Introducción
La ganadería bovina en América no tiene una fecha exacta de inicio, pero se atribuye que fue posterior al segundo viaje realizado por Cristóbal Colon desde el viejo continente en 1493, con la llegada de los primeros ejemplares bovinos (Bos taurus) y de otras especies animales, para iniciar con su crianza y así, proveer de carne y leche a la población (Parra-Cortes et al., 2021; Perezgrovas Garza, 2017). En la literatura, se mencionan diversas teorías que tratan de explicar el origen, el cómo y cuándo llegaron esos primeros animales al continente americano y en particular a México, para iniciar las diversas actividades ganaderas (Rosendo-Ponce & Becerril-Pérez, 2015).
Las actividades pecuarias tienen gran importancia socioeconómica en México y representan una forma de vida en las zonas rurales como el caso de Chiapas. La ganadería bovina mexicana se desarrolla en diversas regiones agroecológicas en diversos sistemas de producción y con diferente nivel tecnológico. Se encuentra en transición de economía campesina a economía empresarial, desde altamente tecnificada hasta sistemas de traspatio con la orientación a la subsistencia familiar; se clasifican para México en intensivos, semi-intensivos y extensivos (Orantes-Zebadúa et al., 2014; Palma García, 2014).
Los sistemas bovinos de producción tecnificados o intensivos, se han especializado para maximizar la producción de carne o leche y dar respuesta a la alta demanda de estos productos por parte de la población que cada vez es mayor (Camacho Vera et al., 2017). Por ejemplo, la implementación del modelo Holstein del 2002 al 2013, incrementó la producción de leche en zonas especializadas del país. Cuanto más tecnificado se encuentra el sistema mayor es el ingreso económico por concepto de ventas (Camacho Vera et al., 2017; Espinosa García et al., 2018).
La ganadería de autosuficiencia familiar o extensiva, se agrupa dentro de un sistema de economía campesina, donde no se conoce la perspectiva de quienes la manejan, se ignora su potencial productivo y sus costos de producción (García Flores & Guzmán Gómez, 2014).
En México, los sistemas familiares de producción bovina se caracterizan por hacer uso de los recursos locales existentes como son: la mano de obra familiar la implementación del pastoreo en tierras de agostadero, cultivos forrajeros, el uso de rastrojos de parcelas agrícolas y de forma esporádica de ensilados y granos; es decir, se basan en el binomio ganadero/agrícola (Velázquez-Avendaño & Perezgrovas-Garza, 2017). Dentro de esta clasificación se encuentran los bovinos criollos (B. taurus), que son animales adaptados por más de 500 años a sus diferentes entornos y que desarrollaron rusticidad, resistencia y capacidad de aprovechar los recursos naturales disponibles en su hábitat. Los bovinos criollos, se encuentran distribuidos en diversas regiones del país como: Oaxaca, la región Altos de Chiapas, el Golfo en la región de la Sierra Madre Occidental (Durango, Jalisco, Nayarit y Zacatecas) y la Sierra Tarahumara (Perezgrovas Garza, 2017; Sponenberg, 2018).
Algunos estudios sobre la descripción o caracterización de los bovinos criollos introducidos a México, han sido reportados, como en el Romosinuano y Lechero Tropical en los estados de San Luis Potosí, Veracruz, Tabasco, Campeche, Yucatán y Chiapas (Martínez-Rocha et al., 2021). Además, se ha documentado la ubicación geográfica de razas adaptadas a nivel local en América, por el ejemplo en Perú, donde se realizó la caracterización del bovino criollo (B. taurus) de Apurímac en los aspectos morfológicos y fanerópticos (Flores et al., 2020; Parra-Cortés & Magaña-Magaña, 2019).
Con respecto al sistema de producción del bovino criollo de Nunkiní (B. taurus) en Campeche, se identificó que en la zona aún persistían diez unidades productivas de ganado criollo, atendidas por pobladores de la cultura maya. Se realizó una caracterización etnológica de las vacas criollas y se describió en términos socioeconómicos y tecnológicos el sistema de producción predominante para los bovinos de carne en la región norte del estado de Campeche (López Caraveo, 2019; Severino Lendechy et al., 2021)
El bovino criollo de Nunkiní, es un valioso recurso zoogenético en peligro de extinción, por lo que es imperativo iniciar con un programa de rescate; pero, para implementar dicho programa, es necesario seguir el protocolo y recomendaciones propuestas por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) declaradas en su Plan de Acción Mundial sobre los recursos zoogenéticos, entre las cuales se encuentran: la caracterización, el inventario y el seguimiento, que orientan la adopción de decisiones relacionadas con la gestión adecuada de la diversidad zoogenética y su utilización sostenible; mismas que aún no se han estudiado en el bovino criollo de Nunkiní (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, 2023).
El objetivo principal del presente estudio fue describir el sistema productivo y los factores socioculturales y técnico-económicos, que afectan la producción del bovino criollo de Nunkiní (B. taurus).
Materiales y métodos
Lugar
El presente estudio se realizó de noviembre del 2020 a octubre del 2021, en nueve unidades de producción pecuarias (UPP) de la localidad de Nunkiní en el municipio de Calkiní, Campeche, México, ubicadas en 20° 22’ 16” N y 90° 03’ 02” O, a una altura de 4 m s. n. m., con clima de sabana tropical, con temperatura media anual de 27,0 °C y precipitación pluvial media anual de 1097 mm (Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, 2022). El principal ecosistema de la localidad es la selva baja caducifolia con lluvias en verano.
Selección de sujetos-tipos
Para la selección de los productores del ganado criollo a encuestar, se entrevistó a las autoridades de la Asociación Ganadera Local de la Zona Camino Real de Campeche, México, quienes indicaron nombres y localización de los productores que aún trabajan con el bovino criollo de Nunkiní. Los criterios utilizados para la selección fueron; 1) productores originarios de la localidad de Nunkiní y 2) que produjeran bovinos de la raza criolla de Nunkiní. De los 78 ganaderos registrados en el padrón de la asociación, se seleccionaron nueve ranchos que cumplieron con los criterios anteriores, lo que sirvió para generar una muestra no probabilística, que se denominó grupo de sujetos-tipos (Hernández Sampieri et al., 2014).
Para la generación de la información, se elaboró un instrumento que constó de 94 preguntas estructuradas, integradas en siete apartados: 1) información del productor, 2) información de la unidad de producción pecuaria (UPP), 3) información del hato, 4) alimentación del hato, 5) manejo reproductivo del hato, 6) manejo sanitario del hato y 7) aspectos de comercialización. El instrumento se validó con base en una prueba piloto, la cual se aprobó por expertos (profesores investigadores del Instituto Tecnológico Superior de Calkiní en el estado de Campeche e Instituto Tecnológico de Conkal en Yucatán). Posterior a la aplicación del instrumento, la información generada se compiló en una hoja de cálculo, se codificó y clasificó en respuestas abiertas y cerradas (donde sí=1 y no=0). Las variables estudiadas se describen en el Cuadro 1.
Sección | Variable | Unidad de medida |
Edad | Años | |
Género | Hombre-mujer | |
Información del productor | Escolaridad | Años |
Lengua materna | No aplica | |
Años de experiencia en la ganadería | Años | |
Tenencia del predio | Ejidatario, privada o sin definir | |
Tamaño de la UPP* | Hectáreas | |
Información de la unidad productiva | Administrador de la UPP* | Jefe de familia u otro miembro |
Registros | Económicos, sanitarios, reproductivos | |
Instalaciones y equipo | Manga, bomba, pozo, corral de manejo | |
Apoyos recibidos de la AGL** | Número | |
Finalidad productiva | Leche, carne, doble propósito, pie de cría, abasto | |
Información del hato | Tipo racial | Raza |
Estructura del hato | Edad y número de animales | |
Método de alimentación | Pastoreo, suplemento | |
Alimentación del hato | Disponibilidad de agua | Sí, no |
Acceso a sales minerales | Sí, no | |
Costos por alimentación | Dólares americanos | |
Método para cubrir las hembras | Monta natural, inseminación artificial | |
Aspectos reproductivos del hato | Hembras servidas el último año | Número |
Hembras preñadas con parto efectivo el último año | Número | |
Intervalo entre partos | Número de meses | |
Enfermedades por categoría animal | Tipo de enfermedad | |
Manejo sanitario | Control de parásitos | Medicamentos que aplica |
Costo aproximado de manejo sanitario | Dólares americanos | |
Destino de venta | Local, regional | |
Comercialización | Criterios para venta | No aplica |
Productos que comercializa | Leche, carne, pie de cría | |
Precio de los productos que comercializa | Dólares americanos |
* UPP: unidades de producción pecuarias; ** AGL: asociación ganadera local. / * UPP: Livestock production units; ** AGL: Local cattle breeders association.
Análisis de datos
Para el análisis de los datos generados, se utilizó estadística descriptiva y se elaboró una clasificación de tamaño del hato acorde al número de bovinos criollos presentes, identificándose tres grupos en las UPP: pequeño (1-9 animales), mediano (10-19 animales) y grande (≥20). Además, para expresar los resultados en el aspecto económico se utilizó como referencia el promedio del dólar americano con un tipo de cambio de 1 USD$ por 20,3 MXN (pesos mexicanos) con base en su valor de cambio de noviembre de 2020 (19,5 MXN) a octubre de 2021 (21,1 MXN), que fue el periodo que duró el estudio. Las variables de estudio se analizaron mediante análisis de varianza (ANDEVA) con P<0,05, con base en los aspectos sociales, culturales, técnicos y económicos, e incluyó como único factor de variación el tamaño de dichas unidades. Se utilizó la prueba de Tukey-Kramer para la comparación de medias. El programa utilizado fue el InfoStat ver. 2020e (Di Rienzo et al., 2020).
Resultados
Características sociales de los productores acorde al tamaño de la unidad de producción pecuaria (UPP)
El tamaño de las unidades de producción pecuaria con bovinos criollos en Nunkiní se situó entre las pequeñas y las grandes, en función de la edad y años de experiencia que presentaron los productores, se observó que los productores de mayor edad y más años de experiencia tuvieron las UPP más grandes (P<0,05) y se identificó que el nivel de escolaridad de los productores no influyó en el tamaño de las UPP (P>0,05) (Cuadro 2).
Tamaño de la UPP | Edad (años) | Escolaridad (años) | Experiencia (años) |
Pequeña | 45,50 ± 3,42 ª | 7,25 ± 3,44 ª | 18,00 ± 8,20 ª |
Mediana | 59,50 ± 6,96 ab | 5,00 ± 4,87 ª | 36,50 ±11,60 ab |
Grande | 70,00 ± 5,68 b | 5,66 ± 3,98 ª | 49,30 ± 9,47 b |
Promedio | 58,44 ± 3,42 | 5,97 ± 2,39 | 34,61 ± 5,69 |
E.E.: error estándar. Letras diferentes indican diferencias significativas (P<0,05), n=9; UPP: unidad de producción pecuaria. / E.E.: standard error. Different letters indicate significant differences (P<0.05), n=9; UPP: Livestock production units.
Información de la unidad de producción pecuaria (UPP)
En cuanto a la tenencia de la tierra, un 22,2 % de los productores presentó un régimen no definido que coincidió con los más jóvenes, mientras que el 77,8 % contaron con el derecho ejidal, además de poseer un espacio comunal para pastizales, que es de uso común a todos los productores, donde los animales de diferentes dueños interactúan. El manejo alimenticio de los bovinos criollos de Nunkiní, con excepción de las unidades grandes, que contaron con una mayor superficie (en términos absolutos) destinada al silvopastoreo (5 ha), no varió (P>0,05) cuando se consideró el tamaño de superficie utilizada para el establecimiento de pastos, cultivos forrajeros y cultivos agrícolas, lo que significa que todos los productores, independiente del tamaño de sus unidades de producción pecuaria, utilizan todas las opciones posibles para alimentar a sus bovinos (Cuadro 3).
Tamaño de la UPP | Área para pastos | Área para cultivos forrajeros (ha) | Área para silvopastoreo (ha) | Área para cultivos agrícolas (ha) |
Pequeña | 4,00 ± 4,49 ª | 1,00 ± 1, 29 ª | - | 1,00 ± 0,70 ª |
Mediana | 3,00 ±1,00 ª | 1,00 ± 0,50 ª | - | 2,00 ± 00 ª |
Grande | 2,00 ± 1, 69 ª | 1,00 ± 0,50 ª | 5,00 ± 7,42 ª | 2,00 ± 0,94 ª |
Promedio | 3,00 ± 3,29 | 1,00 ± 1,34 | 1,00 ± 4, 99 | 1,00 ± 0,94 |
E.E.: error estándar. Letras diferentes indican diferencias significativas (P<0,05), n=9; UPP: unidades de producción pecuaria. / E.E.: standard error. Different letters indicate significant differences (P<0.05), n=9; UPP: Livestock production units.
Respecto al equipo con el que contaron las unidades de producción pecuaria, se observó una baja tecnificación con relación al escaso uso de equipo para el manejo de los bovinos, solo resaltó el uso de “bomba de agua” (máquina que transforma energía, aplicándola para mover el agua) en cinco de las UPP evaluadas, bomba de mochila en cuatro de ellas, picadora en tres, el uso de báscula en una y otros equipos (panel solar) en una de las unidades estudiadas (Figura 1). Para el manejo de los bovinos criollos de Nunkini, los productores obtuvieron los equipos con apoyos gubernamentales gestionados por la asociación ganadera local de la Zona Camino Real de Campeche.
Del total de productores entrevistados solo el 55,5 % fueron miembros de la asociación ganadera local (AGL), quien ofrece a los socios capacitación en tópicos diversos, asesoría técnica, acceso a programas gubernamentales, entre otros beneficios, por lo que los apoyos observados fueron mínimos. La poca transferencia de tecnología identificada (ensilaje, utilización de alimento balanceado) y el uso del mejoramiento genético (inseminación artificial), provino de universidades, centros de investigación y de las autoridades municipales de Calkiní, existen otros apoyos que surgen de grupos de investigación interesados en la conservación y manejo de los bovinos criollos a partir de asesorías técnicas, pero no se dan de manera frecuente (Figura 2).
El manejo zootécnico de los bovinos criollos de Nunkiní se encuentra enmarcado en dos momentos: durante la época de sequía (enero-abril) que responde a un manejo semi-intensivo, donde se abastece con suplementos alimenticios y se realizan algunas actividades sanitarias (vacunación, baños contra parásitos externos, de manera principal las garrapatas (Rhipicephalus B. microplus)) y durante la época de lluvias (mayo-diciembre), donde el manejo es de tipo trashumante, es decir, donde los bovinos se desplazan por el territorio comunal que abarca 6000 ha para alimentarse de la flora existente. El uso de instalaciones para el manejo zootécnico es limitado (Figura 3).
Información del hato de bovinos criollos en Nunkiní
El 55 % de los productores utilizaron otros tipos de razas o cruzas (B. taurus y B. indicus) en la misma Unidad de Producción Pecuaria además de los criollos y se les proporcionó el mismo manejo. Esta situación pone en riesgo a la raza criolla al aumentar la probabilidad de erosión genética. Se observaron en diferentes proporciones bovinos de las razas: de Lidia (Bos primigenius taurus), del tronco B. indicus, de forma particular el Gyr, algunas cruzas no definidas y criollo cruzado (Figura 4). En promedio las Unidades de Producción Pecuaria tuvieron 14 bovinos criollos (mínimo cinco, máximo veintidós) lo que da un aproximado de 109 bovinos criollos como población total identificadas en las Unidades estudiadas.
Alimentación del hato bovino criollo en Nunkiní
El manejo alimenticio se dividió en dos épocas del año, la de lluvias (mayo-diciembre) donde el alimento dependió de la selva baja caducifolia (trashumancia) y la de secas (enero-abril) donde el 100 % de los productores suplementó (manejo semiintensivo) con productos agrícolas como: maíz (Zea mays), calabaza (Cucurbita pepo) e ibes (Phaseolus lunatus L.). Además en época seca, algunos productores utilizaron también pasturas introducidas como el pasto estrella (Cynodon niemfluensis), jaragua (Hyparrhenia rufa), brizantha (Urochloa brizantha) (33 % de los productores) y árboles y arbustos forrajeros como el pich (Enterolobium cyclocarpum), guaje (Leucaena leucocephala), ramón (Brosimum alicastrum) y chacah (Bursera simaruba) (22 % de los productores); solo el 11 % utilizó alimento comercial.
Aspectos reproductivos del bovino criollo en Nunkiní
El tamaño de las unidades de producción pecuaria con bovinos criollos de Nunkiní, varió (P<0,05) en función del número de hembras servidas y preñadas, el porcentaje de preñez obtenido fue mayor para las UPP más grandes, con un valor promedio de 83 %; sin embargo, cuando se analizó el porcentaje de partos efectivos no hubo diferencia (P>0,05), registrándose en promedio un 80,55 % (Cuadro 4).
Tamaño de UPP | Hembras servidas | Hembras preñadas | Porcentaje de partos |
Pequeña | 1,25 ± 0,91 ª | 1,00 ± 0,46 ª | 87,55 ± 12, 67 a |
Mediana | 3,50 ± 1,28 ab | 2,50 ± 0,65 ab | 75,00 ± 17, 92 a |
Grande | 4,66 ± 1,05 b | 3,33 ± 0,53 b | 79,16 ± 14,.63 a |
Promedio | 3,14 ± 0,63 | 2,27 ± 0,32 | 80,55 ± 8,79 |
E.E.: error estándar. Letras diferentes indican diferencias significativas (P<0,05), n=9; UPP: unidad de producción pecuaria. / E.E.: standard error. Different letters indicate significant differences (P<0.05), n=9; UPP: Livestock production units.
Manejo sanitario del bovino criollo en Nunkiní
Las unidades de producción pecuarias estudiadas no contaron con registros sanitarios, pero los productores informaron que la rabia paralítica bovina o derriengue es la enfermedad que más afectó a sus animales de cualquier edad y fue la principal causa de mortalidad. Como control de dicha enfermedad, el 100 % de los productores aplicaron vacuna antirrábica anual durante la época seca. Durante el periodo seco se realizaron baños a los animales contra parásitos externos como garrapatas (Rhipicephalus B. micropluses), ácaros (Psoroptes bovis), tábanos (Tabanus bovinus), entre otros, para lo cual se utilizaba Amitraz (Triazapentadieno) al 12,5 %. Ambas actividades generaron para el productor un costo de USD$ 7,28 por animal para implementar un calendario de sanidad al año.
Comercialización de los productos del bovino criollo de Nunkiní
El producto obtenido del bovino criollo de Nunkiní que más se comercializó fue la carne fresca en cortes. Para dicha venta el único canal de comercialización fue de manera directa al consumidor local después del sacrificio a pie de corral. La venta de carne se llevó a cabo durante el inicio de la época seca. El precio del kilogramo en pie de terneros de cría (peso vivo) osciló entre USD$ 2,55 y 2,70, mientras que la venta de animales con un peso promedio de 100 kg osciló en un precio promedio total de USD$ 258,61.
Costos de producción
El costo de producción por animal vivo de 250 kg en promedio con el manejo dividido en dos momentos, en trashumancia y en semi intensivo, fue de USD$ 74,70 (Cuadro 5). Se consideró como unidad económica de referencia el costo total para veinte animales, que fue la cantidad mayor de bovinos criollos observados en las unidades de producción.
Concepto | Costo por hato* (USD$) | Costo por animal* (USD$) |
Alimento en el año | ||
Pastos nativos | 94,85 | 4,742 |
Siembra de pastura | 249,61 | 12,48 |
Forraje picado | 349,47 | 17,47 |
Acondicionamiento de plantas para ramoneo | 37,44 | 1,87 |
Residuos de cosechas | 149,77 | 7,48 |
Balanceado comercial | 74,88 | 3,74 |
Ensilaje | 74,88 | 3,74 |
Suplemento (sales minerales) | 242,63 | 12,13 |
Manejo sanitario (pago asesoría) | 74,88 | 3,74 |
Manejo sanitario (medicamentos) | 145,68 | 7,28 |
Total, USD$ | 1494,06 | 74,70 |
Discusión
En el presente estudio se identificó un sistema productivo tradicional extensivo con importantes particularidades propias de los bovinos criollos de Nunkiní (BCN). Se comprobó que los productores más interesados en la conservación del BCN son los de mayor edad y de más años de experiencia en la actividad, lo que coincide con lo reportado por Severino Lendechy et al. (2021), al indicar que los productores de edad avanzada son quienes conservan estos bovinos. Un reducido número de los productores, más jóvenes, con estudios de nivel superior (Parra-Cortés & Magaña-Magaña, 2019), introdujeron razas mejoradas para cruzamientos, lo que pone en riesgo la pureza de la población criolla. Esta tipificación de productores coincide con lo que ocurre a nivel nacional, cuando el sistema de manejo productivo es tradicional, en cuanto a la resistencia y dificultad para adoptar alguna innovación tecnológica, sobre todo cuando son de edad avanzada y los bovinos que crían son del tipo criollo. También se encontró en el mismo estudio, aunque en un porcentaje inferior, a otro tipo de productores con mayor escolaridad cuya tendencia es transitar hacia un modelo productivo empresarial.
La tenencia de la tierra para el sistema de producción bovina con razas criollas introducidas en México es 87 % propiedad privada, 9 % en arrendamiento y solo el 4 % es propiedad ejidal, situación que contrasta con los resultados obtenidos en el presente trabajo, donde la tenencia ejidal fue la principal con 77 %. En México, se destina una superficie promedio por unidad de producción de 1886 hectáreas, de estas un 67,4 % se utiliza para praderas y el resto para otros usos (Parra-Cortés & Magaña-Magaña, 2019). En el presente trabajo, los resultados siguieron el mismo patrón de distribución de las áreas de aprovechamiento, sobresalió el pastoreo y las áreas para el establecimiento de cultivos de enero a abril, ya que el resto del año se trasladan a la selva baja caducifolia donde los bovinos de todos los productores conviven en una misma área de pastoreo, lo que permite el cruzamiento sin control entre los bovinos criollos y otras razas introducidas (Severino Lendechy et al., 2021).
En el presente trabajo, se identificó que las unidades de producción encuestadas, tuvieron una baja adopción de tecnologías durante el periodo de cuatro meses (enero-abril), que es cuando los animales reciben un manejo semiintesivo (el resto del tiempo su manejo fue extensivo), lo cual no corresponde a las nuevas tendencias de la ganadería mexicana, donde se estima que existe una tecnificación en el 53 % de las unidades de producción en los sistemas de doble propósito (carne y leche) (Granados-Rivera et al., 2018). Aún con dichas limitaciones, estos bovinos criollos son una alternativa para la producción de carne en el medio rural de la región de estudio.
Los bovinos criollos son la base de la ganadería en América desde hace más de 500 años, existen algunos ejemplos a destacar como el bovino criollo Reyna en Nicaragua, cuya resistencia, adaptabilidad y rusticidad, facilita su manejo, y es utilizada en cruzamiento con la Jersey para obtener mayor rentabilidad. En Colombia, la raza criolla se utiliza de forma común a través de cruzamientos con la raza cebú, lo que mostró mayor eficiencia en la producción de carne comparada con otras razas europeas (Flórez et al., 2014; Vilaboa-Arroniz et al., 2013). Lo mismo ocurrió en el presente trabajo, donde se destaca la rusticidad y adaptación de este recurso genético, el cual ya se ha empezado a cruzar con otras razas cebuínas para aumentar la producción de carne, sin embargo, esta situación provoca que el número de bovinos criollos puros sea cada vez menor, lo que denota su riesgo inminente (da Silva, 2014).
El manejo alimenticio para los sistemas ganaderos en Michoacán, México, obedece a dos momentos uno en la época de sequía y el otro en lluvias, en este último, los animales se trasladan a agostaderos naturales (Rojas Sandoval et al., 2017). En el presente trabajo, el manejo fue similar al considerar dos épocas del año: la temporada de lluvia que dura ocho meses, en la cual los bovinos se alimentan en un área ejidal de uso común y, durante la sequía, cuando regresan a los potreros, lugar donde se les suplementa. Dicho manejo según la época, es considerado de trashumancia y semiestabulado, respectivamente, y genera un impacto positivo en la disminución de los costos de producción.
Los bovinos criollos son una oportunidad económica, por su gran habilidad reproductiva cuando se cruzan con otros grupos raciales, sin embargo, pueden sufrir una erosión genética ante la introducción de razas exóticas cuando no se controlan dichos cruzamientos, como se ha observado en Venezuela y en diferentes partes del continente americano (Parra-Cortés et al., 2021). En los bovinos cebuínos con registro genealógico en Costa Rica, se ha reportado que un 57,8 % utiliza la monta natural (Vásquez-Loaiza & Molina-Coto, 2021), resultado menor al obtenido en el presente trabajo (82,87 %), donde se utiliza la monta natural como técnica de empadre. En esta población de estudio, es imperativo considerar a priori la posibilidad de implementar el uso de tecnologías de reproducción asistida como la inseminación artificial o transferencia de embriones para multiplicar la población animal y con ello, garantizar su rescate genético, ya que en la actualidad, los productores jóvenes utilizan reproductores de razas exóticas a través del servicio natural sin ningún control de cruzamientos, situación que corre el riesgo de provocar erosión genética en los bovinos criollos.
Las prácticas sanitarias en el presente trabajo no se llevan a cabo de forma rigurosa, debido a la naturaleza del manejo y desplazamiento de los bovinos durante el año, ya que como prácticas comunes solo se realiza desparasitación externa y aplicación de la vacuna contra el derriengue. En bovinos criollos de Campeche, se reportaron la vacunación contra derriengue, fiebre carbonosa y carbón sintomático cada seis meses, así como la desparasitación interna, como prácticas comunes (Severino Lendechy et al., 2021). Los productores de los bovinos criollos en este estudio manifestaron que no tuvieron asesoría técnica sanitaria, ya que al no formar parte de alguna agrupación ganadera oficial para bovinos criollos, quedan fuera de los beneficios gubernamentales a nivel federal y estatal, ya que la organización a la que pertenecen incluye razas mejoradas, en este aspecto, es necesario revalorizar la importancia de los bovinos criollos en los productores, situación que coincide con lo reportado en los bovinos criollos de Bolivia (Rojas Beltrán et al., 2018).
Las formas de comercializar los productos y subproductos obtenidos de los bovinos criollos son diversas, aunque aún no definidas en su totalidad ni con procedimientos establecidos. En el bovino criollo del Altiplano Peruano, no se presenta una comercialización establecida por sus bajos niveles de producción, esto porque su producción es familiar y de subsistencia (Quispe Coaquira, 2016). El ganado criollo del norte de México (Chihuahua), se destina para un mercado de exportación de animales vivos para eventos de rodeo (Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, 2013). En la comercialización de los productos en el presente estudio, a pesar de que no existen alternativas formales, por lo menos existe un canal de comercialización que es la venta directa, de los bovinos, que se utilizan en eventos culturales como corridas de toros, además de su consumo en fiestas tradicionales de la población para preparar platillos regionales (chocolomo y Poc chuc de res), argumentan los comensales que tiene mejor sabor y calidad que los derivados de razas comerciales. Esta venta la realizan al inicio de la época de sequía, que coincide cuando los bovinos regresan de la trashumancia y le sirve al productor como fuente de ahorro para subsanar la inversión en los bovinos durante esta época.
En este estudio, los animales representaron un ahorro y el jefe de familia es quien desarrolla las actividades de manejo en general (100 %), los excedentes que se obtuvieron de la venta se invirtieron en las unidades de producción para fortalecer la economía familiar.
El sistema productivo en el presente estudio responde a un modelo económico familiar, donde el sistema de comercialización lo establece cada productor con base en la necesidad económica familiar.
Conclusiones
El sistema productivo del bovino criollo de Nunkiní en Campeche, México, es un sistema tradicional extensivo de tipo familiar, con productores de edad avanzada y mucha experiencia en el manejo del bovino criollo, tendiente a la trashumancia y aprovecha el uso común de los agostaderos durante la mayor parte del año, es de los pocos que quedan en el país, es de muy baja inversión y poco manejo en la época de sequía, cuyas ventas se realizan directo al consumidor y sirven para fortalecer la economía familiar. Sin embargo, este modelo de producción puede desaparecer sino se atienden de forma oportuna los problemas socio culturales y técnicos económicos que limitan su producción. Es muy importante revalorizar a esta raza criolla, promover su conservación y aprovechamiento para mantener los aspectos sociales y culturales que se encuentran ligados a su sistema de producción.