Recientemente, la editorial Oxford University Press ha publicado el libro Freemasonry: A Very Short Introduction, del profesor Andreas Önnerfors, en su serie Very Short Introductions.
Dicha serie pretende dar, al público en general, una introducción estimulante y accesible a tópicos nuevos, escrita por reconocidos expertos en dichos campos. Ejemplos de sus más de 500 volúmenes, traducidos a 45 idiomas diferentes, incluyen: contabilidad, religiones africanas, historia política de EEUU, etcétera.
El Prof. Önnerfors, de origen sueco, ha sido Senior Lecturer del Departamento de Literatura, Historia de las Ideas, y Religión, de la Universidad de Gotemburgo (http://lir.gu.se/). Es un investigador con amplio y reconocido historial académico1, quien se ha especializado en historia y sociología, y especialmente en estudios de francmasonería. En este libro, Önnerfors ha intentado abordar el difícil problema de escribir un recuento de 300 años de la masonería, de forma breve y fácil de entender por el público en general2.
Desde el primer capítulo, que presenta un resumen inicial del tema a tratar, el libro muestra sus puntos más fuertes, así como sus áreas más problemáticas. Veamos ejemplos de ello.
El autor comienza estableciendo dos criterios con que generalmente se percibe a las masonerías (pues acepta que existen varias variantes). Tales criterios son, primero, el idealista, hábilmente presentado a través de un ejemplo de la novela La Guerra y la Paz, de León Tolstoi. El personaje de Pierre Bezukhov narra sus experiencias de iniciación a la masonería. Y segundo, la desconfianza, donde presenta varios eventos y obras, ocurridos en Inglaterra y Francia, que critican fuertemente a la masonería. Estos dos puntos determinan un continuum, sobre el cual, tanto el lector como el investigador, pueden posicionarse.
Otro acierto del autor consiste en explorar la presencia de otros dos principios que históricamente han determinado la dinámica interna de la propia masonería: activista o introspectiva3.
Por otra parte, Önnerfors toca dos temas tan interesantes como debatibles, pero sin ofrecer explicación o referencias al respecto, tal vez obligado por la brevedad de su exposición y por el deseo de evadir ciertas consideraciones académicas. El primer tema, origen de reciente debate, afirma que “la primera reunión de cuatro logias de Londres, en junio de 1717 posiblemente nunca ocurrió”(pág. 11). Dicha aserción va contra las versiones establecidas, y tal vez se basa en un reciente trabajo de los investigadores Andrew Prescott y Susan Sommers, presentado en la conferencia Quatuor Coronatour del 2016 en Cambridge, el cual ha sido después presentado en otros foros, y que será analizado en un artículo de la revista Ars Quatuor Coronatorum (AQC), de la logia de investigación inglesa Quatuor Coronati (QC)4.
Una segunda aseveración, presentada también sin más explicación ni información, es que la masonería ha sido vigorosamente atacada por los regímenes totalitarios de Italia, España, Portugal, la Alemania nazi, la Unión Soviética y China5, pero que el caso de la masonería en Cuba, bajo Fidel Castro6es una excepción singular7. Dichas aseveraciones promueven importantes interrogantes para el lector, y podrían haber sido resueltas por el autor. Tales interrogantes abiertas, constituyen un patrón que se repite a lo largo del libro.
En el resto del capítulo, Önnerfors trata hechos bien conocidos y poco discutibles, como el cisma entre la Gran Logia de Inglaterra (UGLE) y el Gran Oriente de Francia (GODF) en 1871, así como las frecuentes fricciones entre la Iglesia católica y la masonería. El importante cisma entreAntients y Moderns, en Inglaterra, entre 1753 y 1813, que también tuvo profundas repercusiones, es presentado en un capítulo posterior.
El segundo capítulo aborda una discusión más detallada de los 300 años de la historia de la masonería moderna. El autor explica que no tratará del desarrollo de esta institución en África o Asia, sino en el hemisferio occidental. El autor apunta que la masonería tuvo poca influencia en la primera mitad del siglo XVIII, excepto en la música y las artes8, criterio opuesto, por ejemplo, al de la profesora Margaret Jacob, quien opina que la política masónica de igualdad entre sus miembros, y de elección de sus líderes, constituyen ideas revolucionarias, de gran impacto para su tiempo.
Önnerfors reconoce la complejidad de la masonería, como institución, así como la de sus miembros. Y comenta sobre las diferentes opiniones de varios investigadores, con respecto a la contribución de la masonería a la sociedad civil de su tiempo. Tales explicaciones, que habrían ayudado al lector a entender los motivos del autor para apartarse de otras opiniones tradicionales, faltan en otras partes del libro.
El autor menciona, al paso, que la masonería tuvo relación con la política napoleónica en Francia9, y con la independencia en América Latina y en EEUU. Y expone brevemente el Asunto Morgan de 1828, sin ilustrar sus vastas consecuencias. Habla de cómo, durante el siglo XIX, surgen grandes movimientos de masas modernos, frente a los cuales la masonería guarda su distancia, limitándose a transferir elementos culturales de la elite anterior a la emergente burguesía. También habla de la creación de nuevas órdenes (e.g. Good Templars) en Australia, pero omite al rito escocés en América. Expresa que la unificación de Alemania e Italia no fue promovida por los masones, sino por sociedades patrióticas (e.g. carbonari)10.
Aquí el autor menciona cómo las dos ramas de la gran logia inglesa (Antients y Moderns), que se habían separado en 1753, se reúnen en 181311, sin exponer los motivos ni sus consecuencias. Menciona que la masonería se organizó en las colonias inglesas de América, el sur de África y Australia, y en Noruega y Suiza, antes de que estas regiones iniciaran sus luchas por la independencia o autonomía, sugiriendo que existen nexos entre ambos eventos. Menciona la actividad social y política de la masonería en los países árabes e Irán12, sin explicar que otro tanto también ocurrió, por ejemplo, con la masonería latinoamericana.
Menciona la industrialización en Europa occidental, y su relación con la masonería, y vuelve al tema de la creación del Gran Oriente de Francia (GODF) y de cómo prescindió de la obligación de creer en un ser supremo, lo que creó un cisma entre la masonería tradicional de la UGLE y el GODF. Aquí Önnerfors nos explica, un poco más, la naturaleza de esta división, así como algunas de sus consecuencias.
El autor trata entonces del siglo XX, calificando a la masonería como un fenómeno elitista de los países europeos de Francia, Inglaterra, Alemania y Austria. Trata de nuevo a los regímenes fascistas de Italia, España, Portugal y Serbia, el estalinismo soviético, y la persecución de los nazis contra la masonería en Alemania, y luego en los países que ocuparon. Los archivos de su policía secreta pasaron, tras la derrota nazi, a los de la policía soviética. Tras la desintegración de la URSS, en 1990, dichos archivos secretos, que contenían importante información del GODF, fueron finalmente abiertos a los investigadores.
Önnerfors menciona cómo, tras la segunda guerra, la masonería se recuperó en Europa occidental. Y cómo, tras la caída del Muro de Berlín y la desintegración de la URSS, la masonería se recuperó en la Europa oriental, donde estuvo oficialmente prohibida. Explica el declive en el número de sus miembros, por la competencia de otras organizaciones sociales como los clubes de rotarios y leones13. Y trata sobre la interdependencia de la masonería europea con la religión organizada.
Sobre el siglo XXI, el autor habla del comienzo de las relaciones entre la academia y las grandes logias, para realizar investigaciones conjuntas, citando casos en California, Canadá y Alemania14. La ausencia de mención de trabajos investigativos académicos en España y América Latina, como los realizados por el CEHME y la REHMLAC+, ponen en evidencia la orientación nord-europea del libro.
El capítulo tres trata sobre la ideología de la masonería, un área tal vez de mayor interés para el autor, y que está más ampliamente y mejor desarrollada que la de la historia de la masonería. Önnerfors habla de los orígenes ideológicos y filosóficos de esta organización, enraizada en las asociaciones medievales de “canteros” (masones operativos en España). Menciona cómo la masonería es una mezcla ecléctica de diferentes ideologías, desde la ilustración hasta el teosofismo. Aquí incluye varias leyendas, como la de la vinculación de la masonería con los caballeros templarios15, la que dio lugar a la creación de varios cuerpos masónicos como el rito escoces (en América) y la orden de los Knights Templar (en Inglaterra), entre otros, que atrajeron la atención de las elites burguesas de la época.
Aquí Önnerfors trata, por primera vez, de la vinculación entre la masonería inglesa y la introducción (en 1715) de la dinastía hannoveriana, que constituye un elemento importante relacionado con los creadores y dirigentes de la Gran Logia de Londres. Los reyes jacobinos (dinastía pro-católica de los Stuart) fueron derrocados en el siglo XVII por la revolución protestante de Oliver Cromwell. Pero tras la muerte de este, los Stuart fueron restaurados. La Revolución Gloriosade 1689 introdujo el Bill of Righs e instauró al rey protestante Guillermo de Orange. La corona inglesa se consolidó en 1815, bajo una nueva y protestante dinastía hannoveriana, considerada ilegítima por los derrocados jacobitas, exiliados en Francia16.
El capítulo cuatro trata sobre la conexión entre masonería e ilustración. Se percibe cómo, en este tema, el autor se encuentra más cómodo: la narración está más concentrada y mejor desarrollada. Önnerfors enfoca la masonería diferentemente de como lo hizo en el capítulo segundo. Allí, aparece como una organización sin mayores consecuencias17. Aquí, Önnerfors la presenta como una organización proactiva18.
Las Constituciones de Anderson (1723) son revisadas y discutidas, a la luz de las ideas de la ilustración, del establecimiento de la nueva dinastía hannoveriana, y la creación del Reino Unido en Inglaterra. Estos hechos históricos marcan, en opinión de historiadores como Jacob19, el impacto de la nueva organización.
Según Önnerfors, las “Cargas” de las Constituciones de Anderson (1723) muestran a la nueva organización como moderadamente liberal, conciliadora, pacifista, tolerante y modernizante, todas estas, ideas nuevas para su tiempo y espacio20. Dichas “Cargas” prescriben la participación política y social de la masonería21. Önnerfors hace referencia a la influencia del discurso de Ramsay (1836) en el desarrollo posterior de la masonería. Y cierra el capítulo tratando del secreto, solidaridad y caridad masónicos, y comentando las opiniones de intelectuales y filósofos de los siglos XVIII y XIX22, que han tratado asuntos masónicos.
El capítulo cinco está dedicado a analizar el ritual masónico, que Önnerfors califica como el elemento que lo separa del mundo exterior23. Presenta un interesante esquema general de los rituales de los tres primeros grados de la masoneríasimbólica (pág. 67). También incluye una digresión de los rituales de los grados superiores (ritos de York, y escocés24) o masoneríafilosófica sin explicar de dónde provienen25. Los rituales de los grados simbólicos difieren a menudo de un país a otro, y de una época a otra26. Es tema de por si complicado y amplio, aún sin incluir a los rituales de los altos grados, ni otras digresiones filosóficas e históricas que Önnerfors desarrolla, ocupando espacio de su ya reducida extensión.
El capítulo seis, uno de los mejor explicados, trata sobre la cultura, estructura interna y el concepto de regularidad masónica de la masonería, que mantiene grandes semejanzas, a pesar de su gran diversidad27. Önnerfors trata de nuevo la diferencia entre las dos ramas principales de la masonería (UGLE y GODF) mencionando características que las diferencian orgánicamente28. Aquí describe, utilizando el concepto de regularidad, como fueron formándose grandes logias, dependientes de la UGLE, en países nord-europeos. Presenta una interesante tabla (pág. 84) con los requisitos para que una gran logia sea reconocida como regular (para UGLE, aunque la tabla no lo especifica). Y presenta el principio de soberanía territorial29, el cual algunas grandes logias u obediencias españolas, alemanas, o de EEUU, no han respetado30.
Explica cómo la masonería opera independientemente en cada país, mencionando organismos31 creados en Europa para coordinarlas. No menciona organismos de otras regiones, como la CMI32. Cita a la Dra. Jacob33, para ilustrar la función de escuela de gobierno de las logias. Y describe la estructura de estas y su funcionamiento, los que dependen de la época y país de cada logia34.
El capítulo siete trata sobre el papel de la mujer en las masonerías, su exclusión de las logias a partir de mediados del siglo XVII35, y del surgimiento y desarrollo de la masonería femenina. Cita varios ritos y organizaciones masónicas femeninas y mixtas y describe el rito de adopción. Es un capítulo interesante y bien documentado, que examina uno de los problemas más frecuentes que confronta la masonería.
El capítulo ocho, el último del libro, trata de las persecuciones y censuras que ha sufrido la masonería, a través de los tiempos, así como de las distintas organizaciones que la han enfrentado. Desde promover la homosexualidad y la sodomía, por ser una organización exclusiva de hombres, o el “satanismo”, hasta la creación de partidos antimasónicos36, o campañas de prensa y gobierno, la masonería ha sido acusada de casi todo. La cuestión del secreto masónico ha sufrido intensa crítica. La conexión de la masonería con la política y los políticos, en algunos países, también ha sido motivo de censura. En los regímenes de corte fascista, se la ha vinculado con el comunismo, o se ha juntado antimasonería con anti-semitismo37.
El autor hace una breve incursión en la prensa masónica europea38. Y luego trata de libros que desfiguran la masonería, desde el jesuita Barruel, en tiempos de la revolución francesa, pasando por los dibujos animados de LosSimpsons, o la novela contemporánea The Lost Symbol, hasta las encíclicas papales. Önnerfors cita las fuentes, que desarrollan teorías conspirativas atribuidas o llevadas a cabo por la masonería, dándonos ejemplos de novelas como DaVinci Code, que crean una mística conspirativa de esa institución.
El libro cierra con una cronología de eventos masónicos, mayoritariamente europeos, aunque incluye el caso Morgan y la creación del Partido Anti-Masónico, ambos en EEUU. No incluye evento alguno de la América Latina, España, Portugal, u otras partes del mundo. Habría sido más productivo, en opinión del que esto escribe, que Önnerfors hubiese desarrollado su libro alrededor de esta cronología, y titulándolo: North European Freemasonry: an introduction.
A continuación, aparece una lista de instituciones del norte de Europa dedicadas al estudio académico de la masonería, más dos centros del rito escocés (en Lexington MA y Washington DC39) con extensas bibliotecas y museos. Dicha lista es seguida de una bibliografía, casi completamente nord-europea y norteamericana, en la cual tampoco aparecen autores ni textos ibero-americanos.
Nuestra opinión, tras leer este texto, es que el Prof. Andreas Önnerfors, un experimentado y bien informado investigador, con una larga y respetable trayectoria profesional y una sólida cultura, ha abordado un proyecto casi imposible: contar, en tan solo 124 páginas, la historia de tres siglos de masonería, una compleja organización con ramas en múltiples continentes, y significativa actividad política, económica y cultural en todos ellos.
Dicho autor ha desarrollado un rico ensayo sobre masonería, expandiendo en áreas tangenciales al tema principal, demostrando así su calibre intelectual. Tal enfoque enriquece y gusta al conocedor del tema masónico, pero reduce el espacio para exponer y analizar otros hechos de relevante importancia. Esto no ayuda al lector que busca, en este libro, una descripción sencilla y directa de la historia de la masonería.
Por ejemplo. Önnerfors incluye temas tomados del discurso de Ramsay, para luego explicar algunas leyendas y características de los ritos escocés y de York40. Los grados filosóficos, sub-temas de la trama principal, deberían ser tratados después de que el lector hubiese estudiado la masonería simbólica.
Como resultado, el libro presenta una selección de eventos masónicos importantes que elevan serias interrogantes que quedan sin resolver, posiblemente por falta de espacio. Ellas incluyen: ¿quién, y basado en qué, se cuestiona la fecha inicial de la masonería como 1717?, y ¿cuál sería la fecha alternativa? ¿Cuáles fueron las causas y consecuencias del cisma entre Antients y Moderns, y cómo se cierra? ¿Cómo y cuándo llega la masonería a la América Latina? ¿Cómo se transformó la masonería norteamericana tras obtener su independencia de Inglaterra? ¿Quién fue Prince Hall y cómo surgió en EEUU la masonería negra que lleva su nombre? ¿Cuáles fueron las consecuencias del caso Morgan para la masonería norteamericana? ¿Cuál fue la relevancia de la revolución de esclavos haitiana, a partir de 1792, con respecto a la extensión de la masonería en Latinoamérica? ¿Cómo incidió la masonería en la independencia de América Latina, así como en la política de Italia, España, Portugal, Medio Oriente, y otras regiones, en los siglos XIX y XX?
La bibliografía y las referencias de organizaciones académicas que investigan sobre masonería, dadas por el Prof. Önnerfors, sugieren que el autor no está muy familiarizado con los temas arriba mencionados.
Sintetizando, opinamos que el libro constituye una bien escrita, interesante e instructiva lectura, apropiada para un lector que ya tiene conocimientos de masonería, que le permiten llenar los espacios en blanco que deja este libro. Pero no creemos que sea una lectura fácil o útil para un lector que desconozca del tema, y que ha sido atraído a este libro por su título “Freemasonry, a Very Short Introduction”.