ) además Roberto García Morillo señala lo siguiente:


“El modernismo del músico mexicano se advierte ante todo en la objetividad de su sentimiento y de su lenguaje, exentos de los procesos subjetivos románticos, inherentes a la estética musical del siglo XIX.  Su música es clara y neta, en dibujo, estructura y expresión.  A veces de una severidad de acento que a primera vista la hacen parecer un tanto abstracta y cerebral, pero siempre en función de un temperamento artístico cálido y generoso, lúcidamente controlado y en relación con el medio que actúa el creador.” (García, 1960, 240)

De esta manera, la parte solista presenta una gran dificultad, en donde la mayoría de pasajes están construidos con características que lo hacen muy dramático, se requiere un gran dominio técnico del trombón para poder interpretar este concierto. Alcaraz escribe:

“En muy pocos momentos de la obra la orquesta se escucha sola y con una cierta calma, en contraposición del resto de la obra donde la textura y sonoridad de la obra apoyan los soberbios y dificultosos trazos encomendados al trombón,…. la voluntad creativa de Chávez renuncia de manera explícita a cualquier brillantez o gesto cálido, que nos conduzca a una sensación de relajamiento.” (Alcaraz, J. setiembre 1999: Programa Festival Internacional Cervantino. 206)

El concierto de Chávez no goza de una gran popularidad, ni siquiera dentro de los trombonistas, a pesar de que Per Brevig menciona que siempre ha recibido buenos comentarios del público cada vez que lo ha tocado o dado charlas,  tanto en  los Estados Unidos como en México.

Vinicio Meza y su propuesta

Por otra parte, el compositor Vinicio Meza nació en Cartago, Costa Rica en 1968.  Inició sus estudios musicales en la Escuela Municipal de Música de Paraíso de Cartago,  posteriormente ingresó al Conservatorio Castella.  Finalizada la secundaria realizó estudios en Estados Unidos y luego de pasar un verano en Interlochen es admitido en el prestigioso conservatorio Curtis Institute en Philadelphia, donde obtuvo un bachillerato como instrumentista con énfasis en clarinete.  Posteriormente se trasladó a Florida State University para sacar su maestría en el mismo instrumento.

Como compositor, al igual que Carlos Chávez, se considera autodidacta “lo que he hecho es estudiar muchas partituras y asimilar todas las materias teóricas que recibí en mi formación de instrumentista.”V. Meza. (comunicación personal, 25 de mayo, 2006)  Además de compositor se destaca como excelente instrumentista, tanto del lado clásico, como del ámbito popular y del jazz, Meza es clarinetista de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica e integra uno de los más destacados ensambles de jazz de su país. Su obra es abundante, especialmente, la de música de cámara.

Podemos considerar a Meza como uno de los representantes de ese nuevo movimiento nacionalista que se ha originado en Costa Rica en los últimos años, este grupo de compositores se ha preocupado de incorporar no sólo elementos costarricenses, sino también latinoamericanos en su música. En la obra de Meza podemos encontrar una mezcla de lo clásico, latinoamericano y jazz.  El Concierto para Cuarteto de Trombones y Orquesta ejemplifica esta situación, Elisa Ramos escribe “La obra trasmitió la mixtura de la música latinoamericana con la europea…Una rica y fresca sonoridad que evidencia la excelente formación de Meza en la música académica. Academicismo en el que tiene cabida  la diversidad de otras tradiciones musicales”  Ramos, E. “Alta temperatura costarricense: calidad sinfónica y magia de trombones” Revista  Filomúsica, disponible en <www.filomusica.com>[accesada 10 de noviembre del 2001] 

Si entendemos la melodía como la sucesión de notas musicales con alguna concordancia y consonancia agradables al oído, la música de Vinicio se caracteriza por tener una riqueza melódica extraordinaria.  Según Meza, “desde sus inicios como músico instrumentista le gustaba crear pequeñas líneas melódicas sin ninguna pretensión como compositor.” V. Meza (comunicación personal, 25 de mayo, 2006)  El Concierto para Cuarteto de Trombones y Orquesta, muestra la capacidad de Meza para elaborar líneas melódicas de gran factura.  
   

El Concierto de Meza está elaborado respetando la forma clásica de tres movimientos: rápido, lento, rápido.  En el primer movimiento que inicia con una alta complejidad rítmica, demostrada especialmente por los instrumentos de viento y percusión, es interrumpido por una sección melodiosa a cargo del cuarteto solista, conforme se desarrolla este movimiento, los solistas se agregan a esa complejidad.  Este movimiento está basado en el Joropo, forma musical latinoamericana de carácter alegre, que tiene su origen en Venezuela.  En este aspecto las maracas juegan un papel importante, quienes por momentos dibujan de una manera disimulada el patrón rítmico original de esta forma musical.  Esta riqueza rítmica-melódica es interrumpida por un adagio a la mitad del movimiento, en donde los solistas son invitados a desarrollar su expresividad para volver a caer en el tempo primo, que nos lleva a la recapitulación y final del movimiento.
   

En el segundo movimiento, Meza desarrolla todo ese romanticismo del cual es poseedor y nos presenta un episodio sumamente melodioso y expresivo, típico de la música europea.  El cuarteto solista se luce con unas exquisitas líneas melódicas mientras que los demás instrumentos además de lograr una rica alfombra armónica producen una gran variedad de colores.

Uno de los pocos cambios estructurales que realiza Vinicio en su obra, lo encontramos en el tercer movimiento.  Contrario a la forma clásica donde el tema se presenta primero  para luego desarrollarlo, Meza invierte los papeles e inicia el movimiento desarrollando el tema, para después presentarlo en su forma original.  

Al igual que en el primer movimiento, el uso de elementos latinos que Meza utiliza en el tercer movimiento son evidentes.  Una vez más, la riqueza rítmica con la melódica se entrelazan para obtener excelentes resultados.  Este movimiento está construido sobre dos temas contrastantes; uno melódico influenciado por cierta música indígena del área centroamericana y una obra escrita anteriormente por el compositor de un corte más popular y latino.    

Otro mérito de Meza es la forma como presenta al ensamble solista, destacando las posibilidades de un grupo de cámara tales como balance, afinación, precisión, mezcla,  etc; y no como sucede con las propuestas de otros compositores, en donde lo que se obtiene es que los cuatro instrumentistas se reparten la parte solista, dando igual que lo intérprete uno, o cuatro ejecutantes.  Meza le da igual importancia a la orquesta como a los solistas, por lo que la parte orquestal presenta un grado alto de dificultad.
                                                                                              

La obra de Vinicio goza de una gran aceptación tanto del  público como  de intérpretes.  A la fecha ha sido interpretada  en Costa Rica, España, Hungría, Ecuador y los Estados Unidos en sus versiones para cuarteto solista y orquesta o cuarteto solista y banda.

Conclusiones

Del estudio realizado a ambos conciertos podemos anotar lo siguiente a manera de conclusión: El concierto de Meza sigue la estructura clásica de tres movimientos, rápido, lento y allegro, con su respectiva pausa entre movimiento y movimiento. Por su parte Chávez rompe con esta estructura y lo escribe en un solo movimiento.  Meza es mucho más conservador en cuanto a estructuras, formas y conceptos.

Probablemente la renuncia de Chávez al proceso natural melódico, en donde hay un proceso lógico de ascendencia o descendencia consonante, la adopción de cambios bruscos de registro, y el desarrollo de la técnica de la no repetición, hacen que la mayoría de personas no se sientan a gusto y no entiendan por completo la nueva propuesta de Chávez.

La cantidad y variedad de colores que escuchamos tanto en el concierto de Chávez como en el de Vinicio, demuestra la capacidad de orquestación de ambos. Sin duda alguna esa infinidad de colores  le da a sus conciertos una  gran vitalidad.

Los lenguajes musicales que utiliza Meza no están reñidos con el concepto estético tradicional, la capacidad de este de fusionar ritmos y armonías populares con estructuras clásicas es impresionante y recurrente, mientras tanto Chávez después de utilizarlo en mucha de su música renuncia por completo a este recurso, otra razón más para entender la química que existe por parte del público al concierto de Meza y el rechazo al trabajo de Chávez.

El hecho de que el concierto de Chávez no goce de popularidad, no significa que no sea de calidad.  Importante sería reconocer la calidad y validez de ambas obras, probablemente la obra de Carlos Chávez haya sido incomprendida no solamente por el público sino por los mismos trombonistas.   

Chávez y Meza contribuyeron a incrementar el repertorio para trombón, el cual, como se mencionó al inicio es escaso en comparación con otros instrumentos.  Para el mundo del trombón es de suma importancia que compositores de la talla de Carlos Chávez y Vinicio Meza escribieran para Trombón, quizás esto sirva de motivación para que otros compositores se interesen por el trombón y contribuyan a desarrollar e incrementar el repertorio para este instrumento, necesario para continuar ese proceso de evolución como instrumento solista que se inicia en el último cuarto del siglo XX.    

Bibliografía

Stanley, Sadie. The New Grove Dictionary of Music and Musicians. London: Macmillan  Publisher Limited Volumen 4, 1980         [ Links ]

García, Roberto. Carlos Chávez vida y obra. México: Fondo de la Cultura Económica. 1960         [ Links ]

Chávez,Carlos. Concerto for Tenor Trombone and Orchesta. Reduction for trombone and piano by composer. New York: G, Schirmer1982. 48311c         [ Links ]

Meza,Vinicio. Concierto para Cuarteto de Trombones y Orquesta. Sin publicar.         [ Links ]

Lindberg, Christian. American Trombone Concertos Volumen 2.,Suecia: Bis, 1996. CD-788         [ Links ]

*Correspondencia a:
Martín Bonilla-Moya. Costarricense. Trombonista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica y profesor de trombón en la Escuela de Artes Musicales de la Universidad deCosta Rica y Director del ensamble de vientos de la Etapa Básica de Música de la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica en Turrialba. Email: mar@trombonesdecostarica.com
1. Costarricense. Trombonista principal de la Orquesta Sinfónica Nacional de Costa Rica y profesor de trombón en la Escuela de Artes Musicales de la Universidad deCosta Rica y Director del ensamble de vientos de la Etapa Básica de Música de la Sede del Atlántico de la Universidad de Costa Rica en Turrialba. Email: mar@trombonesdecostarica.com 

Recibido: 25.07.13                                  Aprobado: 30.08.13

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