En la actualidad, la generación de nuevo conocimiento científico y la publicación de información médica ocurren a una velocidad impresionante. A su vez, durante la pandemia por COVID 19 se hizo aún más evidente el trascendental rol que tiene la revisión por expertos y la evaluación de calidad de la información (¹). Las revistas médicas de prestigio se convierten en un filtro adecuado ante la avalancha de información y son clave para la toma de decisiones en salud.

La forma en que nos comunicamos, actualmente, ha sufrido transformaciones importantes y esto, también, se ha reflejado en cambios en la forma de difusión del conocimiento científico. Las revistas médicas tienen cada vez más presencia en redes sociales y la comunidad científica utiliza estas plataformas para compartir la información que considera relevante (²). Por lo que un reto actual para las revistas médicas está en mantener la alta calidad de su contenido y a su vez poseer capacidad de transmitir conocimientos actualizados de la forma más clara y eficiente posible a una audiencia globalizada.

Nuevas herramientas y formatos cada vez más comunes como el uso de imágenes resumen, podcast, videos y otras formas de multimedia permiten por primera vez en la historia de la medicina que la transmisión de un lenguaje oral llegue a una audiencia igual o mayor que la palabra escrita.

Por lo que adaptarse e innovar será clave para continuar difundiendo conocimientos de altísima calidad en cardiología a nuestros lectores y audiencia(³). La adaptación no es algo novedoso para la Revista Costarricense de Cardiología (RCC); esta ha venido renovándose de la misma manera que otras revistas internacionales de alto impacto que han pasado por transformaciones substanciales como lo son digitalización y difusión en línea.

Por consiguiente, es un honor el poder asumir la responsabilidad de ser el nuevo editor en jefe de la RCC y acompañarlos en esta nueva etapa en conjunto con la coeditora en jefe, la doctora Melissa Francis Gómez, y el equipo de altísimo nivel de editores de la RCC. Agradecemos, efusivamente, el excelente trabajo de nuestra pasada editora en jefe, la doctora Viven Araya Gómez, de la cual esta edición no sería posible.

Nos comprometemos a persistir con la mejora continua que caracteriza a la RCC y facilitar el avance de la cardiología en la región y a nivel global. Asimismo, es nuestra prioridad que la RCC mantenga una divulgación atractiva para la audiencia actual y que sea una herramienta útil para la docencia. De modo tal que facilite el quehacer clínico e impacte de forma positiva a los pacientes.

De tal manera que les invitamos a leer la actual edición que cuenta con un comentario editorial de un tema de actualidad por parte de nuestra coeditora, imágenes originales, casos clínicos con puntos de enseñanza y pronto una versión en podcast con discusiones de los conocimientos más relevantes de cada artículo.