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InterSedes

versão On-line ISSN 2215-2458versão impressa ISSN 2215-2458

InterSedes vol.14 no.29 San José Set./Dez. 2013

 

El acceso abierto a la información: una premisa indispensable para desarrollar la investigación en diversidad cultural y estudios regionales

Open access to information: a essential premise for developing research in cultural diversity and regional studies

Saray Córdoba-González 1*

*Dirección para correspondencia:

Resumen

Las costumbres de los y las investigadoras en Humanidades y Ciencias Sociales (o cultura epistémica como lo denomina  Cronin (2005) muestran una gama amplia de posibilidades para publicar su producción científica, que va desde las monografías hasta los textos de creación cultural, que se esconden fácilmente y se mimetizan. Por ello en este artículo se incluyen datos para justificar cómo el acceso abierto multiplica la generación de conocimiento en diferentes campos, pero aún más en el caso de estudios sobre estos temas, dado que el ámbito de acción es tan específico y amplio como lo desee  él y la investigadora, y la situación de dispersión en que se encuentran las fuentes hace difícil su ubicación. Se ofrecen ejemplos concretos de experiencias sobre el tema y se aclaran las diferentes posibilidades que deben generarse dentro y fuera de la UCR. Asimismo, se insiste en que el acceso abierto es la única posibilidad para lograr que el conocimiento se multiplique para favorecer la generación de otros estudios similares en el campo de la diversidad cultural y los estudios regionales.

Palabras clave: Acceso abierto a la información, Universidad de Costa Rica, Repositorios de acceso abierto, Uso de tecnologías de información, Portales de revistas, Estudios regionales.

Abstract

The costumes of the researchers of Social Sciences and Humanities, “epistemic culture” as Cronin calls it (2005), present a wide range of possibilities to develop scientific publications that go from monographies to cultural texts. But these forms can be easily confused with other publications becoming difficult to find and access them in the web. In this article, open access is presented as a solution to solve the problem of visibility and accessibility of the mentioned types of publications. Some examples of experiences on this topic as well as the possibilities to implement them in the University of Costa Rica are used to support the proposal. It is concluded that open access is the only way to multiply the generation of knowledge on cultural diversity and regional studies.

Keywords: Open access, Universidad de Costa Rica, open access repositories, use of information technologies, scholar journal portals, regional studies. 
  


Introducción

En el año 1998 (Córdoba, 1998-1999) escribíamos que la información es fundamental para apoyar la investigación sobre la identidad cultural.  Este texto incluía una propuesta para agilizar los procesos que permitirían un fácil acceso a la producción científica que generaba el Centro de Investigaciones en Identidad y Cultura Latinoamericanas (CIICLA, UCR) único en su género en ese momento. Sin embargo, 14 años después, en que la tecnología ha hecho variar el panorama notablemente para alcanzar ese propósito, retomamos la idea para  actualizarla de acuerdo con las posibilidades que se encuentran disponibles en este momento.

No hay duda en que la información  es indispensable para todo trabajo de creación de conocimiento, pues de otra manera, estaríamos repitiendo lo ya hecho o generando lo ya creado. Tampoco se cuestiona que la producción de conocimiento pasa por la revisión de lo que ya existe pues no hay conocimiento que no sea original. En este sentido, las revisiones del estado del arte, la necesidad de actualización acerca de los avances logrados para dar continuidad a la investigación en un campo específico o la profundización en hipótesis que fueron lanzadas en estudios anteriores, exigen que la información esté disponible para que pueda consultarse y así se dé la oportunidad de que el conocimiento crezca.

Por esto, es muy importante que la información –generada a partir del conocimiento- esté accesible en su más amplio grado para que el conocimiento que contiene se multiplique más rápidamente; eso es precisamente uno de los principios de la iniciativa de acceso abierto. Diversos estudios han demostrado que la información en acceso abierto es más citada, más descargada y por ende, más utilizada (Bongiovani, Gómez, & Miguel, 2012; Swan, 2010; Brody & Harnad, 2004). Por su parte, el acceso abierto es un término utilizado para referir a la publicación de material académico sin restricciones de ningún tipo; nació a partir de la creación del “Movimiento de Acceso Abierto” (OAM), que dio sus primeros pasos el 1 de julio de 1999, cuando se lanza la Declaración de Budapest y el 1 de diciembre del 2001 nace el movimiento (Open Access Movement) con el planteamiento Budapest Open Access Iniciative (BOAI).

Este movimiento se originó en la preocupación sobre los altos precios que durante muchos años mantuvieron las revistas científicas en el mundo. Con un negocio muy rentable para los servicios de índices, bases de datos, hemerotecas virtuales y otros que funcionan como intermediarias –al igual que las grandes distribuidoras de discos o de películas- para lucrar a costa de las instituciones académicas que fueron, y siguen siendo, las principales consumidoras de la información que contienen, pero a la vez, las principales productoras de conocimiento y en consecuencia de información. Con el advenimiento de Internet en la década de 1990 se fortaleció el negocio, pues la red facilitó los mecanismos para comunicar y comercializar ampliamente muchos de estos servicios, reproduciendo el modelo de negocios que permite lucrar a base del conocimiento. No obstante, también la Internet ofrece la posibilidad de ampliar el acceso a la información, con servicios alternativos que no cobran por su uso y asimismo ofrece una amplia libertad para generar herramientas y plataformas que facilitan ese acceso.

 El grado de comercialización en la Internet también creció y se convirtió en un abuso, llegando a tal punto que realmente no había acceso a ningún servicio si no era por medio del pago. Además, poderosas empresas y agencias editoriales acaparaban el mercado, combatiendo con las armas mercantiles a aquellos que se atrevieran a hacerles la competencia. Así, muchas bibliotecas tuvieron que renunciar o restringir sus suscripciones, porque sus presupuestos no alcanzaban a satisfacer la exigencia del costo (Faculty Advisory Council Memorandum on Journal Prices, 2012).  Para obtener una idea precisa sobre esto, se puede establecer el siguiente cálculo: El precio promedio de una revista científica es de €1500, si se toma en cuenta que actualmente se publican unas 25.000 revistas que sacan a la luz unos 2.500.000 artículos al año, se calcula un negocio de unos €10.000 millones al año, con un margen de beneficio aproximado de un 30%.

Esta situación se presenta con mayor énfasis en las áreas de las ciencias exactas y biomédicas y no así en las ciencias sociales y humanidades. Por otro lado, es propia de los países con mayor desarrollo, cuyas bibliotecas pueden adquirir grandes cantidades de bases de datos para que los investigadores puedan tener acceso a la información que se publica en el mundo (Davis, 2011). No obstante, la situación en los países menos desarrollados es diferente, en tanto que de los recursos disponibles, solo es posible para las bibliotecas adquirir una parte de la gran cantidad de información que se produce (Babini, 2011) (Suber & Arunachalam, 2006).

Si tomamos en cuenta que la mayoría del conocimiento que circula en esas publicaciones es generado por científicos que trabajan en instituciones públicas, costeadas por los impuestos que pagan los ciudadanos, el acceso de una mayoría de la población que sostiene con sus impuestos a esas instituciones debe ser un derecho. En el caso de Costa Rica, al igual que muchos otros países menos desarrollados, la información científica que se produce se financia con fondos públicos, ésta a su vez es comprada a las editoriales a precios onerosos, y por ello resulta poco accesible para los mismos investigadores, hasta tal punto que ni siquiera pueden  adquirir en forma gratuita sus propios trabajos, a pesar de que son ellos quienes ofrecen la materia prima que genera tal negocio. No obstante, también los países ricos sufren esta situación, y por ello han llevado la batuta en este campo (Sample, 2012). Un ejemplo son los numerosos mandatos y declaraciones que se han emitido en estos años, los más recientes han sido la ley del Reino Unido que obligará a los académicos a depositar sus documentos en repositorios de acceso abierto en el año 2014, al igual que la ley argentina que recibió recientemente, media sanción de la Cámara de Diputados de la Nación para crear repositorios que reciban toda la producción científica financiada con fondos públicos (véase: http://www.mincyt.gov.ar/noticias/noticias_detalles.php?id_noticia=959) y la ley peruana, aprobada en marzo 2013.

Las empresas distribuidoras de revistas y bases de datos establecen una serie de restricciones a la consulta y descarga de documentos, que son determinadas por el tipo de licencia que se adquiere, pero también se establecen restricciones a  la preservación  de la  información a largo plazo y al acceso a la misma.  Las  bibliotecas  en  realidad,  ni  almacenan,  ni  son  dueñas  del  contenido de las revistas que suscriben  en  forma electrónica.  En la Internet, cada empresa dispone de sus propias regulaciones a la información que hace disponible, pues esta no tiene un tiempo ilimitado para su consulta. Además, si se pagan licencias más baratas, el usuario muchas veces no tiene acceso a los números más recientes porque se les aplica un embargo.

 Por todas esas razones en el 2002 se presenta la Declaración de Budapest que se propone:

“que los usuarios puedan leer, descargar, copiar, distribuir, imprimir, buscar, o enlazar los textos completos de los artículos científicos, y, usarlos con cualquier otro propósito legítimo, sin otras barreras financieras, legales o técnicas más que las que suponga Internet en sí misma. Es decir, sin coste alguno”. (Budapest, 2002)


Para ello establecen como única restricción que se garantice a los autores el control sobre la integridad de su trabajo y el derecho a ser adecuadamente reconocidos y citados. Así, se abre una ventana de esperanza a un movimiento que lleva ya diez años de existencia y que ha crecido hasta llegar a fortalecer significativamente el acceso a la información. Tanto es así, que al celebrar la década de existencia del movimiento, se sacó una nueva versión de la declaración, con lineamientos más específicos y determinantes (BOAI, 2012).

Consecuentemente, en este artículo nos proponemos demostrar cómo este movimiento ha ampliado el acceso en muchas ramas del conocimiento, lo cual incluye el campo de la diversidad cultural y los estudios regionales. En estas áreas tan especiales, la información se encuentra dispersa o poco visible, por lo que es aún más importante exponerla sin trabas de tipo económico ni legal; bajo los principios de la solidaridad, el carácter público de la ciencia, la cooperación y la excelencia. Los repositorios y las revistas de acceso abierto son un motor que mueve el conocimiento y por ello, significan una veta indescriptible de oportunidades para la investigación científica.

Avances del Movimiento de Acceso Abierto

Posterior a la Declaración de Budapest en el 2002, se desencadenó una buena cantidad de iniciativas que han llamado la atención del mundo entero sobre la necesidad de seguir estos principios. Así  nació la Declaración de Berlín sobre Open Access http://oa.mpg.de/files/2010/04/berlin_declaration.pdf en Octubre del 2003 que dio énfasis a las ciencias sociales y las humanidades y que establece:
 

• Que el conocimiento generado con fondos públicos debe ser de acceso público, dado que en determinado momento se volvió insostenible, “porque la publicación la realizan empresas privadas que sólo permiten la difusión de la ciencia mediante el pago de costosas suscripciones.Así, la campaña a favor del acceso abierto “se centra en la literatura que los autores ponen a disposición de todos sin esperar un pago a cambio”. (Suber & Arunachalam, 2006)
• Que la publicación científica revela el grado de madurez del sistema de i+d; el tipo de información que incluye es el reflejo de lo que se ha  investigado y además, facilita el intercambio del conocimiento que se genera en diferentes ámbitos
• Que la comunidad científica está basada en el intercambio de opiniones y su fortaleza deviene de la calidad de ese intercambio, por ello, el juicio individual o colectivo es fundamental para el desarrollo de la disciplina y de la calidad de ese juicio, se deriva el prestigio de la publicación.
• Existen dos vías para el acceso abierto: la vía verde, que implica el autoarchivo de la producción científica en repositorios de acceso abierto, y la vía dorada, que la componen las revistas científicas y académicas en acceso abierto.

Posteriormente, vino la declaración de Bethesda, en abril 2003. Igualmente, se desencadenó una larga lista de reacciones por parte de organizaciones que promueven el acceso abierto hasta hoy: 1. El nacimiento de la Public Library of Science (PLOS) http://www.plos.org por iniciativa de los científicos Harold E. Varmus, Patrick O. Brown, y Michael B. Eisen, en el año 2000. 2. La American Library Association en junio 2003. 3. Nacimiento de LATINDEX en 1997 http://www.latindex.org; la hemeroteca virtual SciELO http://www.scielo.org, el sistema REDALyC http://www.redalyc.org, el Directory of Open Access Journals www.doaj.org, fundado por el Open Society Institute (OSI, con sede en Budapest), que consiste en el directorio más amplio existente en Internet de revistas de acceso abierto. 4. La declaración de Salvador, en el 2005. 5. La BOAI después de 10 años http://www.soros.org/openaccess/boai-10-recommendations, que recomienda una serie de medidas para reforzar los avances logrados hasta ahora (BOAI, 2012).

También se debe mencionar que existen muchas otras organizaciones que son parte de este movimiento mundial, entre las que se encuentran varios sistemas de información sobre revistas científicas en Iberoamérica y el Caribe y repositorios de acceso abierto. Algunas son: el DOAR (Directorio de Repositorios de Acceso Abierto) www.doar.org con la intención de dar a conocer las respuestas existentes a la creación de repositorios y bases de datos especializadas. El ROARMAP que incluye 358 mandatos alrededor del mundo http://roarmap.eprints.org/. Esto significa que muchas universidades disponen que sus académicos deban depositar su producción en repositorios de acceso abierto, antes o después de la publicación. En estos se encuentran las revistas científicas, tesis de grado y posgrado, pre y post-prints, monografías, documentos oficiales, y otros.

Numerosos estudios han demostrado las ventajas del acceso abierto para el avance de la ciencia con cifras precisas ( (Davis, 2011) (Gargouri, y otros, 2010) (Brody & Harnad, 2004), pero esto no impide que existan aún detractores que combaten la apertura y lo que es peor, a veces la ignorancia es la que frena el cambio. El poder que ejercen las empresas distribuidoras de revistas y comercializadoras de la información es difícil de combatir ante la necesidad de crear conciencia en las instituciones de investigación sobre las ventajas del acceso abierto, para luego promover la emisión de políticas en esas instituciones, con tal de fomentar el acceso a sus resultados y que a la vez, estos se reproduzcan en mayor conocimiento http://www.sherpa.ac.uk/juliet/.

Los repositorios de acceso abierto y los portales de revistas: plataformas que existen en la región iberoamericana

Los repositorios de acceso abierto son archivos digitales que permiten recoger toda la producción científica de una institución, un campo del conocimiento, un país o una región en un sitio web. Estos son compatibles con la revisión o arbitraje, con los derechos de autor, o con la rentabilidad de la producción. “es digital, en línea, sin cargo y está libre de la mayoría de las restricciones en términos de derechos de autor y licencias” (Suber, Una introducción al acceso abierto, 2006). Tienen un carácter científico, en tanto que ofrecen la producción científica de un grupo de académicos; son acumulativos y perpetuos, de manera que sirven para preservar esa producción y son interoperables con otros sistemas (Adewumi & Ikhu-Omoregbe, 2010). Esto hace que los repositorios puedan crearse de forma descentralizada, pero que a través de los softwares existentes se puedan unir para que sean consultados en un solo sitio.

Por otra parte, el acceso abierto a la producción científica de una institución es una forma de amortizar la inversión de investigación de un país al poner a disposición de los usuarios el libre acceso a la documentación derivada de la misma. En los países donde esta inversión es creciente, el acceso a la producción es aún más importante, tal es el caso de Brasil, Argentina o México en la región latinoamericana, países que cuentan con importantes portales y repositorios a nivel nacional (Unesco, 2012).

La información disponible en diversidad cultural y estudios regionales

La diversidad cultural y estudios regionales son dos campos multifacéticos que se intersecan en distintas aristas. La regionalización nace como un concepto geográfico bajo una necesidad de organizar las actividades que van del centro hacia la periferia (Iturraspe, 2002) y la diversidad cultural, es parte integral de las características de toda región, nación o territorio que muestran variedad de rasgos e identidades. Pero además, concebimos la regionalización como una construcción social, donde convergen prácticas sociales y culturales diversas. La multiculturalidad que convive en las regiones podría ser un ejemplo de esta confluencia y su estudio requiere del concurso de distintas disciplinas.

Como parte de estas características, el conocimiento relacionado muestra múltiples particularidades que resultan difíciles de ubicar dentro de una disciplina o grupo de estas. No obstante, las ciencias sociales y las humanidades guardan gran parte de su contenido y resultan convenientes para identificarlas como un foco de conocimiento en estos ámbitos. Por ello, haremos un repaso de algunas fuentes en acceso abierto disponibles en estos campos.

Del cuadro anterior se puede deducir la cantidad y variedad de materiales que están disponibles en acceso abierto. Es imposible en algunos casos obtener un dato exacto sobre la cantidad de documentos porque no está disponible en las páginas revisadas. Por otro lado, algunas bibliotecas y hemerotecas virtuales que cubren todas las disciplinas, no tienen estadísticas específicas para discriminar los materiales relacionados con las ciencias sociales y humanidades. No obstante, todas las que se incluyen aquí contienen una parte sobre los temas tratados.

Es interesante destacar el crecimiento en la variedad de las fuentes que se ha dado en la última década.  Las hemerotecas virtuales REDALyC y SciELO han sido ejemplo en el mundo y se desarrollan como proyectos que abrazan expresamente el acceso abierto. Además, utilizan tecnología que facilita el intercambio y la interoperabilidad, de manera que gracias a ella se puede contar con información en un solo sitio web. Tal es el caso del Portal de portales Latindex, nacido en el 2011 y que hasta julio 2013 almacena 1 343 944 artículos cosechados de diferentes portales.

Una característica que se destaca también es la cooperación entre los países, como se da en el caso Latindex o la Biblioteca digital del Caribe (dLOC). Ambos son proyectos en los que participan diversas instituciones. En el caso de la dLOC participan varias bibliotecas nacionales (Cuba, Haití, Belice, Aruba, Jamaica), algunas universitarias de la región (República Dominicana, Antillas Neerlandesas, Sur de la Florida) y otras fuera del Caribe. Es un proyecto cooperativo, multicultural y multilingüe; formado por diversas instituciones del área caribeña que ofrece materiales de investigación históricos y culturales. Según Unesco (2012) el 10%  (265) de los repositorios incluidos en el ROAR son de América Latina, pero sin lugar a dudas, en muchos repositorios de otras partes del mundo se podrá encontrar documentos sobre diversidad cultural y estudios regionales.

Las revistas científicas y académicas son una fuente inagotable de información en este campo. En el cuadro n. 2 se ofrece una visión parcial de algunos portales que existen en universidades latinoamericanas y que podrían contener materiales pertinentes a los temas que son objeto de este artículo.

El panorama que nos ofrece la lista de portales en el cuadro n. 2 es bastante alentador. De cerca de 15 000 títulos de revistas activas que se calcula tiene el directorio Latindex, muchas de ellas forman parte de un portal. Se calcula que el 60% de las revistas de América Latina son de acceso abierto2, por lo que no hay pretexto para pensar que el acceso a la información sigue siendo restringido. Dentro de estos portales, se consiguen revistas como: Wani, Ciencia e Interculturalidad (Nicaragua), Ístmica o Letras (Literatura de la UNA), Káñina, Revista de Filología y Lingüística, Herencia, Cuadernos InterCAmbio, Cuadernos de Antropología, Diálogos (UCR); Tlalocan, Revista de Literaturas Populares, Ra Ximhai, Poligrafías, Estudios de Cultura Náhuatl, Estudios de Cultura Maya, Latinoamérica, Cultura y Representaciones Sociales (UNAM), Anuario Colombiano de Estudios Sociales y de la Cultura, Bitácora Urbano/Territorial, HistoReLo: Historia Regional y Local (UNC), todas relacionadas con diversidad cultural y estudios regionales. Además, de la cantidad de revistas brasileñas, cuya riqueza cultural y avances científicos son incalculables, de donde se puede obtener una excelente cantidad de información relacionada con el tema que nos ocupa.

La experiencia en Costa Rica

El país también ha desarrollado algunos repositorios y bibliotecas digitales que contienen una gran riqueza. Su creación es muy reciente y las colecciones son pequeñas;  muchos de estos no son interoperables, están incompletos, y algunos se encuentran estancados en su crecimiento.

La necesidad de contar con materiales nacionales en acceso abierto es urgente y se observa el faltante de información en la Web. A pesar de que este país va a la cabeza del desarrollo de repositorios y portales de acceso abierto en América Central (Unesco, 2012)3 , es necesario redoblar esfuerzos para ampliar la gama de recursos disponibles, de otra manera nadie lo hará por nosotros los costarricenses. El siguiente cuadro muestra algunos de los repositorios y colecciones relacionadas con los campos de estudio, aunque no son especializados, tampoco hemos incluido otros que tienen énfasis en otras ramas del conocimiento, como el repositorio del ITCR o los de la UNED.

Algunas conclusiones

A pesar de que parece a simple vista que existe un desarrollo impresionante acerca del acceso abierto a la información y el conocimiento en la región y especialmente en el país, es importante recalcar algún nivel de autocrítica al respecto. Falta camino por recorrer para que los y las costarricenses alimentemos la Web con la información que se produce en país, y ni qué decir del resto de la región centroamericana. Los recursos existen, la tecnología apoya estos procesos, pero falta la voluntad y decisión de las y los investigadores, profesionales de la información y otros especialistas que puedan proceder a realizar esos procesos de alimentación. Seguidamente puntualizamos algunos vacíos que se observan:

• Pocos esfuerzos se han realizado para poner a disposición las colecciones digitales en las bibliotecas costarricenses; muchas iniciativas han salido de las y los investigadores que se encuentran principalmente en las universidades. Los prejuicios, la falta de claridad conceptual, la ausencia de decisiones sobre normativas y la falta de creatividad han impedido que estos se expandan. La ignorancia acerca de los derechos de autor y el temor al plagio son dos factores que han incidido en su escaso crecimiento. Por ejemplo, es lamentable que la Universidad de Costa Rica no cuente con un repositorio de tesis, como lo tienen tantas universidades en el mundo.

• La práctica del auto-depósito en los repositorios está ausente en muchas de las instituciones que producen conocimiento y la falta de políticas institucionales –sin pensar siquiera en la posibilidad de una política nacional- limitan el desarrollo de estos valiosos instrumentos. No hay duda que se requiere un cambio drástico en la mentalidad de las personas para lograr que el auto-depósito sea una práctica común y que se aclaren los prejuicios relacionados con los derechos de los autores y el temor al uso directo de la tecnología.

• Se evidencia la necesidad de divulgar los alcances y bondades de los repositorios y portales que están disponibles, pues existe ignorancia relacionada con el uso del término, su contenido y la aplicación de estándares internacionales. La ausencia de recursos no es una justificación válida, pues los avances tecnológicos han puesto a disposición una variedad y cantidad de herramientas gratuitas en la Web. Es cuestión de aprovecharlas y de que las tecnologías de la información y la comunicación sean reconocidas en el justo valor que tienen.

En suma, los aportes a la Internet sobre el conocimiento generado sobre y de la diversidad cultural y la regionalización no son suficientes, pero los que existen deben ser mejor aprovechados. Sin embargo, los pasos que Costa Rica ha dado para avanzar en este sentido sobresalen en relación con los de otros países de la región centroamericana. Por ello, es importante redoblar esfuerzos para alimentar los repositorios de auto-depósito –como Kérwá en la UCR- y otros existentes en la subregión.

Por último, los recursos que existen fuera de Costa Rica son muy valiosos y están a disposición de los investigadores costarricenses. La lista es inacabable, pues no hemos incluido aquí algunos recursos que están en Norteamérica y Europa, cuyo contenido probablemente abarque la diversidad cultural y estudios regionales como temas de estudio. Por ejemplo, Latindex contiene una lista de revistas latinoamericanistas publicadas en Europa que alcanza 78 títulos, muchos de los cuales pueden incluir contenidos sobre estos campos de estudio. Estas son fuentes que se deben conocer, explotar y alimentar para lograr que los estudios sobre la identidad cultural y los estudios regionales se reproduzcan más fácilmente.


Notas:

2. Véase: http://www.unesco.org/new/en/communication-and-information/portals-and-platforms/goap/access-by-region/latin-america-and-the-caribbean/

3.Véase específicamente la información sobre Costa Rica en: http://www.unesco.org/new/en/communication-and-information/portals-and-platforms/goap/access-by-region/latin-america-and-the-caribbean/costa-rica/

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*Correspondencia a:
Saray Córdoba-González . Costarricense. Catedrática recontratada. Universidad de Costa Rica. Vicerrectoría de Investigación. Encargada de Latindex. Email: saraycg@gmail.com
1. Costarricense. Catedrática recontratada. Universidad de Costa Rica. Vicerrectoría de Investigación. Encargada de Latindex. Email: saraycg@gmail.com

Recibido:  27.06.13                                  Aprobado:   30.08.13

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