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Comunicación

On-line version ISSN 1659-3820Print version ISSN 0379-3974

Comunicación vol.30 n.2 Cartago Jul./Dec. 2021

 

Artículos

Pedagogía crítica y discusiones sobre género. Adaptación de la foto voz como herramienta pedagógica en la clase de humanidades

Critical pedagogy and gender discussions: adapting photovoice as a pedagogical tool in humanities

Jessie Zúñiga-Bustamante1 
http://orcid.org/0000-0003-4441-9885

1Universidad de Costa Rica, Costa Rica, ORCID: 0000-0003-4441-9885

Resumen

Las Humanidades son fundamentales para promover el pensamiento crítico y despertar curiosidad por la investigación, así como para cuestionar las realidades que moldean el contexto social de los discentes. La foto voz, adaptada al contexto del aula como herramienta pedagógica, podría ofrecer un espacio más abierto de participación, compromiso estudiantil y discusión de temas polémicos y difíciles de abordar para muchos. Asimismo, al usar la fotografía (o el dibujo) como medio, se exhorta la creatividad y la reflexión sobre el uso de la imagen para crear discurso, expresar ideas y problemáticas sociales o capturar la realidad social desde una óptica particular.

Palabras clave: Pedagogía crítica; foto voz; Humanidades; herramientas pedagógicas; equidad de género; género

Abstract

Humanities are essential in promoting critical thinking and arousing curiosity for research, as well as encouraging the questioning of realities that shape the social context of students. Photo voice, adapted to the context of the classroom as a pedagogical tool, could offer a more open space for participation, student engagement, and discussion of issues that are controversial and difficult to address for many of them. Likewise, when using photography (or drawing) as a medium, creativity is encouraged, as well as reflection on the use of image to create discourse, to express ideas or social problems, or to capture social reality from a particular perspective.

Keywords: Critical pedagogy; photo voice; humanities; pedagogical tools; gender equality; gender

Introducción

Fomentar el pensamiento crítico es indispensable en todo esfuerzo académico. En una institución que se precie de no reproducir la lógica del saber como mercancía y de considerar a la universidad como administradora de ese saber, la pedagogía crítica se convierte en un imperativo. La labor de las Humanidades es, por ende, fundamental para promover el pensamiento crítico y despertar la curiosidad por la investigación, así como el cuestionamiento de las realidades que moldean el contexto social de los discentes, cualquiera que sea su área de estudio. No obstante, esta tarea se ve amenazada por la falta de formación crítica que los estudiantes han heredado del sistema escolar, el conservadurismo y, en ocasiones, porque los profesores recurrimos poco a recursos pedagógicos creativos que permitan desarrollar esas competencias. La foto voz, adaptada al contexto del aula como una herramienta pedagógica, podría ofrecer un espacio más abierto de participación, compromiso estudiantil, así como discusión de temáticas que son polémicas y difíciles de abordar para muchos, como lo es, por ejemplo, el tema de género.

Con las Humanidades en crisis, así como con el aumento de poder de grupos conservadores, neoevangélicos y sociales contra la mal llamada “ideología de género” en el caso costarricense (y americano), los esfuerzos por una educación tanto crítica como responsable en materia de Derechos Humanos, género y sexualidad se vuelven indispensables. La discusión de género se ha convertido en un tema muy delicado en ciertos entornos, como el que actualmente vive la sociedad costarricense, máxime si se piensa en un contexto de aula con estudiantes de nuevo ingreso a la universidad, en grupos conformados por dicentes de orígenes y creencias diversos, y con un bagaje muy disímil. De ahí que, más allá de incluir el tema en el currículum de la clase de humanidades, sea ineludible crear espacios para la reflexión sobre género; este es un deber de la universidad, que ha de estar siempre en pro de una sociedad más equitativa, justa y solidaria.

En este artículo se pretende hacer una revisión de qué es la foto voz, su método y cómo puede adaptarse como instrumento en el proceso de formación de ciudadanos más críticos y respetuosos tanto de la diversidad como de los Derechos Humanos, a la vez que se anima a estudiantes a compartir sus conocimientos y preguntas, en un ambiente fuera de prejuicios, lo cual podría resultar también en una gran lección para el empoderamiento y la acción.

Participación y formación crítica. La foto voz

La foto voz como herramienta de investigación se remonta a los años 90 cuando Caroline Wang y Mary Ann Burris hacían investigación acerca de las condiciones de salud de las mujeres campesinas en una zona rural de Yunnan, China. Su idea era crear un espacio de participación más activa, así como promover el empoderamiento de estas mujeres mediante la fotografía, al darles la oportunidad de captar en imágenes sus necesidades y los problemas de salud en su comunidad.

Ellas definen la foto voz como el proceso mediante el cual las personas pueden representar a sus comunidades usando la fotografía y, así, ser actores de cambio (Wang y Burris, 1997).

Wang y Burris (Liebenberg, 2018) desarrollaron una metodología para poner en práctica la foto voz. Esta implica un arduo trabajo de mutua colaboración y compromiso tanto de parte de investigadores como de colaboradores comunitarios. El proceso incluye la capacitación de los colaboradores, sesiones de discusión y reflexión de resultados, y, finalmente, la exhibición al público de los resultados. La conexión entre la foto voz y las teorías de producción colaborativa de conocimiento asume también que los investigadores se comprometen con la acción para el cambio social y con los miembros de la comunidad donde realizan su investigación, pues como afirma Liebenberg “empowerment includes at least four kinds of access: access to knowledge, access to decisions, access to networks, and access to resources” (2018, p. 6).

Muy grosso modo, la metodología de foto voz incluye varios pasos, a saber: dotar de cámaras a las personas participantes, capacitarlas en el uso de estas y en ética de trabajo de campo, para que luego capturen imágenes que respondan al tema escogido por el grupo y que concuerden con la investigación. Luego se programan sesiones de discusión grupales en las que se comparten las fotos para determinar, de forma colectiva, su contenido y sus implicaciones. Finalmente, se escogen las imágenes que mejor representen las ideas del grupo y se programa una exposición de estas al público, con el fin de acceder a personas con poder suficiente para generar cambios sociales efectivos para la localidad.

Para este proceso del VOICE (Wang y Burris, 1997, p. 381) o de sesiones grupales, que sería el núcleo de la foto voz como herramienta pedagógica, Wang y Burris diseñaron SHOWeD (ver figura 1). Este es un instrumento para el trabajo grupal con las imágenes captadas por sus participantes.

Estas preguntas conforman una base que puede modificarse según los objetivos de la investigación o del grupo participante, no obstante, se recomienda su uso como guía para la reflexión colectiva y la creación conjunta de conocimiento. Esta metodología fue diseñada para el trabajo de campo y la investigación colaborativa en aras de generar un cambio político-social, pues, de acuerdo con Liebenberg (2018, p.4), la foto voz se definide − en esencia− como “reflection through making photographs, exploration of meaning through collaborative interpretation and dissemination for change”. Posee un gran potencial como herramienta pedagógica, si se logra adaptar sus principios a los objetivos de clase, en este caso, de Humanidades.

Figura 1 Metodología para el SHOWeD 

Esta propuesta se basa en ideas heredadas de la teoría feminista y la foto documental, así como de la educación popular y el uso de imágenes para generar diálogo de Paulo Freire. No obstante, como lo han señalado investigadores, considero que esta metodología coincide a plenitud con los objetivos de una pedagogía crítica en clave freireana. De ahí, me permito proponer que, a pesar de carecer de la fase de comunicación, y de la búsqueda de acción y cambio social inmediatos, los principios de reflexión e interpretación colectiva de la foto voz traducen muy bien los objetivos de una clase de Humanidades.

Foto voz en el aula de humanidades

La enseñanza es un proceso en el que se conjugan enseñar y aprender (Freire, 1997). Enseñar algo es una posibilidad que existe gracias al descubrimiento de nuestra capacidad para aprender, por lo tanto, aprender está antes que enseñar. Esto llevó a Freire a plantear su famoso presupuesto de “No hay docencia sin discencia”, el cual implica el respeto por los otros, así como la práctica reflexiva de la docencia.

En un momento de crisis para las Humanidades como el que vivimos hoy (Camargo, 2011), es más necesario que nunca convertir el aula en un escenario de comprensión del propio tiempo, de dialogismo, un espacio desafiante que ponga en evidencia no solo la voluntad de verdad, sino la reproducción de esta mediante nuestras prácticas cotidianas. El salón de clase del siglo XXI debe configurarse con una pedagogía histórica y política, ser cuna de las nuevas humanidades en clave derrideana, ser el espacio crítico de la obviedad de la cultura y su construcción.

Tal y como propone Alejandro Llano (2006), en su artículo “Sentido actual de las Humanidades”, estas tienen cuatro vías, a saber: interpretación crítica de la sociedad actual, revitalización de la cultura, reflexión sobre las grandes cuestiones personales y sociales, y ser catalizadores de la creatividad. Estas vías son clave para mantener la vigencia de las Humanidades y, como tales, pueden ser potencializadas mediante la foto voz como medio para que los estudiantes puedan retratar su mundo, sus inquietudes, de compartir ideas y de repensar el uso de la tecnología. Este esfuerzo requiere también de un nuevo perfil del profesor o la profesora de Humanidades, demanda docentes freireanos, conscientes de la potencialidad de transformación cultural mediante la educación fuera de la lógica empresarial o del saber “bancario”, que ve en el estudiantado un repositorio y no un elemento vivo del proceso de aprender-enseñando.

La foto voz coincide plenamente con esta filosofía, pues reconoce que el saber del otro es valioso, que merece ser escuchado y tomado en cuenta. Suele haber falta de escucha por parte de los docentes. Este es un reclamo común entre estudiantes de Humanidades; en general, como profesores rara vez hacemos autorreflexión sobre nuestra práctica y dejamos de centrarnos solamente en nuestros intereses. De manera que se dé cabida a las inquietudes e ideas que nuestros estudiantes traigan a la clase; como decía Freire, no hay una pedagogía de la pregunta y normalmente damos respuesta a preguntas que no se nos han hecho. Se debe partir de un hecho simple: las personas estudiantes quieren ser escuchadas y llevan mucho tiempo diciéndolo.

En el coloquio El quehacer de las Humanidades (Universidad de Costa Rica, agosto 2019), los representantes estudiantiles −en la mesa Las Humanidades vistas por los estudiantes− exponían la necesidad de una apertura pedagógica que sobrepase la tradicional clase magistral y brinde un espacio para la escucha. Todo su discurso estuvo en perfecta concordancia con la propuesta freireana de que “enseñar exige respeto a los saberes de los educandos” (Freire,1997, p.31).

Asimismo, las nuevas generaciones nos obligan a repensar la docencia y ser creativos tanto respecto a los contenidos como a su mediación. Normalmente, se plantea la educación como un medio óptimo para enfrentar el mundo, no obstante, Freire propone que la discusión crítica de las realidades, mediante el diálogo, es condición sine qua non para lograrla. Solo con la cercanía entre la experiencia social y los currículos académicos se podrá establecer un saber no solamente pertinente, sino significativo y perdurable.

Mediante la fotografía, medio harto conocido y usado por casi todos los estudiantes, se puede conseguir un diálogo que devenga en pensamiento crítico, como lo propone Freire (2005). De modo que así se logre crear conciencia sobre cómo las estructuras de poder se producen y cómo las reproducimos mediante una serie de prejuicios, conductas y estereotipos.

Este último punto coincide con la teoría feminista y la teoría de género, entre cuyos principios está evidenciar las conexiones entre las desigualdades y los sistemas político-económicos, así como la reproducción de estas desigualdades en las prácticas cotidianas de todas las personas. Partir de la experiencia social de los estudiantes y de su visión del entorno puede generar una mayor empatía y constituye, sin duda, un aprendizaje del cual pueden apropiarse mejor que en una clase magistral sobre, en este caso, teoría de género. Después de todo, diría Freire, “enseñar no es transmitir conocimiento, sino crear las posibilidades de su producción y de su construcción” (1997, p. 24). En este proceso colaborativo y horizontal, se pueden crear las condiciones para el pensamiento reflexivo, el empoderamiento y la acción, mediante la escucha.

La foto voz y la discusión sobre género en el aula de humanidades

Teniendo claro que la clase de Humanidades debe ser, en primer lugar, un espacio seguro y dispuesto para el intercambio, el pensamiento crítico, la diversidad, el respeto por el otro, así como un alegre acercamiento al trabajo en conjunto y la producción colaborativa de conocimiento, planteo que la foto voz es una herramienta muy valiosa para el desarrollo de todas estas competencias, a la vez que se abandona el viejo modelo educativo centrado en la figura del profesor o la profesora, su agenda y “su saber”.

Adaptar esta estrategia metodológica a la clase es relativamente sencillo; el aula −como pequeña comunidad− muestra sus voces en toda su diversidad, en sus preocupaciones, gustos y saberes. Se parte del estudiantado como colaborador para crear de forma conjunta el conocimiento y se hace uso de la creación colectiva de significados para la dinámica de clase. Al final, se sugiere una etapa de reflexión individual, como síntesis y también como parte de la evaluación.

Durante el I semestre de 2019, decidí adaptar la foto voz como forma de crear espacios más abiertos y equitativos para la discusión en una clase de la Sección de Comunicación de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica. En esta, uno de los ejes temáticos era Género: feminidades y masculinidades. El programa de la unidad se desarrolló en tres sesiones, de la siguiente forma:

En la primera sesión se hizo una introducción a conceptos básicos sobre género, mediante una discusión, cuyo detonante fue una presentación que titulé “¿Son las “fiestas para revelar el sexo2 ” maravillosas o molestas?”. En esta, hice uso de la práctica cada vez más común (y adoptada de los Estados Unidos) de los “Gender reveal party” que, aunque se parecen bastante al tradicional Té de canastilla o Baby Shower, se diferencian en un aspecto sustancial: toda la fiesta gira en torno al momento en el que se revela cuál es el “género” del bebé por nacer; para ello, se suele recurrir a estereotipos sociales contemporáneos asociados a lo masculino y femenino, por ejemplo, los colores rosado y celeste, entre muchos otros. Este es un tema con el que muy pronto hay conexión, pues todos, o casi todos, conocemos o hemos ido a un té de canastilla y sabemos de qué se trata, pero, además, es un espacio social en el que los roles tradicionales de género afloran sin ser debatidos. El tema es idóneo, pues permite el cuestionamiento de la categoría de género impuesto sobre un ser incluso antes de su nacimiento. La idea principal de la presentación es generar preguntas y poner en primer plano el cuestionamiento como forma de acercarse a la realidad cotidiana.

Figura 2 Secuencia didáctica para el uso de la PhotoVoice como herramienta pedagógica 

La discusión busca cuestionar por qué damos tanta importancia a estos temas y los ritualizamos mediante prácticas sociales que repetimos una y otra vez. La síntesis nos lleva a plantear la diferencia entre nacimiento biológico y nacimiento social, y pregunta por el momento en que adquirimos la calidad de “persona” en nuestra cultura en comparación con otras culturas en el mundo. Luego incluye algunos conceptos básicos del género tradicional, los roles de género y una diapositiva que incluye el “unicornio de género”, como única referencia al género no binario. Finalmente, incluye el trabajo de artistas que ponen en entredicho estos conceptos mediante una exposición de arte local3 y el trabajo de Eli Rezkallah4 .

La sesión cierra con una introducción a la foto voz y las instrucciones más detalladas de lo que deben hacer para la siguiente clase. Básicamente, todos deben tomar una o varias fotografías, pero deberán escoger una, en la que se represente de algún modo lo que entienden por masculino, femenino, género o temas afines. Deben enviar la fotografía por correo electrónico (o cargarla en una plataforma virtual) con su nombre y traerla impresa la siguiente sesión. Se concientiza acerca del uso que hacemos de la foto, en plataformas como Instagram o Facebook, y cómo estamos creando contenidos -y reproduciendo ideología- constantemente.

En la segunda sesión, la que es propiamente la foto voz, formamos un círculo; cada persona tiene su foto en mano y la dinámica sigue la estructura del SHOWeD de Wang y Burris que ya vimos, con algunos cambios. En primer lugar, cada estudiante debe poner un título a su foto y luego contestar las preguntas: ¿qué ve en esta fotografía?, ¿qué está pasando realmente en la fotografía?, ¿cómo se relaciona con nuestras vidas?, ¿qué transmite esa imagen acerca de la sociedad?, y ¿por qué ocurre esto y es pertinente hablar de ello? Además, se dejaron para la reflexión escrita que debieron hacer en casa, posterior a esta sesión, las preguntas finales: ¿cómo podemos enfrentarnos a temas como estos con nuestros nuevos conocimientos y educación?, ¿cómo podemos tener un mejor acercamiento a estos temas? y ¿qué tipo de aportes podemos hacer?

El proceso fue interesante porque algunos estudiantes5 decidieron hacer dibujos en lugar de tomar fotografías. Uno de esos fue “Macho” (ver figura 3), que de inmediato trae a la memoria las ilustraciones del artista Tom de Finlandia; cuando se lo mencioné, el estudiante dijo: “sí, yo me inspiré en sus dibujos”.

Figura 3 “Macho” 

Esto demuestra no solo que esta generación tiene sus ideas establecidas sobre los cuestionamientos de género, sino que rescata un texto artístico, que revitaliza la cultura y hace vigente su discurso; en tanto, en las ilustraciones de Tom de Finlandia el tema central son los estereotipos de la masculinidad prototípica que contrastan la homosexualidad de sus personajes con una hipersexualizada masculinidad en clave tradicional. Esa visión coincidió con otras fotos que mostraban a hombres en el gimnasio, los deportes, etc.

Otra estudiante presentó la siguiente foto (ver figura 4) y escribió en su reflexión:

La fotografía en sí puede no parecer pertinente en nuestras vidas, pero lo es, personas como Mar existen no solo en todo el mundo sino en los ambientes donde coexistimos… Es un tema pertinente porque no podemos negar la existencia de estas personas, tenemos que garantizarles acceso a derechos, por ejemplo, Alemania fue el primer país en establecer el tercer género (no binario), dichas personas podrán tener en sus identificaciones personales su género y están protegidos por la ley, lo mismo se busca hacer con la visibilización de esta población. Para resolver estos problemas debemos incluirnos en los temas de conversación, en la educación, no solo enseñar a respetar a las y los demás, también dar a conocer que existen. (A. Alfaro, comunicación personal, 4 de junio de 2019).

Figura 4 “Performance” 

La foto de Ariela trajo a discusión el tema de personas de género no binario en la comunidad universitaria. La persona de la foto es estudiante de la universidad y es fácil encontrarla por el campus. De los mismos estudiantes surgió la necesidad de discutir qué pasa con quienes no calzan en el género tradicional, aquí, en su realidad inmediata y “pequeña” de la universidad: ¿Qué hace la universidad para garantizar su seguridad e inclusión? ¿Cómo reacciona la gente aquí? ¿Cómo reacciono yo?

Todos tenían una opinión, muchos también se identificaron con géneros no tradicionales. Hubo fotos de parejas de amigos homosexuales rechazados por sus familias, otras de aceptados y de parejas no tradicionales. En fin, unos a otros se mostraron que son una población muy distinta, pero que comparte muchas preocupaciones, además que dialogando y escuchándose pueden entenderse y conocerse mejor.

Otra estudiante, Daniela (ver figura 5), escribió:

La imagen trata de transmitir el deseo de libertad de expresión, libertad a la hora de amar (ya que además de la heterosexualidad hay mucha más diversidad en ese aspecto y está bien) y libertad sobre los cuerpos, que no se censuren ni se humillen o juzguen y que todos puedan amarse sin necesidad de reglas sociales que les impiden ser quienes desean ser. Se tratan temas que muchos ignoran o utilizan para burlarse, como el hecho de que un hombre maquillado es “maricón” o una mujer que muestra los pezones solo “provoca a los hombres” o es “puta”. La sociedad debe darse cuenta de la forma en la que mira a los cuerpos y cómo los discrimina y prohíbe. (D. Castro, comunicación personal, 4 de junio de 2019).

Figura 5 “Sonríe” 

Muchos de ellos y ellas, como el caso de Daniela, inclusive descubrieron tener “un buen ojo” para la fotografía. Así, el ejercicio no solamente nos permitió conocer sus opiniones y dudas, sino también sus talentos para el dibujo, la imagen y la observación de la realidad que los rodea. Otros incluyeron videojuegos, a sus familiares y amigos. Esta actividad les demostró que, con un poco de atención, pueden ser grandes críticos de su entorno, y que este y sus experiencias sociales son válidas y sumamente valiosas para ser analizadas en clase. Así, se reafirma la idea de que la clase de Humanidades tiene esa conexión con todo lo que nos rodea y preocupa, con lo que nos hace humanos y se debe repensar.

La foto voz también puede llevar a prestar más atención al día a día y cómo se reproducen tanto los modelos sociales de conducta como las imposiciones de género. Este es el caso de Yehudyn, quien fotografió el aviso del tren (ver figura 6), para mostrar la reproducción de roles tradicionales de género, en los que la masculinidad no asume el cuido ni la paternidad. Esto dio pie para comentar estadísticas formales sobre quién lleva la carga del cuido en Costa Rica, y la enorme desigualdad en este aspecto entre mujeres y hombres. También desató emociones respecto a conductas típicas en el transporte público, pues varios de ellos afirmaron haber sido testigos de casos en los que un padre que cargaba a su hijo o hija en un autobús lleno, no había recibido el asiento por parte de ninguno de los otros pasajeros. Nos permitió hablar sobre estudios de uso del tiempo, sus resultados en Costa Rica y el mundo, a la vez que analizamos las enormes desigualdades y cómo estos estereotipos se reproducen cotidianamente frente a nosotros.

Sobre la foto, el estudiante escribió:

La imagen la seleccioné ya que este último dibujo parece querer decir que solo las mujeres son las que normalmente cargan a sus hijos y cuidan de ellos olvidando totalmente a los padres que cumplen con esas funciones.

Parece ser que para muchas personas lo más correcto sea que solo la mujer se encargue del cuido y trato de sus hijos en la casa mientras el padre solo se encarga del ámbito económico.

Además, me pareció curioso que unos simples dibujos que son vistos en muchos lugares públicos del país y hasta internacionalmente tengan en su contenido un significado basado en estereotipos que actualmente no deberían existir, es decir, ¿por qué simplemente no poner un bebé como dibujo, por qué incluyen a la madre específicamente? (Y. Gómez, Comunicación personal, 4 de junio de 2019).

Figura 6 “Viaje cotidiano” 

Finalmente, el espacio abierto por la foto voz permitió que todos discutiéramos -en el marco de la escucha respetuosa del otro, sin juzgar ni burlarsesobre una enorme gama de manifestaciones de género, de los problemas sociales asociados a este, de contextos tan variados como la casa, la universidad y el transporte público, desde el rol tradicional de la abuelita feliz con su vida familiar hasta la persona trans… En fin, todo desde la perspectiva de los estudiantes, desde su iniciativa y para sí mismos. Uno de los que tuvo más dudas sobre el proyecto (me escribió varias veces con preguntas) y estuvo más reacio a comentar sobre lo aprendido, escribió en su reflexión final:

Tras realizar la discusión en clase, pude ver que las nuevas generaciones van cambiando su forma de pensar. Esto puede provocar un cambio en la manera de ver los gustos de cada quien, sin el tener que burlarse de alguien por tener un gusto diferente… Gracias a la clase aprendí que es muy difícil hablar acerca de este tipo de temas, ya que uno tiene que explicar muy bien acerca del tema, para no crear ningún tipo de malentendido. Expresar tu opinión acerca de un tema muy delicado como lo es en este caso, se siente incómodo y a la vez tener el miedo por encima, ya que no vas a saber el cómo va a reaccionar tu público, ni el cómo saber si es que tus ideas van a afectar de manera negativa a alguien. Existen personas que no buscan crear conflictos con su argumentación, mientras que algunos sí, suerte que durante la discusión nunca se sintió esta intención de malicia. (R. Feng, comunicación personal, 4 de junio de 2019).

El comentario de Ricardo fue muy valioso, no solo porque me demostró que el ejercicio tuvo éxito en el sentido de crear discusión y fomentar pensamiento crítico, sino porque le permitió desarrollar más empatía, seguridad y sensibilidad para abordar estos temas en el futuro. Eso es lo que yo llamaría “apoderamiento” (empowerment).

Conclusiones

Las Humanidades tienen la enorme tarea de seguir vigentes en un mundo que reclama por su desaparición. En estas circunstancias, hay que hacerse de herramientas pedagógicas que logren acercar la tríada clase-estudiante-mundo de una forma atractiva y significativa. Al hacer uso de los teléfonos y las fotos, que son ya parte sustancial del día a día de los estudiantes, y con esto darles el espacio para aportar desde su mirada y crear imágenes que los interpelen, la foto voz ofrece una puerta excelente para el diálogo y la creación conjunta de conocimiento.

Como instrumento pedagógico, sirve magníficamente para cumplir con las cuatro vías de las humanidades en el siglo XXI, expuestas por Alejandro Llano. En primer lugar, mediante la discusión en clase y el posterior ejercicio de reflexión individual se logra interpretar críticamente nuestra sociedad −entendiendo crítica como esa valoración informada, consciente y pensada de los fenómenos sociales−, pero desde el interés y la perspectiva de los discentes, lo que genera una conexión más personal entre las cuestiones sociales y su vida cotidiana. Asimismo, al usar la fotografía (o el dibujo) como medio, se exhorta a la creatividad y al pensamiento reflexivo en el uso de la imagen para crear discurso, criticar, expresar ideas, comunicar problemáticas sociales o, simplemente, capturar desde una óptica particular la realidad social.

Con una mediación adecuada, este método puede, de forma muy fácil, relacionarse con producciones culturales −contemporáneas o antiguas− que complementen la formación y el estudio del tema desde múltiples aristas. Asimismo, es una metodología bastante flexible como para poder adaptarla a temas y grupos de muy diversa índole.

Sin duda, la foto voz en clase de Humanidades cumple con las ideas de la pedagogía crítica: nos hace escuchar a nuestros estudiantes, al dejarles espacios para formar su propia voz y preguntas. La reflexión sobre imágenes de nuestra vida nos sensibiliza y nos hace estar atentos a la vez que tomamos una postura crítica de los que nos rodea. En tiempos de cambio y crisis del pensamiento, como los que enfrentamos hoy, dar un giro a la pedagogía de la pregunta es fundamental.

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Recibido: 26 de Marzo de 2021; Aprobado: 06 de Septiembre de 2021

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