Señor editor:
La enfermedad por coronavirus denominada 2019 nCoV o COVID-19 se ha convertido en un problema de salud pública, que ha generado preocupación y alarma en la población mundial. La COVID-19 muestra síntomas similares a un resfriado común tales como fiebre, tos y dificultad para respirar, entre otros; sin embargo, la complicación podría generar neumonía, síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV), síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y causar la pérdida de la vida (World Health Organization, 2020a). Su rápida expansión ha reportado más de 3 500 000 millones de infectados y 250 000 mil fallecidos en más de 200 países en tan solo unos meses. Por ello, ha sido calificada como pandemia por la Organización Mundial de la Salud (OMS) (World Health Organization, 2020b).
Ante la amenaza de la COVID-19, los gobiernos han puesto en cuarentena a millones de personas como medida para evitar la propagación del contagio. Sin embargo, diversos estudios evidencian el impacto psicológico que la cuarentena genera en las personas (Vásquez et al., 2020). Se ha encontrado que la población suele afligirse y expresar síntomas de miedo y pánico ante situaciones que le provoquen amenaza y peligro como la pérdida de libertad. La percepción de vulnerabilidad en la que se encuentra el sujeto ante el peligro y el riesgo al cual se enfrenta y algunos factores como la duración de la cuarentena, la condición económica baja, la insatisfacción de suministros, la escasa información, la frustración y el aburrimiento pueden provocar reacciones emocionales de desesperación, angustia y desencadenar una respuesta anormal como un trastorno en la salud mental (Brooks et al., 2020).
Los organismos internacionales de salud han advertido sobre la importancia del cui- dado de la salud mental ante las medidas adoptadas frente a situaciones críticas como una pandemia mundial (Unidad de Salud Mental et al., 2016). Estudios realizados en Wuhan, la primera población afectada por la COVID-19, muestran que, ante las medidas de aislamiento social obligatorio o cuarentena impuestas, se implementaron intervenciones y medidas psicológicas como la habilitación de líneas directas de atención psicológica y consultas psicológicas a través de plataformas online que contribuyeron a mantener la estabilidad mental de la población (Zhou, 2020).
Por ello, identificamos a los países de América Latina que adoptaron la cuarentena como una medida de salud pública ante la COVID-19 y revisamos la disponibilidad de intervenciones digitales y en línea que se han realizado para reducir sus efectos negativos de la cuarentena. A través de los medios locales digitales y los colegios de psicólogos de cada país latinoamericano se incluyó información sobre el estado de cuarentena, su duración en días, la disponibilidad de atención psicológica y su acceso (ver tabla 1).
Paisesa | Cuarentena | Duración | Atención en línea | Gratuita | Acceso al colegio de Psicólogos | ||||
Sí | No | 15 o menos días | Más de 15 días | Sí | No | Sí | No/no reporta | ||
Brasil | √ | √ | X | X | https://bit.ly/2xTzqU4 | ||||
Chile | √ | √ | √ | X | https://bit.ly/2Vakn0e | ||||
Ecuador | √ | √ | X | X | https://bit.ly/2RbGdz0 | ||||
México | √ | √ | X | X | https://bit.ly/2JDjR5v | ||||
República Dominicana | √ | √ | X | X | https://bit.ly/34db6IB | ||||
Panamá | √ | √ | X | X | https://bit.ly/34e7qqa | ||||
Perú | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2JITgUq | ||||
Argentina | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2JIX87T | ||||
Colombia | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2wloazm | ||||
Costa Rica | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/3aLvcfr | ||||
Uruguay | √ | √ | X | X | https://bit.ly/3bSrm4r | ||||
Cuba | √ | √ | X | X | https://www.scp.psico. uh.cu/ | ||||
Honduras | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2RdGjpW | ||||
Venezuela | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2RebJwx | ||||
Bolivia | √ | √ | X | X | https://bit.ly/39RbsWQ | ||||
Trinidad y Tobago | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2UIhgNY | ||||
Paraguay | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2VaE346 | ||||
Guatemala | √ | √ | √ | √ | https://bit.ly/2yCWgj1 | ||||
Jamaica | √ | √ | √ | X | X | https://bit.ly/3c5fP23 | |||
El Salvador | √ | √ | X | X | https://bit.ly/2JKFyQQ | ||||
Haitib | √ | √ | - | - | - | - | - | ||
Nicaraguab | - | - | - | - | - |
aLos países se encuentran ordenados de acuerdo a la cantidad de casos de covid-19 confirmados por la OMS al 4 de abril del 2020. Información disponible en https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/situation-reports/20200404-sitrep-75- covid-19.pdf?sfvrsn=99251b2b_4 .bNo se encontró la entidad respectiva que regule a los profesionales de Psicología.
La mayoría de países en Latinoamerica han establecido cuarentena durante un periodo de más de 15 días. Pero, menos de la mitad de estos países han habilitado atención en línea gratuita por medios telefónicos y digitales. Los respectivos colegios de psicólogos y sus agremiados en Colombia, Perú, Argentina, Costa Rica, Honduras, Venezuela, Trinidad y Tobago, Paraguay y Guatemala han puesto a disposición la atención psicológica y las recomendaciones para el cuidado de la salud mental frente a la cuarentena como medida de protección ante la COVID-2019 (ver tabla 1). Pese a esta disposición de algunos países, aún se identifica la ausencia de coordinación de la mayoría de los colegios profesionales de psicólogos de los países de la región para brindar acciones dirigidas en atención hacia el cuidado de la salud mental y resulta necesario que estas instituciones implementen soportes preventivos y de intervención debido a los efectos psicológicos que podrían registrarse.
Por tanto, se requiere que los gobiernos y los sectores de salud coordinen con sus respectivos colegios profesionales de psicólogos y anticipen al efecto e impacto adverso que la cuarentena debido a la COVID-19 genera en la salud mental de la población. Además, el uso de recursos como plataformas digitales, dispositivos electrónicos, líneas directas e internet son herramientas que los colegios profesionales de psicólogos pueden implementar como soporte de ayuda inmediata para la atención de la salud mental. Finalmente, la elaboración de directrices y las guías de intervención psicológica oportunas ayudarían a detectar y mantener la salud mental de la población general.