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Revista ABRA

versión On-line ISSN 2215-2997versión impresa ISSN 1409-3928

Rev. ABRA vol.42 no.64 Heredia ene./jun. 2022

http://dx.doi.org/10.15359/abra.42-64.4 

Artículo

Una aproximación al gasto anual por estudiante matriculado en la uned, Costa Rica

Approaching the Yearly Expenses of Students Registered on UNED, Costa Rica

Alexandra Gómez-Hernández1 

Elisa Sánchez-Godínez2 

1 Escuela de Ciencias de la Administración, Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica. agomezh@uned.ac.cr https://orcid.org/0000-0001-8534-7676

2 Escuela de Ciencias de la Administración, Universidad Estatal a Distancia, Costa Rica. elsanchez@uned.ac.cr http://orcid.org/0000-0001-9181-5595

Resumen

El indicador del costo por estudiante es utilizado para medir la eficiencia de los procesos educativos en la mayoría de los países. En Costa Rica, se han realizado esfuerzos por establecer una metodología común que permita la comparación entre universidades estatales, tarea que todavía no está concluida. Este artículo pretende brindar una cifra aproximada del costo por estudiante de una de las universidades estatales, la Universidad Estatal a Distancia (UNED), tomando como referencia la documentación al respecto y utilizando la información suministrada por la Oficina de Control de Presupuesto de la institución. Los resultados indican que, en la UNED, el costo anual por estudiante como porcentaje del PIB per cápita es de 18.35% para el año 2018 y un 87.6% del FEES total destinado a la institución en ese mismo año.

Palabras clave: gastos educativos; UNED; educación a distancia.

Abstract

The indicator of expenditure per student is used to measure the efficiency of educational processes in most countries. In Costa Rica, efforts have been made to establish a common methodology that allows comparison between state universities: a task that has not yet been completed. This article aims to provide an approximate figure of the cost per student a Costa Rican public university, the Universidad Estatal a Distancia (UNED), taking as reference the related available documents and using the information provided by the budget control office of the institution. The results indicate that, at UNED, the expenditure per student as a percentage of GDP per capita is 18,35% for 2018 and 87,6% of the total FEES allocated to the institution in that year.

Keywords: Educational expenses; UNED; Distance education.

Introducción

La inversión que un gobierno realiza en educación pública se hace con el propósito de preparar capital humano para el trabajo y, de esta manera, aumentar la productividad y, con ella, el desarrollo económico de un país. Cuanto mayor sea la inversión en educación, mayor será el resultado esperado en capital humano para el trabajo. En América Latina, Costa Rica es uno de los países que presenta niveles altos de gasto público en educación como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), con una cifra total cercana al 6.3% en el año 2012. En educación superior, este porcentaje llega al 1.2 en ese mismo año (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE et al., 2015).

El Estado de la Educación (2017) presenta, en su resumen de indicadores, las cifras del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES) para un periodo de diez años. Este fondo, expresado como porcentaje del PIB, pasó de 0.9% en el año 2006 a 1.4% en el año 2015. Estos recursos son la principal fuente de financiamiento de las universidades estatales y son aportados por el Gobierno Central.

Dada la evolución creciente del gasto público en educación que ha experimentado Costa Rica, los resultados esperados por la sociedad deben estar reflejados en una mejora en los indicadores económicos y sociales. No obstante, estos indicadores experimentan una dinámica lenta; por tal motivo, surgen interrogantes asociadas a la utilización de los recursos destinados a la educación y sus resultados.

Pero ¿cómo medir resultados? ¿Cómo evaluar el rendimiento de las universidades y su eficiencia? El estudio realizado por la Academia de Centroamérica (2017) identifica cuatro productos de la educación superior mediante los cuales puede evaluarse su rendimiento, estos son: la matrícula, la cobertura, la graduación y las carreras acreditadas.

Al respecto, si una institución de educación superior se propone aumentar la matrícula de estudiantes, tendrá que conocer los costos por estudiante en el proceso de formación, para proyectar los recursos que necesitaría en el cumplimiento de la meta propuesta. Lo mismo ocurre si se propone aumentar la cobertura o la cantidad de graduados, entre otras metas.

Otro de los usos que se le da al indicador de costos por estudiante es evaluar la eficiencia, asegurando que los recursos se están utilizando en donde más se necesitan; por esta razón, este indicador cobra importancia en la rendición de cuentas en educación superior. Sobre el costo por estudiante se han realizado esfuerzos a nivel nacional para determinar una metodología estándar y realizar comparaciones entre las universidades estatales; no obstante, la falta de información, entre otras causas, ha impedido un avance significativo.

Como resultado de las consultas realizadas a funcionarios de la UNED de Costa Rica, se confirma que no existe una metodología avalada institucionalmente ni a nivel del Consejo Nacional de Rectores (CONARE) para determinar el costo por estudiante. Bajo este panorama, el presente artículo pretende determinar el costo anual de un estudiante matriculado en esta institución de educación superior, utilizando, para ello, los presupuestos ejecutados por las instancias institucionales que tienen injerencia directa con el servicio a los estudiantes.

Antecedentes

Sobre el tema de los costos educativos, Morduchowicz (2011) realiza un repaso de las distintas formas utilizadas para determinar el gasto educativo con el objetivo de medir la eficiencia y la equidad en el uso de los recursos. Aborda el análisis desde dos perspectivas complementarias: la macroeconómica y la microeconómica. Dentro de la macroeconómica, se obtienen los costos unitarios mediante una división entre el gasto total y la cantidad de alumnos. En la perspectiva microeconómica, primero se identifican los recursos para, luego, estimar sus precios; en otras palabras, los bienes y servicios dirigidos a los estudiantes son desagregados en ítems, los cuales son costeados individualmente.

En este mismo estudio, se indica que Brasil y Argentina realizan la asignación del gasto en educación dentro de la perspectiva microanalítica. En el caso de Brasil, se establece un costo-alumno-calidad y, en el caso de Argentina, se destina el gasto de acuerdo con la planificación de los objetivos plasmados en la Ley de financiamiento educativo.

Según datos reportados por OCDE et al. (2015), dentro de los países de la región que más destinan al gasto público por estudiante en educación terciaria, en porcentaje del PIB per cápita, son: México, con un 38%; Brasil, con 28%; Colombia, con 23%; y Panamá, con 22%; estas cifras fueron reportadas por lo países alrededor del año 2012. Los países de la OCDE, en su conjunto, reportan un porcentaje de 30% y el grupo de países de la región reporta una cifra de 26%. Costa Rica no presenta datos para este indicador.

En relación con el gasto público total en educación como porcentaje del PIB, el informe de OCDE et al. (2015) indica que Argentina destina un 6.3%; Brasil, un 5.8% y Costa Rica, un 6.3%, superando el promedio de la OCDE y el promedio de la región: 5.6% y 5.0%, respectivamente.

En el caso de Costa Rica, los recursos destinados a la educación superior se realizan mediante transferencias corrientes del Gobierno Central, así como de rentas propias, tal como ventas de bienes y servicios, aranceles provenientes de la matrícula y otros ingresos. En el año 2016, las transferencias corrientes representaron poco más del 90% del total de ingresos de las universidades estatales, mientras que el FEES representó cerca del 85% (Academia de Centroamérica, 2017).

La distribución del FEES entre las universidades y el CONARE se ha mantenido relativamente constante a través de los años. En el año 2016, la Universidad de Costa Rica recibió cerca del 54%; la Universidad Nacional, poco menos del 22%; el Instituto Tecnológico de Costa Rica recibió poco más de un 10%, mientras que la Universidad Estatal a Distancia recibió alrededor de un 7%. El resto es repartido al CONARE y al Fondo del Sistema, en un 1.24% y 5.35%, respectivamente (Academia de Centroamérica, 2017).

En Costa Rica no existe una metodología común para calcular el costo por estudiante, situación que dificulta el análisis del uso eficiente de los recursos destinados a las universidades. Un estudio realizado en al año 2017 concluye que hay limitaciones de información que dificultan realizar un análisis de productos y costos; además, que las universidades aplican metodologías distintas para determinarlos, situación que dificulta realizar comparaciones (Academia de Centroamérica, 2017).

Con el objetivo de brindar una cifra general y comparable para las cuatro universidades estatales, en este estudio se dividieron los gastos totales ejecutados y la matrícula de estudiantes regulares. Como resultado de este ejercicio, se obtuvo que, para el año 2016, el gasto por estudiante para la UNED es de poco más de un millón de colones (Academia de Centroamérica, 2017).

Por otro lado, CONARE trabajó en el año 2017, mediante una subcomisión llamada “Equipo de trabajo de gasto por estudiante”, una metodología común para las universidades estatales en la que se determinaran los gastos asociados a la formación de estudiantes. La UNED, representada por la Oficina de Presupuesto, participó coordinando dicha subcomisión. En el seno de este grupo de trabajo se acordó que, debido a las particularidades de cada universidad, se dificulta la comparación de los resultados. “El señor Valerio indicó que se definió una propuesta metodológica general; no una propuesta metodológica estandarizada entre las Universidades Públicas” (Valerio, comunicación personal, 2019).

En junio de 2015, la Universidad de Costa Rica publicó la metodología que utiliza para calcular el gasto por estudiante, basada en tres grandes grupos de gastos, a saber: los gastos directos, los indirectos y los de depreciación (Jensen, 2015). Sobre este particular, las consultas realizadas en la UNED indican que, paralelo a lo trabajado en la subcomisión de CONARE, no se han realizado acciones en esta línea, ni se está aplicando ninguna metodología para determinar el monto del gasto por estudiante. “La Máster Granados indicó que ni como universidad ni a nivel de CONARE hay algo oficial” (Granados, comunicación personal, 2019).

El índice de gestión institucional de la UNED ha mostrado oportunidades de mejora en aspectos como la planificación, financiero contable, contratación administrativa y tecnologías de información. Para el año 2018, arrojó un valor global de 67.2; mientras que, en planificación, obtuvo una cifra de 56.3; en financiero contable, un 30,8; en contratación, administrativa un 50 y en tecnologías de información un 56.3 (UNED, 2018a). Este índice es un instrumento que recopila información relacionada con las medidas institucionales para fortalecer su gestión en ocho áreas o factores del quehacer de la universidad: planificación, financiero-contable, control interno, contratación administrativa, presupuesto, tecnologías de información, servicio al usuario individual e institucional y recursos humanos.

Una de las limitantes que se han presentado en el desarrollo de esta investigación es que no se cuenta con información por niveles académicos, ya que no es lo mismo el costo de un estudiante a nivel de grado (diplomado, bachillerato o licenciatura) que a nivel de posgrado (maestría y doctorado); por eso, se procedió a calcular un costo global por estudiante para el presente estudio. Cabe indicar que se excluyen los estudiantes del nivel de posgrado. Antes de pasar a explicar la metodología utilizada en este trabajo, es importante conocer la estructura presupuestaria con la que trabaja esta casa de enseñanza.

La UNED cuenta con nueve programas presupuestarios que son: la Dirección superior y planificación, Administración general, Vida estudiantil, Docencia, Extensión, Investigación, Producción y distribución de materiales, Inversiones y el Acuerdo de mejoramiento institucional. De estos programas, los de Vida estudiantil y Docencia tienen una relación más directa con los estudiantes. La Tabla 1 muestra el peso relativo de cada programa dentro de la estructura presupuestaria del año 2018.

Tabla 1 Composición porcentual de los programas presupuestarios de la UNED, 2018 

Programas Porcentaje
Dirección Superior y Planificación 8.93
Administración General 19.14
Vida Estudiantil 4.74
Docencia 36.14
Extensión 5.58
Investigación 3.17
Producción y Distribución de Materiales 7.90
Inversiones 2.93
Acuerdo de Mejoramiento Institucional 11.46

Nota. Elaboración propia con datos del Informe de Egresos por Actividad, Oficina de Control de Presupuesto.

Esta estructura presupuestaria tiene estrecha relación con el modelo pedagógico de la UNED, en donde interactúan los estudiantes, docentes y contenidos o conocimiento y tienen relación con la formación y servicio al estudiante. De esta manera, la Dirección superior y planificación albergan instancias relacionadas con la Rectoría, Defensoría del estudiante, Dirección de tecnologías y la Planificación institucional.

La Administración general reúne instancias relacionadas con la Oficina de Recursos Humanos, Servicios generales y Tesorería, entre otras instancias. En Vida estudiantil se encuentran: la Oficina de registro y admisión, Oficina de orientación de desarrollo, Oficina de atención socioeconómica, Oficina de promoción estudiantil, Federación de estudiantes, entre otras.

En docencia se agrupan: la Vicerrectoría Académica, Escuelas, programas de apoyo a la docencia y los centros universitarios distribuidos a lo largo y ancho del país. En Extensión, todo lo relacionado con la capacitación a estudiantes y en las comunidades. En Investigación, todo lo relacionado con la investigación universitaria desarrollado desde la Vicerrectoría de Investigación.

En Producción y distribución de materiales, se reúnen las instancias relacionadas con la Producción de audiovisual, el Programa de videoconferencias, Dirección editorial, entre otras instancias. En Inversiones, todo lo relacionado con la inversión en la universidad y, en el Acuerdo de mejoramiento institucional, todo lo relacionado con mejoras en tecnología, materiales audiovisuales, diversificación de la oferta académica, formación y capacitación de docentes y otros funcionarios, infraestructura en los centros universitarios, sistemas de información para la toma de decisiones, entre otros.

Metodología

Cuando se habla de costos, por lo general se asocia con empresas comerciales y de manufactura; sin embargo, puede asociarse a diferentes tipos de empresas, entre las que se encuentran las de servicios financieros, profesionales, hospitalarios y de educación. En esta última se centra la atención de este escrito. Cabe indicar que el costo de un producto o servicio se encuentra compuesto por materiales directos, mano de obra directa y los costos indirectos.

De acuerdo con Sáenz (2016), el material directo se refiere a todo aquel que pasa a formar parte integral del producto terminado y que se puede asignar directamente al calcular el costo de los productos; es fácilmente identificable y cuantificable dentro de un proceso y se puede rastrea hasta el final.

Para Polimeni et al. (1994), la mano de obra es el esfuerzo físico o mental que se emplea para la elaboración de un producto; es el precio que se paga por emplear los recursos humanos, es la compensación que se paga a los colaboradores por su trabajo relacionado con la parte productiva.

Los costos indirectos de fabricación, según Lambertón y Garza (2016), corresponden a todos los gastos generados en las áreas productivas y de servicio o de apoyo, pero que no tienen relación con los materiales directos, ni con la mano de obra directa.

En las instituciones educativas, el estudiante es el resultado final de la enseñanza, por lo tanto, debe poseer características especiales que se irán adquiriendo a lo largo de su carrera universitaria. Los materiales directos o insumos son los textos impresos o digitales, audiovisuales, videoconferencias, entre otros. Por otro lado, se encuentra la mano de obra, que es representada por los docentes; esto involucra desde su contratación hasta la entrega de la docencia mediante las tutorías. Dentro de los costos indirectos, se clasifican las instalaciones físicas, equipos, servicios públicos, mantenimiento y unidades de apoyo.

Es importante tener clara la diferencia entre costos y gastos. Los primeros se capitalizan durante el proceso de producción y los segundos van al estado de resultados y se aplican directamente en las deducciones o gastos de un periodo determinado.

Según Sáenz (2016), los costos son los esfuerzos económicos direccionados a la producción o comercialización de bienes o a la prestación de servicios, mientras que los gastos están orientados a mantener la administración de las empresas. Por ejemplo, el consumo de energía eléctrica es un costo si se consume en la fabricación de un producto, pero es un gasto si se consume en lo administrativo.

La metodología utilizada para acceder a la información base de esta investigación fue mediante entrevistas formales a personas funcionarias de la UNED involucradas directamente con los datos (Oficina de Presupuesto, Oficina de Control de Presupuesto, Centro de Planificación y Programación Institucional) y mediante el acceso al archivo llamado “Informe de Egresos por Actividad ejecutados” del año 2018, suministrado por la Oficina de Control de Presupuesto de la Vicerrectoría Ejecutiva.

Las consultas realizadas a las diferentes personas especialistas en el tema de presupuesto y planificación se realizaron mediante correo electrónico institucional, el cual tiene carácter oficial. Las preguntas y consultas a cada una de ellas se relacionaron específicamente con el costo por estudiante en la UNED.

Una vez que se tenía claro el panorama de la institución en relación con el tema, se procedió a trabajar con el documento sobre egresos. Para efectos de este artículo, se trabaja bajo el sistema de costeo histórico, mediante el método del prorrateo, que consiste en la distribución proporcional de los costos históricos entre la cantidad de estudiantes matriculados durante el año 2018. Se utiliza para los cálculos el Informe de Egresos por Actividad ejecutados en el año 2018. Actualmente, la contabilización presupuestaria de la institución registra como egresos todas las transacciones generadas durante el periodo, sin ser capitalizados los servicios brindados en el proceso educativo de un estudiante durante su formación, como, por ejemplo, la mano de obra o los materiales directos.

Para obtener los costos por estudiante en la UNED, se clasificó la información del archivo en tres grandes grupos: gastos directos, gastos de mano de obra (docencia) y gastos indirectos. Esto quiere decir que, como costos directos, se agruparon todos los egresos relacionados con la partida #7 “Producción y distribución de materiales”, en donde se encuentra la elaboración y compra libros y la distribución. Para los costos de mano de obra, se agruparon los egresos relacionados con las remuneraciones de la partida #4 “Docencia”, que corresponde a los costos de pago a los docentes que se encuentran directamente relacionada con la formación de los estudiantes en las carreras, excluyendo lo relacionado con el Sistema de Estudios de Posgrado.

Por último, los costos indirectos corresponden a aquellas partidas que no se pueden medir asociadas a unidades de apoyo, servicios públicos y mantenimiento; se agruparon: la partida #3 “Vida estudiantil”, algunas unidades de apoyo de la partida #1 “Dirección superior y planificación”, la partida #2 “Administración General” y la partida #9 “Acuerdo de mejoramiento institucional”. Los costos indirectos relacionados con las instalaciones físicas y equipo se contabilizan aproximándolos por medio de la depreciación de los mismos asignados a cada una de las construcciones.

Para el cálculo del indicador del costo anual por estudiante en la UNED, se utiliza el enfoque macroeconómico. Esto quiere decir que la cifra total de egresos es dividida entre la cantidad de estudiantes físicos matriculados al año. La cifra total de egresos es definida por la selección de las actividades de la universidad, que tienen una relación con el servicio al estudiante y fueron mencionadas en párrafos anteriores. Se excluyen aquellas actividades relacionadas con investigación y extensión que no tienen relación con la formación del estudiante de grado, así como aquellas actividades del Sistema de Estudios de Posgrado.

Una vez que se contó con las cifras globales de estos tres grupos de costos, se sumaron para obtener una cifra total del costo para todos los estudiantes. Esta cifra se dividió por la cantidad de estudiantes reportados en un año específico para obtener el gasto anual por estudiante.

Costo por estudiante=

mano de obra + costos directos + costos indirectos

total de estudiantes

Análisis de resultados

Después seleccionar las instancias consignadas en la estructura presupuestaria de la universidad que tienen una relación directa con la formación del estudiante, se agruparon las cifras relacionadas con la mano de obra, costos directos y costos indirectos para el año 2018.

Los resultados indican que, del presupuesto dirigido a la formación del estudiante, un 46% está asignado al pago de remuneraciones a docentes, un 42% a costos indirectos y un 12% a materiales.

La Tabla 2 muestra la clasificación de los costos por estudiante para el año 2018; los datos fueron obtenidos del Informe de egresos por actividad de la institución suministrados por la Oficina de Control de Presupuesto. Se seleccionaron 99 actividades de un total de 221 que componen el presupuesto de la institución.

Tabla 2 Clasificación de los costos incurridos en la educación del estudiante, 2018 

Total
Mano de obra directa
(remuneraciones en docencia) ₡ 18 387 637 046.05
Materiales directos
(producción de materiales) ₡ 4 726 630 512.85
Costos indirectos
(instancias de apoyo) ₡ 15 473 032 192.33
(resto de costos en docencia) ₡ 1 435 422 615.30
(depreciaciones) ₡ 351 900 502.59
TOTAL ₡ 40 374 622 869.12

Nota. Elaboración propia con datos de UNED (2018c).

Con la información anterior se puede tener una idea del costo global en que incurre la universidad para cumplir su misión de brindar educación a toda la población estudiantil, cifra que supera los 40 mil millones de colones.

Según el Informe de Labores UNED (2018b), esta universidad recibió un total de 48 367.9 millones de colones corrientes por concepto de transferencias públicas. Al dividir el monto global del costo en educación estudiantil para el 2018 entre los ingresos por transferencias públicas, se obtiene que representa un 83% de esas transferencias. Es importante aclarar que estas transferencias públicas están compuestas por el FEES, Fondos del Sistema, Ley 8457, transferencias corrientes de Instituciones Descentralizadas No Empresariales y de Gobiernos Locales.

Tomando como referencia el mismo Informe de Labores de la UNED, se indica que esta institución recibió en el año 2018 un total de 46 068.2 millones de colones por concepto del FEES, cifra que incluye el FEES del periodo y lo correspondiente al Fondo del Sistema. El costo global destinado a la educación estudiantil calculado para ese año representó un 87.6% del FEES total. Las remuneraciones en docencia o mano de obra directa representan un 39.9% del FEES, mientras que los costos indirectos como instancias de apoyo a la docencia, el resto de los costos en docencia y las depreciaciones, representan un 37.5% y, por su parte, los materiales directos son un 10.2% del FEES.

Ahora bien, si se dividen los costos globales en educación estudiantil por la cantidad de estudiantes matriculados (31 734 en el año 2018), se puede tener una idea más cercana al costo por estudiante. Esto quiere decir que la universidad gasta un total de 1 272 283 colones por año en la educación de un estudiante, cifra consistente con el resultado obtenido en el estudio realizado por la Academia de Centroamérica, en el año 2017.

Al realizar una comparación de este monto con el PIB per cápita de Costa Rica, se puede decir que el gasto anual por estudiante de la UNED representa un 18.35% del PIB per cápita.

Es importante resaltar que se debe buscar un punto de equilibrio entre los recursos destinados a la educación de calidad de las personas y los costos incurridos en esta educación. Esto quiere decir que el costo por estudiante no puede bajar de cierto monto, porque provocaría un deterioro de la calidad de la educación.

Conclusiones y recomendaciones

Sin incluir el costo por investigación, extensión, posgrado, entre otros, la universidad utiliza alrededor del 87.3% del FEES total en la formación de las personas matriculadas cada año. Este hallazgo evidencia un buen uso de este recurso transferido a la universidad para la educación superior.

Los esfuerzos realizados por la universidad, en los últimos años, en mejorar la calidad de la educación universitaria como, por ejemplo, la acreditación de las carreras, formación y capacitación del personal docente, actualización de las plataformas de aprendizaje, mejoras en la estructura de los centros universitarios y otros, debe ir de la mano con un aumento en la matrícula de estudiantes, con el propósito de encontrar un punto de equilibrio entre el costo por estudiante y los recursos destinados a su formación.

Por otro lado, la universidad enfrenta un crecimiento del FEES cada vez menor. Entre el 2016-2017 se presentó un crecimiento del FEES asignado a la UNED de un 8.6%, mientras que, entre 2017-2018, el crecimiento experimentado fue de 4.54% (UNED, 2018b). Esta situación compromete los recursos que la universidad destina a la atención de la educación de los estudiantes.

Un dato indispensable para que las autoridades universitarias tomen decisiones en relación con la dinámica de estudiantes matriculados cada año es el costo anual por estudiante. Con esta cifra actualizada cada cierto periodo de tiempo, las autoridades pueden decidir las estrategias a seguir para atraer más estudiantes. Con un aumento significativo en la matrícula de estudiantes, se pueden ofrecer aranceles de matrícula inferiores a los actuales, o se puede aumentar el monto de las becas a los estudiantes, entre otras estrategias. Esta alternativa surge principalmente porque, en los últimos años, la UNED de Costa Rica ha experimentado una baja en la matrícula ordinaria de estudiantes, al pasar de una matrícula anual de 33 034 en el año 2014 a 31 734 en el año 2018. Igual situación se presenta con los estudiantes de nuevo ingreso, los cuales pasan de 10 499 a 9 575 en ese mismo periodo (UNED, 2018b).

Es importante indicar que los resultados de este artículo deben tratarse como aproximaciones; por lo tanto, si se quiere calcular una cifra más cercana a la realidad, la universidad debe dirigir sus esfuerzos en realizar un mejor registro de los costos asociados a la formación de los estudiantes.

Se debe aprovechar el inicio de la implementación de las Normas Internacionales de Contabilidad del Sector Público (NICSP) para determinar el costo por estudiante y monitorearlo año con año. Con un sistema de costos para el proceso educativo no solo se puede analizar el dato global, sino que se pueden analizar otros aspectos de este proceso, como, por ejemplo, los costos por acreditación, costos por carrera, por escuela, por cátedra, por estudiante, entre otros.

Las autoridades universitarias deben considerar los resultados de costos para la toma de decisiones, cuando se plantean metas para aumentar la cobertura geográfica de la educación, la apertura de carreras; también, para planificar un aumento en la matrícula de estudiantes, negociaciones del FEES, entre otras metas.

Como se indicó anteriormente, no se dispone de información por niveles académicos para calcular el costo por estudiante; por ejemplo, a nivel de grado: diplomado, bachillerato o licenciatura, y tampoco a nivel de carreras, por lo tanto, es conveniente que se realicen esfuerzos en esta línea. Con esta información se pueden generar estrategias para mejorar el servicio a los estudiantes y de esta manera cumplir con la misión de la universidad.

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Recibido: 03 de Junio de 2020; Aprobado: 26 de Marzo de 2022

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