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Revista Innovaciones Educativas

On-line version ISSN 2215-4132Print version ISSN 1022-9825

Innovaciones Educativas vol.22 n.32 San José Jan./Jun. 2020

http://dx.doi.org/10.22458/ie.v22i32.2821 

Artículos

Retos y oportunidades: teatro como estrategia de mediación pedagógica para el desarrollo de habilidades sociales

Challenges and opportunities: theater as Pedagogical Mediation for the development of social skills

Alicia María Sandoval Poveda1 

Viviana González Rojas2 

Linda Madriz Bermúdez3 

1Académica, Escuela de Ciencias de la Educación Universidad Estatal a Distancia San José, Costa Rica asandovalp@uned.ac.cr

2Académica, Escuela de Ciencias de la Educación Universidad Estatal a Distancia San José, Costa Rica vgonzalez@uned.ac.cr

3Académica, Escuela de Ciencias de la Educación Universidad Estatal a Distancia San José, Costa Rica lmadriz@uned.ac.cr

RESUMEN

Resumen: El teatro puede ser una estrategia de mediación pedagógica para el desarrollo de habilidades sociales de las personas con trastorno del espectro autista (TEA). Con una metodología de investigación-acción se implementó esta premisa desde la Universidad Estatal a Distancia, integrando en un proceso de formación actoral de tres años a un grupo de jóvenes con TEA, con el apoyo de un equipo de profesionales, voluntarios y las familias de los jóvenes participantes. Este proceso, tuvo por objetivos la mejora en las habilidades de: ex- presión de emociones, comunicación, autocontrol y trabajo de equipo. Ha sido posible observar progresos en estos cuatro aspectos, pero en especial se han enfrentado diversos retos que han brindado oportunidades para que los alcances del proyecto se expandan más allá de los objetivos iniciales. El conocimiento generado se ha expandido del ámbito de la investigación al ámbito académico y de extensión, así como a la conformación del Grupo de Teatro Rompecabezas como un espacio inclusivo donde los participantes encuentran oportunidades recreativas, laborales y personales. En la actualidad, el principal reto del proyecto es la consolidación y continuidad como propuesta para el desarrollo de habilidades sociales y la consolidación de la compañía de Teatro del Grupo Rompecabezas.

Palabras clave: trastorno del espectro autista; habilidades sociales; teatro; inclusión; mediación pedagógica

ABSTRACT

Summary: Theater can be a pedagogical mediation strategy for the development of social skills of people with autism spectrum disorder (ASD). With a research-action methodology, this premise was implemented from the State Distance University, integrating a group of young people with ASD in a three-year acting training process, with the support of a team of professionals, volunteers and the families of the young participants. The objective of this process was to improve the skills of: expression of emotions, communication, self-control and teamwork. It has been possible to observe progress in these four aspects, but in particular, various challenges have been faced that have provided opportunities for the scope of the project to expand beyond the initial objectives. The knowledge generated has expanded from the field of research to the academic and extension field, as well as to setting up the Puzzle Theater Group as an inclusive space where participants find recreational, work and personal opportunities. Currently, the main challenge of the project is the consolidation and continuity as a proposal for the development of social skills and the consolidation of the Puzzle Theater Group.

Key Words: autism spectrum disorder; social skills; theater; inclusion; pedagogical mediation

Introducción

Este artículo tiene el propósito de exponer la investigación acción realizada en la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica para el desarrollo de habilidades sociales en personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA), a través de una experiencia artística, en un ambiente real de teatro como estrategia de mediación pedagógica. Se pretende mostrar los retos y oportunidades que nacen del proceso de trabajo en un proyecto que explora cómo las destrezas que conlleva la técnica actoral pueden favorecer a los jóvenes con TEA al mejorar la interacción social y las habilidades comunicativas.

El Trastorno del Espectro Autista es una condición del neurodesarrollo que comienza en la niñez y persiste a lo largo de la vida. Las personas con TEA comparten características que se manifiestan principal- mente en dificultades en las áreas de comunicación e interacción social, así como en el manejo de un repertorio restringido de intereses y actividades. Puede acompañarse o no de discapacidad intelectual (Alcantud, 2013).

Dada la gran variedad de perfiles que existen dentro de la población con TEA, no ha sido posible lograr un consenso sobre cuál programa o tipo de abordaje es el más adecuado y eficaz, sin embargo, en lo que sí se tiene claridad es en que no debe limitarse a la primera infancia ya que las necesidades de apoyo persisten durante todo su ciclo vital (Martos-Pérez & Llorente-Comí, 2013).

No obstante, es durante la etapa de la adolescencia y la adultez, cuando las opciones de formación, interacción o de inserción socio laboral para la población con TEA son más escazas o incluso nulas. Por otro lado, las oportunidades de este tipo suelen enfocarse en el ámbito académico, siendo el social y conductual el de más interés y necesidad para las personas con esta condición, es en el que menos espacios de desenvolverse tienen.

Además, las oportunidades con las que cuentan las personas con TEA de vivenciar experiencias sociales, de espacios de recreación o de acceso al arte, son muy limitados, no solo por sus dificultades en las áreas de comunicación e interacción social, sino también por la falta de empatía de sus pares y familiares ante ellas, y la poca exposición a actividades fuera de la escuela y los procesos terapéuticos que reciben.

Frente al panorama de Costa Rica en donde las oportunidades de inclusión van escaseando para las personas con TEA conforme avanzan en edad surge ante la preocupación de un grupo de familias la idea de ofrecer un espacio que permita el trabajo de habilidades sociales en personas con Trastorno del Espectro Autista a través de la disciplina del teatro, implementada como estrategia de mediación pedagógica la cual ya ha sido una metodología estudiada como medio para enriquecer el repertorio conductual y social de las personas con TEA (Blanco et al, 2016; Calafat-Selma et al, 2016; Corbett, 2016; Guli et al, 2013, Kempe y Tissot, 2012).

El acceso al teatro significa un derecho para todas las personas, al ser una manifestación del arte y un espacio de recreación. Asimismo, tiene el potencial de estimular la creatividad y la imaginación (Corbett, 2016); facilita la comunicación y la expresión (Caicedo y Amén, 2016); favorece la socialización y el auto- conocimiento, es un escenario en el cual las personas tienen vivencias, crean anécdotas de la vida diaria y fantasías que entretienen, pero a la vez educan (Calafat-Selma, Sanz-Cervera y Tárraga-Mínguez, 2016). La práctica del teatro aumenta la autoestima y la seguridad de la persona, permite la regulación de emociones y el aprendizaje cooperativo (Pérez, 2009 citado en Calafat-Selma, Sanz-Cervera y Tárraga- Mínguez, 2016).

Las habilidades sociales son parte fundamental del desarrollo integral de todas las personas, que per- mite relacionarse de forma eficaz y satisfactoria con otras. Sin embargo, son una de las áreas en la que las personas con TEA suelen enfrentar mayores retos para adquirirlas. La práctica del teatro puede ser utilizada como mediación pedagógica, al permitir la expresión libre de sentimientos y emociones a través de diferentes canales de comunicación, el juego de roles, así como la interacción con otras personas.

En el caso específico de las habilidades sociales, se ha visto el uso del teatro para el desarrollo de teoría de la mente, empatía y regulación emocional (Goldstein, 2011), el aumento de la expresividad emocional (Marignac, 2015), el desarrollo de competencias sociales (Pérez-Aldeguer, 2013), fortalecimiento de las relaciones interpersonales (Vargas y Herrera, 2014) y el trabajo cooperativo (Villar, 2015).

Con estos antecedentes, el teatro fue identificado por el grupo investigador como una estrategia para desarrollar en la población con Trastornos del Espectro Autista habilidades sociales y de comunicación. El teatro explora aspectos de la experiencia humana: pensamientos y conductas, situaciones de la vida cotidiana, desarrollo personal, social y emocional. La aproximación al teatro en el caso de las personas con autismo implica un abordaje de aprender-haciendo en el que se pueden experimentar diferentes relaciones y descubrir las consecuencias de las acciones personales de manera segura, así como la resolución de problemas cotidianos en situaciones ficticias (Sherratt y Peter, 2002).

Todo el potencial que tiene el teatro por su capacidad exploratoria de las personas y sus interrelaciones mencionado en el párrafo anterior no se genera de forma espontánea y es en ese contexto que aparece la mediación pedagógica como estrategia para alcanzar objetivos específicos por medio de las artes escénicas.

Según León (2014), tras una revisión de los diversos autores que han trabajado con el tema de mediación pedagógica, esta permite trabajar con personas capaces que generan conocimiento aplicable a su vida, aprendiendo de las experiencias de manera atractiva y dinámica, potenciando habilidades de convivencia en sociedad.

Por ejemplo, Ciuffolini, Didoni, Jure y Piñero (2007), quienes utilizan el cine y la literatura como una estrategia para la mediación pedagógica desde el ámbito de la medicina familiar. Así que Ciuffolini et al (2007) citan a Prieto Castillo explicando que:

La tarea de construirse y apropiarse del mundo y de uno mismo, desde el umbral del otro sin invadir ni abandonar. La tarea de mediar culmina cuando el otro ha desarrollado las competencias necesarias para seguir por sí mismo… mediar con toda la cultura, apropiarse de elementos de cualquier otra ciencia, o del arte o de la cultura, para promover el aprendizaje. (p.143)

Por otra parte, continuando con el tema del teatro como estrategia de mediación pedagógica, otros autores como Malagón (2009) señalan, parafraseando a Gutiérrez y Prieto, que la mediación pedagógica se debe desarrollar en tres fases fundamentales que son tratamiento del tema, desde el aprendizaje y desde la forma. Con base a esta guía se van estructurando las diferentes actividades del teatro.

Asimismo, de acuerdo con Sherratt y Peter (2002), las participaciones desde el drama permiten a las personas con autismo aproximarse a observar sus propias conductas y las de otros. Favorece áreas poco funcionales en personas con autismo como interactuar con otros, comprender sus intenciones, reacciones emocionales, flexibilidad de pensamiento, entre otras. Es esperable que haya ciertas dificultades para comprender los simbolismos, generar narrativa con sustento y con el trabajo en grupo. Sin embargo, el manejo de la intervención debe incluir aspectos como contextos relevantes para los participantes, aprendizaje activo y multisensorial, construir el sentido de las escenas, basarse en habilidades y cono- cimientos preexistentes, brindar claves para la memoria y aprender sobre las dificultades específicas de cada participante.

Dentro de los diversos proyectos desarrollados para el desarrollo de habilidades sociales a través del teatro, particularmente con la población de personas con TEA, destacan:

The Miracle Project a través de la exploración de la música, el movimiento y el drama, busca desarrollar en los participantes la motora gruesa y fina, el lenguaje, la memoria, las habilidades sociales, la imaginación, integración sensorial, la expresión y confianza en sí mismos. Para ello, involucra participantes voluntarios que trabajan como apoyos a los participantes y a las familias de estos (The Miracle Project, s.f.).

The Shakespeare’s Heartbeat utiliza los conceptos fundamentales de Shakespeare a través de juegos sen- soriales y la actuación, para trabajar en los niños dentro del espectro autista, el contacto visual, la con- ciencia sensorial, la mejora del habla y lenguaje (Hunter, 2014).

El programa SENSE Theater se basa en la interacción con pares, junto a los cuales los participantes rea- lizan juegos de teatro, role-play, improvisación, ejercicios de actuación y una presentación pública de una obra de teatro, lo que les permite interactuar con sus iguales y practicar sus habilidades sociales. Las intervenciones desde este programa han reportado resultados moderados de disminución de la activación fisiológica relacionada con la ansiedad y ganancias en la percepción social, funcionamiento social y habilidades adaptativas de los participantes (Corbett, Qualls, Valencia, Fecteau y Swain, 2014).

Mpella, Evaggelinou y Koidou (2019) investigaron los efectos de un programa de teatro y juego para el desarrollo de habilidades sociales en niños y niñas de 10 años con trastorno del espectro autista quienes junto con sus compañeros de escuela recibieron un programa de dieciséis sesiones impartido por profesores de educación física y de educación especial. Encontraron mejoras en cuatro participantes en las habilidades de cooperación, atención, obediencia, empatía. En el caso de los seis participantes se evaluó una reducción del riesgo de ansiedad y la posibilidad de mejorar su funcionamiento social a través de la cooperación con sus pares. Ninguno de estos programas o investigaciones ha documentado el avance de un único grupo de participantes a lo largo de tres años de participar en montajes de obras de teatro hasta consolidar un único grupo de trabajo. Este tipo de constancia a lo largo del tiempo ha significado una serie de retos para el equipo de trabajo, pero también de oportunidades para desarrollar herramientas y aproximaciones al trabajo con la población desde la disciplina artística del teatro. El presente artículo recopila estos retos y la respuesta que se ha dado a cada uno de ellos para lograr completar los primeros tres años del proyecto.

Método

La investigación se ha realizado desde un enfoque cualitativo, a través de una metodología de investigación acción. La preocupación nace de un grupo de madres quienes expresan, en un grupo focal previo al nacimiento del proyecto, la necesidad de sus hijos e hijas, adolescentes con TEA próximos a salir del colegio, de encontrar espacios de recreación y esparcimiento con pares fuera del ámbito escolar a pesar de sus dificultades para las relaciones sociales.

A partir de esta preocupación y con base en una serie de antecedentes de trabajo ya mencionados, se plantea la posibilidad de desarrollar habilidades sociales a través de un taller de actuación anual. La pro- puesta es presentada a las familias, quienes la aceptan y participan activamente como evaluadores de los avances en sus hijos e hijas, aportando sus opiniones e inquietudes del proceso y en el desarrollo de las puestas en escena. También los jóvenes participan al expresar su opinión sobre el proceso y de qué manera creen que les beneficia.

La primera fase del proyecto se realizó entre los años de 2016 y 2018, donde un primer grupo de jóvenes con TEA participó de la formación actoral durante tres años y un segundo grupo, en 2018, llevó un año básico de técnica de actuación. Para el año 2019, se inicia una segunda fase del proyecto con la unificación de ambos grupos.

Objetivos

El proyecto tiene por objetivo principal desarrollar habilidades sociales a través de una expresión artística. Como objetivos específicos tiene reconocer los propios sentimientos y emociones, así como la perspectiva emocional a través del juego de roles y expresión artística, desarrollar habilidades de comunicación a través de la expresión artística, fomentar el trabajo en equipo mediante la puesta en escena de una obra y mostrar conductas apropiadas y autocontrol, mientras se comparte en un ambiente seguro de taller de teatro.

Participantes

El proyecto inició con un grupo de 10 jóvenes con TEA en el año 2016. Los criterios de selección fue contar con un diagnóstico de TEA (o en su defecto de Síndrome de Asperger o Autismo), tener edad entre los 12 y los 25 años y referir por parte de sus familias una necesidad de desarrollar habilidades sociales. Dos años después, a partir de 2018, se trabaja con 6 jóvenes de ese grupo original y con 13 jóvenes más en un segundo grupo que inició su proceso en marzo de 2018. Para este segundo grupo, se elimina como criterio de inclusión específicamente un diagnóstico de TEA y se amplía a condiciones de discapacidad por las que se requiera desarrollar o mejorar las habilidades sociales. Se mantienen las edades de inclusión dado que resulta un grupo con los que fue posible trabajar de manera conjunta. Se excluyen, en ambos grupos, las personas que no se adapten a permanecer de manera independiente de sus familias o cuidadores en el grupo. La decisión de ampliar a otras discapacidades responde a los buenos resultados obtenidos y las necesidades manifestadas por familias e investigadores de otras personas que podrían aprovechar el proyecto.

En total, se contó con 18 participantes, 8 mujeres y 11 hombres, con edades comprendidas entre los 13 y los 28 años. Las condiciones de discapacidad presentadas son TEA, Síndrome de Down, trastorno obsesivo compulsivo y compromiso cognitivo.

Junto a estos participantes, trabajan también un grupo de 6 voluntarias entre los 7 y los 21 años, un director de teatro, una docente y actriz, y el equipo de la universidad conformado por 3 educadoras especiales, 1 psicóloga, 1 comunicador y 1 terapeuta de lenguaje. Todos estos forman en conjunto lo que se ha denominado el Grupo de teatro Rompecabezas.

Procedimiento

El método de trabajo, desde la investigación-acción, consistió en sesiones semanales de taller de teatro cuya duración se aumentó paulatinamente de una hora, a hora y media hasta dos horas, según fue aumentando la capacidad de concentración en la tarea. En cada sesión se inició con un calentamiento donde se trabaja el movimiento corporal, seguimiento de instrucciones, imaginación y flexibilidad. Se realizaban además ejercicios de habilidades actorales como postura y movimiento sobre el escenario y dinámicas para el desarrollo de habilidades como expresar emociones o improvisar. Finalmente, se desarrollaba el montaje y repaso de escenas para realizar una obra de teatro con todos los participantes.

Las sesiones fueron impartidas por una docente y actriz profesional, mientras que las obras de teatro son dirigidas por un director de amplia trayectoria en el ámbito del teatro en Costa Rica. El equipo de voluntarias y de investigación apoyaron el desarrollo del trabajo y acompañan a los jóvenes tanto en escena como tras bambalinas.

Se realizó una sesión semanal durante los años 2016-2017. En 2018, se realizaban dos, una con el grupo original donde todos habían realizado ya tres representaciones teatrales, y otra con el segundo grupo que estaba iniciando la formación actoral. A lo largo del proceso se desarrollaron talleres adicionales puntuales de temas de interés como usar tecnología para crear utilería para las obras o desarrollo de habilidades como fotografía. Cada obra de teatro fue presentada frente a público en el teatro donde se realizaron las sesiones y luego se procedió con un nuevo montaje. Para el año 2019, se unificaron ambos grupos para trabajar en un solo montaje conjunto en sesiones de dos horas.

Las estrategias desde la mediación pedagógica implementada evidencian que se prioriza el enfoque pedagógico y no terapéutico que caracteriza y persiguen las sesiones, en las cuales las dinámicas y los roles de todos los involucrados se desarrollan desde un plano de igualdad y aprendizaje entre todos.

Procedimiento de recogida y análisis de datos

A continuación, se detallan las técnicas de recolección de información utilizadas, cada una de ellas per- mite explorar las cuatro categorías de trabajo:

  • Registro fotográfico: fotografías cada una de las sesiones y actividades.

  • Cuestionario de observación: cada familia, además de la profesora de actuación y una de las educa- doras especiales completaron anualmente un cuadro de observación de conductas de habilidades sociales.

  • Observación no participante: semanalmente dos observadoras registraron las conductas de los participantes durante las sesiones de teatro.

  • Bitácora de teatro: la facilitadora del taller de teatro evalúa semanalmente el desempeño en las actividades realizadas por parte de cada participante.

  • Grupos de discusión y entrevistas: se realizan reuniones con las familias para comunicarles los avances observados desde el teatro e indagar los que ellos registran desde sus casas. También se hacen reuniones del equipo de investigación para evaluar lo observado en el proceso.

  • Entrevistas a participantes: se entrevistó a cada participante del proyecto para conocer su apreciación sobre el proceso de teatro, en qué le ayuda y qué le gusta del mismo.

La información recolectada a través de estos instrumentos se evaluó de manera individual para cada participante, se validó discutiendo las observaciones con las familias y luego se clasificó por medio de análisis de contenido en cuatro grandes categorías que se desprenden de los objetivos: emociones, comunicación, autocontrol y trabajo en equipo.

Además, se mantiene actualizado un documento de sistematización donde se hace constar cada actividad desarrollada: el planeamiento, la ejecución y los resultados obtenidos. Con base en esta sistematización ha sido posible evaluar los avances y evidenciar los retos a los que se enfrenta el proceso, ante los cuales se han ido implementando nuevos métodos de trabajo que se han abierto como oportunidades de mejorar la intervención. El presente artículo hace énfasis en esta última parte.

Resultados

Uno de los principales resultados de este proyecto ha sido la estabilidad que ha logrado obtenerse con los jóvenes que se inscribieron en el primer año. El hecho de que en el cuatro año de trabajo se cuente con la participación de seis de las nueve personas que iniciaron el proceso señalan lo provechoso que sus familias han considerado el estar involucrados en el proyecto. Quienes se han retirado ha sido por situaciones personales pero continúan en constante comunicación y expresando en su mayoría interés de reintegrarse.

Ha sido posible apreciar la viabilidad de la propuesta de utilizar teatro para mejorar las habilidades sociales y obtener la autorización por parte de la Universidad Estatal a Distancia (UNED) de ejecutar un segundo grupo de trabajo bajo la misma metodología incluyendo otras poblaciones, de manera que aquel método que había resultado de utilidad trabajando con jóvenes con TEA pudiera ponerse a disposición de otros jóvenes con necesidad de apoyo en el desarrollo de sus habilidades sociales.

El trabajo hasta la fecha con el grupo original ha permitido el desarrollo de facultades de actuación suficientes como para haber realizado la presentación de cuatro obras de teatro, cada una de mayor complejidad que la anterior hasta culminar un montaje desarrollando sobre el tema del acoso escolar, considerando las vivencias y aportes de cada uno de los participantes. Esta última obra se llevó a presentar fuera del teatro en una breve gira a otras instituciones culturales y educativas. El segundo grupo también completó de manera exitosa su primer año de formación, con la presentación de una obra de teatro navideña.

Estas presentaciones y el trabajo semanal han empoderado a los participantes como actores, lo que les ha dado una mayor seguridad tanto dentro como fuera de los escenarios. Esto se ha evidenciado en los reportes de las familias sobre la manera en que ahora se desenvuelven en otros contextos frente a público o hablando con extraños, así como en las observaciones anotadas sobre el manejo de la ansiedad antes de salir a escena.

En cuanto a las habilidades sociales en estudio, se ha podido observar los siguientes progresos:

• Aumento de habilidades de comunicación como seguridad, asertividad, contacto visual, fluidez de respuesta. Esto se ha reflejado en el aumento de interacciones entre los participantes del grupo realizándose preguntas sobre su vida cotidiana o comentando las presentaciones realizadas, registradas en las observaciones semanales. También se ha observado en la participación de los jóvenes en filmaciones realizadas para el departamento de producción audiovisual de la universidad, entrevistas de radio y la interacción de personas ajenas al espacio de teatro que llegan a diferentes sesiones del proyecto (vestuaristas, maquillistas, periodistas). El aumento de frecuencia de las interacciones, así como de la calidad de esta en cuanto a pertinencia y coherencia son un resultado favorable para una población con dificultades en el área de la comunicación.

• Mayor expresividad de emociones relacionadas con los personajes que interpretan (registrado en las observaciones de la facilitadora de teatro), pero también en su interacción con sus compañeros y las demás personas del proyecto, como pudo observarse sesión a sesión. En cada presentación ha aumentado la complejidad de emociones que deben interpretar, así como una manifestación más asertiva durante las sesiones. Esto implica una mejora en las habilidades de comunicación más allá del contenido verbal de sus interacciones al incluir el aspecto emocional.

• Mayor autocontrol en lo relacionado a esperar sus turnos de actuar, respetar el turno del otro, esperar detrás de escena, manejar la ansiedad de salir a presentarse ante el público, tolerar texturas extrañas en maquillaje, vestuario y utilería. Ha disminuido notablemente la frecuencia de cuadros de berrinche durante las sesiones, hay una mayor concentración en las tareas por tiempos más largos lo que se manifiesta en la reducción de los tiempos de receso durante las sesiones hasta desaparecer. Poder expresarse mejor de manera verbal y tener la seguridad y medios para expresar las emociones, debe ir de la mano con la regulación de qué, cómo y cuándo expresarlo.

• Desarrollo de estrategias para trabajar en equipo, como ayudarse unos a otros sobre el escenario, recordarse líneas mutuamente, repasar sus textos juntos tras escena, montar escenografías juntos. Esta última categoría es de gran importancia porque la habilidad de interactuar con otro no implica solo comunicarme con ellos de manera verbal y no verbal en los momentos y maneras apropiadas sino, poder trabajar con el otro, conocerle y crear en conjunto. Cuando las habilidades sociales no están bien desarrolladas la persona tiene dificultades para poder trabajar en equipo. Este grupo en cambio ha logrado ya llevar a buen término una serie de obras teatrales trabajando en conjunto.

Para lograr estos progresos a través del desarrollo de este proyecto ha sido necesario afrontar una serie de retos que podrían haberse interpuesto en la posibilidad de cumplir los objetivos planteados. Al ser un proceso de investigación-acción, ha sido necesario realizar los cambios y adaptaciones a la metodología de trabajo de los talleres para responder a las diversas necesidades y cambios en el grupo. Estos retos fueron registrados en las bitácoras de las sesiones, así de los grupos de discusión y las reuniones a lo largo del proceso. Cada uno de ellos se convirtió en una o varias oportunidades que han permitido ampliar el alcance planteado inicialmente. Encontrar como equipo de trabajo la respuesta a cada uno de los retos es parte del proceso de la investigación acción que deja resultados más valiosos, lo que se ha registrado a través de los mismos instrumentos.

En la tabla 1, se presenta un resumen de los retos y oportunidades desarrollados a lo largo del proyecto .

Tabla 1 Resumen de retos y sus correspondientes oportunidades afrontados a lo largo del proyecto 

Fuente: Elaboración propia (2020).

A continuación, se elabora sobre cada uno de los retos y las oportunidades brindadas por estos, al considerarlos un rico resultado del trabajo investigativo realizado, más allá de las habilidades sociales desarrolladas. El primero fue encontrar métodos de registro que se adapten a las particularidades del proceso de investigación-acción con esta población, recopilando la información que pueden brindar todas las personas involucradas. Por ello, las técnicas planteadas inicialmente de registro fotográfico y cuestionarios para las familias se ampliaron con observaciones participantes y no participantes de las sesiones, registro audiovisual y la realización de entrevistas grupales con las familias y con el equipo de trabajo. Ya para el segundo grupo de trabajo se incluyeron otros métodos como la utilización de una escala estructurada de adaptabilidad social y entrevistas con los participantes y voluntarios. Esta flexibilidad metodológica ha permitido recolectar más información para sustentar los cambios logrados con el proceso. Además, se han creado instrumentos para realizar entrevistas con los propios participantes y con las personas que han acudido como público a sus funciones.

En segundo lugar, se ha tenido que lidiar con aspectos propios de un proyecto con una duración de cuatro años. Tanto tiempo da lugar a que una serie de situaciones externas al grupo y personales de cada participante influyan en el desarrollo del trabajo. Estas situaciones llevaron al abandono del proceso por parte de tres participantes del grupo original y a tener que adaptar el desarrollo de sesiones y montajes para que otros pudieran continuar en algunos momentos a pesar de situaciones particulares. Dentro de esto se incluye por ejemplo el cambio de niveles en sus respectivas instituciones educativas, la salida del sistema educativo formal por terminar sus estudios, cambio de horarios y actividades, entre otras. Sin embargo, a su vez, se considera una oportunidad el desarrollo de flexibilidad como equipo y pro- puesta de trabajo para adaptarse a los cambios externos siempre con miras a desarrollar los objetivos de investigación.

Los cambios en un grupo a largo plazo también han planteado la aparición de relaciones más allá de compañeros de equipo en el teatro. Se ha podido presenciar la formación de relaciones de amistad y de noviazgo a lo largo del proceso entre los participantes. De esta manera, se evidencia que el impacto en el desarrollo de habilidades sociales ha ido más allá del planteado en los objetivos, creando lazos inter- personales que se extienden fuera del ámbito de trabajo del teatro.

El reto principal del proyecto residía en sus objetivos: cómo desarrollar habilidades sociales en personas que por su condición en particular tienen dificultad para ello. Si bien la propuesta central del trabajo era hacerlo a través del teatro, este medio inicial propició la convivencia y la aparición de relaciones de amistad, lo que brindó la oportunidad de realizar más actividades en conjunto como celebraciones de cumpleaños, paseos, comidas compartidas y talleres de otras temáticas organizados para el grupo. De esta manera, se reforzó la identidad de grupo y la convivencia de pares en un espacio recreativo. No solo se desarrollan habilidades para interactuar, sino que se pasa a pertenecer a un grupo.

Además de la aparición de relaciones de amistad entre los participantes, se desarrolló una relación de cercanía entre las familias de los jóvenes, en especial las madres que llevaban a sus hijos a las sesiones y que con las que se conformó un grupo para intercambiar mensajes de texto y mantenerse en contacto. Este contacto terminó por crear una especie de grupo de apoyo espontáneo, iniciativa de las familias, entre las madres que encontraron en otras la posibilidad de compartir sus experiencias y en la hora que sus hijos se encuentran dentro del teatro un espacio para compartir entre ellas. Esto destaca la importancia de involucrar a la familia en el proceso de investigación y trabajo.

Más allá de los jóvenes participantes y sus familias, este proyecto significó el reto de integrar a personas que no tenían experiencia tratando con personas con TEA a trabajar dentro del proyecto. Para ello, fue necesario lidiar con los mitos sobre el trastorno que manejaban estas personas, desde el personal del teatro donde se realizarían las sesiones hasta profesionales de diferentes áreas e instancias de la universidad que se vieron involucradas en el proceso: el laboratorio de fabricación, la unidad de divulgación científica, el departamento de producción de material audiovisual, entre otros. Se trabajó previamente con estas personas brindando información sobre el trastorno, pero la verdadera manera de derrumbar mitos fue el trabajo directo de estas personas con los jóvenes. Otro aspecto importante que destacar es la divulgación de los resultados del proyecto ha hecho posible también la desmitificación de ideas en torno a las capacidades de las personas con TEA. Esto nos muestra que otra ventaja del desarrollo de habilidades sociales en esta población es que ellos mismos tengan la posibilidad de desmitificar su condición al permitir a otras personas conocerlos mejor y trabajar con ellos.

Entre las personas involucradas en el proyecto, las voluntarias para actuar junto a los jóvenes en las obras de teatro enfrentaron uno de los mayores retos, dado que se trataba de jóvenes, algunas de la misma edad, pero otras menores que las personas con TEA, que no tenían experiencia en actuación. De esta forma, estaban en el grupo para apoyar a los jóvenes, pero a su vez, aprender junto a ellos sobre el teatro, lo que favoreció la inclusión e igualdad en el grupo. Además, este reto brindó la oportunidad de incluir a la metodología de trabajo una reunión con las personas voluntarias para conocer sus perspectivas y vivencias dentro del proceso al tiempo de trabajar con ellas de qué manera podían aportar a alcanzar los objetivos propuestos.

De esta manera, bajo el reto de reunir en una metodología de trabajo de investigación-acción a jóvenes con TEA, jóvenes con otras condiciones de discapacidad, sus familias, jóvenes voluntarios sin condiciones de discapacidad y un equipo de trabajo interdisciplinario, surge el Grupo de teatro Rompecabezas, el cual abre un espacio de teatro inclusivo, donde todas las personas participantes tienen un lugar y todos son bienvenidos, confirmando la premisa que el éxito genera éxito.

Un espacio de formación teatral que acepta a personas sin importar cuál sea su condición constituye una oportunidad de brindar acceso al arte a poblaciones que por lo general lo tienen vedado o al menos, más difícil de alcanzar que para la mayoría de la población. Este proyecto abre un espacio en la academia del Teatro La Máscara, con más de cuarenta años de trayectoria en el país y pretende llevar el trabajo del grupo Rompecabezas a otros lugares. con presentaciones en el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, el Instituto Tecnológico de Costa Rica y Centros Universitarios.

La proyección del Grupo Rompecabezas ha permitido plantearse que el espacio del teatro costarricense, más allá de una oportunidad de formación y recreación puede constituirse para los jóvenes en una opción laboral, lo que plantea el reto de convertir esta naciente compañía teatral en una oportunidad de emprendimiento. El principal reto de este proyecto era el cumplimiento de cuatro objetivos orientados a la mejora de las habilidades sociales de jóvenes con TEA. Sin embargo, como se ha reflexionado en este documento, el proyecto en sí brindó la oportunidad de cumplir más objetivos que no se plantearon en un inicio.

Discusión y conclusiones

Tres años después de haber comenzado el proyecto, los retos enfrentados y las oportunidades genera- das, han permitido trascender el propósito general del desarrollo de habilidades sociales hacia metas a más largo plazo y de mayor impacto en la vida de los participantes y sus familias. En este sentido, la conformación del Grupo de Teatro Rompecabezas con miras a convertirse en una compañía teatral, pretende transformarse para los participantes en una oportunidad laboral y de emprendimiento, que les permita en un futuro cercano, acceder a una vida más autónoma, autodeterminada e independiente.

Los resultados obtenidos hasta el momento no solo han evidenciado la viabilidad del uso del teatro como vía para el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades sociales, sino que permiten apreciar los beneficios en sus familias, así como en los nuevos participantes con y sin esta condición que ingresaron al proyecto para recibir apoyo en este ámbito.

Aunque en el planteamiento del proyecto éstas habilidades fueron presentadas de forma separada, durante las sesiones de teatro se trabajaron integralmente, teniendo presente que la comunicación, la expresión de emociones, el autocontrol y el trabajo en equipo no son habilidades sociales aisladas, sino que deben verse como un conjunto, que se interrelacionan y son interdependientes con otras. Es por esto que si bien fueron únicamente cuatro las habilidades sociales que se plantearon trabajar en el proyecto, los resultados indican que se han visto fortalecidas de forma paralela otras habilidades sociales y adaptativas, contribuyendo también indirectamente a la mejora en el desempeño de los jóvenes y adultos participantes dentro de los contextos sociales en los que se desenvuelven.

Como estrategia de mediación pedagógica, el teatro ha permitido motivar y generar el aprendizaje de habilidades sociales por medio de experiencias reales, placenteras y novedosas para los participantes. La mediación pedagógica se hace en función de la persona, el objeto de estudio y los medios, y es de esta interacción dinámica que se genera el tratamiento de los contenidos y la transformación del individuo o colectivo. El teatro como medio funciona ante las necesidades de los participantes de aprender y practicar habilidades sociales, dado que es un objeto de estudio que debe aprenderse desde la práctica. Para ello, el teatro resulta el escenario ideal desde la creatividad y la premisa de trabajar para el compañero. En el proyecto alienta y guía su desarrollo a través de actividades que les resultan significativas, potenciando sus facultades artísticas en un proceso de interacción entre iguales donde se respeta el ritmo de aprendizaje de cada uno. La manera en que el trabajo ha logrado adaptarse a los retos afrontados ha mejorado las posibilidades de utilizar el teatro como herramienta de mediación pedagógica para el desarrollo de habilidades sociales con resultados favorables, tanto por su componente formador como liberador y de expresión. Cabe resaltar que al ser un proyecto de investigación-acción, el trabajo del teatro con jóvenes con TEA, ha logrado la transformación de la realidad social y el empoderamiento de los actores involucrados, quienes han fungido como protagonistas y no como sujetos de la investigación (Campos y Madriz, 2017). Asimismo, esto ha permitido la generación de conocimiento que aparte de la investigación, ha logrado extenderse a las otras tareas sustantivas de la UNED: la extensión, con la presentación de la obra en escenarios fuera del teatro y la universidad; así como la docencia, con la elaboración de un documental que sistematiza los primeros dos años del proyecto, y que funciona actualmente como material didáctico de una de las asignaturas del Bachillerato en Educación Especial de la UNED.

En esta etapa en la que se encuentra el proyecto, la consolidación y la continuidad representan dos de los principales retos a los que se enfrenta el grupo de investigación. La consolidación del proyecto como una propuesta sólida y exitosa para el desarrollo de habilidades sociales, la cual pueda incluso replicarse en otros escenarios y contextos. Y la continuidad en dos vías: primero de los participantes, de forma que continúen beneficiándose y adquiriendo destrezas que puedan generalizar en otros ámbitos de sus vidas; y segundo del proyecto en sí mismo, para que continúe abriendo oportunidades para otros jóvenes, adultos, y en un futuro niños, que requieran de un espacio y un apoyo como el que ha representado el teatro hasta el momento para sus participantes y familias.

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Para citar este documento:

1Sandoval, A.; González, V. y Madriz, L. (2020). Retos y oportunidades: teatro como estrategia de mediación pedagógica para el desarrollo de habilidades sociales. Revista Innovaciones Educativas. 22(32), 65-77. DOI: https://doi.org/10.22458/ie.v22i32.2821

Recibido: 21 de Febrero de 2020; Aprobado: 08 de Mayo de 2020

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