*Dirección para correspondencia:

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El siguiente artículo tiene como objetivo primordial compartir con la comunidad académica  y aquella relacionada con el desarrollo de actividades que implican la  supervisión de la labor docente y el proceso de observación que se realiza a los profesores practicantes² de la carrera de Bachillerato en la enseñanza del Inglés de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica,  por un periodo de tres a cuatro meses, aproximadamente. Durante este lapso de tiempo, los profesores practicantes³ son ubicados en instituciones de enseñanza secundaria de la Dirección de Educación de Occidente, para que efectúen la  experiencia docente que les ayuda a fortalecer y desarrollar una serie de destrezas, habilidades, actitudes y valores, necesarios para ejercer de forma adecuada la labor docente como futuros profesionales en el campo de la educación.
Durante este periodo, los estudiantes son observados regularmente por el profesor supervisor, quien mediante una escala de calificación, evalúa el trabajo del profesor practicante. Esta escala no solo facilita la evaluación del trabajo que realiza el profesor practicante, sino que permite a la vez, reflexionar a partir de un diálogo entre el supervisor y el profesor practicante, acerca  del accionar general de las lecciones observadas, propiciando el crecimiento profesional de ambas partes por medio de esta dinámica reflexiva. El documento toma como marco de referencia diferentes posiciones de autores y la experiencia personal, de más de diez años de trabajo continúo en esta área del quehacer y campo de estudio, de la autora.


The following article´s main objective is to share an observation instrument used by the author while observing practicum students of Teaching English as a Foreign Language, at the University of Costa Rica, Sede de Occidente, in order to evaluate their performance during the practicum. This proposal has been implemented by the author over a period of ten years of working together along with practicum students and it has achieved the professional growth of both counterparts as a result of a reflection process. This document takes as reference framework different positions expressed by some authors and the personal experience of the author in this field of study.

Key Words: Supervision, observation, observer, observed teaching and learning process of English, teaching practicum

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La evaluación del desempeño docente es una estrategia que permite reconocer las fortalezas y aspectos importantes de mejorar  que caracterizan el trabajo diario de aula. Según Valdéz (2000), dicha evaluación es un proceso constante que da al evaluador la oportunidad de obtener datos confiables, para comprobar y valorar el efecto pedagógico y la efectividad de las estrategias didácticas desarrolladas por el docente evaluado con sus discentes.

Este procedimiento cumple diversas funciones de acuerdo con Valdez, entre ellas: a) diagnostica el desempeño del docente, b) facilita el proceso de  realimentación entre el evaluador y el observado; c)  forma al docente evaluado y  finalmente, d) faculta al docente para autoevaluar, criticar y realimentar continuamente su labor.

El proceso de observación en cuestión, no solo valora la labor de los docentes en ejercicio, sino que se emplea como estrategia para evaluar la labor de los estudiantes que se forman en diversas áreas del quehacer educativo, en instituciones públicas de enseñanza superior, que tienen dentro de sus propósitos esta  tarea. La cual se realiza con la ubicación de estos discentes en instituciones de enseñanza secundaria, que facilitan grupos determinados, como espacios donde se puede llevar a cabo una práctica para experimentación de la teoría, de igual forma, da oportunidad al estudiante para demostrar dominio de las situaciones de aula.

Dentro de este contexto, esta evaluación, conlleva una gran responsabilidad de parte del encargado(a) de implementarla, a quien en este trabajo, se le denomina: el/la supervisor(a), debido a que uno de los requisitos de conclusión del plan de estudios, en esta área del conocimiento, es que el estudiante desarrolle las destrezas, habilidades, actitudes y valores necesarios para realizar su labor docente.

Según Sanjurjo (2002, p.11) la práctica docente que se realiza como requisito de egreso en las instituciones educativas de enseñanza superior, “es una experiencia supervisada por docentes que acompañan las residencias⁴ y que tienen como función, entre otras, ayudar a confrontar pensamiento y acción”,  procedimiento que se apoya en diferentes instrumentos de evaluación, entre los que se encuentra la observación, la cual facilita al que la efectúa,  tener una visión del trabajo que el estudiante practicante⁵ realiza, desde el lugar donde esta se lleva a cabo.

La Sede de Occidente, específicamente el Departamento de Ciencias de la Educación, tiene como un eje dentro de su misión, el colaborar con la formación integral de los nuevos profesionales en el campo educativo, por lo que dentro del plan de estudios de las carreras de los Bachilleratos en la enseñanza de, se incluye un curso denominado Experiencia Profesional en la Enseñanza de⁶, en el cual los estudiantes son ubicados en grupos de educación secundaria en instituciones de la Dirección Regional de Occidente por un periodo de tres a cuatro meses, durante los cuales son observados por un profesor supervisor.

El presente artículo, por lo tanto, pretende compartir el proceso de observación realizado durante el curso en cuestión, para lo cual se enfoca en utilizar diversas posiciones de autores en relación con el concepto de observación docente y la experiencia desarrollada de la autora en el campo de observación durante más de diez años como encargada de impartir el mismo. El trabajo describe el proceso realizado por etapas definidas, a partir de una escala de calificación, que no solo facilita al profesor supervisor realizar su labor, sino que permite a partir de un dialogo entre ambas partes, el profesor supervisor y el profesor practicante, fortalecer destrezas, habilidades, actitudes y valores necesarios para mejorar la labor, así como facilita el crecimiento profesional de ambas partes por medio del  proceso de reflexión implementado.


La observación es un proceso sistemático que permite a quien lo realice detectar particularidades dentro de un proceso o contexto determinado. La observación es también un proceso empleado en diversos campos del quehacer investigativo. De acuerdo con Goetz y Le Compte (1988),  favorece de igual forma la labor de cualquier persona que realiza funciones de supervisión, ya que le permite, desde una posición independiente y detallada, reconstruir las características del fenómeno  o sujeto observado.

Esta definición concuerda con la expresada por Valdez (2000) quien indica que la observación es un método empírico de investigación, el cual, dada sus características, facilita el proceso de análisis de la labor docente desde el contexto en que ésta se realiza, ya que el observador, desde un ángulo no participante, puede visualizar lo que sucede para identificar las fortalezas y aspectos por mejorar que el observado manifiesta, y así de esta forma, apoyar su labor a partir de un diálogo posterior al proceso.

Es además, una labor que implica, por parte del supervisor, una disposición a colaborar con el observado, guiando hacia una adecuada mediación pedagógica el proceso de aula. Dicha labor se puede realizar por medio de la reflexión- acción, que ofrece a quien cumple el rol de supervisor y evaluador⁷, la posibilidad de apoyar el trabajo del observado, a partir dé sugerencias dirigidas a optimizar el ejercicio docente.

El proceso, no puede circunscribirse a la mera evaluación sumativa, ya que definida de esta forma, limita en materia de mejoramiento integral de la acción de enseñar, las posibilidades que de ella se obtiene.  En este aspecto, Thomas y Kimbal, (1983), concuerdan en considerar que la observación entendida como técnica de supervisión, debe ser interpretada como una ayuda para el perfeccionamiento, ya que él que observa o supervisa un trabajo docente, colabora a la vez, con el mejoramiento profesional del otro.
 
De igual forma, Nola (1993, citada por House, 2008)⁸ indica que “la observación de la clase y evaluación de profesores por parte de supervisores o directores, es una tarea delicada, que se basa en un adecuado proceso comunicativo, donde los profesores se deben sentir apoyados por las recomendaciones ofrecidas por su observador”. Sin embargo reconoce, que los profesores que se inician en las labores de la educación, evidencian una mayor aceptación a ser observados,  y expresa, apoyada en su  experiencia personal, que en algunos casos, esta técnica, es recibida como una amenaza. 

Por su parte, Zapeda (2005), considera que para desarrollarse profesionalmente, los profesores necesitan oportunidades para dialogar, preguntar  y reflexionar acerca de sus prácticas educativas, ya que son aspectos básicos que se pueden fortalecer  con la colaboración de un colega y esto se puede lograr a partir de la observación entre colegas. De igual forma, Saginor (2008),  reconoce que el objetivo de observar a un docente, es que la información que se recoge durante una sesión pueda, efectivamente, ayudarlo a reflexionar sobre su ejercicio docente, y así  mejorar.

Igualmente Lockledge (1985) sostiene que el proceso de observación realizado para evaluar el desempeño docente es importante, sin embargo reconoce, que éste debe ser cuidadosamente planificado a partir de un adecuado establecimiento de objetivos, así como el procedimiento, la recopilación y análisis de la información obtenida en ella. Una vez, concluido este proceso, considera, debe facilitar la re-alimentación por medio de un dialogo entre las partes, donde se ofrecen alternativas y críticas constructivas. Lockledge (1985) de esta manera, hace una diferencia entre la recolección de datos y la mera utilización de una lista de cotejo, que de acuerdo a su posición, evalúa en forma sumativa al profesor  en aspectos considerados menos relevantes.


En el contexto de observación del desempeño docente existen diversas opciones e instrumentos elaborados para llevar a cabo dicha labor. Una de estas alternativas consiste en la utilización de una escala de calificación, la cual se compone de parámetros, previamente establecidos por el observador y en los cuales fijará su mirada. Estos parámetros agrupados, en una lista de cotejo y empleada como guía de observación proporcionan al observador, la oportunidad de valorar de forma cualitativa y cuantitativa, el desempeño del docente observado.

Para  Keig y Waggoner  (2008), el concepto de observación, entendido como un proceso para obtener una nota cuantitativa de un desempeño, se ha asumido erróneamente, debido a que visualizado de esta manera, no suministra suficiente información para mejorar la calidad de la enseñanza. Estos autores consideran que si el proceso de observación  se  enfoca únicamente en aspectos previamente establecidos, podrían obviarse otros de gran valía que surjan a lo largo de la observación lo que resulta en una evaluación de una parte del proceso, sin interpretarlo de una forma más holística.

En respuesta a este tipo de observación, Keig y Waggoner, citados por House (2008), proponen implementar una observación, cuyo objetivo sea, el mirar más allá de los números asignados en las rubricas que componen una lista de cotejo y/o hoja de observación, y cuya tarea primordial sea, el determinar las fortalezas y debilidades que el docente muestra al realizar su labor. Además reconocen,  que muchos profesionales en el campo de la supervisión, avalan esta posición, y se inclinan por lo tanto, en implementar una evaluación del desempeño, apoyada en una observación formativa, la cual recomiendan realizar en parejas; ya que permite a colegas, evaluar mutualmente su labor, beneficiándose el uno  del otro.

Esta estrategia se fundamenta en la observación directa de la clase, apoyada, en la grabación de las lecciones, lo que permite determinar de una forma más concreta, los aspectos que deben mejorarse. Esta forma de observar, evalúa la pertinencia del material empleado respecto al tema en estudio, y facilita el diálogo entre los actores involucrados, sobre la pertinencia de las actividades de mediación pedagógica desarrollada, el seguimiento del currículo propuesto y su correspondencia con el nivel académico de los estudiantes.

Menges (1985), denomina a este proceso de co-evaluación, a partir de una co-observación, con el nombre de colaboración mutua, que proporciona valiosas oportunidades a los docentes para enseñar efectivamente, practicar nuevas técnicas, estrategias y métodos de enseñanza, y obtener conocimiento sobre el desarrollo de la clase, favoreciéndose de las sugerencias de sus colegas. Para Daiton y Moir, (1991) la co-evaluación se puede entender como una colaboración entre colegas, es un proceso confidencial, en el cual los docentes que se observan entre sí, comparten con otros su experiencia real, basada en el conocimiento adquirido de la práctica diaria.

Esta dinámica de observación, así implementada, permite a los involucrados el fortalecer sus destrezas pedagógicas por medio del compartir impresiones y nuevas estrategias didácticas. De igual forma, facilita la resolución de situaciones que se presentan en el salón de clase, a partir  de un proceso reflexivo facilitado por el intercambio de ideas en diálogo profesional entre colegas dirigido al mejoramiento mutuo en beneficio de los educandos.

Hart, citado por House (2008), identifica algunos aspectos pedagógicos importantes por considerar al realizar una observación los cuales pueden influir de forma considerable en los resultados de la observación; a saber, a) el lugar y la hora al observar la clase, b) los factores físicos que inesperadamente afectan el desarrollo apropiado de una lección, c) los procedimientos que utiliza el profesor al impartir su lección; d) el lenguaje empleado para informar, explicar, persuadir y motivar, además del lenguaje utilizado por los estudiantes al responder; e) el papel que juega el profesor y los estudiantes al interactuar; la relación que se da entre una clase y las demás, la disciplina y el currículo; y f) el aprendizaje de los estudiantes como producto de la enseñanza.

Sánchez (2008), por su parte, describe el proceso de observación como aquel en que se ve a alguien o algo cuidadosamente con la intención de evaluar su trabajo. Para  tal fin sugiere, observar tomando como sustento las siguientes preguntas:

• ¿Por qué se  observa?
• ¿Con qué frecuencia se debe observar?
• ¿Se le debe indicar al profesor que se le observará; o no se hará?
• ¿Qué aspectos de la lección serán observados?
• ¿Se debe compartir la información obtenida con el profesor observado?
• ¿Se debe poseer un instrumento de evaluación?

 Asimismo Sánchez (2008),  clasifica el proceso de observación  en dos tipos, el primero de ellos lo denomina: observación prescriptiva, en el cual, el observador indica al docente lo que debió hacer; y el segundo, lo nombra observación reflexiva, el observado es quién; posterior a la observación, reflexiona sobre lo que debió hacer y no hizo para analizarlo con su observador.

House (2008), de igual forma considera, que existen aspectos positivos y negativos que influyen directamente, en el proceso de observación. Entre los aspectos negativos que pueden influir en los resultados de una observación y por consiguiente afectar la evaluación del desempeño docente se encuentran:

• La presión que ejerce la presencia del observador ante el docente.
• El abuso de poder por parte del superior que observa, sobre el docente observado.
• Cuando la observación se basa únicamente en lo subjetivo u objetivo, sin darse un equilibrio entre estos aspectos.
• Enfrenta al observado ante sus debilidades, sin tomar en consideración su opinión.
 
Como aspectos positivos de la observación como instrumento de apoyo de la evaluación  docente reconoce los siguientes:

• Estimula el crecimiento profesional del docente ante las sugerencias y comentarios del observador.
• Le permite al observado contar con una perspectiva u opinión externa de su desempeño.
• Propicia procesos de  co-evaluación y auto-evaluación.
• Brinda oportunidad al docente para dar a conocer su estilo de enseñanza, fortalezas y debilidades.
• Facilita la colaboración entre observador y observado.

En el caso de la Universidad de Costa Rica, Sede de Occidente, específicamente en el Departamento de Ciencias de la Educación, todos ación de al menos dos prácticas pedagógicas. Estas consisten en la ubicación del estudiante en un grulos Bachilleratos en la enseñanza de que se ofrecen, conllevan dentro de sus planes de estudio, la realizpo de una institución de enseñanza secundaria, del cual se responsabiliza, por un período no menor a dos meses. Durante este tiempo el estudiante es observado por  el profesor de curso con una escala de calificación establecida para tal proceso y ayudado también por el docente propio de aula, que ha facilitado su grupo para que realice este trabajo.


Si bien es cierto, el proceso de observación no es solo una experiencia pedagógica exclusivamente desarrollada, por la Universidad de Costa Rica, la particularidades específicas de su realización en la Sede de Occidente propiamente, serán compartidas a continuación, con el propósito de  dar a conocer  dicha  experiencia y en particular, el instrumento de observación utilizado como apoyo a la evaluación del desempeño de los estudiantes de la carrera del Bachillerato en la enseñanza del inglés.

Considerando tal propósito, el trabajo pretende hacer una descripción de cómo este proceso se realiza, a partir de una sistematización de los elementos y etapas inmersas en él, de manera que el instrumento compartido, pueda ser, no solo utilizado como un recurso más de apoyo por supervisores, directores, docentes; sino también por aquellas personas cuya responsabilidad conlleva la evaluación de los procesos de enseñanza y aprendizaje que se realizan en los salones de clase, en los diferentes niveles educativos, en donde, tanto el observador como el observado, crecen  profesionalmente. 

Es Importante aclarar que algunas de las afirmaciones incluidas por esta autora se fundamentan, en los resultados obtenidos de una evaluación diagnóstica realizada, en el 2009 a un grupo de  14 estudiantes practicantes, 3 profesores supervisores y 4 profesores cooperadores, y cuyo objetivo fue el determinar las fortalezas y debilidades que estos profesores participantes identificaron durante la realización de su práctica docente y correspondiente evaluación del desempeño, según trabajo realizado por Navarro (2009).


La autora concuerda con numerosos especialistas en el campo de la supervisión de educadores, en que ésta, debe ser una actividad para  propiciar el respeto mutuo, la comunicación, los acuerdos, desacuerdos y colaboración entre observador- observado en el proceso de enseñanza y aprendizaje, los cuales a la vez,  se convierten en componentes esenciales en la observación y el crecimiento profesional de ambas partes.

Para alcanzar este fin con sus estudiantes del curso de Experiencia Profesional en la Enseñanza del Inglés, la autora, ha realizado una observación alternativa, no participante de tipo formativa / sumativa, entendida como un proceso cooperativo, en el cual se identifican las fortalezas y aspectos en los cuales el profesor practicante debe mejorar. Una vez finalizada la observación de aula, el profesor supervisor junto con el profesor practicante conversan sobre lo realizado y  proponen acciones conjuntas (observador-observado) cuya meta es el optimizar los resultados del proceso de enseñanza y aprendizaje a partir de un proceso de reflexión implementado como apoyo a la evaluación. Entendiéndose a la vez, como una observación sumativa, en tanto se asigna un puntaje a una serie de rubros  previamente establecidos  que facilitan valorar aspectos en cuanto a fortalezas y limitaciones de una forma puntual.

Es una observación formativa también,  porque a partir de la reflexión de los aspectos comentados entre el observador- observado, no solo se recomiendan acciones para mejorar el proceso, sino que se toman en cuenta  las inquietudes, necesidades y fortalezas del observado, para llegar  a un consenso entre ambas partes y establecer acciones posteriores en beneficio de los estudiantes y del propio docente.  Además, el profesor practicante puede fortalecer una serie de valores, actitudes y principios éticos de suma importancia para ejercer de forma oportuna su labor docente

Para el cumplimiento del proceso de esta observación alternativa, la autora se ha valido de una organización del mismo por etapas, las cuales se presentan a continuación:


En esta etapa el docente observador⁹ que acompañará en el proceso al profesor practicante establece el primer contacto con los docentes de los grupos en donde se ubicarán estudiantes que necesitan realizar una práctica docente por un período mínimo de dos meses. En este período solicita horario de clase(s), y ubica a los estudiantes practicantes en los grupos que considera son los apropiados. De igual forma, se definen los objetivos de la observación, los cuales son dados a conocer al observado durante el curso junto con la escala de observación. Para realizar este trabajo el profesor supervisor analiza conjuntamente con el profesor practicante la escala de observación y comenta cada aspecto a considerar para que el profesor practicante tenga claro  cada aspecto a observar  y lo que se espera en general de su labor docente.


Una vez seleccionado los grupos y ubicados los estudiantes como corresponden, el profesor practicante  procede a realizar un diagnóstico del grupo asignado, con el propósito de conocer a los estudiantes , características familiares y personales, así como el nivel de desarrollo de la lengua inglesa.¹⁰Durante esta etapa, el profesor practicante también observa el grupo de estudiantes asignado para conocer más de cerca su accionar, dominio temático, dinámica grupal,  intereses, gustos y necesidades e enriquecer aún más su percepción y diagnóstico realizado.

Una vez finalizada esta etapa, se procede a elaborar la programación, la cual consiste en la elaboración de planes de lección, donde se trabaja con los contenidos propuestos por el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica. Dichos planes son revisados por el supervisor de la práctica, y una vez dado el visto bueno por el mismo, el estudiante puede proceder con su trabajo práctico en el grupo asignado.


En esta etapa, el profesor supervisor ingresa al salón de clase, por lo menos cinco minutos antes de que inicie la misma y se ubica en un lugar estratégico, de manera que tenga una visión completa del profesor practicante y sus estudiantes.

Es de suma importancia también, anotar en una bitácora, todos aquellos aspectos que se necesitan discutir con el docente practicante y que no son incluidos en la guía de observación propuesta.

Para realizar esta etapa, se utiliza una escala de calificación que apoya la observación no participante, esta escala puede ser adecuada a las características propias de la especialidad del estudiante practicante, en este caso en particular, se observa el desempeño de estudiantes de inglés como lengua extranjera, por lo que algunos de los rubros utilizados son específicos de esa área de trabajo.

A cada aspecto se le asigna un puntaje: 2 puntos si se observa el desempeño adecuado en el área específica,  1 punto si se observa, pero debe ser mejorado y 0 puntos si no se observa del todo. Así mismo, se incluyen dos apartados, el primero para indicar al profesor practicante las fortalezas observadas y un segundo donde se anotan aquellas debilidades detectadas y que deben ser mejoradas a partir de una modificación de estrategias didácticas.

El primer apartado del instrumento comprende los siguientes aspectos:

• Puntualidad: La puntualidad es un valor importante de reforzar entre los jóvenes practicantes, por tal razón, se le solicita estar en el salón de clase por lo menos 15 antes de que inicie su labor con el propósito de que acomode el salón, ordene los pupitres y si fuera el caso, que recoja aquellos objetos que se encuentren sobre el piso.
• Presentación Personal: Es importante que el docente presente una apariencia personal acorde con su labor docente, y en concordancia con las directrices emanadas por el Ministerio de Educación Pública de Costa Rica y/o el Código de vestimenta estipulado en el Reglamento Interno del Centro Educativo donde realiza su práctica supervisada. Por tal razón, el observador tomará nota de esta condición, en aras de colaborar con el observado en su aprendizaje.
• Nivel de confianza: Entendiéndose como  la confianza en sí mismo que demuestra el observado al realizar su labor.
• Control de grupo: Es la destreza que tiene el observado de controlar las acciones que pasan a su alrededor en términos de que el proceso de enseñanza y aprendizaje se realice de la forma más efectiva para beneficio de todos sus estudiantes.

Una vez analizados estos aspectos, el observador se enfoca en el segundo apartado del instrumento, las actividades de inicio realizadas, para lo cual considera dentro de su apreciación, si éstas son desarrolladas de forma oportuna  y si la motivación seleccionada, es pertinente con el contenido por tratar.

En el tercer apartado, la observación se enfoca en las actividades didácticas implementadas, por lo tanto, se revisa si el vocabulario y las estructuras gramaticales son introducidas apropiadamente, y de forma significativa, así como, si se utiliza algún método de apoyo para la enseñanza de una lengua extranjera. Si se determina, que efectivamente se propone la utilización de uno, se observa si éste se hace de forma correcta, de acuerdo con los lineamientos establecidos por  autores que han escrito sobre las teorías y métodos de enseñanza de una lengua, entre ellos Brown (2000), Roger y Richards (2001).

Seguidamente, se observa la forma como son dadas las explicaciones y si el orden utilizado en la clase, corresponde al propuesto para el desarrollo de destrezas lingüísticas y comunicativas, el cual se fundamenta en iniciar con escucha, habla, lectura y finalizar con escritura de acuerdo con Brown (2000).

También se pone atención a la utilización de los recursos tecnológicos como herramientas de apoyo a la mediación, así como, el trabajo del estudiante practicante, con los estudiantes con necesidades especiales. Otro aspecto que se observa, es la actitud del observado, la cual debe estar en concordancia  con el rol  de formador que se desempeña.

De igual forma se observa el ambiente que el estudiante practicante crea alrededor de la clase, dando especial énfasis al desarrollo de los procesos comunicativos en sus alumnos, lo cual puede lograr a partir de una participación activa de los mismos en el proceso de enseñanza y aprendizaje,  dónde el estudiante practicante u observado,  se convierte en un facilitador, promoviendo la práctica del lenguaje, de una manera real y efectiva por medio del respeto de los estilos y estrategias de aprendizaje de sus estudiantes,  así como la diversidad de inteligencias presentes en sus educandos.

El cuarto apartado corresponde al proceso de evaluación que el docente observado o practicante realiza para comprobar que el proceso de enseñanza y aprendizaje de sus estudiantes se efectúa de forma adecuada, para ello el observador considera las estrategias evaluativas empleadas y analiza, si éstas se utilizan de forma pertinente, a partir de la corrección oportuna de los estudiantes, la participación activa de todos ellos durante la lección, así como si sé facilitan estrategias de auto- evaluación y co-evaluación que le permitan a los discentes realimentarse de la opinión de sus pares, así como auto evaluar su participación y aprendizaje.

El quinto apartado corresponde a rubricas que tienen relación con el dominio de las destrezas lingüísticas y comunicativas del docente practicante. Materia fundamental de considerar dado el caso de que estas destrezas son columna vertebral de su labor docente como profesor de lengua extranjera, por lo que debe mostrar dominio  de los diversos componentes sintácticos, morfológicos, fonéticos y léxicos. Para tal efecto, el observador toma nota del volumen de voz empleado, la fluidez demostrada, entonación, acento, deletreo, pronunciación, gramática todas particularidades propias del dominio. En este caso el puntaje es modificado, ya no se otorgan dos puntos si se observa el aspecto considerado, como se explicó anteriormente, sino que el mismo se analiza de acuerdo a la siguiente tabla de rubricas:

El sexto apartado corresponde a la observación de las actividades didácticas utilizadas como cierre del contenido, las cuales deben tener lo pertinente de las mismas en relación con el contenido desarrollado. Para avocarse finalmente a la observación de otro aspecto importante: el plan de lección. Sobre este particular, dentro de las funciones del supervisor se encuentra el hacer una revisión previa del mismo en un período de ocho días de antelación, para tal efecto, el profesor supervisor revisa y sugiere aspectos con el propósito de colaborar con el estudiante practicante para el logro de máximos resultados del desarrollo de la clase. Una vez realizadas e incorporadas las recomendaciones, el supervisor da el visto bueno para la implementación formal del mismo,  el cual es nuevamente solicitado al estudiante practicante,  al inicio de la lección,  y como esta avanza,  corrobora su seguimiento en concordancia con los objetivos propuestos y el tiempo dispuesto para ello.

Una vez finalizada la observación no participante, el profesor supervisor  realiza la sumatoria del puntaje asignado a los aspectos observados y de acuerdo a ésta, se le asigna al profesor practicante una nota que representa el total cuantitativo de su desempeño. Una vez concluida esta fase de análisis particular del observador, se pasa a la siguiente etapa donde se realiza un análisis más cualitativo.


En esta etapa, el profesor practicante, expone al observador sus inquietudes, necesidades y expresa las fortalezas que considera caracterizó su quehacer al impartir la clase. Este espacio le permite al observado, reflexionar sobre su accionar a partir de su experiencia personal, propiciando con ello una auto- evaluación de su desempeño. Luego de la correspondiente y respetuosa escucha, el observador expone al observado sus apreciaciones, con el apoyo logístico del instrumento de observación utilizado. Para llevar a cabo esta tarea, comenta por medio de un intercambio de ideas con el profesor practicante, apartado por apartado la escala de evaluación y lo anotado en la bitácora de observación. De esta forma, comparte con él, las fortalezas y debilidades detectadas en el proceso de observación no participante realizado.
 
Una vez finalizado el intercambio reflexivo entre ambas partes, se establecen en conjunto  las acciones por desarrollar en las siguientes lecciones. De esta manera se propone, por mutuo acuerdo, dar seguimiento al proceso de mejoramiento del mismo por medio de una auto evaluación y co-evaluación.


Durante esta etapa el estudiante practicante es observado con regularidad con el propósito de valorar el desempeño y el cumplimiento de las recomendaciones dadas. Este proceso se realiza de la misma forma que los anteriores, con la diferencia de que se presta atención a las debilidades detectadas con el objetivo de que sean mejoradas, siempre, a partir de una dinámica reflexiva entre observador y observado. 

Para llevar a cabo esta etapa, el supervisor realiza visitas regulares al profesor practicante, según el horario del grupo asignado, para evaluar y co- evaluar el desempeño y la consecución de las acciones propuestas como se indicó anteriormente, y colaborar de esta forma con el observado,  en el mejoramiento de su labor, a partir de la reflexión pertinente de la misma. Es importante señalar, que para lograr el objetivo(s) determinado (s) conjuntamente, por el observador y el observado, tal  proceso,  debe ser constante y realizado de forma ordenada. Esta etapa,  le permite a ambos¹¹, evaluar los avances de forma conjunta,  para validar así,  las acciones realizadas y/o proponer otras.


Si se tiene en consideración que los objetivos principales de la observación son el de propiciar el trabajo en grupo entre colegas, explorar posibilidades de integrar actividades para el crecimiento profesional, motivar a los profesores en el desarrollo de su inteligencia interpersonal y permitir la reflexión de la propia práctica docente, el supervisor u observador, estará apoyando a los docentes, según lo expresan bien Dayton y Moir (1991),  al desarrollar  la observación como un proceso particular de crecimiento mutuo, a través del cual, los profesores supervisores u observadores y los profesores practicantes, comparten su experiencia y proporcionan, uno al otro, un conocimiento, apoyo y asistencia que les permite mejorar su labor.

Este proceso así desarrollado, favorece la resolución de situaciones que emergen con el convivir diario en las aulas. el intercambio de opiniones y criterios que facilitan redefinir las destrezas presentes y aprender nuevas.

La observación como instrumento de apoyo a la evaluación del desempeño docente se trasforma, de esta manera concebida en el Departamento de Ciencias de la Educación de la Sede de Occidente, específicamente, en un práctica pedagógica y didáctica, donde el observador y el observado trabajan  y crecen mutuamente, a partir del análisis reflexivo. En este proceso, el observador deja de ser un supervisor que solo se limita a evaluar, para convertirse en un colaborador regular y presente del profesor practicante.

Por lo tanto, la observación implementada y la escala de evaluación utilizada, durante el proceso de la realización y evaluación de la práctica docente de  estudiantes de la carrera de Bachillerato en la Enseñanza del inglés, en la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica, colabora per se, en este sentido práctico y puede ser un aporte valioso de la Sede de Occidente, a la comunidad académica involucrada en estos procesos.

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2.Se refiere a los estudiantes de la carrera de Bachillerato en la enseñanza del inglés, que cuentan con los requisitos necesarios establecidos en su plan de estudios para realizar la práctica docente.
3.Para facilitar la lectura, la autora obvia el empleo del lenguaje inclusivo, sin que ello signifique una posición ideológica contraria a los derechos de género.
4.Residencias como sinónimo de “las prácticas supervisadas” que se realizan dentro de los planes de estudio de las carreras de los Bachilleratos en educación.
5.En este documento no se incluyó lo relativo al género por comodidad al escribir, sin embargo la autora no hace discriminación alguna en este sentido.
6.Existen  tres Bachilleratos propios dentro de la oferta académica que ofrece la Sede de Occidente: Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, Bachillerato en la Enseñanza del Castellano y la Literatura, Bachillerato en la Enseñanza de los Estudios Sociales
7.A quién se le denomina, en este artículo, como  el supervisor.
8.House fue ponente en la Conferencia Anual de la Asociación Nacional de profesores universitarios de inglés (ANUPI), Puerto Vallarta, México, 2008
9. A quién también se le denomina supervisor.
10. Es importante rescatar el hecho de que los estudiantes  observados, son todos de la carrera de Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, por lo que el dominio de las destrezas lingüísticas  y comunicativas es primordial como eje de su desempeño
11. Profesor practicante y profesor supervisor

*Correspondencia a:
Dunia Navarro Ramírez. Costarricense. Educadora con énfasis en la enseñanza del Inglés. Sede de Occidente. Universidad de Costa Rica.  Email:  dmnavarror@yahoo.com
1. Costarricense. Educadora con énfasis en la enseñanza del Inglés. Sede de Occidente. Universidad de Costa Rica.  Email:  dmnavarror@yahoo.com
2 Se refiere a los estudiantes de la carrera de Bachillerato en la enseñanza del inglés, que cuentan con los requisitos necesarios establecidos en su plan de estudios para realizar la práctica docente.
3 Para facilitar la lectura, la autora obvia el empleo del lenguaje inclusivo, sin que ello signifique una posición ideológica contraria a los derechos de género.
4 Residencias como sinónimo de “las prácticas supervisadas” que se realizan dentro de los planes de estudio de las carreras de los Bachilleratos en educación.
5 En este documento no se incluyó lo relativo al género por comodidad al escribir, sin embargo la autora no hace discriminación alguna en este sentido.
6 Existen tres Bachilleratos propios dentro de la oferta académica que ofrece la Sede de Occidente: Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, Bachillerato en la Enseñanza del Castellano y la Literatura, Bachillerato en la Enseñanza de los Estudios Sociales
7 A quién se le denomina, en este artículo, como el supervisor.
8 House fue ponente en la Conferencia Anual de la Asociación Nacional de profesores universitarios de inglés (ANUPI), Puerto Vallarta, México, 2008.
9 A quién también se le denomina supervisor.
10 Es importante rescatar el hecho de que los estudiantes observados, son todos de la carrera de Bachillerato en la Enseñanza del Inglés, por lo que el dominio de las destrezas lingüísticas y comunicativas es primordial como eje de su desempeño.
11 Profesor practicante y profesor supervisor

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