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Agronomía Costarricense
Print version ISSN 0377-9424
Agron. Costarricense vol.34 n.2 San Pedro de Montes de Oca Dec. 2010
Nota técnica
Evaluación de dos modalidades de manejo del pseudotallo después de la cosecha sobre el crecimiento, producción y sanidad de plantas de banano (Musa aaa)
Alfonso Vargas Calvo1/*, Douglas Cubillo Sánchez**
1/ Correo electrónico alfvarga@corbana.co.cr
* Corporación Bananera Nacional.
** Corporación Bananera Nacional. Actualmente Grupo Olefinas.
Dirección para correspondecia
Resumen
Durante el 2006 se realizaron 2 experimentos en plantaciones comerciales de banano (Musa AAA, cv. Grande Naine) del Caribe de Costa Rica. En ambos el primer tratamiento fue la eliminación periódica y el segundo la retención total, hasta el colapso, del tejido deteriorado del pseudotallo luego de la cosecha. Se midieron las variables de crecimiento, producción, enfermedades e insectos plagas. Excepto por el largo de la segunda mano en el experimento 1 (p=0,0309) y de la sexta mano en el experimento 2 (p=0,0455), no hubo diferencias entre tratamientos en las restantes variables de crecimiento (p>0,1480) y de producción (p>0,0652), ni presencia de pudrición por Erwinia spp. En ambos experimentos se observó la ocurrencia de daño por larvas de C. sordidus, pero éste, además de que fue de una baja magnitud, solo difirió entre tratamientos (p=0,0227) en el experimento 2. Se observó pudrición del cormo asociada con el picudo negro únicamente en el experimento 1, cuya expresión, además de ser baja, no difirió entre tratamientos (p>0,7574). Se determinó la presencia de Pseudococcus elisae y de Periplaneta spp., solamente en el experimento 1; con ambos insectos, los mayores valores (p<0,0412) se observaron en el tratamiento 2 (retención total). No se observó la presencia de escamas y áfidos en ninguno de los 2 experimentos. Dado que no hubo diferencias en crecimiento y producción entre tratamientos, la selección de uno de ellos estaría dada por factores de riesgo asociados con insectos plaga y/o enfermedades comunes al cultivo del banano.
Palabras clave: Subgrupo Cavendish, dimensiones del fruto, Grande Naine, insectos, pseudotallo.
Abstract
Evaluation of two modalities of management of the pseudostem after the harvest on the growth, production and health of banana plants (Musa AAA). In order to evaluate 2 modalities of common use in the management of the pseudostem after the harvest of the mother plant, 2 experiments were performed during the year 2006 in commercial banana (Musa AAA, cv. Grande Naine) plantations in the Caribbean region of Costa Rica. The treatments in both experiments were: 1-periodic elimination and 2-total retention, until collapse, of the deteriorated tissue of the pseudostem after harvest. Growth, yield, diseases and insect- est variables were measured. Except for the length of the second hand in experiment 1 (p=0.0309), and of the sixth hand in experiment 2 (p=0.0455), there were no differences between treatments in the remainder growth (p>0.1480) and production (p>0.0652) variables. Presence of Erwinia spp., soft rot was not observed. In both experiments, damage by larvae of Cosmopolites sordidus was observed, which nevertheless was of little magnitude and only differed between treatments (p=0.0227) in experiment 2. Corm rotting associate of with black weevil was only observed in experiment 1, at a low value, and with no differences between treatments (p>0.7574). The presence of Pseudococcus elisae and Periplaneta spp. was determined only in experiment 1; with both insects, the greater values (p<0.0412) were observed in treatment 2 (total retention). The presence of scales and aphids was not observed in either experiment. Since there were not differences in growth and production between treatments, the selection of one of them would be given by risk factors associated with inse pest and/or common diseases to the banana crop.
Keywords: Cavendish subgroup, Grande Naine, fruit dimensions, insects, pseudostem.
Introducción
La eliminación de la sección distal del pseudotallo en la planta de banano, tanto al momento de la cosecha del racimo, así como la eliminación periódica del tejido descompuesto o deteriorado en la porción retenida, es una labor tradicional en el manejo de la unidad de producción de banano en plantaciones orientadas hacia la exportación de fruta fresca.
Wortman et al. (1994), Turner y Barkus (1973), Walmsley y Twyford (1968), Nayar et al. (1956), Hassan et al. (2000) y Lahav y Turner (1992) indican que luego de la cosecha, el pseudotallode la planta madre contribuye a la nutrición mineral del hijo de sucesión. Esto ocurre durante las primeras 4 (Daniels y O’Farrel 1987) u 8 (Shanmugavelu y Balakrishnan 1980, Turner y Barkus 1973) semanas. Además, de acuerdo con Araya y Vargas (2002) y Rodríguez et al. (2006), conforme aumenta la altura retenida de la porción de pseudotallo remanente, existe un incremento en el peso del racimo y en el número de manos y frutos.
Todo lo anterior respalda la sugerencia de diferentes autores (Soto 1992, Daniels y O’Farrel 1987 y Walmsley y Twyford 1968) de no eliminar el pseudotallo luego de la cosecha de su racimo. Esta recomendación es la que actualmente prevalece en la actividad bananera como práctica habitual, con 2 modalidades diferentes de manejo. La primera comprende la remoción periódica del tejido descompuesto y la segunda considera la conservación de toda la sección retenida hasta su colapso y desaparición.
Esta última modalidad sin embargo, necesita ser evaluada en función de su influencia sobre el crecimiento y producción del hijo de sucesión así como de su importancia como fuente de inóculo de enfermedades e insectos. De acuerdo con Belalcázar et al. (1996) la porción remanente del pseudotallo después de la cosecha podría ser un reservorio de plagas y enfermedades de importancia económica. Entre las enfermedades, Guzmán y Wang (1998) mencionan la pudrición suave del fruto (Erwinia spp.), presente principalmente en los tejidos deteriorados del pseudotallo. Entre los insectos plaga se indican barrenadores Cosmopolites sordidus Germar y Metamasius hemipterus Olivier (Cubillo et al. 2001, Gold y Messiaen 2000, Rosero 1987, Champion 1975 y Ostmark 1974), las escamas Diaspis boisduvalii Sign., Aspidiotus destructor Sign. y Chrysomphalus aonidium Linn, las cochinillas harinosas Planococcus citri Risso, Dysmicoccus brevipes Cokerell y Pseudococcus elisae Borchsenius (Wright y Diez 2005, Cubillo et al. 2001, Simmonds 1996). En adición, la presencia de cucarachas (Periplaneta spp.) en el pseudotallo cosechado podría representar un factor de riesgo, especialmente en la época seca ya que estos pueden ingresar al racimo del banano y alimentarse de la epidermis del fruto, además de contaminarlo y lesionarlo con sus excretas. De acuerdo con ello, el objetivo del presente trabajo consistió en evaluar ambas modalidades de manejo del pseudotallo de la planta madre cosechada sobre el comportamiento productivo del hijo de sucesión y la presencia de enfermedades e insectos plagas.
Materiales y Métodos
Se realizaron 2 experimentos en plantaciones comerciales de banano (Musa AAA, cv. Grande Naine) ubicadas en el Caribe de CostaRica durante el 2006. El experimento 1 se efectuó en el cantón de Sarapiquí, provincia de Heredia (finca Victoria) y fue establecido en un área de 9,8 ha sembrada en 1993 con el cv. Grande Naine en una densidad de población de 1600 plantas.ha-1 originadas a partir de propagación in vitro. La fertilización anual durante el 2006 se realizó con 224 kg de N, 3 kg de P2O5, 351 kg de K2O, 65 kg de MgO, 453 kg de CaO, 68 kg de S, 7 kg de Zn y 3 kg.ha-1.año-1 de B, dividido en 8 aplicaciones de acuerdo con el manejo de la finca.
El experimento 2 se localizó en el cantón de Matina, provincia de Limón (finca El Esfuerzo) y se estableció en un área de 11,4 ha sembrada en 1993 con el cv. Grande Naine en una densidad de población de 1750 plantas.ha-1 originadas a partir de propagación in vitro. La fertilización anual durante el 2006 se realizó con 256 kg de N, 4 kg de P2O5, 303 kg de K2O, 16 kg de MgO, 300 kg de CaO, 57 kg de S, 7 kg de Zn y 1 kg.ha-1.año-1 de B, dividido en 10 aplicaciones de acuerdo con las estrategias de la finca.
Los datos de clima durante le etapa de experimentación así como los análisis químicos y físicos de suelo de ambos experimentos presentan en el Cuadro 1.
En cada área experimental, las plantas inmediatamente cosechadas de un mismo período (semana) y edad (cinta) definieron en forma rotativa, los 2 tratamientos de manejo del pseudotallo. Cada tratamiento consistió en la retención del pseudotallo y eliminación periódica del tejido deteriorado y por otra parte en la retención del pseudotallo sin eliminación del tejido deteriorado. Las plantas con dichos tratamientos fueron distribuidas en un arreglo completamente al azar con 52 a 56 repeticiones en el experimento 1 y con 53 a 56 repeticiones en el experimento 2. En esta etapa se registró la altura de pseudotallo de la planta cosechada (cm) así como la altura del brote sucesorio de producción (cm) con la ayuda de una cinta métrica de acero flexible de 5,0 m de longitud y graduada en cm. La altura del brote sucesorio se midió de la base del pseudotallo a la unión de las 2 últimas hojas emitidas.
La remoción periódica del tejido descompuesto del pseudotallo en el tratamiento 1 se realizó en ambos experimentos a las 7, 15 y 20 semanas del corte de cosecha, en concordancia con la práctica usual de finca. En cada una de ellas se registró en centímetros tanto la altura remanente como la removida (Cuadro 2).
Conforme el brote sucesorio de producción de cada tratamiento llegó a la floración, se realizó en ambos experimentos, una semana después de ello, el embolse y el desmane del racimo mediante la remoción en el segundo caso de 3 a 4 manos verdaderas. Paralelo a dicha labor se efectuó la eliminación de la mano falsa y la chira. No se realizó desdede del racimo ni desflora de los frutos.
En ambos experimentos la Sigatoka negra causada por el hongo Mycosphaerella fijiensis fue combatida por aspersiones aéreas de fungicidas sistémicos y/o protectores. Los fungicidas fueron aplicados en rotación en mezcla con aceite o agua de acuerdo con el nivel de infección de la enfermedad y las condiciones de clima prevalecientes en cada finca. Labores semanales de eliminación del tejido infectado por la enfermedad (deshoja) complementaron el combate químico.
Los racimos se cosecharon a las 11 semanas en el experimento 1 y a las 12 en el experimento 2 semanas después de la floración. En esta etapa se midieron en la madre y en el hijo de sucesión, la altura en centímetros cm del pseudotallo y el número de hojas efectivas (suma del tejido fotosintéticamente activo), así como la altura en centímetros cm del nieto. La altura de la madre, el hijo y el nieto se midieron en cada uno de ellos de la base del pseudotallo a la unión de las 2 últimas hojas emitidas; además se registró el peso del racimo (kg), el número de manos, el grosor (treintaidosavos de pulgada) y el largo (cm de pulpa a punta) del fruto central de la fila externa de la segunda y sexta mano.
El peso del racimo se registró con la ayuda de una romana con capacidad para 50 kg graduada cada 200 g, el grosor del fruto se midió en la parte media del mismo, perpendicularmente al plano de la curvatura, con la ayuda de un calibrador graduado en treintaidosavos de pulgada (1 unidad o grado=0,794 mm) y la longitud se midió a lo largo de la parte externa, desde la zona de unión del pedúnculo con la pulpa, hasta el ápice (de “pulpa a punta”) con una cinta métrica de plástico graduada en mm. Adicionalmente se aprovechó la limpieza hecha en el cormo para cuantificar la cantidad de plantas con presencia de pudriciones, como las causadas por bacterias del género Erwinia, que corresponden con zonas del cormo con decoloraciones de color cremoso hasta marrón claro y de consistencia blanda.
El daño en el cormo del pseudotallo de la planta madre cosechada causado por las larvas del picudo negro (C. sordidus) se evaluó según el método de Vilardebo (1973) mediante el coeficiente de infestación (CI) y el grado de pudrición. Según dicha metodología, el procedimiento de campo consiste en retirar el suelo en los alrededores del cormo de la planta madre recién cosechada y realizar en éste un corte vertical de 1 a 2 cm de profundidad en la sección opuesta al hijo de sucesión. Si en la superficie del cormo expuesta para el muestreo (10 cm) no se observan perforaciones o galerías causada por las larvas del insecto el CI es cero, si el área está totalmente cubierta con perforaciones y galerías el CI tiene el valor de 100. Valores de CI entre 0 y 100% pueden ser establecidos, como se muestra en el Cuadro 3.
Las evaluaciones de daño se realizaron en la segunda eliminación de tejido en descomposición del pseudotallo en la finca Victoria (3,5 meses después de la cosecha) y en la primera y segunda eliminación de tejido en descomposición del pseudotallo en finca El Esfuerzo (1,5 y 3,5 meses después de la cosecha, respectivamente). Se aprovechó la limpieza hecha en el cormo para cuantificar la cantidad de plantas con presencia de pudriciones causadas por bacterias probablemente asociadas con el género Erwinia.
Se cuantificó en el pseudotallo la presencia de la cochinilla harinosa (Pseudococcus elisae), de cucarachas, escamas y áfidos y otros insectos plaga. Para cuantificar la presencia de las cochinillas se empleó la escala de grados (Cuadro 4) desarrollada por Guillén et al. (2010), mientras que para las cucarachas, la medición se efectuó por unidad de muestreo o pseudotallo. Las evaluaciones fueron en finca Victoria a los 3,5 meses después de la cosecha y en la finca El Esfuerzo a los 1,5 y 3,5 meses después de la cosecha.
El conjunto de datos de las variables de crecimiento y producción fue analizado mediante un Análisis de Varianza y el correspondiente a la determinación del coeficiente de infestación y grado de pudrición asociado con C. sordidus así como la cantidad de insectos plaga por unidad de muestreo de P. elisae y Periplaneta spp. Para esto se utilizó el programa estadístico SAS (2002-2004).
Resultados
No hubo diferencias (p>0,14) entre tratamientos para las totalidad de las variables de crecimiento de la planta madre y su hijo de sucesión (Cuadro 5; p>0,1480) y, con excepción del largo de la segunda mano en el experimento 1 (p=0,0309), y el de la sexta mano en el experimento 2 (p=0,0455), en las variables de producción (Cuadro 6; p>0,0652).
No se observó a la cosecha del racimo la presencia de pudrición suave del fruto (Erwinia spp.) en ninguno de los 2 experimentos.
En ambos experimentos (Cuadro 7) se observó un bajo coeficiente de infestación (menor a 5) causado por C. sordidus, con presencia de trazas de galería, el cual difirió entre tratamientos (p=0,0227) solamente en el experimento 2, diferencia que no fue de una magnitud importante. Solamente se observó pudrición en el cormo asociada con el picudo negro en el experimento 1, la cual fue baja (grado de pudrición menor a 0,05) sin diferir (p>0,7574) entre las modalidades de manejo del pseudotallo.
Se determinó la presencia de P. elisae y de Periplaneta spp. (Cuadro 7) solo en el experimento 1, con una cantidad promedio de individuos por unidad de muestreo baja, de 2,9 y 6,1 (tratamientos 1 y 2, respectivamente) para el primer insecto plaga y de 1,7 y 2,1 (tratamientos 1 y 2, respectivamente) para el segundo de ellos. En ambos casos hubo diferencias significativas (P. elisae; p=0,0412 y Periplaneta spp.; p=0,0334) en la cantidad promedio de individuos, la cual no representó una magnitud importante. No se observó la presencia de escamas y de áfidos en ambos experimentos así como de algún otro insecto plaga.
Discusión
De acuerdo con Nayar et al. (1956), Walmsley y Twyford (1968), Turner y Barkus (1973), Shanmugavelu y Balakrishnan (1980), Daniela y O’Farrel (1987), Lahav y Turner (1992), Wortman et al. (1994), Hassan et al. (2000), el pseudotallo de la planta madre, luego de su cosecha, contribuye a la nutrición mineral del hijo de sucesión. En respaldo a las consideraciones sobre el flujo de nutrimentos de la madre recién cosecha al hijo de sucesión, tanto Araya y Vargas (2000) como Rodríguez et al. (2006) encontraron que conforme aumentó la porción retenida de pseudotallo en la planta madre a la cosecha, mayor productividad presentó el hijo de sucesión, resultado que documenta bajo condiciones tropicales (Costa Rica y Colombia, respectivamente) el traslado de nutrimentos antes mencionado.
En el presente estudio, la altura del corte de cosecha con el cual se agobia la sección distal del pseudotallo junto con el racimo, se efectuó a una similar altura, tanto en el tratamiento donde se eliminó periódicamente en el pseudotallo ya cosechado el tejido deteriorado (tratamiento 1,) como en aquel donde dicho tejido se retuvo (tratamiento 2). Solamente varió en cada uno de los sitios experimentales básicamente de acuerdo con el mayor vigor de las plantas en el experimento 1 (T1=213±16 y T2=216±21 cm) en comparación al experimento 2 (T1=169±17 cm y T2=169±15 cm).
Además, la primera remoción de tejido deteriorado en el tratamiento 1, que se efectuó 7 semanas después, en concordancia con las labores usuales de finca, permitió que desde la cosecha de la planta madre hasta allí, tanto en este tratamiento como en el tratamiento 2, el pseudotallo de la madre cosechada tuviera una similar biomasa. Esta condición de igualdad lo fue también para la magnitud del traslado de nutrimentos del pseudotallo de la madre cosechada hacia su hijo de sucesión, condición que concuerda con el período de tiempo (4 a 8 semanas) en que este traslado, según Turner y Barkus (1973), Daniels y O’Farrel (1987) y Shanmugavelu y Balakrishnan (1980) ocurre.
El cese del traslado, posterior al período antes mencionado, sería fundamentalmente la razón por la cual no hubo diferencias en las variables de crecimiento y producción, tanto en el caso donde la altura de la porción de pseudotallo disminuyó paulatinamente por la remoción del tejido deteriorado (T1) como en aquel donde no hubo remoción del tejido descompuesto y la porción de pseudotallo conservó la totalidad de su biomasa en pie hasta su colapso (T2). Esta consideración sugiere que la selección de alguna de las 2 modalidades de manejo del pseudotallo de la planta madre cosechada estaría básicamente dada en función de factores de riesgo asociados con enfermedades y/o insectos plaga comunes al cultivo del banano. No obstante lo anterior, deberá ser considerado con precaución, el riesgo asociado a la estacionalidad de estos insectos plaga y a las condiciones especiales del entorno que favorezcan su incidencia.
Entre las enfermedades, la pudrición suave del fruto del banano causada por Erwinia spp., ha tomado importancia comercial en los últimos años, dada su permanencia en los restos de los pseudopeciolos en descomposición, remanentes en la planta luego de la labor de deshoja, así como en los pseudotallos en pie de las plantas cosechadas (Guzmán y Wang 1998). De esa forma, en una plantación con presencia de la enfermedad, debería considerarse de manera prioritaria, entre otras medidas, la eliminación periódica del tejido deteriorado del pseudotallo proveniente de la planta madre cosechada, tal y como se realizó en el tratamiento 1.
Bajo las condiciones en las que se desarrolló el estudio, las poblaciones de insectos plaga presentes en el pseudotallo (Cosmopolites sordidus y Pseudococcus elisae) así como la ausencia de otros como las escamas y afidos, sugieren que el pseudotallo no representó una fuente de inóculo que pusiese en riesgo con ambas modalidades de manejo, la sanidad y la calidad de la producción del hijo de sucesión. Ello sucedió independientemente de la condición climática, la cual de acuerdo con las condiciones del Caribe costarricense se desarrollo en el experimento 1 en zona de precipitación alta (3734 mm) y el experimento 2 en una zona de precipitación media (2893 mm). En ambos casos, el intervalo de tiempo desde la cosecha de la planta madre hasta la cosecha del hijo de sucesión correspondió con las épocas climáticas: caliente y lluviosa, caliente y seca y fría y lluviosa, todas ellas muy favorables para la expresión tanto de enfermedades como de plagas insectiles.
Sin embargo, se debe tener presente de manera general, que la presencia y reproducción del picudo negro (C. sordidus) puede favorecerse en los períodos lluviosos ya que según Sponagel et al. (1995) la mayor oviposición ocurre bajo esa condición. Además, la aplicación de nematicidas en forma dirigida hacia el hijo de sucesión, específicamente al frente de éste, podría no alcanzar a los individuos presentes en el pseudotallo de la planta madre cosechada y favorecer el desarrollo de su población. Las cochinillas harinosas (P. elisae), también pueden reproducirse en el pseudotallo de la planta madre cosechada y de allí trasladarse al racimo, especialmente luego de largos períodos de lluvia e inundaciones (Cubillo et al. 2001). Su multiplicación tiene como causa la pérdida de calidad del racimo así como el rechazo del producto empacado en el puerto de embarque o más grave aún, en el puerto de destino, dado que es una plaga cuarentenada. La presencia de cucarachas en el pseudotallo cosechado podría representar un riesgo, especialmente en la época seca, ya que estas pueden ingresar al racimo del banano, alimentarse de la epidermis, producir lesiones en la epidermis y con sus excretas contaminar el fruto.
Además se debe considerar la ocurrencia de otras plagas del pseudotallo como los taladradores (Castniomera humboldti Boisduval y Castnia licus Drury), barrenadores (Odoiporus longicollis Olivier) presente en el oriente (Gold y Messiaen 2000, Ostmark 1989, Ostmark 1974) y varias especies de las familias Aphididae como Pentalonia nigronervosa, así como otros representantes de las familias Coccidae, Diaspididae, Thripidae, Scarabaeidae (Cubillo et al. 2001, Simmonds 1996) que aunque no fueron determinadas en este estudio representan un peligro potencial para el cultivo.
Independientemente de las consideraciones de origen sanitario y en función de las labores de manejo de la plantación, la ocurrencia y distribución de las unidades de producción adyacentes, y sus hijos, podría ser mejor visualizada al momento de la deshija, en aquellas áreas en donde se realiza la remoción periódica del tejido descompuesto del pseudotallo de la madre cosechada. Este concepto facilitaría una más acertada definición del hijo de sucesión con respecto a las unidades de producción vecinas.
De acuerdo con los resultados la remoción periódica del tejido descompuesto sería la opción de manejo que ofrecería un mayor beneficio, básicamente mediante la reducción del potencial del pseudotallo como atrayente, reservorio y fuente de inóculo. Este potencial podría también ser prevenido o reducido antes de la cosecha de la unidad mediante prácticas de manejo como la eliminación de vainas secas conocido como “desburrille” o combate mediante bioplaguicidas (detergentes y aceites o extractos vegetales) en aplicación dirigida al pseudotallo.
Agradecimiento
Los autores agradecen a la gerencia y al personal de las fincas El Esfuerzo ubicada en Matina, Limón y La Victoria en Sarapiquí, Heredia por la valiosa colaboración prestada durante el año 2006.
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Correspondencia a: Alfonso Vargas Calvo. Corporación Bananera Nacional.
Douglas Cubillo Sánchez. Corporación Bananera Nacional. Actualmente Grupo Olefinas. Correo electrónico alfvarga@corbana.co.cr
Recibido: 18/03/10 Aceptado: 25/08/10