[article pii=nd doctopic=oa language=es ccode=br1.1 status=1 version=3.1 type=tab order=03 seccode=RD020 sponsor=nd stitle="Rev.Diálogos" volid=10 issueno=02 dateiso=20100000 fpage=83 lpage=108 issn=1409-469X][front][titlegrp][title language=es]Consideraciones sobre el mercado laboral en Costa Rica y Colombia: una aproximación a los casos Nacionales[/title][/titlegrp]
[authgrp][author
role=nd rid="a01"][fname]Francisco[/fname] [surname]Torres Gómez[/surname][/author][/authgrp]
[aff id="a01" orgname="Universidad de
Medellín"]Francisco
Torres Gómez. Profesional en Comunicación y Relaciones
Corporativas, Universidad de Medellín, Colombia. Máster en Estudios
Latinoamericanos por la Universidad Nacional de San Martín, Argentina.
Correo electrónico:[email]ftorres24@gmail.com[/email][/aff]
Dirección
de correspondencia.
[bibcom]Abstract
[abstract language=en]This paper analyzes the work
situation in Costa Rica and Colombia through the review of the labour
law’s of each country. At the same time, it takes some of the statistics
of International Labour Organization (ILO) build for the region about this
topic. The purpose of that is to count with element that allow to compare the
reality of the labour market, learn lessons, and understand in a clear way how
it shows the phenomenon in the this countries and find out If Colombia and
Costa Rica are advancing to the gold of decent labour conditions for the
workers.[/abstract]
Keywords: [keygrp
scheme=decs][keyword type=m language=en]Labour market[/keyword], [keyword
type=m language=en]labor scene[/keyword], [keyword
type=m language=en]laws[/keyword], [keyword
type=s language=en]Colombia[/keyword], [keyword
type=s language=en]Costa Rica[/keyword], [keyword
type=m language=en]Decent Labour[/keyword][/keygrp]
Resumen
[abstract language=es]Este artículo analiza la
situación del mercado laboral en Costa Rica y Colombia a través
de la revisión de los marcos legales existentes en dichos países.
Al
mismo tiempo se tomará los resultados estadísticos que la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) elabora para la
región respecto al tema, esto con el fin de contar con elementos de
comparación que permitan interpretar la realidad del mercado laboral,
extraer lecciones y comprender de manera clara cómo se presenta este
fenómeno en los países seleccionados. Así las cosas contar
con suficientes elementos que indiquen si en Colombia en Costa Rica se avanza
hacia la obtención por parte de los trabajadores del Trabajo Decente.[/abstract]
Palabras
claves:
[keygrp scheme=decs][keyword type=m language=es]Mercado laboral[/keyword], [keyword
type=m language=es]panorama
laboral[/keyword],
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type=s language=es]Colombia[/keyword], [keyword
type=s language=es]Costa
Rica[/keyword],
[keyword type=m language=es]Trabajo decente[/keyword][/keygrp][/bibcom][/front]
[body]Presentación
Las
reformas estructurales de principios de los 90 fueron denominador común
en los estados latinoamericanos, sin embargo la aplicación y profundidad
de su ejecución presentó varianzas significativas en cada uno de
los países de la región. Entre estas, un tema de la mayor
importancia fueron las reformas a la normatividad laboral. A partir de la
parcial eliminación, o en algunos casos supresión, del Estado de
Bienestar, y la emergencia del mercado como eje central, los estados nacionales
modificaron sus leyes con el fin de adaptarse a este nuevo panorama.
La
aplicación de dichas reformas se realizó inicialmente con el fin
de mejorar las condiciones laborales al tiempo que se creía posible
aliviar la carga fiscal de los estados que, bajo la lógica neoliberal,
se habían vuelto insostenibles financieramente, todo esto vía
privatización, fomento a la inversión extranjera directa y
promoción de las pequeñas y medianas empresas. Los años
han demostrado que dicho propósito no fue alcanzado. En mayor o menor
medida el panorama laboral actual en la región dista mucho de la calidad
esperada por los trabajadores. Por el contrario, a medida que pasan los
años y las reformas se profundizan cada vez más, la calidad en el
empleo y por ende la calidad de vida se precariza. Hasta el 2008, si bien la
región se encontraba en un lustro de expansión económica y
algunas cifras laborales empezaron a mostrar mejoría, no es posible
afirmar que la tendencia acrecentada en los 90 presente signos reales de cambio
estructural, ahora bien, habrá que evaluar con fuerte atención
los impactos que la crisis económica mundial de 2009 traerá a los
trabajadores de la región.
El
propósito de este artículo es analizar la situación del
mercado laboral en Costa Rica y Colombia a través de la revisión
de los marcos legales existentes en dichos países. Al mismo tiempo se tomará
los resultados estadísticos que la Organización Internacional del
Trabajo (OIT) elabora para la región respecto al tema, esto con el fin
de contar con elementos de comparación que permitan interpretar la
realidad del mercado laboral, extraer lecciones y comprender de manera clara
cómo se presenta este fenómeno en los países
seleccionados. Así las cosas contar con suficientes elementos que
indiquen si en Colombia o en Costa Rica se avanza hacia la obtención por
parte de los trabajadores del Trabajo Decente.
Colombia y Costa Rica
Estos
países fueron seleccionados porque es posible encontrar elementos de
análisis que permiten realizar comparaciones: tanto Costa Rica como
Colombia presentan, en términos formales, unas de las democracias
más consolidadas de América Latina y han mantenido una buena
estabilidad política pese a las dificultades en el plano
económico y social de las últimas dos décadas. Al mismo
tiempo presentan diferencias profundas. Costa Rica fue el primer país en
abolir el ejército (1948), mientras que Colombia aún vive bajo un
conflicto social de carácter armado que se encuentra entre los
más antiguos del mundo y que no presenta indicios claros de finalizar en
el mediano plazo. Asimismo, si bien son economías que en términos
macroeconómicos han funcionado de manera afortunada en los
últimos años, también presentan diferencias sociales
importantes. Costa Rica cuenta con uno de los mejores Índices de
Desarrollo Humano de Latinoamérica, en contraste, Colombia muestra un
IDH bajo, lo cual ofrece un primer diferenciador importante en la calidad de
vida comparada entre estos países.
Los
datos iniciales empiezan a marcar algunas diferencias en términos
generales. A continuación, se desarrollará bajo el mismo esquema
los aspectos en materia laboral reseñados previamente (normatividad y
panorama) con el fin de encontrar similares hallazgos.
Normatividad laboral: Colombia y Costa Rica
Los
códigos laborales costarricense y colombiano son contemporáneos
(1943 y 1950). La promulgación del Código del Trabajo en Costa
Rica se dio bajo la presidencia de Rafael Ángel Calderón (1940 -
1944), bastante polémica porque si bien tuvo un carácter
reformista es innegable el papel histórico que el mandatario
terminaría desarrollando en la historia costarricense al llevar a cabo
un rol protagónico en la guerra civil de 1948. En el caso colombiano, el
Código Sustantivo del Trabajo sale a la luz durante la
administración conservadora de Laureano Gómez en plena
época de la violencia, luchas partidistas y conformación del conflicto
armado moderno.
En
este aparte se identificaran elementos medulares de cada uno de los
códigos laborales costarricense y colombiano1, con el fin de
establecer posibles diferencias entre ambos marcos jurídicos. Por
limitaciones de espacio, el texto se centrará de manera general en los
siguientes aspectos: Principios generales del derecho, contrato de trabajo,
jornada de trabajo, vacaciones, salario, suspensión y/o
terminación del contrato laboral, riesgos profesionales, trabajo
adolescente, libertad sindical, negociación colectiva, conflictos
colectivos y sindicalización en empleados públicos.
En
términos generales la filosofía que inspira los códigos es
similar. Fundamentalmente buscan la armonía en las relaciones de trabajo
y favorecen el mínimo de derechos y garantías para los
trabajadores. Es significativo el hecho de que Costa Rica reconozca, dentro de
sus posibilidades jurídicas, el proteger a trabajadores costarricenses
fuera del país bajo las condiciones previas establecidas.
Para
efectos jurídicos no existen diferencias sustanciales en la
concepción de lo qué es un contrato de trabajo. La
revisión de la normatividad muestra que se conciben de manera similar y
que las diferencias son mínimas. No obstante, se presenta un tema
crítico: el caso de los contratos de servicios y por outsourcing.
Más allá de la definición normativa que muestra similitud,
tanto en el caso colombiano como en el costarricense existe un alto de riesgo
de mala utilización del contrato de tercerización propiciando su uso
para evadir la responsabilidad prestacional de los empleadores. En la misma
línea, el contrato de aprendizaje colombiano, si bien es una alternativa
interesante para insertarse al mercado laboral, el hecho de que su
duración máxima sea de 3 años puede redundar en abuso de
esta forma de contratación para evitar pagar salarios altos a
profesionales calificados.
Respecto
a la jornada de trabajo, Costa Rica y Colombia mantienen una jornada
estándar de 8 horas diarias y 48 horas a la semana. Sin embargo, y esto
no es un tema menor, es significativo el caso colombiano donde se concibe la
jornada diurna hasta las 10 p.m. (reforma laboral 20022), pues esta
medida lejos de favorecer las condiciones laborales de los trabajadores
propicia su detrimento al eliminar al asalariado la posibilidad de recibir el
pago de horas que históricamente fueron consideradas nocturnas.
En
este caso es claro que en Colombia, al referirse en términos de
días hábiles y no por semanas le da al trabajador la oportunidad
de contar con mayor tiempo de descanso. Con todo, el permitir la
acumulación de periodos de vacaciones a los trabajadores
atentaría contra su calidad de vida al no propiciar el descanso
necesario tras el año laboral.
Se
concibe de manera similar la noción de salario y salario mínimo.
Sin embargo, Costa Rica regula el pago del salario mínimo y ofrece
garantías jurídicas a los trabajadores para restituir este
derecho en caso de ser violentado. El código laboral colombiano presenta
vacíos en esta materia. Sobre los montos actuales del salario
mínimo en Colombia y Costa Rica se volverá en la siguiente
sección del texto.
En
cuanto a la suspensión y/o terminación del contrato laboral, las
regulaciones son suficientes para trabajadores y empleadores, sin mostrar
diferencias significativas.
En el
caso de los riegos profesionales se observan grandes diferencias entre el caso
colombiano y el costarricense. El régimen laboral del país
centroamericano ofrece mayor cobertura de los riesgos en el trabajo,
protegiendo incluso el trayecto hacia el sitio de labores, lo cual corrobra el
hecho de que Costa Rica tenga un régimen de bienestar de alta calidad y
que su Índice de Desarrollo Humano sea considerado alto por Naciones
Unidas. Por el otro lado, el caso colombiano, si bien muestra cobertura,
muestra también ambigüedad. Esto se corrobora en el hecho de que la
administración de la salud en Colombia venga en franco deterioro a
partir de la promulgación de la Ley 100 de 1993, que bajo los
parámetros neoliberales privatizó un sector neurálgico
para el país como fue la salud, pensiones y, en general, todo lo
relacionado con la seguridad social de los colombianos.
Si
bien los dos países permiten el trabajo adolescente y establecen
regulaciones sobre cómo debe ser conducido para evitar abusos. A
diferencia del caso costarricense, que establece un límite claro con
respecto a la edad mínima de trabajo (15 años), Colombia no lo
hace dejando un umbral incluso menor a los 14 años dependiendo de las
circunstancias, lo cual plantea un tema serio en la agenda, no solo de estos
países, sino a nivel internacional: el trabajo infantil.
El
tema sobre las libertades sindicales cobra importancia en los dos países
seleccionados, si bien la normatividad legal establecida en los códigos
laborales está diseñada para proteger y preservar el derecho de
asociación, la realidad muestra indicios que no concuerdan con lo
promulgado en las normas. Tanto los códigos costarricense como
colombiano tienen en su contenido la protección positiva de los sindicatos
y sus miembros, el libre derecho de asociación, el fuero sindical, los
mecanismos para la resolución de conflictos y el derecho a la huelga,
sin embargo es evidente que, más allá de la norma, existe un
sesgo estigmatizador hacia el sindicalismo que se presenta con mayor o menor
fuerza en los países objeto de estudio.
En
Costa Rica por ejemplo, es clara la tendencia a ejercer presión sobre la
conformación de sindicatos, si bien en 1992 el sindicalismo logró
la aprobación de la Ley 7360 sobre fuero sindical y lograron incluir el
tema de las libertades sindicales en la agenda de la Concertación
Nacional en 1993, muchas medidas no fueron aprobadas o ni siquiera fueron
redactadas en proyectos. Así, hacia 2001 una Comisión de la OIT
subrayó que “desde hacía años, la Comisión de
Expertos y el Comité de Libertad Sindical venían constatando
divergencia entre la legislación nacional y las prácticas
nacionales -encontrando que - existen grandes deficiencias en materia de
protección efectiva del derecho, en muchos casos por ausencia de
procedimientos adecuados para tal efecto, o bien por regulaciones deficientes o
confusas.”3
El
caso colombiano es aún más preocupante. “Colombia atraviesa
por una muy particular situación política que contribuye a
consolidar un ambiente hostil para el ejercicio de los derechos laborales y las
libertades sindicales: En primer lugar, el proceso de reestructuración
de los grupos paramilitares y la crisis por la que atraviesa el proceso de paz
con estos grupos, mantiene el nivel de amenazas y hechos violentos contra el
sindicalismo, lo que se ve agravado por una práctica cada vez más
común y recurrente del Presidente de la República y de altos
funcionarios y funcionarias del gobierno, que realizan declaraciones en contra
de la legitimidad del sindicalismo, vinculándolo con los grupos
guerrilleros, o justificando la violencia antisindical como una violencia entre
los actores armados del conflicto, señalando de paso que el sindicalismo
es parte de alguno de ellos”4. Con todo, no es gratuito que la
OIT y varios organismos internacionales hayan declarado al país como el
lugar más peligroso del mundo para ejercer la actividad sindical.
La
recurrente amenaza a las libertades sindicales que caracterizan a estos
países afecta la negociación colectiva. Al estar insertos en un
entorno que busca coartar la libertad sindical y desestimular la
proliferación de movimientos de trabajadores es claro que, más
allá de lo expresado en las normas, la negociación colectiva se
encuentra en franco declive. El caso colombiano se agudiza más debido al
conflicto armado del cual los sindicatos son víctimas importantes.
Asimismo figuras legales como el Pacto Colectivo, cuya finalidad misma se
traduce en el desestímulo a la afiliación a movimientos sindicales
atentan contra la negociación colectiva. La figura del Contrato
Sindical, si bien está presente, es casi inexistente en la
práctica.
Basado
en lo anterior, la consecuencia lógica es asumir que los conflictos
colectivos y, esencialmente, la facultad de los trabajadores para reclamar por
la restitución de sus derechos presenta importantes fracturas en la
práctica. Con todo, la supresión del esquirolaje, típico
varias décadas atrás, es una importante victoria de los
trabajadores. Por otro lado, la figura del paro en Costa Rica es interesante,
pues regula de manera explícita la posibilidad de los empleadores a
parar por sus derechos, el caso colombiano no muestra ninguna
reglamentación al respecto.
En
última instancia, la observación de las normas como la realidad
laboral de los dos países permite reafirmar la existencia de un fuerte
sesgo antisindical, por desgracia, no es posible profundizar sobre el tema en
este texto, así que se marcan algunas líneas generales al
respecto.
Por
último, en el tema de los servidores públicos no existen diferencias
significativas en cuanto a su regulación. En Colombia y Costa Rica estos
se guían por disposiciones distintas a los códigos laborales y,
si bien tienen posibilidad del derecho de asociación, la huelga y el
reclamo de sus derechos no tienen las mismas libertades que el resto de la base
trabajadora.
Panorama laboral: Colombia - Costa Rica
Una
vez revisados los aspectos generales de la normatividad laboral para Colombia y
Costa Rica se pasa a la segunda parte de este texto que busca interpretar la
situación actual del mercado laboral en los países seleccionados.
Para esto, se recurre principalmente a los datos estadísticos que ofrece
la OIT en su texto anual Panorama Laboral 2007. Esta publicación
recoge de manera sistemática los resultados de la Encuesta Nacional de
Hogares elaborada por el Departamento Administrativo Nacional de
Estadística (DANE) en Colombia y por el Instituto Nacional de
Estadísticas y Censos en Costa Rica (INEC).
Salario
mínimo
En
Colombia el salario mínimo legal vigente5 está fijado
actualmente alrededor de USD$ 230 por mes, ubicándose dentro de la media
de la región. Costa Rica es el país que más alto paga el
salario mínimo6 en Centroamérica, USD$ 243 por mes.
Ahora, si bien comparativamente Colombia y Costa Rica muestran un salario
mínimo similar, es importante tener en cuenta la ventaja en la paridad
del poder adquisitivo (PPA) del país Centroamericano. A los
costarricenses les alcanza más con su salario mínimo que a los
colombianos. Con todo, los salarios siguen estando muy por debajo de los
más altos en la región (Argentina y Venezuela).
Costo
de vida
En
términos del costo vida, los dos países muestran un claro
descenso en los últimos once años, siendo más regular en
Colombia, quien a partir del año 2000 muestra una inflación de
solo un dígito.
Indicadores
de desempleo
El
caso costarricense muestra que en materia de desempleo ha mantenido un nivel de
estabilidad en las últimas décadas sin presentar oscilaciones
fuertes al alza o la baja en la tasa del desempleo nacional. Por el contrario,
Colombia muestra un fuerte nivel de desempleo a finales de la década del
90, duplicando en 1999 la tasa de de 1990. Actualmente, si bien dista de la
situación de Costa Rica, el caso colombiano ha presentado disminución
en su tasa de desocupación. A nivel latinoamericano, Costa Rica siempre
ha estado por debajo del promedio de la región. Colombia se ha ubicado
por encima del promedio, a una distancia considerable de la media continental.
Ahora,
es importante identificar dentro de este indicador el grado informalidad en el
empleo. Se entiende por empleo informal aquel que “comprende a los
trabajadores cuya relación de trabajo no está sujeta a la
legislación laboral nacional, el impuesto sobre la renta, la protección
social o determinadas prestaciones relacionadas con el empleo, ya se ocupen
estos en empresas del sector formal, empresas del sector informal, o en
hogares.”7 De acuerdo a la OIT el caso colombiano muestra una
población de aproximadamente 51.5%, hacia el año 2006, que se
encontraba en este sector de la economía. Costa Rica, hacia el
año 2000, mostraba que un 32.8% de la población
económicamente activa se encontraba en este sector.8 Por otro
lado, el nivel de sindicalización en la población trabajadora de
estos países es casi insignificante. De acuerdo a estadísticas
del DANE (datos aproximados a 2005) de las 17’288.703 personas que
componen la base trabajadora colombiana, sólo un 4,6% de ellas (831.047)
pertenecían a un sindicato.9 En Costa Rica se presenta una
situación similar, de los 1.8 millones de personas que componen la base
trabajadora, solo 165.000 (9%) se encuentran sindicalizadas.10 Las cifras
demuestran la fuerte renuencia hacia los sindicatos que se había
mencionado en la primera parte del texto.
Conviene
ahora centrar la atención en asuntos de género y empleo juvenil,
temas de complejo manejo en los dos países.
Si se
examina la tasa de desempleo por género es común a los dos casos
que las mujeres terminen siendo las mayores perjudicadas por la falta de
oportunidades laborales al ubicarse siempre por encima del promedio nacional.
La
situación no presenta mejoría paras los jóvenes
trabajadores, en ambos casos las tasas de desocupación para la
población menor de 24 años es excesivamente elevada respecto al
promedio nacional, llegando en algunos años de la muestra a superarlo
casi en un 100%.
Indicadores
de ocupación
En
términos de participación y ocupación, la relación
entre la población económicamente activa y el número de
personas que integran la población en edad de trabajar que se encuentra
buscando su ingreso al mercado laboral (participación) o que ya
está ocupada en el mismo (ocupación) no presenta diferencias
sustanciales entre Colombia y Costa Rica. En términos generales, desde
el 90 a la actualidad, las tasas presentan una evolución similar siendo
ligeramente más altas en Colombia en términos de
participación más no en ocupación. En ambos casos
están muy cerca del promedio latinoamericano.
La
observación del empleo urbano según la rama de actividad
económica y sexo permite corroborar tendencias similares para ambos
países. Inicialmente se observa un leve aumento en el sector de la
agricultura, sin embargo no es significativo y se sostiene la tendencia a ser
un trabajo esencialmente masculino. Los datos muestran también una
disminución considerable en el empleo en el sector industrial; en este
caso existen diferencias en cuanto a género en Colombia y Costa Rica, el
caso colombiano muestra una distribución similar durante todo el periodo,
el costarricense muestra que a partir de la reducción general se ha
presentado una mayor reducción en el empleo femenino. El comercio, al
igual que la agricultura, muestra un leve aumento pero en este caso la
distribución en el empleo es similar entre hombres y mujeres. Transporte,
almacenamiento y telecomunicaciones muestran un incremento sustancial de las
cifras de 1990 tanto en Colombia (hasta 1995) como en Costa Rica (hasta 2000),
a partir de este momento el empleo en este sector se estabiliza. Por
último, es significativo el sector de los servicios que ubica la mayor
cantidad de población en los dos países y que muestra un marcado
crecimiento de más de 12 puntos porcentuales entre 1990 y 2006; este
sector tiene una mayor participación del sector femenino al ubicarse por
encima del 40% en los dos países y al mostrar reducción en la
participación masculina al ubicarla aproximadamente en un 15%. El dato
es relevante, pues aquí es donde se encuentran la mayor cantidad
contratos por servicios profesionales o de outsourcing, lo cual serviría
de indicio para pensar que la población ubicada en esta categoría
hace parte de un sector casi informal, sin mayores protecciones a su seguridad
social y que nuevamente las mujeres son las más afectadas por este problema.
Indicadores
de Protección Social
En el
caso de los trabajadores con protección de salud y/o pensiones se
presentan las mayores diferencias. Si bien Colombia muestra un incremento
sustancial en la protección de la salud, el caso de las pensiones es
extremadamente preocupante: en 2006, 7 de cada 10 colombianos que hacían
parte de la población económicamente activa no contaban con un
programa de pensiones. Costa Rica, corroborando el hecho de contar un sistema
de seguridad social líder en la región, muestra mejores cifras de
protección, no obstante el nuevo siglo indica leves disminuciones en la
protección social de los trabajadores. En ambos casos el sector no
asalariado de la población económicamente activa (independientes)
presenta signos preocupantes en seguridad social, claro está que es
mucho más crítica la situación colombiana en
comparación con la cobertura costarricense.
Conclusiones: ¿Avanzan Colombia y Costa Rica hacia el trabajo decente?
De
acuerdo a la OIT, el trabajo decente se resume en “las aspiraciones de las
personas en su vida laboral, aspiraciones en relación a oportunidades e
ingresos; derechos, voz y reconocimiento; estabilidad familiar y desarrollo
personal; justicia e igualdad de género.”11 En la misma
línea este “puede ser sintetizado en cuatro objetivos
estratégicos: principios y derechos fundamentales en el trabajo y normas
laborales internacionales; oportunidades de empleo e ingresos;
protección y seguridad social; y diálogo social y
tripartismo.”12 Bajo esta concepción se concibe la
importancia del trabajo decente como mecanismo para reducir la pobreza y lograr
espacios más equitativos, inclusivos y sostenibles para los trabajadores
sin importar el género, el sector de la economía al cual
pertenecen ni la rama en la cual se desempeñan. Basado en lo anterior se
pueden se pueden formular las siguientes conclusiones del ejercicio:
•
En primer lugar se debe marcar el carácter general nacional con
que se aborda el texto. Sin lugar a dudas un estudio más profundo de
carácter intranacional resultaría útil para una mejor
comprensión del fenómeno que se ha tratado de describir.
•
En materia de normatividad laboral Colombia y Costa Rica presentan
legislación similar con aparente mayor protección en el caso
costarricense. Un elemento importante en este aspecto son las reformas que han
sufrido los códigos en las últimas dos décadas respecto a
la aparición de nuevas formas de contratación que, al buscar la
flexibilización en el empleo, afectan de manera directa la calidad de
vida de los trabajadores.
•
Si bien la concepción de los códigos laborales es de norma
mínima para los derechos, se presentan algunos vacíos que afectan
la forma de contratación y las libertades sindicales.
•
En cuanto al desempleo, es claro que se evidencia una mejor
situación de lado costarricense que en el colombiano. Sin embargo, en
ambos casos es contundente que los principales afectados por este tema son las
mujeres y los jóvenes profesionales.
•
El elevado número de trabajadores en el sector informal es
preocupante. Si bien en Costa Rica esta proporción es menor, los dos
países tienen un porcentaje alto de trabajadores informales, lo cual lo
ubica lejos del concepto de trabajo decente impulsado por la OIT.
•
La libertad sindical no es un tema menor en ambos países. El fuerte
sesgo antisindical ha propiciado una baja tasa de asociación,
limitaciones al derecho de huelga y, en general, importantes violaciones al
libre derecho de asociación.
•
Costa Rica tiene una ventaja importante en cuanto al tema de la
protección social al mostrar altos indicadores de protección para
su base trabajadora. Este es un tema crítico en Colombia que afecta a la
mayoría de su población económicamente activa.[/body]
[back]Citas y notas
1 Para
evitar dificultades en la lectura. En este aparte no se citará todos los
ítems que se consignarán. Sin embargo se aclara que las fuentes
en este caso son: Código de Trabajo de Costa Rica (1943) y Código
Sustantivo de Trabajo de Colombia (1950). En ambos casos se tendrán en
cuenta las reformas posteriores.
2
Para mayor información puede ver la Ley 785 de 2002.
3
Asociación Nacional de Empleados Públicos y Privados -ANEP-.
“Cronología de hechos sobre libertad sindical a partir de la
Concertación Nacional”. [en línea].
Disponible en: http://www.anep.or.cr/leer.php/751
4
Central Unitaria de Trabajadores de Colombia. “Los derechos laborales y
las libertades sindicales en Colombia”. Gente Nueva, p. 15
5
Decreto 4965 de 2007. Presidencia de la República de Colombia.
6
Decreto 34114-MTSS de 2007. Presidencia de la República de Costa Rica.
7
Organización Internacional del Trabajo. Panorama Laboral 2007:
América Latina y el Caribe. OIT. p. 27.
8
Davis, Shelton; Estanislao Gacitúa y Carlos Sojo (Edits.) .2004.
Desafíos del desarrollo social en Centroamérica, San José:
FLACSO, Proyecto Estado de la Región. “El desafío de la
equidad social”. En: El Proyecto. Segundo Informe sobre Desarrollo Humano
en Centroamérica y Panamá, San José: El Proyecto, 2003, p.
67.
9
Central Unitaria de Trabajadores de Colombia, “Los derechos
laborales”…p. 82.
10
Diario Nación. Disminuye afiliación de trabajadores ticos a
sindicatos. [en línea] Disponible en:
http://www.nacion.com/ln_ee/2007/junio/21/pais1140362.html. Junio 21 de 2007.
11
Organización Internacional del Trabajo. “Trabajo decente para
todos”. [en línea] Disponible en:
http://www.ilo.org/global/About_the_ILO/Mainpillars/WhatisDecentWork/lang--es/index.htm
12
Organización Internacional del Trabajo. Trabajo decente…
Correspondencia
a: Francisco Torres Gómez: Profesional en Comunicación y
Relaciones Corporativas, Universidad de Medellín, Colombia.
Máster en Estudios Latinoamericanos por la Universidad Nacional de San
Martín, Argentina. Correo electrónico:ftorres24@gmail.com
[bbibcom][hist]Fecha de recepción: [received dateiso="20090526"]26 de mayo 2009[/received] - Fecha de aceptación: [accepted dateiso="20090918"]18 de setiembre 2009[/accepted][/hist][/bbibcom]
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