Introducción
Descubrir un propósito vital (PV) es un componente central de un desarrollo humano positivo (Burrow & Hill, 2020; Pfund & Hill, 2018). El PV tiene una relación dialéctica con el proyecto de vida y la satisfacción vital. La ausencia de PV y de proyecto de vida puede implicar una fuerte insatisfacción con la vida o de vacío existencial (Furman, 2021). Particularmente, en la adolescencia, el PV se asocia con una mayor satisfacción vital (e. g., Blau et al., 2019; Chen & Cheng, 2020), compromiso cívico, orientación hacia el aprendizaje y la tarea (Summers & Falco, 2020), compromiso con la escuela (Hill et al., 2018) y con el desarrollo de fortalezas del carácter, como gratitud, compasión (Malin et al., 2017), sabiduría, templanza y trascendencia (Mariano et al., 2021). Asimismo, se vincula a un menor consumo de sustancias psicoactivas (Abramoski et al., 2018) y disminuye el riesgo de depresión (e.g., Bronk et al., 2018; Chen & Cheng, 2020).
La definición más aceptada de PV lo describe como “una intención estable y generalizada de lograr algo que es significativo para el sí mismo y que, al mismo tiempo, tiene consecuencias para el mundo más allá del sí mismo” (Damon et al., 2003, p. 121). El concepto de PV está fuertemente asociado al de sentido vital. Sin embargo, existe consenso en que el PV, a diferencia del sentido vital, implica acciones dirigidas a una meta y que tienen el fin de lograr una vida más significativa (Weber et al., 2022), así como realizar una contribución en beneficio de otros (Furman, 2021).
En una sociedad como la actual, regida por una fuerte concepción materialista, el vacío o frustración existencial tiene una fuerte potencialidad, y el estudio de qué lleva a las personas a encontrar un PV tiene una notable importancia (Yaccarini & Furman, 2017). Una considerable cantidad de autores vinculan la formación del PV con la formación de la identidad (Bronk, 2014; Kiang et al., 2020; Reilly & Mariano, 2021). Identificar el contenido de un propósito ayuda a responder a la pregunta “¿quién soy?” en tanto describe lo que la persona aspira. El compromiso con el propósito sirve para solidificar ese autoconocimiento y promover la continuidad personal (Hill et al., 2013; Keyes, 2011). Para algunos autores (ver Bronk, 2014 para una revisión), el desarrollo de la identidad y del PV progresan juntos. Ambos están enfocados en creencias y metas personalmente significativas. De acuerdo con Kiang et al. (2020), el desarrollo de la identidad precede al del PV. Por tanto, en la medida en que los jóvenes desarrollan un sentido de quiénes son, también identifican lo que quieren lograr para sus vidas (Bronk, 2014), lo que les ayuda a tener una vida más activa y con propósito (Kiang et al., 2020).
En este sentido, interesa conocer la relación entre el PV y el grado en que los adolescentes han desarrollado un autoconocimiento claro y estable. Este es un aspecto central de la estructura del autoconcepto. La claridad en el autoconcepto es definida como el grado en que el contenido de este es claro y la persona puede definirlo con seguridad, es internamente consistente y temporalmente estable (Campbell et al., 1996). Si bien la relación entre la claridad en el autoconcepto y el PV ha sido escasamente estudiada, hallazgos recientes muestran que una menor claridad en el autoconcepto se asocia a una mayor presencia de búsqueda de PV, mientras que niveles más altos en la claridad se asocian a una mayor identificación de PV (Molina et al., 2022).
Por otra parte, existen diferentes factores contextuales que brindan apoyo al desarrollo del PV. La familia, en general, y los padres, en particular; el entorno escolar; la relación con pares y mentores; y la participación en actividades extracurriculares han sido identificadas como fuentes potenciales para promover el descubrimiento y compromiso con un PV (Bronk, 2014; Kiang et al., 2020; Reilly & Mariano, 2021).
En este trabajo, se explorarán, en particular, las actividades de disfrute, es decir, aquellas que los adolescentes realizan en alguno de los contextos antes mencionados y que identifican como su actividad favorita (Schmidt et al., 2022). Las actividades tanto estructuradas (i. e. artísticas y deportivas) como no estructuradas (i. e., sociales y de ocio) permiten explorar y validar la propia identidad ya que estimulan la evaluación de los propios talentos, valores, intereses y el lugar en la estructura social (Eccles et al., 2003).
De este modo, las actividades que realizan los adolescentes pueden ser un medio para explorar y comprometerse con un PV (Reilly & Mariano, 2021). Si bien el propósito es algo plenamente subjetivo y no existe una forma segura de lograr que un individuo desarrolle un PV, ciertas experiencias, oportunidades, relaciones y contextos pueden favorecer su descubrimiento. La participación en actividades con propósito (purposeful activities, e.g., los voluntariados, actividades religiosas o artísticas) en la infancia y adolescencia es un paso clave para potenciar el desarrollo de un PV. Las experiencias en estas actividades permiten que los jóvenes descubran que poseen capacidades y talentos para ellas, al mismo tiempo que las encuentran significativas para sí mismos. De tal modo, se asientan las bases para la configuración de un PV (Bronk, 2014). En un estudio cualitativo realizado en adolescentes norteamericanos, se identificó que las actividades favoritas realizadas por estos fueron identificadas como uno de los medios para vehiculizar su propósito (Malin et al., 2017).
Sin embargo, más allá del efecto de la participación en actividades específicas, del tipo de actividad o de la cantidad de actividades realizadas, se ha señalado la necesidad de indagar las experiencias y procesos propios de la actividad que conllevan beneficios para los jóvenes (Vandell et al., 2015). En este sentido, se destaca la importancia del estudio de la relación entre las experiencias de disfrute y de autorrealización en la actividad preferida y el propósito vital.
El disfrute se define como una experiencia subjetiva de gusto o agrado por una actividad o contenido que incluye aspectos afectivos, cognitivos y motivacionales (Blythe & Monk, 2018). Es un estado afectivo positivo que ocurre cuando una persona se involucra en una experiencia o actividad por motivos intrínsecos, logrando satisfacer de este modo un deseo, meta o necesidad importante (Ryan & Deci, 2017; Smith et al., 2014). Se trata de un constructo complejo y multidimensional, que incluye una variedad de fenómenos que pueden ser ordenados según su intensidad: placer, satisfacción, diversión, gratificación y experiencia óptima (Blythe & Monk, 2018). El estudio empírico del disfrute en la actividad favorita elegida por los jóvenes permitió concluir que este involucra un componente afectivo, que abarca emociones y sentimientos de tono positivo; y un componente cognitivo-motivacional, que implica experiencias de involucramiento, es decir, un estado de concentración y total absorción (Schmidt et al., 2022). Asimismo, investigaciones previas muestran los efectos profundos y duraderos que tienen estas experiencias sobre el bienestar personal (González-Hernández et al., 2019; Núñez et al., 2017), la felicidad (Alarcón & Rodríguez, 2015) y la salud psico-física (Rhodes & Kates, 2015).
Diversos estudios han señalado la relación entre PV y el afecto positivo, uno de los componentes del disfrute (e. g., Hill et al., 2016; Pfund & Hill, 2018). La experiencia de afecto positivo predispone a los individuos a sentir que sus vidas son significativas. Uno de los factores que explican esta relación es que seguir una meta personalmente significativa, como lo es el PV, conlleva un fuerte sentido de motivación intrínseca. Es decir, participar en la consecución de esa meta es un fin en sí mismo (ver Bronk, 2014 para una revisión).
Por último, el disfrute contribuye a la construcción de la identidad y a la realización personal (Blythe & Monk 2018). La autorrealización implica la gratificación personal basada en el logro de aspiraciones y objetivos importantes para el proyecto vital (D’Souza et al., 2015). En estudios cualitativos realizados en deportistas, artistas y ajedrecistas, se encontró que experimentaban algo más que haber vivenciado una experiencia placentera o satisfactoria. Referían sentirse plenos y realizados a través de esas actividades, y que ellas les daban sentido a sus vidas (Delle et al., 2011; Nakamura & Csikszentmihalyi, 2002). Por lo tanto, las experiencias de disfrute tienen el potencial de ser tan significativas que contribuyen a la definición personal y a la autorrealización (Schmidt et al., 2022). Considerando que la realización personal y el desarrollo de la identidad son aspectos inherentes al PV (ver Kiang et al., 2020 para una revisión), se estudiará si estas variables median la relación entre las experiencias de disfrute y el PV en los adolescentes.
Por lo tanto, el objetivo de este trabajo fue poner a prueba un modelo predictivo de la identificación de PV a partir de las experiencias de disfrute, la realización personal y la claridad en el autoconcepto. A partir de lo cual se plantean las siguientes hipótesis (ver Figura 1):
H1a: el afecto positivo ejerce un efecto directo sobre la identificación de PV.
H1b: el afecto positivo ejerce un efecto indirecto sobre la identificación de PV a través de la claridad en el autoconcepto.
H1c: el afecto positivo ejerce un efecto indirecto sobre la identificación de PV a través de la realización personal.
H2a: el involucramiento ejerce un efecto directo sobre la identificación de PV.
H2b: el involucramiento ejerce un efecto indirecto sobre la identificación de PV a través de la claridad en el autoconcepto.
H2c: el involucramiento ejerce un efecto indirecto sobre la identificación de PV a través de la realización personal.
H3: la claridad en el autoconcepto ejerce un efecto directo sobre la identificación de PV.
H4: el sentido de realización personal ejerce un efecto directo sobre la identificación de PV.
Método
Se realizó un estudio descriptivo correlacional con un diseño no experimental de tipo transversal (Hernández-Sampieri & Mendoza, 2018).
Participantes
La muestra es de tipo no probabilística (o dirigida) por conveniencia (Hernández-Sampieri & Mendoza, 2018). Es un tipo de muestra no probabilística, debido a que se seleccionaron adolescentes que formaban parte de la población estudiada, de manera informal y de acuerdo con los criterios de inclusión determinados. Dichos criterios fueron tener entre 13 y 20 años y asistir a escuelas de enseñanza media del Área Metropolitana Bonaerense (AMBA). La selección de los casos fue por conveniencia, es decir, por la disponibilidad que se obtuvo por medio del acceso a las instituciones contactadas. Para establecer el número de casos mínimo requerido, se siguió el criterio establecido por Kline (2016), quien recomienda una relación entre el tamaño de la muestra y los parámetros de 20:1. Dado que el modelo que se iba a poner a prueba cuenta con 14 parámetros a estimar, se estableció una muestra mínima de 280 casos.
La muestra estuvo compuesta por adolescentes de entre 13 y 19 años (n = 511) de ambos sexos (mujeres = 65.6%) que asistían a escuelas de enseñanza media del AMBA (edad M = 15.34; SD = 1.40). Un 59.1% de los adolescentes pertenecían a hogares biparentales. Un 65.5% de las madres y el 63.1% de los padres y madres tenían estudios superiores (completos o incompletos).
Instrumentos
Escala de claridad en el autoconcepto (Campbell et al., 1996; adaptación de Molina et al., 2020)
Se compone de 8 ítems (e. g., En general, tengo un sentido claro de quién y cómo soy) con cinco opciones de respuesta (de Totalmente de acuerdo a Totalmente en desacuerdo). La escala presenta una adecuada validez factorial, de contenido y de constructo. A su vez, tiene buena confiabilidad. En esta muestra, se hallaron adecuados indicadores de consistencia interna. El alpha de Cronbach fue de .83. También presentaron adecuados índices de ajuste (CFI = .99, NFI = .98, NNFI = .98).
Escala de Propósito Vital para Adolescentes (Molina et al., 2022)
Evalúa el sentido de PV a través de 15 ítems: cinco para búsqueda de PV (e. g., Busco un proyecto vital que represente quien soy) y diez para identificación de PV (e. g., Descubrí un proyecto en mi vida que me hace sentir profundamente pleno) con una escala Likert de 5-puntos (de Totalmente de acuerdo a Totalmente en desacuerdo) como opciones de respuesta. La escala presenta una adecuada validez de contenido, factorial, y de constructo. A su vez, tiene buena confiabilidad. Para el presente estudio se usó solo la escala de identificación de PV. En esta muestra, se hallaron adecuados indicadores de consistencia interna, y el alpha de Cronbach fue .88. Además hubo adecuados índices de ajuste (CFI = 1.00, NFI = .99, NNFI = 1.00).
Escala de Disfrute en la Actividad (Schmidt et al., 2022)
Esta escala cuenta con dos secciones. En la primera parte, se presentan distintos tipos de actividades basados en clasificaciones previas (físico-deportiva, artística, uso de tecnologías, actividades sociales, actividades con la familia, ocio pasivo y otras), y se solicita consignar cuál es la actividad favorita. La segunda parte se compone de 13 ítems que evalúan el disfrute a través de dos dimensiones: el afecto positivo (e. g., Me apasiona esta actividad) y el involucramiento (e. g., Mientras hago la actividad estoy muy conectado con la situación). Las opciones de respuesta consisten en una escala Likert de 5-puntos que evalúa el nivel de acuerdo (desde Totalmente en Desacuerdo a Totalmente de Acuerdo). Se pide responder a cada frase considerando la actividad favorita. La escala presenta una adecuada validez de contenido, factorial y de constructo, y buena confiabilidad. En esta muestra se hallaron adecuados indicadores de consistencia interna (alpha de Cronbach): afecto positivo, α = .88; involucramiento, α = .81. Además, se obtuvo adecuados índices de ajuste (CFI = 1.00, NFI = .99, NNFI = 1.00).
Escala de Sentido de Realización Personal (Schmidt et al., 2022)
Evalúa el grado de sentido de realización personal que perciben alcanzar los sujetos con su actividad favorita. Consta de 6 ítems (e. g., Esta actividad me hace sentir pleno) con una escala Likert de 5-puntos que mide el grado de acuerdo. La escala presenta una adecuada validez factorial y buena confiabilidad. En esta muestra, se hallaron adecuados indicadores de consistencia interna. El alpha de Cronbach fue .85. También, se hallaron adecuados índices de ajuste (CFI = .95, NFI = .95, NNFI = .92).
Procedimiento
El presente estudio cuenta con el aval del comité de ética de la Universidad Abierta Interamericana (UAI). Los adolescentes respondieron los cuestionarios en forma grupal, y la consigna fue explicada por los investigadores. Su participación fue voluntaria, anónima y confidencial. Se solicitó el consentimiento escrito de los padres y las madres indicando que aceptaban que sus hijos e hijas participaran en el estudio.
Análisis de datos
Como análisis preliminares, por un lado, se realizó un análisis descriptivo de las variables. Por otro lado, se analizó la frecuencia del tipo de actividad favorita elegida por los adolescentes.
Posteriormente, para poner a prueba el modelo hipotetizado, se realizó un Modelo de Ecuaciones Estructurales. Debido a que una de las variables presentaba niveles de asimetría y curtosis superiores a -1, 1 (ver Tabla 1), se utilizó el método de estimación de Mínimos Cuadrados Generalizados, por ser robusto a la falta de normalidad (tanto de las variables como la multivariada) (ver Medrano & Muñoz-Navarro, 2017 para una revisión). El ajuste del modelo se comprobó mediante los índices absolutos, incrementales y de parsimonia. Para esto se, valoraron el Chi-cuadrado, la razón de Chi-cuadrado sobre los grados de libertad (CMIN/DF), el índice de bondad ajustado (AGFI), el índice Tucker-Lewis (TLI), el índice de bondad de ajuste comparativo (CFI), el índice de ajuste incremental (IFI) y el error cuadrático medio de aproximación (RMSEA). Para el AGFI, TLI, IFI y CFI, se consideran aceptables valores superiores a .90 y excelentes valores superiores a .95. Para el RMSEA, son aceptables valores inferiores a .08 y excelentes valores inferiores a .05 (Hu & Bentler, 1999). Por último, se analizaron los efectos directos, indirectos y totales obtenidos entre las distintas variables contempladas en el modelo. Para calcular los efectos indirectos, se empleó el método de Bootstrapping (Efron & Tibshirani, 1993), preconfigurado en el software empleado (Preacher & Hayes, 2004). El análisis de los datos se realizó con el paquete SPSS versión 26.0 y el complemento AMOS versión 21.0.
Variable | M (DS) | Mna | Asimetría | Curtosis | Min - Max |
Afecto positivo | 35.00 (5.00) | 36.00 | -1.41 | 2.45 | 12 - 40 |
Involucramiento | 19.80 (3.94) | 20.00 | -.54 | -.17 | 6 - 25 |
Realización personal | 21.95 (5.06) | 22.00 | -.30 | -.26 | 6 - 30 |
Claridad en el autoconcepto | 25.48 (6.43) | 26.00 | -.03 | -.32 | 8 - 40 |
Identificación de propósito vital | 33.27 (8.47) | 34.00 | -.45 | .19 | 10 - 50 |
Resultados
Análisis preliminares
Como puede observarse en la Tabla 2, la mayoría de los participantes refiere que su actividad favorita es del tipo físico-deportiva, artística o social. Estas actividades concentran el 80.8% de las respuestas.
Modelo de ecuaciones estructurales para predecir el propósito vital
El modelo estudiado presenta un muy buen ajuste a los datos (χ2 [1, 511] = 1.30, p = .255, χ2/gl = 1.30, GFI = 1.00, AGFI = .98, CFI = 1.00, IFI = 1.00, TLI = .98, RMSEA = .02). El modelo explica el 12% de la varianza de la identificación de PV (variable criterio, ver Figura 1).
Se calculó el poder estadístico del modelo para este tamaño muestral basado en el RMSEA (Preacher & Coffman, 2006). Se realizó la prueba de mal ajuste en la que la hipótesis nula sostiene que el modelo tiene un ajuste igual o mayor al umbral (MacCallum et al., 1996; Wang, 2023). Se estableció como RMSEA de .08 para la Ho y para la Ha el RSEA obtenido para este modelo es de .02. El poder estadístico es de .22. Por otro lado, se realizó la prueba de ajuste cercano, que establece como hipótesis nula que tiene un buen ajuste (MacCallum et al., 1996; Wang, 2023). En este caso, se estableció un RMSEA de .02 para la Ho y uno de .08 para la Ha. En este caso, la potencia es de .37.
Evaluación de los parámetros individuales
Como puede observarse en la Figura 2, se encontró un efecto directo del afecto positivo (β = .49, p < .001) y del involucramiento (β = .15, p < .001) sobre la realización personal. Asimismo, se encontraron efectos directos de la claridad (β = .19, p < .001) y la realización personal (β = .23, p < .001) sobre la identificación de PV.
Por otro lado, no se encontraron efectos directos del afecto positivo (β = .02, p = .705), ni del involucramiento (β = .05, p = .316) sobre la identificación de PV. Sin embargo, sí existe un efecto indirecto del afecto positivo (β = .13, p = .001) y el involucramiento (β = .04, p = .006) hacia la identificación de PV, a través de la realización personal.
Por último, el afecto positivo (β = .09, p = .133) y el involucramiento (β = .03, p = .572) no tienen un efecto significativo sobre la claridad en el autoconcepto. A partir de lo cual, se establece que esta variable tampoco media la relación entre las experiencias de disfrute y la identificación de PV.
Discusión
El objetivo de este trabajo fue analizar la relación entre las experiencias de disfrute en la actividad favorita de los adolescentes y la identificación del propósito vital (PV). Para esto, se puso a prueba un modelo en el que se estudió el efecto de mediación de la claridad en el autoconcepto y la realización personal.
Los resultados indican que no se encontraron evidencias a favor de las hipótesis H1a y H2a, que sostenían que el afecto positivo y el involucramiento ejercen un efecto directo sobre el PV. Los hallazgos indican que la influencia de estas variables sobre el PV está mediada por la realización personal. De este modo, se encontraron evidencias a favor de las hipótesis H1c y H2c. Es decir, las experiencias afectivas en la actividad favorita que conllevan sentimientos y emociones positivas como la pasión, el placer o la gratificación, y las experiencias cognitivo-motivacionales de concentración y absorción permiten que los adolescentes experimenten en la actividad sentimientos de gratificación, plenitud y crecimiento personal. Es mediante este sentimiento de realización del propio potencial que las experiencias positivas en la actividad favorita aumentan la percepción de los adolescentes de que han encontrado una dirección en sus vidas que define quienes son y, al mismo tiempo, los conecta con el mundo.
Es importante señalar que los estudios previos que indagaron la relación entre afecto positivo y PV consideraron al primero como componente del bienestar, sin contemplarlo en relación a una actividad en particular (e. g., Hill et al., 2016; Pfund & Hill, 2018). De todos modos, los hallazgos del presente estudio concuerdan con la idea de que es a través de la plenitud y el crecimiento personal, que se encuentra en la actividad, que el disfrute experimentado en ella repercute en el sentido vital, un constructo muy vinculado al PV (Delle et al., 2011; Nakamura & Csikszentmihalyi, 2002). Los resultados presentados permiten afirmar que la realización personal que conllevan las actividades de disfrute, además de brindar sentido a la vida, se asocian con el descubrimiento de un propósito, lo cual implica una meta con un fuerte potencial altruista.
Por otra parte, no se encontraron evidencias para las hipótesis H1b ni H2b. Las experiencias en las actividades de disfrute no predicen la claridad en el autoconcepto de los adolescentes, y, por lo tanto, esta variable no media la relación entre las experiencias de disfrute y el PV. Estos resultados son inesperados, ya que, de acuerdo a los antecedentes en el tema, sería esperable que las experiencias en la actividad favorita permitan explorar y validar la identidad (Eccles et al., 2003) y, por lo tanto, tener una repercusión en la consistencia y estabilidad del propio autoconocimiento.
De todos modos, es posible que estas relaciones que implican procesos de exploración y crisis, con compromisos transitorios y flexibles (Reilly & Mariano, 2021) no puedan observarse a través de estudios transversales como este. Se alienta a continuar estudiando estas relaciones a través de diseños longitudinales y con un enfoque mixto. Asimismo, sería interesante conocer el efecto moderador de otras variables que puedan estar oscureciendo la relación entre las experiencias de disfrute y la claridad en el autoconcepto, como pueden ser la edad o el género. A medida que se avanza en la adolescencia, la claridad en el autoconcepto aumenta como resultado del proceso de exploración de la identidad (Crocetti & Van Dijk, 2016; Molina et al., 2020). Es posible que las experiencias en las actividades de disfrute repercutan de diferente manera en la claridad conforme se avanza con dicho proceso. Por otro lado, se encontró que la población adolescente masculina presentan niveles más altos de claridad que la femenina (Crocetti & Van Dijk, 2016; Molina et al., 2020) y que el contexto puede incidir de manera diferente en las autopercepciones de varones y mujeres (ver Molina et al., 2017 para una revisión). Por lo tanto, es posible que la relación entre las experiencias de disfrute y la claridad en el autoconcepto varíe en función del género.
Por último, en concordancia con lo hipotetizado (H3 y H4), la claridad en el autoconcepto y el sentido de realización personal ejercen un efecto directo sobre la identificación de PV. Estos resultados son coherentes con lo que expresa la literatura sobre PV e identidad. El grado en que los adolescentes logran responder a la pregunta sobre quiénes son, cuáles son su valores e intereses, impacta en la elección de sus metas y en la posibilidad de definir su forma de contribuir al mundo (e. g., Bronk, 2014; Kiang et al., 2020; Reilly & Mariano, 2021). Del mismo modo, las posibilidades de realización personal también permiten conocer y desarrollar el propio potencial, al mismo tiempo que se identifican metas significativas para el sí mismo y que les permiten vincularse con el mundo (Bronk, 2014).
Este estudio abre nuevos interrogantes que deberán ser abordados en próximas investigaciones. Por ejemplo, debido al tamaño de la muestra, no fue posible explorar el efecto moderador de cada tipo de actividad. La literatura sobre el PV identifica algunas actividades como particularmente promotoras del PV. Por ejemplo, las actividades religiosas, el servicio comunitario, el arte están asociadas al desarrollo de un PV (e. g., Bronk, 2014; Malin et al., 2017). En nuestro estudio, se incluyó una amplia variedad de actividades, y queda pendiente indagar si las experiencias de disfrute tienen un efecto diferente sobre el PV, en función del tipo de actividad. Por ejemplo, ¿presentan un mayor PV los adolescentes que realizan actividades artísticas que los que realizan actividades deportivas? ¿Tienen las experiencias de disfrute un efecto más fuerte y directo sobre el PV cuando se trata de actividades organizadas (e. g., artísticas, físico-deportiva, uso de tecnología) que cuando se trata de actividades espontáneas (e. g., sociales, ocio-pasivo)? ¿Cómo impactan estas experiencias en el PV de adolescentes que participan en actividades claramente propositivas como son los voluntariados, la militancia o activismo ecológico? Por otro lado, ¿existen características individuales que lleven a elegir actividades que vehiculicen el PV? Asimismo, resulta interesante considerar el rol de personas significativas como padres y madres, docentes, pares y mentores en la elección de estas actividades, y como facilitadores del disfrute y compromiso con ellas. Todos estos interrogantes son de gran importancia, particularmente considerando que el porcentaje de varianza explicada por el modelo obtenido es relativamente bajo. Esto implica la necesidad de incorporar otras variables y relaciones que expliquen el PV.
Este estudio presenta una serie de limitaciones. En primer lugar, se trabajó con una muestra no probabilística y por conveniencia. Por tal motivo, no se pueden generalizar los resultados a todos los adolescentes de Argentina. Sería importante replicar esta investigación con otros grupos de adolescentes, como aquellos que asisten a escuelas públicas, viven en zonas rurales, o no están escolarizados.
Por otro lado, el poder estadístico del estudio es bajo ya que se requería una muestra mucho mayor para alcanzar el poder recomendado (.80). El tamaño de muestra mínimo requerido para este modelo es de 1750 casos. Si bien dicho tamaño muestral es difícil de alcanzar en nuestro contexto, se recomienda que futuros estudios trabajen con muestras más grandes. De todos modos, es preciso señalar que el análisis retrospectivo del poder estadístico ha sido cuestionado (Hoenig & Heisey, 2001; Nakagawa & Foster, 2004; Zhang et al., 2019) y que este cuestionamiento se extiende a los modelos de ecuaciones estructurales (Wang, 2023). La elección del número de cosas en este estudio se basó en otro criterio que también es recomendado por la literatura sobre modelos de ecuaciones estructurales: la proporción entre casos y parámetros (Kline, 2016). De acuerdo con dicho criterio, la muestra de este estudio excede el número mínimo de casos requeridos.
En segundo lugar, el diseño de tipo transversal y no experimental impide establecer relaciones de causa-efecto. Sería interesante que en futuros estudios se investiguen las trayectorias de desarrollo del PV. ¿Existen cambios a lo largo del tiempo en las relaciones estudiadas? Es decir, ¿tienen el disfrute en la actividad y la autorrealización un impacto progresivo en la identificación y compromiso con un PV?
Una tercera limitación de este trabajo está vinculada con el uso de instrumentos de autoinforme. Este estudio carece de medidas multi-informante o multifuente. Sin embargo, más allá de la información que pueda obtenerse de otras fuentes, es importante señalar que ciertos aspectos del PV están muy vinculados al self y son relativamente privados y subjetivos. De esta forma, en grado en que una meta es significativa o que un individuo se siente comprometido e involucrado con ella, es personal y puede ser informado de manera más precisa por sí mismo. De todos modos, más allá del valor de esta información, sería relevante que en futuras investigaciones se incluyan otras fuentes que permitan triangular los datos, estimar de manera más precisa el nivel de PV y disminuir los posibles sesgos de respuesta (Burrow et al., 2018).
Por otra parte, este estudio se centró en el sentido de PV (es decir, la percepción subjetiva de tener un PV), pero no se indagó su contenido. Sería interesante analizar la relación entre este último aspecto del PV y las experiencias en actividades específicas. Esto último permitiría también progresar en el estudio de lo que Reilly y Mariano (2021) definen como un PV maduro. Estos autores extienden la definición de PV propuesta por Damon et al. (2003) y lo que otros autores han considerado como un PV completo (e. g., Blau et al., 2019; Bronk, 2014; Malin et al., 2017). Para Reilly y Mariano (2021), además de implicar un compromiso con una meta generalizada y de largo alcance, ser significativa para el self y estar orientada más allá del self, un propósito maduro implica agencia y flexibilidad en dicho compromiso. Es decir, el desarrollo de un propósito maduro implica un proceso de compromiso maduro. Esto conlleva que el adolescente sea capaz de discernir, ser agente y flexible en la elección de las metas, en lugar de tomar metas recibidas por otros sin un proceso de exploración propio.
Por último, es crucial destacar que este estudio se llevó a cabo antes de la pandemia por COVID-19. Esto lleva a preguntarse por el efecto de dicha situación, y de las medidas de confinamiento desarrolladas para afrontarla, sobre las actividades y experiencias de disfrute. ¿En qué medida pudieron mantenerse, se perdieron o fueron transformar estas experiencias? ¿Hasta qué punto el compromiso con sus propósitos se vio afectado o abandonado? ¿De qué maneras pudieron preservar dicho compromiso? ¿En qué medida surgieron nuevas formas de disfrute o nuevas oportunidades de identificar un PV?
Más allá de estas limitaciones, el presente estudio realiza aportes de gran relevancia para el área. A partir de los resultados presentados, se puede destacar la importancia de promover las experiencias de disfrute en las actividades que realizan los adolescentes. Más aún, es importante promover las posibilidades de realización personal a través de las actividades. Particularmente, en lo que respecta a las actividades favoritas, es importante profundizar el conocimiento sobre cómo eligen los adolescentes estas actividades. Los hallazgos de este trabajo evidencian la importancia de las actividades que, además de producir satisfacción y placer, promuevan la realización personal y el sentido de PV. Estas conclusiones tienen el potencial de ser aplicadas por psicólogas y psicólogos, así como otros profesionales, tanto en el ámbito clínico como en el comunitario o educacional. Se recomienda promover la exploración de actividades que puedan producir estas experiencias, así como promover su acceso facilitando información y buscando soluciones a posibles obstáculos.
Asimismo, estos hallazgos tienen relevancia para la planificación de políticas públicas. En Argentina, el acceso a las actividades recreativas (aquellas que los niños, niñas y adolescentes más disfrutan) son un derecho, incorporado a la constitución nacional a partir de la declaración de la Convención de las Naciones Unidas y adoptada por los estados miembros, de los que Argentina forma parte (Ley 23.849, 1990). Sin embargo, los niños, niñas y adolescentes de contextos vulnerados no tienen las mismas oportunidades y acceso a las actividades recreativas (Picco, 2018). A partir de ello, es importante resaltar la importancia de que el Estado las garantice, en tanto son un derecho que en muchos sectores de nuestra región se haya vulnerado.
Por otro lado, en otros países del mundo (e. g., Estados Unidos) existen programas orientados a promover la participación de los adolescentes en actividades organizadas. Dichos programas están destinados a promover un desarrollo positivo juvenil a través de dichas actividades (Burkhard et al., 2020). Como fue mencionado en la introducción, existe la necesidad de profundizar el estudio de cuáles son los procesos y experiencias vivenciados en el marco de estas actividades que repercuten en dicho desarrollo (Vandell et al., 2015). Nuestro estudio implica un avance en ese sentido.