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Káñina

versão On-line ISSN 2215-2636versão impressa ISSN 0378-0473

Káñina vol.47 no.1 San Pedro de Montes de Oca Jan./Abr. 2023

http://dx.doi.org/10.15517/rk.v47i1.54192 

Artículo

Carteles preventivos de la salud costarricense más allá de lo verbal: un análisis multimodal

Costa Rican preventive health advertisements beyond the verbal: a multimodal analysis

Marcela González Chacón1 
http://orcid.org/0000-0002-2136-5901

Dr. Adrián Vergara Heidke2 
http://orcid.org/0000-0001-9487-7089

Dra. Lissette Marroquín Velásquez3 
http://orcid.org/0000-0001-5963-9421

1Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. Bachiller en Inglés y tesiaria de la Maestría de Lingüística de la Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: marcela.gonzalezchacon@ucr.ac.cr

2Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. Licenciado en Lingüística y Literatura, Máster en Lingüística de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Doctor en Lingüística en la Universidad de Bremen, Alemania. Docente en la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura e investigador en el Instituto de Investigaciones Lingüísticas de la Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: adrian.vergara@ucr.ac.cr

3Universidad de Costa Rica, San José, Costa Rica. Doctora en Comunicación por la Université de Montréal (Canadá). Investigadora y coordinadora del Programa de Investigación en Procesos de Comunicación y Organización en el Centro de Investigación en Comunicación (CICOM). Correo electrónico: lissette.marroquin@ucr.ac.cr

Resumen

Este artículo muestra el análisis multimodal de 156 carteles preventivos de salud creados por el Ministerio de Salud, la Caja Costarricense del Seguro Social y el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia entre 2014 y 2018 en Costa Rica. La evaluación se realizó con MAXQDA 2020 y consta de la recolección, el análisis del corpus y el procesamiento de los resultados. Los modelos de análisis utilizados fueron las funciones comunicativas presentes en cada cartel, las relaciones entre palabras e imágenes según la propuesta de relaciones lógico-semánticas y estatus del Modelo Análisis de Géneros Multimodales (MAGEM, s.f.), y los procesos narrativos y conceptuales con sus participantes (Kress y van Leeuwen, 2006). El presente estudio permite observar el protagonismo del modo verbal en contraste con el visual en la mayoría de los carteles. Esto se comprueba, primero, con las relaciones entre palabras e imágenes, la mayoría de desigualdad; también con las relaciones lógico-semánticas, siendo las más sobresalientes en las que predomina lo verbal sobre lo visual. En segundo lugar, se comprueba por medio de los procesos dominantes: los narrativos verbales junto con sus participantes. En referencia a funciones comunicativas, la mayoría presenta acciones preventivas ante una enfermedad.

Palabras clave: carteles preventivos; multimodalidad; relaciones palabras e imágenes; procesos narrativos; procesos conceptuales

Abstract

This article shows the multimodal analysis of 156 preventive health posters created by the Ministry of Health, the Costa Rican Social Security and the Institute on Alcoholism and Drug Addiction between 2014 and 2018 in Costa Rica. The evaluation was carried out with MAXQDA 2020 and consisted of collecting, analyzing and processing the corpus. The methods used were the communicative functions of each poster, the relationships between words and images according to the proposal of logical-semantic relationships and status of the Multimodal Genre Analysis Model (MAGEM, n.d.) and the narrative and conceptual processes with their participants (Kress and van Leeuwen, 2006). The study shows the prominence of the verbal mode in contrast to the visual in most posters. This is seen, first, in the relationships between words and images, the majority of which are unequal; also, with the logical-semantic relationships, the most outstanding being those in which the verbal predominates over the visual. Secondly, this is seen also in the dominant processes, the verbal narratives and their participants. In reference to the communicative functions, most of them present preventive actions in the presence of a disease.

Keywords: preventive posters; multimodality; text-image relationships; narrative processes; conceptual processes

1. Introducción

En Costa Rica existe una amplia variedad de instituciones estatales a cargo de la salud, su promoción, prevención e investigación. Es así como la tarea de divulgar información preventiva necesaria para mantener la calidad de la salud de los habitantes recae principalmente en tres de las instituciones más importantes y especializadas en este ámbito: el Ministerio de Salud, el cual funge como ente rector; la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS), institución que brinda servicios integrales de salud a todas las comunidades del país; el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), entidad especializada en el tratamiento de uso y abuso de alcohol y drogas. Estas organizaciones estatales son solamente algunas de las responsables de los altos indicadores de salud costarricense que se ostentan en el país y que han sido reconocidos a nivel internacional (Villegas, 2006). Sin embargo, aun cuando las valoraciones del sistema de salud pública costarricense son positivas, es fundamental que las instituciones a cargo de proveer estos servicios se centren en combatir las enfermedades en las etapas preventivas y no en las fases finales. Lo anterior se debe a que, en primer lugar, es más fácil y asequible apostar por la promoción de la salud para prevenir la enfermedad que tratar la enfermedad misma; en segundo lugar, esto permite contar con mayores recursos para enfocarlos en el tratamiento de enfermedades que no se pueden prevenir (Mainieri-Hidalgo, 2011). En esta búsqueda de balance, se ha concluido que la herramienta más eficaz por medio de la cual se puede mejorar la salud es la educación. Mainieri-Hidalgo (2011) apunta:

Si se acepta la teoría de que la educación es la mejor forma de mejorar la conducta de los individuos y, por ende, la salud en general de la población, lo que sigue es identificar la forma de transmitir la información para que sea oportuna y efectiva. (p.18)

Por consiguiente, Costa Rica ha optado por la educación para la salud a través de campañas preventivas, las cuales han sido desarrolladas primordialmente por las tres instituciones anteriormente mencionadas, cuya finalidad es diseminar mensajes claros para impulsar cambios significativos en los hábitos del público meta de las campañas. Ahora, esta finalidad es muy amplia y compleja, por lo que para alcanzarla de manera exitosa se debe utilizar una gran variedad de recursos, por ejemplo: una planificación adecuada, el uso de herramientas tecnológicas óptimas, la transmisión por medio de los canales correctos, y, especialmente, un diseño y un contenido que facilite la comprensión del mensaje de las campañas. En esta última fase, el análisis multimodal de los textos aporta y permite explorar los carteles, en el caso de este estudio, para obtener una mejor descripción de las relaciones de estatus (Martinec y Salway, 2005) y lógico-semánticas, de acuerdo con el Modelo de Análisis de Géneros Multimodales MAGEM (Castro, Conejo y Molina, s.f.), que se dan entre las imágenes y las palabras; los procesos y los participantes (Kress y van Leeuwen, 2006) que aparecen en los carteles y las funciones que cada texto manifiesta en los diferentes espacios en los que son publicados.

El presente artículo se deriva de una investigación más amplia titulada «Análisis multimodal de campañas preventivas de la salud pública en Costa Rica» y consta de un corpus de 156 carteles digitales seleccionados de la página oficial de Facebook de las instituciones evaluadas en este trabajo. El corpus incluye carteles creados desde el año 2014 hasta el 2018. Para el análisis se utilizó el programa informático MAXQDA versión 2020, el cual permite analizar una amplia variedad de datos como imágenes, páginas web, textos y audios, entre otros, en investigaciones cualitativas, con el fin de procesar y categorizar los carteles seleccionados. El objetivo de este estudio consiste en el análisis de las funciones comunicativas, de las relaciones lógico-semánticas y de estatus, y, por último, de los procesos narrativos y conceptuales con sus respectivos participantes. A esta última parte del análisis se le concede un grado mayor de importancia, por lo que es el apartado en el que se explica con ejemplos específicos los procesos y participantes salientes dentro de los carteles o secciones de ellos.

En cuanto a otras investigaciones desarrolladas que se relacionan con el objeto de estudio del presente artículo, estas están enfocadas, principalmente, en la lectura y la comprensión de textos multimodales y un segmento sustancial se ha desarrollado en los campos de la educación y la salud. Por ejemplo, en educación se ha estudiado la comprensión de las relaciones entre imágenes y palabras en textos multisemióticos1 utilizando como punto de referencia la lingüística sistémico-funcional de Halliday (Daly y Unsworth, 2011). También se ha observado cómo se logra transferir significado por medio de diversos recursos semióticos con el objetivo de promover la alfabetización de contenidos científicos (Alvermann y Wilson, 2011).

En referencia a la salud, algunas investigaciones examinan la combinación del modo verbal con imágenes (Bok, 2008; Oyebode y Unuabonah, 2013). En Costa Rica, específicamente, se desarrolló una investigación con el objetivo de analizar los resultados obtenidos de una campaña de comunicación para la prevención del dengue (Marroquín y Martínez Toledo, 2017). De este trabajo surgió la creación de materiales publicitarios e informativos. Al mismo tiempo, la investigación permitió evaluar la utilización del lenguaje y de los recursos visuales en los materiales. Como resultado, se descubrió que la adecuada combinación de elementos permitió transmitir mensajes directos, los cuales convocaron a la movilización de las comunidades y lograron informar y convencer a sus receptores de llevar a cabo cambios de conducta respecto al dengue. Por su parte, los estudios de Vergara-Heidke y Torres-Calderón (2019a y 2019b) se enfocaron en la representación de la discapacidad en anuncios publicitarios costarricenses desde una perspectiva multimodal, por lo que estos contribuyen a la presente investigación con aspectos metodológicos y con la utilización de categorías teórico-conceptuales.

Finalmente, en América Latina varios autores han estudiado la multimodalidad a partir de diferentes perspectivas que abarcan desde la comprensión de textos multisemióticos escritos y estáticos (con foco adicional en el abordaje del artefacto gráfico) como Parodi y Julio (2017), la comprensión y aprendizaje de textos multimodales a través de un recorrido por varios modelos que abordan la multimodalidad (Gladic Miralles y Cautín-Epifani, 2016), hasta la propuesta de un programa de alfabetización visual crítica de textos multimodales para la enseñanza de lenguas (Farías y Araya, 2014). Todas estas investigaciones, si bien es cierto que abordan temas de multimodalidad, no presentan un foco u objeto de estudio similar al del presente artículo. Por consiguiente, los trabajos aquí mencionados han mostrado la carencia de elementos adicionales, por ejemplo, de índole cultural o social, los cuales son fundamentales para lograr un análisis práctico y crítico en materiales publicitarios; así como la presencia de contradicciones en la combinación de modos visuales y verbales, lo que podría causar que los materiales de las campañas se perciban como ambiguos o confusos por parte de las personas lectoras debido a que no se ajustan a las creencias culturales o sociales de un grupo particular o la combinación de varios modos: así, en vez de transmitir significado, difunden más de un mensaje simultáneamente.

2. Apartado teórico-metodológico

En este apartado se hará una revisión de las teorías que fundamentan esta investigación. En primera instancia, se examinará el sistema de clasificación propuesto por el Modelo de Análisis de Géneros Multimodales (MAGEM) de Castro, Conejo y Molina (s.f.), basado en las propuestas de Martinec y Salway (2005) y Bateman (2008) para el estudio específico, en esta investigación, de las relaciones entre las palabras y las imágenes, en el cual se combinan las relaciones lógico-semánticas y de estatus (Martinec y Salway, 2005). El modelo MAGEM (s.f.) amplía la propuesta de dichos autores en virtud de que toma en consideración no solamente las relaciones entre las palabras y las imágenes, sino que incluye otras dimensiones como relaciones entre palabras y palabras o imagen e imagen, por mencionar solo algunos ejemplos, lo cual resulta valioso para examinar textos multimodales que en sus diferentes segmentos pueden presentar combinaciones variadas de estos modos. Seguidamente, se revisarán algunos conceptos de multimodalidad, a partir de la propuesta de Kress y van Leeuwen (2006) de procesos narrativos y conceptuales con sus respectivos participantes.

Para comenzar, conviene destacar que Kress y van Leeuwen (2006) señalan que el panorama semiótico ha presentado grandes cambios en los últimos sesenta años y que estos cambios se han dado según los grupos sociales y las instituciones de las que han surgido. En virtud de ello, los autores sugieren que la comunicación visual de una sociedad en particular solamente se comprende y construye si se toman en consideración, primero, la variedad de formas de comunicación pública disponible en cada sociedad y, segundo, los usos y valoraciones que se den de esos modos. Bateman (2014) señala que la multimodalidad se entiende como el estudio de varios modos de expresión y sus combinaciones. En condiciones idóneas, indica este autor, el valor de combinar diferentes modos puede ser mayor que la información que se obtiene de utilizar cada modo por separado.

En la parte inicial de esta investigación, se identifican a nivel macrotextual las funciones que los segmentos textuales cumplen dentro del objetivo general de cada cartel. Estas funciones potenciales se establecieron empíricamente a partir del corpus analizado. La primera es la función de presentar acciones preventivas a las personas lectoras de los carteles. En general, estos carteles enuncian acciones que el público meta debe llevar a cabo para protegerse de la enfermedad a tratar. Estas acciones se formulan con imperativos y en algunos casos la imagen incluso muestra específicamente cómo llevar a cabo la acción paso a paso, por ejemplo, cómo lavarse las manos correctamente. La siguiente es la función de presentar los errores comunes que las personas siguen cometiendo o mitos que aún se mantienen entre la población. Por ejemplo, consumir alcohol nos hace personas más expresivas o amistosas o, quienes consumen drogas ilegales son consideradas «malas» personas por los demás. Luego está la función de presentar o aclarar una enfermedad (qué la transmite y qué no). Por ejemplo, en relación con el mosquito Aedes aegypti se presentan las enfermedades que puede transmitir: zika, dengue y chikungunya; en el caso del VIH, se le explica a la población que no se transmite por abrazar o hablar con alguna persona con VIH o con el virus del sida. La cuarta corresponde a la función causal, la cual incluye causas o consecuencias de padecer una enfermedad. Por ejemplo, si una mujer embarazada se contagia de zika esto podría provocar microcefalia en su bebé, o, la exposición al humo del tabaco incrementa el riesgo de que la persona que lo inhala desarrolle asma. Posteriormente, la función de presentar síntomas de una enfermedad o exponer señales claras y presentes de la misma. En el caso del cáncer de mama, se les muestra a las mujeres posibles cambios en la forma de las mamas, tales como protuberancias o erosiones cutáneas, las cuales deben alertarlas para que se revisen con el profesional pertinente lo antes posible. Por último, está la función qué hacer con una enfermedad. Para ilustrar, una persona con alguna adicción a sustancias puede acceder a servicios de valoración para su tratamiento e internamiento posterior en caso de ser necesario. Estas funciones comunicativas están asociadas a la dimensión (metafunción) interpersonal, dado que establece una relación entre los contenidos y (re)acciones de las personas destinatarias.2

El siguiente paso de este estudio es examinar las relaciones existentes entre las palabras y las imágenes. El primer objetivo es analizar las relaciones lógico-semánticas, para lo cual se utiliza el sistema de clasificación MAGEM (Castro, Conejo y Molina, s.f.), el cual es una reelaboración de las propuestas de Martinec y Salway (2005) y Bateman (2008). A continuación, se presentan las categorías y subcategorías propuestas por este modelo.

La primera categoría es la de elaboración, en la cual uno de los elementos desarrolla el significado de otro elemento, posee cuatro subcategorías: explicación (un elemento desarrolla o explica el significado de otro elemento); coocurrencia (los elementos presentan el mismo contenido; son equivalentes); ejemplificación (un elemento presenta el contenido de otro elemento de forma parcial; no existe equivalencia entre ambos); reformulación (los elementos muestran el mismo contenido por medio de los mismos recursos semióticos; hay equivalencia entre ambos). La siguiente categoría es la adición; esto es cuando un elemento añade información al mismo nivel que otro elemento. La tercera categoría es la causal; en este caso, un elemento califica a otro por medio de una relación de causalidad. La siguiente es la relación de contraste; aquí los elementos se oponen, se contradicen o contrastan entre ellos. Después se encuentra la relación condicional, en la que se precisa de un elemento para que el otro se dé. Luego, se encuentran las relaciones temporales y espaciales, en las que los elementos se relacionan temporalmente o señalan ubicación espacial respectivamente. Por último, la relación de proyección presenta elementos que apuntan acontecimientos representados como locuciones (verbales) o pensamientos (ideas).

El siguiente objetivo es examinar las relaciones de estatus también planteadas por Martinec y Salway (2005), las cuales presentan solamente dos divisiones: igualdad o desigualdad entre las palabras y las imágenes. Los autores caracterizan las relaciones de igualdad como independientes o complementarias. Las primeras son un ejemplo de cuando las palabras y las imágenes se presentan en igualdad de condiciones y no se modifican entre ellas, es decir, la información que presentan se muestra de forma paralela. La segunda categoría es cuando lo visual y lo verbal se combinan de igual forma en un mismo plano y, a la vez, se modifican entre sí formando una unidad mayor. Por el contrario, los autores señalan que las relaciones desiguales son aquellas en las que uno de los modos (visual o verbal) modifica al otro. En esta última categoría las dos divisiones son: la verbal se subordina a la imagen o la imagen se subordina a lo verbal (Martinec y Salway, 2005).

Para terminar, una porción del análisis multimodal realizado parte de la propuesta de procesos narrativos y procesos conceptuales, creada por Kress y van Leeuwen (2006). Los procesos narrativos son aquellos que se encuentran ligados a estructuras visuales de representación, las cuales incluyen participantes (activos o pasivos dentro de un proceso activo) y vectores (elemento representado por una flecha o diagonal) que permiten que los participantes se conecten entre sí. Estos participantes se unen en una relación en la que hacen algo por ellos mismos o entre ellos mismos (transacción bidireccional). Por su parte, los participantes que resultan de estos procesos son: actor, vector, goal (meta), reacter o senser (experimentador), fenómeno, speaker (hablante), utterance (declaración), relay (transmisor), locativo (marco o escenario), means (medios o recursos) y acompañamiento. En contraste, las representaciones conceptuales incorporan participantes en relación con su esencia, clase, estructura o significado y los participantes que las conforman son: subordinado, superordinado, un todo o portador, una parte o atributo, atributo posesivo, atributo simbólico y simbólico sugestivo. Los diferentes procesos y participantes se explican más detalladamente en el apartado de resultados; no obstante, se presentan a continuación en la Tabla 1.

Tabla 1 Procesos y participantes 

Subcategorías Participantes
Representaciones narrativas
narrativos - acción - reacción - mentales - verbales - conversión - circunstancias - actor - vector - goal (meta) - reacter - fenómeno - fenómeno - experimentador (senser o reacter) - fenómeno - hablante (speaker) - declaración (utterance) - transmisor (relay) - marco (locativo) - medios (means) - acompañamiento
Representaciones conceptuales
clasificatorios - superordinado - subordinado
analíticos - no estructurados - temporales - exhaustivo (espacial) - precisión topológica - abstracción - un todo (portador) - una parte (atributo) - línea de tiempo (eventos) - un todo (portador)- una parte (atributo) - un todo (portador) - una parte (atributo) - participantes pueden ser concretos (en procesos analíticos)
simbólicos - atributivo - un todo (portador) - una parte (atributo)

Fuente: Kress y van Leeuwen (2006).

Esta investigación comprende un estudio descriptivo de corpus sobre características textuales e interrelaciones semióticas en textos multimodales de campañas preventivas. Para esto se recolectó un corpus de carteles digitales de tres de las instituciones costarricenses especializadas en la salud y clave en su prevención y cuidado: el Ministerio de Salud (MS), la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) y el Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia. El corpus fue recopilado de la página oficial de Facebook o Twitter de las entidades observadas.3 El periodo revisado va desde el año 2014 hasta el 2018, lo cual constituye una decisión metodológica basada en los años de desarrollo de esta investigación y en la necesidad de delimitar los resultados obtenidos. Por último, cabe resaltar que el único criterio de exclusión es que los carteles contengan imágenes en movimiento (producto audiovisual).

Tabla 2 Cantidad de carteles por institución 

Ministerio de Salud (MS) 59 carteles
Instituto sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA) 55 carteles
Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) 30 carteles
CCSS y MS (diseño conjunto) 12 carteles

Fuente: elaboración propia.

Una vez recolectado el corpus, se etiquetó con el programa informático MAXQDA 2020 las siguientes categorías de análisis: 1) funciones con sus categorías y subcategorías; 2) relaciones lógico-semánticas; 3) relaciones de estatus entre lo verbal y lo visual; 4) procesos narrativos y conceptuales. Para establecer las diferentes categorías, el primer paso fue identificar los recursos semióticos más salientes para lo cual se valoraron los siguientes criterios: 1) tamaño de los recursos presentes; 2) cantidad de espacio que ocupan los recursos dentro del cartel; 3) si están delimitados visualmente (por medio de líneas, diferentes colores en un mismo plano y flechas, por ejemplo), y 4) su ubicación dentro de los carteles (mayor saliencia generalmente en el centro del cartel). Posteriormente, se procedió a determinar las funciones comunicativas, las relaciones lógico-semánticas y de estatus y los procesos dentro de cada cartel. Luego, se definió el análisis de contenido dentro del segmento más prominente por medio de las explicaturas e implicaturas visuales y verbales, como las denomina Yus (2019). Este autor sugiere que de la misma manera en que existen las interpretaciones explícitas (explicaturas) y las interpretaciones implícitas (implicaturas) de un enunciado verbal, el contenido visual también da lugar a interpretaciones explícitas e implícitas llamadas explicaturas e implicaturas visuales. Asimismo, el autor refiere que la explicatura visual es fácil de procesar debido a que la persona lectora solamente debe identificar la información visual dentro de una imagen y de inmediato relacionarla con el referente mental más adecuado. Por el contrario, la implicatura visual es completamente inferencial y se entiende solamente con la ayuda del contexto (Yus, traducción propia, 2019, p.2).

Posteriormente, se identificaron las funciones comunicativas presentes. En esta parte del análisis se determinó que las mismas no son excluyentes entre sí, es decir, un mismo segmento puede tener más de una función; no obstante, se describe solamente la función dominante. Luego, dentro de cada cartel se identificaron las relaciones lógico-semánticas entre lo verbal y lo visual y después se procedió a establecer las relaciones de estatus presentes también entre lo visual y lo verbal. Para alcanzar este objetivo, se tomó como referencia el contenido verbal, dado que a partir del análisis parece ser el transmisor de significado. Con este fin, se analizaron las explicaturas visuales y verbales de forma independiente y, como resultado, si una de las dos es la que porta la mayor carga semántica dentro del contenido semántico del texto, esa será considerada la dominante. Para terminar, se marcaron los procesos narrativos y conceptuales presentes en los carteles y los participantes correspondientes a cada uno de ellos. Esta sección es en la que se presentan resultados conjuntamente con ejemplos ilustrativos.

3. Recuento de datos

En este apartado se muestran los resultados de la frecuencia absoluta de aparición obtenidos en cada etapa de observación. Primero se presentan las funciones comunicativas. Seguidamente, se presentan las relaciones lógico-semánticas y de estatus. Por último, se muestran los procesos con sus participantes correspondientes. La caracterización cuantitativa permite identificar los patrones más frecuentes en los carteles de campañas preventivas de la salud. Estos datos son insumos fundamentales para la investigación experimental sobre el procesamiento y la comprensión, es decir, la efectividad, de estos textos.

3.1 Funciones comunicativas

En primera instancia, los carteles evaluados se clasificaron de acuerdo con la función comunicativa. En 72 carteles (46,1%), la función comunicativa es la de presentar acciones preventivas al público meta, lo cual rectifica el fin específico de las instituciones creadoras de los carteles: la prevención de una enfermedad en particular. Le sigue la función causal, la cual se exhibe en 29 carteles (18,6%). Luego aparece la función de presentar errores comunes al ignorar o enfrentar una enfermedad o padecimiento, con un total de 27 carteles (17,3%). La función de definir o explicar una enfermedad aparece en 20 carteles (12,8%). Las últimas dos funciones comunicativas son las de presentar los síntomas de una enfermedad, lo que equivale a 5 carteles (3,2%), y la de presentar qué hacer con una enfermedad, con solamente 3 carteles (1,9%).

Tabla 3 Funciones comunicativas 

Cantidad de carteles
Función presentar acciones preventivas 72
Función causal (causas o consecuencias) 29
Función presentar errores comunes 27
Función definir/explicar enfermedad 20
Función presentar síntomas 5
Función qué hacer con una enfermedad 3

Fuente: elaboración propia.

3.2 Relaciones lógico-semánticas y de estatus

El siguiente aspecto del análisis des sobre las relaciones entre lo verbal y lo visual. Con este fin se examinan, en primera instancia, las relaciones lógico-semánticas y, luego, las de estatus. En el presente corpus, las relaciones más frecuentes entre lo verbal y lo visual son las de elaboración (110 carteles), es decir, cuando uno de los elementos desarrolla o extiende el significado del otro. Este grupo, el cual representa el 70,5% de los carteles analizados, está constituido como se muestra en la Tabla 4.

Tabla 4 Relaciones entre lo verbal y lo visual (parte 1) 

Relaciones lógico-semánticas Relaciones de estatus
Elaboración Cantidad de carteles Estatus Cantidad de carteles
coocurrencia 5 desigualdad igualdad 1 (imagen subordinada a lo verbal) 2 (complementaria) 2 (independiente)
ejemplificación 45 desigualdad igualdad 42 (imagen subordinada a lo verbal) 2 (complementaria) 1 (independiente)
explicación 59 desigualdad igualdad 40 (imagen subordinada a lo verbal) 2 (verbal subordinado a imagen) 17 (complementaria)
reformulación 1 igualdad 1 (complementaria)

Fuente: elaboración propia.

Los resultados de la Tabla 4 confirman que la interacción entre las imágenes y las palabras es en la mayoría de los casos desigual (85 carteles); esto es, la imagen se encuentra subordinada al elemento verbal. De esta manera, las imágenes se siguen utilizando como un elemento secundario que explica lo dicho (59 carteles), lo ejemplifica (45 carteles), lo representa de nuevo, pero de forma gráfica (5 carteles) o lo reformula (1 cartel). Como resultado, el elemento verbal en los carteles funciona y expresa lo que se desea comunicar. Por su parte, si las imágenes de esos mismos 85 carteles se quisieran mostrar solas, es decir, sin el elemento verbal, no funcionarían por sí mismas. Asimismo, aun en las relaciones de igualdad (25 carteles), solo tres de ellas son independientes, el resto se relaciona de forma complementaria, lo que significa que ambos elementos, a pesar de relacionarse en un mismo plano, necesitan uno del otro, pues no trabajan de forma independiente.

En virtud de lo anterior, solo con llevar a cabo el análisis de las relaciones lógico-semánticas de elaboración, se observa que el modo verbal o escrito sigue siendo predominante en los carteles multimodales y que esto sucede en un porcentaje muy elevado del total estudiado (98%). De igual modo, esto coincide con lo que se observará en el análisis de los procesos: los procesos narrativos verbales son los más utilizados por las personas creadoras de los carteles que componen el corpus de esta investigación.

Las siguientes relaciones por evaluar son las condicionales, presentes en 16 carteles (10,2%) y se caracterizan porque uno de los elementos debe ser una condición para que el otro elemento se lleve a cabo. En lo que respecta al estatus, se dan relaciones de igualdad (en un mismo plano y sin modificarse mutuamente) en 13 carteles y de desigualdad solamente en 3 carteles. A continuación, aparecen las relaciones causales en 12 carteles (7,6%), con la siguiente distribución de relaciones de estatus. Por un lado, 10 carteles exhiben desigualdad; en todos ellos la imagen está subordinada a lo verbal. Por el otro lado, solamente 2 carteles presentan una relación de igualdad y es complementaria en ambos. El cuarto grupo es el de las relaciones de adición, con 12 carteles (7,6%); en este caso, un elemento añade información en el mismo nivel que otro elemento. La distribución de las relaciones de estatus corresponde a 9 carteles, en los cuales se muestra una relación de desigualdad (solamente en uno de ellos lo verbal se subordina a la imagen, en el resto se da el caso opuesto). La relación de igualdad sucede en 3 carteles, 2 de ellos en relación independiente y 1 en relación complementaria.

Las últimas relaciones lógico-semánticas que aparecen en el corpus son de proyección (5 carteles) y de contraste (1 cartel). En el primer grupo, todos los ejemplos son de proyección verbal, es decir, carteles en los que se utilizan recursos verbales para proyectar lo dicho. Adicionalmente, en 4 de estos aparece una relación de desigualdad (imagen se subordina a lo verbal) y solamente en 1 cartel se evidencia una relación de igualdad complementaria. Respecto a la relación de contraste, cuyo nombre explica que un elemento aparece en oposición a otro, se da además una relación de igualdad complementaria entre lo visual y lo verbal.

Tabla 5 Relaciones entre lo verbal y lo visual (parte 2) 

Relaciones lógico-semánticas Relaciones de estatus
Cantidad de carteles Cantidad de carteles
condicional 16 desigualdad igualdad 3 (imagen subordinada a lo verbal) 1 (complementaria) 12 (independiente)
causal 12 Desigualdad igualdad 10 (imagen subordinada a lo verbal) 2 (complementaria)
adición 12 Desigualdad igualdad 8 (imagen subordinada a lo verbal) 1 (verbal subordinado a imagen) 1 (complementaria) 2 (independiente)
proyección (verbal) 5 igualdad desigualdad 1 (complementaria) 4 (imagen subordinada a lo verbal)
contraste 1 igualdad 1 (complementaria)

Fuente: elaboración propia.

En definitiva, las relaciones de estatus que sobresalen en los carteles aquí analizados son de desigualdad; de un total de 111 carteles, en 108 de ellos la imagen se presenta como un elemento subordinado a lo verbal. Esto significa que en solamente 3 casos se podría exhibir la imagen, sin ningún tipo de texto escrito, y lograría expresar significado por sí misma. Lo anterior indica que las personas creadoras de los textos multimodales debieron optar por decidir cuál de los dos elementos (la imagen o las palabras) es el predominante en el cartel y la decisión: en casi la totalidad de los casos observados, se le dio un papel predominante a lo verbal y se restó importancia a lo visual.

En lo que se refiere a las relaciones de igualdad, el corpus presenta 28 carteles con igualdad complementaria y 17 con igualdad independiente. Este tipo de relaciones, en general, le otorga de antemano a ambos modos un papel de importancia en el que cada uno de ellos contribuye de igual forma a la creación de significado. Sin embargo, aun en estos casos, son menos las instancias en las que la imagen se utiliza para representar o contribuir, de forma aislada, con el significado global de una representación y es mayor la cantidad de casos en la que los carteles presentan un elemento verbal relevante, el cual se complementa con un elemento visual de igual calibre para la transmisión de significado.

3.3 Procesos narrativos y conceptuales

En esta última sección se señalan los procesos y sus respectivos participantes. En primera instancia, el tipo de proceso más recurrente es el narrativo verbal, el cual es el dominante en 54 de los carteles observados (34,6%). En este tipo de proceso, los participantes son un hablante (quien produce un enunciado), el cual aparece en 15 carteles, y un enunciado (lo dicho), presente en 39. La cantidad de enunciados es mayor que los hablantes debido a que en algunos casos el hablante no se muestra en el cartel. El siguiente puesto lo ocupan los procesos de acción con 48 carteles (30,7%). La distribución de sus participantes es la siguiente: el actor (quien lleva a cabo una acción, de quien parte un vector), encontrado en 34 carteles; la meta (a quien se realiza o dirige una acción), presente en 11 carteles, y las circunstancias (participantes que se pueden eliminar sin que la proposición principal se vea afectada), en 3 carteles. Finalmente, el proceso de acción transaccional equivale a 4 carteles (2,5%) y presenta solamente un participante, un interactor, el cual aparece en todos los carteles de esta categoría y es el participante que posee un doble papel: el de actor y de meta; es decir, un vector puede originarse desde el interactor o ir dirigido hacia él.

En lo que respecta a las representaciones conceptuales, iniciaremos con los procesos simbólicos, los cuales encarnan lo que un participante es o significa. Este grupo presenta subdivisiones. La primera es la del proceso simbólico general, con 17 carteles (10,8%). Los participantes en esta categoría son: portador simbólico (participante quien representa un «todo» o portador), con 9 carteles; portador topológico (participante que se representa con precisión, pero no a escala), con 4 carteles; atributo simbólico (participante que representa una cualidad de un «todo» de manera simbólica), con 3 carteles, y, con solo atributo posesivo (participante que muestra una parte de un «todo»), con solo 1 cartel. La segunda subdivisión está constituida por los procesos simbólicos de tipo atributivo, con 13 carteles (8,3%); este grupo cuenta con atributos simbólicos (9 carteles) y portador simbólico (4 carteles) y ambos funcionan como participantes. Por último, sobresalen los procesos simbólico-sugerentes, los cuales solo aparecen en 3 de los carteles (1,9%) y su único participante es el portador simbólico sugerente (participante que representa la esencia generalizada de un «todo»; es decir, la identidad o una característica del «todo» mismo), con solo 3 carteles.

Observaremos ahora los procesos analíticos. En primera instancia, el grupo analítico de precisión topográfica está compuesto por 9 carteles (5,7%); el único participante aquí es el atributo posesivo topográfico (participante que es representado a escala), con 8 carteles. Posteriormente, está el proceso de precisión topológica, el cual equivale a 4 carteles (2,5%). En ellos aparecen como participantes un portador topológico (1 cartel) y atributos posesivos topológicos (participante no representado a escala, pero sí de forma precisa), con 3 carteles.

La diferencia entre estos dos procesos analíticos tiene que ver con las dimensiones de los participantes. En el analítico topográfico se representan de forma precisa la ubicación y las relaciones espaciales de los atributos posesivos (la parte). Contrariamente, en el proceso analítico topológico se hace una representación real de las relaciones que conectan a los participantes, pero no se presentan ni en su tamaño correcto, ni se colocan en las distancias correctas entre ellos, es decir, están expresados a escala. En último lugar, se encuentran los procesos de reacción, con 2 carteles (1,28%). En estos aparece un fenómeno (participante hacia el cual el reacter está dirigiendo su mirada), con 1 cartel, y un experimentador o reacter (participante quien dirige su mirada hacia algo humano o con características humanas), en el otro cartel.

Para finalizar, tomando en cuenta los números anteriormente descritos, es evidente que varios procesos presentan más de un participante al mismo tiempo. Esto se debe a que el tipo de proceso lo requiere, por ejemplo, un actor y una meta, un hablante y un enunciado, un portador simbólico y sus atributos simbólicos; todas estas son instancias en las que los participantes tienen un carácter de importancia similar en cuanto a representar sus funciones dentro del proceso.

4. Ejemplificación de procesos y relaciones lógico-semánticas

En este apartado se desarrollan con ejemplos los resultados mencionados anteriormente. En primera instancia conviene subrayar que una de las metafunciones de las estructuras visuales, según Kress y van Leeuwen (2006), es dar cuenta de las diferentes formas de representar el mundo; así, se le denomina metafunción ideacional. Esto quiere decir que un sistema semiótico debe poseer la habilidad de representar aspectos de nuestro entorno y cómo los experimentamos los seres humanos.

En relación con los participantes asociados a un acto semiótico, estos se dividen en dos tipos: interactivos y representados. El primer tipo está constituido por participantes en un acto comunicativo, los cuales llevan a cabo una acción: leen, escriben o hablan, por ejemplo. Por el contrario, los participantes representados son aquellos que representan el tema de lo comunicado; a saber, personas, lugares y objetos de los cuales estamos hablando, escribiendo o escuchando (Kress y van Leeuwen, 2006).

Establecido lo anterior, iniciaremos con los procesos narrativos verbales, considerando que representan el proceso con mayor número de apariciones dentro del corpus. Estos procesos se establecen, en la mayoría de los casos, por medio de un vector que los caracteriza: las nubes o globos de diálogo. Este vector conecta directamente al hablante con el enunciado, lo cual se considera como una transacción dentro del proceso. El contenido del enunciado representa una forma del hablante de proyectar lo que sabe, entiende o recomienda. Como resultado, en 54 de los carteles con procesos verbales, 15 presentan a un hablante y su enunciado, mientras que en 39 carteles solo se observa un enunciado. La intención de las instituciones que crearon estos carteles es la de proyectar hacia su público meta un mensaje relacionado con la prevención de una enfermedad específica.

En los casos en los que aparece un hablante, es posible ver a un personaje conocido o a una figura de autoridad relacionada con el tema, quien hace una recomendación o invitación a iniciar un hábito en pro de la salud, o, más bien, a hacer un cambio en un hábito ya existente. Tomemos como ejemplo las siguientes imágenes; en ellas aparecen dos figuras reconocidas del deporte costarricense: el ciclista Andrey Amador y la boxeadora Hannah Gabriels (Figura 1).

Figura 1 Fuente: IAFA (2015a y 2015b). 

Estas personalidades nacionales transmiten un mensaje a las personas lectoras de los carteles, en cuanto a la prevención del consumo de alcohol, por medio de una demanda: respetar y defender su vida y la de los demás, incluso cuando en ambos textos no aparezcan globos de diálogo. De acuerdo con Kress y van Leeuwen (2006), esta fotografía de la demanda o demand picture se lleva a cabo por medio de la mirada directa de ambos personajes al público y es utilizada con frecuencia en publicidad. La demanda será exitosa si los participantes representados captan la atención del público meta y le hacen sentirse involucrado de tal forma que lleve a cabo cambios en su conducta. Lo anterior requiere que se establezca una conexión entre estos modelos (a quienes podemos escuchar y seguir su ejemplo) y los y las receptoras del mensaje. Conviene subrayar que la posición y tamaño de las fotografías, además del título de ambos carteles fueron los segmentos tomados en cuenta para el análisis de estos textos, en primera instancia. El siguiente segmento significativo que se tomó en cuenta fue la frase «CERO ALCOHOL al volante», en la cual, además de utilizarse letras mayúsculas para las palabras más significativas, se utilizan dos íconos como parte de la palabra cero que representan el deporte que cada una de las personalidades practica.

Por otro lado, en los carteles en los que solamente aparecen los enunciados se puede deducir que es la institución a cargo del material la que está emitiendo el enunciado desde su rol de figura de autoridad. Veamos a continuación un ejemplo de esta instancia. Este cartel (Figura 2) corresponde a una campaña del Ministerio de Salud en conjunto con el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE).

Figura 2 Fuente: MS (2014a)

Este cartel puede interpretarse como un llamado por parte de las instituciones creadoras, el Ministerio de Salud y el ICE, pues son ellas las que están llevando a cabo el enunciado «Mi Comunidad SIN Dengue». Cada vector (triángulo azul, amarillo, verde), conecta los diferentes segmentos del mensaje y del propio cartel. Como resultado, se analizó todo el cartel en conjunto, tomando inicialmente el título por su prominencia, en particular de la palabra sin, en la cual se usa el color rojo y aparecen todas las letras en mayúscula para darle más saliencia. Luego, se prosiguió con la combinación de elementos visuales (representación de la comunidad y de posibles desechos) y de elementos verbales. Estos últimos constituyen un llamado explícito a llevar a cabo acciones por medio de imperativos («lleve», «déjelas» y «Actuemos juntos YA!»), sumados a una explicación de los pasos a seguir para que las comunidades prevengan posibles criaderos del dengue en materiales desechados al aire libre. El participante relevante en este cartel es el propio enunciado, es decir, el contenido que se le desea proyectar al público meta de la campaña.

El siguiente proceso por discutir es el narrativo de acción, el cual está presente en 48 de los carteles. En los procesos de acción los dos participantes principales son habitualmente: un actor (34 carteles) y una meta (11 carteles). Ambos participantes están conectados por medio de un vector, el cual proviene del actor, es decir, uno de los participantes hace algo a o para otro participante. En los procesos de acción que se representan por medio de imágenes, el actor es casi siempre el elemento que sobresale por su tamaño, color, por la posición en la imagen o por el foco que se le asigna. El actor, en este caso el participante interactivo, realiza una acción, la cual se pretende que el público meta repita. Con ese fin, en muchos de los carteles se muestran las acciones por medio de una imagen y, al mismo tiempo, se le invita o demanda de forma verbal a la persona lectora a que lleve a cabo la acción. A continuación, se muestran algunos ejemplos de procesos de acción (Figura 3). En ambos casos aparece un actor con su meta y ambos se representan tanto de forma visual como verbal. El vector, en ambos carteles, está representado por el propio cuerpo, específicamente, las extremidades (Kress y van Leeuwen, 2006). Los brazos son la línea que conecta al actor con su meta. Las formas verbales, por su parte, utilizan conjuntamente verbos imperativos como «limpiarlos», «taparlos», «lave», «Actuemos Juntos YA!, lo cual reafirma la demanda por parte de la institución creadora del cartel y enfatiza la importancia de la meta en este tipo de procesos. Los actores son de alguna manera cuasi anónimos, debido a que son representados por medio de un dibujo o por fotos de solo partes de su cuerpo (brazos y manos), lo que sugiere una invitación sin distinción a todas las personas de la comunidad para que ejecuten las acciones preventivas necesarias. Adicionalmente, en el título de la campaña del primer cartel («Mi Comunidad SIN dengue») se le da un énfasis aun mayor a la palabra «sin» como se mencionó previamente; esto con la intención de invitar de igual modo a la comunidad a mantener sus espacios libres de criaderos del mosquito del dengue. Esta frase, que es uno de los elementos prominentes, es complementada por medio de la acción que se exhibe en la imagen, otro elemento destacado en el cartel.

Figura 3 Fuente: MS (2014b y 2014c). 

Existen también los procesos de acción no transaccionales; esto es, con un solo participante: un actor o una meta. Por una parte, la acción se lleva a cabo sin intentar obtener o alcanzar una meta o sin que esté dirigida a algo o a alguien. En virtud de ello, Kress y van Leeuwen (2006) comparan este proceso con un verbo intransitivo, en vista de que este no necesita un objeto, así como la acción no precisa de una meta. De igual manera, la meta puede observarse sin su actor, solamente señalada por un vector. Este participante es el que recibe la acción sin que sea relevante quién la está realizando; a este caso particular se le denomina evento (Figura 4). Kress y van Leeuwen definen evento como algo que le sucede a alguien, pero no podemos ver quién o qué está haciendo que le suceda. Veamos un ejemplo a continuación. El mosquito dentro de la mira es la meta, es decir, el elemento que debe ser eliminado y acabado (acciones) y no se muestra por quién, no hay un actor a cargo de la acción, por lo que se convierte en una acción no transaccional.

Figura 4 Fuente: CCSS (2016a)

Por otra parte, los procesos simbólicos aparecen en 29 carteles del corpus. No obstante, es importante mencionar que estos procesos se dividen en dos grupos: simbólico atributivo (27 carteles) y simbólico sugerente (2 carteles). En este tipo de procesos, los participantes son relevantes por lo que son o significan, no por la historia que narran o la acción que ejecutan. Asimismo, pueden ser representados en su totalidad (portador) o solamente una parte (atributo). Como resultado, el proceso simbólico atributivo se compone de estos dos participantes: un portador simbólico y un atributo simbólico. Por su parte, el proceso simbólico sugerente está constituido solamente por un portador simbólico sugerente cuyo significado simbólico se manifiesta por medio de factores como su prominencia, una mejor iluminación o un mayor enfoque en detalles de su forma.

Para comprender mejor, observemos los siguientes carteles (Figura 5). Ambos exhiben un portador, el cual está compuesto de una serie de partes: cuerpo humano junto con una parte(s) o atributo(s) simbólico(s): cérvix, piel, músculo, o articulaciones. Este último participante muestra el significado o la identidad de una parte del portador simbólico por sí mismo.

Figura 5 Fuente: CCSS (2014a y 2014b).  

Para terminar con la sección de procesos simbólicos, cabe destacar que los portadores simbólicos solamente se exhiben, es decir, no llevan a cabo ninguna acción; la intención es presentarlos como una imagen o ejemplo para que sean vistos por las personas lectoras y se interpreten de acuerdo con lo que significan o de acuerdo con su esencia (Kress y van Leeuwen, 2006).

En otro orden de cosas, los procesos analíticos, al igual que el grupo anterior, presentan subgrupos; no obstante, para propósitos de esta investigación, mencionaremos solamente los presentes en los carteles examinados. El primer subgrupo lo constituyen los procesos de precisión topográfica (9 carteles), los cuales se entienden como aquellos en los que los elementos analíticos representan relaciones físico-espaciales y la ubicación aproximada de sus atributos posesivos. Esta categoría analítica procura representar un concepto a escala y lo más cercano a la realidad en lo que se refiera al espacio entre los participantes. El otro subgrupo, el de precisión topológica (8 carteles), se enfoca en representar las conexiones lógicas entre los participantes sin tomar en cuenta sus dimensiones o las relaciones espaciales entre ellos (Kress y van Leeuwen, 2006). A continuación, mostramos un ejemplo de cada uno de ellos; en los dos casos se analizaron solamente los segmentos visuales considerando que son estos los más sobresalientes y representativos de los procesos y actores aquí observados (Figura 6).

Figura 6 Fuente: MS (2018); IAFA (2016a)

En el primer cartel, el proceso de precisión topológica representa un portador y sus atributos posesivos. En el primer ejemplo, las partes del cuerpo pueden mostrar síntomas de dengue, zika o chikungunya y se amplían para facilitarle la lectura y claridad a la persona lectora. El foco en este cartel son las relaciones lógicas entre los atributos y el cuerpo humano que los posee. Por el contrario, en el segundo cartel, podemos observar el atributo, a escala y en la distancia precisa, de este taxi: la distintiva caja amarilla que se coloca en el techo. Aquí, el foco es el atributo y su contenido verbal: «#Ceroalcoholalvolante». Este participante transmite significado por sí mismo, sin que sea necesario mostrar al todo. Por lo tanto, le corresponde al lector descifrar el significado con la información proporcionada en el material. Este tipo de procesos es de los menos comunes y, además, es el que tiene menor número de apariciones en el corpus. Esto puede deberse a que los procesos analíticos exigen un mayor tiempo de lectura, y, paralelamente, cierto nivel de conocimiento de mundo, con el fin de que el mensaje se procese de forma exitosa. Asimismo, la intención de los creadores de los carteles preventivos es llamar la atención del mayor número de lectores meta posible. Con ese fin, el mensaje debe ser directo, conciso y claro.

Establecido lo anterior, los procesos analíticos pueden no ser ideales para este tipo de material multimodal. Esto se debe a que estos carteles se diseñan pensados en un tiempo de lectura muy reducido, sea los segundos que se dura en pasar al frente de alguno pegado en un centro de salud o los mismos segundos utilizados cuando se recorren con la vista la página web o las redes sociales de la institución que los creó.

Para terminar, nos referiremos al proceso con menos apariciones (2 carteles): los procesos de reacción. En ambos aparece un experimentador. Este proceso se evidencia por medio de un vector marcado por la dirección de la mirada o ángulo del cuerpo del experimentador (reacter). Este experimentador dirige la mirada hacia algo o alguien y posee características específicas, por ejemplo, ojos visibles y expresiones faciales, los cuales permiten mostrar su reacción ante lo que está experimentando u observando. Por otro lado, lo observado, ese algo o alguien, se considera otro participante y se le denomina fenómeno (no presente en estos ejemplos).

Figura 7 Fuente: IAFA (2016b y 2016c).  

Ahora bien, los carteles aquí evaluados casi no utilizan este tipo de proceso. Esto se puede interpretar como una situación de tiempo de lectura limitado, como en los procesos analíticos, o como resultado de especular si resulta más efectivo hacerle una demanda directa al lector meta, en vez de buscar que empatice con un mensaje con el que en muchos de los casos no se sentirá identificado o no entenderá.

El siguiente aspecto trata de ejemplificar las relaciones entre lo verbal y lo visual y cómo estas dan una perspectiva más amplia del contenido de los carteles. Las relaciones lógico-semánticas demuestran la relación de ambos modos desde una dimensión lógica. La propuesta del modelo MAGEM (Castro, Conejo y Molina, s.f.) permite, por un lado, que cada combinación posible entre lo verbal y lo visual tenga un lugar claro dentro de su clasificación y esto se traduzca en un mayor grado de comprensión. Por otro lado, los autores aspiran a que su clasificación sea tan delimitada y precisa que dé paso a un análisis lo más fiable posible en las relaciones entre las palabras y las imágenes, según Bateman (2014), en referencia a la propuesta de Martinec y Salway (2005).

La primera relación por evaluar con mayor número de carteles es la de elaboración (111 carteles) y su distribución es la siguiente. En primer lugar, resaltan las relaciones de explicación (59 carteles), las cuales muestran una imagen y palabras con el mismo grado de generalidad, en las que uno de los elementos amplía el significado del otro mediante una explicación más precisa o más especializada. Le siguen las relaciones de ejemplificación (45 carteles), en las cuales lo verbal es menos específico que lo visual o viceversa; en ambos casos, uno de los elementos representa, por ejemplo, un proceso descrito por medio del otro elemento. La siguiente relación es la de coocurrencia (5 carteles); en esta categoría, los elementos son equivalentes entre sí, por lo que ambos revelan el mismo contenido. Por último, el corpus presenta solamente un cartel con la relación de reformulación, en la cual ambos elementos son equivalentes entre sí y exhiben el mismo contenido al mismo nivel.

Los carteles que se presentan a continuación (Figura 8) muestran un ejemplo de explicación (izquierda) y de ejemplificación (derecha). En el primero se aprecia cómo lo verbal amplía con mayor precisión cada uno de los movimientos necesarios para un adecuado lavado de manos. Por su parte, el segundo cartel muestra una imagen que ejemplifica lo que las palabras expresan; de forma más general, le está preguntando a la persona lectora y le da una idea de los posibles lugares en los que puede encontrar bacterias o virus.

Figura 8 Fuente: CCSS (2016b); MS (2016a)

La siguiente categoría con mayor cantidad de carteles (16) es la relación condicional, en cuyo caso uno de los elementos condiciona la existencia del otro. Luego se encuentra la categoría de relación causal (12 carteles); en esta instancia, uno de los elementos califica al otro por cuanto especifica relaciones de causalidad, consecuencia o finalidad. Por ejemplo, el siguiente cartel (Figura 9) muestra cómo se transmite el virus de chikungunya, es decir, cuál es el orden de los eventos para que se dé el contagio de los mosquitos a las personas.

Figura 9 Fuente: CCSS (2014c)

La siguiente relación por examinar es la de adición (12 carteles); en este tipo de relaciones cada uno de los elementos (verbal y visual) se encuentra en un mismo nivel; esto es, ninguno depende del otro y ambos agregan información de igual relevancia (Figura 10).

Figura 10 Fuente: CCSS (2014d)

Para finalizar, examinaremos las últimas dos relaciones (Figura 11), la de proyección (5 carteles) y la de contraste (1 cartel). En las relaciones de proyección, los elementos denotan situaciones que se representan como locuciones verbales o de pensamiento. En el presente corpus todos los ejemplos de proyección son de tipo verbal, es decir, los elementos proyectan lo dicho por medio de palabras. En referencia al cartel que exhibe la relación de contraste, lo que sucede en este caso es que uno de los elementos se opone o contradice al otro elemento.

Figura 11 Fuente: MS (2016b); IAFA (2016d).  

5. Reflexiones finales

Los resultados de esta investigación evidencian que las tres instituciones costarricenses, responsables de los textos analizados siguen apostando al formato convencional que ha prevalecido desde hace más de 60 años, según manifiestan Kress y van Leeuwen (2006), en el que el modo verbal juega un papel preponderante. Esto se comprueba con los resultados tanto del análisis de procesos como de relaciones lógico-semánticas y de estatus. En todos los casos se puede observar el modo verbal como el dominante. La frecuencia de aparición de los procesos narrativos verbales en los carteles observados es la más alta en comparación con el resto de los procesos. Las relaciones lógico-semánticas más relevantes son las de elaboración, en las cuales, adicionalmente, la relación de estatus es desigual. Esto quiere decir que las imágenes se presentan mayormente en una relación de subordinación con respecto a las palabras.

Por consiguiente, los resultados aquí obtenidos generan cuestionamientos, por ejemplo, si las combinaciones de modos reveladas en este estudio son afines con el objetivo de la educación para la salud de diseñar campañas preventivas que presenten al público meta mensajes con contenido claro. Por otro lado, por lo visto en este estudio, las imágenes cumplen un rol secundario (y casi de adorno) en los textos; ¿esto se debe a que las imágenes son incapaces de aportar significados relevantes?, ¿las personas productoras valoran negativamente las imágenes como generadoras de significados relevantes? o ¿consideran que el público meta es incapaz de interpretar imágenes? Lo anterior podría indicarnos que, aunque en la actualidad empezamos a entender que es más valiosa la información que se origina de la combinación de varios modos, como señala Bateman (2014), son necesarias mejores competencias, tanto en instancias de producción como de recepción de textos multimodales, para sacar provecho de las posibilidades que ofrece cada modo y de su combinación, así como para una comprensión funcional. Otros autores como Niu et al (2020) explican que agregar imágenes y modalidades visuales en la información relacionada con salud promueve la eficacia y prominencia de la toma de decisiones en este ámbito debido a que se recuerdan y retienen más fácilmente que cuando se presenta solamente un mensaje escrito. A su vez, aseguran estos autores, se generan imágenes mentales más realistas que evocan experiencias de la vida diaria. Por lo tanto, si las imágenes visuales potencian las actitudes para hacer un cambio hacia un hábito saludable, podrían también, de forma indirecta, incrementar las intenciones del público meta de adoptar dicho comportamiento, según afirman Niu et al (2020).

Asimismo, al finalizar este estudio resulta importante manifestar que los elementos gráficos, de igual manera que los verbales, transmiten significados completos, invitan a las personas lectoras a interpretar mensajes de acuerdo con su experiencia e interacción social y describen la realidad de un grupo social en particular, entre otras funciones. Por lo que conferirles una función secundaria no solo es no entender su alcance, sino, además, no valorar su aporte al panorama semiótico (Kress y van Leeuwen, 2006).

Finalmente, se sugiere que futuras investigaciones consideren evaluar cuál es el camino a seguir en relación con la alfabetización multimodal, cuyo objetivo es crear un marco pedagógico que permita una aproximación apropiada hacia los textos multimodales. Es preciso el desarrollo de habilidades para alcanzar una alfabetización multimodal crítica en los individuos, a saber, entidades gubernamentales creadoras da campañas preventivas y lectores meta de sus mensajes o profesorado y estudiantado, por mencionar solo dos grupos; esto con el fin de entender cómo se relacionan las funciones comunicativas, los receptores meta, los discursos y los recursos semióticos en textos multimodales ya existentes o en aquellos de autoría propia que serán desarrollados eventualmente (Flores Solano, 2020).

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1El término textos semióticos es utilizado por Parodi (2010) para referirse a los textos multimodales, compuestos de mínimo, dos o más modos semióticos.

2La dimensión (metafunción) interpersonal no se desarrolla en específico en este artículo por razones de espacio; sin embargo, es un aspecto siempre presente en las campañas de salud.

3El corpus extraído de las páginas oficiales de Facebook o Twitter se puede solicitar a las personas autoras de esta investigación.

Recibido: 15 de Junio de 2022; Aprobado: 22 de Octubre de 2022

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