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Revista Costarricense de Cardiología

Print version ISSN 1409-4142

Rev. costarric. cardiol vol.2 n.2 San José Aug. 2000

 

 
REVISION

Inactividad como factor de riesgo coronario

Dr. Fernando E. Vargas Pérez *



Introducción

El desarrollo de la tecnología, el tipo de trabajo y una economía basada en los servicios hace que una menor cantidad de personas realice trabajo físico significativo durante sus ocupaciones. Además la amplia variedad de actividades pasivas que se practican como forma de recreación por ejemplo juegos de vídeo, computación, Internet van desplazando el ejercicio físico a un segundo plano inculcando desde la niñez un estilo de vida sedentario que va a repercutir más adelante directamente sobre su salud, en especial en el aspecto cardiovascular. En 1992 la Asociación Americana del Corazón introduce en sus publicaciones el concepto de inactividad física como un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedad coronaria.

El efecto negativo del sedentarismo sobre los otros factores de riesgo de la enfermedad coronaria está bien demostrado. En cualquier grupo de edad el entrenamiento físico puede producir beneficios fisiológicos incluyendo cambios hemodinámicos y metabólicos así como favorecer los aspectos psicológicos.

Cualquier forma de inactividad física ya sea por encamamiento, inmovilización, falta de ejercicio producen complicaciones como la disminución del volumen máximo de oxígeno, hemoconcentración, reducción del volumen plasmático, hipotensión ortostática, aumento de la frecuencia cardíaca, reducción del gasto cardíaco y mayor frecuencia de trombosis venosa profunda (ver cuadro # 1).

Tipos de ejercicio:

Hay tres tipos de ejercicio que pueden aplicar estrés al sistema cardiovascular : (ver cuadro #2)

1. -Ejercicio isométrico en el cual hay contracción muscular sin movimiento, no tiene una repercusión importante en la actividad cardíaca por que el incremento de la resistencia al flujo sanguíneo es muy poco y localizado.

2. Ejercicio isotónico a diferencia del anterior es dinámico y requiere un mayor aporte sanguíneo del ventrículo izquierdo y una respuesta cardiovascular proporcional al tamaño de la masa muscular y la intensidad del ejercicio.

3. Ejercicio de resistencia, combina, la contracción muscular con el movimiento, como ocurre en el levantamiento de pesas.

Cambios hemodinámicos y metabólicos

Es necesaria la transformación de energía química en energía mecánica para la movilización del músculo, éste proceso conlleva una compleja interacción del sistema cardiovascular y pulmonar para proveer un intercambio gaseoso adecuado a nivel muscular. Aunque en el cuerpo todos sus componentes están debidamente coordinados el papel del sistema cardiovascular como respuesta al ejercicio aeróbico debe consistir en ajustes apropiados para mantener el flujo sanguíneo y aporte de oxígeno al músculo, disipar su calor y mantener el flujo adecuado al cerebro y corazón.

La magnitud de los cambios hemodinámicos y metabólicos va a depender de la intensidad del ejercicio.

La frecuencia cardíaca, el consumo de oxígeno, diferencia arteriovenosa de oxígeno y el gasto cardíaco aumentan linealmente con el incremento del nivel de trabajo.
(ver gráficos #1-2-3-4).
 


 
 

La presión arterial tiene un ligero incremento, debido que ha pesar del aumento del gasto cardíaco hay una reducción de la resistencia periférica total (ver gráfico #5).

Una elevación inadecuada de la presión sistólica puede resultar de un problema obstructivo, disfunción del ventrículo izquierdo o isquemia miocárdica. Los cambios en la presión sanguínea reflejan la actividad contráctil del ventrículo izquierdo.

Sujetos que desarrollan hipotensión durante el ejercicio frecuentemente están asociados a enfermedad cardíaca severa.

Después de un ejercicio máximo usualmente la presión sistólica disminuye y se restablece a niveles basales con reposo en 6 minutos.

Las resistencias periféricas disminuyen marcadamente a medida que aumenta el trabajo físico (ver gráfico #6).

La frecuencia cardíaca como respuesta al ejercicio físico depende de numerosos factores particularmente de la edad y condición de salud. Hay una reducción promedio de 5 a 7 latidos por minuto por década.

El volumen de oxígeno máximo(VO2max) es la mayor cantidad de O2 que una persona puede usar mientras practica un ejercicio dinámico participando una cantidad importante de su masa muscular y va a representar la cantidad de oxígeno transportado y usado en el metabolismo celular. Para la medición del requerimiento metabólico de las diferentes actividades de la vida diaria, se ha establecido un equivalente metabólico METS que corresponde a 3,5ml de oxígeno por kilogramo de peso por minuto, que aunque no es exacto para todas las personas se puede tomar como un parámetro promedio.

El volumen máximo de oxígeno va a estar determinado por diferentes variables como la edad, sexo, patrón de ejercicio, herencia y condiciones clínicas asociadas.

El valor máximo del VO2max ocurre entre los 15 y 30 años disminuyendo progresivamente con la edad (8). En personas con un estilo de vida sedentario la reducción puede llegar a un 9% por década y menos del 5% en personas activas.

No hay diferencias significativas en el VO2max entre hombres y mujeres en edades menores a 16 años, pero luego el VO2max en la mujer es más bajo con relación al hombre, esto es atribuido al menor volumen sanguíneo, menos hemoglobina y masa muscular más pequeña con relación al hombre.

La cantidad de ejercicio que el individuo práctica va a estar directamente relacionado con un mayor VO2max. Un hombre moderadamente activo su VO2max es de 12 METS, pero una persona entrenada puede llegar hasta 18 a 24 METS. El VO2max puede llegar a disminuir hasta un 25% luego de 3 semanas de reposo en cama.

Las condiciones clínicas pueden influir en mayor o menor grado en el VO2max dependiendo de los órganos afectados. Además existe una variación natural en el VO2max relacionado con factores genéticos (9).

Todos los cambios metabólicos y hemodinámicos productos del ejercicio tienen beneficios clínicos (1) que contribuyen a una mejor calidad de vida (ver cuadro #3).

Nivel adecuado de ejercicio

La actividad física practicada regularmente es importante para mantener buena salud cardiovascular. El caminar es un ejercicio que produce mayor beneficio que las actividades vigorosas, pero debe practicarse 3 veces por semana por un mínimo de 20 minutos, lo que equivale a 700 Kcal/semana y no exceder las 2000 Kcal/semana que corresponde aproximadamente a 32 Km de caminata por semana ya que no hay un beneficio mayor a partir de este valor.

La ocupación podría reemplazar el ejercicio físico, siempre y cuando el trabajo requiera de actividad física constante como subir y bajar gradas, levantar 20 o más libras cada hora o empujar objetos pesados continuamente durante el día.

El hombre y la mujer requieren de la misma intensidad, frecuencia y duración del ejercicio para incrementar su VO2max , aunque se ha dado mayor énfasis al hombre por su mayor incidencia de enfermedad coronaria, aún se requiere más investigación con respecto a la mujer.
 

Recomendaciones para la prescripción del ejercicio:

Se debe iniciar con un nivel de intensidad bajo de 60% máximo de VO2max en sesiones cortas de 20 - 30 minutos en actividades que tengan un aumento en la resistencia cardiovascular, previo a esta actividad debe tener un período de calentamiento de 5 a 10 minutos de ejercicios para la preparación de músculos y ligamentos. Posterior al ejercicio intenso debe haber un período de enfriamiento necesario para evitar la hipotensión que suele ocurrir al suspender súbitamente el ejercicio.

Los ejercicios de resistencia y calistenia producen fuerza y flexibilidad pero contribuyen poco a la salud cardiovascular.

Conclusión

La modificación de la inactividad física como factor de riesgo coronario es significativa en la morbimortalidad de la enfermedad coronaria siempre y cuando se acompañe de cambios en otros factores de riesgo bajo un programa integral a largo plazo y médicamente controlado.

Referencias

1. Fletcher GF, Blair SN, Blumenthal J, et al : Statement on exercises, benefits, and recomendation for physical activity programs for all Americans: A Statement for health professionals by the Committee on Exercise and Cardiac Rehabilitation of the Council on Clinical Cardiology, American Heart Association. Circulation 86:340-344, 1992         [ Links ]

2. Blair SN, Kohn HW, Paffenbarger RS et al: Physical fitness and all-cause mortality: A prospective study of healthy young men and women. JAMA 262:2395, 1989.         [ Links ]

3. Margherita A J: Effects of exercise and training on cardiovascular function. Physical Medicine and Rehabilitation Clinics of North America 6,2:226, 1995         [ Links ]

4. Halar EM: Physical Inactivity. Physical Medicine and Rehabilitation Clinics of North America 6,1:56, 1995         [ Links ]

5. Asmussen E. Similarities and dissimilarities between static and dynamic exercise. Circulation 1981; 48:I-3.         [ Links ]

6. Myers J, Froelicher VF: Hemodynamic determinants of exercise capacity in chronic heart failure. Ann Intern Med 115:377-386, 1991         [ Links ]

7. Myers J, Froelicher VF: Optimizing the exercise for pharmacological investigations. Circulation 82:1839-1846, 1990         [ Links ]

8. Londeree BR, Moeschberger ML. Influence of age and other factors on maximal heart rate. J Cardiac Rehabil. 1984;4:44-49         [ Links ]

9. Cohn JN, de. Quantitive exercise testing for the cardiac patient: the value of monitoring gas exchange: introduction. Circulation. 1987; 76:V1-1-V1-2.         [ Links ]

10. Fletcher GF, Froelicher VF, Hartley LH, et al. Exercise standards: a statement for health professionals from the American Heart Association. Circulation. 1990;82:2288-2322.         [ Links ]

11. Paffenbarger RS, Hale WE. Work activity and coronary heart mortality. N Engl J Med.1975;292:545-550.         [ Links ] Kilbom A: Physical training in women. Scand J Clin Lab Invest. 1971; 119:1-34.         [ Links ]

12. Dimsdale JE, Hartley LH, Guiney T, et al . Postexercise peril. Plasma catecholamines and exercise. JAMA. 1984;251:630-632.         [ Links ]
 

* Fisiátra del Servicio de Rehabilitación Física y Cardíaca del Hospital Clínica Biblica, San José, Costa Rica
Apartado: 280-2010 Zapote. E mail: fergab@sol.racsa.co.cr

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