Desde su creación en 1943, la Caja Costarricense de Seguro Social se ha constituido en un pilar fundamental para el sostenimiento de la democracia de nuestro país. Con el transcurso de los años, la Caja ha calado profundamente en el corazón del costarricense, convirtiéndose en una institución respetada, admirada y muy querida. En la comunidad de las naciones, ha logrado ubicar la salud costarricense a niveles solo comparables con los países desarrollados, gracias a la visión que tuvieron los administradores que nos antecedieron.

En estos días, pese a los momentos difíciles por los que está pasando la Institución, sabemos que su fortaleza está en la gran mayoría de los funcionarios que amamos a la Caja y que haremos todo lo que esté a nuestro alcance para que se levante con mayor vigor. Es deber de cada uno de nosotros aportar el granito de

arena que nos corresponde para decirle a los costarricenses: aquí está la Caja, con todos los servicios que con gran cariño, dedicación, calidez, calidad y oportunidad se han puesto y se ponen a su disposición. La Caja está vigente y seguirá vigente mientras existan funcionarios que se entreguen con el corazón a la causa de la seguridad social.

En momentos como este, es muy importante disponer de medios como la revista Gestión, que nos permiten informarnos de situaciones críticas que afrontamos, tal es el problema de las listas de espera, que constituye una debilidad institucional frente a los usuarios que requieren de respuestas rápidas a sus padecimientos de salud y anhelan, con la ayuda de la institución, recobrar su estado de bienestar, para mejorar su calidad de vida. Cada uno de nosotros tiene mucho que aportar y trabajando en equipo es como podemos establecer las condiciones para erradicar ese problema. La Caja no la conforman los centenares de edificios fríos que están dispersos en todo el territorio nacional; la Caja la conformamos todos nosotros con nuestro calor humano, con nuestra actitud, con nuestro esfuerzo, con nuestro compromiso con la Institución y la colectividad, con nuestro deber cristiano de servicio, ya que somos y estamos para servir.

Los artículos que se incluyen en la presente edición, contienen aspectos importantes, que si los hacemos propios y los aplicamos en nuestra labor diaria frente a los compañeros y frente a los usuarios, rescataremos en el corto plazo, la imagen y la credibilidad de la Institución, si es que acaso con los acontecimientos del momento la hemos perdido.

Un agradecimiento sincero a los editores de la revista, por el honor que me confieren al presentar esta edición.

Cordialmente,
Manuel Francisco Ugarte Brenes
Sub-gerente División Financiera