Introducción
Los huesos maxilares difieren de los demás huesos del esqueleto por su desarrollo embriológico y porque poseen dientes (1), esto da como resultado la presencia de una amplia variedad de quistes odontogénicos (QO) y tumores odontogénicos (TO) que no se encuentran en otros huesos (2). De igual manera se pueden observar lesiones de tipo infeccioso, quistes no odontogénicos, neoplasias benignas y malignas, así como trastornos del desarrollo; las lesiones pueden ubicarse alrededor de la raíz del diente, alrededor de la corona del diente en erupción y en el área interradicular o pueden no tener relación con los dientes (3).
También se pueden observar manifestaciones óseas de afecciones sistémicas (4).
En el año 2017, la Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó la última edición de la Clasificación Mundial de Tumores de Cabeza y Cuello de la OMS, en donde algunas lesiones fueron introducidas y otras cambiadas de categoría comparativamente a la ya existente del año 2005 (5). Esta nueva edición restaura al queratoquiste odontogénico y al quiste odontogénico calcificante a la clasificación de QO y rechaza la terminología anterior (tumor odontogénico queratoquístico y tumor odontogénico quístico calcificante) que pretendían sugerir que son verdaderas neoplasias (6).
El quiste periapical y el granuloma, el quiste dentígero, el quiste paradental, el odontoma, el ameloblastoma y el queratoquiste odontogénico se han informado comúnmente en la literatura, no solo con informes de casos, sino en estudios epidemiológicos realizados en diferentes países como las lesiones comúnmente encontradas en los huesos maxilares (7,8,9,10). Por ejemplo, un estudio realizado en Brasil de 3406 casos, los TO más frecuentes fueron ameloblastoma (29.1%), queratoquiste odontogénico (28.1%) y odontoma (19.5%) (9).
En relación a Costa Rica, las estadísticas de la patología oral son limitadas; sólo es posible encontrar reportes de casos de lesiones en particular y algunos estudios epidemiológicos aislados limitándose principalmente a lesiones de tejidos blandos (11), algunos específicamente en cáncer bucal (12) y en glándulas salivales (13); evidenciando que se requiere mayor información de la morbilidad bucal en especial de las lesiones que se presentan en los huesos maxilares. En este contexto el objetivo de esta investigación fue conocer la frecuencia de las diferentes lesiones óseas y la concordancia existente entre el diagnóstico clínico e histopatológico, de acuerdo a los informes de biopsias de la Facultad de Odontología de la Universidad de Costa Rica (UCR) en el período de 2008-2015.
Metodología
Este estudio observacional retrospectivo fue aprobado por el Comité Ético Científico de la UCR bajo el proyecto código N° 440-B8-325. Los datos fueron recolectados del archivo de biopsias de la Facultad de Odontología de la UCR, a partir de los informes de biopsia de los pacientes atendidos durante los años de 2008 a 2015.
Se incluyeron los informes de biopsia que correspondían a lesiones óseas realizadas en el periodo de estudio. Fueron excluidos aquellos registros con los datos incompletos de cualquiera de las variables del estudio, alterados o manipulados. Aquellos pacientes con más de un reporte de biopsia con el mismo diagnóstico histopatológico fueron considerados una única vez.
Las variables estudiadas fueron edad (años cumplidos), sexo del paciente, localización anatómica (maxila anterior, posterior o anteroposterior y mandíbula anterior, posterior o anteroposterior), diagnóstico histopatológico, cantidad y diagnóstico clínico de la lesión.
Las lesiones fueron agrupadas según su etiología en: QO, TO, quistes no odontogénicos y del desarrollo, lesiones inflamatorias de origen pulpar y periapical, neoplasias benignas mesenquimales y diagnóstico no específico o sin clasificación cuando no fue posible obtener un diagnóstico preciso de acuerdo a la información clínica suministrada al patólogo.
Análisis estadístico
Para realizar el análisis de los datos se utilizó el programa estadístico SPSS 23.0. Software (Paquete estadístico para las ciencias sociales, Chicago, IL, EE. UU.). Primero la información fue registrada en una hoja de cálculo utilizando el software Excel, revisada y corregida de inconsistencias. Posteriormente, los datos se analizaron mediante estadística descriptiva y prueba de Chi cuadrado. El nivel de significancia de la diferencia estadística fue de p-valor <0.05, con un intervalo de confianza de 95%.
La concordancia entre el diagnóstico clínico e histopatológico fue verificada mediante el test Kappa. Esta verificación se realizó con la primera y segunda hipótesis diagnóstica planteada por el clínico. Para la interpretación del coeficiente se utilizaron los criterios propuestos por Landis y Koch, donde se establece sin concordancia (0), insignificante (<0.20), discreto (0.21-0.40), moderado (0.41-0.60), sustancial (0.61-0.80) y excelente (0.81-1.00) (14).
Resultados
El número total de biopsias analizadas entre 2008 y 2015 fue de 77. La edad promedio de los sujetos de estudio fue de 34.7 años (d.e.±19.6), hombres con un promedio de 36.5 años (d.e. ± 2.8) y mujeres 32.7 años (d.e.±3.6). Las lesiones se presentaron en su mayoría (53.2%) en hombres. El grupo etario con mayor número de lesiones fue el de personas entre los 50-59 años. En relación a la localización anatómica la mayoría de las lesiones se reportaron en mandíbula posterior (36.4 %) y maxila anterior (35.1%) (Tabla 1).
Del total de biopsias, fueron diagnosticadas 26 lesiones diferentes, clasificadas en 7 grupos. 22 (28.6%) lesiones no obtuvieron un diagnóstico definitivo. Los grupos más prevalentes fueron QO (42.9%), Diagnóstico no específico o sin clasificación (28.6%) y lesiones inflamatorias de origen pulpar y periapical (14.2%). De forma individual, el diagnóstico más común fue quiste radicular (16.9%), seguido del diagnóstico inespecífico (14.3%), quiste dentígero (13.0%) y granuloma periapical (11.7%) (Tabla 2). Un total de 47 (61.0%) lesiones tenían asociado un diente. Comparando la proporción de frecuencia por sexo en estos 6 grupos de lesiones no hubo diferencia estadísticamente significativa en la distribución para ningún grupo (p=0.929) (Tabla 3).
En relación con las hipótesis diagnósticas, 36 (46.8%) lesiones contaban con 1 hipótesis, 19 (24.7%) tenían 2 hipótesis, 5 (6.5%). Resulta interesante el porcentaje (20.8 %) de reportes en los cuales no existe un diagnóstico clínico, sino simplemente una descripción de la lesión. Con respecto a la concordancia con la primera hipótesis diagnóstica, esta se presenta en 24 (31.2%) casos. El valor de kappa fue de 0.274, presentado así, una concordancia discreta. Con la segunda hipótesis el valor es aún menor 0.044, siendo una concordancia insignificante (Tabla 4).
- | Total de pacientes N=77(%) |
---|---|
Edad y sexo | - |
Edad, años | 34.7 (19.6 DS) |
(rango), años | (3-84) |
Sexo | - |
Femenino | 36 (46.8%) |
Masculino | 41 (53.2%) |
Grupo etario | - |
0-9 años | 7 (9.1%) |
10-19 años | 17 (22.1%) |
20-29 años | 10 (13.0%) |
30-39 años | 8 (10.4%) |
40-49 años | 12 (15.6%) |
50-59 años | 19 (24.7%) |
60-69 años | 1 (1.3%) |
70-79 años | 2 (2.6%) |
80-89 años | 1 (1.3%) |
Localización anatómica de la lesión | - |
Maxila anterior | 27 (35.1%) |
Maxila posterior | 8 (10.4%) |
Mandíbula anterior | 10 (13.0%) |
Mandíbula posterior | 28 (36.4%) |
Mandíbula anteroposterior | 2 (2.6%) |
No específicado | 2 (2.6%) |
Patologías | Número | Porcentaje % | |
---|---|---|---|
(77) | Grupo | Total de biopsias | |
Quistes de origen odontogénico | 33 | 100 | 42.9 |
Quiste radicular | 13 | 52.0 | 16.9 |
Quiste dentígero | 10 | 40.0 | 13.0 |
Quiste odontogénico de origen inflamatorio | 4 | 16.0 | 5.2 |
Queratoquiste odontogénico | 2 | 8.0 | 2.6 |
Quiste residual | 1 | 4.0 | 1.3 |
Quiste odontogénico calcificado | 1 | 4.0 | 1.3 |
Quiste periodontal lateral | 1 | 4.0 | 1.3 |
Quiste de probable origen odontogénico | 1 | 4.0 | 1.3 |
Diagnóstico no específico o sin clasificación | 22 | 100 | 28.6 |
Inespecífico | 11 | 50.0 | 14.3 |
Folículo dentario | 4 | 18.2 | 5.2 |
Proceso inflamatorio crónico inespecífico | 2 | 9.1 | 2.6 |
Sinusitis crónica | 1 | 4.5 | 1.3 |
Fragmento de tejido conectivo y cemento | 1 | 4.5 | 1.3 |
Hueso compacto antecedente de torus lingual | 1 | 4.5 | 1.3 |
Tejido conectivo, edema | 1 | 4.5 | 1.3 |
Tejido óseo | 1 | 4.5 | 1.3 |
Lesiones inflamatorias de origen pulpar y periapical | 11 | 100 | 14.2 |
Granuloma periapical | 9 | 36.0 | 11.6 |
Absceso periapical | 2 | 8.0 | 2.6 |
Tumores de origen odontogénico | 6 | 100 | 7.8 |
Odontoma compuesto | 2 | 8.0 | 2.6 |
Odontoma complejo | 2 | 8.0 | 2.6 |
Ameloblastoma | 1 | 4.0 | 1.3 |
Fibroma ameloblástico | 1 | 4.0 | 1.3 |
Quiste no odontogénico y del desarrollo | 2 | 100 | 2.6 |
Quiste del conducto nasopalatino | 2 | 100.0 | 2.6 |
Lesiones pseudotumorales | 2 | 100 | 2.6 |
Lesión central de células gigantes | 1 | 50.0 | 1.3 |
Quiste óseo solitario | 1 | 50.0 | 1.3 |
Neoplasia mesenquimal benigna | 1 | 100 | 1.3 |
Osteocondroma | 1 | 100.0 | 1.3 |
Grupo | Número | % del total | Sexo | - | Media de edad (desivación estándar) |
---|---|---|---|---|---|
- | - | - | Masculino (%) | Femenino (%) | - |
Quistes de origen odontogénico | 33 | 42.9 | 18 (54.5) | 15 (45.5) | 33.6 (20.8) |
Diagnóstico no específico o sin clasificación | 22 | 28.6 | 12 (54.5) | 10 (45.5) | 34.8 (21.7) |
Lesiones inflamatorias de origen pulpar y periapical | 11 | 14.2 | 6 (54.5) | 5 (45.5) | 36.9 (13.7) |
Tumores de origen odontogénico | 6 | 7.8 | 2 (33.3) | 4 (66.7) | 27.3 (16.2) |
Quiste no odontogénico y del desarrollo | 2 | 2.6 | 1 (50.0) | 1 (50.0) | 55.0 (4.2) |
Lesiones pseudotumorales | 2 | 2.6 | 1 (50.0) | 1 (50.0) | 31.5 (21.9) |
Neoplasia mesenquimal benigna | 1 | 1.3 | 1 (100.0) | 0 (0.0) | 57.0 |
**Chi square test p=0.929.
- | n (77) | % |
---|---|---|
Hipótesis diagnóstica por paciente | - | - |
Ninguna | 16 | 20.8 |
Una | 36 | 46.8 |
Dos | 19 | 24.7 |
Tres o más | 6 | 7.7 |
Total | 77 | 100% |
Concordancia clínico-histopatológica | - | - |
Concordancia con la 1 hipótesis | 24 | 31.2 |
Concordancia con la 2 hipótesis | 2 | 2.6 |
Ninguna concordancia | 51 | 66.2 |
Total | 77 | 100% |
La amplia variedad en la presentación clínica de las lesiones óseas orales obliga al clínico, primero a estar familiarizado con las patologías más comunes, y segundo, recordar la importancia de la confirmación histopatológica para un diagnóstico definitivo. La carencia de estudios nacionales sobre la incidencia y tipos de lesiones óseas que se presentan en la cavidad oral llevó a realizar esta investigación, de acuerdo a los informes de biopsias de la Facultad de Odontología de la UCR en el período de 2008-2015 y así obtener información de epidemiología local, siendo el primer estudio de esta índole en el país.
Los datos de este estudio revelan una mayor prevalencia de lesiones óseas orales en hombres, esta tendencia se ha informado en otros estudios (15,16); sin embargo, nuestros datos difieren de otros que informan una alta prevalencia en mujeres(1,17,18,19). Las lesiones estudiadas se observaron con mayor frecuencia en la sexta década de vida, a diferencia de otros estudios que han reportado una mayor frecuencia entre la segunda y cuarta décadas de la vida (16,19).
El grupo de lesiones óseas más prevalentes fue el de los QO, resultados similares han sido reportados en estudios previos en poblaciones del Reino Unido (20), Chile (21), Brasil (19), España (22) e India (23). La frecuencia relativa de tumores odontogénicos en el presente trabajo fue similar a la que se ha informado en otros estudios, ya que representan menos del 3% de las muestras orales y maxilofaciales estudiadas en las series norteamericanas (24,25), sudamericanas (21,26,27,28) y europeas (29). De forma individual, el diagnóstico más común fue el quiste radicular, similar a lo reportado en la literatura (19,30). El segundo diagnóstico más común fue el de Diagnóstico no específico o sin clasificación, lo que se puede explicar por muestras de tejido óseo biopsiado que en su mayoría no era específico o representativo para clasificarlo como una patología en particular, debido a fallas en la derivación para biopsia o por una mala toma de la muestra. El quiste dentígero fue el tercer diagnóstico más común, coincidiendo con otros estudios, donde se reporta entre los cinco QO más frecuentes (16,19,31). Por su parte el granuloma periapical (11.7%) coincide con los reportes publicados en la literatura internacional donde se ubica entre las lesiones frecuentes (31,32,33,34).
Según la ubicación anatómica, la mayoría de las lesiones óseas afectaron la mandíbula, particularmente la región posterior seguida de la región anterior de la maxila. Estas regiones han sido reportadas como la ubicación más común de QO en otros estudios (1,20,22). También son ubicaciones comunes reportadas para los TO (35,36).
El análisis histopatológico de las lesiones orales es una herramienta esencial en el diagnóstico definitivo de patologías, sin embargo, este se solicita basado en el criterio del clínico, con el fin de correlacionar los hallazgos. Por este motivo, es importante valorar los niveles de concordancia entre los diagnósticos clínicos y los histopatológicos (37). Pocos estudios han tenido como objetivo evaluar la precisión del diagnóstico clínico de acuerdo con el diagnóstico histopatológico (37). Sin embargo, este análisis de concordancia permite evaluar la capacidad y el conocimiento del personal que atiende al paciente, ya que el correcto manejo y diagnóstico de la enfermedad depende en definitiva del profesional que valora clínicamente la lesión y de él dependerá la decisión de exámenes complementarios (estudios de imágenes, laboratorio, etc.) o su derivación a otro profesional o centro de atención más especializado. En nuestro caso la concordancia con la primera hipótesis diagnóstica fue discreta y con la segunda hipótesis insignificante. Estos resultados difieren de los reportados por otros investigadores con índices Kappa moderado (1) y sustancial (37). Así mismo, en nuestro estudio un alto porcentaje (20.8 %) de reportes no contaban con un diagnóstico clínico, sino simplemente una descripción de la lesión. Por los aspectos metodológicos empleados en la presente investigación no fue posible identificar los factores que puede influir en dicho resultado.
La Facultad de odontología de la UCR es un centro de enseñanza académica y no de servicio o referencia, esta puede ser una de las razones del bajo número de biopsias de lesiones óseas orales. Otro motivo puede deberse a que Costa Rica cuenta con la Caja Costarricense del Seguro Social, la cual, es la institución pública encargada de la seguridad social y brinda atención a la población en general a lo largo de todo el país y los pacientes pueden acudir allí directamente, o bien, pueden ser atendidos por referencia de los centros de enseñanza de odontología y de la práctica profesional privada.
Como se menciona anteriormente, la muestra del estudio es pequeña, sin embargo, debido a la carencia de estudios nacionales en esta área, este artículo aporta datos epidemiológicos importantes de las diferentes patologías que afecta a los huesos maxilares y que principalmente se presentan en nuestro país. Se brinda información valiosa para tomar en cuenta en los programas de actualización y la posibilidad de mejorar el nivel científico mediante la actualización continua para el odontólogo y el resto de los profesionales de la salud que se encuentran realizando atención directa con pacientes.
Conclusiones
En este estudio se encontró que el grupo más prevalentes de patologías fue el de QO; siendo de forma individual el quiste radicular la lesión más frecuente. La concordancia clínica e histopatológica fue discreta. Esta situación muestra la necesidad de reforzar la actualización continua en relación con las patologías óseas, con el fin incrementar el nivel de concordancia del diagnóstico clínico con el histopatológico, para facilitar el diagnóstico definitivo de las lesiones.
Además, se destaca la importancia de realizar más estudios de prevalencia en diferentes zonas urbanas y rurales del país, que incluyan una muestra de mayor tamaño.
CONFLICTO DE INTERESES
Ninguno declarado.