Es probable que el cambio en la numeración anual de nuestro calendario de 1999 a 2000 no tenga tantas implicaciones reales como los medios propagandísticos quisieron darle, y por suerte no estuvo acompañada de ninguna de las temidas alteraciones en la vida cotidiana que se habían previsto por el mal funcionamiento de algunos equipos de cómputo. Sin embargo, consideramos que es un momento oportuno para meditar sobre la situación actual y el futuro de la medicina en el país. Es por ello que este primer número de AMC del 2000, hemos decidido hacerlo conmemorativo al "cambio de milenio". Grandes cambios se han venido dando en la medicina nacional en diversas áreas, no sólo en la práctica médica, sino también en la docencia en salud. Lo peor que podríamos hacer ante ello sería ignorarlos ya que muchos de ellos nos afectan o afectarán a la mayoría de los médicos de este país.

Nos preocupa a todas la situación de la seguridad social y desconocemos realmente hacia donde se encamina, como siempre, rumores es lo que sobra. La muy anunciada "descentralización del sistema" con los compromisos de gestión, aún no es bien comprendida por la mayoría de los médicos que trabajamos dentro de la Caja Costarricense de Seguro Social, sobre todo porque internamente los cambios observados son pocos.

Grandes cambios, también, se han venido dando en el ejercicio privado de la medicina en nuestro país, no todos ellos favorables, desafortunadamente. Nunca debemos olvidarnos que la medicina no puede ser una actividad mercantilista cuyo único fin y móvil sea la recompensa económica. Es por ello que realmente hay que buscar y dar una formación más humanística a todos los profesionales del área de la salud. Esto nos conduce al siguiente problema, la educación médica.

El aumento logarítmico que la oferta de educación superior privada en el área de la salud ha tenido en los últimos cinco años, especialmente la carrera de medicina, se ha convertido en un serio problema y a ciencia cierta nadie sabe cual será la evolución que tendrá el mismo. Nos preocupa sobremanera la formación que están teniendo estos futuros profesionales ¿Será realmente la adecuada en todos los casos? Pero como ya han señalado otros prestigiosos médicos y verdaderos maestros de la medicina en nuestro país, también preocupa que estos estudiantes y sus familias están haciendo grandes esfuerzos económicos que al final pueda que se vean frustrados por la falta de espacio laboral. Pero, además, desconcierta el hecho de que la razón de ser fundamental de la seguridad social, el asegurado, el cliente, el usuario o el paciente, como deseen llamarlo, se ha perdido. Hay momentos en que pareciera que la razón de ser de los hospitales del seguro social es la docencia, sin importar las consecuencias que el aumento descontrolado de estudiantes en formación pueda tener en la calidad de la atención del usuario enfermo. Y digo descontrolado porque en la mayoría de los centros se desconoce el número real de estudiantes de medicina, de enfermería, de farmacia y otras profesiones que se encuentran realizando prácticas clínicas supervisadas en un mismo momento. Realmente esperamos que la creación del sistema de campos clínicos permita algún tipo de regulación sobre este problema y no se quede en tan sólo una nueva fuente de ingresos para la Caja Costarricense de Seguro Social.

Por otro lado, no debemos olvidarnos que, a pesar de ser un país relativamente pequeño, sigue existiendo una diferencia abismal de posibilidades entre los que han optado por servir fuera del área metropolitana y aquellas que hemos tenido la oportunidad de quedarnos en ella. Es fundamental fortalecer todos los programas que nos permitan cerrar cada día más esta brecha y tenemos plena seguridad que esto será posible en un futuro no muy lejano gracias a los grandes avances tecnológicos que se están dando. Los programas de telemedicina cada día toman mayor fuerza y la Internet realmente ofrece una ilimitada serie de oportunidades educativas. Confiamos en que esto, junto con el recién aprobado Programa de Recertificación Médica del Colegio de Médicos y Cirujanos, nos permitan a todos los médicos del país brindarle cada día una atención de mayor calidad a los costarricenses.

Hemos solicitado para la realización de este número conmemorativo de AMC la colaboración con un artículo de opinión a prestigiosos médicos nacionales y extranjeros, capaces de darnos una visión más global de algunos de estos problemas. Todos ellos han jugado importantes papeles en la historia y los avances en diferentes áreas de la medicina en Costa Rica. Por ello, les agradecemos una vez más su valiosa colaboración con esta revista, que a la vez celebra el estar completando tres años de circulación no interrumpida con distribución personalizada a todos los médicos inscritos en nuestro colegio. Estoy segura que estos artículos serán muy enriquecedores para todo el cuerpo médico nacional, por lo que los invito a todos y todas a leerlos y aquellos que deseen comentar sobre los mismos, les solicitamos nos hagan llegar sus opiniones a este comité editorial.
 

¹Editora en Jefe AMC