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Comunicación

On-line version ISSN 1659-3820Print version ISSN 0379-3974

Comunicación vol.27 n.2 Cartago Jul./Dec. 2018

http://dx.doi.org/10.18845/rc.v27i2.4009 

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Culturas, lenguas y gestos

Cultures, languages and gestures

Dra. Martinell Gifre Emma2 

2Universitat de BarcelonaEspaña

Resumen

El objetivo de esta conferencia es hacer un repaso simplificado de las tendencias de cambio que experimenta la vida del ser humano socializado atendiendo -sobretodo- a la transformación debida al peso creciente de la cultura digital. Se hará hincapié en la repercusión que ello comporta, en diferentes estratos de la sociedad, en el repertorio gestual de sus miembros. En ocasiones, servirán como apoyo textos fílmicos que, al parecer de la autora, ilustran lo que se expone.

En el terreno de la comunicación multimodal y en concreto, de la manifestación expresiva y gestual, hay una hipótesis de partida: la “uniformización” a la que tienden las sociedades, efecto de una globalización activa a todos los niveles, favorecería la paralela igualación del comportamiento no verbal. Se ha dedicado un espacio en la reflexión a los procesos migratorios actuales para ver en qué medida los procesos de aculturación ayudarán a que haya integración, también en el plano de la gestualidad.

Se atenderá a la soledad y a lo opuesto, al gregarismo, a la soledad entre la muchedumbre. Se prestará atención a la relatividad de la globalización que, si bien se da en determinados aspectos, no rige para otros. Sin embargo, el alcance de la información sí es muy superior al del bienestar.

La idea latente sigue siendo la repercusión de esto: hoy se sabe cómo viven, actúan o se manifiestan exteriormente otros, los otros.

Palabras clave: Multimodalidad; gestualidad; expresión facial; cultura; sociedad; migraciones; redes sociales; iconicidad; emoticonos; texto fílmico

Abstract

Cultures, languages and gestures

The purpose of this speech is to make a simplified review of the changed tendencies that human beings experience, focusing most of all to the corresponding transformation to the growing digital culture. I will emphasize in the direct repercussions from different society sectors. In occasion I will take filmic texts as reference that will illustrate what is exposed.

In the multimode of communication field, there is a starting point for the hypothesis, the uniformization to which societies lean on , which is an active globalization effect at all levels, which will favor the standardization of non-verbal behavior. A space has been given to the current migratory processes reflection, to check at what level the de-culturalization processes will benefit a possible integration at a gesture sector.

We will attend solitude and the opposite, gregarism; solitude among the crows, attention will be given to the relative globalization that indeed is given in certain aspects, it does not apply to others.

The most important idea is still the repercussion of this: today we know how they live, how they act or how they externally manifest with others.

Key words: multi-module; gestuality; facial expressions; culture; society; migrations; socials networks; iconicity; emoticons; flmic text

Culturas, lenguas y gestos

Los trabajos de los antropólogos, psicólogos y sociólogos norteamericanos se interesaron por el comportamiento gestual del hombre, su ocupación del espacio y el control de su postura en las relaciones de interrelación. A España llegaron traducciones de sus textos que ocupan gran parte de la segunda mitad del siglo XX (Birdwhistell, 1970; Hall, 1974; Fast, 2002; Davis, 1973; Efron, 1941, etc.).En Canadá, Fernando Poyatos (University of New Brunswick) inició lo que para muchos sería una vía de investigación interdisciplinar, que combinabalos conocimientos, métodos y avances de la sociolingüística, la etología, la semiótica, la lingüística y el aprendizaje/enseñanza de lenguas. Entre 1980 y1883 G. Meo-Zilio y Mejía publicaron en el Instituto Caro y Cuervo de Bogotá el voluminoso Diccionario de gestos. España e Hispanoamérica.

Por mi parte, empecé a indagar el papel de la gestualidad hacia 1975, gracias al estímulo que suponían las clases que daba de español para extranjeros (Instituto de Estudios Hispánicos, Universitat de Barcelona), en un nivel avanzado; muchos de los estudiantes residían de forma permanente en Barcelona. A todos los que tienen experiencia en la enseñanza del ELE les resulta familiar que el significado de un gesto común de las manos o de manos y antebrazos no se comprenda (la oscilación de la mano, equivalente a la verbalización del adverbio “así…, así”) o que alguien indique que un gesto concreto se entiende en su lengua (y en su cultura) de modo muy diferente. Todo ello provoca malentendidos. Fue así como comencé.

Vino luego la preparación del Diccionario de gestos con sus giros más usuales (Coll, Gelabert y Martinell, 1990), la traducción al japonés (Martinell,Takagaki, Ueda y Gelabert 1998) y poco después la relación con el prof. Hiroto Ueda, con el que iniciamos la elaboración del Diccionario (en línea) de gestos españoles, el cual puede descargarse del sitio http://lecture.ecc.u-tokyo.ac.jp/~cueda/gakusyu/gestos/index.html. Yagüe (2003) por su parte, utilizó el material para la elaboración de Hablando po rlos codos. Gestos para hablar y entender español. Otra publicación del mismo autor que vale la pena mencionar es ELAO y ELE. Hablando por los codos:enseñar gestos en la clase de español (Yagüe, 2004).Asimismo, me interesa, además, la relación entre la gestualidad y la fraseología (Martinell, 2005) (véase Forment, 1996 y 1999), así como el reflejo de la gestualidad del personaje en el texto literario (Martinell, 1991) y lo mismo en el texto fílmico. Han transcurrido 40 años desde esa curiosidad inicial. España ha cambiado, como lo ha hecho Europa, el mundo en su conjunto.

En el 2006 dicté la plenaria en el XVII Congreso de ASELE en la Universidad de La Rioja, denominada “La gestualidad hoy, en el marco de la competencia intercultural y de la tendencia a la globalización” (descargable desde http://cvc.cervantes.es/ensenanza/biblioteca_ele/asele/asele_xvii.htm). Pensaba que las sociedades eran más mestizas, pues la tendencia unificadora venía favorecida por muchos factores; en consecuencia, que la gestualidad iría homogeneizándose.

Ha pasado una década más. Ahora, en el 2017, me propongo hacer un repaso -si bien de modo simplificado- de las tendencias de cambio que experimenta la vida social, atendiendo sobre todo a la transformación debida al peso creciente de la cultura digital.

Empezaré con la evocación de unas opiniones de Zygmunt Bauman (Polonia, 1925), fallecido en el2017. Las ha expuesto en: Amor líquido: acerca dela fragilidad de los vínculos humanos (2013a) y en Tiempos líquidos (2007). El símil es claro y traduce el pensamiento del autor: mientras los sólidos duran, los líquidos fluyen. En el terreno de la economía, se desregula, se flexibiliza y se liberalizan los mercados.

La condición humana, como reflejo de esa liquidez, ha visto transformarse cinco conceptos básicos: la emancipación, la individualidad, las coordenadas de tiempo y espacio, el trabajo y el papel de la comunidad. Las estructuras sociales han dejado de ser estables, sus pautas ya no se repiten y por lo tanto, no constituyen un marco en el que orientarse. La planificación ha dejado de tener sentido y el individuo se siente más frágil y desprotegido. Además, se le pide que sea flexible, que sepa adoptar nuevas tácticas y substituya las lealtades estables por adhesiones cambiantes.

En el terreno de las relaciones personales, dejan de valorarse las relaciones duraderas, reemplazadas por conexiones fortuitas. Por consiguiente, los valores del afecto al prójimo, de aceptación y comprensión de las diferencias no serán un principio y pueden verse cambiados por la indiferencia, la extrañeza, desconfianza, el temor o el desprecio e incluso, el odio3. La moderna sociedad líquida explica la tendencia de los vínculos sentimentales frágiles. El individuo no tiende a vincularse con el amor (Balaguer, 2005) o con la amistad, lo que está de acuerdo con el cambio acelerado.

La globalización, con facilidad de conocimiento simultáneo de la información y posibilidad de convocatoria, ha propiciado que se compartan espacios4en lo económico (centros comerciales, grandes superficies, malls), lo artístico, lo cultural y lo deportivo, macrocelebraciones (la noche de San Silvestre en grandes capitales, la fiesta tras las finales de ligas de fútbol), así como en lo lúdico, las macrofiestas. Por su parte, la propia red es como una plaza, un ámbito de reunión virtual. Al respecto, Levis afirma:

Internet nos permite recuperar el espíritu de encuentro de las antiguas plazas públicas. Plazas de espacios amplios, con bancos para sentarse y glorieta en el centro, rodeadas de edificios públicos y comercios, de oficinas bancarias y de bares. Plazas de antaño que afortunadamente en muchos sitios aún perduran, en donde la gente se reunía con amigos, conocía a nuevas personas, hablaba con desconocidos sobre todos los temas, y asistía masivamente a mítines y manifestaciones políticas. Plazas con trovadores y titiriteros, con vendedores ambulantes, con niños jugando y parejas de enamorados paseando y besándose. Un espacio abierto para el encuentro y el intercambio, para fiestas y mercadillos, buhoneros y poetas, para tramposos y filósofos, para banqueros y enamorados, para estudiosos y jugadores, policías y soñadores, para niños y ancianos, hombres y mujeres, para ricos y pobres. Vivimos en sociedades en las que paulatinamente han ido disminuyendo los espacios en donde conocer nuevas personas. Internet, plaza sin territorio físico, es un espacio simbólico cuyos usos se van conformando a través del tiempo en una continua pulsión entre las prácticas de los usuarios, el desarrollo tecnológico, las imposiciones e intereses comerciales y las disposiciones legales presentes y futuras (2006)

Ha habido una igualación que -sin embargo- la creciente diferenciación de las economías y de los Estados, o los conflictos bélicos dificultan o impiden que los individuos la alcancen. La indumentaria se ha uniformizado5 (véase Lipovetsky, 1987), superponiéndose a modos más tradicionales de vestir (por lugar, edad, sexo, profesión u ocasión) y que -en consecuencia- lo han hecho también muchas posturas corporales y también muchos gestos, como palma con palma, en señal de suerte o éxito en un partido, el corazón formado por cuatro dedos en señal de aprecio, el inequívoco gesto de victoria… Otro ejemplo puede verse en la práctica de los deportes y los gestos habituales de un jugador, que llegan a ponerse de moda y reproducirse. En el año2016 un jugador del equipo francés internacional, Paul Pogba, se acostumbró a celebrar los goles marcados con un gesto6 que es una mezcla de un lanzador de disco y el tiro en arco de Usain Bolt y ha sido bautizado como Dab. El movimiento viene del hip hop americano y ha invadido el mundo del deporte en menos de seis meses. Desde luego, el gesto ha trascendido el fútbol y lo vemos para celebrar el éxito en otros deportes.

Stéphane Hessel (Francia, 1917-2013) despertó muchas conciencias dormidas con su texto Indignaos (Indignez-vous) del 2010, seguido de Comprometeos (Engagez-vous) del 2011. El 15 de mayo de 2011 en Madrid (España) se vivió una manifestación de protesta, tras la cual un conjunto de 40personas decidió acampar en la Puerta del Sol. Se sucedieron las manifestaciones pacíficas. En enero de ese año se habían iniciado las revueltas de la “primavera Árabe”. Times, la revista de Estados Unidos, eligió a un joven tunecino que se inmoló como prototipo del tipo “The Protester”, personaje del año2011. En opinión de Hessel, los jóvenes -o los que así se sientan- deben reaccionar, pacíficamente, “una insurrección pacífica” para no claudicar antelas condiciones sociales marcadas por los mercados financieros, que actúan de espaldas a las directrices de una ética social. Se ven las consecuencias: la deslocalización del trabajo, la escasa reacción delos Estados ante las amenazas de las repercusiones del cambio climático, la progresiva dependencia de los Estados a la banca, la especulación -que comporta una tendencia compulsiva a las prácticas corruptas-, la precariedad laboral, el aumento del coste de vida -que no guarda proporción con el poder adquisitivo de las personas-, el estímulo imparable del deseo de consumo, instituido casi como meta de la felicidad. Una sociedad que, debido al envejecimiento de la población, se enfrenta a la dificultad del mantenimiento de unos derechos alcanzados que se creían permanentes (dependencia, jubilación, atención médica).

Otras sociedades, que se llamaban “emergentes”, “en desarrollo” o directamente “subdesarrolladas”, con una elevada tasa de nacimientos y una población joven, ven en la emigración la única salida hacia un mundo que les parece lleno de posibilidades. En ocasiones, solo será una cruda huida de la guerra o la desertización de territorios en guerra, o de territorios no productivos. Las clases sociales han ido homogeneizándose, con la progresiva desaparición de las clases medias; la brecha entre la opulencia y la necesidad se ahonda. Una representación de esta división ocurre en la película Elysium (EE.UU., 2013), del director Neill Blomkamp, en la que se presenta, en 2154, un paraíso artificial situado en una estación espacial. Allí viven unos “bienaventurados”, ricos y felices. En el planeta tierra permanecen unos habitantes cuyo único deseo -espoleados por la pobreza- es alcanzar la estación. Una visión ficticia, que busca una toma de conciencia de la situación “real” en la tierra, ahora mismo.

La juventud, al menos la europea occidental -me falta conocimiento para calibrar su situación en América, del Norte7 y del Sur8- ha reaccionado. También en Asia ha habido y habrá unos movimientos diferentes o semejantes, paralelos a la dinamicidad de muchas sociedades europeas. Un ejemplo que puede mencionarse son las protestas de la plaza de Tiananmén que tuvieron lugar entre abril y junio de 1989. Las lideraban estudiantes de la República Popular China. El motivo de la protesta era similar a los que luego se han dado en Europa: el descontento por la situación económica, con inflación y desempleo, y falta de perspectivas. ¿Nada de esto valdrá para el continente africano, que alterna la inactividad resignada y la aceptación pasiva con una protesta activa, incluso violenta(Díez, 2015)? En esa área ha habido un movimiento juvenil frente al imperialismo. Existe activismo frente a las posturas homofóbicas y la situación de los enfermos de SIDA. Por su parte, las mujeres luchan, entre otras causas, por el fin de la violencia patriarcal, por la conservación del patrimonio (el caso de la keniana Wangari Matthai, la madre de los árboles, que recibió el Premio Nobel en el año 2004). En la actualidad, en el mundo sedan simultáneamente la renuncia a patrones de vida propuestos y la fidelidad en la búsqueda delos modelos de bienestar, consumo y felicidad propuestos por la publicidad y no solo la comercial.

Aunque sea de pasada, conviene mencionar la inmadurez que se les atribuye a los jóvenes de hoy, lo que en el terreno de la psicología se conoce como el “síndrome de Peter Pan”. La persona vive centrada en sí misma, goza de las comodidades que sus padres y su entorno le facilitan, no desarrolla empatía hacia los demás y critica y exige, sin participar ni aportar. Sin saberlo, esas personas son egoístas y narcisistas (Lipovetsky, 1983). Su cuerpo es un bien que protegen, pero rehúyen otros tipos de esfuerzos, como el estudio o el trabajo, dado que suponen que deberían dárseles por parte de la sociedad. Y los medios de comunicación, cuyo consumo a la vez los individualizan, los “gregarizan” y siembran en ellos el convencimiento de que lo que les espera es un futuro incierto.

En las culturas en las que la institución de la familia se sostiene más acorde con la tradición, el “joven” puede no abandonar ese domicilio, su hogar. No importa por cuántos años. No es relevante que se haya independizado y que -más tarde- regrese para quedarse indefinidamente. La sociedad ve este hecho como algo corriente, al menos en el sur de Europa. A la vez, es usual que la denominación “joven” amplíe mucho su arco de referencia. ¿Es joven una persona de 30 años? (García y Díaz-Faes, 2006)9. Claro, en la actualidad sí. Si no trabaja, su pauta de conducta diaria puede asemejarse -casi- ala de un niño, como si su grado de responsabilidad social se hubiera reducido de modo paralelo.

Un caso aparte es el de los hikikomoris (Ricci, 2009)del Japón: jóvenes que han renunciado a todo tipo de intercomunicación, aislados en su habitación tras la puerta voluntariamente cerrada, ajenos a la vida que se desarrolla fuera de su recinto, sin intercambio verbal ni físico, unidos solo a través del ordenador, la televisión, etc. Se aíslan por un temor intenso al fracaso de su situación académica, de su inserción en el mundo laboral, al papel que se espera de ellos en el entorno social. En España también hay personas que sufren este trastorno de aislamiento extremo, así como en América Latina. Al respecto puede leerse a Almada (2008)10.

Los jóvenes de hoy, en especial los que viven en núcleos urbanos, tienden más y más a conectarse con los demás a través de la pantalla y el teclado. Se habla de “comunicación cibernética”. Los jóvenes-hora tras hora- se mantienen conectados con sus amigos. Pueden mantener contacto inmediato con personas a las que conocen y esa es una particularidad de moverse en las redes sociales, de mantenerlo con personas a las que no conocen por otro medio, es decir, personas desconocidas físicamente(Fernández, 2008). Sin embargo, esta conexión les distrae de lo que ocurre en el exterior. Se ve en los medios de transporte. Uno está atento a su móvil y no mira a través de las ventanas ni a las personas que comparten con él ese espacio. Cabe preguntarse si eso puede alterar, por un lado, la verbalización11 y por otro, la comunicación no verbal.

Los chats son canales de comunicación (Mayans, 2002), claro. Ha sido motivo de profusa discusión si su práctica favorece un uso “poco correcto” de la lengua. Pero aquí lo que interesa es que permiten la combinación de texto verbal e imagen, como la presencia de cualquier elemento icónico transmisor de información (Sánchez, 2015).

Y ahí entran en juego los emoticonos, esa galería infinita de iconos que pueden evocar la risa, la sonrisa, el llanto, la sorpresa, la ira, estados anímicos, en una palabra… Y también sentimientos, muy reducidos (el corazón que palpita), incluso decisiones o promesas (una boca cerrada con una cremallera).Al respecto, Valdez (2016), señala: “Los emoticones están de moda y cada día hay más y más. Gracias a esta versatilidad de los emoticones se crean poemas y narraciones en donde no son necesarias las palabras. =)” .

La sucesión de emoticonos reproduce la línea del tiempo, de izquierda a derecha. Hay que reconstruir la estructura sintagmática que se supone que presenta la sucesión de emoticonos. Recuerdan los jeroglíficos (Millán, 2003) ideados como pasatiempo, acertijo lógico gráfico, donde el usuario ha de descubrir una palabra o frase a partir de una serie de imágenes o signos dispuestos en un recuadro. Ahí sí que hay una condensación estática de la expresión, el gesto, la postura o el movimiento. La aplicación de emoticonos y emojis -de procedencia japonesa-parece no acabar12.

Hay investigaciones que debaten si los emoticonos de los mensajes constituyen un tipo de lenguaje no verbal, que reflejan no solo el estado de ánimo, sino el comportamiento corporal de quien se comunica (véase Figueras, s.f.). La naturaleza icónica del emoticono y la posibilidad de utilizar emoticonos animados permiten investigar en sus posibles funciones pragmáticas (ocho, según Yus, 2016), que parecen ir mucho más allá de un carácter de redundancia sobre el texto escrito que los acompaña (Yus, 2016).

La presencia activa en las redes sociales (Facebook, Twitter), a través del teléfono móvil -ya mucho más habitual entre los jóvenes que el ordenador o la tableta- implica comunicación, claro, pero una comunicación mediata, no una que comporte análisis, reflexión, opinión, etc., como la que brinda la comunicación presencial, que reúne a los interlocutores en un lugar, un tiempo, un entorno y por lo general, gracias a un motivo. La comunicación seda -incluso- en silencio, no por carente de palabras menos comunicativo, ya que ahí sí que el lenguaje corporal puede ser muy informativo (Vivas, 2011; Gallardo, 2013 y Balmaseda Maestu, 2016).

El blog -como la página de Facebook- es algo habitual. Por parte de quien lo elabora puede representar algo equivalente a lo que fue la redacción de un diario personal o un diario de viaje, por ejemplo. El bloguero (blogger) fue al principio como un periodista digital, especializado en crónicas de varios temas (literatura, cine y cualquier otro arte; conflictos, viajes, etc.). Hoy el blog combina el texto con imágenes; puede incluir links, música, etc.

La actividad del bloguero parece aislada en la etapa de ejecución, aunque luego pueda darse no solo la recepción, sino también la respuesta. Un intercambio comunicativo, contando con los lectores, los “visitantes” o “suscritos”, para los cuales hay guías de actuación, claro (por ejemplo: http://personalizaciondeblogs.blogspot.com.es/). Los blogs pueden profesionalizarse o sea, rentabilizarse, si incluyen publicidad, cuando entre los afliados hay alguna empresa interesada en convertirse en promotora. Ser bloguero puede llegar a ser muy rentable. También es posible que las páginas de Facebook se vuelvan un trampolín para darse a conocer, la persona privada, la asociación, el partido político o la empresa y para obtener un beneficio económico(véase https://comoganardinerocon.net/facebook/).

Un paso más lo constituye la condición de instagramer. A partir del ámbito de la moda, la influencia y el éxito se miden por el número de seguidores. Chicas y chicos pueden colgar sus fotos con determinada indumentaria, peinado, accesorios, etc. La ropa puede ser propia o cedida por una marca, que adopta a la persona en cuestión como modelo y le paga por posar y salir en las fotos o por acudir a ciertos actos llevando determinada ropa. Esta actividad requiere menos esfuerzos que mantener un blog, su recepción es inmediata y genera beneficios económicos la mayoría delas veces, por la venta de publicidad. Empero, quienes se dedican a esto deben tener en cuenta que ellos mismos son su imagen. Sus expresiones faciales, las posiciones de manos y piernas, las posturas adoptadas en las fotos, los “posados”, responden a modelos previos que mimetizan los de otros personajes de moda. Pienso que es un paso más allá de lo que ocurre con los deportistas más famosos; parece que ellos “prestan” su imagen a determinadas marcas o crean sus propias líneas.

Los instagramers son su publicidad (Galán, 2011)y viajan. Su evolución lógica en la cultura del fast visual en la que estamos inmersos es precisamente esta. Es una condición de cartel, a siglos luz del cartel agitador. Más viral que los blogs y más inmediata, es la mejor forma de llegar a los millennials. Valga destacar que la cartelería ha sido efectiva durante los periodos prebélicos, bélicos y postbélicos. Algunas muestras son: La Guerra Civil en2000 carteles (disponible en http://librospdf.gratis/libro-guerra-civil-en-2000-carteles/HBCxHO8jcZod9ZEV9L7ycBCYcZwY/) y La Segunda Guerra Mundial en los 10 carteles más representativos (enhttps://marcianosmx.com/10-carteles-iconicos-segunda-guerra-mundial/). Tras la guerra de Vietnam, el progreso del país se mostró en una exposición(2008), mediante 40 carteles (http://elpais.com/diario/2008/12/16/madrid/1229430269_850215.html). James Mann (2003) por su parte, en Carteles contra la guerra. Signos por la paz, reunió una selección de casi 200 carteles. Black Bodies in Propaganda: The Art of the War Poster. Por su parte, el movimiento feminista ha creado carteles simbólicos, como los movimientos de emancipación, del black power, etc.

Algunos de los jóvenes instagramers llegan a ser influencers. El número de sus seguidores o fans genera copiosos ingresos. Pasaron de anónimos y desconocidos a ser públicos y famosos, a crear modelo y ser copiados. En España hay veinte agencias que se ocupan de localizarlos, empresas cazatalentos. La diferencia con otros famosos radica en que estos parecen próximos, como amigos de todos los días que se dirigen a cada uno de un modo que parece individual. Se hacen selfies que cuelgan. Lo que importa es, primero, el número de seguidores y segundo, las ventas que generan. Muchas de estas fotografías se acompañan de un texto y junto a cada imagen los comentarios que esta ha suscitado (por ejemplo, Belén Hostalet -https://www.instagram.com/belenhostalet/?hl=es-, con cerca de 500.000seguidores).

En cuanto a los políticos, Instagram es una herramienta más de comunicación que utilizan como portavocía. En diciembre de 2015 generó alguna crítica la foto que colgó -o colgaron- de Mariano Rajoy con un votante del PP hípster. El texto decía: “Nos vota gente diferente. También los hípsters”. Basta un repaso de algunas cuentas (Nicolas Sarkozy, Jennifer López, Cristiano Ronaldo, Michelle Obama, Ivanka Trump, el Papa Francisco, etc.) para advertir que todo lo que se publica -o cuelga- responde a la voluntad de que los receptores se forjen del personaje precisamente la imagen que él quiere proyectar. De esta suerte, se generan los trending topics (“tema de tendencia”, “tema del momento”)y todo lo que hoy se califica de viral, es decir, la noticia, la foto o el video tan visitado que llega aparecer importante, aunque no sea nada, nada…tan solo lo más visto. Y lo es muy poco tiempo, porque del momento del “colgado” al “visitado”, de ahí al “olvidado”, media poquísimo. A lo que se aspira es a producir una explosión inicial que ha de electrizar, por decirlo así. No solo los jóvenes, los cantantes, también quienes trabajan como modelos explotan estos medios para mantener la atención que se les presta.

Por descontado, estoy hablando de un tipo de sociedad. Aunque vista desde cualquier otro lugar del planeta, tal sociedad -la mía, por ejemplo- pueda parecer que proporciona vidas cómodas a muchas personas. Nos dicen que todos estamos expuestos (en la red) y en otros medios. Al respecto, Ubieto (2010) dice: “[…] las nuevas tecnologías interactúan entre la soledad del internauta y el lazo social”. Sin embargo, esto va a la par de la incapacidad de comunicarse con familiares próximos, compañeros de trabajo o vecinos. Hay quien se aísla voluntariamente y quien está irremediablemente solo, a quien le parece que le faltan herramientas para conectar con los demás. Entonces se dan momentos en los que el control sobre la propia conducta desaparece. Existen películas que ilustran tales situaciones, así como los sentimientos y comportamientos, como por ejemplo La soledad del corredor de fondo (UK,1962), dirigida por Tony Richardson o mucho más reciente, Her (EE.UU., 2013), dirigida por Spike Jonze, que narra la amistad, la dependencia e incluso, el sentimiento amoroso que el protagonista desarrolló por la voz femenina que le atendía desde un sistema operativo basado en el modelo de inteligencia artificial. También pueden mencionarse Un día de furia/Falling down (EE.UU., 1993), dirigida por Joel Schumacher y Relatos salvajes (Argentina,2014), cuyo director fue Damián Szifrón.

Otra pensadora actual interesante, cuyas reflexiones resultan aquí pertinentes, es Turkle (EE.UU., 1948).Esta socióloga se ha interesado por la identidad individual en la era de Internet. Del año 2013 es Alone together: Why we expect more from Technologyand Less from Each Other y del 2015 es Reclaiming conversation (tiene traducción al español: En defensa de la comunicación. Madrid: Ático de Los Libros,2017). Sostiene Turkle que se ha ido abandonando la conversación face-to-face (cara a cara) en favor de la casi continua conexión a la red.

La población, sobre todo la urbana y laboralmente activa, no tiene tiempo de hablar, de comunicarse, aunque esté casi siempre conectada. Se habla de la “soledad del internauta”. Al respecto, David Riesman (1909-2002) alertó en 1950, con su obra The Lonely Crowd: A Study of the Changing American Character, acerca de lo que podía suponer sentirse aislado en medio de una multitud. Mucho menos-parece ser- hay tiempo para hacer amigos y luego cultivar esas amistades o sea, que hay soledad, personas faltas de muestras de afecto hacia ellas (Salsa, 2015).

Por lo que respecta a la vida sentimental, ocurre algo parecido o lo mismo. Dicen: ¿pero cuándo y dónde puedo conocer a gente nueva, entre la que haya alguien interesante? En muchos casos, ante esa situación se vuelve a recurrir a la red, para encontrar a desconocidos que parezcan seres afines, lo que prepara el camino para una primera cita (también hay programas en la televisión de frst dates). Este tema no solo ha sido novelado en El último donjuán, de Andrés Mauricio Muñoz (Colombia, 1974, sino que incluso se dan consejos; por ejemplo en Ocho sencillos trucos para arrasar en la primera cita (Martín y Polo, 2015), se sitúa como séptimo consejo: “Utiliza los silencios y el lenguaje no verbal”, y el texto reza así: Los silencios pueden utilizarse como estrategia en un momento dado cuando llega un cierto nivel de intensidad. Lejos de ser incómodo, puede ser de gran utilidad para empatizar y acercarte más a la otra persona. La gestualidad, la postura del cuerpo... Todo acompaña a que ese silencio pueda tener mucho significado, así que aprovéchalo cuando se te dé la oportunidad y que no sea porque no tenéis tema de conversación”. No obstante, hay personas más directas, que no confían en que algo acabe en matrimonio o relación duradera, sino en un encuentro erótico.

¿Y a qué se dedica el tiempo realmente libre, por poco que sea? A la práctica del deporte, la asistencia al gimnasio (el cultivo del cuerpo, la necesidad imperiosa de lo que hoy se llama “sentirse bien con uno mismo”, “mantenerse en buena forma”), pero también al descanso, que se traduce en horas en el sofá o/y delante de la televisión, lo que se resume en la palabra sedentarismo. Por descontado, también el tiempo libre es para la vida familiar, si las horas libres de unos y de otros coinciden (conciliación laboral, bajas por paternidad y maternidad).

Me parece que estas tendencias actuales redundan en una escasa interacción o sea, poca actividad del componente no verbal (Giordano, 2008).¡Claro que en la ciudad, que es el entorno en el que me muevo, hay quien se apunta a clases de baile, quien va a cursos de idiomas o de cocina, quien se relaja en una sesión de karaoke o quien aprende fotografía-situando sus capacidades y sus preferencias entre los hobbies, los pasatiempos y las ocupaciones que se le brindan-, ¡incluso quien aporta su tiempo libre a algún tipo de ayuda social! La organización del tiempo es tema, incluso de cursos universitarios y lo mismo ocurre con el tiempo libre, ya que -al parecer- las personas necesitan que les ayuden para organizarlo. La mala organización da lugar a todo tipo de trastornos, los cuales han de ser tratados por especialistas.

Es posible que esos entornos sociales y de esparcimiento propicien el diálogo, la charla y la conversación: como los clubes de lectura, numerosos y las sesiones de lo que antes se llamaba cine-club y que ahora, en varias ciudades españolas, organizan algunos cines u otros locales (Ayuso, 2016). En Italia, en 1986 se empezó a hablar del slow food (http://www.slowfood.com/, https://slowfood.es/), como réplica al fast-food, que lleva a que se coma en la calle, desaparezcan las horas destinadas al almuerzo y se reúna la familia, o la pareja, a almorzar, o que el que vive solo se siente a comer. Este movimiento promueve -por un lado- el derecho del individuo al placer y el gusto de la comida, sobre todo, la comida que se disfruta, a la vez que se obtiene placer de la compañía, la convivencia, con los otros (Pomés, 2004). Nació después un paralelo ideológico, la slow fashion, preferencia por una moda más artesanal, alejada de la fabricación masificada. En una palabra, el movimiento lento propone calmarlas actividades humanas, dejar de depender del ordenador, el reloj y el móvil, consumir productos de proximidad, evitar las grandes superficies, adquirir solo lo necesario, para regresar -en la medida delo posible- a una lentitud que permita tanto degustar la compañía de los demás como habitar serenamente la soledad (Honoré, 2006).

La UNESCO tiene programas destinados a la infancia y la juventud para fomentar el aprendizaje de la convivencia. La inactividad, la obesidad, el desempleo y el desarrollo de conductas conflictivas son pautas propias de una edad, para las cuales las organizaciones buscan la promoción y la toma de conciencia de valores sociales que comporta, por ejemplo, la práctica del deporte: disciplina, perseverancia, responsabilidad, concentración, lealtad, respeto y sentido de pertenencia a un grupo. De modo que el deporte tiene el poder de representar un marco para el aprendizaje y la puesta en práctica de estos valores. Las reglas de cada deporte regulan la motricidad de quienes lo practican. Por otra parte, la competición favorece las reacciones expresivas del cuerpo. Varias películas muestran alas claras cómo el deporte sirve y ha servido para franquear -aunque sea solo temporalmente- barreras físicas en apariencia insalvables. Algunos ejemplos son 100 metros (España, 2016) del director Marcel Barrena, Vivir sin parar/Sein letztes Rennen (Alemania, 2013), dirigida por Kilian Riedhofy Con todas nuestras fuerzas/De toutes nos forces (L’épreuve d’une vie) (Francia, 2013), del directorNils Tavernier.

Otra dificultad para canalizar las posibilidades de comunicación actualmente es el envejecimiento dela población, al menos en ciertas partes del mundo, versus la juventud existente. ¿Y cuántos jóvenes hay? De acuerdo con un informe reciente: Es la primera vez, dice Naciones Unidas, que en el mundo habitan 1.800 millones entre jóvenes y adolescentes (CINU, 2017). Esta cifra supone una cuarta parte de la población mundial o visto de otra forma, el equivalente a multiplicar por 3,5 los habitantes dela Unión Europea. Sin embargo, no es ahí donde se encuentra la mayoría de los jóvenes de este planeta. Según el Estado de la Población Mundial 2014(UNFPA, 2014), informe de la ONU, 90% de estos jóvenes se encuentra en países en desarrollo. España es la nación con menor proporción de jóvenes del mundo respecto del total de su población, junto con Japón y Eslovenia. Concretamente, los jóvenes de entre 10 y 24 años representan tan solo 14% (6,3 millones) de los españoles, mientras que la media mundial se sitúa en 25%.

Si en la actualidad hay unos 700 millones de personas con más de 60 años, se prevé que para el año2050 alcancen 20% de la población global y precisamente, la mayor parte estará localizada en países que han alcanzado acuerdos estables para atender a esta población. La población laboralmente activa, la que tributa, disminuye. En cambio, los ancianos-con el aumento de la esperanza de vida, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) (PNUD, 2016) y las mejores condiciones- pueden llegar a vivir 30años una vez terminado el periodo laboral. De ahí que se reflexione y se aliente su regreso, de algún modo, a una vida social participativa.

En cuanto a su modo de vida: ¿son personas aisladas?, ¿son personas alojadas en residencias especiales?, ¿en barrios especiales?, ¿en ciudades especiales? Parece que en Estados Unidos eso ya existe, al margen de Miami o las ciudades más atractivas por el clima, de California y posiblemente se da también en Costa Rica, así como en otros lugares. Hay películas muy interesantes sobre este tema: El cuarteto/Quartet (UK, 2012), del director Dustin Hoffman y El exótico Hotel Marigold/TheBest Exotic Marigold Hotel (UK, 2011), dirigida por John Maddel, la cual ha tenido segunda parte en el 2015.

Parte de esas personas vive en pisos compartidos con otros mayores -Senior Cohousing-. Además, al margen del cohousing comercializado, existe la posibilidad de la convivencia buscada entre amigos. Una versión cinematográfica es: ¿Y si viviéramos todos juntos?/Et si on vivait tous ensemble? (Francia, 2011), dirigida por Stéphane Robelin. Asimismo, también está la opción de alojarse en pisos compartidos con estudiantes -lo que sí sé que existe en Cataluña-. Se trata de Programas de Convivencia intergeneracional (véase http://jovecat.gencat.cat/ca/temes/habitatge/allotjament_per_a_estudiants/#FW_bloc_bd7f01a5-f87b-11e3-b7b7-000c29cdf219_2). La convivencia de personas de edades tan diferentes ayuda a un contraste productivo entre idiolectos y claro, entre dos comportamientos no verbales distantes. Y habrá trasvase, casi seguro.

El peligro, al margen de la estabilidad de las economías de los Estados, es la soledad en la que se ven aisladas muchas de esas personas, porque viven solas o el resto de miembros está poco en casa. En España, los más solos hablan al acudir al centro médico, en la farmacia, en los pequeños comercios en los que se abastecen, en los bancos -si reciben pensión-. Pedro Almodóvar retrató, con humor esperpéntico, a una abuela en ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984) que tiene como animal de compañía un lagarto llamado Dinero, verde como los billetes de mil pesetas de antaño. Su deseo máximo era volver al pueblo… Una visión diametralmente opuesta la ofrecen los habitantes de edad de pequeños pueblos de España que se visitan en algunos programas de televisión española, como por ejemplo el de Jesús Calleja, responsable de Volando voy (la 4 de televisión). El presentador se propone introducir alguna mejora tecnológica en el pueblo. Pues bien, a sus habitantes, muchas veces mayores y que reconocen no haber salido casi nunca del entorno, los vemos actuar ante las cámaras no solo con soltura verbal, sino con espontaneidad, animación y expresividad. Su comportamiento no verbal (expresión, gestos, posturas y movimientos) es muy rico. Otros programas de la televisión española son: Planeta tierra, Agrosfera. Cabe destacar que he elegido los que se centran en comunidades pequeñas, dedicadas a la actividad rural.

La lectura, la atención a la actualidad, los contactos familiares, profesionales con otras partes del mundo, la curiosidad cultural… todo ello, el bagaje, permite atisbar -solo atisbar- el poco valor representativo en el mundo de todo lo que se ha contado hasta ahora. Porque se ha tenido una visión, departida, endocéntrica. Y de esa visión endocéntricasurge la vitalidad de los estereotipos (Peyró, 2016).Me cuento entre los que hablan desde una zona deEuropa. Por ello, es conveniente acudir a opinionesde personas que hablan desde otro “endocentrismo” (Kumaradivelu, 2008).

Para Kumaradivelu (2008), los patrones occidentales (diría que “occidentalizadores”) que describen los comportamientos culturales en nuestro mundo-tanto en Occidente como en Oriente- tienden a la uniformización. Para este profesor de lengua inglesa, hablante él mismo de cingalés, hay otras perspectivas culturales, también posibles en el mundo globalizado. Menciona dos casos: todo lo que se deriva del fenómeno Bollywood ( Stuteville, 2017) y el éxito de audiencia de la cadena catarí de noticias Al-Jazeera, que desde el 2006 también tiene su versión en inglés y corresponsales en Buenos Aires(Escudero, 2011). Stuteville (2017) propone que hay que aprender de las otras culturas, no solo saber de ellas o sobre ellas, que es -fundamentalmente- lo que hacemos. Nos interesamos por su folclore, su gastronomía, pero no pasamos más allá de la superficialidad, también en lo que respecta al lenguaje no verbal.

Formamos parte de una sociedad que experimenta un hecho que, aunque antiguo, adquiere nuevas formas a fines del siglo XX y en este primer cuarto del siglo XXI: los flujos migratorios, el subdesarrollo en unos casos, la pobreza en el otro. De hecho, siempre es la pobreza lo que empuja a una parte de los migrantes, que atesora una imagen (difundida por la televisión, en muchas ocasiones, por la red) que no siempre es real, de un “norte” lleno de bienestar y seguridad. Hay un “sueño americano”, un “sueño chileno”, un “sueño español”, etc. La realidad es otra. En el Mediterráneo, en el año2016 se perdieron 5.000 vidas. ¡El canal de Sicilia está solo a 60 millas náuticas de la costa de Libia! Ahora somos conscientes de que muchas personas necesitan encontrar ayuda, participar en un proceso de mediación, gracias a la intervención de los especialistas, para que se puedan sentir escuchadas y comprendidas, desde el primer eslabón, que es ser comprendido verbalmente.

Debemos tener en cuenta que las personas que se constituyen en emigrantes internacionales no son los más pobres en relación con sus conciudadanos, sino los que disponen de lazos que les permitan iniciar el proceso o el dinero necesario para intentarlo. Se han difundido recientemente, antes de su desmantelamiento en octubre de 2016, imágenes de Calais (Francia): los emigrantes, varones, están pegados a sus teléfonos móviles. Se ha puesto de relieve el impacto del móvil y la conexión a Internet para los que tienen un plan de migración, muchas veces con destino al Reino Unido (conocimiento delas rutas, contacto con los familiares, conocimiento de los organismos de asistencia, etc). Al respecto es interesante ver un conjunto de titulares como ‘Ankommen’, la app para móvil que ayuda a los refugiados a adaptarse en Alemania (25 de febrero de 2017), Los ‘refugiados de Facebook’ escapan de Siria con la ayuda de teléfonos móviles (Watson,2015) y Refugiados con ‘smart phones’. Los desplazados recurren a las nuevas tecnologías para guiarse durante el viaje y dar noticias a la familia (lunes31 de agosto de 2015). Al parecer, ellos disponen y utilizan las mismas vías para la comunicación que nosotros. Participan, aunque en diferentes grados -la edad es determinante, así como el género, por las culturas de origen- de la misma multimodalidad comunicativa del resto de personas. Los gestos de su éxito son los mismos que en todas partes: besan el suelo, juntan las manos como si rezaran, se santiguan, hacen la V de victoria con las dos manos, agitan los brazos en alto, sonríen, se ríen, levantan en alto a los pequeños…

Es posible, mejor dicho, es seguro que una gran mayoría de los 1.200 millones de personas que viven en la pobreza extrema no podrá ni plantearse la emigración. La emigración, de una parte, responde a graves crisis políticas, amenazas, persecución…violencia, en una palabra. Y de otra parte más, la emigración se debe a la transformación del clima, que hace aumentar la desertización del suelo y la consecuente imposibilidad de cultivarlo y obtener el agua indispensable para la vida y el cultivo, para tener animales con los que alimentarse o sobrevivir. Se habla de refugiados climáticos; lo que afecta en esencia a partes de África. No van tras un espejismo. Casi solo buscan un suelo más fértil y agua. Basta ver una escena grabada en Sudán del Sur: la gente parece “paralizada”, “atónita”. La FAO ha anunciado el peligro de hambruna para 100 millones de seres humanos.

La llamada política migratoria de Estados Unidos parece endurecerse. La política migratoria de la Comunidad Europea, a bandazos, va dificultando el éxito de las peticiones de asilo, los procesos de reagrupamiento familiar y desde luego, la posibilidad en el horizonte de contratos laborales, igual que de “trabajos clandestinos remunerados”. Los países de Europa recelan de las “cuotas de refugiados” y las cumplen de modo desigual. La solidaridad delos ciudadanos no vence el temor, que se agiganta cuando se dan actos gratuitos de violencia, los cuales solo alientan el rechazo. Puede mencionarse al respecto el caso de Alemania, país que recibió a inmigrantes turcos (más de dos millones a lo largo de 40 años). Ahora hay casi un millón y medio de germano-turcos con derecho a voto. Conflictos recientes entre el Gobierno de Turquía y Alemania(espionaje) ponen en peligro una convivencia que ha sido fructífera en el terreno literario (un ejemplo es la novela Happy Birthday, Türke (1985), de Jakob Arjouni, llevada al cine en 1992) y en el cinematográfico solo mencionaré: Contra la pared/Gegendie Wand (Alemania, 2004), del director Fatih Akin y Almanya: Bienvenido a Alemania/Almanya: Wilkommen in Deutschland (Alemania, 2011), digirida por Yasemin Samdereli. Este material contiene abundantes referencias a la diferencia en el comportamiento gestual de los miembros de los dos grupos (alemanes, turcos de Alemania y del grupo de los germano-turcos. Asimismo, en el continente africano, el extremismo islamista -cuando vence- anula prácticas culturales tradicionales, muchas de ellas asociadas al movimiento del cuerpo, la concepción del juego y la exteriorización de sentimientos. Por ejemplo, lo que se cuenta que ocurre en Mali puede verse con claridad en la película Timbuktú/Lechagrín des oiseaux (Mauritania, 2014), del director Abderrahmane Sissako.

El conflicto se da, inevitable entre no ya los recién llegados, inmigrantes al fin y al cabo, sino entre los que aspiran a ser inmigrantes; mientras resultan ser solo trashumantes, grupos a la deriva (Carreterro, 2017), casi lanzados de un lugar a otro o -peor-aislados entre zonas en guerra. Su gestualidad, en ambos casos, va de una trabajosa motricidad a los síntomas físicos de la inanición.

Llegados a este punto, concluiría que el ser humano expresa manifiestamente sus sentimientos -o los esconde- o manifiesta lo que no siente. Pero lo hace según unos patrones culturales, del mismo modo que hereda unas prácticas gestuales, posturales y también unas reglas de organización del espacio y el tiempo.

Puede que la facilidad de saber de otros a través de muchos canales lleva al individuo de hoy a la repetición de modelos de actuación no verbal, gestual, que considera deseables o útiles. Es posible también que sea un momento de gran valor de la imagen, que la información icónica se transmita ya no solo por la publicidad, sino también a través de nuevos lenguajes favorecidos por la fuerza cohesionadora del uso de las redes sociales. En todo caso, el ser humano habla con su cuerpo. Es una de sus destrezas.

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1Nota sobre el título: Esta conferencia se ofreció durante el “II Congreso Internacional de Español como Lengua Extranjera TEC-UCR”, en marzo de 2017. Para mayor información, puede consultar su página oficial en http://congresoelecostarica.ucr.ac.cr/es/node/221

2 La académica Emma Martinell es doctora en Filosofía y Letras. Obtuvo el premio Extraordinario de Doctorado (1973). Es catedrática de la Universidad de Barcelona y doctora Honoris Causa por la Universidad de Göteborg, en Suecia (2009). Ha publicado en múltiples revistas y editoriales, y dirigido cursos de extensión universitaria en la Universidad de Barcelona, principalmente sobre cultura y cine latinoamericano. Contacto: emmamartinell@gmail.com.

3 Jean Jullien (Francia, 1983) es un diseñador gráfico. De él es laimagen de la Tour Eiffel combinada con el signo de la paz. Luis Arroyo es el autor de La ironía de las relaciones humanas en la era digital es ilustrada por Jean Jullien (https://creators.vice.com/es_mx/article/la-ironia-de-las-relaciones-humanas-en-la-era-digital-es-ilustrada-por-jean-jullien). Lo que se reproducen son unas viñetas del diseñador en las que queda de manifiesto que “retratan la ironía de las relaciones humanas en la era tecnológica”

44 Marc Augé (Francia, 1935), desde la antropología, definió los no lugares. En Lazzari y Jacomo Quarantino, pp. 45-80). Bergamo: University Press.

5 Iris Apfel (nacida Iris Barrel, EE.UU., 1921), leyenda viva del estilo personal en indumentaria, complementos y estilo, visitó Barcelona el 3 de julio de 2015. Reivindicó: “ante la actual homogeneización de la moda, el estilo es originalidad, creatividad, es una actitud que hace falta cultivar”. Más datos en http://www.lavanguardia.com/de-moda/20150703/54433705101/iris-apfel-saber-vestirse-es-como-tocar-una-pieza-de-jazz-es-improvisacion.html.

6Puede verse en http://www.sport.es/es/noticias/calcio/danzavictoria-que-pogba-pone-moda-europa-4823310.

7 En Estados Unidos ha habido movimientos organizados contralas guerras (Vietnam, invasión de Irak) y los ha habido, más recientemente, tras el nombramiento del actual Presidente de ese país.

8 Para América Latina puede leerse el trabajo de Pablo Vommaro(s.f.)

9 La publicidad de la editorial dice que el libro pretende ser “unasuerte de ‘manual para treintañeros descarriados’ que tira del humor para sobrellevar esta situación de ‘resaca’ provocada poruna coyuntura indeseable. El camino de nuestros padres era ascendente y el nuestro parece llano, apunta el autor”.

10Para más datos, puede revisarse el sitio http://www.aralma.com.ar/editorial/.

11 “Nos desenvolvemos en un universo icónico cada vez más amplio y universal que nos informa, prohíbe o recomienda”, como argumenta Galán Rodríguez (2011).

12 Por ejemplo, el video de una violinista que plasma en diferentes piezas musicales el contenido de una serie de emoticonos:“Translating emojis into music/What do emojis sound like asmusic?”, el cual puede descargarse de https://m.facebook.com/story.php?story_fbid=10154376791638365&id=108563538364).

Recibido: 25 de Julio de 2017; Aprobado: 05 de Septiembre de 2018

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