Democracia y conflicto en
venezuela
(1988-2008)1
Juan Eduardo
Romero
Yessika
Quiñónez
Juan Eduardo Romero. Historiador,
Doctor en Historia de América
Latina Contemporánea. Docente e investigador en la Universidad
del Zulia- Venezuela. E-mail: juane1208@gmail.com
Yessika Quiñónez.
Licenciada en Comunicación
Social por la Universidad por la Universidad de Zulia, Venezuela, y
cursante de la Maestría en Ciencias de la Comunicación en
esa misma casa de estudios. Asistente de investigación.
Dirección de correspondencia.
Abstract
This paper addresses
the issue of
democracy in Venezuela from a
manifold and varied. Part of the consideration of a set of variables
(role of the state in the globalized society, politics and governance,
economics, social policy, social movements and collective protests,
environment and ethnic groups) to make a weighting of the course and
the challenges of Venezuelan democratic society in the period
1988-2008. The work runs the analysis from the perspective of
historical comparison, the critical history, sociology, history and
political thought to establish the main trends that have purchased
Venezuelan democracy in each of these variables in the period studied,
as well as foresight they can acquire in the coming years.
Keywords: Democracy, conflict,
Venezuela, participation, crisis
Resumen
El presente trabajo aborda el tema
de la democracia en Venezuela desde
una perspectiva múltiple y variada. Parte de la
consideración de un conjunto de variables (papel del Estado en
la sociedad globalizada, la política y el ejercicio del poder,
la economía, la política social, los movimientos sociales
y las protestas colectivas, medio ambiente y grupos étnicos)
para realizar una ponderación del curso y los retos de la
sociedad democrática venezolana en el período 1988-2008.
El trabajo maneja el análisis desde la óptica de la
comparación histórica, la historia crítica, la
sociología histórica y el pensamiento político
para establecer las principales tendencias que ha adquirido la
democracia venezolana en cada una de esas variables en el
período estudiado, así como la prospectiva que pueden
adquirir en los próximos años.
Palabras claves: Democracia,
conflicto, Venezuela,
participación, crisis
Introducción
Las condiciones de
la democracia
venezolana en el transcurso del
período comprendido entre 1988 hasta la actualidad, pueden
definirse como de transición política2,
entendido como un
proceso de transformaciones en la dinámica de interacciones
simbólicas y prácticas entre los actores sociales y
políticos, el Estado como estructura jurídica y los
agentes económicos. Estamos conscientes que el uso tradicional
que se le ha dado al término ha estado asociado al paso de
regímenes autoritarios a democráticos, pero su
aplicación al contexto venezolano, entendiéndolo como
modificación o transformación de las condiciones
socio-políticas, institucionales e internacionales, permite
enriquecer el debate teórico al respecto de lo sucedido en
Venezuela.
En función de
esta
aproximación teórica, se
establece un análisis del proceso de transformaciones, iniciado
con la implementación de los ajustes estructurales derivados del
Consenso de Washington y que sí bien fueron propuestos a partir
de 1990, en el caso de Venezuela se aplicaron – premonitoriamente-
durante el gobierno de Carlos Andrés Pérez, a partir de
febrero de 1989, generando una protesta social colectiva que dio al
traste con la estructura de poder imperante desde 1958. Se analizan las
líneas principales del ajuste estructural, su impacto en las
condiciones del régimen político, así como el
impulso que generaron en la acción colectiva de los movimientos
sociales y de resistencia. Se sostiene en el presente trabajo, que las
condiciones de esa transformación y las implicaciones
teóricas-conceptuales, así como prácticas que
presenta, pueden ayudar a la comprensión del clima de
conflictividad social que se experimenta en Venezuela y que ha
permitido una dinámica de interacciones significativas que
convierten al país en centro de atención en
Latinoamérica.
1.
El papel del Estado en la
Sociedad Globalizada. Algunas
consideraciones para el caso de Venezuela (1988-2008)
Al analizar el
comportamiento,
funcionamiento y estructura del Estado
en Venezuela en el período de estudio, se observa un proceso que
pasa por diversas etapas: 1) reajuste institucional y anclaje de los
cambios de la sociedad globalizada (1983-1993); 2) ajuste conflictivo y
modificación de las condiciones económicas, sociales y
políticas (1993-1998) y 3) reconfiguración no alineada
del Estado venezolano a los intereses del sistema mundo (1998-2008).
En la 1era etapa,
comprendida entre
1983 a 1993, se encuentra un Estado
estructurado sobre su articulación con el sistema mundo3
a
partir de su papel de proveedor de materias primas, ligadas a los
combustibles fósiles. Históricamente la economía
venezolana ha estado enormemente vinculada a la actividad petrolera,
esencialmente a partir de los inicios de la explotación a
principios del siglo XX. Desde la implementación del proyecto
nacional Gomecista4 (1908-1935) el Estado venezolano fue
incrementando
su gasto público (Gráfica 1),
producto de los ingresos
provenientes de la explotación petrolera y de la respectiva
inversión extranjera en el área, a pesar de mantenerse
prácticamente estancados los precios de venta del crudo
(Gráfica 2) durante un lapso muy prolongado
en el tiempo.
Lo que indican los
mencionados
cuadros, es la manifiesta dependencia de
la economía estatal venezolana de los ingresos petroleros y su
articulación con el sistema mundo, particularmente a
través de su papel de socio estratégico de los EEUU en
Sudamérica. Esa articulación, ha marcado
históricamente la economía del país, haciendo
vulnerable y susceptible la estructura del Estado a los ajustes y
modificaciones del sistema mundial. El desarrollo del aparato prouctivo
venezolano, en el transcurso del período comprendido entre los
inicios de la actividad petrolera, hasta finales de la década de
los años 80 del siglo XX, se puede caracterizar como altamente
dependiente a las fluctuaciones y condiciones económicas
determinadas por la incidencia de los EEUU y de otras naciones
desarrolladas en la economía.
Cualquier ajuste, en
el
funcionamiento del sistema mundo, tiene una
repercusión inmediata en las condiciones del sistema venezolano,
muestra de ello es el hecho del ajuste estructural implementado durante
el gobierno de Carlos Andrés Pérez5(CAP) (1988-1993),
que fue producto del cambio en las condiciones sobre las cuales se
definió el papel del Estado en Latinoamérica y el mundo.
En el caso de Venezuela, el impacto económico del la
caída de los precios de exportación del petróleo a
partir de 1982 (Gráfico 3) sobre la
estructura productiva del
Estado fue brutal. La disminución de los ingresos petroleros
generó una crisis económica de gran impacto sobre el
Estado, los actores sociales y económicos.
En ese contexto de
disminución de las condiciones
económicas sobre las cuales fue sustentado el Estado venezolano,
debe entenderse el ajuste socio-político implementado por CAP,
apenas llegado al poder. Durante su gestión de gobierno, el
país experimentó el rigor del ajuste político
planteado en el decálogo del Consenso de Washington6
sobre todo
en lo concerniente al proceso de privatización,
liberalización de la economía, reestructuración
del gasto público, inversiones extranjeras, entre otros
aspectos. Su gobierno decretó apenas asumido el nuevo
período presidencial en 1989 una serie de medidas entre las que
cabe señalar:
- Ajuste del
precio de venta del litro de gasolina
- Eliminación
drástica de subsidios a
alimentos
- Revisión
de leyes dedicadas a la actividad
productiva
- Aumento de
productos alimenticios
Al hacerlo, se escenificó
una generalizada protesta social7, que
bien puede ser entendida como una protesta por crisis de
abastecimiento, por cuanto el anuncio de las medidas incidió en
una gradual desaparición de los productos en los anaqueles de
los supermecados. Esa crisis de abastecimiento y la subsecuente
protesta permitió la articulación de una profunda
movilización social que tuvo continuidad hasta los inicios del
siglo XXI, tal como queda reflejado en la siguiente tabla:
El gobierno de CAP,
procedió
a reorganizar la estructura del
Estado en el marco de un conjunto de acciones tendientes a disminuir el
tamaño del mismo, rearticular el papel de los actores
económicos, eliminar los subsidios a un conjunto de productos de
la cesta básica alimenticia, la apertura del mercado nacional al
capital extranjero y con ello se generó un quiebre de las
condiciones consensuadas de la democracia venezolana, imperantes desde
1958 con la firma de un conjunto de acuerdos o pactos políticos8.
La economía
venezolana, se
vio seriamente afectada por el
ajuste, iniciándose un profunda discusión acerca de la
articulación al sistema mundo en esta etapa del desarrollo
capitalista; discusión que estuvo reflejada en el debate
político acerca del papel que tendría el Estado mismo y
los agentes económicos, así como los partidos
políticos. Esa discusión se concretó en la
aplicación de un conjunto de medidas que se extendió
hasta 1994, y que incluyó:
- Eliminación
del sistema de cambios
diferenciales con un tipo de cambio fluctuante
- Flexibilización
del sistema de tasas de
interés
- Liberación
de precios, con el fin de
estimular la producción de bienes y servicios
- Rerfinanciamiento
de la deuda pública
externa
- Desmantelamiento
de la estructura arancelaria
- Eliminación
de los subsidios indirectos
En está etapa, el esfuerzo
exportador se concentra en el sector
privado en detrimento del sector público. Para 1988, el 65% de
todas las exportaciones no tradicionales era generadas por las empresas
del Estado, mientras que la empresa privada cubrió el 35%. Para
1992, el sector privado alcanzó el 67% de las ventas no
petroleras y el Estado sólo el 35% (Silva Michelena, 1993). La
discusión acerca del tamaño del Estado terminó en
una serie de medidas que se extendieron hasta inicios de 1998, que
determinaron la progresiva reducción del mismo mediante procesos
de privatización9 muy agresivos a través de
los cuales se
desprendió el Estado de la Compañía Nacional de
Telefonos (CANTV), la aerolínea más importante (VI-ASA),
la apertura al capital trasnacional de la principal
Compañía de Cemento (su traspaso a CEMEX), de la
Siderúrgica del Orinoco (SIDOR)10 entre otras
acciones.
Con ello se procedió a una progresiva desnacionalización
del aparato productivo, con su consecuencte aumento de la dependencia
productiva y económica de la sociedad. Se trataba de llevar
adelante los presupuestos del Consenso de Washington con todas sus
implicaciones sociales y económicas.
Se planteó
que dado el
alcance del cambio económico
mundial, el país debía incorporarse activamente a la
rearticulación del sistema-mundo, cambiando el papel que
históricamente habia tenido de suplidor de materias primas y
asumiendo un nuevo rol más activo, mediante la apertura al
capital trasnacional y un profundo cambio socio-cultural en las
prácticas económicas del sistema productivo. Todo ello se
justificó producto de los profundos cambios que la crisis
económica generó en la tasa de cambio
dólar/bolívar11 y que a partir de 1983
derivó en
un proceso de endeudamiento crónico y consecuentemente un
incrementó de la conflictividad social y política.
En ese contexto se
implementó una estrategía
institucional de ajuste del Estado a las nuevas condiciones del
mercado, que en la práctica se tradujo en una total
aplicación de las medidas dictadas en el Consenso de
Washington12 y que se desarrollarían mediante la
implementación del VIII Plan de la nación, que
generarían un cambio en la estructura de funcionamiento del
Estado, tal como queda expresado en la siguiente tabla:
Ese ajuste fue
conocido como El
Gran Viraje, y fue pensado como un
instrumento para el desarrollo económico y la inserción
productiva en las condiciones económicas del sistema- mundo
globalizado, dentro de la defensa del libre mercado. Implicaba el
aumentó de las exportaciones venezolanas en el período
buscando insertar a Venezuela en el Acuerdo General de Aranceles y
Comercio (GATT). Se esperaba que ese ajuste llevara al país a la
estructuración de un sistema económico basado en la
producción, la productividad y la iniciativa individual, por
otra parte suponía la eliminación de la desigualdad
social logrando con ello una democracia moderna y eficiente, que no
sobrecargara de demandas al Estado, tal como lo señalaban las
recomendaciones internacionales.
En esta etapa, el
ejecutivo
nacional mantuvo una articulación
eficiente con los intereses de la banca internacional, particularmente
española que procedió a la compra de importantes Bancos
(Provincial por parte del Grupo Bilbao-Viscaya y el Venezuela por el
Grupo Santander), asimismo el alineamiento con las políticas y
posiciones estratégicas de los EEUU, que se mantuvieron tal como
históricamente habían sido establecidos desde los inicios
de la democracia venezolana en 1958.
En conjunto, las
políticas
aplicadas durante los primeros meses
de 1989, originaron resultados positivos de la actividad
económica en ese año. El déficit global de la
balanza de pagos en el sector externo, presentó una
reducción al situarse en US$ 1.044 millones13,
apoyado por el
incremento de las exportaciones efectuadas por el sector privado, de un
86%. La reducción del déficit en la gestión
financiera del sector público se situó en el 1,1 % del
P.l.B., debido, principalmente, a la mayor percepción de
ingresos tributarios originados por la actividad petrolera y a la
mejora en los ingresos corrientes de las empresas del Estado, como
resultado de la modificación de la paridad cambiaria, en el caso
de las empresas exportadoras y del incremento en el precio y en las
tarifas de los bienes y servicios, en el caso de aquellas empresas que
producen para el mercado interno.
Para contrastar con
estos
resultados, se produjo una representativa
reducción del Producto Interno Bruto (P.l.B), en términos
reales de 8,3%, ocasionada por las restricciones tanto de oferta como
de demanda, particularmente con relación a los gastos de
inversión. En cuanto a la actividad petrolera, se produjo un
incremento del 1,2% en relación con 1988, que contrastaba con la
reducción de las actividades no petroleras (agricultura,
manufactura, construcción, Gobierno Central, comercio,
restaurantes y hoteles) del -9,4% en términos reales.
El Índice de
Precios al
Consumidor se incrementó en 84%,
con representativos aumentos durante marzo y abril (1989), de 23,3% y
el 3,5% respectivamente, lo cual originó una inflación
acumulada para el primer semestre de 57,6%. Estos datos reflejan que la
mayor parte de los aumentos obedeció al desmantelamiento del
esquema de subsidios, que mantenía precios bajos, totalmente
irreales e insostenibles por más tiempo. Es importante resaltar
el alto incremento inflacionario con relación a 1988, cuando se
ubicó en 27,5%.
Motivado a la
reducción en
la actividad económica, se
produjo un incremento en la Tasa de Desocupación, la cual se
situó en 9,6% (en contraste con el 6,9% reportado en 1988), con
una mayor participación del sector informal dentro de la
ocupación total, que pasó de 38,1% en 1988 a 39,7% en
1989.
Ahora bien, si se
toman en
consideración los principales
indicadores macroeconómicos a comienzos de 1989, se evidencian
las escasas posibilidades del aparato productivo del país para
competir en el mercado internacional, y responder a la demanda
impulsada por la política de reactivación
económica antes de 1989, lo que generó una
agudización de los desbalances de las cuentas externas. Para ese
momento, la estabilidad de los precios se lograba por los subsidios
fiscales y la pérdida de reservas internacionales. Para superar
esta situación, se requería una nueva estrategia
económica, que debía tener, como objetivo central,
modificaciones estructurales.
Durante el
año 1990 se
evidenció una evolución de
los indicadores económicos, lo cual se reflejó en el
saneamiento de la economía y el retorno de la tendencia
sostenida del crecimiento económico. El Gobierno Nacional, en
forma gradual y sistemática, mantuvo la estrategia de reorientar
la economía nacional, alentando la competencia en el marco de
una apertura hacia los mercados internacionales. Las metas previstas se
superaron en corto plazo, se incrementó el valor y el volumen de
las exportaciones petroleras y no petroleras, combinado con una
disminución racional de las importaciones y del servicio de la
deuda externa; se lograron acuerdos de reducción y
reestructuración de la deuda externa con la banca privada
internacional, financiamiento proveniente de organismos multilaterales
y una mayor entrada de capitales privados.
Se observó,
de igual manera,
el incremento de las exportaciones
no petroleras, originado principalmente, por la reforma comercial que
eliminó las trabas al comercio exterior, redujo los aranceles
para la importación y los bonos de exportación, que
mantenían artificialmente la economía del país con
enormes subsidios al sector privado. Parte de los ingresos petroleros
adicionales se represó en el Fondo
de Estabilización
Macroeconómica y el remanente se destinó a la
ejecución de un importante volumen de inversión en la
industria petrolera, así como a la realización de un
mayor nivel de gasto interno del gobierno central, en buena parte
dedicado a la ampliación y profundización del plan
social.
En materia de
precios, la
orientación fue acentuar las
condiciones para su libre determinación, reduciendo el
número de artículos incluidos en la canasta básica
y la extensión del proceso de actualización de los
precios y tarifas de los bienes y servicios públicos. De igual
manera, se suprimió la medida de inamovilidad laboral para
otorgar mayor flexibilidad al mercado de trabajo. Sin embargo, con el
fin de complementar las medidas encaminadas a fortalecer el ingreso
real, se decretaron un aumento general de sueldos y salarios y se
estableció el Seguro de Paro Forzoso.
La política
monetaria
controló las presiones
inflacionarias y preservó la estabilidad del mercado cambiario.
Se logró mantener las tasas de interés reales positivas y
un descenso de las tasas nominales, lo cual posibilitó la
existencia de un escenario favorable, tanto para la inversión,
como para el ahorro interno. Para el año 1991 se evidencian
variaciones importantes en algunos indicadores macroeconómicos,
algunos de estos dan fe de la correcta aplicación de las
políticas económicas iniciadas al comienzo de este
período presidencial (1989-1993), pero otros en cambio muestran
lo difícil de lograr un cambio estructural con base
enpolíticas de
ajustes.
Venezuela, en 1991
muestra
evidencia de logros importantes en materia
de equilibrio interno y externo, a través de la expansión
del Producto Interno Bruto, de la desaceleración inflacionaria,
de la disminución de la tasa de desempleo y aumento de las
reservas internacionales, aunque todo esto estuvo influido por un
crecimiento en los niveles del gasto público.
Persisten
distorsiones
estructurales muy fuertes tales como: el
descenso de las exportaciones no petroleras, y el papel del mercado
cambiario con un doble juego: regular las tensiones inflacionarias y
dotar a la economía de las divisas requeridas para la
generación del producto.
La expansión
del gasto
público genera un efecto
multiplicador por la gran masa monetaria a que este da lugar, por lo
que el BCV tuvo que hacer un gran esfuerzo para tratar de absorber la
liquidez presente, con el fin de contrarrestar presiones no estipuladas
en los mercados cambiarios, monetarios y de bienes y servicios.
Se hace notar que un
crecimiento
económico estimulado por el
gasto público puede desatar presiones inflacionarias, en la
medida que aumente la utilización de la capacidad instalada del
sector privado.
A
continuación se realiza
una comparación entre los
índices básicos considerados más importantes, a
efectos de este trabajo, para observar los cambios que se han dado en
materia económica y su posible sostenimiento en el
tiempo. Para el año 1991, el Producto Interno Bruto
(actividad petrolera) creció a un 10,4%, parece una
expansión positiva pero la misma estuvo signada por el aumento
en la producción de bienes no transables, razón que
debilita el progreso o crecimiento que se haya tenido en este indicador
básico de desarrollo.
Las actividades en
el Sector
Petrolero, disminuyen, de un 13,9% a un
10,3%, ya que el año 1990 tuvo un repunte por los conflictos del
Medio Oriente, considerándose aceptable en este período.
El Índice de
Precios al
Consumidor mostró una
desaceleración, ubicándose en 31% ya que los precios
estuvieron afectados por la moderación en la demanda y
además por el aumento en la compra de bienes importados a
niveles de costos relativamente bajos.
Con respecto a la
Tasa de
Desempleo, se puede manifestar que es uno de
los más importantes, ya que dentro de los lineamientos generales
plasmados en el VIII Plan de la Nación, se consideraba el
aumento del nivel de vida del venezolano a través de la
creación de nuevos empleos y una política de pleno
empleo, con cifras de disminución de 9,9% a 8,7% en este
año pareciera que en efecto, este objetivo se está
llevando a cabo. Pero es preciso analizar los niveles de los sectores
de ocupación formal e informal, este último ha crecido
supuestamente por la procura de mejorar el ingreso real para el
año 1991.
Estas variables
permiten, a grandes
rasgos, observar el grado de
consecución de las políticas y objetivos planteados en el
sector económico.
En la 2da etapa 1993-1998, el
ajuste fue llevado a su máxima
expresión a través del mandato del presidente Rafael
Caldera, quién se vio enfrentado a una enorme crisis financiera
producto del colapso del sistema bancario que se tradujo en un costo
económico que se reflejo en una caida de 10 puntos en el PIB. La
crisis económica generada por la perdida de capital en la banca
venezolana creo las condiciones propicias para incentivar la completa
aplicación de las medidas de ajuste conocidas bajo el nombre de
Agenda Venezuela14.
Aunado a ello, las variables macroeconómicas
no eran las más idóneas tal como se desprende de la
siguiente tabla:
Por ello la Agenda Venezuela
conllevo la aplicación de una serie
de medidas que pueden ser resumidas de la siguiente manera:
- Enfasis en lo
social, estructurado sobre una idea
de equidad y justicia social.
- Un programa
monetario que redujera el índice
inflacionario y permitiera el saneamiento de la
administración pública.
- Un conjunto de
medidas destinadas a controlar la
oferta buscando la estabilización de precios y el
incentivo al aparato productivo.
- Ejecución
de una estrategia de
negociación con los organismos multilaterales, buscando
obtener recursos para acometer los ajustes estructurales dispuestos en
el IX Plan de la Nación.
- Apertura de
ciertas áreas productivas al
sector transnacional (EEUU; Francia, Inglaterra), particularmente
en el área de hidrocarburos, que se tradujo en 36 acuerdos de
servicios operacional para desarrollar y explorar reservas de
hidrocarburos, el establecimiento de joint venture con empresas
privadas para explotar y refinar crudo, a través de la
modificación de la ley de Nacionalización de 1974.
Esas dinámicas de apertura
al comercio internacional y
asociación con capitales transnacionales estaban enmarcadas
dentro de las líneas del GATT y las obligaciones a las que se
sometia Venezuela al adherirse a este mecanismo del comercio. Con ello
comenzó a incentivarse desde el Estado un conjunto de
importaciones no tradicionales que mantuvo un incremento constante en
el período 1989-1994, tal como se observa en la siguiente tabla:
La Agenda Venezuela, generó
un gran impacto económico en
el país, aunado al hecho que su aplicación
significó la modificación sustancial del papel del Estado
y la sumisión total a las condiciones de reducción del
papel regulador de los entes nacionales, siguiendo fielmente las
expresiones del Consenso de Washington y creando con ello condiciones
que politicamente favorecieron el ascenso de la opción
más radical, representada por Hugo Chávez a partir de
1998.
El gobierno de
Rafael Caldera,
adelanto un significativo ajuste de la
economía en función de los lineamientos e intereses
estratégicos de los EEUU, particularmente en el sector
petrolero; permitiendo una mayor inversión y aprovechamiento del
capital norteamericano e inglés principalmente en el área
petróleo, mediante la denominada apertura petrolera15.
Por otra
parte como consecuencia de la firma del GATT en 1990, el país
aumentó sus exportaciones no tradicionales, ajustándose a
los requerimientos determinados al confirmar su adhesión a este
mecanismo de comercio internacional, con ello elevó su
exportaciones de 2.994 millones de US$ en 1989 a más de 4.580
millones US$ en 1995(OMC, 1996)16. Asimismo, la aplicación de
las medidas implícitas tanto en el Gran Viraje como en la Agenda
Venezuela incidieron para que desde el punto de vista comercial el
país tuviera como principales socios de intercambio a los EEUU y
la Unión Europea en el período en cuestión
(1989-1996)(OMC,1996).
El mencionado
informe de la OMC,
señala contundentemente como el
país se ajusto fielmente a las determinantes de aduanas,
aranceles e impuestos establecidos por el GATT y con ello se enmarco
dentro de los procesos de apertura comercial establecidos en el marco
del ajuste neoliberal imperante para el período en
cuestión. No hay dudas que en las dos primeras etapas, se
adelantó un desmontaje significativo de las estructuras del
Estado nacional.
La 3era etapa, 1998-200817,
de reconfiguración no alineada
del Estado venezolano, ha estado signada por el discurso nacionalista
del presidente Chávez. Su política ha consistido en un
relanzamiento del papel del Estado y su injerencia en los asuntos
económicos, así como la defensa dentro de un contexto
profundamente antinorteamericano de las potencialidades del
país. Desde un comienzo la política oficial del gobierno
de Chávez estuvo marcada por el señalamiento del rescate
de la soberanía nacional, mediante el control de los recursos
petroleros, el relanzamiento del papel de la OPEP y una política
internacional no alineada con los intereses estratégicos de los
EEUU en la región18. Todo ello enmarcado en diversos
instrumentos. El 1ero de ellos, fue el denominado Programa
Económico de Transición (1999-2000); que
incluyó
la defensa de la política de precios del petróleo
destinado a lograr una recuperación de los mismos, que para el
momento en que Chávez asumió se encontraba por debajo de
los 10 US$ por barril; el impulso de los denominados proyectos banderas
destinados a la cohesión social y la organización
socio-comunitaria de cooperativas y la pequeña y mediana
industria.
Se buscó
alcanzar tres
objetivos esenciales:
- Promover un
crecimiento sostenido y diversificado
- Reducir la
inflación
- Aumentar el
nivel de empleo
En esta etapa inicial, que
abarcó los años 1999-2000 se
dibujo un esquema que mantuvo algunos elementos del sistema
económico heredado; sobre todo en lo refrente a un tipo de
cambio fluctuante o de bandas cambiarias, el impulso a los ingresos no
petroleros y la reducción de los organismos públicos, a
través de la simplificación del número de
Ministerios.
Sin embargo, a
partir del
año 2001, con el Plan de
Desarrollo
Económico Social de la Nación (PDESN) (2001-2007)19
se
estableció otra línea de acción muy diferente, que
se articulo en un incremento del tamaño del Estado, una
política de nacionalización y protección de la
industria petrolera de la injerencia norteamericana, pero sobre todo
movida por el rescate de los precios del petróleo. La
convocatoria en el año 2000 de una Reunión de la OPEP en
Caracas, que produjo el establecimiento del denominado Acuerdo
Energético de Caracas (AEC) que incluyó una
política de subsidios de hidrocarburos a la región del
Caribe y los Andes; fue el inicio de una agresiva campaña
política que ha sido definida como diplomacia petrolera, por el
impulso que ha tenido la internacionalización de la asistencia
venezolana a otros países de la región basada en el uso
del petróleo como arma política para minimizar la
influencia de EEUU en la espacio latinoamericano.
Institucionalmente,
se trató
de alcanzar con el PDESN un
relanzamiento del papel del Estado en la economía y la sociedad.
Se marchó en una línea diametralmente opuesta al Consenso
de Washington impulsado en las últimas décadas del siglo
XX , asumiéndose políticas que iban en contravía
con el control del gasto público, la reducción del
tamaño del Estado, las privatizaciones, la apertura al comercio
internacional entre otros aspectos.
Se trata de
adelantar una
política de mayor independencia e
incidencia sobre el mercado mundial de hidrocarburos, empleando para
ello una articulación de los países productores adscritos
a la OPEP. Para el gobierno de Chávez, es vital el
fortalecimiento de la institución y el empleo del
petróleo como mecanismo político de presión y
minimización del papel de los EEUU en la región20,
al
mismo tiempo que procura una diversificación de la
colocación del petróleo mediante asociaciones con Rusia,
China e India principalmente, sin descuidar un esquema
geopolítico de integración energética con el
Caribe y los Andes Sudamericanos21.
Complementariamente
ha sido
anunciado el Plan Estratégico
Nacional Simón Bolívar (PENSB) (2007-2013) que
establece
nuevas líneas de desarrollo sobre los cinco ejes inicialmente
dibujados en el PDESN. En esta etapa del proceso bolivariano, el
gobierno de Hugo Chávez pretende consolidar su visión de
una sociedad socialista, con todas las implicaciones que puede tener
para la vida política del país, sobre el desarrollo de
siete (7) áreas específicas:
- Nueva etica
socialista
- Suprema
felicidad social
- Democracia
protagónica revolucionaria
- Modelo
productivo socialista
- Nueva
geopolítica nacional
- Venezuela:
potencia energética mundial
- Nueva
geopolítica Internacional22
Se corresponde con una perspectiva
de nacionalismo petrolero bastante
agresiva por parte de Chávez, tendiente a revertir o por lo
menos a tener una mayor incidencia sobre la glocalización de la
actividad petrolera en el mundo, reforzando con ello la perspectiva
estratégica de Venezuela en el contexto mundial. Obviamente con
esa política económica de renacionalización
petrolera, aunado a un internacionalismo económico la
confrontación con los intereses de los EEUU en la zona se han
elevado considerablemente en los últimos años sobre la
base de la política petrolera23. Toda esa actitud
muestra una
reticiencia del gobierno de Chávez a plegarse a la visión
multilateral de integración a través de los Tratados de
Libre Comercio (TLC) adelantados por los gobiernos de EEUU (1992-2008)
y que se traducen en mecanismos alternativos de desarrollo
económico e integración, tales como la Alternativa
Bolivariana de los Pueblos (ALBA) que incorpora a Cuba, Bolivia,
Ecuador, Honduras, Nicaragua, Argentina, entre otros o la recientemente
Unión de Naciones Sudamericana (UNASUR), que constituyen ambas
una muestra de esa resistencia alternativa a la globalización
impulsada desde los EEUU, pero que aun no demuestran su efectividad.
2.
La Política y el
ejercicio del poder político
El Sistema
Político
venezolano (SPV), es producto de una muy
lenta y progresiva evolución dentro de lo que algunos autores
han denominado oleadas de democracia (Markoff, 1998). Esas oleadas son
fruto del desarrollo de una serie de condiciones de madurez en lo
relativo a la participación, el sistema electoral y la
ciudadanía. Cómo bien es sabido, el SPV se instala a
partir de 1958 a través de un conjunto de pactos o acuerdos
constitutivos (Pacto de Punto Fijo firmado en 1958, Avenimiento Obrero
patronal 1959 y Ley de Concordato Eclesiástico 1962), mediante
los cuales se acordó una convivencia recíproca entre los
actores sociales y políticos en función de alcanzar tres
objetivos claves.
- Evitar el
conflicto
- Construir el
consenso
- Desarrollar un
Programa democrático
Mínimo (PDM)
Esos objetivos procuran evitar
cometer los errores que derivaron en un
clima generalizado de violencia y confrontación política
en el período 1945-1958 y que terminó
convirtiéndose en una dictadura que reprimió crudamente a
los actores políticos. El SPV ha pasado por etapas claramente
definidas:
- Multipartidismo
inestable (1958-1968)
- Bipartidismo
(1973-1988)
- Multipartidsmo
inestable (1993-1998)
- Sistema de
partido dominante (2000-2008)
En las etapas que comprenden el
lapso temporal 1958-1988, se observo
una articulación de un conjunto de partidos entre los que cabe
destacar Acción Democrática (AD- socialdemócrata),
Comité Político Electoral Independiente (COPEI-
socialcristiano), Partido Comunista de Venezuela (PCV- izquierda),
Movimiento Electoral del Pueblo (MEP- socialdemócrata);
Movimiento de izquierda Revolucionaria (MIR-izquierda) y Unión
Republicana Democrática (URD- centro- izquierda) entre otros. De
esos partidos AD, COPEI y URD establecieron un acuerdo (Pacto de Punto
Fijo) a través del cual se aseguraron la gobernabilidad y
estabilidad del SPV. Desde el punto de vista de la
representación política estos partidos se repartieron la
mayoría de los cargos de representación popular, sin
embargo a finales del siglo XX sufrieron un significativo descalabro en
su caudal de votos, tal como queda establecido en las siguientes
gráficas:
El deterioro de las
condiciones de
gobernabilidad del SPV debe ser
visto como una consecuencia de un conjunto de factores que vale
la pena enumerar: 1) el agotamiento del proyecto democrático
modernizador; 2) la excesiva carga burocrática y clientelar del
SPV y 3) la finalización de las condiciones consensuadas sobre
las cuales se construye la cohabitabilidad democrática de los
actores políticos. Sin duda, en los lapsos establecidos
conseguimos diferencialidades en las relaciones entre los poderes
ejecutivo, legislativo y judicial, así como entre los actores
políticos, la ciudadanía y las instituciones.
En la etapa
1958-1988, el SPV
funcionó en forma casi perfecta.
Las condiciones de cohabitación entre los actores
políticos y sociales permitieron su coexistencia en forma
pacífica, basado en una relación de distribución
rentística del petróleo. La creación de una
especie de acuerdo institucional entre los actores políticos,
mediante el cual se aseguraron la convivencia pacífica y la
distribución de cuotas de poder que establecieron una
relación juego suma-constante25, es lo que explica la
estabilidad democrática del período; sin dejar de
considerar la etapa de insurgencia guerrillera de 1960-1970.
En el período
considerado
los niveles de participación
electoral fueron bastantes altos, presentándose la
abstención más baja registrada en los procesos
electorales de América Latina26. Las formas de
entendimiento
entre los poderes estaban basadas en normas de cooptación y en
una relación pura-coincidencia27, que facilitó
la
coexistencia entre las diversas fuerzas políticas a
través de las cuales se estableció un sistema
político de conciliación (Rey, 1998: 292),
mediante el
cual los partidos, los grupos de presión, los actores sociales y
la estructura burocrática del Estado establecieron unas normas
formales o conjunto de reglas mediante el cual establecieron un juego
de convivencia recíproca que facilitaba la estabilidad y los
acuerdos políticos necesarios para mantener el clima de
gobernabilidad.
Esas formas de
entendimiento
plural, se conformaron sobre acuerdos,
consensos y conciliaciones entre un conjunto de actores, individuos,
instituciones y grupos de interés muy diversos; que se
articularon decididamente para execrar la violencia y el conflicto del
SPV. Para hacerlo, se aseguraron un clima de armonía asociado al
disfrute y distribución de la renta petrolera de manera tal que
perviviera la coexistencia pacífica entre los actores y la
resolución no violenta de las divergencias.
Es esto lo que se
denomina como
capitalismo rentista, y que en
el caso
venezolano se atribuye a la relación entre ingresos petroleros e
inversión en gasto público y social, donde la
disponibilidad económica derivada de la venta de petróleo
le ha permitido al Estado destinar inmensos recursos a la
inversión pública, creando con ello relaciones
clientelares y burocráticas que sostuvieron durante mucho tiempo
el SPV. La conformación de este cuadro de relaciones
clientelares y burocráticas en el Estado venezolano tiene
relación con una lenta evolución política de las
identidades partidistas y de un conjunto de propuestas
programáticas acerca del uso y destino de la renta petrolera,
que se planteó en la sociedad venezolana desde mediados de la
década de los años 40 del pasado siglo XX (Rey, 1991;
España, 1989, Bautista, 1993), pero esa diversidad de propuestas
programáticas siempre tuvieron como epicentro el tema
petróleo y la renta petrolera, pues no hay duda del impacto del
ingreso por concepto de venta, explotación y
comercialización de hidrocarburos en la economía
venezolana, sobre todo en su incidencia generadora de PIB, tal como
queda demostrado en la siguiente gráfica:
No hay duda, que en
el
funcionamiento del Estado venezolano, así
como de las relaciones de poder establecidas en el transcurso de todo
el siglo XX; el petróleo ha sido un factor significativo a
través del uso dado a la renta petrolera28. El SPV,
en su
vertiente democrática instaurada a partir de 1958 se
conformó sobre la base de un sistema de conciliación
partidista y distribución de la renta sobre las cuales hay que
entender la estabilidad y gobernabilidad del mismo. Al variar las
condiciones de acceso a la distribución de la renta, producto de
las circunstancias de precariedad económica y social impulsada
por la crisis de la deuda externa en Venezuela a partir de 1983, y de
los ajustes estructurales impuestos por la tendencia neoliberal hay que
ver el cese de la cohabitabilidad y el inicio de la crisis de
representación de los partidos políticos, que se
manifestó en la pérdida del caudal electoral de los
actores políticos históricos (AD-COPEI)29.
Las modificaciones
en las
condiciones de disponibilidad
económica del ingreso petrolero rentístico incidió
para la alteración de dos de las precondiciones del SPV: el
clientelismo30 y el corporativismo31 y con ello
la credibilidad y
capacidad de movilización de los partidos disminuyó,
aumentando la desconfianza acerca de la capacidad para solucionar los
problemas sociales de los ciudadanos; terminando todo ello en una
reducción del número de militantes en las organizaciones
partidistas en el transcurso de los años 80 y 90 del pasado
siglo XX, tal como queda evidenciado en el siguiente cuadro:
Ese cuadro de
descontento, fue
complementado con una crisis
institucional del SPV que derivó en un general descrédito
de las principales organizaciones, organismos y estructuras del sistema
político, abriendo paso al surgimiento de la antipolítica
y a modificaciones en el comportamiento electoral del venezolano, y que
según el criterio de Rivas Leone (2006) permite dibujar dos
etapas diversas en su desarrollo:
Con el deterioro de
los partidos,
el ascenso de Hugo Chávez32
posterior a los intentos de golpe de estado de 1992 se hizo
indetenible, modificando sustancialmente los relacionamientos y
mecanismos institucionales construidos a través del Pacto de
Punto Fijo, desplazando a los actores políticos
históricos (AD-COPEI-URD) de los campos de representación
política y pasando a ocupar con su organización
política – el Movimiento Quinta República (MVR) y ahora
el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)- la estructura de poder
del SPV, concretando desde 1998 una hegemonía que sólo en
algunos momentos se ha visto discutida y que ha estado signada por el
aumento del caudal electoral del propio Chávez y sus seguidores
en el MVR junto a la pérdida electoral de los partidos
históricos, tal como se evidencia en los siguientes cuadros:
De hecho, la
votación del
propio Chávez se ha venido
incrementando desde su lanzamiento a la presidencia de la
república en el año 1998, cuando obtuvo un poco
más de 3.500.000 votos, saltando a partir del año 2004 a
un caudal de apoyo superior a los 5.000.000 y cerrando el ciclo en las
elecciones presidenciales de diciembre de 2006 con más de
7.000.000 de votos (datos en base al Consejo Nacional Electoral).
El incremento de la
votación
y la preferencia electoral de
Chávez está relacionado con el relanzamiento del
capitalismo rentístico en su gestión. La política
planteada a través de la OPEP de rescate de los precios de venta
del petróleo, aunado a las fluctuaciones que en el mercado
mundial se han generado por el incremento del consumo, le han permitido
desarrollar una política social de subsidios y asistencias que
nos permite comprender como a partir de el período 2000-2004
aumentó su caudal electoral, ganando en ese período los
procesos de relegitimación (año 2000) así como la
convocatoria a un referendo revocatorio realizada por sectores opuestos
a su proyecto político (agosto 2004). Cuando en el año
2006, Chávez fue reelecto para el período 2007-2013 lo
hizo con un margen de ganancia muy significativo (Gráfico
9),
que se vio detenido en el año 2007 con la propuesta de reforma
constitucional:
La forma como en el
caso venezolano
se construye el modelo de
democracia, permite ampliar el debate filosófico desde el punto
de vista de la teoría política, pues implica considerar
como se relacionan los problemas de representación, mandato
popular, ciudadanía, participación y legitimidad.
Representación, porque la elección de Chávez
traduce lo que Przeworski (1999) ha denominado representación
por mandato,34 eso es que los gobiernos son
representativos porque se
eligen y esta elección
sirve para traer “buenos políticos”, de tal forma que la
elección ―o
un tipo de elección, como es el caso de la introducción
del mecanismo del referendo en Venezuela- sirve en la práctica
como una asamblea de ciudadanos que se expresan sobre una
plataforma política que debe ser seguida― es
la idea de esfera pública esbozada por
Habermas- y de no serlo se corre el riesgo de ser sometido a una
consulta previa ―antes de la finalización del período
para el cual fue electo― que puede costarle la
permanencia o no en el ejercicio del poder.
Se encuentra
relacionado con el
mandato popular, en tanto está
el hecho que sí Chávez fue elegido en un contexto de
crisis de valores de las identidades políticas tradicionales, el
desarrollo de su base programática o proyecto de país se
plantea sobre las percepciones, los anhelos y las expectativas de
cambio expresadas por amplios sectores de la ciudadanía,
excluidos de los beneficios de la distribución de la renta
petrolera. Esta misma circunstancia, también lo relaciona con
los problemas de ciudadanía y participación, en tanto la
propia dinámica formulada en torno al Proyecto Bolivariano
Relanzado (PBR) implica una ratificación de la condición
de ciudadanía, en el ámbito social, y no meramente en lo
político- electoral. Es decir, la idea de ciudadanía que
se quiere expresar, no se restringe a un ejercicio de la libertad de
votar, participar en una elección o militar en un cuerpo de
expresión política formal ―partidos, sindicatos― sino que
se extienda a
las formas que establece un individuo como ser
social que pretende mantener su presencia en un espacio público
abierto a los disensos y las contradicciones.
El planteamiento de
Przeworsky,
tiene especial alcance en las
circunstancias de ajuste social implementadas por Chávez a
partir de 2001. Su política económica sostiene
reiterativamente la necesidad de buscar la “equidad”, eso es en las
propias palabras de Chávez, la construcción de una
sociedad más equilibrada, que le diera prioridad a los sectores
menos favorecidos, de tal forma que estaba implícito en la
propuesta de gobierno una lectura de los anhelos de los ciudadanos, que
se concreta en los diversos contenidos vertidos en la CRBV y que
gravitan en torno a la idea de una economía social.
De lo que se trata,
es de entender
cómo una propuesta de
gobierno esbozada a partir de 1999, pero que adquirió un
contenido más específico desde el año 2001,
correspondió a ciertas expectativas creadas por el discurso
político que realiza una lectura de los anhelos de justicia
social del ciudadano común y por la otra cómo se
desarrollaba la implementación de mecanismos de ejercicio
práctico de la democracia directa, y cómo su
ejecución se traduce en formas de institucionalidad
política que conllevan nuevas relaciones entre los actores
decisores, las elites gobernantes y los ciudadanos movilizados. Este
punto de articulación de mecanismos institucionales en un
escenario de conflictividad múltiple, con matrices de
opinión profundamente polarizadas y las dificultades que
conllevó su concreción resultan esclarecedoras para
aproximarse a los problemas de la construcción
contemporánea de la democracia como práctica social en el
contexto latinoamericano.
Para el caso
venezolano, la
formulación de opiniones
políticas está muy vinculada a lo que se denomina
creación de marcos interpretativos o marcos de referencia,
entendido como un esquema interpretativo que condensa el “mundo
exterior” al señalar y codificar los objetos, situaciones,
acontecimientos, experiencias y acciones que se producen en el entorno
presente y futuro de cada individuo (Zald, 1999). Esos marcos de
referencia son esbozados, reforzados o rechazados utilizando para ello
los medios de comunicación como vehículo político
para lograr capitalizar la voluntad general; por ello en el caso
venezolano la relación entre medios de comunicación y
sociedad política es notablemente conflictiva, sobre todo por el
hecho que el propio presidente ha empleado la hegemonía que
tiene en el control de la señal radioeléctrica como un
instrumento político de divulgación ante la resistencia
que ha encontrado en los medios de comunicación privados, para
divulgar las acciones de gobierno.
Desde los inicios de
su gobierno35,
la relación entre
Chávez y los medios de comunicación ha estado marcada por
una relación puro conflicto, donde han chocado reiteradamente
las matrices de opinión política formuladas desde el
gobierno con las opiniones e intereses políticos representados
por los propios medios privados en el país. Esa controversia de
opiniones adquirió expresiones mayúsculas con el cese de
la concesión de señal abierta de un canal privado en el
año 2007 (Radio Caracas televisión o RCTV).
La creación
de un marco
jurídico que regulará la
relación entre Estado y Medios de Comunicación con la
aprobación de la Ley de Responsabilidad Social de los Medios en
el año 2006, fue otro elemento en esa relación puro
conflicto36. Sobre este escenario conflictual es que se ha
venido
estableciendo la relación entre actores políticos, medios
de comunicación, movimientos sociales en el contexto del
gobierno de Hugo Chávez. Los diversos procesos adelantados por
el chavismo, en procura del establecimiento de una hegemonía en
el sentido gramsciano del término han conducido no sólo
al desplazamiento de los actores tradicionales sino que también
han derivado en la creación de un conjunto de condiciones de
conflictividad política que han tenido su expresión en
diversas circunstancias en el lapso 2002-200837 y que
colocan a la
democracia venezolana ante el reto de la gobernabilidad o la
confrontación directa.
3.
La Economía y la
sociedad: la política
económica y social
La política
económica
del gobierno de Hugo Chávez,
esta signada por una concepción rentística mediante
el cual se aprovechan los ingresos generados por la renta petrolera.
Esa utilización de la renta ha estado suscrita por una agresiva
política de nacionalización económica y
reforzamiento del Estado de Bienestar que había sido
progresivamente desmontado en el periodo 1989/1998 como parte de una
estrategia de reproducción de las condiciones exigidas por el
Consenso de Washington. Esas condiciones significaron para el
país un conjunto de medidas que fueron revertidas casi enseguida
que asumió el poder Chávez, entrando de lleno en un
proceso de conflictividad con los agentes económicos
representados alrededor de FEDECAMARAS. Sobre esa conflictividad se
desarrollaron las situaciones de conflicto que derivaron en la salida
momentánea del ejercicio del poder de Chávez en abril de
2002.
Los indicadores
macroeconómicos de la economía venezolana
para el periodo precedente al ascenso de Chavez en diciembre de 1998
indican un fuerte ajuste derivado de la implementación de la
Agenda Venezuela. El crecimiento económico de Venezuela
sufrió un grave derrumbe en las décadas de 1980 y 1990,
después del pico de su Producto Interno Bruto (PIB) real en
1977. En ese sentido, su situación es similar a la de la
región en su conjunto, que desde 1980 ha registrado el peor
desempeño de largo plazo en materia de crecimiento
económico en más de un siglo. Hugo Chávez
Frías fue electo en 1998 y asumió la presidencia del
país en 1999, y los primeros cuatro años de su
administración estuvieron signados por una gran inestabilidad
política que afectó muy adversamente la economía
(ver Cuadro XVIII). Esto culminó con un golpe de Estado militar
que derrocó transitoriamente al gobierno constitucional en abril
de 2002, y fue seguido por una devastadora huelga petrolera que se
extendió desde diciembre de 2002 hasta febrero de 2003. La
huelga petrolera precipitó al país a una severa
recesión económica, en el curso de la cual Venezuela
perdió el 24 por ciento de su PIB.
Pero esta
situación
política comenzó a
estabilizarse en el segundo trimestre de 2003, y ha seguido
estabilizándose en todo el período actual de
expansión económica. La economía ha tenido un
crecimiento continuo y acelerado desde el inicio de la
estabilización política. El PIB real (es decir, corregido
por los efectos de la inflación) ha crecido un 76 por ciento
desde el punto más bajo de la recesión en 2003. Es
probable que las políticas fiscales y monetarias expansionistas,
así como los controles sobre el tipo de cambio aplicados por el
gobierno, hayan contribuido a este auge económico presente. El
gasto del gobierno central se incrementó del 21,4 por ciento del
PIB en 1998 al 30 por ciento del PIB en 2006. Las tasas reales de
interés a corto plazo han sido negativas durante todo o
prácticamente todo el período de recuperación
económica (dependiendo del indicador –ver Gráfica
10)
Los ingresos del
gobierno
aumentaron aún más
rápido que el gasto en ese período, pasando de 17,4
por ciento del PIB a 30 por ciento del PIB en el mismo período,
dejando al gobierno central con un presupuesto equilibrado para 2006.
El gobierno ha planificado en base a previsiones conservadoras respecto
de los precios del petróleo: por ejemplo, para 2007, los planes
presupuestales previeron un precio de US$29 por barril de crudo, que es
un 52 por ciento menos que el precio promedio de US$60,20 por barril al
que se vendió el crudo venezolano el año anterior. En
general, el gobierno ha excedido el gasto respecto de lo planificado ya
que los precios del petróleo han sido más altos que lo
presupuestado, pero si los precios del crudo caen es posible que el
gasto público también se contraiga.
Sin embargo,
Venezuela tiene un
gran colchón de reservas al cual
puede recurrir, en caso de una caída en el precio del
petróleo que comenzara a menguar sus finanzas. Una caída
de los precios del petróleo del 20 por ciento o más
podría absorberse con las reservas internacionales oficiales,
que hoy ascienden a unos US$33.200 millones y son suficientes para
cancelar casi toda la deuda externa del país. Esta cifra no
incluye otras cuentas del Estado venezolano en el exterior, que se
estima sumarían de US$14 a US$19 mil millones más. Con
una deuda externa relativamente chica (14,6 por ciento de su PIB), el
gobierno podría incluso acceder a los mercados de crédito
internacionales en caso de una caída en el precio del
petróleo. Por otra parte, no parece muy probable que en el
futuro cercano se vayan a derrumbar los precios del crudo. El
pronóstico de corto plazo publicado el 10 de julio por la
Agencia de Información sobre Energía de Estados Unidos
(US Energy Information Agency)
prevé precios del petróleo
de US$65,56 por barril para 2007 y US$66,92 para 2008. El
cálculo del precio de venta para el presupuesto de 2009 es de
unos 60 US$ promedio que se ajusta a las estimaciones mundiales.
El gobierno de
Chávez ha
incrementado muy significativamente el
gasto social, tanto en salud como alimentación y
educación. El contraste más agudo es en el área de
la atención de la salud. Por ejemplo, en 1998 había 1.628
médicos ejerciendo la atención primaria de una
población de 23,4 millones de personas. Hoy hay 19.571 para una
población de 27 millones. El gobierno venezolano también
ha ampliado enormemente el acceso a los alimentos subsidiados. En 2006,
hubo 15.726 establecimientos en todo el país que comercializaron
alimentos a precios subsidiados (posibilitando un ahorro promedio de
27% y 39% en comparación con los precios de mercado de 2005 y
2006 respectivamente).
El gasto social del
gobierno
central creció exponencialmente,
pasando de 8,2 por ciento del PIB en 1998 a 13,6 por ciento en 2006.
Ver Tabla 9l . En
términos reales (corregido por efectos
inflacionarios), el gasto social por persona aumentó en 170 por
ciento en el período 1998-2006. Pero eso no incluye el gasto
social realizado por la empresa estatal venezolana, Petróleos de
Venezuela, S.A. (PDVSA), que ascendió al 7,3 por ciento del PIB
en 2006. Si lo incluimos, el gasto social representó el 20,9 por
ciento del PIB en 2006, lo que constituye al menos un 314 por ciento
más que en 1998 (en términos de gasto social real por
persona).
El índice de
pobreza
disminuyó rápidamente,
pasando del valor pico de 55,1 por ciento en 2003 al 30,4 por ciento en
2006 –como podía preverse, en vista del rápido
crecimiento económico que se registró en los tres
últimos años (ver
Tabla 10). Si comparamos el
índice de pobreza antes de Chávez (43,9 por ciento) con
el de fines de 2006 (30,4 por ciento), se advierte una caída del
31 por ciento en el índice de pobreza. Sin embargo, este
índice no toma en cuenta el acceso ampliado a la salud y la
educación que han experimentado los pobres. Las condiciones de
vida de la población pobre, por lo tanto, han mejorado
significativamente más que lo que indica la reducción
sustancial de la pobreza reflejada en el índice oficial de
pobreza, que solamente mide los ingresos monetarios efectivos38.
También ha caído sustancialmente el índice de
desempleo, que descendió al 8,3 por ciento en junio de 2007, el
nivel más bajo en más de una década, y comparado
con el 15 por ciento en junio de 1999 y con el 18,4 por ciento en junio
de 2003 (a la salida de la recesión). El empleo formal
también ha repuntado significativamente desde 1998, pasando del
44,5 por ciento al 49,4 por ciento de la población
económicamente activa.
Los desafíos
principales que
enfrenta la economía giran
en torno al tipo de cambio y la inflación. La moneda venezolana
está bastante sobrevaluada. El gobierno es reacio a devaluar,
debido a que eso aumentaría la inflación –que actualmente
se sitúa en 19,3 por ciento, lo cual de por sí ya supera
su meta. Dado que existen controles sobre el tipo de cambio y el
gobierno cuenta con un gran superávit en la cuenta corriente (8
por ciento del PIB), no hay nada que pudiera obligar a una
devaluación en el futuro cercano (como sí ocurrió,
por ejemplo, cuando colapsaron las monedas en Argentina, Rusia y Brasil
a fines de la década de 1990). Pero esto sí representa un
problema a mediano plazo, ya que aunque la inflación esté
estabilizada e incluso comience a bajar, el ritmo actual de
inflación continuará apreciando el tipo de cambio real de
la moneda venezolana (Bolívar). Esto hace que las importaciones
resulten artificialmente baratas, y que las exportaciones no petroleras
sean demasiado caras en los mercados mundiales, afectando al sector de
bienes comerciables, tornándose potencialmente en una
situación insostenible. Esto además dificulta sumamente
la diversificación de la economía y la posibilidad de
romper con su dependencia del petróleo.
Al evaluar la
política del
gobierno respecto de la pobreza,
también importa destacar que el abrupto ascenso del
índice de pobreza desde fines de 2001 (39 por ciento) hasta
escalar al pico de 55,1 por ciento en la segunda mitad de 2003, es
atribuible fundamentalmente a la huelga petrolera dirigida por la
oposición en 2002-2003. No cabe duda que el nivel de pobreza
sería aún menor en Venezuela hoy si no fuera por el
enorme daño económico ocasionado por esa huelga. Como
puede apreciarse en la Tabla 11, de 1998 en adelante el empleo se ha
incrementado con cerca de 1,9 millones de puestos de trabajo en el
sector privado y 478.000 en el sector público. El empleo como
porcentaje de la población económicamente activa
aumentó en 1,5 puntos porcentuales desde 1998. El empleo en el
sector privado registró un porcentaje ligeramente mayor de la
población económicamente activa (75,2 por ciento) en 2006
que en 1998 (74,9 por ciento). Sin embargo, es probable que ambos
indicadores estén subestimando la mejoría que ha tenido
el mercado laboral, ya que el mayor acceso a la educación
implicó un crecimiento de la población inactiva en
categoría de estudiantes – es decir, individuos que abandonaron
el mercado laboral para dedicarse a estudiar –equivalente a 3,4 puntos
porcentuales de la población económicamente activa
durante el período en cuestión.
El desempleo
también ha
caído notoriamente en el
período actual de recuperación económica. Como se
puede apreciar en el Tabla
11, la tasa de desempleo se redujo de 18,4
por ciento en junio de 2003 a 8,3 en junio de 2007,39 su
nivel
más bajo en más de una década, si se lo compara
con el comienzo de la presidencia de Chávez en junio de 1999,
cuando el desempleo ascendía al 15 por ciento. En cualquier
comparación que se haga, la tasa oficial de desempleo ha
caído abruptamente. Obviamente, una tasa de desempleo de 8,3 en
Venezuela, como en las economías en desarrollo en general, no es
comparable con una tasa semejante en Estados Unidos o en Europa. Muchas
de las personas que se cuentan como empleadas en Venezuela, en realidad
probablemente están en condición de subempleo. Pero los
parámetros de esa medición se mantienen constantes a lo
largo del tiempo, y en esa medida muestra una mejoría
considerable en el mercado laboral. Eso es notorio asimismo en otros
indicadores del mercado laboral. Por ejemplo, el empleo del sector
formal creció, ascendiendo a 6,06 millones en 2006, tras
registros de 4,41 millones en 1998 y 4,72 millones en 2003. Como
porcentaje de la población económicamente activa, el
empleo formal ha aumentado de manera significativa desde 1998, pasando
de 44,5 a 49,4 por ciento.
Como puede verse en
la Tabla 12,
Venezuela ha sacado provecho de la
expansión actual y del aumento en los ingresos provenientes del
petróleo para reducir su deuda pública, especialmente su
deuda pública externa. La deuda pública total se
incrementó bastante durante la crisis de 2002-2003, alcanzando
el pico de 47,7 por ciento del PIB en 2003. Pero en 2006 ya se
había reducido a un modesto 23,8 por ciento del PIB. De otra
parte, el gobierno optó también por distanciarse del
financiamiento externo, dejando al componente externo de la deuda en
solamente el 14,7 por ciento del PIB. Las proyecciones de Goldman Sachs
prevén un descenso aún mayor de la deuda total hasta un
20 por ciento del PIB, a pesar de que también prevén una
contracción del crecimiento (de 10,3 a 7 por ciento del PIB).40
El monto total del pago de intereses por concepto de la deuda
pública, externa e interna, representó un relativamente
módico 2,1 por ciento del PIB en 2006.
Venezuela tiene por
ende un margen
amplio para solicitar
créditos, de ser necesario, en caso de afrontar una caída
inesperada de sus ingresos petroleros. Pero antes de verse obligado a
solicitar créditos, el gobierno podría recurrir a sus
reservas internacionales en moneda extranjera. Tal como se aprecia en
el Tabla 13 (a
continuación), las reservas del gobierno en
divisas extranjeras computaron US$25.200 millones el 30 de junio de
2007, equivalentes a casi un 14 por ciento del PIB. Esas reservas
representan una caída importante respecto de su valor pico de
US$37.400 millones el año pasado, pero siguen siendo mucho
mayores que las necesidades del país, suficientes para cancelar
casi toda su deuda externa pública. La caída reciente de
las reservas respondió a una transferencia de US$6.770 millones
al Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN); la apertura de una cuenta en
el exterior (offshore) por la
Tesorería Nacional para el pago de
impuestos de PDVSA, de manera de poder administrar la liquidez
monetaria (es decir, ingresos fiscales del gobierno central que
se mantienen en dólares y no se gastan); un aumento
significativo de las transacciones monetarias para financiar las
importaciones aprobadas por CADIVI;41 y la compra reciente
de
dólares al Banco Central que realizó PDVSA como resultado
de la colocación de US$7.500 millones en bonos internacionales
(es decir, dineros recaudados en Bolívares y vendidos al Banco
Central para absorber la liquidez). Es evidente que ninguna de estas
acciones representa tendencias económicas que pudieran seguir
agotando aún más las reservas. Además, si a las
cuentas offshore del FONDEN y el Tesoro de la Nación se le suman
las reservas internacionales actuales, el total supera los US$40.000
millones,42 y que en algunas estimaciones alcanza los
US$45.000
millones.43 Los ingresos petroleros del gobierno el
año pasado
fueron de US$28.000 millones. Ante un imprevisto descenso en los
precios del crudo, el gobierno podría por lo tanto recurrir a
sus reservas y pedir prestado en los mercados financieros por un cierto
tiempo, antes de tener que introducir recortes presupuestales
importantes. Si los ingresos por el petróleo cayeran, por
ejemplo, un 40 por ciento, Venezuela podría absorber esa
caída con sus reservas, que de lo contrario se prevé que
volverán a crecer a lo largo de este año.
Otra
característica
común del análisis que se hace
de la economía venezolana como una gran “bonanza petrolera que
se encamina a la bancarrota”, es que el gasto del gobierno está
provocando un aumento acelerado de la inflación, que
entrará en una espiral incontrolable. Según esa
teoría –que tampoco está bien especificada—la
inflación misma podría generar una crisis –al
transformarse en una hiperinflación, por ejemplo—o el gobierno
se verá obligado a tomar medidas de severa contracción
económica para evitar o reducir los peligrosos niveles de
inflación.
El Gráfico 13
muestra el
índice mensual de
inflación, calculado como la tasa de variación interanual
en el índice de precios al consumidor para un determinado mes.
Como puede apreciarse en la gráfica, la inflación
descendió en forma constante desde mayo de 1998 a enero de 2002,
bajando del 20 por ciento al 12 por ciento anual. Posteriormente se
produce un repunte abrupto de la inflación durante la peor
crisis de inestabilidad política en el país, entre
febrero de 2002 y febrero de 2003. Este período incluye el golpe
de Estado militar de abril de 2002 y lo que es más importante,
la huelga petrolera de diciembre de 2002 a febrero de 2003, que
generó grandes problemas de desabastecimiento y
catapultó nuevamente la inflación a una tasa anual de 40
por ciento. Después de finalizada la huelga, la inflación
empezó otra vez a descender en forma constante en los siguientes
tres meses y medio, a pesar del crecimiento económico
rápido que se registró durante la recuperación
iniciada en el primer trimestre de 2003. Pero a partir de junio de 2006
se ha dado un nuevo repunte brusco que empujó a la tasa de
inflación interanual de 10,4 por ciento a 19,4 por ciento (junio
de 2007)44.
El repunte actual de
la
inflación es la consecuencia combinada
de la escasez de algunos productos, y los efectos acumulados de tres
años y medio de crecimiento rápido. ¿Qué
tan grave es el problema de este aumento en la inflación?, y
¿puede acaso conducir a una crisis económica y/o truncar
la expansión actual de la economía? Primero, hay que
tener presente que no hay consenso en la investigación
macroeconómica en torno a cuánto puede subir la
inflación sin causar un efecto negativo sobre el crecimiento;
hay estudios que sitúan el umbral en el 20 por ciento o
más –un umbral al que Venezuela recién está
llegando ahora.45 En segundo lugar, es importante subrayar
que
índices de inflación de dos dígitos en un
país en desarrollo como Venezuela no son comparables al mismo
fenómeno en Estados Unidos o en Europa. La inflación en
Venezuela era mucho más alta en los años anteriores al
gobierno de Chávez, llegando a 36 por ciento en 1998 y a 100 por
ciento en 1996. Aunque gran parte del público no lo entiende, es
el crecimiento real (es decir, después de descontar los efectos
de la inflación) de los ingresos –y el empleo- lo que afecta el
nivel de vida de la población, no la tasa de inflación en
sí. Esto sucede, siempre y cuando la inflación no entre
en un espiral ascendente hasta un punto en que efectivamente reduzca el
crecimiento real. Hasta ahora, no parece que la inflación en
Venezuela se esté disparando fuera de control. En los
últimos 3 meses se ha estabilizado en 19,4 por ciento. A
comienzos de febrero de este año, el gobierno redujo el impuesto
al valor agregado, en un esfuerzo que probablemente contribuyó a
estabilizar la tasa de inflación. Es importante destacar
además que la inflación ha caído
drásticamente a lo largo de la mayor parte del período
actual de recuperación económica, y que solamente
subió en el transcurso del último año. Este
último año aumentó hasta llegar aproximadamente a
la mitad del valor pico que alcanzara en 2003 a raíz de la
huelga petrolera de ese año.
Por otra parte, dado
que el
país cuenta con un gran
superávit en cuenta corriente y los ingresos del gobierno son
superiores a lo que puede gastar, Venezuela dispone de un conjunto de
herramientas que le permiten luchar contra la inflación sin
sacrificar necesariamente el crecimiento económico. Una de ellas
ha sido la esterilización, a través de la cual el
gobierno saca de circulación el exceso de moneda nacional
mediante la emisión de bonos. La reciente colocación de
bonos efectuada por PDVSA en abril por valor de US$7.500 millones, que
se agotaron rápidamente en manos de un gran número de
inversionistas,46 es un ejemplo de cómo el gobierno
utiliza la
venta de bonos a estos efectos. El superávit en la cuenta
corriente de Venezuela también le da margen para desactivar la
inflación con importaciones. De hecho, eso fue lo que
ocurrió la mayoría de las veces durante todo el
período de recuperación económica actual, cuando
la inflación fue cayendo a pesar del rápido crecimiento:
el exceso de moneda nacional circulante se convirtió a
dólares y se gastó en importaciones. Como puede
apreciarse en el Cuadro 6, las importaciones se
triplicaron en ese
período, de un nivel muy bajo de US$10.500 millones en 2003 a
US$32.200 millones, equivalentes al 17,8 por ciento del PIB en 2006.
Pero las exportaciones, estimuladas por el alza de los precios
del petróleo y la recuperación de la producción de
crudo después de la huelga, crecieron a un ritmo mucho mayor,
pasando de US$27.300 millones en 2003 a US$65.200 millones, equivalente
al 36 por ciento del PIB. En consecuencia, el país dispone de un
enorme superávit en cuenta corriente que en 2006 era equivalente
al 15 por ciento del PIB. En los últimos dos trimestres ese
superávit se contrajo considerablemente, pero aun así
ronda el 8 por ciento del PIB.

En síntesis,
la
inflación ha estado ascendiendo durante
la mayor parte del último año, pero eso no representa una
amenaza inminente para la expansión económica actual. Es
probable que esto siga siendo así mientras Venezuela mantenga un
gran superávit en cuenta corriente.
La naturaleza de los
ingresos
petroleros, ha permitido que el Estado
venezolano asuma de nuevo una política social47, que
sí
bien sigue siendo clásicamente asistencialista, ha rescatado lo
concerniente a las condiciones de vida del venezolano mediante la
mejora de su hábitat, de su entorno, a través de la
reducción de las brechas de diferenciación social
existentes en Venezuela producto de las condiciones de desarrollo del
capitalismo. Es notorio observar como la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela (CRBV) ha incorporado como
norma constitucional el derecho a la salud, la educación, la
vivienda y se define a sí mismo como un Estado Social, que
intenta superar al liberalismo clásico corrigiendo ciertas
distorsiones que se presentan, fundamentalmente aquellas asociadas a
problemas de desigualdad social y económica. La posición
del Estado acerca de los problemas de exclusión y
segregación responden a esa visión de un Estado Social
que busca disminuir esas contradicciones y para ello implementa una
serie de medidas destinadas a fortalecer a través de programas
sociales, créditos e inversiones la situación y la
calidad de vida de los ciudadanos. Se trata de una política
coherente, tanto desde su formulación jurídica en la CRBV
como en la ejecución pública, alejándose de
medidas compensatorias tomadas para disminuir la violencia social
producto de una estructura productiva esencialmente explotadora. Las
gráficas 15, 16,17 y 18 reflejan
inversiones e
incorporación de los ciudadanos a mejores condiciones de empleo,
calidad de vida, educación y salud. Todo ello llevado adelante a
través de las Misiones, que es una estrategia de desarrollo de
políticas sociales que ha resultado efectivo desde el punto de
vista de la atención del ciudadano, como desde el punto de vista
político en cuanto a apoyos electorales generados a favor del
chavismo.
El SPV, en esta
vertiente del
Proyecto Bolivariano relanzado (PBR) de
Hugo Chávez ha incorporado no sólo un conjunto de
derechos sociales y políticos, sino que además ha
generado un profundo debate acerca de las particularidades de la
democracia. El debate claro está, ha estado marcado por la
diatriba política pero indudablemente desde el punto de vista
del reconocimiento jurídico de los derechos a la
participación, movilización, expresión,
deliberación no se puede señalar que hay una
limitación seria al ejercicio de las virtudes cívicas.
Aun a pesar del conflicto en torno a derechos humanos, libertad de
expresión y características del sistema electoral que se
vienen dando en Venezuela. La dinámica institucional ha
propendido a incorporar a sectores históricamente excluidos como
los pueblos indígenas, las minorías étnicas y las
mujeres. Se han adelantado acciones que propenden a una
profundización de la participación política y se
han establecido como marcos operativos de la acción de gobierno,
tal como han quedado expresados tanto en el PDESN como PENSB. En el
caso del 1ero, uno de los ejes articuladores y direccionadores de la
acción de gobierno es el denominado eje social, cuyo objetivo
clave es definido en términos de “alcanzar la equidad social
como nuevo orden de justicia social y base material de la sociedad
venezolana” (PDESN, 2001:91), para ello se plantea un conjunto de
subobjetivos entre los que se señalan:
- Garantizar el
disfrute de los derechos sociales de
forma universal y equitativa mediante:
- Educación
de calidad para todos
- Garantizar
el
acceso educativo
- Extensión
de la cobertura de
matrícula a todos los subsistemas
- Articulación
del sistema educativo y el
sistema de producción de bienes
- Desarrollo
de
la planta física de las
instalaciones educativas
- Equidad en
la
educación superior
- Atención
integral de niños no
escolarizados
- Erradicación
del analfabetismo
- Salud y
calidad
de vida para todos mediante:
- Acceso a la
salud para todos los sectores
- Promoción
de la salud para superar las
inequidades
- Desarrollo
de
un Sistema de Salud público
descentralizado
- Universalizar
el acceso a la salud en todos los
espacios territoriales
- Seguridad
Social universal
- Vivienda y
ambiente sano
- Seguridad
ciudadana
- Acceso pleno a
la cultura
- Universalización
del deporte
- Atención
a la población en extrema
pobreza
- Fortalecer la
economía social a
través del impulso de cooperativas comunitarias
En el caso del
PENSB, formulado en
el año 2007 también se
establece una prioridad para el área social a través de
la búsqueda de la denominada Suprema Felicidad Social (SUFES),
que la definen como “… la construcción de una estructura social
incluyente, formando una nueva sociedad de incluidos, un nuevo modelo
social, productivo, socialista, humano, endógeno, donde todos
vivamos” (PENSB, 2007: 9) cuyos objetivos son:
- Reducción
de la miseria a cero
- Transformar
las
relaciones sociales de
producción construyendo unas de tipo socialistas
- Fortalecer las
capacidades para el trabajo
productivo
- Promover la
ética, la cultura y la
educación liberadora
- Profundizar la
solidaridad con los excluidos de
América Latina (PENSB: 11).
Todo ello arroja un
balance
positivo en cuanto el reconocimiento de
derechos sociales, aumento de la calidad de vida e inversión
social de la renta petrolera en el período 2000-2008, en
comparación con los períodos precedentes. En las
gráficas 19, 20, 21 y 22 pueden observarse
algunas variaciones
significativas impulsadas mediante la aplicación de las misiones
sociales en el área de salud y educación principalmente,
como parte de una estrategia política concretada a través
del reajuste estructural planteado por el Presidente Chávez a
partir del año 2003.
4.
Acciones colectivas, movimientos
sociales, ambiente y diversidad
cultural
La CRBV aparte de
asumir en su
estructura una visión de Estado
Social de Derecho (Art,2), con las implicaciones que conlleva desde el
punto de vista de la atención a las desigualdades, ha
incorporado un conjunto de derechos sociales y culturales de diversa
índole que amplían las posibilidades de reducción
de las inequidades presentes en toda sociedad capitalista. Una
enumeración de algunos de esos aspectos nos permite establecer:
- Normas
relativas a la protección de la
familia, sobre todo en relación con los hijos. En los Art.75 y
siguientes se establece un amparo por parte del Estado a las familias,
a los niños y adolescentes, a la maternidad y paternidad, al
matrimonio y a las uniones de hecho.
- Normas
relativas a la protección de
trabajadores. El derecho y deber de trabajar se regula en los Art.87 y
siguientes, donde destaca una regulación detallada de ese
derecho (Art.94), donde se rescate el protagonismo del Estado en el
control y aseguramiento de las condiciones de trabajo, el derecho a la
seguridad social de las amas de casa, la progresividad de los derechos
y beneficios laborales, estableciéndose una vinculación
del derecho al trabajo con la libertad sindical y el derecho a la
negociación colectiva (Art. 95).
- Normas
relativas a la protección de sectores
sociales específicos, tales como niños y adolescentes
(independiente de su relación familiar, tal como se establece en
los Art.78 y 86), los jóvenes (Art.79), los ancianos (Art.80) y
los discapacitados (Art.81).
- Normas
relativas a la protección de
ciudadano como demandantes, consumidores o usuarios de determinados
bienes o servicios, destinado a lograr la protección contra la
especulación, el robo, el acaparamiento entre otros procesos. Se
incluye el derecho a una vivienda digna (Art. 82), el derecho a la
salud y la seguridad social (Art. 83 y siguientes), junto a una gama de
derechos relacionados con la educación y la cultura (Art.98 y
siguientes).
<>Normas
relativas a la protección de
determinados bienes materiales que tienen valor para el
interés general, tales como derecho a los recursos naturales, al
goce de un medio ambiente adecuado (Art. 127 al 129) y la
conservación del patrimonio cultural y artístico (Art.99).
<>Este conjunto de derechos se
complementa con el respeto a la
participación política, la posibilidad de organizarse
para sugerir leyes y una estructura del sistema de gobierno que puede
definirse como pentafuncional, destacando:
- La
función legislativa, ejercida por
órgano de la Asamblea Nacional (Art.187)
- La
función ejecutiva, por órgano del
Ejecutivo Nacional encargada de las políticas públicas
(Art. 236 y 239).
- La
función judicial, por órgano del
Tribunal Supremo de Justicia y demás tribunales de la
república (Art. 253, 259, 260, 266 y 336).
- La
función contralora, jurídica y
presupuestaria sobre la actividad estatal y sobre la actividad
particular por órgano del Consejo Moral republicano, conformado
por el Contralor General, Defensor del Pueblo, Fiscal General de la
República (art. 273,274,281,285 y 289).
- La
función electoral, por órgano del
Consejo Nacional Electora (CNE.
Se estructura de esa manera en la
CRBV un conjunto de
características que permite establecer ciertos tipos de
participación, que bien pueden ser definidos según sea
directa o indirecta. La directa, está construida sobre una
extensión de la participación en la organización,
gestión y supervisión de los asuntos públicos para
incidir en la vida política. La indirecta, a través de
los representantes elegidos a los diversos cargos públicos
mediante un sistema electoral mixto, que mezcla el principio de la
mayoría (uninominal) con el principio de representación
de las minorías. Se implementan un conjunto de mecanismos de
democracia directa, tales como los referendos, destacando cuatro (4)
modalidades:
- Consultivo:
asociado al asentamiento de la
población acerca de materias de especial trascendencia nacional,
parroquial, municipal y estatal. La iniciativa para materias de
trascendencia nacional la tienen el Presidente de la República
en Consejo de Ministros, la Asamblea Nacional y un número mayor
del diez (10) % de los electores inscritos en el Registro Electoral
permanente (REP). La iniciativa para convocar a referendos de
interés parroquial, municipal estatal, la tienen: la Junta
parroquial, las 2/3 partes del Consejo Municipal y el Consejo
Legislativo; el Alcalde y Gobernador de Estado y un número no
menor del diez (10) % de los electores.
- Aprobatorio:
vinculado a proyectos de Ley que se
encuentren en discusión por la Asamblea Nacional, Tratados,
Convenios o acuerdos internacionales. La iniciativa corresponde: al
presidente en Consejo de Ministros, a las 2/3 partes de la Asamblea
Nacional y al 15% de los inscritos en el REP.
- Abrogatorio:
referido a la derogación total
o parcial de leyes, con la excepción de leyes de presupuesto,
impositivas, de crédito público, las de amnistía,
las que protejan o desarrollen derechos humanos, entre otros.
- Revocatorio:
para todos los cargos de
elección popular estableciendo que debe ser a la mitad de
período para el cual fue elegido el funcionario (a), a
través de una iniciativa de recolección y
validación de firmas por parte del CNE y la aprobación de
la denominada cláusula de revocación, donde se establece
el mínimo exigido para revocarle el mandato. Ya existe una
experiencia que fue el revocatoria presidencial de 2004.
Con todo y las dificultades, las
acusaciones y denuncias en medios
internacionales, se debe ser tajante al afirmar que sí bien hay
elementos preocupantes de la dinámica de ejercicio de la
democracia, en lo referido a actitudes de intolerancia recíproca
entre las fuerzas en confrontación; no asistimos a un verdadero
peligro de autoritarismo en el país. Sí de algo no queda
duda, es que existe un clima donde se producen pronunciamientos de
diversa índole acerca de posiciones políticas enfrentadas
y que más allá de diatribas personales, estas
manifestaciones se dan con completa libertad en los medios de
opinión pública, en los órganos de
representación y en las formas de asociación ciudadana.
Una muestra de esa tolerancia es el hecho de observar la cantidad de
protestas sociales generadas durante el período 1998-2004, tal
como queda evidenciado en el Gráfica 22.
Desde el punto de
vista del derecho
de las minorías
étnicas y el ambiente, la CRBV introdujo una serie de
consideraciones destinadas a ratificar y proteger no sólo la
existencia de las condiciones culturales y materiales de los pueblos
indígenas sino también su medio físico, mediante
el otorgamiento de potestades en la administración de sus
territorios y sus recursos. Adicionalmente desde el punto de vista
político la CRBV introdujo la obligatoriedad de la
elección de un (1) representante indígena en cada entidad
estatal en donde tengan presencia, así como en los Consejos
Legislativos y Consejos Municipales. Indudablemente esa medida es un
mecanismo de reconocimiento de la voluntad política de
participación de un sector de la población que
tradicionalmente había sido excluido. Lo interesante de la CRBV
es que dedica todo un Capítulo a los Pueblos Indígenas,
reconociéndoles una identidad histórico y derechos que se
le habían negado históricamente. Desde el art.119 hasta
126, reconociéndoles no sólo su cultura, lengua y
prácticas medicinales y cosmovisión, además los
hace sujetos de derecho, aspecto jurídico del cual
adolecían en otros cuerpos constituciones. Por otro lado, como
parte de ese reconocimiento de derecho, y basado en la CRBV se legislo
y aprobó en el año 2000 La Ley de Demarcación y
Garantía del Habitad de los Pueblos Indígenas, mediante
la cual se les otorga acceso a la propiedad y tenencia de la tierra
así como de la administración participativa de los
recursos naturales.
Los avances en el
texto
constitucional, se expresan en el
reconocimiento de la sociedad venezolana como multiétnica y
pluricultural (Preámbulo) y porque se reconoce, ya no en un
régimen de excepción, sino directamente los derechos de
los pueblos indígenas a mantener su cultura, su lengua y su
hábitat. Las lenguas indígenas son consideradas idiomas
oficiales de estos pueblos (art. 9); se garantiza el derecho de estos
pueblos a mantener y desarrollar su cultura, con un ordenamiento
político, social y religioso acorde con su sabiduría
ancestral, sobre la base de un sistema económico, de
educación y de salud propios y con derecho a definir sus propias
prioridades de desarrollo (arts. 119, 121, 123 y 123); se garantiza el
derecho a la propiedad colectiva de sus conocimientos y se
prohíbe el registro de patentes sobre sus recursos y
conocimientos (art. 124); se reconoce el derecho consuetudinario
indígena (art. 260); y se establece la representación
política a través de tres diputados indígenas en
la Asamblea Nacional (art. 186).
Adicionalmente el
gobierno ha
lanzado la Misión Guaicaipuro, que
busca reconocer la titularidad de las tierras, disminuir los
déficit de atención social de las comunidades originarias
y coadyuvar a la consolidación socio-productiva de las
comunidades con respeto a las condiciones medioambientales.
Como complemento a
este
reconocimiento la CRBV, reconoce en en su
Art.107 la obligatoriedad de la educación ambiental, buscando
con ello fortalecer la conciencia de conservación del entorno
ambiental, los Art.304 y 305 reconocen como un derecho el acceso a las
fuentes de aguas (ríos, lagos, lagunas, etc), así como el
derecho de las personas a un ambiente sano y de desarrollo sustentable
(Art,127) entre otros elementos. Se dedica todo un capítulo a la
consideración del tema (capítulo IX) y se complementa con
la aprobación de una serie de decretos relacionados con la
calidad ambiental, tal como el Decreto 4.335 relativo a Normas para
regular y controlar el uso de sustancias agotadoras de la capa de ozono
(2006), La ley de Aguas de 2007, la ley sobre sustancias y materiales
peligrosos (2001), Ley de Residuos y desechos sólidos (2004),
entre otros instrumentos legales redactados dentro del marco
constitucional de los derechos de ambiente reconocidos en la CRBV. Se
desprende de este conjunto de preceptos legales que en materia de
derechos de las minorías étnicas como de ambiente se ha
generado un gran avance en el contexto jurídico y
práctico venezolano.
Conclusiones
Sobre la base de los
diversos ejes
temáticos sugeridos podemos
aproximarnos a un conjunto de consideraciones, a saber:
- Desde el punto
de vista del papel del Estado en la
sociedad globalizada, el PENSB (2007-2013) así como su antecesor
el PDESN (2001-2007) conducen a un relanzamiento del Capitalismo
Rentístico, pero con una variante destinada a la
introducción de medidas redistributivas de la riqueza a
través de una agresiva política social. Ante el
fenómeno de la globalización, la política actual
del gobierno de Chávez parece afrontarse a la paradoja de
integrarse pero en un contexto más allá de lo
económico y que insiste en la creación de medidas de
compensación social y cultural al estilo europeo. Su apuesta por
dinámicas de integración alternativas (UNASUR) tiene un
gran peso geopolítico, considerando la dependencia creciente del
petróleo y las altas capacidades productivas y reservas
estratégicas del país. Esa defensa geoestratégica
coloca a Venezuela en camino directo de colisión con los
intereses y presiones ejercidas desde los centros de poder en EEUU. En
este aspecto, no parece vislumbrarse una regularización de las
relaciones con los EEUU, más bien avizoramos una tendencia al
recrudecimiento en las fricciones.
- Las formas y
relaciones de poder imperante en
Venezuela parecen establecer la consolidación de dos tendencias
claras:1) la de un sistema de partido dominante – sí los
resultados de las próximas elecciones regionales favorecen a
Chávez- con el PSUV como centro hegemónico 2) un
multipartidismo inestable, sí la oposición logra elevar
su caudal electoral en noviembre de este año. La conflictividad
inmediata es una característica que se presenta en una
prospectiva cercana, pues el período 2010-2013 será clave
para el futuro de las fuerzas políticas. La capacidad que puedan
tener los actores políticos y sociales para movilizarse sin
recurrir a escenarios pura confrontación como ocurrió en
el período 2001-2004 depende de la aceptación de las
reglas de juego vigente en el SPV y la propia capacidad de
movilización colectiva que cada grupo político o
ciudadanos organizados puedan adelantar. El SPV debe volver a crear un
sistema de pesos y contrapesos que manejen el disenso y la
confrontación política en los espacios públicos,
de esa rearticulación de la política dependerá la
calidad de la democracia en lo inmediato, pues sí bien no se
niega la notable participación política, la misma ha
estado matizada por la intolerancia y el déficit
democrático como relación de alteridad.
- La
política económica del país
seguirá estando indisolublemente ligada al factor renta
petrolera, aunque en este momento hay una fluctuación de los
precios del petróleo el cálculo del presupuesto
económico para 2009 se ha hecho sobre la base de 60US$ por
barril, bastante optimista dada la abrupta baja de la venta. Sin
embargo, las reservas económicas que superar los 41.000 millones
US$ colocados fuera de la banca norteamericana hace tener confianza a
los encargados de la política económica. Sin embargo
queda la incógnita de la posibilidad de seguir manteniendo el
gasto social, que ha sido clave para asegurarse el apoyo popular que
tiene Chávez, con un barril de petróleo no tan alto. Por
otra parte, la conflictividad con el sector privado continúa y
no hay posibilidades inmediatas de regularización de esa
relación, a pesar de los intentos del gobierno por apoyar e
impulsar su propia burguesía económica. La
política de desarrollo de un sistema socialista de
producción, tal como lo establece el PENSB permite esperar
resistencias y movilizaciones a su aplicación. El balance es de
nuevo conflictual pero no de precariedad económica.
- Lo social se
encuentra relacionado con lo
económico. En este caso sí Chávez y el Partido
Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se mantienen en el poder es de
esperarse una continuidad en las políticas de inversión
social en educación, salud, vivienda, etc; asimismo para la
oposición se trata de no paralizar esa agenda social pues
sería de esperar una gran conflictividad popular de así
ocurrir. Cómo sea, la política social ha pasado a
constituirse en tema de agenda política para cualquiera de las
opciones de poder. Los niveles de ingreso hacen esperar que
continúe la inversión en las áreas prioritarias
buscando disminuir las inequidades existentes. La vinculación de
lo social con lo político le otorga una ventaja al chavismo en
las actuales circunstancias. El chavismo resulta beneficiado, pues
siempre será quién trajo de vuelta el tema social como
elemento de la campaña política, luego del impacto de las
reformas neoliberales de finales del siglo XX.
- El tema de las
acciones colectivas y los
movimientos sociales es múltiple y conflictivo. La enorme
influencia que tienen sobre los movimientos sociales y políticos
la definición de marcos interpretativos a través de los
medios de comunicación, ha hecho que en el caso venezolano se
asista a una fuente constante de confrontación que se hace
visible a través de los medios (públicos, privados y/o
alternativos). El debate acerca de las condiciones sociales de la
democracia, el ajuste jurídico político en torno a la
definición del socialismo del siglo XXI copará la agenda
política en lo inmediato. La deliberación debe ser
rescatada, seguimos siendo testigos de una enorme negación de la
condición ciudadana del “otro”, es decir hay un déficit
en las prácticas democráticas más no en el sistema
democrático. Acá no hay duda que los niveles de
repotilización de la sociedad venezolana deben venir
acompañados de normas de convivencia que no pueden ser las
mismas del sistema político de conciliación de la 2da
mitad del siglo XX. Es ese el reto para la acción colectiva en
las próximas décadas en Venezuela y toda América
Latina.
- En lo relativo
a la diversidad cultural,
también avizoramos una fuente de conflictividad, derivada del
hecho que buena parte del reconocimiento de los derechos de los pueblos
indígenas ha generado en los espacios fronterizos con Colombia y
Brasil discusiones muy importantes con los representantes
indígenas acerca del proceso de demarcación y
reconocimiento del derecho a propiedad de la tierra. El debate gira en
torno a dos tendencias: 1) los más radicales, quienes haciendo
una lectura estricta de los derechos reconocidos señala que debe
devolverse toda la tierra y asegurarse el manejo de los recursos por
parte de las comunidades; esto genera temor en ciertos expertos en
geopolítica dado la experiencia de intentos de secesión;
y 2) los que cercanos al gobierno y que han sido impulsadores de la
reforma y el reconocimiento indígena, optan por establecer
limitaciones a ese reconocimiento procurando con ello limitar los
peligros de secesión. En este punto, no hay posibilidad que el
chavismo salga perjudicado y sin duda, se debe reconocer su papel en el
impulso a políticas indigenistas de incorporación social.
- El tema del
medio ambiente, sí bien ha
avanzado; sigue siendo deficitario. El impacto de la explotación
de los minerales en el ecosistema sigue siendo tema de
discusión; sin duda aún queda mucho por hacerse, sobre
todo lo referente a políticas de reciclaje y ahorro de
energía; o el uso de energías limpias.
- Desde el punto
de vista democrático, hay
varios aspectos significativos: la capacidad de generar opinión
política que ha impulsado este gobierno, directa o
indirectamente, la gente se pronuncia por aceptación o rechazo.
Eso implica un gran valor de la democracia como deliberación,
pero insistimos en que hay un déficit democrático en
cuanto a la tolerancia en torno al “otro”. Antropológicamente
debe rescatarse este aspecto, no sólo acá sino en otras
partes del continente; 2) institucionalmente se ha establecido una
nueva ingeniería pentafuncional que no ha sido totalmente
aceptada; hasta tanto no ocurra, la transición no se
completará. Eso puede traducirse en la aceptación de las
reglas del juego, sobre la base de la territorialización de la
política, la fuerte movilización popular y la
popularización mediática de la discusión
política o la posibilidad de recrudecer la conflictividad
política entre chavistas y antichavistas; 3) la perspectiva
geopolítica de una nueva oleada democrática basada en la
incorporación de sectores socialmente excluidos y una fuerte
resistencia a la transnacionalización de las economías,
mediante un rescate o defensa de lo propio y la base de una
integración más equilibrada – social y culturalmente
hablando- y menos economicista en sus dinámicas.
- Las
posibilidades de la democracia en esta 1era
mitad del siglo XXI dependen de la construcción de condiciones
de mayor equidad económica, mayor institucionalidad de la
participación colectiva en el diseño, formulación
y control de las prácticas públicas; así
como de la generación de mecanismos de integración
regional más efectivos en la construcción de medidas de
complementaridad. El gran reto de la democracia latinoamericana es
sobrevivir a la tendencia economicista de análisis de los
procesos de integración y asumir la necesidad de crear espacios
de multiplicación de la ciudadanía, más
allá de los límites impuestos por las fronteras. Hablar
de una mundialización de la ciudadanía debe ser una de
las prioridades de la teoría política, pensar y
reflexionar sobre las formas de asumirlo pudiera ayudar a disminuir los
contrastes políticos
Citas y notas
1 Este trabajo es
producto de una invitación
realizada por la Cátedra Alain Touraine para participar como
ponente en el Seminario Internacional Dilemas Latinoamericanos actuales
de cara al desarrollo y la democracia, que se realizó en
Guadalajara México entre el 26-29 de octubre de 2008.
2 El término de
transición hace referencia a
un proceso de cambio mediante el cual un régimen preexistente,
político y/o económico, es reemplazado por otro, lo que
conlleva la sustitución de los valores, normas, reglas de juego
e instituciones asociados a éste por otros(as) diferentes.
Santamaría, Julián. 1982. “Transición controlada y
dificultades de consolidación: el ejemplo español”, en:
Santamaria, J. (Comp.), Transición
a la democracia en el
Sur de Europa y América Latina, CIS, Madrid, p. 372. Ello
implica que las transiciones no siempre se circunscriban a
transformaciones políticas, sino que también puedan
afectar a otros ámbitos. Así, y además de la
esfera política, habría que referirse a la
económica, institucional o a aquélla otra que afecta a la
organización del Estado, y cuya conjunción en algunos
ámbitos espaciales ha sido caracterizado como de una
revolución sin precedentes históricos. Offe, Claus
.1992. “Vers le capitalisme par construction démocratique? La
théorie de la démocratie et la triple transition en
Europe de l’Est”, en : Revue
Française de Science Politique, n1
6, pp. 927-928.
3 Lo entendemos en el
sentido definido por Inmanuell
Wallerstein, en su obra The Modern
World System: Capitalist Agriculture
and the Origins of the World-Economy in the Sixteenth Century, Academic
Press de Nueva York. 1974
4 Por Gomecismo, se
entiende en Venezuela al gobierno
dictatorial dirigido por Juan Vicente Gómez (1908-1935), que
abrió al país al capital trasnacional mediante la
introducción de las inversiones norteamericanas, francesas,
inglesas y holandesas en la explotación del petróleo.
5 Carlos Andrés
Pérez, uno de los líderes
carismáticos del partido Acción Democrática (AD),
fue presidente de Venezuela dos (2) veces; la 1era en el período
1974-1979 cuando el país disfrutó de las condiciones de
elevación de los precios de venta del petróleo y una 2da
vez en el período 1988-1993; cuando implementó un ajuste
de la economía aplicando lineamientos de reducción del
papel del Estado, privatizando y eliminando subsidios; acción
que dio pie a un ciclo de protestas colectivos que marco la
transición política del país.
6 Sí bien se
estableció como tal a partir de la
publicación del trabajo de John Williamson después de
1990, llama poderosamente la atención que buena parte de los 10
puntos contentivos de su propuesta (disciplina fiscal, cambio en las
prioridades del gasto público, reforma tributaria, tasas de
créditos, tasas de cambio de acuerdo con el mercado,
liberalización del comercio, fin de restricciones al capital
extranjero, privatización de empresas estatales,
desregularización de las actividades económicas,
garantía a la propiedad) fueron firmemente desarrolladas durante
la gestión de CAP y tuvieron un significativo impacto en las
protestas sociales en Venezuela a principio de los años 90 del
siglo XX.
7 Las medidas de CAP
generaron un conjunto de protestas conocidas
como el CARACAZO, por el hecho de haberse iniciado en la ciudad de
Caracas y extenderse por el resto del país, generando un
número no oficial de víctimas de la represión de
los cuerpos policiales y militares cercano a las 2000.
8 Para una comprensión
de esas dinámicas puede
consultarse el trabajo de Rey (1978) sobre la democracia venezolana y
la crisis del sistema político de conciliación.
9 Devlin señala que en
el caso de Venezuela, las
privatizaciones representaron para el período 1991-1995 un total
de 2.300 millones US$. De ese total, porcentualmente hablando el sector
telecomunicaciones concentró un 87% de las privatizaciones,
transporte aéreo un 6%, Bancos 5% y transporte terrestre 2%.
Cfr. Delvin, Robert. 1993. “Las privatizaciones y el bienestar social”
Revista CEPAL n° 49.
10 Empresa procesadora
y productora industrial de acero,
aluminio y derivados que estando valorada en más de 8.500
millones de US$ fue vendida por el Estado en 1997 por tan sólo
1800 millones de US$.
11 La cotización del
dólar en relación con
el bolívar se mantuvo estable desde 1950 hasta 1983, cuando paso
de 4,30 Bs por dólar a más de 12 Bs, llegando a mediados
de los años 90 a más de 580 Bs por dólar, creando
con ello una presión inflacionaria sobre una economía
altamente dependiente de las negociaciones e intercambios en el mercado
mundial. A ello hay que agregarle el hecho que el promedio de
inflación que se desató en la sociedad venezolana arrojo
una carga adicional, registrándose promedios en la década
1980-1990 que llegaron a niveles del 50%, que contrastaban con
inflaciones bajas de menos del 10% en las décadas 1950-1960,
1960-1970 y 1970-1980. Carciante, Sary. 2000. “Sistemas Bancarios y
Globalización. La experiencia en Venezuela”, en: Revista
Venezolana de Análisis de Coyuntura, UCV,
julio/diciembre,
año/vol. VI, N° 02. Disponible versión
electrónica.
12 Un interesante estudio
acerca del significado, alcance e
implicaciones para América latina de la aplicación del
Consenso puede ser consultado en Moreno, J; Pérez, E y Ruiz, P.
2004. “El Consenso de Washintong: aciertos, yerros y omisiones”,
Revista Perfiles Latinoamericanos,
diciembre N° 25, México.
13 Toda la información
aportada proviene de fuentes
oficiales (Banco Central de Venezuela, Ministerio de Economía y
Finanzas, Ministerio de Trabajo, Ministerio de la Familia, entre otras
organizaciones estatales).
14 Se denominó
así un conjunto de medidas de ajuste
extremo, pensadas en un contexto de profunda crisis económica y
política que las precedieron. Como se recordará la
situación de aplicación estuvo precedida por la
destitución – a través de un juicio- del presidente
Carlos Andrés Pérez, un conjunto de intentos de golpe de
Estado en 1992 (4 de febrero y 27 de noviembre), así como la
elección de un presidente interino – Ramón J.
Velázquez- en el lapso 1993 y una crisis bancaria de
proporciones catastróficas en el año 1994.
15 En un documento elaborado
por el Dr. Gastón Parra
Luzardo, actual presidente del Banco Central de Venezuela y ex
presidente de PDVSA, experto petrolero y profesor universitario; se
señala que la política petrolera del gobierno de Rafael
Caldera propendió a favorecer al capital norteamericano e
inglés a través del desarrollo del Proyecto
Cristóbal Colón, de explotación de petróleo
y gas en el oriente del país, buscando con ello una inminente
privatización de PDVSA.
16 Organización
Mundial de Comercio (OMC), Informe sobre
las políticas comerciales de Venezuela (febrero 1996).
Consultado en la ´pagina web de la OMC.
17 Puede consultarse el
trabajo de Torres, Matus y
Calderón, donde se hace un balance crítico de las
políticas económicas en el gobierno de Chávez.
Torres, Juan; Matus, M y Calderón, Francisco. 2007. “La
política económica del gobierno bolivariano”,
Revista Agora,
N°15, Fundación Centro de Estudios
Políticos y Sociales (CEPS), España. Disponible
versión electrónica. También puede verse el
excelente trabajo de Guerra. Guerra, José .2004. La
política económica en Venezuela 1999-2003, UCV,
CDCH,
Caracas.
18 El trabajo de Cobo (2008)
brinda una perspectiva de las redes
internacionales de solidaridad construida por la diplomacia del
Gobierno de Hugo Chávez en Latinoamérica y el mundo,
tendiente a reforzar la posición no alineada de Venezuela y su
relación en el contexto geopolítico internacional. Cobo,
Lourdes. 2008. Venezuela y el mundo
trasnacional:
instrumentación de la política exterior venezolana para
imponer un modelo en América Latina, Instituto
Latinoamericano
de Investigaciones Sociales (ILDIS), Caracas. Disponible versión
electrónica. Esa no alineación, y el empleo de la
diplomacia del petróleo ha generado una discusión acerca
de la injerencia o no del gobierno de Chávez en los procesos
políticos en la región. Hemos realizado algunos
análisis acerca del papel y los vínculos del proceso
bolivariano con otros países de Latinoamérica que pueden
ser consultados en la web
http://www.historiador-juanromero.blogspot.com
19 Incluye el desarrollo de
cinco ejes de acción: 1)
económico, 2) social; 3) político¸4)
territorial y 5) internacional. Cada uno de ellos forma parte de
una visión de desarrollo estratégico planteado por el
equipo de gobierno de Hugo Chávez. Algunos de esos aspectos se
intentaron llevar al rango de norma constitucional en la fallida
reforma de diciembre de 2007.
20 Para analizar y comprender
las etapas en las relaciones
EEUU-Venezuela durante el gobierno de Hugo Chávez puede
consultarse el trabajo de Duarte Villa. Duarte Villa, Rafael. 2004.
“Dos etapas en la política exterior venezolana frente a Estados
Unidos en el período de Hugo Chávez”, Cuadernos del
CENDES, enero7abril, año/vol 21, número 055. Disponible
versión electrónica.
21 Al respecto
consúltese el trabajo de Arellano donde se
abordan los procesos de integración adelantados por el gobierno
de Hugo Chávez. Arellano, Félix. 2008. La política
Bolivariana frente a la Integración Regional. Instituto
Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS), Caracas.
22 Para mayores detalles de
cada uno de las variables o
líneas del PENSB puede consultarse la siguiente dirección
electrónica
http://www.gobiernoenlinea.ve/noticias-view/shareFile/lineas_generales_de_la_nacion.pdf
23 Acerca de la
política petrolera del Gobierno de
Chávez pueden consultarse los trabajos de Busqueta, Isbell,
Arriagada y González. Cfr. Busqueta, Joseph. 2006. “La
política petrolera de la revolución bolivariana”, Revista
Agora, N° 15, Fundación Centro de Estudios Políticos
y Sociales (CEPS), España. Disponible versión
electrónica; Isbell; Paúl. 2008. Energía y
geopolítica en América latina. Real Instituto
ElCano,
España. Documento de Trabajo.
http://www.realinstitutoelcano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/America+Latina/DT12-2008;
Agarriaga, Genaro. 2006. Petróleo
y gas en América
Latina. Un análisis político de relaciones
internacionales a partir de la política venezolana, Real
Instituto ElCano, España. Documento de Trabajo.
http://www.realinstitutoel-cano.org/wps/portal/rielcano/contenido?WCM_GLOBAL_CONTEXT=/Elcano_es/Zonas_es/America+Latina/DT20-2006;
González, Milko. 2003. “El petróleo como instrumento de
polí-tica exterior en el gobierno de Hugo Chávez”,
Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, UCV,
julio-diciembre vol. IX, N°002, Caracas. Disponible versión
electrónica. Una visión más general de la
discusión e impacto de la política energética de
Chávez en América Latina puede consultarse en la Revista
Nueva Sociedad n° 204 de julio-agosto 2006.
24 Los cuadros han sido
reducidos con el objeto de ganar espacio,
pueden ser modificados en su tamaño para una mejor
observación de la información.
25 Es una situación de
interacción en que la suma
de las pérdidas y las ganancias que reciben el conjunto de
jugadores es una cantidad fija o constante.
26 En las elecciones de 1968
y 1973, la abstención fue de
3,3 y 3,5% respectivamente, El promedio general de abstención
para el subperíodo 1958-1973 fue de apenas 5,3%; para el
subperíodo 1978-1988 fue de 22,32%. Entre 1989-1995 fue de
49,7%. (cálculos propios en base a datos del CNE)
27 La entendemos como una
situación en donde actores
antagónicos deciden renunciar al logro absoluto de sus
objetivos, replanteándose en términos generales las
formas de obtener beneficios recíprocos sin perjudicarse
mutuamente. Con ello se produce una cohabitación pacífica
de ganancia para todos.
28 Al respecto del papel del
petróleo en la sostenibilidad
del SPV puede verse el excelente trabajo de Karl, en donde aborda el
impacto del petróleo en la estabilidad de sistema
democrático en Venezuela. Karl, T. 1986. “Petroleum and
political pacts: the transition to democracy in Venezuelan”. En: O
Donell, G (Ed.). Transitions from
authoritariam rule, Latin Americam.
John Hopkins University, Baltimore.
29 Pueden consultarse
nuestros trabajos publicados en diversas
revistas arbitradas, en donde se aborda la crisis del sistema
político venezolano y el establecimiento de nuevas condiciones
institucionales de funcionamiento. Romero, Juan E. 2000. Actores
políticos y construcción del discurso del poder en
Venezuela, en Martínez Ruíz, E (Coord.) Poder y
Mentalidad en España e Iberoamérica, Universidad
Complutense de Madrid, España; Ibid. 2001. “El discurso
político de Hugo Chávez”, Revista Espacio Abierto,
N°2, abril-junio, Maracaibo, Universidad del Zulia
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/src/inicio/ArtPdfRed.jsp?iCve=12210204&iCveNum=432;
Ibid. 2001. ”El discurso sobre la constituyente: pueblo, sociedad civil
y actores políticos (1998-2000)”. En: Revista Electrónica
Sincronía (www.documento)
http://sincronía.cusch.udg.mx/venez.htm.
Universidad de
Guadalajara. México; Ibid. 2001. “El proceso político en
Venezuela a finales del siglo XX”. Revista Sincronía,
Universidad de Guadalajara, Invierno 2001.
http://sincronia.cucsh.udg.mx/procven.htm;
Ibid. 2002. “Militarismo,
democracia y conflicto en la Venezuela de Hugo Chávez
1998-2002”, Revista Sincronía,
Universidad de Guadalajara,
Otoño, México; Ibid. 2002. “Hugo Chávez:
construcción hegemónica del poder y desplazamiento de los
actores tradicionales en Venezuela (1998-2000)”, Revista Utopía
y Praxis Latinoamericana, Universidad del Zulia, Venezuela, N°
17 http://www.serbi.luz.edu.ve/pdf/upl/v7n17/articulo05.pdf.
Asimismo los trabajos de Rivas Leone. Rivas Leone, José. 2002.
“El desmantelamiento institucional de los partidos políticos en
Venezuela 1990-2000”, Revista de Estudios Políticos, N° 118
Octubre- Diciembre, Centro de Estudios Políticos y
Constitucionales, Madrid; Ibid. 2002. “Transformaciones y crisis de los
partidos políticos. La nueva configuración del sistema de
partidos en Venezuela”, Institud de Ciencies Politiques I
Socials, Universidad Autónoma de Barcelona, Workins Papers
N° 202, España.
30 Lo entendemos como
un conjunto de reglas y
prácticas para la organización política, la
representación y el control de demandas, basado en la
subordinación política de los ciudadanos a cambio de la
provisión discrecional de recursos y servicios públicos.
31 Salamanca (1998) detalla
que el corporativismo en el SPV se
tradujo en una injerencia del Estado en la naturaleza, funcionamiento y
postura del movimiento sindical, a través del cual esté
desarrollo una relación de mutuo apoyo y auxilio mediante el
cual se aseguró un conjunto de beneficios corporativos que le
facilitaron a los sindicalistas el proceso de gremialización, al
mismo tiempo que le aseguraba a los partidos unas relaciones
clientelares sobre las cuales basaban su movilización y
capacidad de decisión política.
32 Acerca del ascenso
de Hugo Chávez al poder pueden
consultarse los trabajos de Ramos Jiménez (2002), Carrasquero y
Maingon (2001), Romero (1999, 2001a,2001b, 2002, 2003,2004).
33 Tomamos en
consideración para este último
porcentaje el total de Gobernaciones, a pesar que en el proceso de
elección del 31 de octubre no se produjo la elección del
gobernador del estado Amazonas, que es ejercida por un actor
político ligado al chavismo.
34 “…es la que
ocurre sí los partidos ―o sus
representantes― informan verazmente al electorado acerca de sus
intenciones y la ejecución de esas intenciones es lo que le
conviene al electorado en esas circunstancias” (Przeworsky, 1999).
35 Acerca de la
relación Chávez- medios de
comunicación hemos publicado un trabajo conjuntamente con el
Prof. Jairo Lugo en el año 2001, donde se analiza la naturaleza
de esa relación conflictiva desde la propia campaña
presidencial de 1998 y su evolución en los primeros años
de gestión de Hugo Chávez. Romero, Juan E y Lugo, Jairo.
2002. “From friends to foes: Venezuela’s media goes from consensual
space to confrontational actor”, Revista
Sincronía, Universidad
de Guadalajara, México, Invierno 2002.
36 Andres Cañizales,
periodista y docente de la
Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) planteaba lo
siguiente en un artículo publicado en la Revista SIC en el
año 2001: “… la distancia, o casi es mejor hablar del abismo,
entre los medios de comunicación social y el hoy jefe de Estado
se inició en la campaña electoral de 1998. El actual
gobierno se ha venido desenvolviendo en un terreno estrechamente ligado
a lo mediático, al tiempo que los medios han venido a suplir, de
alguna manera, la ausencia de líderes políticos
(más allá del presidente) que se constata en la realidad
venezolana”. Puede consultarse el trabajo de Castillo (2003) sobre las
relaciones Chávez- medios de comunicación. Castillo,
Javier. 2003. “Hugo Chávez y los medios de comunicación:
la guerra “hiperreal” venezolana”, Revista historia y
Comunicación, Universidad Complutense de Madrid
(UCM),España,
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/inf/11370734/articulos/HICS0303110021A.PDF
37 Consúltese Uharte,
Ellner, López Maya y Romero.
Uharte, Luís. 2008. “Venezuela: del ajuste neoliberal a la
promesa del Socialismo del Siglo XXI”, Revista de Historia Actual On
Line (HAOL), Asociación de Historia Actual (AHA), N° 16,
España. (versión electrónica); Ellner, Steve.
2004. “Respuestas al debilitamiento del Estado y la Sociedad venezolana
en la época de Chávez”, Revista Nueva Sociedad, N°
42.
http://www.inap.uchile.cl/cienciapo-litica/rev-politica/42/d-venezuela.pdf;
Ibid. 2006. “Estrategias desde arriba y desde abajo del movimiento de
Hugo Chávez”, Cuadernos del CENDES, Universidad Central de
Venezuela (UCV), mayo-agosto, año/vol. 23, n° 062.
(versión electrónica); López Maya, Margarita.
2004. Venezuela 2001/2004, actores y estrategias. Cuadernos del CENDES,
Universidad Central de Venezuela, mayo/agosto, numero 056; Ibid. 2007.
Venezuela las elecciones presidenciales del 2006 ¿hacia el
socialismo del siglo XXI?, Cuadernos del CENDES, UCV, enero-abril,
vol.24, numero 064; Romero, Juan E. 2001. “El proceso político
en Venezuela a finales del siglo XX” Revista Sincronía,
Universidad de Guadalajara, Invierno 2001.
http://sincronia.cucsh.udg.mx/procven.htm;
Ibid. 2006. “Venezuela:
debate y conflicto en torno a la idea de democracia durante el gobierno
de Hugo Chávez (1998-2002)”, Revista Historia Actual On Line
(HAOL), Asociación de Historia Actual, España,
http://www.historia-actual.com/hao/Volumes/Volume1/Issue9/eng/v1i9c4.pdf;
Ibid. 2007. “Las elecciones presidenciales en Venezuela 2006”, Revista
Nuevos Mundos, Mundos Nuevos,
http://nuevomundo.revues.org/index3900.html
38 Un elemento para
considerar, es el hecho que el Ejecutivo
Nacional durante el lapso 1998-2007 ha venido incrementando el ingreso
mensual mínimo de los trabajadores, pasando de 182 US$ en 1998 a
286 US$ en el 2007. Véase el Gráfico 10 y 11.
39 Estos datos no tienen
ajuste estacional, de manera que lo que
se compara son las tasas de desempleo en un mismo mes de referencia
año tras año.
40 Goldman Sachs, Latin
America Economic Analyst, edición
No 07/10, mayo 18, 2007.
41 CADIVI es la
Comisión de Administración de
Divisas, organismo gubernamental a cargo de procesar las solicitudes
para obtener divisas extranjeras
en Venezuela.
42 Este cálculo se
basa en la suma de (a) US$6.770
millones correspondientes a la transferencia de reservas
internacionales del BCV a Fonden (suponiendo que todo se mantuvo en
moneda extranjera); (b) US$8.860 millones (US$8.850 millones y EUR 4,5
millones que tenía el Fonden en moneda extranjera el 22 de
diciembre de 2006
[http://www.fonden.gob.ve/descargas//32/Sintesis%20Ejecutiva%20Memoria%20FONDEN%202006.pdf];
y (c) por lo menos US$5.000 millones en la cuenta del Tesoro Nacional
denominada en moneda extranjera para los aportes fiscales de PDVSA
[ver, Informes mensuales de Bancaribe (Bancaribe Monthly Reports)
(Septiembre 2006:
http://www.bancaribe.com.ve/uploads/MENSUAL_Septiembre.pdf;
febrero
2007: http://www.bancaribe.com.ve/uploads/MENSUAL_Febrero.pdf].
43 Goldman Sachs, Latin
America Economic Analyst, edición
No 07/14, 13 de julio de 2007
44 Para observar la
evolución de la tasa de
inflación de Venezuela en el período 1989-2007 puede
verse el Gráfico 13, donde se detallan los índices de
inflación en cada período presidencial en el lapso
mencionado. Al respecto es destacable el hecho que durante la etapa del
reajuste liberal, adelantado por el gobierno de Carlos Andrés
Pérez (1989-1993) se registró una tasa promedio de 44,2%
y en el período de Rafael Caldera (1993-1998) un promedio de
57,6% que contrasta con las cifras experimentadas durante la
gestión de Hugo Chávez.
45 Ver por ejemplo, Michael
Bruno. 1995. “Does Inflation Really
Lower Growth?” Finance and
Development, septiembre; Michael Bruno y
William Easterly .1998. “Inflation Crises and Long-Run Growth,” Journal
of Monetary Economics, 41, pp. 3-26; y, Robert Pollin y Andong
Zhu
(2005), “Inflation and Economic Growth: A Cross-Country Non-linear
Analysis,” Political Economy Research Institute, Working Paper Series
No. 109: Universidad de Massachusetts, Amherst [Disponible en
línea:
http://www.peri.umass.edu/fileadmin/pdf/working_papers/working_papers_101-150/WP109.pdf].
46 Benedict Mander, “PdVSA
Issue Proves a Pioneer in the
‘Democratisation’ of Capital,” Financial
Times, 12 de abril, 2007.
47 Acerca de la
política social en Venezuela, pueden
consultarse los trabajos de Cabezas y D Elia. Cfr. Cabezas, Luís
y D Elias, Yolanda. 2008. La
política Social en Venezuela.
Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS), Caracas.
Disponible versión electrónica.
http://www.ildis.org.ve/website/administrador/uploads/PolicyFinalPoliticaSocialYolanda.pdf;
Ibid. .2008. las misiones sociales
en Venezuela. Instituto
Latinoamericano de Investigaciones Sociales (ILDIS), Caracas.
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Correspondencia
a: Juan Eduardo Romero. Historiador,
Doctor en Historia de América
Latina Contemporánea. Docente e investigador en la Universidad
del Zulia- Venezuela. E-mail: juane1208@gmail.com
Yessika Quiñónez.
Licenciada en Comunicación
Social por la Universidad por la Universidad de Zulia, Venezuela, y
cursante de la Maestría en Ciencias de la Comunicación en
esa misma casa de estudios. Asistente de investigación.
Fecha de recepción: 18 de
marzo 2009 - Fecha de
aceptación: 28 de julio 2009