Introducción
En la literatura, existe una serie de géneros literarios (Garrido Miñambres, 2010), que permiten escribir, utilizando y aprovechando las virtudes que tiene cada uno de ellos, pudiendo acercar, las propuestas de los autores y autoras a su público objetivo. Generalmente, los temas más científicos, son tratados a través de textos no literarios, como las investigaciones, los diarios o las tesis. En el ámbito literario, por su parte, surge una distinción polémica entre, géneros históricos, llamados clases de textos y los géneros naturales o teóricos, que son de mayor simplicidad y economía, y donde se presenta una triada que incluye, el narrativo-épico, el lírico, y el dramático teatral (Weinberg, 2006).
Sin embargo, la literatura científica ha sufrido una restricción en las formas en que se escribe, y ha llegado a una homologación de este tipo de escritura, que va más dirigida hacia la escritura de artículos, favoreciendo el intercambio entre personal científico y estrechando las formas literarias de comunicación, mediante el recorte de contenidos que ayudaban a avivar el intercambio cultural entre la sociedad y la ciencia, donde se hace necesario, que la forma de transmitir la ciencia, no solo se centre en resultados, sino que admita expresar humanidad y sentimientos, para estimular al público lector, que no necesariamente debe ser especialista (Coco, 2009).
Es así como en Coco (2009) se generó la propuesta de escribir ciencia a través de un ensayo narrativo, como respuesta a la necesidad de la ciencia, por proponer nuevas formas que ayuden a su comprensión y la acerquen a la ciudadanía no erudita.
Frente a esta problemática, surge la necesidad de expresar la ciencia, a través de nuevas propuestas, que permitan enriquecer el diálogo entre la ciencia y la sociedad común. Este documento propone una nueva forma de escritura, para expresar ciencia y también textos literarios, a través de un ensayo que se denominará ensayo literario teatralizado, que mezcla los atributos de los ensayos literarios, del género didáctico, con el género dramatúrgico, como una forma de escritura, que busca contribuir a ampliar las formas de expresión, como una alternativa complementaria a lo propuesto por Coco (2009) y, así, dar respuesta a la necesidad que tiene la ciencia, por proponer nuevas formas de escritura, que ayuden a su comprensión y la acerquen a la ciudadanía común, propuesta que complementa, lo planteado por Danan (2012, en Manzone, 2017), al incorporar dramatización al ensayo.
Breve estudio de la literatura
El ensayo no posee límites definidos, que lo permitan diferenciar de un no ensayo, pudiendo arrogar a este tipo de escritura, el desarrollo textos que describen, narran o razonan, que incluso ha sido catalogado como un budín con ingredientes de la autoría, en una fuente para horno (Millrood & Maksimova, 2020), haciendo alusión a la cantidad de recursos de escritura que ofrece este texto literario.
El ensayo, en la reflexión moderna, permite que se genere comunicación del pensamiento, de una forma que no es ni totalmente científica ni artística (Aullón de Haro, 2005). Sin embargo, la posibilidad práctica que existe de utilizar libremente los recursos literarios en un ensayo, no siempre tiene como resultado, un texto, que busque irrumpir literariamente de forma agresiva, en la utilización de los elementos, propios de otro género literario.
De igual forma, se pueden resaltar algunas particularidades del género dramático, como su contribución, a los fines de la pedagogía con creatividad, que ha sido un aporte a la educación, en las diversas corrientes pedagógicas (Cutillas Sánchez, 2015), o su influencia, como herramienta motivadora para la intervención pedagógica, en el proceso de enseñanza de fenómenos científicos (Viau et al., 2015).
Por su parte, al profundizar en la representatividad que implica un ensayo, Domenella (2007) expone cómo algunos autores y autoras han planteado renegociar y repensar el lugar que tiene la inteligencia en las sociedades, aludiendo al efecto negativo de la falta de acceso de las masas a la cultura, lo que obstaculiza el vínculo entre el mundo intelectual y la población. Plantea la existencia de una escritura sin público lector, contexto en el cual el ensayo se muestra como dramatización continua del diálogo entre culturas (Domenella, 2007).
Así las cosas, a lo largo del siglo XIX, la dramaturgia española, por ejemplo, en la denominada época del Romanticismo, fue atiborrada de un sinnúmero de propuestas dramáticas con maravillosas mixturas, y generó una gran aportación al mundo del teatro, pero ese gran aporte no ha sido leído o estudiado, en un porcentaje que supere un diez por ciento (González Subías, 2010).
En la época contemporánea, la producción también ha resultado abundante a nivel dramatúrgico y muchas han sido las adaptaciones que se han incorporado al género, en el siglo XXI (Gómez Ruiz, 2018), o formas de reescritura dramatúrgica (Sena, 2021), además, de las formas de escritura, que han modificado la obra tradicional de dramaturgia. Una de estas es la denominada el arte en dos tiempos, propuesta por Danan (2012, en Manzone, 2017), que plantea una mezcla de dos estilos: el primero de ellos es un ensayo teórico creado por un autor, en un denominado primer tiempo, y el segundo corresponde a una dramatización de ese ensayo, la cual ocurre en un segundo momento o tiempo, lo que implica, que un director o directora teatral, toma el ensayo escrito inicialmente y crea una puesta en escena a dicho ensayo. Al buscar ensayos similares, a lo planteado por Danan (2012, en Manzone, 2017), son escasos los resultados, donde exista uso de los dos géneros, y mucho menos con un formato definido. Evidencia este tipo de escritura literaria y uso de formato similar se encuentra en Figueroa Ortega (2021), donde al parecer de forma instintiva, y sin saber, se propone un ensayo literario teatralizado.
Propuesta
La invitación literaria presenta una variante a la escritura tradicional de un ensayo, que pueda ser utilizada para la divulgación científica o indistintamente, como un aporte en el ámbito didáctico o educativo, según sea el interés de su autoría, busca resaltar la escritura del ensayo y siguiendo la línea planteada por Danan, pero con la diferencia, que se propone, sea escrito en un solo tiempo y por la misma persona autora. La idea planteada busca desarrollar una forma para escribir un texto literario, donde ambos géneros se puedan mezclar por espacios prolongados, en igualdad de condiciones y libertad, utilizando los atributos y ventajas de escribir un ensayo, perteneciente al subgénero didáctico, además de usar las particularidades que pone a disposición el teatro, a través de cualquiera de sus subgéneros.
Se plantea que en la escritura de este tipo de ensayo se pueda usar una redacción libre, propia de un ensayo, pero con la utilización de personajes y sus diálogos, para profundizar puntos de vista, conflictos, opciones de desenlace, opiniones de terceros e incluso citas bibliográficas, entre otros recursos.
La propuesta de escritura, presentada en la Tabla 1, se denominará ensayo literario teatralizado, y su estructura, se detalla en la Tabla 2.
Caso práctico
Con la finalidad, de que la propuesta sea completa, se desarrolla un caso práctico, para ejemplificar, la propuesta literaria denominada ensayo literario teatralizado.
Introducción
Las universidades han ido cambiando su universalidad con la globalización (Borrero Cabal, 1999), y si además se considera, que en las últimas décadas, la educación superior se ha masificado y no han quedado libres de una serie de problemas, entre los que destaca la disyuntiva de decidir, entre seguir o no un modelo de formación profesional para su estudiantado, que se centre en la especialización de las disciplinas, o en poder generar un proceso formativo más universal. Esta problemática es muy común en carreras profesionales de pregrado, de tipo más ortodoxo, como el derecho o la ingeniería, donde se tiene una visión más tradicional, en materia disciplinar, y donde no se entiende o valora el aporte de otras disciplinas, que puedan complementar la formación de cada profesional, al acercarle a una formación más universal y humana, sin que esto implique desviarle de su especialización. Donde la persona profesional tenga una base de su especialidad, que pueda ser complementada, con una formación en otras disciplinas del interés particular del estudiantado y que permitan desarrollar, en cada profesional, las competencias que hagan, que su formación sea más universal.
Desarrollo
Las universidades contemporáneas se ven enfrentadas a una serie de problemas, que son propios del desarrollo universitario, en un mundo globalizado, lo que las ha direccionado a adaptar su accionar, respecto a los cambios que ha experimentado la sociedad.
En este sentido, la universidades enfrentan disyuntivas de todo tipo, tales como: masificación; diversidad de instituciones; desigualdades; equidad, calidad para todos versus cantidad; financiamiento versus propósitos universitarios; competencia intelectual y solidaridad académica; autonomía versus responsabilidad social; además de buscar, como acercarse al futuro, dignificando lo humano (Hurtado, 2003). En este contexto generalizado, el conocimiento científico se ha transformado, con fuerza, en una fuente de lucro, que ha ido monopolizando capitalistamente la investigación y, por otro lado, se ha masificado la producción y trasmisión de conocimiento, a tal punto que las universidades ya no son las instituciones monopólicas de formación, han dejado de ser el lugar, donde preferentemente se educaba a las elites de la sociedad, para pasar a ser el espacio que hoy capacita y entrega títulos a las mayoría de la sociedad, y además, dejó de ser un lugar que esté protegido de la vorágine del mercado, transformándose por diversas razones, como un medio, donde el estudiantado pasa a ser cliente, al cual, se le entrega un servicio y donde además, la libertad de investigación se reduce, al mirarla como un producto que se transa en un mercado (Vallaeys, 2014).
De igual forma, actualmente, el cambio en la educación a nivel mundial mutó a una formación altamente especializada, donde principalmente, se enseña una parte determinada y específica de los conocimientos, formando profesionales estándar y de forma reduccionista, que tienen nula o poca información de cómo su accionar profesional se interconecta con la naturaleza o sociedad, y cómo, el ejercicio de su profesión impacta positiva o negativamente en los espacios donde actúa, debido a que se le ha formado, para que persiga la rentabilidad económica de los proyectos que ejecuta y no se le ha sensibilizado con lo que le pasa al resto del mundo (Belandria, 2011). Es así como la teoría de la formación reduccionista, con una visión neoliberal, ha predominado en el último tiempo, estableciendo una concepción economicista de la educación y reduccionista del sujeto (Echeverría, 2016).
De igual forma, es importante considerar los aportes filosóficos de Th. Ww. Adorno para una teoría crítica de la educación, que habla de la crisis de la modernidad y el papel que tiene la educación en este contexto y las tesis que plantea, sobre una sociedad antagonista y como los individuos debilitados, están en una casi total integración, con el contexto que les rodea, o sus intuiciones, sobre cómo se ha encubierto bajo el concepto ideológico de la sociedad del conocimiento, que la lógica totalizadora del mercado ha logrado supeditar la formación profesional, a un sistema ausbildung (Zamora, 2009), donde claramente, se evidencia el interés de las empresas en la formación, por sobre el interés de ser humano que se forma.
Por otra parte, surge como interrogante, a nivel de formación específica de profesionales en ingeniería, que tanto valora el estudiantado la formación en el área humanística. En este sentido, en Belandria (2011), se estudió un grupo de estudiantes de ingeniería, quienes, principalmente, muestran su interés hacia las disciplinas matemáticas, la física, la química e ingeniería Se logró detectar, que en su mayoría, percibían los cursos humanísticos como elementos aislados y desarticulados, que se debían cursar por obligatoriedad, mostrando, carencia de interés por las humanidades, incluso apatía. Donde se infieren como posibles causas, de estos sentimientos o juicios, que dichos cursos, generalmente, eran dictados por profesorado, con bajo o nulo conocimiento de la tecnología y la ciencia, lo que no permitía que se formara un lazo de inspiración, entre la ciencia, tecnología y las disciplinas humanistas.
Con la finalidad, de poder plantear este conflicto y llegar a un desenlace, se dramatiza esta disyuntiva, personificando distintos roles, que puedan mostrar esta situación. Para lo anterior, se definen personajes de la obra:
Alumnado estudiantes de ingeniería: Son distintos estudiantes de una carrera de Ingeniería, quienes además, participan de un Seminario de Formación Integral.
Profesorado de ingeniería con formación ortodoxa: Profesorado formado en una escuela de ingeniería, especializada y tradicional.
Profesorado de ingeniería con formación humanista: Profesorado formado en una escuela de ingeniería, con formación más universal.
Profesorado de Derecho con Formación Ortodoxa: Profesorado, formado en una escuela de derecho, especializada y tradicional.
Profesorado de Humanidades: Profesorado, del área de las humanidades.
Albert Einstein: Científico alemán, de origen judío.
Sentido Común: Es un personaje, que representa las opiniones, más representativas de la población en general.
Voz Experta: Es un personaje, que representa la voz de opiniones, basadas en la ciencia.
Conflicto
El conflicto se desarrolla en torno a una reunión de personal académico universitario, que argumentan, sobre cómo debe ser la formación del estudiantado, de una carrera de ingeniería, y donde cada quien emite opiniones basadas en sus experiencias personales, sobre cómo enseñar. Adicionalmente, se incorpora, la visión de un grupo de estudiantes de una carrera de ingeniería, que han participado, recientemente, en un Seminario de Formación Integral.
El conflicto presentado muestra al profesorado más ortodoxo, planteando, que a los ingenieros y a las ingenieras, se les debe entregar, una formación más especializada, poco en el foco, donde se dé principal interés a las ciencias de la ingeniería y asignaturas de especialidad, en desmedro, de otras disciplinas mal llamadas complementarias, por entender que estas compiten con el tiempo de formación de las áreas disciplinares. Lo anterior, en oposición a la postura del profesorado que considera que la formación en áreas humanistas permite que profesionales en ingeniería, sean más sensibles y se conecten con la realidad social y ambiental.
De igual forma, en el sentido contrario, se debe incorporar al análisis, que existen corrientes que consideran legítimo el derecho a la no-parcialidad en la formación, y aspiraran al desarrollo pleno del ser humano, pero donde la educación, aún no indagado en la universalidad como un campo educativo y didáctico (de la Herrán Gascón, 2001).
Primer Acto
Profesorado de ingeniería con formación ortodoxa: Lo que importa es que el ingeniero y la ingeniera realicen ingeniería, por lo que la malla de estudios debe contener, preferentemente, ciencias básicas, ciencias de la ingeniería y asignaturas de su especialidad de ingeniería. El alumnado debe centrarse en su especialidad y no distraerse, con otras materias que no le contribuyen.
Albert Einstein: La ciencia no es más que un refinamiento del pensamiento cotidiano.
Profesorado de derecho con formación ortodoxa: Estoy totalmente de acuerdo con usted colega de ingeniería, la formación, se debe centrar en la especialidad. Por ejemplo, nuestro personsal abogado debe comprender todas las ramas del derecho y no deberían distraer su atención, en otras disciplinas.
Profesorado de ingeniería con formación ortodoxa: Más aun, yo creo que debemos sincerar las cosas, cuando diseñamos el perfil de egreso de profesionales de ingeniería, se establece, que debe tener valores, capacidad de comunicación, sensibilidad social y ambiental, entre otras áreas complementarias, pero en realidad, el profesorado sabe que lo importante, para ser profesional en ingeniería, es que apruebe las asignaturas de ingeniería. Las materias anexas solo deben realizarlas porque son obligatorias. Así pensamos los profesores y las profesoras, y creo que el alumnado también, ya que tampoco deberían valorar esas asignaturas, que son de relleno y menor importancia.
Profesorado de humanidades: Colega de ingeniería, que visión más ortodoxa la suya, usted debe comprender, que el mundo globalizado ha cambiado y requiere de profesionales universales, que tengan una sensibilidad hacia el mundo que les rodea y sobre el cual van influir con sus decisiones. Le recomiendo que pueda leer los aportes filosóficos de Th. Ww. Adorno para una teoría crítica de la educación (Zamora, 2009).
Profesorado de ingeniería con formación humanista: Es una aberración, la que platea mi par de ingeniería, no sé con qué argumento. La parcialización del conocimiento es una pseudouniversalidad, que nos hace confundir qué es lo importante, y además, nos hace creer que cierta doctrina es la verdadera, la de la Herrán Gascón (2001); pero, ¿quiénes somos nosotros y nosotras, como entes individuales, para atribuirnos la osadía de decir lo que es correcto enseñar y lo que no lo es? Y usted, colega de derecho, no puede atribuirse la osadía de decir individualmente, lo que se debe enseñar a los futuros abogados, pero mucho menos, puede opinar categóricamente, sobre cuál debe ser la formación de un ingeniero o ingeniera. Colegas, por muy tradicional que sea su mirada de esta disyuntiva, les invito a abrirse a otras miradas y no avalar la teoría de la formación reduccionista, que es propia de una visión neoliberal y que, lamentablemente, hoy predomina en la mayoría de la instituciones de educación superior, generando la instauración de una concepción economicista de la educación y reduccionista del sujeto (Echeverría, 2016), que es propia, de ideologías, que buscan masificar la educación, poniéndola al servicio a las necesidades empresariales, a costa del ser humano que se forma.
Profesorado de derecho con formación ortodoxa: Está bien, no opinaré sobre la especialidad de ingeniería, pero le puedo afirmar que en derecho las escuelas son tradicionales en su formación.
Sentido Común: Señores, señoras, tengan humildad en los conocimientos, recuerden que cuando estudiaron en sus postgrados, solo se centraron en algo específico, y sus conocimientos adquiridos, no ampliaron sus competencias disciplinares, por lo que les pido mayor moderación y humildad, en especial, si sus doctorados no son de esta área disciplinar de la educación, ya que difícilmente pueden tener la verdad, de que es lo que se debe hacer en esta materia. Ustedes son especialistas solo en el área específica de su postgrado y en nada más. Debemos escuchar y leer, la opinión de algunos expertos y expertas.
Albert Einstein: Casi todos piensan que una mente brillante es la principal cualidad científica. No están en lo cierto: es la actitud.
Profesorado de ingeniería con formación ortodoxa: En estos tiempos, estamos formando alumnado, que ingresa a la universidad, con menores competencias de entrada, por lo que debemos dictar muchas materias de nivelación, y por otra parte, cada vez más, las carreras de ingeniería deben ser enseñadas en menos años, como consecuencia de los efectos de las nuevas leyes, que impulsan un ahorro en los costos de educación superior y, además, debemos dictar muchas cátedras anexas o complementarias. En definitiva, estamos formando profesionales en ingeniería, que saben muy poca ingeniería.
Profesorado de ingeniería con formación humanista: Colega, no se trata de que los contenidos propios de una especialidad compitan en protagonismo y créditos con las asignaturas complementarias, como las del área humanista. Lo que debe ocurrir es que el profesorado y alumnado deben llegar a comprender que ambas disciplinas, en igualdad de importancia, permiten formar profesionales en ingeniería con más humanidad. Imaginen que una persona ingeniera, sin la formación humanista, podría decidir aberraciones, como generar el próximo holocausto, o el fin de una raza o especie, o contaminar el planeta, o tratar mal a la sociedad, etc. Por ejemplo, en la década de los 70, se generó una formación no humanizada que enseñan autores como M. Friedman, que planteaba que la responsabilidad social de las empresas debía consistir en “utilizar sus recursos y comprometerse en actividades diseñadas para incrementar sus beneficios, en la medida en que permanezca dentro de las reglas del juego; es decir, comprometerse en una competencia abierta y libre sin engaño o fraude” (Friedman, 1970, p. 7). En esa época, este comportamiento era suficiente, generando en consecuencia, una responsabilidad empresarial mínima, que no miraba la sociedad, o el medio ambiente en el largo plazo, o con la responsabilidad que se hace hoy. Y si, por ejemplo, se daba que una ley era mala, y si nadie se daba cuenta, se podía seguir adelante, ya que era legal hacer el mal. Mucho de nuestro profesorado le inculcó por años, a los ingenieros y a las ingenieras, que debían buscar maximizar los beneficios o buscar la eficiencia y eficacia, pero no todo el profesorado, les recordó, tal vez por miopía o ignorancia, que esa persona ingeniera debe tomar sus decisiones, con responsabilidad social, y para eso, es condición básica, que el ingeniero y la ingeniera tengan sensibilidad hacia lo que les rodea, y entiendan, que por mucho poder que puedan tener en sus cargos, no pueden usarlo libremente, ya que sus acciones influyen en algo o alguien.
Voz Experta: Algunos estudios que han ahondado en la temática no han podido demostrar que más ciencia genere más beneficios para el desarrollo de la ciencia. Más aún, hay estudios que muestran una relación negativa entre el rendimiento científico y actitudes hacia la ciencia, tales como: el interés por la actividad científica, la participación en actividades científicas, entre otras relaciones con la ciencia (Bidegain & Mujika, 2020).
Voz Experta: En sentido contrario, otra mirada nos hace ver cómo las humanidades, a través de la creación artística, se encuentran presentes en todas las áreas del conocimiento, en variadas disciplinas de las carreras profesionales, tales como, las ciencias básicas o de ingeniería, el diseño, la arquitectura, la comunicación o las ciencias sociales (Hernández-García, 2013).
Sentido Común: Les parece que, para zanjar este conflicto, se escuche la opinión del estudiantado que asistió al Seminario de Formación Integral, para ver su opinión, después de haberse involucrado en las humanidades.
Desenlace: Segundo acto
Zerpa, alumno de ingeniería: “Este curso ha sido muy gratificante, me ha hecho comprender lo importante y valioso que es mi tierra, mi gente, la cultura, la música, siento que puedo contribuir a cuidar el medio ambiente y que puedo lograr ser mejor persona” (Zerpa, 2010, en Belandria, 2011, p. 21).
Delfín, alumno de ingeniería: “El seminario, amplía nuestra visión, para comprender el mundo que tenemos a nuestro alrededor, haciéndonos más sensibles y humanos. Fue un recorrido a través de etapas de profundización y admiración, al comprender que estamos relacionados con todas las cosas y que somos complementos uno del otro” (Delfín, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Serres, alumno de ingeniería: “Ciertamente, esta experiencia, a lo largo del semestre nos ha convertido, aunque sea un poco, en seres más sencillos y humildes ante lo que nos rodea” (Serres, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Arellano, alumno de ingeniería: “Encontrar en la carrera, una materia, que tocara el lado humano fue maravilloso” (Arellano, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Meier, alumno de ingeniería: “El seminario … nos ayuda a abrirnos a un mundo desconocido para muchas personas, como el arte o la ecología, y nos muestra la relación que tienen todos los aspectos culturales, profesionales y ambientales entre sí. Este curso hace que mejoremos a nivel personal, social, cultural y profesional, ya que nos motiva a un crecimiento, en especial en la escritura y conocimientos generales, para poder ser personas más completas” (Meier, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Meléndez, alumno de ingeniería: “Este seminario, nos permite crecer como personas, ampliar los conocimientos en arte, poesía, pintura, música, así como interesarnos en la lectura, enriquecer el léxico y mejorar nuestra escritura. En esta materia, planteamos temas preocupantes, como el calentamiento global” (Meléndez, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Rivas, alumno de ingeniería: “Estoy seguro de que muchos de los presentes, lograron descubrir talentos, que quizás no sabían que existían, o que por alguna circunstancia, se habían quedado en el olvido. De la misma manera, el punto de vista ingenieril que veníamos manejando, cambió, sensibilizándonos más con nuestra sociedad y con nuestro planeta” (Rivas, 2010, en Belandria, 2011, p. 22).
Voz Experta: Frente al escenario de masificación de la educación, las universidades todavía se logran diferenciar de otras fuentes de formación, tales como, centros de formación, o laboratorios de investigación, gracias a que aún, son la únicas, que pueden garantizar la universalidad del conocimiento, y dar la legitimidad, que necesita un título profesional y, en ese sentido, el rol que deben asumir la universidades, para avanzar hacia la excelencia universitaria, es formar profesionales, desde una mirada de la RSE Universitaria, para lograr que las personas profesionales, sean conscientes de su entorno social, y de esa forma puedan ejercer en una sociedad que es injusta, pero que busca el desarrollo (Vallaeys, 2014), es decir, se debe formar profesionales, que no solo posean capacidades técnicas, sino que también, en otras áreas disciplinares, generando una humanización de la persona profesional, que le permita sentir y comprender, el mundo donde propondrá sus aportes. Es así como la cultura destaca como una de las áreas disciplinares que contribuyen a este proceso educativo (de la Herrán Gascón, 2001), entre otras disciplinas, que permiten formar a una persona profesional, más universal y humana.
Voz Experta: En la mayoría de las universidades del mundo se reconoce la importancia de la formación complementaria, dando como resultado, que las escuelas básicas de ingeniería entreguen formación humanista a las personas profesionales en ingeniería, a través de la oferta de un conjunto de cursos de cursos, de diversas áreas, como la antropología, la sociología, la literatura, la comunicación, la cultura, u otros, debido a que profesionales de ingeniería no se relacionarán solo con un campo tecnológico o científico, ya que la realidad a la que se enfrentarán será compleja y requiere que la conozcan y comprendan en su totalidad, para que el ejercicio de su profesión se optimice (Belandria, 2011).
Albert Einstein: Recuerden que, en tiempos de crisis, la imaginación es más necesaria que el intelecto.
Conclusión
Sentido Común: Que les parece profesores y profesoras, si mejor escuchamos a las personas expertas, y decidimos formar, universalmente, a profesionales de ingeniería del futuro.
Todos, profesorado y alumnado: Sííííí.
Albert Einstein: Locura es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado distinto.
Voz Experta: Las universidades deben formar profesionales que entiendan que sus decisiones profesionales deben tomarlas, dentro de un contexto de comprensión del medio que les rodea, y donde estas decisiones tendrán una influencia, para lo cual, la formación humanista les ayudará a entender y valorar ese medio en el que influyen (Vallaeys, 2014). En se mismo sentido, la UNESCO ha declarado que se deben “formar profesionales con vocación humanista, para superar los retos que plantea el mundo globalizado” (Belandria, 2011, p. 19).
Sentido Común: Entonces señores y señoras, en conjunto unitario, debemos formar profesionales universales. Fin.
Conclusiones
Del estudio de los diversos géneros literarios se observa la posibilidad de poder utilizar a plenitud y en equilibrio, las ventajas y virtudes de los ensayos literarios y del género dramatúrgico, dando como resultado el ensayo literario teatralizado, que ofrece a la posibilidad de generar un ensayo que no se escriba estrictamente desde el prisma científico, y que pueda incorporar el arte, a través del género dramático, permitiendo articular la ciencia con el arte, en este caso específicamente con el arte dramático, lo que ofrece, como ventaja, poder humanizar los conflictos de la ciencia, al incorporar visiones del mundo común y eruditas, en el tratamiento, de los problemas de la sociedad.
El ensayo esbozado surge como una alternativa complementaria a lo propuesto por Coco (2009), que mezcla el género didáctico, a través del ensayo, y el uso complementario del género narrativo, pero diferenciado, al plantear el uso del género dramático en reemplazo de la narración. La proposición, utiliza lo planteado por Danan (2012, en Manzone, 2017), al incorporar dramatización al ensayo, pero con la diferencia que pone a disposición del autor o autora, una mayor cantidad de recursos, al no estar atado a la propuesta original que plantea el ensayo de Danan, que estructura el trabajo en dos tiempos, donde la dramatización del ensayo, se realiza en un segundo tiempo, y depende de lo escrito por otra persona autora distinta, en un primer tiempo, lo que no entrega todas las libertades y disponibilidad de recursos, a usar por el autor o autora, al tener limitaciones por lo que plantea el original del ensayo. En cambio, el ensayo literario teatralizado busca que el autor o autora pueda complementar con absoluta libertad su creación, al proponer, el ensayo y la dramatización de este, mezclando todo, en un solo documento y bajo la autoría de una sola persona, al utilizar una mayor diversidad de recursos al servicio de las ciencias y el arte.
Finalmente, el ensayo literario teatralizado podrá ser utilizado para la divulgación científica o, indistintamente, como un aporte en el ámbito didáctico o educativo, según sea el interés, para lo cual se ha propuesto un formato que incorpora: el desarrollo de objetivos, un formato de escritura, el tamaño del documento, los usos y una estructura para el ensayo literario teatralizado, donde se plantea la incorporación de apartados tales como: título, introducción, desarrollo, conflicto o nudo, desenlace, conclusión y biografía.