De cuerdas y memorias 2
Lo antiguo está hecho de cuerdas y raíces, entre úteros que tejen trasmallos frente a la primera luz marina. Los ojos de sal salpican las manos de los abuelos que enseñaron: los peces saltan al profundo eco de la memoria y el resplandor del sol arruga a ese niño de mar. No hay relojes frente a un océano de futuros ni brújula más exacta que la mirada de Dios, la madre de todas las madres que mece serena a todos los hombres que misteriosamente se hunden y luego vuelven sanados a alimentar los monstruos ocultos en los arrecifes del alma.
Miró a la diosa
de pies descalzos posarse sobre los corales de fuego rompió la jaula de sepias camufladas en el nacimiento. Brotaron monstruos en el avistamiento del inconsciente, se devoraron a un niño cubierto de plancton deseos lunares anclados a bordes muertos Rasguñó las paredes en busca de acertijos, frente al malecón lo encuentran contemplando sus manos de pólipos, sus brazos como focos submarinos frente a un computador. Rompen sus sueños los cordones de la marea tentáculos furiosos de Poseidón.
Soul food
A doña Doria
Danzan las ollas de las diosas migrantes encendidos está los fogones de los hambrientos, se sazonan los huesos de la ofrenda los secretos son susurrados; son las burbujeantes voces de las tías abuelas quienes nos hicieron comer el verano con rondon entre cacerolas la familia era un pueblo y las manos los libros de todas las recetas. Respiramos los surcos aromáticos de las hierbas para habitar eternamente en las memorias del paladar.
Del borde al fin
Mi cuerpo es una cafetera que hierve en la madrugada Mi piel es de hule y todo sabe a sal como mamífera me arrastro por la playa lloro entre la lluvia y remojo la conciencia entre el coral muerto. Tengo un vidrio entre mis manos que corta toda razón. Floto en las las lagunas del caos hay un precipicio en cada paso Estoy hundida en ese charco frente a casa. Y ninguna voz me hace despertar de este sueño. Crece en cada minuto que respiro como animal nocturno me devora. Mi pálpito se duplica. Estoy al borde, corro y grito en la habitación de mi vientre. Se desploma el pájaro desde el árbol gigante. Me desangro en el centro de la selva. Huyo hacia el fin.