A menudo escuché en diferentes escenarios donde acudimos personas relacionadas con las revistas que pertenecen a las universidades, el concepto de revista escuela, que no es más que una manera descriptiva de asegurar que las pequeñas revistas que nacen en el seno de una escuela de una universidad, son un grupo de amigos mediocres que por exclusividad se unen para publicar documentos de baja calidad indignos a los valores de la academia.

Dichosamente, en contraposición ha nacido un movimiento a nivel país y continente que reconoce y da instrumentos mediante la formación y actitud proactiva para las pequeñas revistas puedan seguir informando y mejorando su calidad, reunir su información que procede de Latinoamérica y que las grande indexadoras omiten en valor cercano del 70 %.

El continuo esfuerzo que hacen diferentes instituciones e individuos adentro de las mismas, que, si promueven la excelencia través de la investigación y las publicaciones en las revistas internacionales, desde las más famosas hasta las menos es que estimula a que las revistas pequeñas sigamos en nuestra vehemente labor de cumplir con nuestro deber universitario de ofrecer nuestra información a gran cantidad de países en el mundo.

A menor escala, otro gran aporte que hacen las “revistas escuela” es que reúnen a jóvenes autores, estudiantes y profesionales que responsablemente se esfuerzan por descubrir nuevas soluciones en temas que no siempre interesan a las grandes editoriales, pero que nuestra sociedad demanda conocer. El valor que ofrecen estas plataformas, para esos estudiosos que logren encontrar la oportunidad de ejercitarse, de aprender tomar en sus manos , en su “puño y letra” las herramientas que les brinda su conocimiento, probarlos practicarlos mejorarlos, resumirlos bajo las normas de la escritura supervisada y revisada por especialistas del tema es algo que va más allá de lo que pueden mirar los “sabios” que desmeritan las pequeñas revistas o los administrativos que con desconfianza y desconocimiento creen que los dirigimos sólo lo hacemos para justificar cargas académicas.

Nuestra meta es honorable, la forma de fomentar, brindar la oportunidad que ofrece crecimiento académico integrando estudiantes, profesores y cátedras bajo estándares de calidad, bajo la consigna de la búsqueda de la excelencia académica y fortaleciendo la sociedad que nos financia y confía en la formación de nuevos y mejores profesionales.