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Káñina

On-line version ISSN 2215-2636Print version ISSN 0378-0473

Káñina vol.44 n.3 San Pedro de Montes de Oca Aug./Dec. 2020

http://dx.doi.org/10.15517/rk.v44i3.45076 

Artículo

Del costarriqueñismo sácalas: Origen, semántica y vitalidad

On the Costa Rican Word “Sácalas”: Origin, Meaning and Vitality

Carla Victoria Jara Murillo1 

1Universidad de Costa Rica, Docente e investigadora. Catedrática. Costa Rica Correo electrónico: CARLA.JARA@ucr.ac.cr.

Resumen

En esta ponencia se abordan tres aspectos del costarriqueñismo sácalas, a saber, el origen que se consigna en obras lexicográficas; la dicotomía semántica que se refleja entre dos significados básicos: 'adulador' y 'entrometido', y, finalmente, mediante una búsqueda de concordancias por internet, su frecuencia y sus contextos de aparición.

Palabras clave: Costarriqueñismos; lexicografía; cambio semántico

Abstract

In this paper three aspects of the Costa Rican word sácalas are addressed, namely, the origin that is recorded in lexicographical works; the semantic dichotomy that is reflected between two basic meanings: 'flattering' and 'intrusive', and finally, by means of a search of concordances by internet, its frequency and its contexts of appearance.

Key Words: Costa Rican words; lexicography; semantic change

1. Introducción

Al hablar de una lengua tan extendida geográficamente como es el español, es difícil establecer con certeza si cierta palabra es exclusivamente de un país o región. Sin embargo, el corpus virtualmente infinito que proporciona internet constituye una herramienta de imponderable utilidad para establecer argumentos en favor o en contra de alguna propuesta en este sentido. Respecto de la voz que aquí se ocupa, sácalas, desde el punto de vista sincrónico no hay duda de su carácter estrictamente tico, ya que el motor de búsqueda Google no aporta prácticamente ningún vínculo que la contenga y que no pertenezca al contexto costarricense. Su carácter oficial de costarriqueñismo se constata en el Diccionario de la lengua española (DLE) y en el Diccionario de americanismos (DA):

sácalas

1. adj. C. Rica. entremetido. U. t. c. s. (DLE; RAE, 2014).

sácalas.

I. 1. sust/adj. CR. Persona que acostumbra a entrometerse en los asuntos de los demás. (DA; ASALE, 2010).

Ahora bien, en lo que concierne a la diacronía, se encuentran dos aspectos interesantes: uno con respecto a su origen y otro con respecto a su semántica.

2. Origen y significado de la voz sácalas en fuentes lexicográficas

Al investigar sobre costarriqueñismos, la primera consulta obligada es, sin duda, la obra de Carlos Gagini. En el Diccionario de costarriqueñismos (DC), publicado en 1919, se encuentra la entrada sácalas, en cuyo artículo, además de la definición, se incluye una remisión a la locución verbal sacar la jícara:

Sácalas.- “Ser muy sácalas” es ser muy obsequioso o zalamero (v. artículo siguiente).

Sacar la jícara.- Agasajar o adular a uno, bailarle el agua delante, lisonjearle para conseguir algo. Tan curioso modismo provino de la costumbre que tienen aún los indios de obsequiar a sus visitantes con una jícara de chocolate. También en Honduras y otros países (Gagini, 1919, p. 191).

De ambas entradas, tanto por forma como por sentido, parece desprenderse que Gagini, sin explicitarlo, hacía provenir el adjetivo sácalas de la locución verbal sacar la jícara. Como esta última nos resulta hoy completamente desconocida, interesa su origen e intentar establecer si hay argumentos para afirmar que ambas expresiones, efectivamente, están relacionadas.

En la primera versión del DC, titulada Diccionario de barbarismos y provincialismos de Costa Rica y publicada en 1893, se define la unidad fraseológica sacar la jícara de manera idéntica a la versión posterior; pero la voz sácalas no aparece registrada. Por el momento, entonces, se enfatizará en la locución sacar la jícara.

La explicación que da Gagini sobre el origen de esta locución no deja de causar cierta amargura, por cuanto lo que parece ser un rasgo cultural positivo propio de los indígenas, el ofrecimiento de una jícara de chocolate como símbolo de hospitalidad, de amistosa acogida al visitante, se interpreta desde la óptica decimonónica como un valor negativo, el de la adulación interesada.

La indicación geográfica “también en Honduras y otros países” obliga a ensanchar la búsqueda. Antonio Batres Jáuregui, autor que Gagini cita ya en el Diccionario de barbarismos y provincialismos de Costa Rica, en su propia obra Vicios del lenguaje y provincialismos de Guatemala. Estudio filológico (1892), dice lo siguiente:

Sacar la jícara. Entre las cosas que se sacan, eso de “sacar la jícara”, suele ser muy provechoso para aquellos que quieren sacar otras cosas de más meollo y sustancia.

No sabemos de dónde venga aquella locución, que vale por adular, y que todos los días está en los labios del vulgo; pero sí hemos conocido á muchos de esos que tanto pululan, y que no pueden vivir sin sacarle la jícara al poderoso, al mandarín, al rico. Se nos ocurre que así como antiguamente bebían los amos el chocolate en jícaras, no faltarían criados muy serviles ú otros aduladores, que se aprontaran á sacar la jícara, en cuanto acababa de servir. Acaso alguno de aquellos diría con sorna á su compañero ¡Ah, que te gusta sacar la jícara!... (Batres Jáuregui, 1892, pp. 500-501).

Batres Jáuregui continúa con las voces derivadas sacón y saconería:

Sacón. Al adulador le llaman por acá sacón, derivado del verbo sacar, tal vez porque el sacón “saca la jícara”.

Saconería. No pára en sacón el derivado, por demás impropio é irregular, de sacar; aún tenemos la voz saconería, que significa adulación (Batres Jáuregui, 1892, p. 501).

Vale la pena indicar que Gagini, en el DC, cita en su lista de fuentes la obra de Batres como publicada en 1896, lo que haría que el Diccionario de barbarismos y provincialismos de Costa Rica fuera anterior (1893). Incluso, se pensaría que Gagini consultó un texto posterior al primero de 1892; pero lo cierto es que no resulta imposible pensar que Gagini se inspiró en lo que apunta Batres como una suposición sobre el origen de sacar la jícara para proponer su propia explicación, incorporando el elemento de los indios, a quienes Batres no menciona. Por cierto, en la entrada jícaras, Batres detalla más su explicación sobre el origen de sacar la jícara:

Jícaras. Antiguamente las jicaritas se usaban para tomar chocolate, adornándolas con pies de plata; de allí biene [sic] que al que se mostraba solícito por servir á la mesa, ó acomedido, como aquí se dice, por sacar la jícara, le dieran pleonásticamente este nombre. Hoy casi ninguno toma chocolate en esos trastos; pero á la verdad, abundan más los que sacan la jícara. Esta frase es difícil que se olvide, mientras sea cierto aquello de “Por dinero baila el perro, y por pan si se lo dan” (Batres Jáuregui, 1892, pp. 347-348).

En cuanto a la definición de sacar la jícaca que provee Gagini, llama la atención la equivalencia que incluye con la expresión “bailarle [a alguien] el agua delante”, completamente desconocida entre nosotros, pero presumiblemente interpretable por la gente de aquel tiempo. Hurgando en la procedencia de esta locución, resulta ser un conocido y antiguo modismo español que aparece repetidamente en los clásicos, desde el Quijote hasta Pérez Galdós, y vigente en la actualidad. Aparece en el DLE bajo el lema agua:

agua

bailarle el agua a alguien 1. loc. verb. coloq. Hacer, por cariño o adulación, lo que se supone que ha de serle grato (DLE; RAE, 2014).

Otra de las fuentes que lo recoge es el Diccionario de refranes, adagios, proverbios, modismos, locuciones y frases proverbiales de la lengua española de José María Sbarbi (1922):

Bailar el agua delante a alguno.

Según Covarrubias y confirmado por Clemencín, dicha frase tuvo su origen en Andalucía, que significa servir con gran diligencia y prontitud, con referencia a que las muchachas de servir, en tiempo de verano cuando sus amos llegan de fuera, refrescan las habitaciones y los patios con presteza, y va el agua saltando por los ladrillos y azulejos, que parece que baila (p. 484).

Lo interesante de esta cuestión es que existe una versión cordobesa de la locución: bailarle la jarrica. Como reporta Devoto (1992):

Opina Rodríguez Marín1; que la frase significa “salir al encuentro [del agasajado] para dársela [el agua], echándola a su presencia, bailándola en el vaso de la jarra o alcarraza donde estaba puesta a enfriar” y da las variantes de la locución en pueblos de Sevilla y de Granada (“bailar el agua de nieve”) y la cordobesa de Priego (...): “A la gente rica, todos le bailan la jarrica” (p. 954).

Más interesante aún resulta que Devoto, tras comentar las diversas variantes peninsulares, finalmente se refiere a su uso en Argentina, comentario que cierra con la siguiente nota (n.° 45) al pie de página:

Si la expresión española está más o menos fijada (...), en América Central la reemplazan curiosas variantes: “bailarle la caravana a uno” (GAGINI, pp. 82 y 67-68 de sus dos ediciones (...)), “sacar la jícara” (de chocolate: GAGINI, pp. 539 y 218) (p. 954)

Pues bien, este autor explicita el paralelo entre las expresiones española y centroamericana, pero en este estudio se agregaría que existe al menos la posibilidad de que la versión sacar la jícara se produzca en consonancia con alguna versión cercana a la cordobesa bailar la jarrica, por el paralelo tanto semántico como fonético entre jícara y jarrica.2

En la obra Jícaras y guacales en la cultura mesoamericana de los historiadores guatemaltecos Ricardo Toledo Palomo y Luis Luján Muñoz (1986) también se registra la locución sacar la jícara3:

Y de proverbios o “dichos” propios de la ciencia de la paremiología, además de la ya citada al principio de este mismo capítulo “dar un JICARAZO”, queda aquella expresión guatemalteca “sacar la jícara”, que denota al individuo servil o sacón. Acaso porque cuando llegaba una visita a la casa, prontamente y para quedar bien con ella, “se sacaba la JICARA”, para agasajarla (p. 145).

En el estudio de Esther Hernández (2001) del Vocabulario en lengua castellana y mexicana de Fray Alonso de Molina, se halla sacar la jícara en el comentario sobre la entrada jícala (i.e. jícara):

Los diccionarios de americanismos recogen los sentidos figurados de 'la cara' en Costa Rica y 'cabeza calva' en México. (...)

Existen bastantes derivados, entre otros: (...) jicaral 'terreno plantado de jícaros'; jicarazo 'golpe' (...). Y Sala recopila las frases: el que nace para bule, hasta jícara no para (México) (...); sacar la jícara (América Central) 'agasajar, adular' (p. 122).

Como se ve, Hernández (2001) consigna la locución sacar la jícara como propia de América Central, siguiendo a Marius Sala,4 mientras que el DA, con la acepción de 'adular', lo registra como propio de Guatemala y Honduras (sur) bajo el lema sacar:

sacar (...)

t2. ǁ ~ la jícara.

i. loc. verb. Gu; Ho:S, rur. | p.u. Adular a una persona para obtener algún beneficio.

ii. ES. Mostrar un niño su viveza. pop (DA; ASALE, 2010).

Propiamente en Costa Rica, la vacilación entre los sentidos 'adulador' y 'entrometido' se refleja en el Vocabulario de palabras-modismos y refranes ticos, una recopilación publicada por el Colegio Salesiano en 1938. Ahí, bajo la entrada Jícara, se registra la locución sacar la jícara, que se glosa como 'adular' (p. 87). Por otra parte, la entrada sácalas aparece así: “entrometido. Le dieron una paliza por sácalas. Ser muy sácalas (V. bateíta)” (p. 115)5. Por último, ser muy sácalas se glosa como 'adulador' (p. 117).

En la obra El habla popular en la literatura costarricense, Víctor Manuel Arroyo (1971) da por un hecho que sácalas proviene de sacar la jícara; para ello se basa en ejemplos tomados de los Cuentos de mi tía Panchita de Carmen Lyra y probablemente también en las explicaciones de Gagini:

SACALAS. m. Entrometido, impertinente: “después de herir al guarda, por sácalas, huyo.” (JV.105). *6 // Obsequioso, zalamero: “Y la muerte, que es muy sácalas con tatica Dios” (TP. 30). El origen de la voz queda claro en el siguiente ejemplo: “la vieja que era muy saca la jícara cuando le convenía” (TP. 100) Había la costumbre de agasajar al visitante con jícaras de chocolate, generalmente (p. 267).

La vacilación semántica se observa más claramente en el Diccionario de Costarriqueñismos de Arturo Agüero (1996). Primero, se convierte la unidad fraseológica sacar la jícara en un compuesto univerbal, sacalajícara, con dos entradas, remitiendo la segunda a sácalas. A su vez, para la entrada sácalas se registran dos acepciones: 1) 'entrometido', y 2) 'adulador':

sacalajícara. (De sacar y jícara.) adj. fam. Adulador, que lisonjea para conseguir favores.

sacalajícara. (De sacar, y la jícara) com. V. sácalas.

sácalas. (De sacar y las.) adj. Entrometido, que siempre está metido en lo que conversan o hacen otras personas para que lo tomen en cuenta, que interviene oficiosamente en lo que hacen o dicen otras personas. // 2. Adulador. V. sacalajícara (Agüero, 1996, p. 291).

Es de notar que el único7 resultado de la búsqueda por internet del compuesto univerbal sacalajícara remite a la obra Semántica guatemalense: O, Diccionario de guatemaltequismos, de Lisandro Sandoval (1942), en donde se registra la locución como sacar uno la jícara. Las entradas en cuestión son las siguientes:

SACALAJÍCARA, com. [compuesto] = Adulador, ra. Quitamotas. “Sobalevas”. “Sacudelevas”. Cepillo, en Costa Rica. Guataca, en Cuba. Achichincle y achichinque, en México.

SACAR UNO LA JÍCARA = Adular a una persona, sacudirle la leva, con el fin interesado de agradarla y ganarse su voluntad. Sacar la cuma, o la cumba, en El Salvador. Bailar el agua y hacer toritos, en México (Sandoval, 1942, pp. 395-397).

Por cierto, en el DA está oficializada esta expresión como guatemaltequismo:

sacalajícara. (De saca la jícara).

I. 1. m-f. Gu. Persona arrastrada, servil. pop + cult → espon (DA; ASALE, 2010).

Ahora bien, si la locución sacar la jícara es el origen del costarriqueñismo sácalas, como parecen proponer Gagini, Arroyo y Agüero, debieron producirse los siguientes procesos morfológicos:

  1. Conjugación de sacar en imperativo tuteante: [sáca la jícara].

  2. Pronominalización enclítica de la jícara: [sácala].

  3. Adición del sufijo -s.

Este sufijo -s no es morfema de número plural. Más bien, se trata de un morfema derivativo ˗(a)s, al parecer un costarriqueñismo morfológico, como muestran los siguientes nombres en singular, todos exclusivamente costarricenses8: anonas, aguacates (en desuso), babiecas, faruscas (chismoso, hipócrita, vanidoso), carambas, cuilmas, guanacas (tonto, simple), jetas, jumas, palanganas, soplas, sonajas, etc.9

Si bien este podría ser el camino por el que sacar la jícara se convirtió en sácalas, también podría cuestionarse que la segunda se derive de la primera, con base en lo siguiente: la conjugación imperativa con la forma tuteante saca pudo haberse producido en Guatemala, resultando en sacalajícara, pero parece improbable en Costa Rica, en donde posiblemente se hubiera conjugado como sacá, lo cual a su vez habría producido una palabra grave y no esdrújula: [sacálas] en lugar de [sácalas].10 El cambio de sentido tampoco confirma la derivación, ya que ser adulador o servil no implica ser entrometido, y si se quiere, hasta podrían resultar propiedades contradictorias.

Finalmente, Miguel Ángel Quesada Pacheco, en su Nuevo Diccionario de Costarriqueñismos (2007), registra solamente sácalas, que define como entrometido, lenguaraz, y añade que la definición del DC “no calza con la actual” (p. 353).11

3. Vitalidad: Concordancias de sácalas en internet

Las concordancias encontradas se agrupan en tres tipos:

  1. Las que aparecen en textos literarios.

  2. Los usos espontáneos en comentarios y otros tipos de textos.

  3. Las que aparecen en recopilaciones de costarriqueñismos.

En las siguientes tres subsecciones se transcriben los textos siguiendo la clasificación anterior y ordenados, en cada caso, cronológicamente. El criterio cronológico responde en la mayoría de los casos al momento de la emisión, pero en otros es aproximado; por ejemplo, cuando en una fuente se reporta el uso que hizo una persona en una ocasión distinta a la de la publicación. En las conclusiones se ofrece una sistematización del conjunto de las concordancias encontradas.

3.1 Concordancias en contextos literarios12

• Fecha: 1920.

• Fuente: Lyra, C. (2012)). Cuentos de mi tía Panchita. Cuento “Uvieta”: Un día pensó Nuestro Señor: —¡Qué engreidito que está Uvieta con su palo de uva! Pues después de un gustazo, un trancazo -y Tatica Dios llamó a la Muerte y le dijo: -Andá jalámele el mecate a aquel cristiano, que ya ni se acuerda de que hay Dios en los Cielos por estar pensando en su palo de uvas. Y la Muerte, que es muy sácalas con Tatica Dios, bajó en una estampida. Llegó donde Uvieta y tocó la puerta. Salió el otro y se va encontrando con mi señora. Pero no se dio por medio menos y como si la viera todos los días, le dijo: —¡Adiós trabajos! ¿Y eso qué anda haciendo, comadrita? —Pues que me manda Nuestro Señor por vos (p. 18).

• Fecha: 1920.

• Fuente: Lyra, C. (2012). Cuentos de mi tía Panchita. Cuento “La negra y la rubia”: El hijo del rey, que había recorrido ese día todas las iglesias desde buena mañana, para ver dónde daba con ella, se le puso al frente y no le quitó la vista de encima. Pero la niña no levantó sus ojos del suelo y si no hubiera sido porque de cuando en cuando daba su pestañada, se la hubiera tomado por una imagen. Apenas el padre echó la bendición, salió la rubia corriendo y el hijo del rey se le puso atrás. Al llegar al coche ya la alcanzaba. Entonces ella dejó caer un ramito de flores que llevaba en la mano. El otro por sácalas, se puso a juntarlas, y mientras tanto el coche se las chifló (p. 70).

• Fecha: 1934.

• Fuente: Dramatización El erizo (Cuadro I, escena II) de Jesús Ocaña, estrenada en el Instituto de Alajuela durante las fiestas de Centenario de Juan Santamaría. En Internacional para el Desarrollo. Instituto de Alajuela (1934). Juan. -Ahora voy ir a dar una vuelta por la suidá, a ver qué se dice; pues según parece Vócar [?] se ha cogido ya todo Nicaragua y a estas horas debe venir Departamento adentro. Manuela. -Pos lo que's aquí no dentra. Vos cres que don Juanito se iba a quedar con la pierna cruzada viéndolo venir. ¡Jum!... Juan. -Eso piensan todos y yo también; por lo pronto, voy irme derechito al “cuartel” a ver qué se ofrece, y a darle una revisadita a mi tambor. Manuela. -Pero si nadie te está llamando. ¿Qué vas hacer vos, a que por sácalas te cojan y te manden a pelear: vos, que no sabés manejar un fusil? Juan. -Ahi [sic] sí que se equivoca, mama; pues yo he aprendío a manejar fusiles con el sargento Molina, que me ha enseñao (p. 57).

• Fecha: 1955.

• Fuente: Dobles, F. (2006). Historias de Tata Mundo. Cuento “El trueque”: Tata Mundo se aflojó el nudo del pañuelo, aireándose un poco la garganta, y luego siguió con su primo Remigio. —Primo Gabriel se había ido del lugar hacía dos años largos, cuando primo Remigio echó patas para el Guanacaste con una su mujer con la que nunca supe si se juntó o se casó con todo y padre. A filo de cuchillo, de lujar palas en los cafetales y hacerse un arco sobre las sementeras, el hombre había conseguido juntar su manadilla de pesos, y ya la mujer con su primera panza, arreó con ellos y con ella para allá diz que a una tierra que había conseguido barata. Tenía también su vaca y un caballo, y llenando año con año y sudor sobre sudor sus diez buenos sacos de paciencia, ¿lo adivinan ustedes?, primo Remigio se salió con la suya: hizo finca, construyó rancho y echó al mundo cinco descendencias, dos machos y tres mujeres. Así, rodeado de unas vacas, buen número de gallinas, su par de yuntas de bueyes y algunas manzanas de maíz y frijoles, me lo vine a encontrar por aquellos años un día que me fui de sácalas allende la cordillera y estuve temporando en su rancho (p. 44).

• Fecha: 1955.

• Fuente: Dobles, F. (2006). Historias de Tata Mundo. Cuento “El angelito”: [Lino Artavia] Vendió las dos vacas que tenía, para pagar letrado que lo defendiera, y de dónde que le pudieron probar que su Baldomero no era su Baldomero. Vino y Bernabé Arce averiguó que yo era conocido de Austelino, me habló para que me metiese de medianero en elijo, y yo por sácalas que soy platiqué con Artavia buscándole manera de ablandarlo y que cediera el chacalín (p. 90).

• Fecha 1977.

• Fuente: Versión teatral de 1977 de la novela A ras del suelo (1970) de Luisa González, por Luisa González y Virginia Grütter. En Gutiérrez, S. (Ed.) (1979). Daniel: Dejen esa vieja loca que se vaya, ahorita está otra vez por aquí. ¿Onde la van aguantar con esa rezadera? Nina: ¡Callesen, callesen, por Dios! No sean tan relajaos para hablar. ¿No ven que allí del otro lado están los chiquillos oyendo todo? Julio: Tía Carmen, tía Carmen ¿por qué a esas señoras les dicen mujeres de la vida alegre? Carmen: ¡No sea un sácalas ni un preguntón, usted no tiene por qué estar parando la oreja! (Cuadro N.° 1. Época 1912-1914, pp. 318-319). Lucía: Mamá, mamá, ¿le podemos llevar unos tamales a la niña Cristina? Daniel: No seas tan sácalas. (Cuadro N.° 2. Época 1917, p. 329). Daniel: Sí, sí vamos. Allí te voy a presentar a mis amigos los Volistas que ahora andan revueltos con los camaradas. Carmen: Ya van los dos sácalas; hasta que no salgan rascando no van a estar contentos. (Cuadro N.° 8. Época 1931-1932, p. 365). Lucía: Yo no me pude aguantar las ganas de hablar, cuando me di cuenta se me soltó la lengua al ver a los obreros tan valientes, tan decididos sin ningún miedo después del choque con la policía. A mí me conmovieron. Carmen: Vos siempre de sácalas y de sometida. Nina: Peor sería que fuera una mudenca, una mosca muerta. (Cuadro N.° 9. Época 1932, p. 370).

• Fecha: 1988.

• Fuente: Salguero, M. (1988) El país del vacilón. La acera estaba llena de curiosos. Y los que nunca faltan, los “sacalas” o “peloteros”, empezaron a telefonear (p. 26). Y el sácalas salió corriendo (p. 27). Alistó, pues, el yipsillo, y echó dentro a la vieja que por sácalas no se queda (p. 68).

• Fecha: 1993.

• Fuente: Ulloa Gamboa, J. J. (1993). Las esquinas y otras cosas que se van: crónicas y narraciones. Mirá, viejazo -me dijo Memillo. Uno de los recuerdos más divertidos que guardo de mi estancia en París, es el día que me metí de sácalas a organizar un baile en mi apartamento (p. 48).

• Fecha: 2002 (probable).

• Fuente: Cuento “Encuentro con el Señor” de William Garbanzo. En Hernández, G. (2011). ―Yo no me la trago, mi cuñada, que la conocí siendo puta, puta para turistas gringos, porque, con los ticos y nicas, nada, nada de nada, viene ahora que se metió a esa iglesia y parece otra, con su biblia y poniéndolo todo en manos del señor... ―No seas tan sácalas, Marielena, y deporsí nues problema de nosotras. Ellos en su casa, aunque sea a la par. ―Ah, mamá, el mundo es diferente ahora, no como cuando nos críamos allá en Candelaria de Pérez Zeledón (s. p.).

• Fecha: 2002.

• Fuente: Molina Jiménez, I. (2002). Cundila. Acuérdese de lo que le pasó a Roberto por sácalas. Pese a que sus amigos se lo advertimos una y otra vez, se empeñó en publicar la 'Profecía' en Semana Santa (p. 34).

• Fecha: 2010.

• Fuente: Mata. (2010). Demonios en la memoria. Cuento “Tatica Dios y la Consti”: Tatica Dios estaba sentado en su sillita de meser viendo un ocaso eterno allá por el Paraíso, cuando va y oye quesque Dios pa´arriba y Dios pa´bajo, que si Dios aquí y si Dios allá. Hey kerubín, vení acá, llamó Tatica Dios. El Kerubín, que era un sácalas y un vivazo, se arrimó con cara de yo no fui, pues creyó que a Tatica Dios le había llegado el rumor de que andaba detrás de la Virgen del Socorro. Estate tranquilo, que no es lo de la Virgen por lo que te llamo, le dijo Tatica al Kerubín, que al momento puso cara de alivio (s. p.).

• Fecha: 2016.

• Fuente: Campos Sánchez, F. (2016). El billete. Cuento “El billete”:

Pues bien, yo iba a comprar el pan y en eso vi que un señor de traje y corbata, que se encontraba mirando una alcantarilla y como yo era muy sácalas me arrime [sic] a ver. Al señor se le había ido un billete de veinte colones en la alcantarilla y no podía recuperarlo, me pidió ayuda pero yo tampoco podía alcanzar el billete, por más que estiraba mi brazo dentro de la alcantarilla (p. 9).

Yo sé que mi cuento no es muy cuento porque me pasó a mí, pero yo se los quise contar primero, para que ese que es un gran sácalas, no se los contará primero y luego dijera quea él se lo contó una tía, que ni tía de él era, pero le contaba muchas historias de La Lajuela (p. 10).

3.2 Concordancias en comentarios espontáneos y otros textos

• Fecha: 2001.

• Fuente: Espinoza, E. (5 de junio de 2001). Columna Al grano. La Nación. No hace mucho estaba yo de sácalas en Madrid en una pequeña reunión con Felipe González, expresidente español, Julio María Sanguinetti, en ese momento presidente de Uruguay, Michael Candesus, presidente por entonces del Fondo Monetario Internacional, Enrique Iglesias, presidente del BID, y Jordi Pujol, de la Generalitat, y se comentaron ahí tantas intimidades políticas y económicas del mundo (estaba la Lewinsky de moda) que, en determinado momento, se me acercó un alto funcionario a pedirme muy amablemente que, antes de publicar nada, me esperara al informe oficial que ellos sacarían sobre lo conversado (párr. 7).

• Fecha: 2002.

• Fuente: Corte Plena del Poder Judicial de Costa Rica. (2002). Acta de la sesión extraordinaria N.° 38-2.002, del 19 de agosto de 2002. El Magistrado Fernández manifiesta: (...) Posteriormente, tal vez siete u ocho años después, se habló de una nueva corriente del gobierno de los jueces, que tiene su filosofía y su trascendencia y si mal no recuerdo, hace tres o cuatro años se hizo un seminario en el Hotel Corobicí, donde se estudió a nivel del derecho comparado recuerdo yo, con participantes de lujo, de Europa y de América, este aspecto y debo concluir que en nada coincidía con nuestro Consejo Superior del Poder Judicial, de manera que señores Magistrados, este es un tema que yo no estoy preparado, hizo bien el señor Presidente en ejercicio, hay que repasarlo, hay que devolverse a las actas de la Asamblea para ver que hicimos, porque se hizo este “gallo-gallina”, puede ser que en ese momento se consideró lo mejor, después tenemos que analizar no tanto la experiencia comparada cuanto las participaciones de ese seminario que yo llegué ahí “de sácalas”, no me acuerdo ni por qué, porque no teníamos participación directa (pp. 23-24).

• Fecha: 2006.

• Fuente: Poltronieri, A. Entrevista en el programa radial En Escena realizada por Madelaine Martínez y Maritza Toruño en 2006. En Toruño, M. (2011). En ese momento aparece en la escena Luccio Ranucci; él no me conocía, laque me conocía era la esposa, Olga Espinach. Porque como Olga daba clases de pintura, cerquita del Teatro Nacional, yo también iba de sácalas ahí. ¡Siempre por ese camino verdad! (p. 217).

• Fecha: 2008.

• Fuente: Kenneth Brealey Orlich. En Vargas Mena, E. (2016). Aquí había sacas de guaro por todo lado. Yo muchachillo, con unos veinte años, iba como dicen, de sácalas, a una saca que había allá arriba. Entonces ya en la pura tarde llevábamos salchichón para cocinar, comer y vacilar un rato. Sacábamos el guaro y nos quedábamos vacilando. Las sacas aquí eran famosísimas (p. 208).

• Fecha: 2012.

• Fuente: Don Dial (2012, 5 de mayo). Programa La Voz del Pueblo, Radio Sonora. EL LECHERO (Lunes 28 de mayo-107.5 F. M.-7:04 a. m.): Mientras una oficial de tránsito brindaba la información vial, a Jaír Cruz se le ocurrió producir o simular un muy molestosonido de sirena, lo que produjo su malestar interrumpiendo la participación telefónica de manera abrupta y justa. Luego, a la pobre oficial colaboradora le dijeron hasta “amargada”. Señora o señorita oficial de tránsito: “La culpa no es del burro, la culpa es del que se le arrima, por sácalas” (s. p.).

• Fecha: 2013.

• Fuente: Consejo Municipal de Desamparados. (2013). Acta de la sesión extraordinaria N.° 59-2013, del 7 de octubre de 2013. (...) (Sr. Vicealcalde:) 35 A veces cuando uno visita comunidades, ve grandes diferencias entre una 36 comunidad y otra, un caserío y otro, un comité y otro, y prácticamente se refleja en la vocación 37 y en el espíritu de trabajo, en el esfuerzo hasta de la familia, porque esta queda relegada, ya que 38 se vuelve prioridad algún mal de la comunidad, sea del adulto mayor, sea de los jóvenes, de las 39 iglesias, del deporte, de manera que ese gusano comunalista es de mucho sacrificio; se le 40 reconoce muy poco a la persona, esta se vuelve el metiche y el sácalas de todo, pero cuando 41 se hace el trabajo con mucho amor y pensando en cómo heredar a nuestros niños y jóvenes una 42 comunidad mejor, ese sacrificio vale la pena.

• Fecha: 2013.

• Fuente: Don Dial. (13 de agosto de 2013). Columna Don Dial. Sección Espectáculos. Diario La Extra. EL CIRCO (OK Radio, 105.5 F. M.-6:28 a. m.): “Yo tengo una prima que tiene BIGOTE EN LA BARBILLA” (Keyla-“Saque de Honor”-Sánchez que esa mañana estaba de “sácalas” en el programa). Definitivamente: Esa gente es de laboratorio, son casos clínicos.

• Fecha: 2016.

• Fuente: Escobedo López, J. F. (19 de febrero de 2016). Comentario a la noticia “Arias alzó la voz contra Maduro en Venezuela”, Diario Extra. QUE LOS VENEZOLANOS ARREGLEN SUS ASUNTOS A SU MANERA Y QUE COSTA RICA SE PREOCUPE POR LOS COSTARRICENSES QUE A DIARIO SUFRIMOS CON ESTA PORQUERÍA DE PRESIDENTE Y GOBIERNO. POR UN SACALAS DE ESTOS, SEGURO QUIERE OTRO PREMIO NOBELL, NOS PODEMOS METER EN PROBLEMAS POLÍTICOS Y HASTA BÉLICOS (s. p.).

3.3 Concordancias en recopilaciones de costarriqueñismos

• Fecha: 2003.

• Fuente: Padilla, M. M. (2003). Dichos y refranes de los ticos. Ser sácalas. Ser entrometido(a). Ej.: Esa vieja es una sácalas (entrometida), en todo se anda metiendo (p. 126).

• Fecha: 2006.

• Fuente: Cantillano, O. (2006). El pozo encantado: los cuentos de mi tía Panchita de Carmen Lyra. [Sustantivos afectivos] Peyorativos - Este tipo de sustantivo o adjetivo merece mencionarse aquí por lo que tiene de afectivo. Ya se han nombrado varios de ellos: labioso, tramposo, zángano, los costarriqueñismos: pelotero (novelero, alborotador), sácalas (chismoso, entrometido), ñata (nariz chata) (p. 136).

• Fecha: 2010.

• Fuente: Aguilar, A. R. (2010). “Apuntes sobre la condición metafórica en el habla coloquial costarricense” [Sin glosa ni explicaciones]. [Sección: Categorías conceptuales. Entidades y sus propiedades.] Respecto a las entidades, podemos señalar una serie de metáforas: ahuevado, chirote, pochotón, sorompo, sácalas, sampaguabas, picaflor (p. 14).

• Fecha: 2011.

• Fuente: Meléndez Howell, D. (2011).13 “Por la gran puta, ¡qué mal hablamos!” Sácalas: adj. Metiche, entremetido. Alguien que, por quedar bien, se pone a hacer algo para lo que no ha sido solicitado. “Por andar de sácalas me metieron un güevazo” (s. p.).

• Fecha: 2016.

• Fuente: Montes de Oca Sicilia, P. (2016). Para insultar con propiedad. Diccionario de insultos. sácalas. Entrometido. ¿En serio le contaste de lo nuestro a la sácalas de Violeta? Seguro mañana toda la escuela estará enterada (s. p.).

4. Conclusiones

En este trabajo se ha pretendido dilucidar tres elementos con respecto al costarriqueñismo sácalas. En primer lugar, si, como implica Gagini, la expresión se relaciona en su origen con la locución sacar la jícara. Aquí se ha puesto en duda esta relación por dos razones: la locución sacar la jícara se registra mayoritariamente como guatemaltequismo y siempre con el significado de 'adular', mientras que el costarriqueñismo aparece solo en contextos costarricenses y, en la inmensa mayoría de los contextos, solo con el sentido de 'entrometido'. Solamente en una fuente, los Cuentos de mi tía Panchita de Carmen Lyra, se utiliza con el sentido de 'adulador'.

La segunda cuestión es precisamente la de su significado; según se desprende de las concordancias recolectadas, al momento actual, sácalas significa exclusivamente 'entrometido'.

En tercer lugar, se ha querido observar si este costarriqueñismo tiene vigencia. En realidad, como la mayoría de otros costarriqueñismos que presentan una formación similar (nombres en singular terminados en -s y marcados en el DA como propios de todos los estratos, pero restringidos al estilo espontáneo y con intención despectiva), su frecuencia en internet es bajísima. Se recopilaron solamente treinta y un concordancias, correspondientes a veintitrés fuentes. Las fuentes se agruparon en tres tipos de textos: obras literarias (cuentos, novela y teatro); en este grupo aparecen diez obras que van de 1920 hasta 2016 y dan cuenta de dieciocho concordancias. En segundo lugar, aparecen ocho concordancias en ocho fuentes (de 2001 a 2016) en textos de diversos tipos: actas, artículos de periódico, entrevistas, comentarios en programas de radio, etc. Finalmente, aparece en recopilaciones de costarriqueñismos. En este conjunto no se han incluido las entradas de los diccionarios consagrados de costarriqueñismos (Gagini, 1893, 1919; Agüero, 1996 y Quesada Pacheco, 2007), cuyos registros se analizaron en el apartado 2. De la búsqueda por internet, se obtuvieron cinco entradas en este tipo de texto, correspondientes a cinco fuentes del período 2003 a 2016.

Por último, en un sondeo informal realizado entre una quincena de personas de mi entorno, se encontró que solo las personas mayores de cincuenta años reconocen sácalas como una palabra común en su vocabulario, mientras que las menores de esa edad tienen dificultad en reconocerla o no la conocen del todo.

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1 Se refiere a Rodríguez Marín (1934).

2La versión con jarrica también se encuentra en Jaén, provincia vecina de Córdoba en Andalucía. En la entrada jarrica (diminutivo de jarra) del Diccionario Jaén-Español (Academic, 2017) se consigna la locución Hacer la jarrica a alguien: “(frs.) (col.) Bailar el agua, dar coba, hacer la rosca. Halagar a alguien para ganarse su voluntad. No quiero verte haciéndole la jarrica a nadie, ¿me oyes?”, lo que muestra que el verbo de base puede variar: bailar ~ hacer; ¿por qué no sacar?

3En otra parte de esta obra (p. 339) se transcribe la entrada sacar la jícara de Batres Jáuregui.

4Se refiere a Sala (1977).

5En la misma obra, bateíta se glosa como 'chismoso' e incluye una remisión a cucharilla (p. 41); y cucharilla se glosa como 'chismoso, entrometido' y, a su vez, remite a bateíta (p. 55).

6Obsérvese: El * es utilizado por Arroyo para indicar que la voz aparece en el DC de Gagini. La sigla JV corresponde a la novela de Adolfo Herrera García Juan Varela, publicada por primera vez en 1939; Arroyo utiliza la tercera edición, de 1966 (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica). La sigla TP corresponde a la obra de Carmen Lyra Cuentos de mi tía Panchita, publicada por primera vez en 1920; Arroyo utiliza aquí una edición de 1966 (San José, Costa Rica: Litografía e Imprenta Costa Rica).

7También aparece, sin ninguna información adicional, en un comentario de un periódico español sobre el Diccionario de Americanismos (“De ababachado a zutanejo en el primer Diccionario de Americanismos de la RAE”. La Información (27 de febrero de 2016).

8Para estas voces, el DA aporta el siguiente conjunto de marcas: pop + cult → espon ^ desp, que debe leerse: Se usa en el estrato popular (sin restricciones) y en el estrato culto restringido al estilo espontáneo y con intención despectiva. Por ejemplo: jetas. I. 1. sust/adj. CR. Persona mentirosa o exagerada al hablar. pop + cult → espon ^ desp (DA; ASALE, 2010).

9Puede incluirse en esta lista tarambanas, que es costarriqueñismo como nombre con referente singular (tarambana pertenece al léxico general). Meléndez Howell (2011) incluye otros términos: nonecas, nejas, ñejas, yeguas, que no aparecen en el DA. Otros costarriqueñismos presentan un sufijo -(e)tas: corvetas, mamitas, tataretas, zopetas. Otros nombres en singular semejantes no son exclusivamente costarriqueñismos (según el DA): acusetas (también en Colombia, Bolivia y Chile), barbuchas (según el DA, es barbuchas en Colombia y barbuches en Costa Rica, pero eso es erróneo), botaratas (también en Panamá, Colombia y Venezuela). En los compuestos de pauta V-N, la terminación -s sí corresponde al plural de los objetos directos, por ejemplo en el costarriqueñismo sampaguabas, al igual que ocurre en el español general: papanatas, aguafiestas, matasanos, etc.

10La conjugación del verbo podría no ser en imperativo, sino en presente de indicativo (él o ella saca); pero en este caso la pronominalización enclítica es poco probable.

11El texto nacional más reciente en donde aparece sacar la jícara, según este estudio, es: Sentencias, dichos y refranes de la Costa Rica de ayer, de Ana Zulay Soto Méndez (2008), en el cual se lee la siguiente sinopsis: Este libro de sentencias, dichos y refranes presenta la voz colectiva, pero también el aporte personal, de tres generaciones de costarricenses, en lo que puede considerarse la recopilación más completa que se haya realizado en este tipo de trabajos. En esta obra aparecen las expresiones: “ir de sácalas: Andarse con zalamerías para obtener algo” (p. 117), y “sacar la jícara: Agasajar a una persona para conseguir algo” (p. 198); pero resulta por lo menos extraño que para ambas se consigne solamente la acepción de 'adulador' y no la más reciente de 'entrometido'.

12El vocablo sácalas, por sí mismo, da una gran cantidad de resultados en donde la forma encontrada es el verbo sacar en imperativo tuteante, con el pronombre enclítico femenino plural las: Calorías vacías, ¡Sácalas de tu vida! Por ello, la búsqueda, además del vocablo aislado, incluyó las colocaciones: un/el sácalas, una/la sácalas, muy/tan/bien sácalas; de/por sácalas y ser sácalas. La colocación qué sácalas no dio resultados.

13En otra versión del documento, titulado Costarriqueñismos y pachuquismos, se glosa así: Sácalas: metiche. Alguien que da su opinión sin habérsele preguntado o que hace algo por simple ocurrencia o deseos de quedar bien, usualmente con malos resultados. Esta información se consulta en el siguiente enlace: http://www.amigoencamino.com/documentos/Costarriquenismos.pdf

Recibido: 05 de Mayo de 2019; Aprobado: 15 de Abril de 2020

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