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Káñina

On-line version ISSN 2215-2636Print version ISSN 0378-0473

Káñina vol.45 n.2 San Pedro de Montes de Oca May./Aug. 2021

http://dx.doi.org/10.15517/rk.v45i2.47186 

Artículo

Tradición grecolatina en la novela costarricense Los peor, de Fernando Contreras Castro1

Greco-Latin tradition in the Costa Rican novel Los Peor, by Fernando Contreras Castro

Yordan Arroyo Carvajal1 
http://orcid.org/0000-0002-2509-4918

1Universidad de Costa Rica. San José, Costa Rica. Docente universitario e investigador académico. Próximo a iniciar estudios de posgrado en la Universidad de Salamanca, España. Correo electrónico: yordan.arroyo@ucr.ac.cr

Resumen

En este artículo se analizan seis intertextos grecolatinos presentes en la novela costarricense Los Peor (1995), de Fernando Contreras Castro, cuyo enfoque principal se da en la hipotextualidad del mito de Polifemo a partir de recepciones con La Odisea (VIII a. C., IX), de Homero y Las metamorfosis (VIII d. C), de Ovidio. Como referentes teórico-metodológicos se utilizan los Diccionarios de símbolos de Chevalier (1986) y Cirlot (1992); el libro Lo monstruoso y lo bello (1988), de Rafael Ángel Herra; y la teoría de la intertextualidad de Julia Kristeva (1978) desde un panorama sociocrítico, con el fin de englobar esta investigación dentro del marco referencial de estudios sobre tradición clásica (García, 2016). Por último, como conclusiones, se comprobó que los intertextos analizados representan un entorno costarricense en crisis y en transformación a partir de oleadas migratorias y espacios socioeconómicos regidos por el crecimiento de la urbe a finales del siglo XX.

Palabras clave: Símbolo; tradición oral; literatura; estudios culturales

Abstract

This article analyzes six grecolatin intertexts present in the Costa Rican novel Los Peor (1995), by Fernando Contreras Castro, whose main focus is on the hypotextuality of the Polyphemus’s myth from receptions with La Odisea (VIII a. C., IX), from Homer and The Metamorphoses (VIII d. C), by Ovidio. As theoretical-methodological references, the Dictionaries of symbols by Chevalier (1986) and Cirlot (1992) are used; the book The monstrous and the beautiful (1988), by Rafael Ángel Herra; and the theory of intertextuality by Julia Kristeva (1978) from a socio-critical perspective, in order to encompass this research within the reference framework of studies on classical tradition (García, 2016). Finally, as conclusions, it was found that the analyzed intertexts represent a Costa Rican environment in crisis and in transformation from migratory waves and socioeconomic spaces governed by the growth of the city at the end of the 20th century.

Key Words: Symbol; oral tradition; literature; cultural studies

1.Introducción

“¡Ay de mí, que han venido a cumplírseme antiguos presagios!

(Odisea, IX, vv. 507-508)

Para ubicar a los lectores e interesados en este artículo, la novela Los Peor (1995), de Fernando Contreras Castro, según las categorías historiográficas hechas por la crítica literaria y las historias de la literatura costarricense, se caracteriza por la presencia de temáticas relacionadas con el desencanto, consecuencia de la fragmentación de parámetros costumbristas en la literatura costarricense.2

Dentro de la pregunta generadora de este trabajo se encuentra la siguiente: ¿Qué funciones cumplen los intertextos grecolatinos en la novela costarricense Los peor (1995), de Fernando Contreras? A modo de hipótesis, los intertextos grecolatinos en esta novela costarricense poseen diferentes funciones, entre ellas, denunciar el caos y el crecimiento de la urbe a finales del siglo XX en Costa Rica y servir como espejo de los procesos de hibridación cultural generados a raíz de oleadas migratorias, crisis económicas y cambios político-ideológicos en este mismo país. De la mano con lo anterior, el objetivo principal de este trabajo es analizar, mediante la intertextualidad, los símbolos y posturas filosóficas sobre lo monstruoso y lo bello, seis intertextos grecolatinos hallados en la novela en estudio.

Dentro de las metas esperadas, este artículo busca demostrar que el espacio caótico, inmerso en esta novela costarricense de Fernando Contreras, se convierte en motivo para implementar recursos míticos, entre ellos, la figura de Polifemo Peor, resemantizada3 a partir del mito del cíclope, quien, según la tradición folclórica habitó en Sicilia; la solicitud de revaloración de las lenguas clásicas, el mito del eterno retorno, las metamorfosis, la metáfora del modelo de vida espartano, la relectura de las sirenas y la mención de autores de tradición latina como Catulo, Marcial y Ovidio.

Parafraseando a Nöel en su Diccionario de Mitología Universal (2003), el mito de Polifemo se difundió en su mayoría gracias a su aparición en La Odisea (VIII a. C. /1993), de Homero, justo después de que Odiseo navegara destino hacia la isla de los cíclopes junto con sus compañeros (IX, vv. 170-180). Allí, se encontró con Polifemo, monstruo terrible (IX, vv. 250-286).

Sin embargo, Polifemo Peor es diferente al cíclope contado por Homero (VIII a. C. /1993, IX, vv. 250-286); distinto al monstruo enamorado de Galatea en Las metamorfosis (VIII d. C. /1990, XIII, vv. 1415-1725), de Ovidio, y su morfología tampoco se estructura bajo los tópicos presentados por otros antiguos y sus contemporáneos.

En definitiva, se tienen motivos suficientes para analizar la función del niño cíclope (Polifemo Peor), principalmente, a partir de su hipotextualidad4 con La Odisea (VIII a. C.), de Homero y Las metamorfosis (S. VIII d. C.), de Ovidio, junto con su simbolismo y otros intertextos5 grecolatinos en la novela Los Peor (1995). Esta metodología de análisis aportará a la exégesis de los estudios de crítica literaria. En torno a esta novela en estudio, es necesario mencionar la inexistencia de artículos académicos desde esta línea de investigaciones enmarcadas en la tradición clásica.

Al respecto, para el doctor Francisco García Jurado en su libro Teoría de la Tradición clásica. Conceptos, Historia y Métodos (2016), los estudios de tradición clásica deben enfocarse, más allá de lo estético, positivista o la forma del texto, en el papel interactivo entre antiguos y modernos para evaluar su función o funciones.6

Por ende, en este artículo, la intertextualidad o recepción de los antiguos en los modernos es foco principal de interés. Pero, para detallar la novedad del mismo es necesario presentar, de manera cronológica y breve, una lista de trabajos, con el fin de recopilar datos considerados de relevancia para el cuerpo del análisis y a la vez, documentar aspectos no abordados hasta hoy en torno a esta novela costarricense en estudio.

En primer lugar, se tiene “La doble marginalidad del monstruo moderno: El cíclope Polifemo en Los peor, de Fernando Contreras Castro” (2016), de Irene González Muñoz: aunque no es el trabajo más reciente, sí es el más cercano a la propuesta de esta investigación. Dicha autora trata a detalle el tema de lo monstruoso y la morfología de Polifemo desde la sociocrítica y lo simbólico. Esto sirve como respaldo, pero contrario al presente aporte, no se consideran La Odisea (VIII a. C.), de Homero y Las metamorfosis (VIII d. C.), de Ovidio como motivos de intertextualidad.

Aclarado el punto anterior, el trabajo más reciente es una tesis de maestría de la Universidad de Costa Rica. Se titula Los monstruos y los estamentos marginales: una propuesta de lectura de Los Peor de Fernando Contreras como herramienta que propicie la tolerancia y el respeto en los estudiantes de secundaria (2019). Fue desarrollada por Alison Castillo Rojas, para quien Polifemo Peor, debido a su monstruosidad es visto desde lo otro o lo marginal. Sin embargo, no se da mínima atención a la recepción de los textos antiguos, tal y como se realiza en este artículo.

Castillo (2019) se enfoca en lo pedagógico. Utiliza el método investigación-acción. No obstante, tras ser una tesis de maestría en enseñanza, propone convertir los materiales de otredad en motivo para suprimir la violencia y fomentar la inclusión entre los estudiantes de secundaria. Por ende, para términos del presente artículo, se considera un trabajo poco relevante en cuanto a análisis textual de la novela en estudio.

Otra fuente de apoyo es “Miradas convergentes sobre la ciudad en Los Peor de Fernando Contreras” (2015), de María Henríquez. Para ella, los personajes y sus miradas son espejo del modelo de vida urbano de los grupos periféricos de la Costa Rica de finales del siglo XX. Razón por la cual, la supuesta metamorfosis en arbor medica7 del niño cíclope es símbolo del deseo de armonía entre hombre y naturaleza. Este último dato se retoma en el análisis de esta investigación, pero, se realiza a partir de Las metamorfosis (VIII d. C), de Ovidio, lo que permite rellenar un vacío intertextual.

Por su parte, aunado al estudio de Henríquez (2015) está el artículo “Espacios predominantes en la novela Los Peor de Fernando Contreras Castro” (2014), de Carlos González Hernández. Este autor, también realiza un análisis desde el espacio urbano como motivo de crítica a los ciudadanos e instituciones caracterizadas por discriminar a las personas más necesitadas; personajes abundantes dentro de la polifonía de esta novela.

Por último, el artículo “La incidencia de lo posmoderno en la novela Los Peor, de Fernando Contreras” (2006), de Óscar Gerardo Alvarado Vega, aporta contenidos al ubicar a la novela de Contreras, desde su espacio urbano, dentro de las características de la “literatura posmoderna”, llamada así por la historiografía literaria. Entre estas particularidades están: el desencanto, lo caótico y la marginalidad. Por esta razón, en el trabajo de Alvarado (2006), Polifemo Peor se analiza como metáfora de los grupos periféricos en Costa Rica, dato también recogido para el presente análisis.

Sin embargo, existe una divergencia con el aporte de Alvarado (2006), para quien Polifemo Peor es una parodia de lo clásico (grecolatino). No obstante, en esta investigación se prefiere hablar de relectura o resemantización, pues Contreras no simplemente utiliza el elemento de la parodia. Él, además de eso, adapta la morfología del monstruo clásico a las problemáticas sociales e ideológicas contextuales.

Existen indicios de que Fernando Contreras Castro, como docente de la Universidad de Costa Rica en el área de letras, fuera consciente de la posibilidad de representar los procesos de transculturación costarricense de finales del siglo XX, a partir del uso de un monstruo cuyo rol literario desde Homero y Ovidio se encuentra atado a un final trágico, similar al de los grupos subalternos en Costa Rica, opuestos a los aparatos hegemónicos.

En fin, tal y como se aprecia, la mayoría de estudios reconsiderados sobre Los Peor (1995), se enfocan en la importancia del espacio urbano8 y su vínculo simbólico con la identidad marginal del personaje Polifemo Peor. Sin embargo, no existen objetivos y métodos teóricos desde la hipotextualidad con respecto a La Odisea (VIII a. C.), de Homero y Las metamorfosis (VIII d. C.), de Ovidio para el origen hipertextual del nuevo monstruo moderno: Polifemo Peor, personaje centro de análisis en este artículo; ni se atiende la función o funciones de otras referencias textuales a nivel grecolatino. Por tal razón, enseguida se muestran datos sobre los cíclopes; desde tiempos remotos Polifemo desciende de ellos.

2. Los cíclopes: ¿huéspedes del mundo mitológico y literario?

El desarrollo de este apartado se enfoca en la tesis de maestría titulada El tejido de Penélope o la trama ideológica sobre la cual se asentó el patriarcado en la Grecia antigua: Una lectura de la Odisea, de Homero (2002), de Manuel Alvarado Murillo; los artículos “Iconografía de Polifemo: el Cíclope enamorado” (2013), de María Isabel Rodríguez López y “La doble marginalidad del monstruo moderno: El cíclope Polifemo en Los Peor, de Fernando Contreras Castro” (2016), de Irene González Muñoz, y el libro Lo que hace a Grecia. De Homero a Heráclito (2006), de Cornelius Castoriadis.

Así bien, los cíclopes, a nivel literario, poseen una simbología interesante, pero lo más particular es el cambio morfológico de ciertos elementos según cada país. Esto refuerza la idea de poder interpretar a Polifemo, además, como metáfora de los procesos de hibridación cultural surgidos a finales del siglo XX en Hispanoamérica.9

Respecto a la antigüedad griega, interpretando la tesis de Murillo (2002), los monstruos aparecidos durante la travesía de Odiseo, representan, a nivel psicológico, el elemento femenino, tejido del patriarcado de la época de Homero o siglos atrás. De manera paralela, en su artículo, Rodríguez (2013) defiende la brutalidad como elemento característico del cíclope en la literatura de tradición grecolatina. Para sostener estos datos, la autora cita a Ovidio, Eurípides, Filóxeno de Citera y Homero y menciona pasajes de Teócrito para defender que Polifemo es un ser feroz en la literatura griega. Además, se margina por su condición natural. El dolor es parte de su μοῖρα -destino-.

También, para Castoriadis (2006), apoyado en las ideas de Aristóteles, los cíclopes carecían de política, es decir, de ley, derechos ciudadanos e inteligencia. Este dato era motivo fiel para excluirlos de la sociedad. Aunque, su discriminación era distinta a la de los bárbaros, quienes, a pesar de carecer de palabra, sí se consideraban parte del pueblo; como única variante, no se les permitía participar en la democracia.

Las referencias a la antigüedad grecolatina anteriormente comentadas explican, a manera de intertextualidad, por qué Polifemo Peor, en el texto moderno, cumple la función de “símbolo de nuestros tiempos” (Contreras, 2005, p. 27), monstruosos, tal cual es el personaje principal de la novela. En todas sus apariciones historiográfico-literarias desde la antigüedad se hallan: la rareza, el dolor y el destino trágico. Todos ellos son elementos inamovibles de su μοῖρα. Incluso, Polifemo Peor no se aparta de estas estructuras colectivas, sin importar lo dicho por Alvarado (2006), para quien entre los mismos marginados existe el amor y la ternura. El niño cíclope, metáfora de los subalternos, no evade del todo la exclusión. Tal apunte debe ser claro, pues forma parte de los argumentos aquí expuestos.

2.1 Tejidos dialógicos entre Polifemo y Polifemo Peor

Polifemo en la literatura grecolatina y Polifemo Peor en la novela costarricense en estudio comparten rasgos y a su vez divergen en ciertos asuntos. Por tanto, el acto de habla de ambas figuras, como si no fueran bárbaros, no es casualidad, sino, desde la pragmática, un acto de habla irónico.

Para determinar la etimología de Polifemo se consultó el Diccionario griego-español de José María Pabón (2005). Polifemo viene de Πολύς (muchas)10 y de φήμη (palabras), derivada del verbo φήμἰ (hablar)11. Por ende, Polifemo se traduce como el de muchas palabras. Justamente, es por medio de esta traducción simbólica, en términos pragmáticos, que se permite el acto de habla irónico.

La marginalidad de Polifemo Peor lo convierte universalmente en un sujeto sin voz. Al respecto, para la teórica Gayatri Spivak en su artículo “¿Puede hablar el sujeto subalterno?” (1998), los sujetos subalternos hablan, pero sus voces no trascienden. Están condicionados a la periferia. Por tanto, con claro motivo, Aristóteles en su Política (IV a. C. / 2007) menciona:

[…] la ciudad es una cosa que existe por naturaleza, y que el hombre es por naturaleza un animal político; y resulta también que quien por naturaleza y no por casos de fortuna carece de ciudad, está por debajo o por encima de lo que es el hombre (1253a).

No obstante, en conjunto con la cita anterior, Castoriadis (2006) dice lo siguiente:

Cuando Ulises describe a los ciclopes lo hace utilizando la palabraathemiston, es decir, que carecen dethémistes, instituciones y leyes establecidas. También dice que no trabajan la tierra ni poseeagorái boulephoroi, esto es,“asambleas en las que emiten o que tienen, o en las cuales se forman, boulái, es decir, a la vez opiniones y decisiones”(p. 181).

Así pues, en análisis con las ideas de Aristóteles (IV a. C. / 2007), Spivak (1998) y Castoriadis (2006), se interpreta la marginalidad del Polifemo clásico y Polifemo Peor a partir de los siguientes tres motivos:

  1. Representan sujetos lejanos a la política.

  2. Carecen de belleza.

  3. Incumplen rasgos ideológicos de la hegemonía y de la “normalidad” impuesta bajo leyes naturales.

La exclusión hacia los cíclopes a nivel literario es universal.12 Este factor los convierte en figuras reestructurables en distintos sectores culturales. Al menos, en el caso de Los Peor (1995), se resemantiza en un espacio novelístico donde, a manera de mímesis,13 se toma como motivo de sociocrítica una oleada de extranjeros surgida en Costa Rica a partir de los ochenta, junto el crecimiento urbano, responsable de más desigualdades en el país.

Sin embargo, a pesar de las claras distinciones estéticas provocadas por reestructura en comparación con los cíclopes presentados por los autores grecolatinos, Homero, Ovidio y Contreras convergen en las imágenes de rareza e intimidación mostradas mediante adjetivos. Sin embargo, cada una con orígenes diferentes. Pues estos factores tienden a variar según culturas y contextos. Para la categoría discursiva y heterogénea del mito no existen barreras.

Más en detalle y, en resumen, en La Odisea (VIII a. C.), de Homero, Polifemo refleja la monstruosidad femenina como arquetipo de las sombras perseguidoras de los héroes en la literatura grecolatina. En Las metamorfosis (VIII d. C), de Ovidio, este cíclope se estructura y representa las características de la poesía bucólica y, además, es reflejo del dolor ineludible, consecuencia de ser un animal sin polis o sujeto sin voz.

Mientras, en Los Peor (1995), de Contreras, lo identificamos a partir de tres características. Es un ser marginado, esto queda claro en su calificativo por excelencia -Peor-. Es un niño, a nivel sociológico, metáfora de nueva generación, lo cual puede verse como esperanza o pesimismo. También, es espejo de un contexto convulso, razón por la cual, la historiografía literaria costarricense ubica esta novela dentro del desencanto. Sin embargo, cabría preguntarse si solo las novelas ubicadas en esta “generación” presentan características de desencanto.

No obstante, a finales del siglo XX en Costa Rica existía una sociedad sin valores, falta de aprecio por el arte y la cultura y en cuestionamiento rotundo a nivel ideológico, cultural y religioso. Por esa razón, en Los Peor (1995), la categoría discursiva del mito y la metamorfosis se utilizan como recursos literarios para criticar acontecimientos actuales desde no solo lo paródico como lo señala Alvarado (2006), sino también desde lo irracional. El discurso de la razón se rompió a partir de la llegada de los aportes o visiones del psicoanálisis al mundo de las letras costarricenses. Podría hablarse de los sesenta en adelante.

Así bien, para profundizar más sobre el dialogismo generado por intertextualidad entre antiguos y modernos en la novela en estudio, el Polifemo clásico se concibe como hipotexto para la creación hipertextual de Polifemo Peor.

En La Odisea (VIII a. C. / 1993), de Homero, Polifemo es un ser salvaje y antropófago. Intimida y asesina a algunos compañeros de Odiseo. Para ejemplificar lo anterior se incorporan los siguientes pasajes:

Al oírle, el temor quebrantó nuestros pechos, tal era de terrible su voz, de espantosa su propia figura (IX, vv. 256-257, subrayado propio). Dando un salto, sus manos echó sobre dos de mis hombres, los cogió cual si fueran cachorros, les dio contra el suelo y corrieron vertidos los sesos mojando la tierra (IX, vv. 288-290, subrayado propio).

A partir de los versos anteriores, se denota el horror provocado por Polifemo. En la primera referencia se adjuntan adjetivos como “terrible” y “espantosa”. En la segunda, se describe su personalidad como si fuera un caníbal o depredador; opuesto a todo tipo de acto humano o de un sujeto civilizado. Es descrito como un bárbaro. Aunado a ello, para el catedrático y mitólogo J. Nöel (2003), en la antigüedad este monstruo era “el más grande, el más fuerte y célebre de los cíclopes” (p. 1096). Estas alusiones, tal cual lo describe Rodríguez (2013), son propias de su brutalidad.

Ahora, a manera intertextual, ante el nacimiento de Polifemo Peor “Todos estaban horrorizados” (Contreras, 2005, p. 27), dada su extrañeza. Este asombro también se dio en Odiseo y sus compañeros. Aunque, en Los peor (1995) este asunto es absurdo, pues los personajes no tenían de qué asombrarse. Polifemo Peor es un producto más de la desastrosa modernidad en América Latina. Él convive entre los mismos marginados, personajes abundantes en el espacio urbano de la novela, mímesis de la situación josefina a finales del siglo XX.

Por tanto, es aún más clara la razón por la cual Polifemo Peor se creó bajo hipotexto de Polifemo en La Odisea (VIII a. C.), de Homero. El hipertextual Polifemo Peor es un monstruo mítico con rasgos humanos, es decir, un sujeto híbrido. Incluso, esta morfología de monstruo-humano se aprecia en el diseño gráfico de la portada en edición Norma (2005) tomada para realizar el análisis textual en este artículo.14 Esta peculiar figura, además, se aprecia como metáfora de la hibridación y polifonía, características esenciales ubicadas por la historiografía literaria costarricense en la categoría “literatura posmoderna”. Así como también, la hibridación cultural costarricense a partir de oleadas migratorias.

Por otro lado, esta hibridación presentada por Polifemo Peor, también permite referir las ideas de Gilbert Highet (2018). Para este académico escocés-americano, las sociedades occidentales se desarrollaron apegadas al discurso cartesiano de la razón. Esto explica por qué Polifemo Peor horrorizó a quienes lo vieron por primera vez. Él sobrepasa las barreras de lo racional. El niño cíclope se acopla por excelencia a la mímesis de un contexto josefino, donde el discurso racional presenta un sinsentido y, por ende, se cuestiona. Por tal motivo, de manera irónica y absurda se trata de dar una explicación científica sobre por qué nació con un solo ojo:

Al día siguiente del extraño nacimiento, Evans llegó a explicar la situación. Él se lo atribuía todo al origen de la madre: campesina de las zonas agrícolas de Alajuela, había vivido su vida y embarazo expuesta al contacto con los agroquímicos todo el tiempo que logró disimularlo, hasta ser descubierta y expulsada de la casa (Contreras, 2005, p. 37).

En la cita anterior se denota la crisis del discurso racional. La respuesta de Evans, el médico, es absurda. Para él, Polifemo Peor no nació con un solo ojo consecuencia de las condiciones sobrenaturales existentes en el mundo. Se ve obligado a responder de manera incoherente, pero con la intención de aferrarse a lo racional, académico o verídico.

Para Michel Foucault en su libro Los anormales (2000), la obsesión por describir a los monstruos desde un plano científico dio origen al concepto de monstruo-humano como ser híbrido. Este término es sinónimo de desorden o permuta de las normas de la naturaleza.15 Además, a las ideas de Foucault debe aunarse la visión de ser híbrido como metáfora del contacto de diferentes culturas en Costa Rica. A finales del siglo XX, este país estaba integrado por asiáticos, indígenas, norteamericanos, afrodescendientes, otros centroamericanos, hispanoamericanos y europeos.

Por tanto, interpretando las ideas de Aristóteles sobre el animal sin polis, Polifemo Peor, a pesar de tener rasgos humanos, no es un ciudadano. Él tiene un solo ojo. Esta carencia monstruosa lo convierte en el ser más marginal de la novela en estudio.

La marginalidad de Polifemo Peor es rotunda. Al principio de la obra se niega su existencia. No se le quiere bautizar con el fin de no dejar registro de él, “nadie podrá saber de la existencia del niño cíclope” (Contreras, 2005, p.28); “primero por raro, segundo porque no sería bautizado y, tercero, porque si algún malintencionado de afuera llegara a descubrirlo, seguramente avisaría al Patronato Nacional de la Infancia o querría vendérselo a un circo” (Contreras, 2005, p. 28).

Sin embargo, conforme transcurre la trama textual, Polifemo Peor demuestra no ser el único excluido en San José por su condición contra natura. Con él dialogan otros personajes como reflejo de la miseria de los nuevos tiempos josefinos o urbanos.

Al respecto, para González (2016), Polifemo Peor es un monstruo doblemente marginado en un mundo de exclusión. Es un humano con rasgos monstruosos. Específicamente hablando, es un infante con un único ojo. Este rasgo, en acuerdo con las ideas presentadas en el libro Lo monstruoso y lo bello (1988), del filósofo Rafael Ángel Herra, es la hibridez prototípica para reconstruir figuras monstruosas y mitológicas en la modernidad.16

Pero para detallar lo relacionado con lo monstruoso es necesario abrir un espacio aparte. Esto permitirá mostrarle al público lector datos relativos y específicos sobre la función y las implicaturas de este concepto a nivel literario.

2.2 Polifemo Peor: ¿un ser monstruoso en la literatura costarricense?

Para extender lo referente a la aparición de lo monstruoso o lo paranormal en la literatura costarricense, se decidió utilizar como referente teórico el libro Lo monstruoso y lo bello (1988), de Rafael Ángel Herra, pues es un texto académico afín con el objetivo principal de este artículo.

Para Herra (1988), a partir de avances en la psicología y campos relacionados con la ciencia, los personajes humanos y los monstruos empezaron a hibridarse en la literatura moderna. Las figuras monstruosas se convirtieron en metáfora de las sombras ubicados en la psique de los escritores y sus sociedades. Aparte de lo dicho por Herra, Polifemo puede verse también como metáfora de la transculturación en Costa Rica.17

Por tal motivo, amparado con lo anterior, Polifemo Peor representa las sombras inmersas en la San José de finales del siglo XX. Al inicio de la novela, este personaje híbrido o monstruoso provocaba miedo en sus seres cercanos: “lo que ese niño tiene es que no es humano” (Contreras, 2005, p. 30). “El niño era diferente. Se lo enseñaron a la madre que lo pedía a gritos porque el llanto de todas las muchachas la hacía sospechar la desgracia; se lo dieron y lo soltó en medio de un alarido” (Contreras, 2005, pp. 34-35).

La intimidación apreciada en las citas anteriores, también la sintieron Odiseo y sus compañeros cuando vieron por primera vez al cíclope en La Odisea (S. VIII a.C / 1993), de Homero. Para detallar este criterio se escogieron los siguientes ejemplos tomados de los cantos IX y X:

Dando un salto, sus manos echó sobre dos de mis hombres, los cogió cual si fueran cachorros, les dio contra el suelo y corrieron vertidos los sesos mojando la tierra (IX, vv. 288-290, subrayado propio). Los cíclopes no tratan en juntas ni saben de normas de justicia […] (X, vv. 110-112, subrayado propio). Al oírle, el temor quebrantó nuestros pechos, tal era de terrible su voz, de espantosa su propia figura (X, vv. 256-257, subrayado propio). Desde allí, con dolor en el alma, seguimos bogando hasta dar en la tierra que habitan los fieros cíclopes, unos fieros sin ley […] (X, vv. 105-107, subrayado propio)

De los cuatro pasajes referidos de La Odisea (VIII a. C.), de Homero, debe rescatarse el uso de calificativos terroríficos para referirse a Polifemo, así como también, se le presenta como un ser bárbaro, no conoce de leyes ni normas jurídicas. Por tanto, visto desde la moral de los antiguos griegos, sería imposible considerarlo un ciudadano de las polis.

Ahora bien, en cuanto a resemantización de esta figura, Polifemo Peor se transforma en “un símbolo de nuestros tiempos” (Contreras, 2005, p. 27). Esto crea una diferencia con el Polifemo de Homero, pues, con el avance de la novela costarricense, Polifemo Peor, en cierta medida, es aceptado en su espacio, “su ojo solitario ya no causaba sorpresa, aunque no dejara por ello de provocar cierta admiración” (Contreras, 2005, p. 193), incluso, “algunos de los chicos le confesaban al abuelo [Jerónimo] su deseo de ser cíclopes” (Contreras, 2005, p. 193).

Si desde época de los griegos sobresalía en su literatura, con ojos actuales, la misoginia, en la literatura costarricense, ubicada por la historiografía literaria dentro de la categoría “posmoderna”, imperaban la discriminación, el caos y el miedo.18

Los Peor (1995) es una novela polifónica. En ella se incorporan diversidad de voces provenientes de la marginalidad. Pero se considera apropiado detallar en otro subtema cómo, con el discurrir de la trama textual, Polifemo Peor pierde la anormalidad vista desde los ojos del otro. Sin embargo, incluso así, esta “aceptación” no le impide huir de su preestablecido destino trágico, como si un hilo intertextual lo uniera con la fatalidad del Polifemo presente en La Odisea (S. VIII a. C.), de Homero y el incorporado en Las Metamorfosis (VIII d. C.), de Ovidio.

2.2.1 Estructuras del pensamiento mítico en “Los peor” (1995)

Para el sustento de este subapartado, se utilizan como base las ideas de Carl Gustav Jung en su libro Los arquetipos y lo inconsciente colectivo (2003), y el artículo “Monstruos fantásticos en la Literatura Costarricense” (2016), del doctor José Ricardo Chaves.

Desde las ideas de Jung (2003), los mitos se relacionan con la inconsciencia colectiva de los autores. En Los peor (1995), la aparición de una figura mitológica hipotextual junto con otros elementos grecolatinos mostrados a lo largo del presente artículo, reflejan el contacto entre los antiguos y los modernos a través de un hilo, diálogo o tejido unificador.

No obstante, en Los peor (1995) no interesa exponer la astucia de los personajes adversos a Polifemo Peor como sucede con Odiseo y Polifemo en La Odisea (VIII a. C.), de Homero, sino presentar la llegada de una nueva era: la del caos, fragmentación y gran pérdida de valores en San José, Costa Rica.

Por ende, la categoría mítica de lo monstruoso en esta novela costarricense cumple un rol heterogéneo, dialógico y de crítica social. Polifemo Peor es un subordinado más dentro de una ciudad josefina llena de marginales, metaforizados por mímesis a través de: las prostitutas, los políticos corruptos, las clases altas opresoras de las bajas, entre otros de los personajes de bajo rango, cuya característica principal es la lucha por la supervivencia “entre aquellas paredes de la pensión” (Contreras, 2005, p. 16). No obstante, a pesar de la mención de distintos personajes excluidos, Polifemo Peor es mayormente segregado. Él es el otro de los otros.19

Por otro lado, se atienden las palabras de Chaves (2016), para quien la categoría discursiva del mito envuelve un papel importante en la literatura hispanoamericana, porque permite la apertura de un tema para otras lecturas y recreaciones.

Desde la postura presentada por Chaves (2016), la categoría discursiva del mito se aprecia como un hilo entretejido a lo largo del tiempo. Por esta razón, durante esta exposición se ha defendido la idea de entender a Polifemo Peor como hipertexto del cíclope clásico (hipotexto).

Por ejemplo, con base en las ideas de Chaves (2016), se interpreta que, en la literatura costarricense en general, se tienen diversos hipotextos de tradición clásica.20 Estos referentes permiten la hipertextualidad o producción de nuevos textos. No solo existe el caso de Polifemo Peor. Muchas novelas, obras de teatro, cuentos y poemas costarricenses se pueden analizar desde la intertextualidad.

Existen otros ejemplos en la literatura costarricense. Uno de ellos es el de la sirena, ser mitológico reestructurado en pleno inicio del siglo XIX por Manuel Argüello Mora en La poza de la sirena (1900). Este tema también se podría desarrollar a detalle en un futuro artículo académico.

Por su parte, paralelo al tema mitológico están las metamorfosis. Estas transformaciones fueron tratadas en la antigüedad por Ovidio.

2.2 Hipertextualidad: huellas de Las metamorfosis de Ovidio (S. VIII d. C.), en Los Peor (1995)

Para el desarrollo de este subapartado se toma como corpus de apoyo el libro Las metamorfosis (VIII d. C,), de Ovidio; y los artículos: “Monstruos fantásticos en la Literatura Costarricense” (2016), de José Ricardo Chaves; y “Mitología para poderosos: las Metamorfosis de Ovidio. Tres ediciones ilustradas del siglo XVI en la Biblioteca Xeral de Santiago” (1998), de Fátima Díez Plata y Juan Monterroso Montero.

Por un lado, a manera de resumen, al final de la novela en estudio, el personaje Jerónimo Peor se entera de la metamorfosis de su sobrino, Polifemo Peor: “¡Un arbor Medica, Consuelo, ¡el niño se ha transformado en un Arbor Medica… en un limonero!” (Contreras, 2005, p. 228). Por otra parte, en Las metamorfosis (VIII d. C / 1990), de Ovidio, Polifemo sufrió una transformación, así como también aconteció con otros personajes mitológicos como: Dafne (I, vv. 22-28), Filemón y Baucis (VIII, vv. 323-327), Jacinto (X, vv. 392-393); y Mirra (X, vv. 399-409). El tema de las metamorfosis no puede dejarse de lado para esta investigación, pues forma parte de los elementos de tradición grecolatina intertextualizados en la obra literaria en estudio.

Para Díez y Monterroso (1998), el poema Las metamorfosis (VIII d. C), de Ovidio, se inmortalizó desde la muerte de su autor “de modo que resulta difícil encontrar una obra de un autor latino -a excepción quizás de La Eneida de Virgilio- tan leída, glosada e influyente” (p. 453). Incluso, al respecto, para Quinn (1979), este libro se convirtió en la Biblia secular de la Edad Media.

De manera paralela, según Chaves (2016), en el siglo XX en Hispanoamérica, a nivel literario se volvió común e importante el recurso de la metamorfosis en personajes literarios, pues, a través de traducciones al español de obras como La metamorfosis (1915), de Frank Kafka, novela vinculada con Las metamorfosis (VIII d. C.), de Ovidio, los escritores empezaron a tener un mayor acercamiento al tema.

Para el mismo Chaves (2016), los autores hispanoamericanos comenzaron a metamorfosear a los personajes de sus textos con un fin fantástico y a la vez simbólico, pero en cada obra literaria la finalidad de este recurso es diferente.

En Las metamorfosis (VIII d. C.), de Ovidio, los dioses siempre recurrían al recurso de las transformaciones para cumplir un objetivo o explicar un acto específico mediante simbología. Un ejemplo por antonomasia es Zeus.21 Sus metamorfosis son la estrategia idónea para conquistar a sus amoríos. Asimismo, estas conquistas representan los sincretismos detrás de la historia cultural y religiosa del mundo helénico.

Ahora bien, respecto a Polifemo Peor, su metamorfosis es simbólica. Tras convertirse supuestamente en un árbol de limón, -dado el engaño hecho a Jerónimo Peor- el texto apela a un cambio en el espacio donde se ubica la novela, es decir, en San José, Costa Rica. Al respecto, el limón es símbolo de regeneración.22

La metamorfosis de Polifemo Peor muestra el estado de crisis de la capital costarricense a partir de sus cambios (tómese en cuenta las oleadas migratorias) y fragmentaciones.

Tras ser Polifemo Peor metáfora de los grupos marginados en los espacios urbanos costarricenses, propiamente en San José, se abre un espacio de repensar y cuestionar para la recepción lectora. Se anhela utópica y fantasiosamente la limpieza de su espacio a partir de la simbología del limón. Además, esta supuesta metamorfosis en limonero es símbolo de esperanza. Se anhela la regeneración de una capital o urbe libre de indiferencias como motivo para Jerónimo Peor, redactar “si algo pudiera llevarme a la muerte, eso sería el ruido del mar” (Contreras, 2005, p. 9).

Respecto a la cita anterior, el mar, según Cirlot (1992), simboliza el líquido amniótico. Por ende, su mención se interpreta como metáfora de la tranquilidad anhelada por Polifemo Peor, niño cíclope, metáfora de la marginalidad en la novela.

Polifemo Peor vive en un cuarto instalado en el patio de la pensión. Este espacio representa la correspondencia de su papel en la sociedad. Pues, según la doctora María Amoretti Hurtado en su libro Didáctica de la literatura en la Enseñanza de segundas lenguas (2017), la casa y sus adentros simbolizan el Estado o la patria.

Además, para Chevalier (1986), la casa representa el orden del cosmos y el espacio, en este caso de los personajes. Por ende, con motivo claro, Polifemo Peor se ubica fuera de la vista del resto del mundo; a consecuencia de sus condiciones, debe vivir como el otro, marginado por el sistema modernizador.

3. Otros elementos de tradición grecolatina en Los peor (1995)

Aparte de la variante morfológica presentada por Polifemo Peor para cumplir su función metafórica relacionada con la transculturación, el caos, la desigualdad, oleada de extranjeros y fragmentaciones críticas a finales del siglo XX en Costa Rica, en este apartado se decidió referir para su análisis, de manera secundaria, cinco factores más relacionados con la tradición grecolatina:

3.1. La revalorización “de las lenguas clásicas” (Contreras, 2005, p. 23)

Las lenguas clásicas eran habladas y dominadas por Jerónimo Peor. Además, le enseñaba latín a Polifemo Peor. Sin importar la marginalidad de ambos personajes, uno loco y el otro monstruo de los tiempos modernos, estas habilidades les permitían calificativos relacionados con la inteligencia o la sabiduría.

No obstante, la solicitud de revalorización de las lenguas clásicas en esta novela, se considera una crítica a la caída y fuertes ataques recibidos por las humanidades y la filología, en especial la filología clásica tras presión de la industria y la globalización, principalmente a partir de los ochenta. En este hecho influye la profesión de Fernando Contreras Castro, graduado de filología española en la Universidad de Costa Rica y, además, profesor de esa área en la misma institución.

3.2. El mito del eterno retorno

El mito referido es explicado por Mircea Eliade en su libro El mito del eterno retorno (2001). A grandes rasgos, la relación de este mito con Los peor (1995), radica en el retorno a las raíces de la madre tierra mediante metamorfosis. Esta transformación se convierte en la única escapatoria. Lo cíclico abre un espacio utópico. Al respecto, para Hernández (2015) el retorno a sus orígenes es símbolo de la necesidad o deseos de armonía entre el hombre y su naturaleza.

3.3. La comparación de las mujeres del texto con gladiadores

En Los peor (1995), los personajes femeninos se asociaban con espartanas. Ellas se distinguían por su espíritu de lucha y fortaleza: “aseaban el lugar mientras ella preparaba el café fuerte, el gallo pinto con huevos y el pan para el desayuno de las gladiadoras de la noche” (2005, p. 10).

En relación con el pasaje citado, en la novela costarricense ellas no son gladiadoras en el campo de batalla, sino en el camino y obstáculos de la vida marginal que deben enfrentar en su diario vivir.

3.4. “¿Vos no te acordás, por cierto, de la chiquita que nació como una sirenita, con las dos piernas pegadas?” (2005, p. 34)

En la cita anterior, se refiere el nacimiento paranormal de una niña fallecida al instante de nacer. Esta extrañeza, parte del día a día en el espacio caótico donde se desenvuelve la novela, se compara con la morfología popular de una sirena. Sobre estos seres mitológicos, aparecen en distintas mitologías; en cuanto a la tradición grecolatina, para Nöel (2003), dentro de ella misma existen diferentes versiones y, si se habla de la posiblemente más antigua, en la modernidad ha florecido una estética inventada, ignorante y errónea.

Por ejemplo, para Higinio “Ceres las transformó en aves porque no socorrieron a Proserpina cuando fue arrebatada por Plutón” (p. 1184). Mientras para Ovidio “afligidas por el rapto de Proserpina, rogaron a los dioses que les concediesen alas para poder volar en su busca por toda la tierra” (p. 1184). Además, también para el susodicho, los poetas y autores más antiguos se oponen a la ignorancia de la fábula, donde las describen como mitad mujer y mitad pez. Entre los opositores de estas versiones está Plinio, quien las considera “mitad mujeres y mitad aves” (p. 1184), tal cual aparecen en el canto XII de La Odisea (VIII a. C /1993), de Homero.

Por ende, según aparenta, la versión resemantizada en Los Peor (1995), de las sirenas no se toma de las tradiciones griegas más antiguas; es recogida de lo considerado por Nöel (2003) como “la ignorancia de la fábula” (p. 1184). Posible vacío o quizás despiste del autor costarricense. Sin embargo, al respecto, lo más importante es dar a conocer al lector de este artículo las variantes morfológicas permitidas por los monstruos míticos en la literatura. Ellos se adaptan a épocas y distintas funciones dentro del texto.

3.5. La mención de poetas latinos como Catulo, Marcial y Ovidio (p. 23)

El último punto no es de simple referencia, pues solidifica la lectura de los clásicos grecolatinos por parte de Fernando Contreras Castro, autor de la novela costarricense en estudio. Este dato se analiza como elemento intratextual23 asociado con el área de estudio del escritor y su relación o bagaje académico en el ámbito literario.

4. Consideraciones finales

En conjunto con las ideas de Alvarado (2006), la condición y destino de Polifemo Peor funcionan como muestra metafórica de la existencia de un espacio urbano conformado por procesos de hibridación, donde se ataca a unas clases sociales más que a otras. Por ende, con claro motivo el niño cíclope es “el marginado dentro de los marginados” (Contreras, 2005, p. 214).

Los discursos de la novela en estudio reflejan una fuerte repugnancia hacia el otro. No importa la convivencia en armonía de los marginados. Es notoria la implícita solicitud de cambio, por tanto, la supuesta metamorfosis en limonero era un elemento ineludible. Este intertexto se moviliza, con sus respectivos cambios o resemantizaciones, desde los antiguos hasta la nueva obra, para criticar, en la recepción moderna, las consecuencias de la urbe en San José.

Partiendo de las ideas defendidas por Shirley Montero Rodríguez (2013) en su artículo “La deconstrucción del mito edénico y el discurso de la identidad nacional, en Tanda de cuatro con Laura de Carlos Cortés” (2013), en Los Peor (1995) existe un mensaje de crítica social. Se rompe con el mito edénico, particular en la categoría historiográfica llamada “literatura posmoderna”. En este periodo se halla “el discurso que reevalúa a la modernidad, y lo hace a través de sus mismas formas culturales, entre ellas la literatura” (Montero, 2013, p. 14).

Así bien, desde lo dicho en la cita de Montero (2013), se explica por qué en Los peor (1995) se muestra un espacio lleno de sombras y monstruos deambulando por doquier con “normalidad”. Aunque, esa “normalidad” no les permite vivir sin ser excluidos del todo. Claro es el ejemplo del niño cíclope, quien a pesar de ser “aceptado” con el transcurrir de la novela, no deja de ser el otro dentro de los otros.

Incluso, reconsiderando las ideas de Alvarado (2006), el único ojo de Polifemo Peor es un oráculo donde se enseña al lector un contexto desigual de fondo. Por tanto, se repite y reafirma: el niño monóculo es el marginado dentro de los marginados.

A su vez, en interpretación con lo dicho por Daniel Egaña Rojas (2010) en su artículo “Lo monstruoso y el cuerpo fragmentado: el Nuevo Mundo como espacio de violencia, una lectura de la obra de Theodore De Bry en la construcción de la imagen indiana”, Polifemo Peor es símbolo de la subalternidad en su máximo sentido. Básicamente, para el susodicho, por medio del niño cíclope se trajo la alellophagia24 desde la antigüedad hasta los tiempos modernos.

En términos generales, la figura de Polifemo como cíclope, ser monstruoso o mítico, es marginada en La Odisea (VIII a. C. / 1993), de Homero; Las metamorfosis (VIII d. C / 1990), de Ovidio; y en Los peor (1995). No obstante, un dato considerado de importancia es que, en La Odisea (VIII a. C.), de Homero, se habla de un ser mitológico raro y feo, pues refleja, desde la óptica masculina, la identidad mediante el imaginario del ser mujer en la literatura griega25. Pero en Los Peor (1995), la rareza se enfoca en su único ojo. “El niño, en todo era perfectamente normal excepto porque en su frente había un único ojo grande, negro y hermoso” (2005, p. 35).

Este ojo referido en la cita anterior es simbólico. Al respecto, para Cirlot (1992), desde civilizaciones antiguas como la egipcia y la hindú, este elemento representa lo suprahumano. Además, tiene la posibilidad de anunciar algún acontecimiento o mensaje, tal como si fuese un oráculo. Esto explica por qué Polifemo Peor cumple, además, la función de un nuevo mesías, quien mediante utopía refleja el anhelo de un nuevo orden en su espacio novelístico. Pero, como todo mesías, debe morir dejando su huella en el pueblo.

Respecto a los otros cinco intertextos trabajados, demuestran su almacenamiento en una novela heterogénea y presta para la aplicación de métodos interdisciplinarios. Todos estos referentes grecolatinos se moldean a los nuevos tiempos, con el fin de crear diálogos para extender, en la recepción lectora, un cuestionamiento sobre un sistema costarricense en crisis. En este espacio, los monstruos, los seres marginales o la otredad son parte del diario vivir; así como también, la supuesta metamorfosis en un arbor medica simboliza un anhelo utópico de cambio de una sociedad en constantes transformaciones ideológicas, económicas, culturales y religiosas.

Por último, aparte de comprobarse la hipótesis aquí planteada, este estudio académico también demuestra que Fernando Contreras ha sido lector de traducciones sobre los poemas homéricos, junto con mitos y textos de tradición grecolatina y sus contemporáneos, donde se han hilado, entre antiguos y modernos, el cíclope y sus nuevas formas o reinvenciones literarias.

Un ejemplo moderno de hipertextualidad grecolatina es La Fabula de Polifemo y Galatea (1627), de Góngora, recreada y adaptada al Siglo de Oro español a partir de Las metamorfosis (VIII d. C), de Ovidio, tal cual sucede en Los Peor (1995), pues “resulta difícil encontrar una obra de autor latino -a excepción quizás de la Eneida de Virgilio- tan leída, glosada e influyente”. (Diez y Monterroso, 1998, p. 453).

A partir de la cita anterior, es notorio el cambio de era en la modernidad, marcado por Las metamorfosis (VIII d. C) de Ovidio. Esta obra se convirtió en puente de conexión de los modernos con los antiguos; el mismo poeta latino readaptó mitos griegos y de otras tradiciones para movilizarlos al contexto del Imperio Romano, tal cual hizo Contreras con Homero, Ovidio y con la posible lectura de contemporáneos como Góngora, para adaptarlos a una sociedad costarricense en crisis y procesos de hibridación, creadores de un imaginario cuya semántica se consolida a partir de un monstruo llamado Polifemo Peor.

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1 Gracias al apoyo del doctor David García Pérez, este tema se presentó como ponencia en el V Congreso Internacional de Estudios Clásicos, realizado en el Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México en 2017, bajo el nombre: La figura de Polifemo en Los peor (1995) de Fernando Contreras: Relación con el monstruo clásico como representación del caos y de lo trágico en la sociedad costarricense actual. No obstante, tras enriquecerlo con más información aportada en dos cursos de maestría sobre historiografía literaria y teorías culturales, impartidos con gran pasión y entrega por el doctor Mijail Mondol López, y adaptarlo a las normas de un artículo científico, se sustituyó su título por uno más preciso y adecuado

2Para la doctora Mayela Vallejos Ramírez, en su artículo “Radiografías del costarricense: Entre Carmen Naranjo y Fernando Contreras” (2011) Los peor (1995) se inserta dentro de la generación del desencanto. sí también sucede en 100 años de literatura costarricense (1995), de Margarita Rojas y Flora Ovares. No obstante, se ha decidido no utilizar la categoría historiográfica de generación. Fue una herencia positivista dejada por Ortega y Gasset. Por tanto, se recomienda no utilizarla, pues obliga a los investigadores a homogeneizar el estudio de la literatura costarricense a una serie de características otorgadas a un autor en un momento específico de la historia

3A lo largo del artículo se utiliza este término de la teoría de la tradición clásica para referirse al cambio en la forma, estructura, morfología o función de un personaje posterior al dialogismo entre antiguos y modernos a través de la literatura, cuya función es servir como tejido ideológico-cultural.

4El hipotexto es la obra literaria modelo. Da origen a un nuevo texto (Genette, 1989). Por su lado, el hiperxtexto es la nueva producción literaria a partir de una influencia, hilo dialógico o intertextualidad (Genette, 1989). En este caso, el hipertexto es la novela costarricense Los peor (1995).

5Según Julia Kristeva en su libro Semiótica I (1978), la intertextualidad es el estudio de la relación entre un texto y otro.

6Este artículo se enfoca en la recepción grecolatina, de ahí el título del artículo. Pues, como lo señala el doctor Francisco García Jurado en las conclusiones de su libro Teoría de la Tradición clásica. Conceptos Historia y Métodos (2016) “Los estudios poscoloniales, finalmente, nos llevan a la metáfora de ‘la pluralidad de las tradiciones clásicas’ abierta a otros clásicos no grecolatinos” (p. 251). Aunque, la misma tradición (tradere-traer del otro lado) académica ha utilizado mayormente el concepto de clásicos, desde una jerarquía, para referirse mayormente a los textos y autores griegos y latinos. Por eso, la desjerarquización invita a “apreciar otras culturas que también cabe considerar ‘clásicas’” (p. 22).

7Entiéndase como limonero, citrus medica. Al respecto, en la novela de Contreras, se consideraba a la bebida de este árbol como cura de enfermedades “[…] primero con el ayuno que le impuso, dándole de beber jugo de limón del ‘arbor medica’” (Contreras, 2005, p. 20).

8A pesar de la marginalidad del espacio contextual de la novela Los peor (1995), para Jorge Jiménez García en su artículo “Si algo pudiera llevarme a la muerte eso sería el ruido del mar. Una lectura de Los Peor como estética de los excluidos” (1998), los personajes de esta novela se sienten cómodos en su entorno, pues es un τόπος -tópos- excluyente como sus mismos integrantes. Sin embargo, esto no les resta las posibilidades de amar y sentir como manifestaciones humanas.

9Incluso, para ampliar el asunto, en la tradición Judeocristiana, propiamente, en el Génesis de la Biblia, los cíclopes son nombrados como los Nef

10José Pabón de Urbina (2005, p. 490). Este prefijo aparece en palabras como polifuncional.

11ídem, ib. (p. 620). Presente en términos como eufemismo.

123 Incluso, en la tradición judeocristiana se relaciona con lo maléfico y según el relato desaparecieron, parte también del arquetípico destino trágico, hilo de la historia de estos seres monstruosos y mítico

13Concepto teórico mencionado por Aristóteles en La poética (1945, 1448b, vv. 4-24). Mímesis: representación de la realidad dentro del texto. El texto se ubica en un espacio imaginario. No es la realidad, sino una representación ficticia de ella

145 Puede verse el diseño de la portada del libro al ingresar al siguiente link Amazon.com: Los Peor/ the Worst (Spanish Edition) (9789580491620): Contreras, Fernando: Books

15En la actualidad, el nacimiento de niños cíclopes tras la referida obsesión científica se conoce, según Alvarado (2016) como el síndrome de Patau. Según Charon Cascante, citando a la doctora Jenny Rivea, en la noticia titulada “Terrible enfermedad que acabó con hija de Wisin se ha registrado en el país” el síndrome de Patau es una enfermedad genética provocada por la malformación del cromosoma 13. De doce embarazos al año, solo un niño puede nacer así. Los afectados, normalmente, vienen condicionados a morir muy pronto. Aproximadamente, fallecen al primer año de vida

16Por ejemplo, en la fábula de Góngora Polifemo y Galatea (1627), desde el Barroco se sigue una línea trágica contextualizada a su época

178 Bronislaw Malinowski, citado en Ortiz (1983) entiende transculturación como: […] un proceso en el cual emerge una nueva realidad, compuesta y compleja; una realidad que no es una aglomeración mecánica de caracteres, ni siquiera un mosaico, sino un fenómeno nuevo, original e independiente. Para describir tal proceso, el vocablo de raíces latinas transculturación proporciona un término que no contiene la implicación de una cierta cultura hacia la cual tiene que tender la otra, sino una transición entre dos culturas, ambas activas, ambas contribuyentes con sendos aportes, y ambas cooperantes al advenimiento de una nueva realidad de civilización. (p.12) Es decir, la transculturación es un concepto que remite al apoyo entre dos o más culturas, las cuales con trabajo en equipo crean nuevas realidades en los entornos hispanoamericanos, donde destacan estudiosos como Fernando Ortiz.

18Aunque, ¿acaso solo imperan estas características en esta categoría? Queda el tema abierto a investigación

19El concepto de otredad como condición social excluyente es referida por el doctor Mijaíl Mondol López en su libro Identidades literarias. Una aproximación sociohistórica a la literatura costarricense (2014

201 En este sentido, se entiende tradición clásica de manera abierta. Se piensa en “China, India, Nepal, Camboya, Vietnam o Japón” (Jurado, 2016, p. 22), así como elementos de tradición

21Júpiter para los romanos

22En la página 11 del artículo “La representación de la tristeza y el caos a través de los elementos metafóricos de la naturaleza en Campos de castilla (1912), de Antonio Machado” (2018), de Yordan Arroyo Carvajal, se menciona el simbolismo del limón y su sentido metafórico a partir de un análisis sobre el poema “Retrato” del poeta español Antonio Machado.

23Por intratextualidad debe entenderse la influencia de la vida del autor dentro del texto literario.

24Desde Homero y Hesíodo, La alellophagia representa la exclusión hacia un ser humano (Egaña Rojas, 2010).

25Nöel J.M (2003, p.61), le asigna una representación de lo femenino a este monstruo y así sucede con otros presentes en la travesía de Odiseo, como Caribdis, Escila, las sirenas, etc. Todos, alegóricamente hablando, son metáforas de lo femenino porque constituyen la represión masculina de segregar a su opuesto, tal y como básicamente lo defendió en su tesis estudioso Manuel Alvarado Murillo (2002).

Recibido: 19 de Marzo de 2019; Aprobado: 01 de Marzo de 2021

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