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InterSedes

On-line version ISSN 2215-2458Print version ISSN 2215-2458

InterSedes vol.14 n.27 San José Jan./Apr. 2013

 

Trayectoria histórica de la estructura productiva del cantón de Palmares, Alajuela, Costa Rica. (1940- 2000)

Historical trajectory of the productive structure Palmares, Alajuela, Costa Rica (1940-2000)

Maynor Badilla Vargas1*


*Dirección para correspondencia:


Resumen

Este trabajo tiene como objetivo principal, plantear de manera sintética, una propuesta de periodización de la estructura productiva del cantón de Palmares, y las transformaciones que ésta sufrió, durante el lapso de tiempo comprendido entre los años 1940- 2000, desde la perspectiva de la historia económica y regional.

Por tal razón, es fundamental destacar que la estructura productiva de esta comunidad alajuelense ha experimentado un proceso de cambio, caracterizado por una serie de “ciclos productivos”, entre ellos: el ciclo tabacalero (1940- 1950); el ciclo cafetalero (1951-1980) y el ciclo de la diversificación agrícola (1981- 2000), en el cual eclosionó la crisis cafetalera, y a la vez, surgió la producción agrícola no tradicional, como alternativa para los productores de la región.

Por último, este artículo aspira a contribuir con el quehacer historiográfico de la región de Occidente de Costa Rica, debido a que propone un enfoque alternativo para el abordaje y la reconstrucción de la historia regional y local, cimentado en el arsenal teórico y metodológico del análisis sistémico agrario, aplicado a las particularidades de la evolución del agro de Palmares.

Palabras clave: estructura productiva, ciclos productivos, agro, Palmares, Alajuela, Costa Rica

Abstract

The main goal of this work is to present a period of time proposal about the productive structure of the city of Palmares, as well as the transformations it suffered during the years 1940 – 2000. All these based on the economical and regional history perspective.

For this reason, it is essential to highlight that the production structure of this Alajuelense community has undergone a process of change, characterized by a series of "production cycles", including: the tobacco cycle (1940 - 1950), the coffee cycle (1951-1980) and the agricultural diversification cycle (1981-2000), which hatched the coffee crisis and, at the same time, emerged the nontraditional agricultural production, as an alternative for the farmers of the region.

Finally, this article aims to contribute with the historiography task of the Western region of Costa Rica, since it proposes an alternative view for the approaching and reconstruction of the local and regional history, grounded in the theoretical and methodological arsenal of the systematic agricultural analysis systems that are applied to the particularities of the agriculture development in Palmares.

Key words: production structure, production cycles, agro, Palmares, Alajuela, Costa Rica.


Introducción

Incursionar en el estudio de la historia agraria de Palmares representa un enorme reto y, la vez, una gran satisfacción, debido a que la investigación histórica ha dejado de lado la evolución de los sistemas de producción agrícola de esta comunidad vallecentralina.

Desde la década de 1830, la agricultura se constituyó en la base fundamental de la economía local, cobrando singular relevancia el cultivo del tabaco, el cual se sembró, en un primer momento, de manera clandestina y luego legalmente, hasta la década de 1950.

A partir de este momento (década de 1950), esta actividad comenzó a declinar y asumió un mayor protagonismo la caficultura, continuando con la producción agrícola no tradicional, destinada a la exportación, en la década de los años ochenta del siglo XX.

Para comprender la evolución de los sistemas de producción agrícola de Palmares, es necesario realizar un balance general de la situación agraria de esta comunidad, iniciando en la década de 1940, con el ciclo tabacalero, que tuvo lugar en este cantón, el cual fue sumamente exitoso, pero de muy corta duración. Este ciclo decreció a mediados del siglo XX, cuando la coyuntura de auge cafetalero de posguerra estableció las pautas y directrices de los sistemas de producción en el plano nacional y local.

Posteriormente, con el advenimiento de la década de 1950, el agro costarricense experimentó transformaciones, producto de la implantación de un innovador modelo tecnológico, sustentado en la “Revolución Verde2, siendo la caficultura la actividad productiva en la que tuvo un mayor impacto este proceso. Esta se manifestó mediante el uso intensivo de fertilizantes, el control químico de plagas, así como con la experimentación y difusión de nuevas variedades de plantas. Como consecuencia, los cafetales aumentaron su producción y los rendimientos por hectárea, a raíz de los avances tecnológicos que se dieron en la agricultura.

Además, en esta época tuvo lugar una coyuntura de buenos precios para el grano en el mercado mundial, lo que favoreció la intensificación e incorporación de más hectáreas, destinadas a al cultivo del café. Esto propició una mayor especialización en la producción de este grano y la expansión de la actividad hacia otras regiones del territorio nacional.

Estos factores, en conjunción con las condiciones topográficas, edafológicas y ambientales, coadyuvaron para que esta actividad productiva exhibiera un acelerado proceso de crecimiento en diferentes regiones del país. En este caso, Palmares se constituyó en un sitio con condiciones aptas e idóneas para el desarrollo de la producción cafetalera.

El aumento de la producción cafetalera y la diversificación agrícola se mantuvieron hasta la década de 1970, inclusive. Sin embargo, en los años ochenta del siglo anterior, el país sufrió el impacto de la caída de los precios de los principales productos de exportación (café, banano, caña de azúcar y carne), dejando en clara evidencia el carácter de vulnerabilidad y dependencia de la economía costarricense, en el ámbito internacional.

Ante esta difícil situación, los programas de ajuste estructural, aplicados desde el año 1985, se constituyeron en la respuesta política del Estado, para enfrentar la crisis del sector agroexportador tradicional. Al respecto Arias (1993:115), plantea que:

[…] Este proceso de ajuste estructural en el sector agrícola ha recibido el nombre de Agricultura de Cambio, lo cual significa el traslado de la producción de bienes tradicionales de consumo interno hacia la producción de bienes exportables. Este proceso ha incidido negativamente sobre la pequeña producción agrícola, sobre todo de granos básicos, y ha significado una mayor expansión de la producción transnacional.

En este sentido, el ajuste estructural se hizo sentir en el cantón de Palmares, mediante el desarrollo de cultivos no tradicionales (caña india y plantas ornamentales), lo cual se inscribió en el contexto de la política gubernamental de “Agricultura de Cambio”, durante la administración Monge Álvarez (1982- 1986). Esta, grosso modo, como se ha dicho, pretendía, entre otras cosas: fortalecer las actividades agrícolas no tradicionales, en función de la demanda del mercado internacional. Paralelamente, se incorporaron diversas técnicas modernas, en materia productiva, buscando mejorar la calidad de los cultivos, y con ello, obtener mayor competitividad y mejores precios en el exterior. La Agricultura de Cambio también buscó fomentar nuevas actividades agrícolas y alternativas productivas, con las cuales se aprovecharon las posibilidades que se abrieron en el mercado externo para los productos no tradicionales.

Cabe destacar, que el cultivo de caña india y de plantas ornamentales representó una alternativa para el sector cafetalero. No obstante, al inicio, hubo reticencias y temores ante el cultivo y comercialización de estos productos por parte de los agricultores, pero paulatinamente, conforme los precios internacionales del café tendían a la baja, muchos pequeños y medianos cafetaleros fueron diversificando sus actividades productivas, introduciendo estos cultivos en sus explotaciones agrícolas.

Consideraciones conceptuales

Para el abordaje de la trayectoria histórica de los sistemas de producción agrícola del cantón de Palmares, el trabajo se fundamenta en una serie de aspectos teóricos y metodológicos del análisis sistémico agrario, con el propósito de: […] comprender la realidad agraria y la evolución de la interrelación entre los recursos disponibles por el agricultor y el medio o contexto socioeconómico.
A partir de ello es posible identificar el motivo o los motivos motores de la evolución de determinado sistema de producción hacia la composición actual (López, 1997:14).

La concepción sistémica, vinculada con el medio agrícola del cantón, constituye una valiosa herramienta que posibilita una mayor y mejor comprensión del funcionamiento y evolución que ha experimentado el agro local. Al respecto, Villaret (1994), define el sistema de producción como: […] el conjunto estructurado de las producciones vegetales y animales, establecido por un productor para garantizar la reproducción de su explotación; resultado de la combinación de los medios de producción y de la fuerza de trabajo disponibles en un entorno socio- económico y ecológico determinado (p. 26).

A partir de esta definición se derivan tres elementos básicos constitutivos del sistema de producción. El primero de ellos, es la fuerza de trabajo y sus conocimientos técnicos. Aquí destaca el productor, el grupo familiar, la mano de obra asalariada permanente, como componentes principales y algunas de sus características fundamentales (composición según edad, sexo y origen; disponibilidad y distribución del trabajo; mecanismos para la toma de decisiones; apropiación y distribución de la producción y de los ingresos; conocimientos técnicos); el segundo elemento básico está conformado por los instrumentos de producción (herramientas, infraestructura y material genético vegetal): y el tercer elemento constitutivo de un sistema de producción corresponde al medio explotado, especialmente las características relacionadas con la localización, extensión, modo de tenencia de la tierra, grado de artificialización de la misma y otros rasgos agroecológicos del entorno donde tiene lugar la actividad productiva, en este caso no tradicional.

Con base en lo arriba expuesto, se deduce que el sistema de producción es una estructura dinámica y compleja, producto de la interacción de los diversos subsistemas que lo conforman, todo ello estrechamente ligado con las transformaciones que tienen lugar en el entorno, tales como: fluctuaciones en los precios de los productos; surgimiento de nuevas plagas; debilitamiento de la organización, entre otras. De ahí la importancia de que el sistema sea capaz de evolucionar y adaptarse hacia nuevas condiciones.

En síntesis, la relevancia del enfoque sistémico radica en que posibilita reconstruir, o bien, construir la situación agraria del cantón de Palmares, a partir de las transformaciones y de la evolución que han experimentado los sistemas de producción locales y, a la vez, […] permite conocer las diferencias tanto al interior de un grupo de productores con un mismo sistema de producción, como también entre productores con sistemas de producción distintos (López, 1997:12).

El ciclo tabacalero (1940-1950)3

El primero de los ciclos propuestos, corresponde al tabacalero. Esta actividad agrícola tuvo gran importancia en Palmares durante la década de 1940, fundamentalmente. No obstante, sus raíces datan del siglo XIX, cuando el tabaco se cultivó de manera clandestina y luego, en el siglo XX, de manera legal.

Para la década de 1940, este cultivo cubría aproximadamente el 60% de las tierras de labranza del cantón, lo que evidencia lo atractivo de la actividad para los agricultores locales.

Palmares fue uno de los sitios en los que se desarrolló de manera intensiva su siembra, primero, de manera clandestina, a partir de la década 1830, y legalmente desde 1896.

Las plantaciones ilegales de tabaco comenzaron a irrumpir en “el Valle de los Palmares”, siendo para algunos lugareños, la principal actividad productiva, lo que ocasionó la implementación de acciones por parte de los policías fiscales de las tercenas4 y de otras autoridades de la época, para contrarrestar esta práctica.

A pesar de los controles fiscales, la actividad tabacalera clandestina continuó dándose, debido a su creciente consumo, a lo atractivo de su comercio ilegal, e inclusive, gracias a la complicidad de sacerdotes.

Conforme esta actividad se arraigaba fuertemente en la economía local, surgieron algunas innovaciones que se aplicaron en el proceso productivo del tabaco, el cual, demandaba la implementación de prácticas y técnicas agrícolas, que contribuyeran a mejorar el cultivo, el procesamiento y la comercialización de la planta. Estas exigencias motivaron a muchos palmareños a producir herramientas e innovaciones de diversa índole.

En relación con el sistema del cultivo, la producción de tabaco en Costa Rica se realizó mediante la utilización de sistemas mecánicos y manuales. En el caso de Palmares, que posee una topografía bastante irregular, la posibilidad de la mecanización fue limitada, de ahí que el grueso de las labores agrícolas se efectuaban manualmente, por parte de los integrantes del grupo familiar, complementada con mano de obra asalariada. Además de este factor geográfico, la escasa dotación de recursos económicos constituyó otro aspecto que incidió en el predominio del sistema de producción manual, por encima del fabril.

En las zonas rurales de Costa Rica imperaba una industria de tipo doméstica, en la que participaban algunos miembros de la familia. La materia prima se producía en la propia unidad productiva, o en su defecto, se adquiría en el mercado local o se compraba a los intermediarios. Los principales productos elaborados por este tipo de industria eran la breba5, (preparada a partir de la variedad de Tabaco Virginia Gold6), puros corrientes, picadura y cigarrillos amarillos, los cuales se destinaban al mercado interno mayoritariamente.

En Palmares predominó este tipo de industria, dedicada a la fabricación de puros y de breba. Para la elaboración de puros, se utilizaba tabaco de calidad inferior a la empleada en la manufactura de cigarrillos, de hecho, el tabaco que no era recibido por las compañías, se constituía en la materia prima utilizada para la producción de puros.

De lo anterior se desprende que, el sistema de producción agrícola, vinculado al tabaco, se caracterizaba por su gran complejidad y dinamismo, debido a que:

[…] La división del trabajo en el cultivo, comprendía una cadena articulada de labores. Comenzaban en la parcela: siembra, limpieza, deshoja, arranque, clasificación, amarre, recolección de itabos, cañas bravas y bambúes, suspensión de las hojas en las talangueras, cuido nocturno, y sentido de previsión ante las lluvias. La siguiente fase, era de tipo ‘agroindustrial’ familiar. Comprendía el laboreo para la entrega de las pacas a las casas comerciales. Se realizaba en las estancias del rancho de habitación o en las trojas. Seguía luego, la carga y el transporte en carretas, a caballo o a lomo de hombres. En algunas familias se elaboraban los puros, cuecha, picadura y ‘cigarrillos amarillos’. Los derivados se vendía en el corredor o en patiecillo del rancho (Abarca, 1999:122-123).

En resumen, el tabaco hizo florecer y progresar a la comunidad palmareña; generó empleo; posibilitó la inserción de la economía local en la dinámica del mercado nacional; propició el desarrollo de una industria familiar, de tipo artesanal, que llevó prosperidad a muchos de los pobladores de “El Valle de los Palmares”, hasta la década de 1950, inclusive. Además, la experiencia de las cooperativas tabacaleras, posibilitó el arraigo de estas formas de organización en el cantón y en la región de Occidente, el cual, en gran medida, es un resultado histórico, producto de las luchas, el sentimiento de solidaridad y de unión que caracterizó a los agricultores de tabaco. Este legado ha sido trascendental en la construcción y configuración de la idiosincrasia del ser palmareño, lo que ha consolidado la identidad local, desde la segunda mitad del siglo XIX7.

El ciclo cafetalero (1951- 1981)

El segundo ciclo que se propone en relación con la trayectoria histórica de la estructura productiva del cantón de Palmares, corresponde al cafetalero.

La caficultura en Palmares

A partir de la década de 1840, Costa Rica se vinculó con el mercado mundial, mediante la producción cafetalera, lo que posibilitó la inserción de la economía nacional en la dinámica del capitalismo mundial.

Como consecuencia, tuvo lugar un dinámico proceso de expansión de la frontera agrícola, con el propósito de habilitar nuevas tierras, en primera instancia, para cultivos de subsistencia; y paulatinamente para cultivar el grano de oro. En este contexto, se dio la colonización del sector occidental del Valle Central costarricense, el cual se aceleró con mayor efectividad en las décadas de 1850 y 1860. No obstante, es importante destacar que las tierras de esta región comenzaron a ser ocupadas desde la década de los años treinta del siglo XIX.

El campesinado procedente de la “Meseta Central”, comenzó a expandirse hacia el Valle Central Occidental, donde las condiciones naturales y ambientales eran aptas para el cultivo del café y, además, disponía con el acceso al camino de carretas, mediante una red de vías secundarias que posibilitaban establecer la conexión con esta importante ruta.

En relación con el patrón de asentamiento seguido en la región de Occidente, prevaleció la emigración de familias individuales, fundamentalmente de estirpe campesina, las cuales fueron estableciendo pequeños núcleos poblacionales, caracterizados por su aislamiento y lo distantes, unos de otros. Asimismo, se debe acotar que el proceso de colonización subsecuente fue de índole espontánea, disperso y se orientó en direcciones diferentes.

Como complemento a lo arriba expuesto, Hall (1991), realiza una adecuada descripción del proceso de colonización agrícola que vivenció la región Alajuela- San Ramón, indicando que, […] Durante la década de 1840, en la zona a que nos venimos refiriendo, los inmigrantes empezaron a deforestar pequeñas áreas para cultivar alimentos básicos. Existen relatos bastante detallados de cómo se llevó a cabo este proceso en los valles de Palmares y San Ramón, a unos cuarenta kilómetros al oeste del pueblo de Alajuela. Los recién llegados traían consigo cerdos, gallinas y algunas fanegas de maíz y frijoles. Todos los inmigrantes unieron sus fuerzas para construir casas de madera. Una vez que algunos lotes fueron deforestados y cultivados con alimentos básicos, la primera plantación que se hizo fue la del tabaco, a pesar de que las regulaciones del gobierno restringían su cultivo y venta. Fue la acusación de estar implicado en el contrabando de tabaco, la que condujo a un agricultor de Palmares, don Antonio Álvarez, a abandonar sus cultivos allí, y a buscar un terreno más alejado, donde pudiera cultivarlo, al otro lado de los cerros, en el valle vecino de San Ramón (p. 90).

Durante este período, existían gran cantidad de terrenos baldíos, que paulatinamente fueron ocupados por cafetales; los cuales, durante la segunda mitad del siglo XIX, se caracterizaron por abarcar escasas áreas territoriales, en torno a los centros poblacionales de mayor importancia.

Desde el punto de visto productivo, la región de Occidente tendió hacia la diversificación, a diferencia de la “Meseta Central”, la cual experimentó un mayor de nivel de “especialización” en torno a la caficultura.

Es importante destacar que a nivel regional, el cantón de Palmares representa una excepción, debido a que, al igual que la “Meseta Central”, manifiesta un mayor énfasis en la producción cafetalera, lo que implica ciertas especificidades en su estructura productiva, en relación con los cantones circundantes, los cuales, además de café, cultivan caña de azúcar, granos básicos y destinan una importante cantidad de terrenos para el pastoreo.

Junto a lo que se ha expuesto hasta el momento, se debe incorporar una coyuntura que generó una significativa problemática en la región, originada por la habilitación del ferrocarril al Atlántico. Esto se tradujo en que el traslado del grano fuese mucho más difícil, por lo distante y las malas condiciones de las vías de acceso a la estación del ferrocarril más cercana. Asimismo, los productores incurrieron en mayores gastos y costos de producción, lo que trajo como consecuencia que la actividad cafetalera, en algunos momentos, tendiera a deprimirse.

Con respecto al caso palmareño, el café constituye una de las principales actividades productivas, la cual tiende a asumir progresivamente un rol protagónico en la economía local. Esta situación adquirió mayor relevancia a partir de la década de los años cincuenta del siglo XX. No obstante, en períodos precedentes, el tabaco, como se ha indicado constituía el pilar fundamental sobre el cual se articulaba la economía de este cantón alajuelense.

El auge que experimentó la caficultura, a mediados del siglo XX, obedeció a una serie de factores que incentivaron el desarrollo de esta actividad productiva. Entre ellos, destacan los siguientes:

• La tecnificación de la agricultura trajo consigo un aumento cualitativo y cuantitativo en los rendimientos por hectárea, gracias a la implementación de fertilizantes, al control químico de las plagas y a la experimentación y difusión de nuevas variedades de plantas, obtenidas a partir de la hibridación, entre otros.

• La coyuntura de precios favorables que experimentó el grano en el mercado mundial, promovió un notable crecimiento en los terrenos dedicados a la caficultura, los cuales, incrementaron su cosecha, a raíz de los avances tecnológicos que se dan en la agricultura.

Estos factores, en conjunción con las condiciones topográficas, edafológicas y ambientales del cantón de Palmares, coadyuvaron para que esta actividad productiva exhibiera un acelerado proceso de crecimiento, lo que implicó, a su vez, el desplazamiento de cultivos, otrora preponderantes, en la economía local (tabaco, granos básicos, entre otros). Este nuevo énfasis productivo propició que el café se constituyera en el basamento sobre el cual se ha articulado el desarrollo socioeconómico de Palmares, a partir de los años cincuenta, hasta la década de los ochenta del siglo XX, inclusive.

Para continuar, es oportuno incorporar un rasgo característico de la estructura de la tenencia de la tierra en Palmares, el cual se refiere a la preeminencia de mayores niveles de equidad en torno a la distribución de la tierra, con respecto a los restantes cantones circunvecinos, donde ésta evidencia mayores grados de concentración. Dicha particularidad del cantón de Palmares ha propiciado la permanencia de un importante sector de campesinado medio, sobre el cual se ha sustentado el desarrollo socioeconómico de la comunidad.

Como complemento, cabe indicar algunos aspectos que promovieron el desarrollo de la actividad cafetalera en esta comunidad. Entre ellos, según Jiménez (1985:24), se destacan: El desarrollo tecnológico experimentado por la caficultura, durante el período 1950- 1980; las condiciones ecológicas de la zona; las políticas de apoyo brindadas por el aparato estatal, para promover la actividad cafetalera y el crédito.

Ciclo de la diversificación agrícola (1981-2000)

Una de las principales zonas del país donde tuvo gran acogida el cultivo de caña india y de plantas ornamentales fue la Región Noroccidental del Valle Central de Costa Rica, sitio en el cual la actividad experimentó un notable auge entre los productores tradicionales, a partir de la década de 1980.

Si bien es cierto que el cultivo de la caña india y de plantas ornamentales constituyó una alternativa rentable para los productores tradicionales, representó una actividad complementaria al café.

Origen e importancia del cultivo de la caña india en la zona

En relación con el origen de la caña india, […] se cree que fue introducida a América por inmigrantes africanos que llegaron a la zona del Caribe y Brasil en el año 1890... a nuestro país fue traída por navegantes de las Antillas alrededor del año 19108.

Posteriormente, el cultivo se diseminó a varios cantones del país, entre ellos: Palmares. En este sentido, el último Censo Agropecuario de 1984 y el Departamento de Economía de Mercados del Ministerio de Agricultura y Ganadería, aportan datos que ilustran el incremento de la superficie destinada al cultivo de caña india en algunos cantones de la región occidental del país. Estos datos revelan que el cantón de Palmares poseía el mayor porcentaje de superficie destinada al cultivo de caña india (4.12%), en comparación con los cantones de Naranjo (0.54%) y San Ramón (0.64%). Es importante señalar que este último, presenta la mayor superficie cultivada de caña india (327.84 ha.). No obstante, el porcentaje final es inferior con respecto al de Palmares, debido a que el área total de las fincas de San Ramón, según el Censo Agropecuario de 1984, era de 50454.8 has., mientras que Palmares registraba, únicamente, 35778.5 has; en otras palabras, 46876.3 has. menos que el cantón poeta, o lo que es lo mismo, una superioridad del 1310% de la superficie total ramonense, en relación con la de Palmares.

La actividad de la caña india ha ganado importancia en la Región de Occidente, ésta ha pasado de ser un elemento funcional ("bardas" naturales para delimitar fincas), para convertirse en una actividad agrícola rentable, lo cual conduce al planteamiento de la siguiente interrogante: ¿En qué medida el cultivo de plantas ornamentales, en el sector Noroccidental del Valle Central de Costa Rica, particularmente en el cantón de Palmares, constituye una actividad propia de la economía campesina, o bien, de la agricultura capitalista?; por lo tanto, ¿Cuáles son las perspectivas para la permanencia y rentabilidad del cultivo de plantas ornamentales para los pequeños y medianos productores de este cantón en el contexto actual de globalización económica?

El cultivo de plantas ornamentales y particularmente de caña india se ha desarrollado paralelamente a la producción cafetalera, asegurando a muchos pequeños y medianos productores, un ingreso adicional que les permite enfrentar las coyunturas de crisis en los precios del grano en el mercado internacional. Además, los bajos costos y la demanda internacional de estos cultivos hacen que esta actividad sea sumamente atractiva para los pequeños y medianos productores del cantón.

La comercialización de estos productos no tradicionales, ha complementado los ingresos generados por la caficultura, incorporando, a su vez, mano de obra familiar, en las actividades propias de la plantación, tales como: deshoja, la que consiste en una de las prácticas culturales más importantes de este cultivo, de su éxito depende el rendimiento y la calidad final de la caña india, se realiza de forma manual; deshija, su propósito fundamental es dejar un hijo por planta para desarrollar de nuevo la plantación a partir de él, lo que posibilita el mantenimiento de su reproducción; manejo pos-cosecha, se relaciona con el traslado de la caña india a las plantas de procesamiento, donde algunos miembros del grupo familiar se incorporan como mano de obra asalariada, complementando, de esta manera los ingresos familiares.
Es importante destacar que, entre las principales motivaciones de los productores para cultivar caña india se pueden citar las siguientes: bajos costos de producción, con respecto a otros cultivos; buenos precios, especialmente en el mercado internacional; bajos requerimientos de mano obra; caída de los precios del café y de otros productos tradicionales.

En relación con los aspectos agroecológicos y agroclimatológicos, se debe destacar que la región de Occidente no cuenta con las mejores condiciones para el desarrollo de estos cultivos, especialmente las relacionadas con altitud, temperatura y precipitación, dado que la región posee alturas superiores a los 800 msnm, las temperaturas, en promedio, son inferiores a los 22ºC y las precipitaciones, excepcionalmente, superan los 2500mm. En otras palabras, las condiciones ambientales y agroclimáticas existentes en la región son contrarias a las requeridas por el cultivo (altitud inferior a los 800 msnm, temperaturas superiores a los 22ºC y precipitaciones superiores a los 2500 mm.). Junto a esto, la caña india constituye una actividad sumamente riesgosa, expuesta en gran medida, al comportamiento de la naturaleza.

En cuanto a la comercialización de la caña india, prácticamente la producción total, se destina al mercado externo, siendo los principales mercados: Estados Unidos de América, Europa (Alemania, Francia, Inglaterra, Suecia, Italia y Holanda, entre otros) y Japón.

Por último, algunos de los principales problemas que han sufrido los productores de caña india, se relacionan con el fenómeno de la sobreproducción de ciertas variedades (massanggeana) y carencia de tecnología en el proceso de cultivo. Otros problemas se refieren a la escasa asistencia técnica, inexistencia de incentivos estatales, escaso financiamiento, inexperiencia en los mercados, incertidumbre en cuanto al futuro de la actividad, entre otros.

Como consecuencia de lo arriba expuesto se concluye que, durante la década de los años ochenta del siglo XX, la agroexportación se redefinió como eje del desarrollo de la economía nacional, en el marco de los procesos de ajuste y apertura comercial. En otras palabras, las actividades agropecuarias destinadas a la exportación se establecieron como un bastión del modelo de desarrollo del país.

Conclusiones

La trayectoria histórica de la estructura productiva de Palmares se ha caracterizado por una importante tendencia a la “especialización”, durante los períodos 1940- 1950; 1951- 1980 y 1981-2000, con el tabaco, el café y la diversificación productiva, respectivamente, lo cual, se refleja en la preponderancia de estos cultivos en el conjunto de la producción agrícola local y, sobre todo, en términos de productividad. Sin embargo, a partir de la década de 1980 este esquema -de énfasis productivo-, experimentó cambios notorios, debido al surgimiento de la producción agrícola no tradicional, destinada principalmente al mercado externo, convirtiéndose de este modo, en una actividad agrícola complementaria a la caficultura, generando un proceso de diversificación productiva en el cantón, el cual se fortaleció con el surgimiento de la Cooperativa Agrícola Regional de Productores de Caña India, Coopeindia, R.L, en el año 1982.

La producción agrícola local y regional se ha caracterizado por la diversificación, sin embargo, se han dado énfasis y ciclos productivos particulares, tal y como su analizó con el caso del tabaco.

El cooperativismo, como forma de organización, ha demostrado ser una alternativa viable para los productores de la región. Durante este lapso de tiempo, aglutinó agricultores dedicados al tabaco y al café. Además, ha logrado promover y fortalecer la diversificación agrícola, mediante el fomento del cultivo de caña india y de follajes, así como su comercialización en el mercado externo. Esto ha contribuido, de manera significativa, al mejoramiento de la situación económica y de la calidad de vida de los agricultores.

No obstante, los retos que plantea la economía de mercado en la actualidad, son grandes y complejos, lo que demanda, por parte de todos los actores y sectores involucrados en la producción agrícola, un firme y genuino compromiso y convicción con el trabajo en equipo; así como una fuerte capacidad de innovación para incursionar en nuevos mercados.

Notas:
2. En círculos internacionales se designó con el nombre de Revolución Verde al incremento de la producción agrícola que se dio partir de 1950, como consecuencia del empleo de técnicas de producción modernas, basadas en la selección genética y la explotación intensiva, permitida por el regadío y fundamentada en la utilización masiva de fertilizantes, pesticidas y herbicidas y en el uso de maquinaria pesada. La importancia de esta revolución radicó en que mostraba perspectivas muy optimistas con respecto a la erradicación del hambre y la desnutrición en los países subdesarrollados. Desde 1950, la producción agrícola ha ido aumentando continuamente, a un ritmo que ha superado con creces al aumento de la población, hasta alcanzar una producción de calorías alimenticias que serían suficientes para toda la humanidad, si estuvieran bien repartidas. Algunos de los logros más significativos de la Revolución Verde fueron el desarrollo de variedades de trigo, arroz y maíz con las que se multiplicaba la cantidad de grano que se podía obtener por hectárea. Cuando se fueron introduciendo estas mejoras en Latinoamérica y Asia (décadas de 1960 y 1970), muchos países que hasta entonces habían sido deficitarios en la producción de alimentos pasaron a ser exportadores. Por ejemplo, la India, país que sufría el azote de periódicas hambrunas, pasó a producir una suficiente cantidad de cereales para suplir las necesidades alimenticias de la mayor parte de su población. Los beneficios traídos por la Revolución Verde son indiscutibles, pero han surgido algunos problemas. Los dos más importantes son los daños ambientales y la gran cantidad de energía que hay que emplear en este tipo de agricultura. Para mover los tractores y otras máquinas agrícolas se necesita combustible; para construir presas, canales y sistemas de irrigación hay que gastar energía; para fabricar fertilizantes y pesticidas se emplea petróleo; para transportar y comerciar por todo el mundo con los productos agrícolas se consumen combustibles fósiles. Se suele decir que la agricultura moderna es un gigantesco sistema de conversión de energía, petróleo fundamentalmente, en alimentos.

3. Este apartado corresponde a una síntesis del artículo de Alfaro y Badilla, titulado: Apuntes sobre la trayectoria histórica del cultivo del tabaco en el cantón de Palmares. El mismo forma parte del número 23 de la Revista Herencia del año 2010.

4. Las tercenas, como se ha indicado, consistían en puestos de control de la cosecha y venta de tabaco. En Palmares se establecieron en el año 1875.

5. La breba consistía en el tabaco que se preparaba para ser mascado. El tabaco era mezclado con miel de tapa de dulce espesa, cacao, vainilla, cáscara de limón dulce y clavos de olor. Posteriormente, las hojas pasaban a la prensa de tabaco hasta secarlas.

6. Esta variedad se adapta a diversos tipos de suelos. Su crecimiento es rápido y vigoroso. Las hojas tienden a ser quebradizas, pero alcanzan un buen tamaño. Es de grato aroma y de buen gusto para el consumidor.

7. En torno a la construcción de la identidad comunal palmareña, Yamileth González y María Pérez destacan que: “la relación de lo eclesiástico con lo político es fundamental para explicar, no sólo las controversias que se dan en el seno de la comunidad sino, sobre todo, la conformación de la identidad local`, frente a otras identidades particularidades, frente y con la identidad hegemónica... Ese sentido de pertenencia –al país, la provincia, la región, el cantón o el distrito- se da en Palmares de una forma peculiar: En primer lugar se siente el orgullo de palmareño, luego el distrital para, más tarde, abrirse a la provincia (Alajuela) y al país. Por último, y sólo en última instancia, los vecinos de Palmares se identifican con los cantones más cercanos” (González y Pérez, 1993: 99-100).

8. Acuña Jara, Luis Carlos y Brenes González, Alba Iris. Análisis jurídico del cultivo de la caña india en la zona de Occidente. Tesis de grado para optar al título de Licenciados en Derecho. Facultad de Derecho. Universidad de Costa Rica, 1988. p. 20.


Bibliografía

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*Correspondencia:
Maynor Badilla Vargas: Maynor Badilla Vargas. Costarricense. Historiador. Docente e investigador de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: mainor.badilla@.ucr.ac.cr
1. Maynor Badilla Vargas. Costarricense. Historiador. Docente e investigador de la Sede de Occidente, Universidad de Costa Rica. Correo electrónico: mainor.badilla@.ucr.ac.cr

Recibido: 03.09.12 Aprobado: 01.12.12

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