Introducción
Los lipomas son las neoplasias benignas mesenquimáticas más comunes del cuerpo humano; formadas por adipocitos maduros, frecuentemente envueltas en una cápsula fibrosa.1 Es llamado tumor universal, ya que podemos encontrarlos en cualquier parte del cuerpo; sin embargo, se localizan comúnmente en los espacios subcutáneos o retroperitoneales 2, ya que estos contienen tejido graso. 3
Los lipomas comprenden la mayor tasa de incidencia entre la cuarta y quinta década de vida con un pico de incidencia a los 40 años; respecto a la predilección por sexo, algunos autores la encuentran en mujeres4, otros autores documentan lo contrario, especificándola en hombres5, y también podemos encontrar otros autores que establecen una distribución igual en ambos sexos.6
Existe un mayor índice de aparición en sujetos con obesidad o dislipidemia; sin embargo, el metabolismo del lipoma es completamente independiente de la grasa regular del cuerpo. Si el consumo calórico es reducido, los lipomas no disminuyen de tamaño, aunque la grasa en general del cuerpo se pierda.7
Dentro de sus características histológicas encontramos que el lipoma oral se describe como una neoplasia de adipocitos maduros, de carácter benigno y crecimiento lento generalmente. Esta neoplasia es indistinguible morfológicamente del tejido adiposo normal, sin embargo, los lipomas suelen tener una cápsula de tejido fibroso y se ha demostrado que el tejido adiposo del lipoma no se utiliza para producción de energía durante periodos de inanición, como sucede con el tejido adiposo normal. El tejido adiposo se presenta en dos formas básicas, como grasa blanca y grasa café. 7,8
Corresponden al 4-5% de los tumores benignos del cuerpo. Estos varían en tamaño y se localizan más comúnmente en el tejido subcutáneo, como crecimientos nodulares asintomáticos de tejido blando. 9, 10 La mayoría de los lipomas se observan en el tronco y en las porciones proximales de las extremidades, el 15-20% de los casos aparecen en la región de cabeza y cuello; sin embargo, los lipomas orales son más inusuales y comprenden tan solo el 2,25% de todos los lipomas y únicamente el 2,4% de los tumores benignos de la cavidad oral. 9,10
El sitio más común de aparición de los lipomas orales, es la mucosa bucal, que comprende el 38,6% de todos los casos, ya que es una región abundante en tejido adiposo, seguidos de la lengua, labio, piso de boca, glándulas salivales mayores, área retromolar, encía y paladar duro, ya que tiene muy poca cantidad de tejido adiposo por lo que su incidencia en esta región es baja. Este patrón es consistente a la cantidad de depósitos de grasa en la cavidad bucal. , 11, 10, 12, 13
El 6-7% de los pacientes con lipomas presentan lesiones múltiples.14 Algunos muestran más de un lipoma oral mientras que otros presen- tan un solo lipoma en la cavidad bucal y en otras partes del cuerpo. 15
Los lipomas se clasifican clínicamente como solitarios, múltiples y congénitos (lipomatosis difusa congénita). Pueden ser encapsulados o difusos. Los lipomas difusos son raros y aparecen en tejido subcutáneo del cuello y pueden extenderse a áreas mayores. La forma encapsulada se encuentra dentro las neoplasias benignas más comunes. 16,17
De acuerdo con la clasificación la Organización Mundial de la Salud modificada en el 2013; entre los tumores lipomatosos benignos, se incluyen los lipomas clásicos y sus variantes: angiolipoma, lipoma condroide, miolipoma, lipoma de células fusiformes/pleomorfico, lipoma difuso proliferativo e hibernoma. 18 Todas estas con características clínicas e histológicas específicas. Estos subtipos microscópicos no tienen importancia clínica en relación con el comporta- miento de los tumores.
Los lipomas orales generalmente se presentan como nódulos sub- mucosos móviles, indoloros, con una ligera coloración amarillenta y suelen ser asintomáticos. Los casos sintomáticos o con signos clínicos evidentes son aquellos que alcanzan un gran tamaño, de tal manera que modifiquen la deglución, la fonación, la relación maxilomandibular o desplacen tejidos adyacentes, causando asimetrías de cara o cavidad oral. En algunos casos, el tejido blando puede presentarse como un nódulo fluctuante. Es por estas características clínicas, que otras lesiones, tales como los quistes dermoides y epidermoides y los quistes orales linfoepiteliales se pueden considerar en el diag nóstico diferencial de los lipomas orales. 19,20
La tomografía computarizada y la resonancia magnética nos permiten realizar un diagnóstico rápidamente; sin embargo, la histopatología sigue siendo el estándar de excelencia para determinar qué tipo de lesión es.21
Posee un bajo potencial de malignización, para el diagnóstico certero es necesario realizar una correlación clínica con los hallazgos histológicos clásicos. La degeneración de los lipomas orales a la forma de liposarcoma, es extremadamente rara y su diagnóstico diferencial se debe realizar de los fibromas por irritación y de las ma nifestaciones clínicas de la enfermedad de Recklinghausen, la cual se reconoce por la aparición de múltiples nódulos fibrosos. También se debe diferenciar de las masas lobuladas provocadas por lipomatosis difusa.22, 23

Figuras 3. Vista axial y coronal de tomografía computarizada. Se observa zona hipodensa del lado izquierdo

Figuras 5 y 6. Aspecto macroscópico de la lesión: masa sólida, de superficie irregular, de consistencia firme y blanda, friable de color amarillo.

Figuras 7 y 8. Histopatología. Corte teñido con hematoxilina-eosina donde se encuentra formado por lóbulos de tejido adiposo maduro con estroma de tejido conectivo fibroso denso bien vascularizado con infiltrado inflamatorio crónico difuso.
Aunque el crecimiento de los lipomas es normalmente limitado, pueden llegar a alcanzar grandes dimensiones, interfiriendo con el habla y la masticación, por lo que el tratamiento de los lipomas orales de cualquier variante es mediante escisión quirúrgica local simple. Los lipomas infiltrantes son difíciles de extirpar, por lo que tienen probabilidad de recurrir; sin embargo, menos del 5% recurren localmente. La recurrencia es reducida si se realiza una extensa escisión quirúrgica. En literatura se han informado muy pocos casos de malignidad.
Presentación de caso
Se trata de paciente femenina de 46 años de edad, con antecedentes médicos de relevancia para hipertensión arterial controlada la cual refiere haber iniciado hace aproximadamente 6 meses con aumento de volumen asintomático en región geniana izquierda, por lo que acude a servicio de cirugía maxilofacial para valoración y manejo. Niega tabaquismo, pérdida de peso u otra sintomatología relevante. A la exploración física se observa aumento de volumen en región geniana izquierda de consistencia blanda, difuso, piel y mucosas similar al tejido adyacente, indoloro a la palpación (Fig. 1 y 2). Sin adenomegalias palpables en cuello. Se solicitan radiografías simples (PA y lateral de cráneo y ortopantomografía) en las cuales no se observan datos relevantes por lo que se solicita tomografía computarizada con cortes axiales y coronales pues se observa lesión hipodensa en región geniana izquierda, bien delimitada. (Fig. 3)
Se procede a realizar biopsia incisional bajo anestesia local, con resultado histopatológico de lipoma. Por la extensión y la localización de la lesión se decide realizar excisión completa de este bajo anestesia general balanceada. Previa intubación nasotraqueal, se realiza incisión lineal en mucosa de carrillo izquierdo de aproximadamente 1.5 cm por debajo de la salida del conducto parotídeo, se realiza disección roma por planos hasta resecar por completo la lesión, encontrando un tejido blando, friable de color amarillento (fig. 4 y 5), el cual resulta positivo a la prueba de flotación (Fig. 6). Se verifica hemostasia y se sutura por planos con ac. poliglicólico 4 -0, finaliza el procedimiento sin complicaciones. Se envía la muestra completa a estudio histopatológico.
Histopatología
El especimen examinado se encuentra formado por lóbulos de tejido adiposo maduro con estroma de tejido conectivo fibroso denso bien vascularizado con infiltrado inflamatorio crónico difuso severo, áreas mixoides, compatible con lipoma clásico. La paciente evoluciona favorablemente al tratamiento y 1 año después del procedimiento se encuentra asintomática, con simetría facial y sin datos de lesión. (Fig. 7 y 8)
Discusión
Los lipomas se definen como neoplasias benignas derivadas de adipocitos maduros, usualmente en- vueltos en una cápsula fibrosa. El primer caso de una lesión oral fue descrito por Roux en 1848, la cual corresponde a un lipoma que identificó como un ‘épulis amarillo’.25 Su etiología sigue siendo incierta pero se han propuesto diferentes teorías para explicar su origen.
Existe la “teoría de la hipertrofia” que determina que la obesidad y el crecimiento inadvertente de tejido adiposo puede contribuir a la formación de este tipo de lesiones orales 26; aunque no es tan convincente debido a que este tipo de tejido adiposo no tiene capacidad de metabolizarse. También se encuentra “Teoría metaplásica” en la que sugiere que el desarrollo lipomatoso ocurre secundario a una aberrante diferenciación in situ de células mesenquimales a lipoblas- tos.27 J.J. Lin y F. Lin sugirieron que esas entidades benignas son lesiones congénitas provenientes de células embriogénicas pluripotenciales que permanecen en periodo latente hasta que son diferenciadas en la adolescencia a adipocitos.28 Sin embargo, el trauma y la irritación crónica también podrían desencadenar la proliferación de tejido adiposo en un tumor benigno.11
Estas neoplasias benignas varían en sus características, pero usualmente son de lento crecimiento, y se presentan en estos pacientes como un nódulo bien circunscrito y delimitado por muchos años. La queja más frecuente corresponde a la presencia de una masa palpable, rara vez se reporta disfunción muscular del tejido comprometido. El tumor es suave y plano cuando el músculo se encuentra relajado, y se torna firme y esférico cuando se contrae.29
Los lipomas se observan clínicamente como una lesiones solitarias o múltiples; comúnmente son asintomáticas, móviles, suaves, compresibles y contienen una masa de color amarillento con una consistencia pastosa, de base sésil o pediculada. 29,30,31 El tamaño del tumor varía dependiendo de la localización pero diferentes autores establecen que difícilmente exceden los 25 mm de diámetro.
Los estudios de imagen son muy importantes para realizar un diagnóstico presuntivo. Sin embargo, las radiografías son inútiles para diagnosticar este tipo de lesiones, ya que no se va a poder observar ninguna alteración en estas debido a su naturaleza histológica. Es por esto que se envía una tomografía computarizada o una resonancia magnética para su pronto diagnóstico, y posteriormente un estudio histopatológico es el estándar de excelencia para un diagnóstico certero.
Las variedades histológicas están determinadas por el tejido adicional que contienen (Tabla I) y existe controversia en cuanto a cuál es el subtipo más común en cavidad oral. Venkateswarlu et ál. 20 en el 2011 reportó que los más frecuentes son los lipomas simples, mientras que Studart-Soares et ál. reportaron que los más frecuentes son los fibrolipomas. 1, 32, 33
Tabla 1 Variedades histológicas de los lipomas
Tejido adicional | Denominación |
Tejido fibroso | Fibrolipoma |
Tejido mixoide | Mixolipoma |
Cartílago | Lipomacondroide |
Vasos sanguíneos | Angiolipoma |
Vasos y musculo liso | Angiomiolipoma |
Elementos hemapoyéticos | Mielolipoma |
Células fusiformes | Lipoma de células fusiformes |
Células fusiformes y células gigantes multinucleadas | Lipomapleomorfico |
Grasa parda | Hibermoma |
Debido a que el lipoma oral puede presentarse ocasionalmente como un nódulo con una superficie de color normal, el lipoma simple, el neurofibroma, la hiperplasia fibrosa y el adenoma pleomorfo de glándulas salivales y otras neoplasias benignas mesenquimales, también pueden ser incluidas en el diagnóstico diferencial.34
Se realiza bajo anestesia general debido al gran tamaño que presentaba la lesión y debido al riesgo a daño a estructuras anatómicas de la región geniana, como es el con ducto de Stenon y como la gran cantidad de vasos y nervios que se extienden por el tejido celular subcutáneo y por el espesor de la capa muscular superficial de dicha región, entre los cuales podemos encontrar el nervio facial, la arteria facial entre otros vasos de gran relevancia.
Conclusiones
Las características de un lipoma son típicas y muy clásicas. Sin embargo, los lipomas de la mu-cosa bucal son inusuales; se desarrollan y crecen lentamente hasta que alteran la función y estética del paciente. Tienen muy buen pronóstico, y es poco probable que recurran, por lo que un correcto diagnóstico histopatológico sumado a los detalles clínicos e imagenológicos son muy importantes y esenciales para su diagnóstico y correcto tratamiento.