Metodología

Resultados

Demandas de las personas adultas adoptadas a los servicios posadopción

En el análisis de los principales motivos de las demandas, al menos el 65.79% de los usuarios del servicio solicitan información acerca de su familia biológica; el 17.26% demanda la necesidad de contacto con la familia biológica; el 4.16% demanda el mantenimiento de las relaciones con la familia biológica; el 4.46% presenta dificultades relacionadas con la identidad étnica y cultural; el 9.39% demanda aspectos relacionados con la salud mental y, por último, el 1.23% presenta problemas con la familia adoptiva.

En relación con la búsqueda de orígenes, a aquellos que indicaron que ofrecían el servicio se les solicitó información acerca de quiénes eran los familiares a los que más buscaban los usuarios; la Figura 1 muestra los resultados ordenados de mayor a menor frecuencia. Como puede observarse, en primer lugar, son los hermanos/as; en segundo lugar, buscan a su madre biológica; en tercer lugar, a su padre biológico; en cuarto lugar, a ambos padres y, por último, a otros familiares.

Figura1 Familiares buscados por los usuarios según frecuencia de búsqueda 

Programas, recursos o servicios que se ofrecen desde los servicios

Los principales programas, recursos o servicios ofrecidos desde los servicios posadopción a los usuarios demandantes mayores de edad (las opciones no son excluyentes) fueron: asesoramiento de aspectos relacionados con la adopción (84.8%), asesoramiento en búsqueda de orígenes (84.8%), mediación en búsqueda de orígenes (66.7%) y terapia psicológica (63.6%). Además, algunos cuentan con otros tipos de recursos y programas no específicos para adultos como formación a las familias (84.8%), formación a las personas adoptadas (45.5%) y formación a otros profesionales (54.5%).

Algunos, de manera excepcional, también señalan otros tipos de programas, recursos o servicios que ofrecen, como: programa de mejora de vínculos y acompañamiento familiar, programas de emancipación y grupos de ayuda, servicios de orientación y apoyo a maestros y servicios de biblioteca.

Por último, en el caso de los servicios que ofrecen terapia (63.6%), se les solicitó información acerca de las principales áreas trabajadas en este ámbito. Como puede observarse en la Figura 2, los servicios atendieron una diversidad de demandas, las más frecuentes son relacionadas con las relaciones familiares y/o apego y las relacionadas con la identidad adoptiva. Les siguen en frecuencia las dificultades emocionales y los problemas de conducta. Respecto a estas dificultades en el ámbito familiar, solo un servicio se refiere a la familia biológica. Salvo alguna excepción, no suele especificarse una orientación terapéutica concreta en la atención a los usuarios.

Figura 2: Demandas psicológicas por los servicios 

Discusión

Este estudio tenía como objetivo analizar los servicios posadopción, existentes en España, que ofrecen atención a personas adultas adoptadas. Se han analizado las principales características de los usuarios que demandan atención a los servicios, el tipo de demandas que realizan y qué respuestas se les ofrecen desde estos servicios, así como los principales programas y recursos ofrecidos. Este trabajo ha supuesto una oportunidad para compartir y organizar el trabajo que están realizando muchos equipos de profesionales en el país.

En primer lugar, en cuanto a las características de los usuarios que demandan atención a los servicios posadopción, cabe destacar que las dos terceras partes son mujeres. Este dato también es compartido con otros países, donde las mujeres adoptadas tienden a demandar más ayuda o atención que los hombres, sobre todo en relación con la búsqueda de orígenes ^{Curtis & Pearson, 2010}; (^{O’Neill et al., 2016}). Este dato no debería interpretarse, obligatoriamente, como que las mujeres estén encontrando mayores dificultades a lo largo de su vida. De hecho, estudios con adultos adoptados evidencian mayores dificultades en salud mental entre los hombres (^{Sánchez-Sandoval & Melero, 2019}). La hipótesis en este estudio es que, ante las dificultades, las mujeres están más dispuestas a buscar ayuda y apoyo externo que los hombres, como se ha mostrado en otros trabajos con población no adoptiva (^{Labrador et al., 2010}; ^{Salaberría et al., 2016}). Cabe preguntarse si los servicios posadopción están realmente llegando a los hombres adoptados que lo necesitan. Posiblemente, sea necesario dar mayor difusión a la existencia de estos servicios, no solo entre las personas adoptadas sino también entre otros recursos de salud. Conforme a la edad, queda reflejado en los resultados que buena parte de los demandantes (un 61.48%) se encuentra en la tercera década de su vida. En Psicología del Desarrollo, este periodo de edad ha sido denominado recientemente como adultez emergente y abarca aproximadamente de los 18 a los 29 años. Sería recomendable que, para atender a este colectivo, los profesionales tuvieran en cuenta algunas características propias de este periodo evolutivo. Como se ha comentado, esta transición entre la adolescencia y la adultez está caracterizada por la inestabilidad (^{Arnett, 2000}, ²⁰⁰⁴; ^{Barrera-Herrera & Vinet, 2017}). Los jóvenes ya no están tan comprometidos con sus padres ni han adquirido aquellos relacionados con la adultez más tardía (trabajo fijo, matrimonio o paternidad), lo que les permite probar diferentes formas de vida y diferentes alternativas en el amor y el trabajo. En el caso del amor, los jóvenes pueden experimentar, durante esta etapa, diferentes relaciones románticas, analizando las cualidades que son más importantes para ellos en la otra persona, además de poder analizar cómo los demás les evalúan. Respecto al trabajo, los jóvenes experimentan diferentes empleos (restauración, tiendas, etc.) que probablemente no estén relacionados con los que esperan tener en la adultez más tardía, pero les permiten conseguir ingresos económicos para, por ejemplo, llevar a cabo actividades de ocio (salidas con los amigos, comprar tecnología, ropa, etc.). Estas experiencias laborales les permiten aprender más sobre sus habilidades y les hacen plantearse sus posibilidades de trabajo futuras o diferentes alternativas educativas para alcanzar el trabajo deseado (^{Arnett, 2004}). En el caso de los adoptados, habría que tener en consideración, además de estas necesidades y nuevos retos propios de su edad, aquellas tareas adicionales pendientes de resolver por el hecho de ser adoptados. Entre estas tareas se encuentra, por ejemplo, el inicio de una relación sentimental, en la que ambas partes comienzan a revelar aspectos de sí mismos, y esto implica, por parte de la persona adoptada, un reconocimiento de serlo y de expresar sus sentimientos al respecto, pudiendo causar, en ocasiones, dolor y una crisis interna relacionada con su perspectiva de intimidad. También, se encuentran con la necesidad de adaptarse a una futura paternidad sin una historia genética conocida de cara al nacimiento de sus futuros hijos, además de tener que sobrellevar el hecho de que el vacío de su pasado se convertirá en legado para sus hijos (^{Brodzinsky et al., 2013}).

Por otro lado, cabe destacar que hay una mayor proporción de demandas en adopción nacional que internacional. Sin embargo, dado el auge de las adopciones internacionales entre 2004 y 2005, cabría esperar que en años próximos se produzca un aumento de demandas por parte de las adopciones internacionales. No obstante, también es cierto que niños adoptados internacionalmente han tenido un mayor seguimiento posadoptivo, aproximadamente cada 6 meses, desde su adopción. Este hecho podría ser un factor protector ante la prevención de problemas futuros que, por ende, disminuirán las demandas a los servicios posadopción en la llegada a la adultez. Sin embargo, este hecho no ocurre de la misma manera en adopciones nacionales, donde los seguimientos posadoptivos no eran obligatorios, por lo que, a la llegada de la adultez emergente, estos jóvenes probablemente reclamen más atención y demandas.

Analizando el país de procedencia de los usuarios demandantes adoptados internacionalmente, y como era de esperar, ha habido una mayor demanda de usuarios procedentes de países donde se han tramitado más adopciones (como Rusia o China) y un menor número procedente de países con los que se han tramitado menos adopciones (como Venezuela o Portugal). Aun así, cabe destacar que usuarios procedentes de China solo han demandado atención en cuatro servicios, mientras que los procedentes de Rusia en doce, siendo estos dos países de donde más se ha adoptado en España. Sin embargo, los resultados concuerdan con que las adopciones internacionales realizadas a finales de los 90 y principios de 2000 procedentes de Rusia presentaban más dificultades de adaptación después de su proceso de adopción, probablemente en parte debido a una mayor exposición a situaciones de grave adversidad temprana como consumo de alcohol durante la gestación, malos tratos, negligencias o abandonos previos a una institucionalización temprana y prolongada (^{Sánchez-Sandoval et al., 2004}). En consecuencia, muchos de los niños rusos adoptados presentaron dificultades neuropsicológicas posteriores, como trastorno por déficit de atención e hiperactividad (^{Oliván Gonzalvo, 2012}). A raíz de estos resultados, hay que tener en cuenta que, muy probablemente, la mayoría de las demandas por parte de estos usuarios esté por llegar en los próximos 4 o 5 años, por lo que es necesario un fortalecimiento de los servicios posadopción orientados a este tipo de usuarios.

Atendiendo a la forma más frecuente por la que los usuarios contactan con los servicios, los resultados indican que la mayoría lo hace por iniciativa propia, lo que sugiere un conocimiento previo de ellos. Además, hay que destacar que no son servicios aislados, sino conectados en red con otros, como bien indican los resultados, que muestran que casi la mitad de los usuarios son derivados o recomendados por otros profesionales. Los profesionales destacan y ven como una fortaleza del sistema, precisamente, la importancia del trabajo en red en el ámbito de la adopción.

En cuanto a las demandas realizadas por los usuarios a los servicios, relacionadas con su familia biológica, cabe destacar que la mayoría de las demandas están más orientadas a la solicitud de información (datos) acerca de su familia biológica que a la necesidad de contacto o mantenimiento del trato con esta. Estas diferencias en porcentajes podrían indicar que a la mayoría de los usuarios les basta con conocer la información acerca de su familia biológica, sin la necesidad de llegar a conocerla. Esta necesidad de búsqueda puede estar relacionada con el propio proceso de desarrollo de la identidad o con la necesidad de resolver algún conflicto personal, sin que esto suponga descontento o insatisfacción de los adoptados con su experiencia con la adopción o que presenten problemas con su familia adoptiva (^{Docan-Morgan, 2016}; ^{Löwstedt, 2007}; ^{Passmore et al., 2006}). Los datos aquí suministrados son coincidentes con los de otros trabajos que muestran cómo la búsqueda interna en la adopción no siempre lleva aparejada una búsqueda externa (^{Irhammar & Cederblad, 2005}).

Otra de las razones por las que suelen buscar sus orígenes está relacionada con la solicitud de información médica (^{Curtis & Pearson, 2010}; ^{Rosset et al., 2013}). Estudios previos enfatizan en la necesidad de asesoramiento antes y después del contacto con la familia biológica, y la necesidad de que los servicios posadopción satisfagan las necesidades específicas de apoyo que presentan los usuarios ( ^{Harris, 2014}a, 2014b). Los resultados que acá se presentan, coindicen con las investigaciones previas en que son las mujeres entre 24 y 35 años las que demandan en mayor medida la búsqueda de orígenes debido a que están comenzando a formar una nueva familia y se refuerza la motivación por la maternidad. Algunas necesitan información médica (Curtis & Pearson, 2010) de cara, por ejemplo, a un posible embarazo. Sin embargo, en muchas ocasiones, las personas adoptadas experimentan ausencia de un historial genético que pueda relevar posible predisposición a dificultades de salud en sus descendientes (^{Brodzinsky et al., 2013}).

Por otro lado, en el caso de búsqueda, es de destacar que los usuarios suelen buscar más a sus hermanos y a su madre biológica. Las relaciones entre hermanos es unos de los vínculos más importantes que las personas tienen en el transcurso de su vida: ayudan a mejorar las relaciones sociales e interpersonales (^{Downey & Condron, 2004}) y participan en la formación de su identidad. En la adopción, hay que considerar que, aunque en la actualidad se intenta que una misma familia adopte a todos los hermanos biológicos, no siempre se ha seguido esta recomendación o no siempre ha sido posible por el elevado número de hermanos. Trabajos previos afirman que, cuando a los niños se les separa físicamente de sus hermanos biológicos, algunos padres son conscientes de que, psicológicamente, siguen estando presentes para ellos (^{Meakings et al., 2017}).

Las personas adoptadas pueden buscar a sus hermanos por dos posibles razones: porque saben que existen o recuerdan haberlos tenido, o quieren descubrir si los tienen o no. Este contacto entre hermanos supone la conexión entre varias familias (padres adoptivos y padres biológicos, estos últimos en el caso de que los hermanos vivan con ellos o que tengan contacto con la familia biológica), lo que implica una necesidad de apoyo y preparación a los padres adoptivos para pensar en las necesidades de contacto que presentan sus hijos y para reflexionar sobre sus propios límites familiares (^{Cossar & Neil, 2013}). Por ello, investigaciones recientes remarcan la necesidad de apoyo en la práctica tanto para los adoptados como para sus familias (^{Meakings et al., 2017}), siendo flexibles en función de las necesidades individuales de cada usuario.

El contacto con sus hermanos biológicos puede ser una experiencia positiva y valiosa que contribuye a su crecimiento personal proporcionándole, en ocasiones, información sobre su familia biológica o compartiendo información acerca de ella, en caso de que ambos hermanos hayan sido adoptados (^{O’Neill et al., 2016}). En los programas de formación para solicitantes de adopción se forma a los futuros padres en la necesidad de que, en caso de que los hermanos estén adoptados por distintas familias, se intente mantener el contacto entre ellos (^{León et al., 2010}); igualmente, en la valoración de su idoneidad pueden mostrar su disposición al contacto con las familias que adopten a los hermanos de sus hijos. A pesar de ello, lo cierto es que el paso del tiempo, la distancia geográfica, las afinidades de las familias y las obligaciones cotidianas pueden dificultar o impedir que se potencien y mantengan estos contactos entre familias mientras que sus hijos son niños. La realidad es que pueden perder el contacto emocional, o incluso el físico, y desconocer la forma de localizar a estos familiares cuando son ya jóvenes adultos.

Por otro lado, también son frecuentes las demandas de los usuarios relacionadas con la identidad étnica o cultural, ya que coincide en porcentaje con el de demandantes usuarios de adopción internacional. Atender de una forma correcta esta necesidad por parte de los servicios parece estar relacionado con un mayor bienestar de los adoptados y de sus familias. Algunos de los factores que pueden afectar el proceso de formación de identidad étnica de un individuo incluyen la edad de adopción, el apoyo recibido de la familia adoptiva y las oportunidades para explorar aspectos de la cultura del nacimiento (Friedlander et al., 2000; Lee et al., 2006; Mohanty, 2013, como se citan en ^{Ferrell, 2018}) . Las personas adoptadas con mayor edad suelen tener lazos culturales más fuertes con su cultura de nacimiento que con su cultura biológica. Sin embargo, con independencia de la edad de adopción, pueden surgir preguntas relacionadas con el proceso de identidad étnica (^{Ferrell, 2018}). Investigaciones previas remarcan la necesidad de formar a los profesionales para trabajar con las familias en el desarrollo de la identidad ética de los adoptados (^{Dandridge, 2017}; ^{Ferrell, 2018}; ^{Moore, 2017}). En este sentido, el apoyo de la familia en este proceso predice un buen desarrollo de autoestima e identidad del individuo (Ferrell,2018). Además, en otros países parece que un estatus socioeconómico familiar más elevado junto con un buen ajuste socioemocional del individuo favorece el desarrollo de una identidad étnica más saludable y positiva. Indica ^{Dandridge (2017)} que la capacidad financiera de la familia para acceder a los recursos ayuda a mejorar la identidad étnica de las personas adoptadas. Aunque en España la mayoría de estos recursos son gratuitos, habría que insistir y asegurarse de que los recursos posadoptivos lleguen a todas las familias, especialmente a las que menos recursos tengan, no solo económicos sino también recursos personales para buscar y solicitar orientación y ayuda cuando las necesiten.

Por último, los resultados coinciden con la literatura en relación con las demandas que realizan los usuarios a los servicios, pues pocos demandan atención relacionada con problemas con su familia adoptiva. Un ejemplo de esto último es la revisión sistemática realizada por ^{Sánchez-Sandoval & Melero (2019)}, en la que solo un trabajo de todos los analizados planteaba problemas relacionados con la familia adoptiva. Esto probablemente sea una evidencia del buen hacer de familias y equipos profesionales durante las fases previas a la convivencia y durante la adaptación y convivencia a lo largo de los años de la infancia y la adolescencia, lo que repercute en una mejor relación y menos conflictos entre la persona adoptada y su familia a largo plazo.

Los servicios posadopción, además de atender las demandas concretas provenientes de los usuarios, también ofrecen de manera proactiva programas de formación, recursos o servicios. Estos pueden ir dirigidos a familias y personas adoptadas, fundamentalmente, pero también a profesionales. Entre ellos, destacan por su frecuencia las actuaciones profesionales programadas relacionadas con la búsqueda de orígenes (asesoramiento, orientación o mediación), coincidiendo con la principal necesidad que presentan los adoptados (^{Docan-Morgan, 2016}; ^{Greenhow et al.,2016}; ^{Harris, 2014}a; ^{O’Neill et al., 2016}; ^{Ortiz & Rosso, 2007}; ^{Rosset et al., 2013}). Este servicio, además, satisface otra de las necesidades que presentan los usuarios, como el desarrollo de su identidad ((^{Ortiz & Rosso, 2007}). Además, un resultado positivo por resaltar es que estos servicios, en su mayoría satisfacen la necesidad de asesoramiento en adopción (^{Sánchez-Sandoval & Melero, 2019}).

En la literatura, diversos trabajos detallan algunos programas de búsqueda de orígenes que se están practicando en la actualidad. Estos programas coinciden en ofrecer servicios de apoyo psicológico, acompañamiento y asesoramiento relacionado con la búsqueda de orígenes (^{Ortiz & Rosso, 2007}; ^{Rosset et al., 2013}).

Por otro lado, cabe destacar que la mayoría de los servicios ofrecen formación a las familias, orientada principalmente a familias con hijos adoptados menores de edad, por ejemplo, el Programa de Formación para la Adopción en Andalucía (^{León et al., 2010}). El alto porcentaje de formación a las familias por parte de los servicios podría estar relacionado con la recomendación a los servicios de hacer partícipe a la familia para la formación de su identidad, como bien se ha indicado en líneas anteriores (^{Dandridge, 2017}; ^{Ferrell, 2018}; ^{Moore, 2017}) . Sin embargo, este servicio de formación se ofrece en menor medida a personas adoptadas y a otros profesionales. No obstante, empiezan a existir algunos programas de capacitación en competencias de adopción, en el que la mayoría de los participantes son profesionales (trabajadores sociales, psicólogos, educadores sociales u otros profesionales de la salud mental), y que facilitan las principales competencias y habilidades relacionadas con la adopción (^{Atkinson & Riley, 2017}).

Por último, más de la mitad de los servicios ofrecen terapia psicológica. Los principales motivos de consulta o de intervención han estado centrados en abordar temas relacionados con las relaciones familiares o apego y con la identidad adoptiva. En relación con su ajuste psicológico, cabe destacar que las personas adoptadas presentan buen ajuste general, comparado con sus iguales. Gran parte de la población adulta adoptiva se encuentra en el rango normal respecto a su salud mental, aunque hay una mayor proporción de lo esperado según los baremos correspondientes en el rango clínico de psicopatología.

Un estudio reciente con jóvenes adultos andaluces adoptados muestra que, mientras que en la población no adoptiva se distribuyen el 85% en el rango normal, 13% en riesgo y 2% en rango clínico, del grupo de 11 adoptados se encontraba un 65.7% en el rango normal, un 24.6% en riesgo y 9.7% rango clínico (^{Sánchez-Sandoval & Melero, 2019}) . Con todo esto, hay que considerar que los adoptados presentan cierto riesgo de padecer problemas de salud mental relacionados con aspectos de la adopción, por lo que en la práctica clínica es necesario que los terapeutas estén formados en estos aspectos. Por ejemplo, existen algunos trabajos publicados que abordan la necesidad de atender a las demandas de problemas relacionados con el apego, como es el programa Attachment-based program “LEARN” (^{Baim & Morrison, 2011}).

La creación de grupos de apoyo es otro recurso que ofrecen, principalmente, servicios privados, como indican trabajos previos (^{Mack, 2006}). En este sentido, habría que considerar la necesidad de ampliar este servicio a todos los demás, ya sean públicos o privados, debido a que los usuarios por iniciativa propia crean grupos de apoyo fuera de ellos, lo que podría sugerir un buen recurso. Por ejemplo, hay grupos creados a través de redes sociales o páginas de Facebook (Grotevant, citado en ^{Wiley, 2017}).

Este estudio cuenta con algunas limitaciones que deben ser consideradas. En primer lugar, la dificultad para acceder a los servicios posadopción. Cuando se contactaba con ellos, aunque la mayoría mostraba su disposición a participar, no disponían de los datos solicitados. Por ejemplo, no llevaban contabilizado el número de personas atendidas por el servicio de manera anual o no disponían de algunos datos solicitados. Por ello, existe alguna información que no ha podido ser recogida de todos los servicios participantes, lo que puede influir en los resultados obtenidos.

En segundo lugar, es importante señalar que la información proporcionada por los servicios fue recopilada en un momento específico, lo que puede haber influido en los resultados y podría no reflejar necesariamente su situación a lo largo del tiempo. Además, es fundamental destacar que este trabajo tuvo como objetivo proporcionar una visión general de la realidad de los servicios posadopción en España. Sin embargo, persisten diferencias debido a la descentralización de los servicios, lo que resulta en una heterogeneidad en la prestación de estos. Por último, hay que considerar, también, aquellos servicios que, aunque se han mostrado su disponibilidad a participar, no han podido hacerlo debido a que no han recibido demandas de personas adultas adoptadas, indicando que no podían responder a ninguna pregunta del cuestionario.