SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.16 issue2Time and Memory: The Report of Truth and Justice. The Case of GuatemalaEthnicity as an Agent of Production of Plastic art in Latin America: Discrimination and Multiculturalism author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe

On-line version ISSN 1659-4940Print version ISSN 1659-0139

Inter.c.a.mbio vol.16 n.2 San José Jul./Dec. 2019

http://dx.doi.org/10.15517/c.a..v16i2.38388 

Artículo

Cuando caminar es sufrir y viajar un decir: el dolor de los centroamericanos a su paso por México

When Walking is Suffering and Travel an Irony: The Pain of Central Americans Passing Through Mexico

Quando caminhar é sofrer e viajar um ditado: a dor dos americanos centrais passando pelo México

José Dionicio Vázquez Vázquez1 

1Mexicano. Doctor en Desarrollo Regional por El Colegio de Tlaxcala, A.C. (COLTLAX), México. Profesor-Investigador “A” en el COLTLAX, México. Correo electrónico: josedioniciovaz@gmail.com

Resumen

El objetivo de este artículo es dar a conocer los riesgos y maltratos a los que se han enfrentado los migrantes centroamericanos a su paso por México, que inhiben su objetivo de llegar a los Estados Unidos. Los resultados de investigación más relevantes muestran que policías y pandillas de México han extorsionado y robado a los migrantes centroamericanos. Algunas instituciones que no los apoyaron en su tránsito fueron la Comisión de Derechos Humanos, las iglesias, organismos no gubernamentales y los ministerios públicos. Al mismo tiempo reconocen el apoyo de albergues, y de residentes de algunas localidades de Tlaxcala que no los perciben como un riesgo para la seguridad de sus familias. La metodología empleada tiene un enfoque cualitativo, aplicando la técnica del cuestionario semiestructurado y entrevistas a migrantes centroamericanos y residentes de municipios del estado de Tlaxcala.

Palabras clave migración centroamericana; violencia institucional; albergues; solidaridad; esperanza

Abstract

The aim of this paper is to present the risks and abuse that Central American migrants have faced through Mexico, which inhibit their purpose of reaching the United States. The most relevant results of research show that police and gangs in Mexico have extorted and robbed the Central American migrants. Some institutions that did not support them in their transit were the Human Rights Commission, churches, non-governmental organizations and prosecution authorities. At the same time, they recognize the support of refuges and residents of some localities of Tlaxcala who do not perceive them as a risk to the safety of their families. The methodology of the study was a qualitative approach, using semi-structured questionnaire interviews, with Central American migrants and residents from municipalities of the State of Tlaxcala.

Keywords Central American migration; institutional violence; refuge; solidarity; hope

Resumo

O objetivo deste artigo é divulgar os riscos e maus-tratos que os migrantes centro-americanos afrontam ao passar pelo México, o que inibe sua meta de chegar os Estados Unidos. Os resultados mais relevantes da pesquisa mostram que a polícia e gangues no México extorquiram e roubaram os migrantes da América Central. Algumas instituições que não os apoiavam em seu trânsito foram a Comissão de Direitos Humanos, a igreja, organizações não governamentais e ministérios públicos. Ao mesmo tempo, eles recebem o apoio de abrigos e moradores de algumas cidades de Tlaxcala que não os percebem como um risco para a segurança de suas famílias. A metodologia utilizada possui abordagem qualitativa, aplicando a técnica de questionários semiestruturados e entrevistas com migrantes centro-americanos e moradores de municípios do estado de Tlaxcala.

Palavras-chave Migração centro-americana; violência institucional; albergue; solidariedade; esperança

Introducción

.

“La realidad, que tanto nos abruma […], el exilio permanente de miles de centroamericanos hacia la frontera de Estados Unidos impuesto por la marginación y la miseria, y el tren de la muerte que atraviesa México con su eterno silbido de Bestia herida, y la violencia como la más funesta de nuestras deidades, adorada en los altares de la Santa Muerte. Las fosas clandestinas que se siguen abriendo, los basureros convertidos en cementerios”

(Ramírez, 2018, párr. 42).

La migración en tránsito, cuyo origen se encuentra en la década de 1990 (Girone y Lollo, 2011) tiene diversas acepciones. Por ejemplo, Cortés (2016, p. 93) lo entiende como transmigración, derivado del concepto general de la migración, donde “una de las características de la migración es la direccionalidad, la cual se manifiesta en diversas formas, una de ellas es la transmigración, que es el paso de un extranjero por un tercer Estado”. Por su parte, para Bondanini (2014, pp. 189-197) migrantes en tránsito son aquellas personas que, independientemente de su condición (refugiados, solicitantes de asilo, con documentos y sin documentos, etcétera), se encuentran en un espacio de paso, donde incluso no desean estar por mucho tiempo por diversas y adversas situaciones, las más de las veces. Es decir, las personas migrantes se llegan a ubicar en un no-lugar: una región, municipio o estancia de tránsito de un determinado país, para llegar a otro con el propósito de culminar sus expectativas.

Esta idea es muy sugerente porque los migrantes centroamericanos no se encuentran en una zona de confort, como los residentes nativos por donde transitan quienes migran; por el contrario, son violentados de múltiples formas, discriminados por su aspecto, formas de hablar, por lo que comen o no, por pedir apoyo a los transeúntes; incluso en lugares donde se quedan, así sean albergues, ansían que pase el tiempo lo más rápido posible para dar el siguiente paso, avanzando por la ruta que tienen contemplada con antelación. Por su parte, la Organización Internacional de las Migraciones define a la migración en tránsito como la “Escala, de duración variada, en el viaje de una persona entre dos o más países o cuando se trata de una cuestión inesperada o a causa de cambio de aviones u otro medio de transporte por motivos de conexión” (2006, p. 75). De esta noción se han extraído diversas interpretaciones, basadas con evidencia empírica, como lo muestran los autores citados arriba.

En ese sentido, podemos denominar a la migración en tránsito proveniente de Centroamérica como el proceso de movilidad, donde los migrantes que salen de sus países de origen en condiciones de desigualdad, van pasando por otro país intermedio, con o sin documentación alguna, donde descansan y se alimentan. En su recorrido trabajan de forma temporal por semanas o meses, enfrentando múltiples riesgos incluso con violencia, con miras u objetivos de llegar al último país, donde cifran sus esperanzas de un cierto bienestar que les negó su país de origen. En este contexto, la importancia de analizar la migración de origen centroamericano que pasa por el estado de Tlaxcala se debe a lo siguiente: 1) el flujo constante de centroamericanos que pasan por el estado de Tlaxcala, 2) la ausencia de datos locales sobre los riesgos que enfrentan en su trayecto, y 3) el desconocimiento de la percepción de los residentes locales sobre el paso de los migrantes por Tlaxcala.

Con el marco comentado líneas arriba, el presente trabajo tiene la siguiente estructura: el primer apartado da cuenta de algunos factores socioeconómicos que impele la salida de los migrantes de sus lugares de origen, así como las condiciones de vulnerabilidad y de indefensión en las que se encuentran en cada paso que dan en México. De forma breve se menciona la percepción que tienen algunos mexicanos sobre los migrantes en general y sobre los centroamericanos en particular. La segunda parte alude a la metodología empleada para ubicar el paso de los migrantes por el territorio de Tlaxcala, captando sus percepciones y la de los residentes de algunos municipios de ese estado. En la tercera parte se comentan los resultados recolectados en los municipios, tanto de las opiniones de los migrantes centroamericanos a su paso por México y Tlaxcala, como de la población nativa de Tlaxcala, quienes tienen o tuvieron también algún familiar migrante. La última parte refiere las conclusiones a las que se llegó con el presente trabajo.

Discusión

Antecedentes de la migración centroamericana

De las causas generales que afectan a la región centroamericana 2 ,se encuentran factores socioeconómicos como las condiciones de pobreza que les ha golpeado desde la década de 1990, que al menos, más de la mitad de la población de la región se encontraba en esas condiciones. Desde el año 2000, un 30 % de la población vive en pobreza extrema (Zarco, 2007, p. 264); aunado a ello se encuentra el desempleo y la movilidad de la población debido a los conflictos armados. A estos últimos, en parte, se debe la migración femenina, debido a que las mujeres, al quedar solas o viudas, debieron hacerse cargo de su familia “[e]stos conflictos bélicos han sido los causantes de la muerte de muchos hombres, quedando las mujeres como únicas responsables de la familia. Por esta razón, la participación de éstas en actividades económicas ha sido notable, y éste es el motivo por el que recae en ellas la necesidad de migrar como única opción de progreso” (Zarco, 2007, p. 266). A lo anterior se debe agregar, que los eventos medio ambientales, tales como los huracanes, sismos, entre otros, provocaron migraciones internas y hacia el extranjero, en la propia región o hacia países como México (sobre todo Tapachula, Chiapas) o los Estados Unidos (Zarco, 2007).

En este marco contextual, la población que migra desde sus comunidades de origen pasa por experiencias dolorosas, humillaciones y vejaciones; en síntesis, persiste una violación a sus derechos humanos, sobre todo a grupos vulnerables como las mujeres y niños. Además del robo, la extorsión y diversos abusos cometidos por autoridades policiacas, migratorias y otras, que se dan en la frontera sur de México, considerando como referencia la estación del ferrocarril de Tapachula, Chiapas. La complicidad de dependencias mexicanas con delincuentes de cuello blanco (burócratas) es evidente, al circular los migrantes con documentos apócrifos en México (Zarco, 2007).

Castillo y Toussaint (2015) explican algunos elementos históricos que dieron origen a la migración centroamericana en la frontera del sur de México, específicamente en la zona del Soconusco Chiapas, que colinda con Guatemala. Este país surtió de mano de obra campesina a Chiapas desde inicios del siglo XX. Posteriormente, al padecer Guatemala el embate del conflicto armado a inicios de la década de 1980, las personas se refugiaron en la franja fronteriza con Chiapas y finalmente se quedaron a vivir ahí, no sin antes ser víctimas de la persecución de grupos paramilitares como los kaibiles. En años recientes, señalan los autores, la población que migra con destino hacia los Estados Unidos lo hace sin documentos, sufriendo nuevamente –debido a los controles de vigilancia de México– abusos violentos a sus derechos humanos por parte de grupos criminales de ambos lados de la frontera. Durante la década de 1990 crece la migración con dirección hacia el norte de Nicaragua, Guatemala, Honduras y El Salvador, mientras que hacia el sur, parte de Nicaragua, pero ahora con destino a Costa Rica. Lo anterior, se dio por la necesidad de obtener mejores expectativas de vida ante el desempleo que provocó la falta de satisfactores familiares, inseguridad personal e inestabilidad ante el ambiente político (Castillo y Toussaint, 2015, p. 74). Los autores establecen que las causas de la migración centroamericana se deben a factores socioeconómicos subjetivos como: las aspiraciones de obtener mejores condiciones de vida, acceso a mejor educación de los hijos, mejores viviendas, salud, entre otros. Este hecho social se vincula más fuertemente con las condiciones socioeconómicas, como una violencia estructural, en los países que integran el Triángulo Norte Centroamericano, integrado por Guatemala, Honduras y El Salvador (Devia, Ortega y Niño, 2016).

Durante el tránsito por territorio mexicano del Sur hacia el Norte, la violencia no cesa, pues luego de ser secuestrados por la violencia organizada, han sido obligados los migrantes, sobre todo jóvenes, durante varios años a participar en secuestros, homicidios, extorsión en sus diversas formas, explotación sexual, vigilancia (halconaje), labores de limpieza y cocina en casas de seguridad, robo a cajeros y automóviles. En menor medida, participaron en el ocultamiento de cadáveres, reclutamiento engañoso de centroamericanos y en tráfico de drogas y armas (Izcara, 2016, pp. 14-15). Los estados donde los secuestraron para obligarlos a delinquir en lugares más violentos, en opinión de los migrantes, fueron: Tamaulipas, Chiapas, Veracruz, Nuevo León, Ciudad de México, Coahuila, Michoacán y Baja California. El número más amplio de reclutados fue de Guatemala, seguido de Honduras, El Salvador y Nicaragua (Izcara, 2016). El caso más emblemático de la violencia en contra de los migrantes centroamericanos, sin lugar a duda, es el de la matanza de 72 migrantes en el estado de Tamaulipas, como símbolo inequívoco de la crisis humanitaria y del modelo capitalista neoliberal (Márquez, 2015).

Ni qué decir sobre el drama y el dolor que padecen los niños indocumentados que tratan de llegar a los Estados Unidos, donde el auge se dio durante el 2014, pero que inició desde los años 2000. Entre el año 2013 y 2014 ya habían migrado de Centroamérica hacia el norte, desde del Triángulo Norte unos 48 000 niños indocumentados no acompañados (Acuña, 2016). Paralelamente, el otro grupo vulnerable lo conforman las mujeres, quienes migran como respuesta a una violencia generalizada por tres razones fundamentales: “a) por extorsión y amenazas de muerte por parte de los grupos delincuenciales; b) la necesidad de mantener a los hijos por ser madres solteras; y c) la amenaza y violencia sufridas por parte de sus parejas masculinas” (Willers, 2016, p. 172). En Chiapas, en el año 2013, las autoridades privaron de su libertad a 33 mujeres centroamericanas, acusándolas, al menos a un tercio, de trata de personas y lenocinio. En el 2015 había un total de 96 mujeres privadas de su libertad y 23 acusadas de trata de personas (CENTRO-PRODH, UIA, Programa de Asuntos Migratorios, Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A.C., Australian, Ald, 2017, p. 59). Al 2017, había una mujer privada de su libertad, acusada por el mismo delito, tergiversando los testimonios a seis de ellas, pues fueron acusaciones inventadas (extorsión, pagar dinero para “desaparecer” el delito fabricado), producto de confesiones arrancadas por medio de la tortura (declaraciones auto inculpatorias), la humillación (pagar por ingresar al reclusorio), burlas (decirles que se ganaron un auto…de formal prisión), el engaño y abusos (leer los cargos en idioma diferente al de las acusadas), amenazas a testigos; inversión de acusaciones de las autoridades (de ser víctimas a convertirlas en victimarias). El colmo del cinismo de las autoridades fue la detención de una mujer mexicana al haberla confundido con sus compañeras migrantes centroamericanas. El eufemismo para la detención de las migrantes por parte de la policía chiapaneca fue buscar en pro de su “lucha contra la trata” (cumplir “cuotas”), detener a personas que se dedicaran a la prostitución y migrantes indocumentados, antes que proteger a las víctimas de esta práctica (CENTRO-PRODH, UIA, Programa de Asuntos Migratorios, Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A.C., Australian, Ald, 2017, pp. 59-100).

De forma paralela a lo anterior, en una de las principales encuestas que se han realizado en México (ENADID, 2010) en zonas metropolitanas sobre la percepción que se tiene de los migrantes en general, se halló que a una gran parte no se les respetan sus derechos humanos, y más de la mitad de la población encuestada dijo que algo o poco se respetan los derechos humanos de los migrantes centroamericanos. La sociedad no apoya a los migrantes, opina casi la mitad de las personas encuestadas. El gobierno debería “crear más empleos (43.7 %), o negociar un acuerdo con los países involucrados (27 %), controlar la migración (25.6 %), y otros opinan que no debería hacer nada (1.3 %), entre otras opiniones (2.4 %)” (ENADID, 2010, p. 48). Más de un tercio (66.7 %) opina que la gente que viene de afuera provoca divisiones, el 30.4 %, opina que nada, el 2.9 % no sabe o no contestó. Casi el 60 % permitiría que vivieran extranjeros en su vivienda y que practicaran costumbres distintas a las mexicanas, porque es positivo convivir con culturas diferentes.

Al considerar la noción de la migración en tránsito y la percepción que se tiene de los migrantes de origen centroamericano, se da a conocer a continuación la metodología empleada del trabajo de campo.

Método

El método muestra un énfasis en las técnicas cualitativas, como lo son el cuestionario semiestructurado y las entrevistas cara a cara, debido a que no existían datos oficiales con respecto a la travesía de los migrantes centroamericanos por el estado de Tlaxcala. Tampoco existían datos sobre la percepción de los residentes en Tlaxcala sobre ellos.

El trabajo de campo tuvo dos etapas, la primera consistió en detectar los principales lugares por donde pasaban los migrantes a su paso por Tlaxcala, ubicando tres lugares: Santa Ana Chiautempan, Apizaco y la localidad de José María Morelos, Buenavista, correspondiente al municipio de Tlaxco. Para ello se diseñó un cuestionario semiestructurado (Tabla 1) con temáticas que iban desde conocer el lugar de donde provienen, las razones de migrar, hasta las vicisitudes del trayecto y el lugar de destino al cual deseaban llegar, así como los riesgos a los que se han enfrentado en su tránsito por México y Tlaxcala.

En los tres lugares donde ubicamos a los migrantes existen estaciones del ferrocarril; es decir, en Chiautempan (en desuso), Buenavista, Tlaxco y Apizaco, Tlaxcala. El mayor número de migrantes pernoctó en Apizaco, Tlaxcala, pues es el único lugar con albergue, donde pueden descansar, comer y asearse solo por dos días, para darles el espacio a los recién llegados. Para responder las preguntas de percepción, los lugares más difíciles fueron Chiautempan y Buenavista, dado que en el primer municipio habían algunos migrantes drogados o en estado inconveniente, lo cual impidió en un primer momento acercarse a ellos. Existe una casa denominada “Samaritana” que se encuentra cerca de las vías y de la estación del ferrocarril, ahí reciben comida no solo los migrantes sino también indigentes, pero desconocemos si tienen un espacio como el albergue de Apizaco para atenderlos de forma integral. En Buenavista llegamos con alimentos para que nos pudieran responder el cuestionario semiestructurado, porque, regularmente, desconfían de quienes se acercan a ellos, ya que piensan que van de parte de alguna autoridad local o que los van a detener.

Tabla 1. Cuestionarios semiestructurados aplicados en Tlaxcala, 2014-2015 

Lugar de aplicación del instrumento Origen/país (%) Hombres Mujeres Total
Chiautempan Honduras (50), Guatemala (17), México (17), El Salvador (16). 16 2 18
Apizaco Honduras (58), El Salvador (23), Guatemala (8), Nicaragua (2), México (8), Otros (1). 114 6 120
José María Morelos, Buenavista (Tlaxco) Honduras (40), El Salvador (33), Nicaragua (17), México (7), Guatemala (3). 24 6 30
Totales 100% por aplicación 154 14 168

Fuente: Elaboración propia con base en el trabajo de campo, 2014-2015.

La segunda etapa se realizó en el año 2015, para conocer la percepción que tenían algunos de los residentes del estado de Tlaxcala sobre el paso de los migrantes. Para complementar dicha información se aplicó el instrumento del cuestionario semiestructurado en la localidad de José María Morelos, Buenavista, porque actualmente ahí pernoctan los migrantes, con dirección al estado de México o al estado de Hidalgo. También fue importante conocer la percepción de los residentes de Chiautempan, Tlaxcala, donde se aplicaron siete entrevistas cara a cara, ya que también ahí existe una estación del ferrocarril donde regularmente descansan los migrantes que vienen del tren que llega de la ciudad de Puebla. Parecería una omisión no indagar sobre la percepción de los residentes de Apizaco, Tlaxcala, respecto a los migrantes. Sin embargo, en la selección de municipios tuvo un importante peso saber que al menos Calpulalpan, Tlaxcala, se consideraba en el 2013 como el municipio con más factores de riesgo debido a la inseguridad y la migración (COLTLAX, 2013). No obstante, debido a que ya no existe estación del ferrocarril en Calpulalpan, se trabajó en la localidad de Buenavista, que es el lugar más cercano a Calpulalpan, y es a donde llegan a descansar los migrantes. También, aunque no existe estación alguna de ferrocarriles en la ciudad de Tlaxcala, se menciona esta cabecera municipal, porque los sábados los migrantes arriban para pedir algún apoyo o comida en el mercado municipal o el tianguis de frutas y verduras, así como en los principales cruces de autos o paradas cercanas a los semáforos.

Para llevar a cabo el trabajo de campo, se aplicaron 30 cuestionarios en Buenavista, mientras que en el municipio de Tlaxcala y Santa Ana Chiautempan se aplicaron 30, es decir, 15 en cada municipio. En total se aplicaron en estos lugares 60 cuestionarios. Resumiendo: a los migrantes centroamericanos se les aplicaron 168 cuestionarios semiestructurados y a los residentes del estado de Tlaxcala 60. En total, para la investigación, se aplicaron 228 cuestionarios y 7 entrevistas cara a cara en el trabajo de campo.

Solo para que la persona lectora tenga una idea de las vías del ferrocarril, de sur a norte, se presenta el siguiente mapa de México (Mapa 1), ubicando a la vez algunos lugares que se mencionan dentro del texto, como lo es el municipio de Apizaco, perteneciente al estado de Tlaxcala, como uno de los principales lugares donde llegan más migrantes a recibir alimento y hospedaje en su tránsito.

Fuente: Ángel David Flores Domínguez, 2018a.

Mapa 1.  Principales vías férreas de México 

Con el propósito de ubicar las direcciones de paso de los migrantes en tránsito, se muestra el mapa de Tlaxcala (Mapa 2), con sus vías férreas, indicando también la localización de los principales municipios donde se realizó el trabajo de campo: en Apizaco, se aplicaron los cuestionarios semiestructurados, también en Santa Ana Chiautempan y Tlaxcala, cabecera municipal, y en algunas localidades integrantes de este municipio. No es visible el punto de José María Morelos, “Buenavista” (Tlaxco); sin embargo, comentamos que se ubica antes del cruce de la vía que pasa por Atlangatepec hacia Calpulalpan, al noroeste del estado de Tlaxcala, como lo muestra el mapa.

Fuente: Ángel David Flores Domínguez, 2018b.

Mapa 2.  Principales vías férreas de Tlaxcala 

Resultados de la investigación

Los migrantes a su paso por Santa Ana Chiautempan

La población centroamericana captada en este municipio tiene edades que van de los 20 a 26 años (28 %), otra tercera parte tiene entre 27 y 33 años de edad (33 %), mientras que un 22 % tiene entre 34 y 40 años y una proporción menor a las anteriores tiene entre 41 y 47 años (17 %). La mayor parte de este grupo son hombres y solo se ubicó a una mujer. La mitad es de origen hondureño (50 %), y el resto se distribuye entre los de origen salvadoreño (16 %), guatemalteco (17 %) y de origen mexicano, de Veracruz y Chiapas (17 %). Llama la atención el hecho de encontrar a población mexicana en este grupo, pues muestra que –de acuerdo con la respuesta que emitieron– también ellos tienen necesidades que satisfacer. De la misma manera, se considera que de alguna forma su compañía les ayuda a los centroamericanos, porque ya conocen el país y cuentan con información de cómo funcionan algunas instituciones. Respecto a su estado civil, poco más de la mitad dijo ser casado (61 %), un 28 % señaló vivir en unión libre y el resto señaló ser soltero (11 %). Hablando sobre el nivel de estudios; un 44 % llegó a concluir el nivel primaria, un tercio dijo no tener estudios de algún tipo, casi un 20 % obtuvo el nivel de secundaria y el resto no contestó la pregunta. La mitad de los entrevistados trabajaba, antes de partir de sus lugares de origen, en el sector secundario, casi el 40 % dijo trabajar en actividades relacionados con la agricultura o con actividades agropecuarias, siendo mínimas las personas que no desearon responder. La principal razón de la salida de su país fue por motivos económicos; es decir, por causas de pobreza y desempleo. Le siguió en importancia el motivo de la violencia generada por pandillas en sus barrios, en el ámbito familiar y a nivel nacional. La mayoría tiene como destino final los Estados Unidos.

Sobre su travesía por México, dijeron que el lugar más peligroso por el cual han transitado ha sido Córdoba, Veracruz; otros mencionaron a Reynosa, Tamaulipas; Coatzacoalcos, Veracruz; Nuevo Laredo, Tamaulipas y Tijuana, Baja California. Por los lugares que refieren se deduce que han ido al menos una vez a la frontera; es decir, que este no ha sido su primer evento migratorio por territorio mexicano. Otras personas migrantes se refieren a los lugares más peligrosos como Tenosique, Tabasco y Tapachula, Chiapas (Gráfica 1).

Fuente: Trabajo de campo, 2014.

Gráfica 1.  Lugares más peligrosos 

De igual manera, algunas de las personas entrevistadas dijeron haber recibido apoyo (Gráfica 2). Un porcentaje importante del 44 % de migrantes señalan que les ayudaron en Tapachula, Chiapas; Córdoba, Veracruz y Apizaco, Tlaxcala, en ese orden. Sin embargo, el resto señala no haber obtenido ningún tipo de ayuda o no haberlo solicitado (56 %).

Fuente: Trabajo de campo, 2014.

Gráfica 2.  Lugares donde han recibido más apoyo 

Este grupo de migrantes se ha enfrentado a las amenazas, a la extorsión de parte de autoridades y de pandillas, al cansancio y al agotamiento físico, secuestro y a las amenazas a su integridad física y familiar (Gráfica 3).. Poco más de la mitad no ha solicitado apoyo alguno o no se lo han brindado, y el resto sí lo ha recibido, principalmente de las organizaciones no gubernamentales. Gran parte de ellos tiene desconfianza incluso de los albergues. Alguno llegó a decir que sus compañeros le comentaron que en los albergues los secuestraban y que no debía confiar en nadie. Las instituciones que menos les han brindado apoyo son los ministerios públicos, la policía (en el rubro de otros) y las organizaciones no gubernamentales.

Fuente: Trabajo de campo, 2014.

Gráfica 3.  Factores de riesgo 

Las personas entrevistadas sugieren que se les oriente institucionalmente cuando sean vulnerados sus derechos, que les apoyen más a su paso por nuestro país con ropa, alimento, o con alguna cartilla de identificación. Sería ideal, dicen, contar con un programa de protección a migrantes, que se respeten sus derechos humanos y que no se les trate como delincuentes. Piden que se concientice a las poblaciones por donde pasan sobre su condición como migrante en tránsito y que les informen de rutas seguras, sobre las rutas más peligrosas; que sus países firmen convenios de apoyo de corte internacional para su protección y que se pueda contar con un programa de migrantes para que retornen con seguridad a sus lugares de origen.

Parte del dolor que viven cotidianamente lo muestran sus vivencias, extraídas mediante entrevistas cara a cara: por ejemplo, se conoció la experiencia de un migrante con alguna enfermedad mental, quien dijo haber salido de su casa en Veracruz, México, y no tiene a dónde ir, aun cuando es joven y quiere llegar a trabajar a Estados Unidos. Otro tiene un familiar en la frontera, pero lo asaltaron en Veracruz y lo dejaron sin nada. Un migrante de origen hondureño, un joven de 29 años, pasó por Tenosique, Tabasco, y viajó con un amigo que lo dejó solo, pues al ver de cerca los asaltos le dio miedo y regresó a su país. Hace 44 días abandonó el país, desde que salió de su casa no ha trabajado. Tiene dos hijas, de 7 y 4 años; su mujer atiende una estética, estuvo en una estación migratoria y lo deportaron después de cuatro días, regresó y no pisa algún albergue porque le contaron que ahí los están secuestrando. Alguien más relata que quiere regresar a su país así sea caminando, mientras su compañero de viaje comenta que salió de su país porque mataron a toda su familia en Guatemala. Una migrante dice que las mujeres están siendo violadas (no ubica el lugar) y que la misma policía está involucrada. Al sumarse a la plática, una joven dijo tener tres meses de embarazo, y recuerda que fue niña de la calle. Molesta, refiere que recientemente le habían robado sus cosas en Veracruz. Se acerca un joven, quien sin más, interviene en la entrevista y cuenta que hace dos años, en uno de sus intentos por cruzar la frontera con los Estados Unidos, encontró a sus primos en una fosa común en Tamaulipas, y que sus compañeros de travesía le decían que la delincuencia organizada daba 400 dólares por la vida de un “catracho” (hondureño) que no se ajustara a las exigencias de trabajar para ellos.

Los migrantes a su paso por Buenavista

La localidad de José María Morelos, Buenavista, Tlaxco, se localiza al norte de la capital del estado de Tlaxcala y colinda con los estados de Puebla al norte y al oeste con el de Hidalgo; al oriente con el municipio de Emiliano Zapata y Lázaro Cárdenas; y al sur con el de Muñoz de Domingo Arenas. En el Mapa 1 se pueden apreciar las vías del ferrocarril, que pasan entre el municipio de Atlangatepec y Tlaxco, específicamente las de la estación Calderón, donde los migrantes se bajan para abordar en el cruce de vías y llegar a la estación de Apan, Hidalgo, con dirección al Estado de México para seguir su travesía hacia el norte de nuestro país. Aquí, los migrantes pasan y pernoctan, provenientes del tren de Apizaco (ramal Tehuacán-Puebla) y de El Carmen Tequexquitla, provenientes del tren de Coatzacoalcos, Veracruz. Uno de los motivos por los cuales ya no bajan en Benito Juárez, del municipio de Calpulalpan, es que ya no hace parada el tren en esa estación. Los días miércoles, sábados y domingos es cuando hay mayor afluencia de migrantes para reponer fuerzas y continuar con su camino. Los centroamericanos que pasan por la localidad de Buenavista, Tlaxco, son jóvenes cuyas edades oscilan entre los 15 y los 40 años, conformados de la siguiente manera: de 15 a 25 años (20 %), de 26 a 35 (7 %) y de 36 a 35 (33 %). Los migrantes maduros tienen edades de 46 a 55 años (17 %), de 56 a 65 (13 %) y de 66 a 75 o más (10 %).

Poco más del 60 % de las personas entrevistadas se encuentran en los grupos de edades que van de 21 a 25 y de 26 a 30 años de edad. La nacionalidad de los centroamericanos 3 que pasan por Buenavista, Tlaxco sigue siendo mayoritariamente de origen hondureño; le siguen los de origen salvadoreño, nicaragüense, mexicano y guatemalteco. Poco más de un tercio (37 %) comenta tener un grado de escolaridad que llega al de secundaria, le siguen quienes tienen el grado de nivel primaria (23 %), mientras que algunos otros dicen tener hasta el bachillerato completo (14 %), y otros al menos dos años de tal nivel (23 %). Un porcentaje mínimo dice tener la primaria incompleta (3 %).

La mayor parte afirma haber trabajado en su país en el sector terciario (77 %), es decir, el de los servicios; y el resto en actividades del sector primario (13 %) y secundario (10 %). Las razones de su salida del país de origen obedecen a las siguientes: mejorar sus condiciones de existencia (34 %), por el factor económico (30 %), con el propósito de reencontrarse con sus familiares que viven en los Estados Unidos (13 %), porque en los barrios del país de origen existe violencia debido al pandillerismo (13 %) o a nivel intrafamiliar (7 %), entre otros (3 %). Aunque parece una obviedad, fue necesario inquirir sobre el destino de su viaje, y poco más del 90 % señala que es Estados Unidos, sin descartar como destino a México.

Este grupo de migrantes en tránsito ubican como las ciudades más peligrosas de su trayecto a Tapachula, Chiapas; Tenosique, Tabasco; Apizaco, Tlaxcala, y Córdoba, Veracruz, en ese orden. Sobre donde han recibido mayor apoyo como migrantes, señalan que fue en Tenosique, Tabasco; Córdoba, Veracruz, Apizaco y Orizaba, en el estado de Veracruz. Respecto a los riesgos a los que se han enfrentado en México (Gráfica 4), poco más de un tercio (36 %) ha padecido el robo de sus pocas pertenencias. Un porcentaje menor dice haber sufrido extorsión, al momento en que pandillas o autoridades les exigen dinero (27 %). Las demás experiencias negativas los han padecido en forma de falta de alimento y agua (10 %), forzamiento a la explotación sexual (7 %), violación sexual (7 %), cansancio y agotamiento (7 %), presiones para formar parte del crimen organizado (3 %) o caídas del tren en marcha (3 %).

Fuente: Trabajo de campo, 2014.

Gráfica 4.  Factores de riesgo 

Comentan que una forma de contener los riesgos es solicitando apoyo a actores que no mencionaron (aunque las personas entrevistadas no especificaron cuáles), seguido de pedir apoyo a las oficinas de los derechos humanos y a las iglesias. De las instituciones que mencionaron recibir menos apoyo fue en su mayoría la oficina de los derechos humanos, siguiendo en importancia a “otros” (que no señalaron), y en menor medida los ministerios públicos, las organizaciones no gubernamentales y las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores (Gráfica 5).

Fuente: Trabajo de campo, 2014.

Gráfica 5.  Instancias que ofrecen menos apoyo 

Las personas entrevistadas piden acciones específicas para disminuir la violencia hacia ellos, contar con un programa de protección a su condición de migrantes en tránsito por México, no ser tratados como criminales, orientación cuando se vean vulnerados sus derechos y que se respeten sus derechos humanos. Para prevenir la violencia sugieren que se firmen convenios de apoyo internacionales entre sus países y México, capacitar a la policía para que los migrantes sean tratados dignamente, concientizar a la población por donde pasan respecto a su estado, lo mismo que a los ministerios públicos. También refieren que se cuente con un programa de migrantes de retorno, garantizando su seguridad.

Los migrantes a su paso por Apizaco, Tlaxcala

El texto de Amador (2013) refiere que el albergue La Sagrada Familia se localiza en las afueras de la ciudad de Apizaco, y dentro de sus instalaciones es donde se llevaron a cabo las entrevistas a los migrantes en tránsito. El antecedente de la atención a los migrantes en tránsito por Apizaco, Tlaxcala se remonta en sus orígenes a vecinos de la colonia ferrocarrilera, quienes viendo la situación en las que llegaban los migrantes en tránsito, los alojaban en sus casas para asearse, les hacían curaciones, los alimentaban y dotaban de ropa si era el caso (Amador, 2013).

Se reconoce que desde hace más de 15 años muchas personas migrantes atraviesan en su ruta migratoria la ciudad de Apizaco y otros puntos del estado de Tlaxcala, para continuar su camino hacia Estados Unidos y otros estados del norte del país. Los grupos vecinales, comunitarios, las organizaciones civiles, la Pastoral Social y de Derechos Humanos de la Diócesis de Tlaxcala, lo habían observado por años. Fue hasta octubre de 2010 que se dieron las condiciones para atender esta realidad y brindar la ayuda humanitaria a migrantes con la creación de un albergue que brinde la principal e inmediata ayuda humanitaria (Amador, 2013).

Ante esta realidad, el 18 del mes de octubre de 2010, el presbítero Ramiro Zárate Tónix, con la anuencia de la Diócesis de Tlaxcala y apoyado por sus feligreses y vecinos de la Colonia Ferrocarrilera, decidió abrir el albergue La Sagrada Familia en la tercera privada de Álvaro Obregón No. 1903. Más tarde se apoyó en los vecinos de la Colonia Santa Úrsula Zimatepec, quienes se integraron al equipo de personas voluntarias en las actividades del albergue. Dicho lugar se considera estratégico debido a que está a un costado de la vía del tren y tiene una barda rotulada que los migrantes pueden ver cuando aún van arriba de “la Bestia” (Amador, 2013).

Sin embargo, el apoyo asistencialista no había sido suficiente, de manera que este albergue se convierte en asociación civil para ampliar los servicios que brinda a los migrantes en tránsito por la ruta obligada y uso de “La Bestia”. Por tal motivo, en febrero de 2011 se constituyó como asociación civil y el albergue amplió su servicio a cuatro áreas de atención humanitaria, las cuales son: 1) ayuda humanitaria, 2) desarrollo humano y comunitario, 3) derechos humanos y 4) defensa estratégica, debido a que solo hasta dicho momento proporcionaba ayuda humanitaria a los migrantes por su paso en Apizaco-Tlaxcala. En el área de ayuda humanitaria, se apoya a los y las migrantes en alojamiento y se pueden quedar hasta tres días para que descansen y se aseen, se les proporciona tres alimentos al día, vestimenta y calzado cuando lo requieren, atención médica básica y si se requiere una intervención de emergencia, se canaliza a un centro de salud comunitario o al hospital regional.

El área de derechos humanos del albergue se encuentra fortalecido por el apoyo de estudiantes de universidades como la Iberoamericana de Puebla y la Universidad Autónoma de Tlaxcala, a través tanto de las Facultades de Trabajo Social, Sociología y Psicología, como de vecinos de la comunidad, quienes imparten talleres sobre derechos humanos, prevención de trata de personas, fortalecimiento espiritual y equidad de género. El área de desarrollo humano y comunitario implementa pláticas a la población para sensibilizarla respecto al fenómeno migratorio, a fin de evitar actitudes racistas y discriminatorias que se generan por la falta y desconocimiento de información sobre las condiciones de los migrantes por su paso por Apizaco, Tlaxcala (Amador, 2013).

En caso de presentarse algún caso de violación de derechos humanos o de delitos cometidos en contra de la persona migrante durante el trayecto por el territorio mexicano y habiendo decidido denunciar la situación, el área de defensa estratégica, en combinación con el personal que imparte talleres sobre derechos humanos y trata de personas, canaliza a las instancias correspondientes, brindándoles un acompañamiento por personal capacitado. Asimismo, si algún(a) migrante quisiera quedarse a radicar en el estado de Tlaxcala, se le brinda orientación para que haga sus trámites de regularización en el Instituto Nacional de Migración, delegación de Tlaxcala y se le ayuda a conseguir empleo (Amador, 2013). El albergue La Sagrada Familia, desde su apertura en octubre de 2010 a diciembre de 2012, ha atendido a 15 747 migrantes en tránsito de origen centroamericano. En su paso por Apizaco, los migrantes provenían de Honduras, El Salvador, Guatemala4 , Nicaragua y México. Los niños y niñas que han ingresado hasta finales de diciembre del 2012 a este albergue ascendieron a 520, ya sea acompañados por sus padres o familiares directos, quienes los llevan para reunirlos con sus padres en Estados Unidos, o bien, porque los infantes decidieron migrar solos, pero en el camino se adhirieron a grupos de migrantes que encuentran en su trayecto (Amador, 2013). El género masculino fue el predominante, seguido del femenino. Este predominio de género prevalece en los resultados que se encontraron en el trabajo de campo en el año 2014, donde se aplicó un cuestionario en el albergue, interrogándolos sobre los factores de riesgo que padecen los migrantes en tránsito por nuestro país y por Apizaco, Tlaxcala, como se refiere líneas abajo en forma detallada.

La mayoría de los 120 migrantes en tránsito por Apizaco que más se movilizó, entrevistados a mediados del año 2014, pertenece al sexo masculino; se ubicaron 94 % de hombres y 6 % de mujeres. Respecto al origen de la nacionalidad, predominaron quienes dijeron ser hondureños, seguidos de salvadoreños, guatemaltecos, nicaragüenses y mexicanos (Gráfica 6).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 6.  Nacionalidad 

Poco más de la mitad de las personas entrevistadas dijo provenir de Honduras y del total de migrantes en tránsito la mayoría son jóvenes y sus edades van desde los 11 a los 20 años (7 %), de 21 a 30 años (43 %), de 31 a 40 años (33 %), de 41 a 50 años (12 %), de 51 a 60 (3 %) y de 61 a 70 (2 %) (Gráfica 7).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 7.  Edad 

Los años de escolaridad abarcan a personas que, en promedio, tienen la primaria terminada (18 %), siendo en su mayoría los que cuentan con nivel secundaria completa (56 %), mientras que quienes cursaron preparatoria y tres años de alguna carrera fueron el 14 %, y en porcentaje menor los que no cursaron ningún grado escolar (12 %).

En relación con el estado civil de los migrantes, se detectó que más de la mitad dijo ser soltero (65%), otros dijeron ser casados (18%), el 13 % vive en unión libre o solo están viviendo juntos, y el resto quedó en el rubro de otros (4%). Respecto a la ocupación, existe casi un equilibrio del trabajo por sectores, señalando que el 25 % trabajaba en el sector primario, 35 % en el sector secundario y el 38 % en el sector terciario, mientras que el 2% dijo que no trabajaba.

Cuando se interrogan cuáles fueron los motivos de la salida de los lugares de donde son originarios (Gráfica 8), los entrevistados hablan de salir para mejorar sus condiciones de vida (41 %), y otra parte señala que se debe a motivos económicos (29 %). Para diferenciar ambas, partimos de suponer que quien responde que sus motivos son económicos es que no tienen empleo o sus condiciones son peores que quienes pretenden una mejora migrando. Los que parten por padecer violencia, (23 %) han afrontado algún tipo de violencia en su país de origen, en su barrio, a nivel familiar y de género. Un número mínimo lo constituyen quienes afirman buscar reunificarse con sus familiares en los Estados Unidos (5 %) y entre otros motivos (2 %). Pareciera una obviedad preguntar por el lugar al que piensan llegar a trabajar, pero sí es necesario hacerlo debido a que la mayor parte pretende ubicarse en los Estados Unidos, pero otra parte desea quedarse en México, siendo casi ínfimo el porcentaje de ellos que quiere trabajar en Canadá.

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 8.  Razón de salida 

Entre las zonas consideradas por las personas migrantes como las más peligrosas de cruzar (Gráfica 9) se menciona a Veracruz, sobre todo en la parte de Orizaba (32 %) y Córdoba (7 %), en el estado de Veracruz. El rubro de “otros” (27 %) incluye a los lugares de Tierra Blanca y Coatzacoalcos, Veracruz; también enuncian a Palenque, Chiapas. Otras personas entrevistadas arguyeron que la zona más peligrosa se ubica donde parte el tren desde la localidad de Arriaga, Chiapas e Ixtepec, Oaxaca. Le siguen en importancia las zonas más peligrosas de Tapachula, Chiapas (21 %) y posteriormente Tenosique, Tabasco (10 %), Apizaco, Tlaxcala (2 %), y ningún lugar (1 %).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 9.  Lugares más peligrosos en los que ha transitado 

Los migrantes tienen una buena opinión respecto al trato que les brindan en el albergue de Apizaco, Tlaxcala (49 %). Ello podría deberse a que en ese lugar se llevaron a cabo las entrevistas. Le siguen en importancia otros lugares que no mencionaron (28 %) lugares de Tenosique, Tabasco (17 %), Córdoba, (3 %) y Orizaba, (1 %) Veracruz y Tapachula, Chiapas (2 %) (Gráfica 10).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 10.   Lugares donde recibieron más apoyo 

Las instituciones que señalan como las que no les brindaron algún apoyo fueron las oficinas de derechos humanos, iglesias, y en el rubro de “otros” mencionan el escaso apoyo de policías federales y municipales, y el de albergues. Los migrantes en tránsito se han enfrentado en territorio mexicano a diversos factores de riesgo (Gráfica 11): en primer lugar, al cansancio y agotamiento físico por el esfuerzo que hacen en su trayecto (30 %); y en segundo lugar, al robo de su dinero y de sus pertenencias (27 %). Le sigue en importancia la extorsión por el pago de dinero que les piden pandillas o autoridades mexicanas (22 %), y falta de alimento y agua (11 %). En pequeñas proporciones se han enfrentado a caídas desde el tren (2 %), amenazas (2 %), secuestros (1 %), presiones para formar parte del crimen organizado (1 %) y a violaciones sexuales (1 %).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 11.   Factores de riesgo 

Las instituciones a las que han acudido a pedir auxilio o apoyo son, en primer lugar, las organizaciones no gubernamentales, las iglesias, al apoyo de los grupos Beta y los albergues. En menor medida han pedido apoyo a los ministerios públicos del país. Algunas de las vías a través de las cuales podría prevenirse la violencia a su paso por México son: a través de la firma de convenios entre los países involucrados en el fenómeno de la migración y capacitar a la policía para ser tratados con dignidad por ellos. Otros más opinan que deben existir programas para migrantes en tránsito, para que retornen con seguridad a sus lugares de origen, sin dejar de lado la capacitación a los ministerios públicos mexicanos, con el fin de que respeten su condición de migrantes. Un tercio de los migrantes entrevistados afirma que una de las medidas para disminuir la violencia es que respeten sus derechos humanos, otro tercio comenta que se debe considerar contar con un programa de protección a migrantes, y finalmente el resto pide no ser tratados como criminales (Gráfica 12).

Fuente: Trabajo de campo en Apizaco, 2014.

Gráfica 12.   Prevención de la violencia 

Recientemente, se realizaron 11 visitas al albergue La Sagrada Familia por parte del autor, de enero a noviembre del año 2018, y se contabilizaron 498 migrantes en tránsito al 24 de noviembre de 2018. A decir de ellos, a ese número deberíamos incluir a aquellos que llegaron por tren y por el avance de la caravana de centroamericanos el 13 de octubre de 2018, cuando llegaron algunas familias completas, con la idea de quedarse en México. Los 7 000 migrantes van en busca de mejores expectativas, que huyen de la violencia y de la pobreza (Ramírez, 2018). Aminora el número, pero permanece el hecho migratorio.

La percepción de residentes de Santa Ana Chiautempan y Tlaxcala sobre los migrantes centroamericanos

El cuestionario se aplicó a 30 personas: 15 de Chiautempan y 15 del municipio de Tlaxcala. El contacto con las personas entrevistadas en el municipio de Chiautempan, Tlaxcala, se estableció en la zona de la estación del tren, en la Avenida Ferrocarril, Colonia Reforma, Colonia Texcacoac y Xaxala. En el municipio de Tlaxcala en la Colonia Centro, la Loma Xicohténcatl y San Isidro. Los datos obtenidos se presentan a continuación: respecto a la edad, el 50 % tiene entre 15 y 35 años, y el 37 % entre 36 y 53 años, un 13 % de 54 años y más. En relación con el género casi hubo un equilibrio entre hombres y mujeres, siendo 43 % para mujeres y 57 % hombres, todos con nacionalidad mexicana. Sobre su lugar de nacimiento, un tercio dijo ser del municipio de Tlaxcala, un 23 % de Chiautempan, Tlaxcala; el 10 % de la Ciudad de México, 7 % del municipio de Teolocholco, Tlaxcala y el resto proviene del Estado de México, Puebla, Hidalgo y del municipio de Apizaco. Los años de vivir que llevan los residentes son: de 2 a 16 (33%), de 17 a 30 años (37 %), de 31 a 44 (20 %) y de 45 a 58 años (10 %); lo que nos lleva a afirmar que no siempre han vivido en el mismo lugar, o que su establecimiento es más o menos reciente. Casi un 40 % dice estar casado, un 50 % dice estar soltero y 7 % en unión libre, entre otros (10 %). La influencia urbana de los municipios corresponde a sus niveles de estudios alcanzados, el 30 % cuenta con estudios universitarios, 23 % con preparatoria y secundaria, 10 % con primaria, 7% con carrera técnica, 4 % con posgrado, y 3 % otros (Gráfica 13). No se reportaron actividades en el sector primario, solo en el terciario (53 %) y en el secundario (40 %). El resto, al momento de la entrevista, se encontraba desempleado.

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 13.  Escolaridad 

La mayor parte de los(as) residentes entrevistados(as) sabe que, de acuerdo con la Constitución Política de México, se deben respetar los derechos humanos de los migrantes en tránsito. Considerando lo anterior, la gran parte de la población residente le brindaría apoyo al migrante si se lo pidiera y solo un 10 % señala que no lo haría. Sin embargo, la respuesta en su generalidad es negativa cuando se le cuestiona si le brindaría el apoyo al migrante dentro de su vivienda, sobre todo por la desconfianza que se tiene en un principio a personas desconocidas. En determinado momento, si llegaran a vivir extranjeros cerca de su domicilio, un 46 % cree que en poco podrían generar conflictos, otro tanto no supo qué responder (27 %), un 17 % dice que no provocarían conflicto alguno, y solo un 10 % afirma que sí producirían muchos problemas. Respecto al tanto que cree que pudiera generar divisiones en su barrio o colonia, un 37 % dice que poco, aproximadamente un tercio dice que no sabe (33 %), los que perciben que mucho corresponden a un 17 %, y quienes señalan que en nada un 13 % (Gráfica 14).

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 14.   Convivencia con extranjeros 

Las percepciones comienzan a variar en el momento en que se les inquiere sobre qué tan seguro se sentirían con su presencia: una parte dice que poco (40 %), otra que mucho (20 %), algunos más dicen no saber (23 %) y solo el 17 % afirma no sentirse seguros para nada (Gráfica 15). Estas percepciones indican que existe congruencia desde las opiniones respecto al apoyo que pudieran brindarles hasta su opinión en relación con su seguridad.

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 15.   Seguridad por presencia de migrantes 

La percepción positiva permanece, pues si los residentes supieran que el migrante va a arreglar sus documentos para ser mexicano, la mayor parte le brindaría apoyo (77 %) y solo un 23 % señala que no. Las personas entrevistadas opinan que los lugares o espacios donde se sienten inseguros en su localidad por la presencia de los migrantes en tránsito son: en las vías del ferrocarril (23 %), lugares sin iluminación (14 %), en las calles (10 %) y en los cruces de las carreteras (10 %), lotes baldíos (3%), entre otros lugares no especificados (27 %) (Gráfica 16).

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 16.  Percepción de inseguridad por presencia de migrantes 

Por lo anterior, recomiendan aspectos que se deben considerar para evitar conflictos con los migrantes en tránsito, a saber: en primera instancia, se debe orientar a los(as) migrantes en tránsito sobre las normas que deben respetar a su paso por México (36 %), pero informando al mismo tiempo a la población residente, difundiendo los derechos humanos de los migrantes (33 %), con un trabajo paralelo de brindar mayor capacitación a las instituciones que les deben atender a su paso por México (17 %). Consideraron también que, en la percepción de los conflictos, el exceso de violencia que se transmite por la televisión, lleva a plantear la regulación de sus programas con contenidos violentos (7 %), entre otros (7 %). A las sugerencias anteriores anexan las siguientes: que los gobiernos expulsores de migrantes mejoren las condiciones de vida de sus ciudadanos para evitar que migren (70 %), y que las personas residentes cuenten con información suficiente sobre la prevención de la violencia y la delincuencia (14 %), esto permitirá orientar a las personas que provienen de otros lugares para mejorar la convivencia en las localidades (13 %), además de incrementar la vigilancia en las zonas inseguras (3 %).

Para mejorar la convivencia con los migrantes de otros países, y mantener una relación armónica a su paso, recomiendan que se generen mayores empleos en los países de origen como medida inhibidora de la migración (27%), y que de forma paralela se dé mayor información sobre el hecho de la migración a los residentes de nuestro país (23 %). Que los migrantes cuenten con más información sobre sus derechos (7 %), pero que también se les respeten sus derechos (13 %). El resto opina que los cuatro aspectos anteriores deben atenderse (30 %).

La percepción de residentes de Buenavista sobre los migrantes centroamericanos

En este apartado se trata de conocer la percepción de las personas de la localidad referida respecto a la presencia de los migrantes en tránsito, y de cómo consideran su estadía. Los(as) residentes entrevistados(as) en Buenavista tienen edades que van de los 15 a los 25 años (20 %), de 26 a 35 años (7 %), de 36 a 45 años (33 %), de 46 a 55 años (17 %), de 56 a 65 años (13%), y de 66 o más años (10 %). Tomando en cuenta la variable de género, se entrevistó al 27 % de hombres y al 73 % de mujeres. La mayoría nació en la localidad de Buenavista (54 %), los demás nacieron en Apizaco (20 %), ciudad de Tlaxcala (10 %), Ciudad de México (10%), de la localidad Las Mesas (3 %) y de Tepeyehualco (3 %), ambas pertenecientes al municipio de Tlaxco, estado de Tlaxcala.

La población que lleva viviendo más de 60 años en la localidad corresponde al 13 %, los que llevan de 21 a 30 años son el 20%, les siguen en importancia quienes llevan de 31 a 40 años (17 %), de 41 a 50 (20%) y de 51 a 60 (17 %), y el 13 % lleva de 10 a 20 años. Lo que significa que la mayor parte de la población conoce o al menos se identifica con su comunidad. Poco más de la mitad de los entrevistados afirma vivir en unión libre, mientras que el 46 % señala ser casado y el 3 % dice ser soltero o soltera. Cuentan con niveles escolares de nivel primaria, secundaria y bachillerato, sobre todo, mientras la mayor parte se dedica al sector terciario, le sigue en importancia el sector primario y el secundario.

Cuando se les inquirió sobre si sabían que se deben respetar los derechos de los migrantes, la mayoría señaló que sí, y solo un 17 % afirmó que no. También afirman que si les solicitaran apoyo los migrantes en tránsito, casi el 100 % se lo brindaría. Pero las opiniones se empiezan a dividir en el momento en que se les pregunta si les brindarían apoyo dentro de sus viviendas, casi la mitad dice que sí y la otra mitad que no. Si llegaran a vivir extranjeros cerca de su domicilio: un 13 % piensa que generaría muchos conflictos, 17 % señalan que habría pocos, el 37 % señala que ninguno y el 33 % dijo no saber (Gráfica 17).

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 17.  Convivencia con extranjeros 

Derivado de la pregunta anterior ¿qué tanto generarían divisiones en su barrio colonia?, la apreciación que tiene la mayoría es que no saben (40 %), otros dicen que nada (30 %), unos que poco (27 %) y un mínimo dice que mucho (3 %). Respecto a qué tan seguros se sentirían: 13 % dicen que mucho, el 30 % poco, el 23 % que nada seguros y el 34% que no sabría (Gráfica 18).

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 18.  Percepción de inseguridad por presencia de migrantes 

Luego, regresa el gesto de generosidad entre las personas entrevistadas cuando se les pide su opinión sobre si supiera que el migrante va a arreglar sus documentos, más de la mitad responde que los apoyaría en sus trámites, y el resto no lo apoyaría por desconfianza y porque les dicen que ayudar a un migrante es un delito; señalan que mejor que se regresen a su país. La población considera que los aspectos que se deben mejorar son la información y difusión sobre los derechos de los migrantes en tránsito, capacitar de mejor manera a las instituciones que deben atenderlos en su paso por nuestro país, orientar a los migrantes en tránsito sobre las normas que deben respetar en nuestro país, y regular los programas televisivos con contenidos violentos, que de alguna forma se vinculan con la naturalización o frivolización de la violencia, como una moda o algo que pasa sin mayores consecuencias para nuestra convivencia o como hechos alejados de la cotidianidad.

De la misma manera, las personas entrevistadas consideran necesario mejorar la vigilancia en zonas inseguras (40%), contar con más información sobre la prevención de la violencia y la delincuencia (23 %), que los gobiernos de donde provienen los migrantes mejoren sus condiciones de vida (23 %), orientar con mayor información a los residentes locales (14 %), respetar sus derechos como migrantes (40 %), que se generen mayores empleos en sus países de origen (27 %), pero al mismo tiempo piden que los migrantes en tránsito respeten los derechos de los residentes (27 %), y que se acuerde con sus países el cómo controlar la migración (6 %) (Gráfica 19).

Fuente: Trabajo de campo, 2015.

Gráfica 19.   Aspectos a mejorar 

Conclusiones

Las personas migrantes en tránsito de origen centroamericano tienen muy claro los riesgos que corren en cada lugar por el que pasan, así como las acciones que deben tomar las autoridades de los países que los impelen a migrar, de los países que los reciben en su tránsito y de los países de destino que debieran recibirlos. En este orden de ideas, los conceptos de migración y migrantes en tránsito se encuentran inacabados debido a la multiplicidad de situaciones que se manifiestan en los territorios por donde cruzan. Así como existen migrantes en tránsito, existen lugares de tránsito en los cuales no desean estar, sobre todo por los riesgos que corren los migrantes indocumentados. Deben transitar del dolor a la esperanza de un mejor porvenir.

Por su parte, si bien es una constante el olvido de los residentes o nativos de Tlaxcala, el tener o haber tenido un familiar migrante que ha padecido en los Estados Unidos, se requiere recordarles que eviten algún tipo de maltrato a los migrantes centroamericanos con el fin de inhibir la discriminación y que no se dejen llevar por rumores o noticias falsas que recorren y abundan en internet. Este estudio permitió corroborar la afirmación de los residentes o nativos de aceptar su presencia y que no representan un riesgo para la seguridad de las familias de Tlaxcala; es más, hay personas dispuestas a apoyarles sin ningún interés. Lo que se necesita entonces es contar con calidad de información respecto al hecho que significa el tránsito de los migrantes provenientes de Centroamérica, que podría brindarse desde la educación básica, no solamente para el estado de Tlaxcala, sino por los estados donde transitan en México. Esto sería una acción específica para inhibir la discriminación hacia el otro, a quien se le trata como diferente por ignorancia.

La migración centroamericana forzada se debe a la multiplicidad de factores socioeconómicos y culturales, acompañados de violencia. Tales factores se vinculan y mezclan haciendo reiterativo el dolor que sufren quienes los padecen, migren o no. Tal y como lo señala Moscoso:

La experiencia adquiere aquí su sentido más dramático, relacionado con el desplazamiento y el peligro. Tanto para quien padece como para quien mira, el dolor –si tiene que ser considerado como tal– es un drama que nos coloca en un espacio fronterizo (2011, p. 19).

Los actores de la migración en tránsito se enfrentan a riesgos y violencia que se ejerce sobre ellos de manera permanente, de ahí que sea relevante conocer la percepción de los residentes locales de Tlaxcala por donde pasan los migrantes, quienes no consideraron que estas personas pusieran en peligro su seguridad. Se trata, en síntesis, de evitar la naturalización de todo cuanto sufren los migrantes maltratados y violentados. No ver normal o natural el dolor y sufrimiento que significa migrar por alcanzar mejores expectativas para sus familias. Finalmente, se aspira a eliminar la trivialización del hecho social, para reconocerlo como problema latente y no como eventos coyunturales que sirvan como bandera política para los países involucrados en la migración.

Referencias

Acuña González, Guillermo E. (2016). Estructura y agencia en la migración infantil centroamericana. Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 13 (1), 1-21. Recuperado de https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/23908 [ Links ]

Amador Sánchez, Miguel Ángel. (2013). Perfiles de la migración infantil. Trabajo de Diplomado llevado a cabo en el COLTLAX, Tlaxcala. Inédito. [ Links ]

Bondanini, Bruno Francesco. (2014). Migración de Tránsito: Entre temporalidad y largas esperas. El caso del CETI de Melilla. Revista de Antropología Experimental, (14), 189-206. [ Links ]

Castillo, Manuel Ángel y Toussaint, Mónica. (2015). La frontera sur de México: orígenes y desarrollo de la migración centroamericana. Cuadernos Inter.c.a.mbio sobre Centroamérica y el Caribe, 12(2), 59-86. Recuperado de https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/intercambio/article/view/21700 [ Links ]

Centro de Derechos Humanos “Miguel Agustín Pro Juárez, A.C. CENTRO-PRODH”, Universidad Iberoamericana, Ciudad de México, Programa de Asuntos Migratorios, Derechos Humanos Fray Matías de Córdova, A.C., Australian, Ald. (2017). Criminalización de mujeres migrantes, Análisis de seis casos en la frontera sur. México: Universidad Iberoamericana Ciudad de México. [ Links ]

Cortés Merino, Alfonso. (2016). Las migraciones en tránsito. En Hassan Arabi y Alfonso Vázquez Atochero (Eds.) Las migraciones en África y en Oriente Medio, en el contexto de la nueva civilización (pp. 93-122). Marruecos: Universidad Mohamed I. [ Links ]

Devia Garzón, Camilo Andrés; Ortega Avellaneda, Dina Alejandra y Niño Pérez, Jairo José. (2016). Violencia estructural en el Triángulo Norte Centroamericano. Revista Logos, Ciencia & Tecnología, 7(2), 105-114. Recuperado de http://revistalogos.policia.edu.co/index.php/rlct/article/view/235 [ Links ]

El Colegio de Tlaxcala, A. C. (COLTLAX) (2013). Diagnóstico participativo y situacional del estado de Tlaxcala. Documento de trabajo. Inédito. [ Links ]

Encuesta Nacional Para Prevenir la Discriminación (ENADID). (2010). Encuesta sobre discriminación en México. Resultados sobre personas migrantes. México: Secretaría de Gobernación. [ Links ]

Flores Domínguez, Ángel David. (2018a). Principales vías férreas de México. México: COLTLAX. [ Links ]

Flores Domínguez, Ángel David. (2018b). Principales vías férreas de Tlaxcala. México: COLTLAX. [ Links ]

Girone, Stefania y Lollo, Giuseppe. (2011). Las migraciones de tránsito: estrecho de Gibraltar vs canal de Sicilia. Investigaciones geográficas, (54), 37-70. [ Links ]

Izcara Palacios, Simón Pedro. (2016). Violencia post-estructural: migrantes centroamericanos y cárteles de la droga en México. Revista de Estudios Sociales, (56), 12-25. Recuperado de https://www.redalyc.org/jatsRepo/815/81545040002/html/index.html [ Links ]

Márquez Covarrubias, Humberto. (2015). No vale nada la vida: éxodo y criminalización de migrantes centroamericanos en México. Migración y Desarrollo, 13(25), 151-173. Recuperado de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1870-75992015000200151 [ Links ]

Moscoso, Javier. (2011). Historia cultural de dolor. México: Taurus. [ Links ]

Organización Internacional de las Migraciones (OIM). (2006). Glosario sobre migración. Recuperado de https://www.google.com.mx/search?q=glosario+de+la+OIM&oq=glosario+de+la+OIM&aqs=chrome..69i57.4541j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8 [ Links ]

Ramírez, Sergio. (23 de abril 2018). Texto íntegro del discurso de Sergio Ramírez en el Premio Cervantes. La Jornada. Recuperado de http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2018/04/23/discurso-de-sergio-ramirez-al-recibir-el-cervantes-2017-1593.html [ Links ]

Willers, Susanne. (2016). Migración y violencia: las experiencias de mujeres migrantes centroamericanas en tránsito por México. Sociológica, 31(89),163-195. [ Links ]

Zarco Palacios, David. (2007). Sobre el uso y abuso de la migración femenina Centroamericana. Estado de la cuestión. Cuadernos Geográficos, (41), 263-281. [ Links ]

1Mexicano. Doctor en Desarrollo Regional por El Colegio de Tlaxcala, A.C. (COLTLAX), México. Profesor-Investigador “A” en el COLTLAX, México. Correo electrónico: josedioniciovaz@gmail.com

2La región centroamericana está integrada por Belice, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica y Panamá (Zarco, 2007).

3Se habla de “centroamericanos” incluyendo a los migrantes de origen mexicano, porque estos señalaron tener similares experiencias de padecer exclusión social, desempleo y aspirar a llegar a los Estados Unidos, además de compartir información acerca de cuáles son las mejores rutas o menos violentas para alcanzar sus objetivos.

4 No se ignora que solamente los tres primeros países forman parte del denominado Triángulo del Norte (Devia, Ortega y Niño, 2016).

Recibido: 04 de Noviembre de 2018; Aprobado: 14 de Junio de 2019

Creative Commons License Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 3.0 Internacional.