Introducción
En los últimos años, diversos estudios, principalmente aquellos dentro del contexto de las ciencias sociales y las humanidades, han abordado el término “construcción social” para referirse a diversas temáticas (Danziger 1997; Mallon 2007; Griffith 2018; Castañon 2015; Marques 2015). Sin embargo, a veces se hace referencia a este concepto de manera superficial, utilizado solo como jerga para mencionar algo como construido socialmente (Hacking 1999; Mallon 2007; Diaz-Leon 2015; Castañon 2015). Por lo tanto, la construcción social se defiende, especialmente, en relación con ciertas categorías de cosas y personas, eventos y bienes, por ejemplo: se sostiene que el género, la raza, la orientación sexual, las enfermedades mentales, entre otras, son construcciones sociales y no propiedades naturales de las cosas (Marques 2015). Estas categorías antes mencionadas son esenciales en la vida de los individuos, por ello, es necesario comprender cuál es la tesis que se defiende cuando se propone que algo se construye socialmente (Marques 2015).
Por tal motivo, investigadores y activistas asocian la construcción social con las “guerras científicas” o “guerras culturales”, en las cuales este concepto llega a identificarse como una especie de antirrealismo radical sobre diferentes realidades en general o los descubrimientos de la ciencia en particular (Gergen 2000; Mallon 2007). En este sentido, Hacking (1999), en su libro La construcción social del qué, plantea la siguiente pregunta, que es bastante pertinente y que se convirtió en el aspecto principal de este artículo teórico: ¿qué son las construcciones sociales y qué es la construcción social? En este sentido, el estudio buscará elementos teóricos que puedan explicar la construcción social, en sus diversas vertientes, para responder a esa pregunta.
Ante esto, según Liebrucks (2001), es fundamental explicar qué cosas se construyen socialmente y cuáles no, porque solo a partir de una comprensión clara de los tipos de circunstancias en las cuales se utiliza el concepto de construcción social y las ideas que se cuestionen será posible obtener un juicio adecuado del proyecto socioconstruccionista; en consecuencia, Marques (2015) presenta el vacío de que en el pasado faltó una teorización explícita sobre qué son las categorías naturales y cómo otras (no naturales) se construyen socialmente.
Cabe señalar que, considerando la amplitud del concepto y la variedad de áreas que lo utilizan, se decidió no correr el riesgo de enumerar erróneamente las primeras obras que abordan la construcción social; no obstante, se mencionan algunas obras pioneras y trascendentales: dentro de la sociología, Garfinkel (1967) y Berger y Luckman (1966); en filosofía social, Schütz (1960), y en psicología, Coulter (1979) y Gergen (1992). Autores contemporáneos como Hacking (1999), Mallon (2007) y Díaz (2013) también hicieron considerables aportes teóricos al tema de la construcción social.
Además de esta introducción, el artículo se divide en cuatro temas que buscarán, a partir de una revisión de la literatura, mostrar los principales hallazgos de estos conceptos, a saber:
2) Métodos: presenta el procedimiento metodológico utilizado.
3) ¿Qué es la construcción social?: este tema buscará conceptualizar el término.
3.1) Construcción social basada en el ejemplo de la inevitabilidad de un rasgo: este tema trae como ejemplo la propuesta de Hacking (1999) sobre la inevitabilidad de un rasgo para explicar la construcción social.
4) Construcción social: ¿una oposición a la ciencia positivista?: este tema abordará las llamadas guerras científicas y la posición en la que se encuentra la construcción social.
Finalmente, la conclusión que buscará resumir los principales hallazgos.
Métodos
Como se mencionó, el objetivo de este trabajo es presentar un marco teórico, basado en autores socioconstruccionales, con el fin de aportar mayor claridad y conocimiento dentro de esta temática. Esta investigación es cualitativa y exploratoria, pues se tiene en cuenta que existe un número limitado de estudios enfocados en explicar la construcción social como teoría, y es importante que los investigadores obtengan conocimientos más profundos dentro del tema propuesto con la intención de familiarizarse con el tema.
Por lo tanto, según Bogdan y Biklen (1994), el objetivo principal de la investigación cualitativa es obtener información descriptiva a través de la relación directa entre el científico y la situación analizada y los actores sociales involucrados. El procedimiento metodológico aplicado fue la revisión de la literatura que, según Sabatés y Roca (2020), tiene como principal aspecto la mejora por medio de la investigación de trabajos ya publicados sustentados teóricamente.
De tal manera, se buscaron los siguientes términos en las bases de datos Google Académico y Web of Science: social construction, socioconstructionism, social constructionism, construção social, construccionismo social. Además de las bases utilizadas, de las obras que se analizaron se retiraron fuentes que quizás no se identificaron en la primera fase de la búsqueda. Para seleccionar la biografía empleada en este estudio, elegimos solo aquellas obras que trataban específicamente de la construcción social y obras consideradas pioneras o seminales.
Para consolidar este artículo teórico, se utilizaron 24 referentes dentro del contexto de la construcción social; sin embargo, algunos fueron más profundos que otros. En relación con las teorías fundamentadas desde la perspectiva de la construcción social, se mencionan algunos autores que hicieron grandes aportes en las más variadas áreas, como la psicología, la sociología, la filosofía, la economía, entre otras. En este sentido, hay que citar a autores, incluso de diferentes áreas del conocimiento, ayudaron a consolidar este concepto. En la tabla 1 se presentan algunos de los principales autores consultados para sustentar esta investigación y sus trabajos publicados en el contexto de la construcción social.
Tabla 1 Autores de la construcción social y sus aportes
Autores/año | Obra | Resumen del trabajo |
---|---|---|
Berger y Luckmann (1966; 2007) | The Social Construction of Reality: A Treatise in the Sociology of Knowledge | Proponen que la sociedad existe como una realidad objetiva y subjetiva, simultáneamente. El mundo social puede entenderse como un proceso dialéctico de externalización, objetivación e internalización (el hombre es un producto social). |
Gergen (1992) | The social constructionist movement in modern psychology | Introduce el concepto de “construccionismo social” en la psicología. |
Gergen (1999) | An Invitation to Social Construction | Explora y busca explicar la teoría de la construcción social. |
Hacking (1999) | Social Construction of What | Busca distinguir entre la construcción social de “ideas” y “objetos”. |
Gergen (2000) | Social Construction in Context | Explora el potencial de la teoría de la construcción social cuando se coloca en diversos contextos intelectuales y prácticos. |
Liebrucks (2001) | The Concept of Social Construction | Busca aportar claridad respecto al concepto de construcción social. |
Boghossian (2001) | What is social construction? | Explora y busca explicar la construcción social. |
Mallon (2007) | A Field Guide to Social Construction | El autor analiza cuidadosamente diversa información publicada por autores construccionistas. |
Diaz-Leon (2015) | What is Social Construction | Discute la cuestión de qué significa que algo sea construido socialmente. |
Galbin (2014) | An Introduction to Social Constructionism | Debate sobre el construccionismo social en sus más diversas vertientes. |
Marques (2015) | Construção Social | Debate sobre la construcción social a partir del análisis de las obras de diferentes autores. |
Griffith (2018) | Social Construction and Grounding | Busca acercar los estudios más recientes sobre fundamentos metafísicos al fenómeno de la construcción social. |
Elaboración propia
¿Qué es la construcción social?
La construcción social puede entenderse como una perspectiva en la cual se cree que gran parte de la vida humana existe debido a influencias sociales e interpersonales (Gergen 2000; Galbin 2014); esta se centra en investigar las influencias sociales en la vida de los individuos y la sociedad (Galbin 2014). En este sentido, las cosas consideradas inevitables son, en realidad, productos sociales (Hacking 1999). Así, para Hacking (1999), se entiende como el resultado de varios procesos históricos, filosóficos y sociológicos que buscan analizar interacciones sociales reales, históricamente situadas, que condujeron o estuvieron involucradas en el surgimiento o establecimiento de un hecho presente determinado.
Una de las raíces de la construcción social se encuentra en la filosofía kantiana en la relación entre sujeto y objeto (Hacking 1999; Castañon 2015). En un principio, la filosofía occidental creía en el conocimiento como una determinación del sujeto basada en el conocimiento por el objeto conocido; sin embargo, Kant (2001) 1 introduce el proceso de conocimiento como resultado de una organización activa por parte del sujeto material a partir de sus experiencias, actuando como sujeto proactivo en la construcción de objetos. Kant (2001) sostiene que todo nuestro conocimiento comienza en la experiencia, pues no habría manera de ejercitar la capacidad de conocernos a nosotros mismos si no fuera por los objetos que agudizan nuestros sentidos, produciendo representaciones que darán como resultado la experiencia misma.
Además de la filosofía kantiana, se puede decir que la construcción social como constructo teórico bebe de la fuente de la sociología del conocimiento, esta disciplina tiene sus raíces en la proposición de Marx, la cual afirma que la conciencia del hombre está determinada por su ser social (Berger y Luckmann 2007)2. Para los autores, la realidad se construye socialmente, entendida como una “cualidad perteneciente a fenómenos que reconocemos como independientes de nuestra propia voluntad (no podemos desear que no existan)” (Berger y Luckmann 2007, 11).
En este sentido, se entiende que la sociología del conocimiento debe abordar todo lo que se considera “conocimiento” en la sociedad. En palabras de Berger y Luckmann: “la sociología del conocimiento debe preocuparse sobre todo de lo que los hombres conocen como realidad en su vida cotidiana, no teórica o preteórica (...) la sociología del conocimiento, por tanto, debe abordar la construcción social de la realidad” (Berger y Luckmann 2007, 29). Desde esta perspectiva, los autores sostienen que comprender la realidad de la sociedad requiere investigar cómo se construye esa realidad, tarea correspondiente a la sociología del conocimiento.
Las nociones relativas a la construcción social también reciben aportes de Durkheim en la concepción de la naturaleza de la realidad social y el concepto de hecho social, que concierne a la forma como actúan los individuos, capaces de ejercer coerción externa sobre ellos (Durkheim 1983). El hecho social también puede entenderse como “el estado de independencia en el que se encuentra en relación con sus manifestaciones individuales” (Durkheim 1983, 7). En otras palabras, los hechos sociales tienen la capacidad de moldear la forma en que actúan los individuos, influyendo de alguna manera en sus acciones. En el ámbito sociológico, uno de los grandes hitos para analizar la construcción social es ver los hechos sociales como cosas (Durkheim 1983; Berger y Luckmann 2007).
Marx Weber también aporta algunos elementos que sirven de fundamento a la sociología del conocimiento y al estudio de la construcción social. Uno de los desarrollos más famosos e influyentes en sociología es la propuesta de Weber de que, tanto para la sociología actual como para la historia, el objeto de conocimiento es el complejo de significados subjetivos de la acción (Berger y Luckmann 2007). Weber señala la acción social, que se entiende como cualquier acción realizada por un individuo en un determinado entorno social, teniendo un significado determinado por su autor, guiándose por la acción de otros. Da Silva presenta el siguiente argumento sobre la acción social de Weber:
Para el autor, cualquier acción individual está guiada por otras acciones, es decir, cuando procedemos, tomamos en cuenta y nos guiamos por las acciones de los demás. En base a la expectativa de cómo será vista nuestra acción, procedemos de una forma u otra, siempre desde la perspectiva de otra persona. Por tanto, nuestra acción individual es aceptada por Weber como social, ya que se inserta en un contexto histórico y social que caracteriza toda acción individual (da Silva 2019, 1).
Los conceptos aportados por Kant, Marx, Weber, investigadores en sociología del conocimiento y otros autores que abordan la construcción social ponen en su alcance al individuo como ser social que construye su realidad, a partir de sus experiencias individuales y colectivas, las cuales se construyen a través de la interacción con el entorno social. Desde la perspectiva de la psicología, Gergen (1992) introduce el concepto de “construccionismo social” en una de sus conferencias, además de presentar el artículo titulado “El movimiento del construccionismo social en una psicología moderna”, que cuestiona la posibilidad misma del conocimiento objetivo, afirmando que la psicología debería abstenerse de intentar descubrir las leyes que supuestamente gobiernan la experiencia y el comportamiento humanos, cuando, en realidad, debería estudiar las prácticas discursivas mediante las cuales los individuos construyen el mundo y a sí mismos (Gergen 1992; Liebrucks 2001).
La construcción social entiende a los individuos como miembros de la evolución cultural, política e histórica, en tiempos y lugares específicos, y sitúa los procesos psicológicos en contextos sociales y temporales que son heredados del contexto del desarrollo de la humanidad (Galbin 2014). La construcción social plantea la hipótesis de que todas las prácticas humanas se crean, se mantienen y se destruyen con el tiempo a partir de las interacciones entre sí (Galbin 2014).
Gergen y Gergen (2008) señalan una definición pertinente de que la construcción social puede verse como la creación de significado a través de nuestras actividades colaborativas. La sociedad puede construirse objetiva y subjetivamente, y nuestro mundo social puede entenderse a partir de un proceso dialéctico de externalización, objetivación e internalización, donde la sociedad es un producto humano y el hombre es un producto social (Berger y Luckmann 2007; Cunliffe 2008). El hombre, a través de sus costumbres, actividades y rutinas, crea el mundo social (externalización), pero lo experimenta como objeto en la medida en que su vida y aprendizaje se ven afectados (objetivación), y que, finalmente, se socializa en el mundo como comienza a interpretar los significados de los acontecimientos y las subjetividades de los demás (internalización), la cual, al hacerlo, asume la identidad de los demás y su propio lugar e identidad (Berger y Luckmann 2007; Cunliffe 2008). Desde esta perspectiva, Galbin (2014, 82) sostiene que “el construccionismo se centra en las relaciones y apoya el papel del individuo en la construcción social de las realidades”.
Según Owen (1995), la construcción social es la afirmación y el punto de vista de que los productos de nuestra conciencia y la forma como nos relacionamos con los demás son enseñados por nuestra sociedad y que todas las cosas que los humanos consideran, algunas se aprenden de quienes nos rodean. Las ideas y actitudes de los individuos se desarrollan con el tiempo dentro de un contexto social y comunitario (Dickerson y Zimmerman 1996). Berger y Luckmann (2007) señalan que, a pesar de decir que el hombre tiene una naturaleza, es más interesante decir que el hombre construye su propia naturaleza o, yendo más lejos, que el hombre se produce a sí mismo.
Comprendiendo la construcción social basada en la inevitabilidad de un rasgo
Discutiremos la construcción social en este tema tomando como punto de partida el ejemplo de la inevitabilidad de un rasgo, propuesto por Hacking (1999), que afirma, cuando se discute la inevitabilidad de un rasgo, que los construccionistas sociales sobre X tienden a sostener que:
(1) X no necesitaba haber existido, o no necesitaba ser como es. X, o X tal como está actualmente, no está determinado por la naturaleza de las cosas; no es inevitable.
Sin embargo, suelen ir más allá y recomiendan que:
(2) X es muy malo tal como está;
(3) Estaríamos mucho mejor si X fuera eliminado, o al menos transformado radicalmente.
El punto de partida es una tesis del tipo (1): la existencia o el carácter de X no está determinado por la naturaleza de las cosas. X no es inevitable. X nació o fue moldeado por acontecimientos sociales, fuerzas e historia, todo lo cual bien podría haber sido diferente. Muchas tesis de construcción social saltan inmediatamente a (2) y (3), pero no es necesario que lo hagan. Uno puede darse cuenta de que algo que parece inevitable en el estado actual de las cosas no lo era y, sin embargo, no es malo. Pero la mayoría de las personas que utilizan con entusiasmo la idea de construcción social quieren criticar, cambiar o destruir algunas X que no les gustan en el orden establecido de las cosas. (Hacking 1999, 06).
Respecto a esta premisa propuesta por Hacking (1999) , Díaz (2013) aporta la siguiente comprensión:
Así, el objetivo de (1) es más bien afirmar que la instanciación o distribución de X depende de ciertos eventos y arreglos sociales: si estos eventos y arreglos sociales fueran diferentes, entonces los hechos sobre X podrían ser diferentes. Como dice Hacking, el objetivo de (1) es afirmar que X nació o fue moldeado por eventos sociales, fuerzas e historia, todo lo cual bien podría haber sido diferente (Hacking 1999: 7). De esta manera, cuando se respaldan (1), (2) y (3), con respecto a una determinada característica X, (1) proporciona un método para deshacerse de X, a saber: cambiar los arreglos sociales que dan origen a X². (Díaz 2013, 3).
Los planteamientos de Hacking (1999) y Díaz (2013) señalan que es necesario hacer una distinción clara sobre los objetos de construcción, es decir, explicar qué se construye. Como señala Hacking (1999) y destaca Díaz (2013), existen dos nociones de construcción social: 1) la construcción social de ideas (o conceptos, teorías, es decir, representaciones mentales, y 2) la construcción social de objetos (o conceptos, teorías, es decir, representaciones mentales); construcción de objetos (o individuos, propiedades, tipos, hechos, es decir, categorías en contraposición a nuestras representaciones mentales de ellos).
En relación con la construcción social de ideas sobre una determinada categoría X, equivale a afirmar que nuestras ideas, conceptos y teorías sobre X son resultado de factores sociales contingentes (Díaz-León, 2013). Liebrucks (2001) hace un interesante análisis de los escritos de Berger y Luckmann (1966), lo cual puede contribuir al debate sobre la construcción social de las ideas. A juicio del autor, se infieren tres tesis contenidas en la obra La construcción social de la realidad:
(1) Las creencias sobre la realidad se crean en la interacción social;
(2) las instituciones sociales y las personas se crean en la interacción social;
(3) las creencias sobre la realidad, que se construyen en la interacción social, juegan un papel importante en la (re)construcción de instituciones y personas. (Liebrucks 2001, 365).
Desde esta perspectiva, Liebrucks (2001) concluye que los procesos sociales no solo son constitutivos para la formación de creencias de los individuos, sino que, de manera dialéctica, las creencias también afectan los procesos sociales a través de discursos y acciones.
Marques (2015) plantea la siguiente pregunta: “dadas las variadas formas posibles de entender el constructivismo social, ¿cuál de estas formas (conceptual y objetual, causal o constitutiva) es más útil para lograr las mejoras sociales deseadas?”. Para responder a esta pregunta, los autores se remiten al trabajo de Kukla (2000), que propone tres tipos de construcción social (ver tabla 2).
Tabla 2 Tipos de construcción social
Tipos de construcción social | Definición |
---|---|
Constructivismo material | Este tipo se da en la selección o purificación de sustancias u organismos, por ejemplo, organismos estudiados o purificados en el laboratorio por los científicos. (Teóricamente no es muy interesante ni controvertido). (Branquinho y Santos 2015, 5). |
Constructivismo causal | La actividad humana produce y mantiene en existencia ciertos tipos de hechos. |
Constructivismo constitutivo | Ciertos tipos de hechos están constituidos por la actividad humana. |
Fuente: Adaptado deMarques (2015, 5);Kukla (2000)apudMarques (2015).
En términos teóricos, son más interesantes las construcciones en el sentido causal y constitutivo (Marques 2015). Mallon (2007) enfatiza que es necesario distinguir en cuanto al tipo de proceso de construcción, diferenciando entre construcción social causal y construcción social constitutiva. En este aspecto, Díaz (2013) plantea el siguiente argumento:
Un objeto o tipo se construye causalmente socialmente cuando factores sociales o agentes sociales son causalmente responsables de la existencia del objeto o de la instanciación de las propiedades correspondientes. Por otro lado, un individuo o propiedad F se construye constitutivamente socialmente cuando es parte de la definición de lo que significa para alguien ser un F, o parte de la naturaleza de ser un F (es decir, lo que hace que alguien sea un F), que los F tienen alguna relación con agentes sociales o factores sociales (Díaz 2013, 5).
En cuanto a la construcción social de objetos, es intrínseco el entendimiento de que algunos agentes o factores sociales producen y controlan a algunos individuos, así como sus propiedades (Díaz 2013). Esta puede ser una construcción social causal o una construcción social constitutiva (Mallon 2007; Díaz 2013). A partir de uno de estos dos procesos, el objeto se construirá causalmente cuando factores o agentes sociales sean causalmente responsables de la existencia del objeto, o el objeto X se construirá constitutivamente cuando forme parte de la definición de lo que es para alguien ser un X, o parte de la naturaleza de ser un X, que los X tienen alguna relación con agentes sociales o factores sociales (Mallon 2007; Díaz 2013). Respecto de la hipótesis en cuestión, Griffith (2018) hace el siguiente aporte:
En términos muy generales, el hecho de que un elemento esté socialmente construido significa que es producto de factores sociales, incluidos, por ejemplo, prácticas, acuerdos, convenciones e instituciones sociales. El elemento construido se deriva (causal o no) de ciertos factores sociales y depende de ellos para su existencia, naturaleza o características; el artículo no existiría, o sería como es, si no fuera por estos factores. A pesar de su estatus como derivados y no fundamentales, los elementos construidos socialmente a menudo se consideran reales, ya que son características causalmente relevantes de la realidad que, en algunos casos, tienen ramificaciones significativas para la experiencia vivida por alguien (Griffith 2018, 2).
Para Kant (2001), el sujeto construye representaciones sobre un determinado objeto, sean empíricas o no, a partir de sus propios sentidos y adapta estas representaciones a su sensibilidad. Castañon (2015) identifica dos acepciones distintas en Kant para referirse a “construcción”: 1) se relaciona con intuiciones empíricas, es decir, son las representaciones de objetos que se construyen automáticamente, por las estructuras innatas de nuestra mente, y 2) se refiere al proceso voluntario de construir hipótesis sobre la naturaleza para su posterior prueba empírica.
Boghossian (2001) expresa la reflexión de que las más variadas cosas y hechos e ideas sobre ellas, que se construyen socialmente, por ejemplo, el dinero, la ciudadanía, la identidad, los mercados, entre otros, no podrían existir sin la sociedad, además de que cada uno de ellos podría haberse construido de manera diferente si hubiéramos elegido. En este aspecto, Boghossian (2001) sostiene lo siguiente:
Decir que algo está socialmente construido es enfatizar su dependencia de aspectos contingentes de nuestro yo social. Es decir: esta cosa no podría haber existido si la hubiésemos construido; y no era necesario haberlo construido, al menos no en su forma actual. Si hubiéramos sido un tipo diferente de sociedad, si hubiéramos tenido diferentes necesidades, valores o intereses, bien podríamos haber construido un tipo diferente de cosa, o haber construido esto de manera diferente. El contraste inevitable es con un objeto que existe naturalmente, algo que existe independientemente de nosotros y que no hemos intervenido en su configuración (Boghossian 2001, 1).
En cierto modo, las concepciones entre los distintos autores de la construcción social pueden coexistir y complementarse. Así, las ideas, creencias, objetos y realidad se construyen socialmente y emergen o se reconstruyen a partir de la interacción social.
Construcción social: ¿una oposición a la ciencia positivista?
Muchas áreas del conocimiento, como la sociología, la psicología, la comunicación, la antropología, la historia, entre otras (Danziger 1997; Galbin 2015; Griffith 2018), llevan a cabo sus debates desde la perspectiva de la construcción social y pueden tener diferentes orientaciones según el proyecto y objeto de investigación (Cunliffe 2008).
Según Gergen (1973), la construcción social se inserta en el contexto del desarrollo de la ciencia, a partir de tres críticas a la práctica científica: a) crítica social; b) crítica ideológica, y c) crítica retórica literaria. La crítica social analiza las estructuras sociales, que surgen de autores como Marx y Weber, preocupados por cómo se sitúa cultural e históricamente el conocimiento (Rasera y Japur 2005). La crítica ideológica, con fuerte influencia de la Escuela de Frankfurt-Horkheimer, busca comprender los sesgos presentes en la construcción de determinadas teorías, derivados de su compromiso con grupos sociales específicos (Rasera y Japur 2005). Finalmente, la crítica retórico-literaria sostiene que “las descripciones y explicaciones científicas están determinadas por reglas literarias de presentación, que absorben el objeto de tales descripciones, haciéndole perder su estatus ontológico, su independencia del proceso descriptivo” (Rasera y Japur 2005, 22).
La construcción social, como concepto, surge de la idea de oposición a la ciencia tradicionalista y positivista, la cual, durante muchos siglos, creyó que el empirismo en la ciencia no permitiría que esta fuera “contaminada” con cultura, historias e ideologías (Gergen 2000). De esta manera, la construcción social va en dirección opuesta a la idea de que, para que algo pueda probarse, sería necesario que todos los elementos de un fenómeno determinado respondan exactamente, como en un entorno perfecto, sin interferencia social. En este caso, existe un conflicto entre realismo/empirismo y construccionismo (Gergen 2000).
Gergen (1992) sostiene que lo que los seres humanos consideran su experiencia del mundo no dicta en sí mismo los términos en los que se entiende el mundo, y que lo que sabemos del mundo no es producto de la inducción, o de la construcción y prueba de hipótesis generales. De esta manera, en una perspectiva a veces contraria al positivismo-empirismo, el construccionismo social se nutre del descontento, que pasa a cuestionar el mundo que se da por sentado, ya sea en la ciencia o en la vida cotidiana (Gergen 1992). Para el autor, la construcción social pide a los investigadores suspender la creencia de que las categorías o comprensiones comúnmente aceptadas reciben su garantía a través de la observación.
Liebrucks (2001) menciona que, en las prácticas científicas dentro del contexto de la investigación sociológica, la racionalidad, tanto de los legos como de los expertos, no consiste en la observancia impasible de un cálculo finito de reglas estrictas, sino más bien en la capacidad de emplear recursos discursivos, donde la racionalidad es necesaria. Esta no se origina en las capacidades mentales de los individuos, sino más bien en la interacción social. El autor añade la siguiente afirmación:
cuando los construccionistas sociales dicen que los ‘hechos’ se construyen socialmente mientras hablan de construcciones discursivas, afirman que el conocimiento fáctico es producto de un proceso de interpretación creativa que se lleva a cabo en la interacción social (Liebrucks 2001, 368-369).
La crítica constructivista atrajo a varios grupos, principalmente aquellos que habían sido silenciados y marginados por la ciencia, así como aquellos cuya búsqueda de igualdad y justicia social había sido frustrada por las autoridades de la verdad existentes (Gergen 2000). A su vez, según Gergen (2000), los argumentos de los construccionistas permiten nivelar las reglas del juego dentro de la ciencia, además de abrir la puerta a una crítica política y moral a gran escala.
Desde la perspectiva de la construcción social como método, no existe un conjunto de reglas fijas que determinen la acción científica; sin embargo, esto no significa que la ciencia deba hacerse de manera arbitraria, o que las descripciones científicas del mundo no tengan un fundamento racional y que son solo productos de una constelación de accidentes sociales (Liebrucks 2001).
Para Boghossian (2001), si bien algunas afirmaciones del construccionismo social pueden ser empíricamente controvertidas, sus modelos filosóficos no lo son, en modo alguno, ya que tanto el pensamiento abstracto de que algunas cosas son creadas por las sociedades como el pensamiento de que algunas creencias se deben más a los valores sociales que la evidencia a su favor son tan antiguos como la razón misma; por lo tanto, no es permisible la impresión generalizada de que los autores que utilizan la construcción social son antirracionalistas, antirrealistas o antiobjetivistas.
Según Liebrucks (2001), cuando los construccionistas dicen que algo fue “construido”, se refieren a algo mucho más profundo, pues buscan demostrar no el hecho de que las teorías, los modelos y las investigaciones son producidos por seres humanos, sino más bien cómo se desarrollan. En otras palabras, los construccionistas sociales pretenden decir algo sobre los procesos que conducen a la aceptación de ciertos discursos como válidos, como representaciones de hechos, en contraposición a meras ficciones (Liebrucks 2001). Liebrucks (2001) recuerda que en la teoría científica tradicional es necesario seguir un procedimiento estrictamente regulado, basado en datos empíricos, de manera que cualquiera que siga el protocolo llegará a los mismos resultados; sin embargo, es exactamente este supuesto el que quieren plantear los autores de la construcción social. desafío.
Para Hacking (1999), esta dualidad entre ciencia (construccionismo versus realismo) tiene una fuerte conexión con cuestiones filosóficas tradicionales. La “construcción social” y el concepto de “real” parecen bastante conflictivos; sin embargo, parte de la tensión entre lo “real” y lo “construido” resulta de la interacción entre ambos (Hacking 1999). La construcción social se basa en la idea de que la realidad social no está separada de nosotros, sino que las realidades sociales y nosotros mismos estamos entrelazados a medida que cada uno moldea y es moldeado por el otro en las interacciones cotidianas (Cunliffe 2008).
Liebrucks (2001) concluyó que los socioconstruccionistas no pretenden descalificar a los científicos tradicionales, porque lo que no puede ser construido socialmente es la materia misma de las ciencias naturales y, en ningún momento, los autores de la construcción social declaran que todo está construido socialmente. Los hallazgos de los construccionistas sociales son absolutamente compatibles con las tesis generales del realismo: a) que existe una realidad independiente de nuestras creencias, y b) que sea posible adquirir conocimientos genuinos sobre ella (Liebrucks 2001).
El concepto de construcción social desafía la mayor parte de nuestro conocimiento de sentido común sobre nosotros mismos y el mundo en el que vivimos (Galbin 2014). Los construccionistas sociales están interesados en fenómenos que dependen de la cultura y las decisiones humanas (Mallon 2007). Según Galbin (2014):
Aunque los factores heredados genéticamente y los factores sociales actúan al mismo tiempo, el construccionismo social no niega la influencia de la herencia genética, sino que decide centrarse en investigar las influencias sociales en la vida comunitaria e individual. Las cuestiones que interesan al construccionismo social son aquellas que tienen que ver con lo que los antropólogos llaman cultura y los sociólogos llaman sociedad: lo social compartido (Galbin 2014, 82).
Vale la pena señalar que si bien la construcción social está asociada con las “guerras de la ciencia”, en las cuales la construcción social a menudo se coloca en una dualidad con el realismo, no se debe caer en la trampa de reducir todo un aparato teórico a este tema en particular, porque, si fuera así, el construccionismo social, así como todo un conjunto de trabajos, tendrían muy poco que ofrecer, el paso al antirrealismo radical sería solo una forma de desarrollar la idea central del construccionismo, que la decisión humana y la cultura ejerce una profunda influencia que muchas veces pasa desapercibida (Mallon 2007). La teoría científica en sí misma es una construcción social porque, independientemente de cuál sea la teoría, es la representación de un fenómeno que, a su vez, se desarrolla a partir de un conjunto de creencias sobre un fenómeno particular (Mallon 2007).
En su trabajo, Mallon (2007) trae al debate que no solo las ideas, los objetos y las teorías pueden construirse socialmente, sino que también la propia especie humana puede entenderse desde la perspectiva de la construcción social. El autor señala que esta construcción implica una dualidad representada, por un lado, por los defensores de la naturaleza humana que definen el papel central de la biología y las psicologías humanas innatas en la explicación de las características y comportamientos humanos. Por otro lado, hay construccionistas de la especie humana que sostienen que la cultura y las decisiones humanas moldean fundamentalmente los tipos humanos a los cuales pertenecemos (Mallon 2007). Sin embargo, a pesar de esta dualidad, la construcción social no niega, en ningún momento, los aspectos humanos relacionados con la biología.
Conclusión
Se aportaron diferentes enfoques y conceptos desde la perspectiva de diferentes autores sobre la teoría de la construcción social. Se entiende que la construcción social está permeada por relaciones sociales, culturales e históricas que involucran al universo de los seres humanos. La construcción social no niega los factores y rasgos biológicos que afectan a los individuos, pero entiende que existen varios rasgos en la conducta y el comportamiento de los seres humanos que se aprenden y construyen a partir de sus relaciones sociales.
Se resalta que, como teoría, el construccionismo social es bastante amplio y puede abarcar varios objetos como la construcción social de ideas, objetos, teorías, mercados, entre otros. Por tanto, puede haber algunas divergencias entre los autores, pero aquí consideramos este punto central: antes de decir que algo se construye socialmente, se debe entender el concepto mismo de construcción social.
Como factores limitantes de este estudio, destacan la falta de estudios que tengan como objetivo principal la teoría de la construcción social, además de que los estudios aquí mencionados, en su mayoría, se limitan al idioma inglés, lo que puede sesgar la investigación. Sin embargo, a pesar de las limitaciones, este ensayo teórico logró cumplir con su papel de traer los principales conceptos sobre el tema de la construcción social, a partir de una revisión de la literatura que permitió construir un marco teórico dentro del tema analizado.
Como vacío de investigación, destaca la gran cantidad de estudios que proponen analizar elementos socialmente construidos, los cuales, sin embargo, no logran explicar la construcción social en su totalidad. Así como el limitado número de estudios dentro de esta sección en portugués, lengua materna del autor. Finalmente, se sugiere que este ensayo teórico puede servir como base orientadora para estudios más profundos que se centren en el concepto de construcción social.