La actual pandemia provocada por la covid-19 varió radicalmente nuestra forma de vivir. Dábamos por sentado muchos aspectos de nuestra vida, los cuales se modificaron en cuestión de días y semanas desde principios del año 2020 hasta hoy.

Su costo ha sido bastante elevado: han fallecido más de tres millones y medio de personas, ha sumado un costo muy alto en la salud psicológica de las personas, tanto en el corto como a largo plazo y ha repercutido en la pérdida del trabajo de muchas personas, entre otros aspectos.

Cambió nuestra cotidianeidad; por ejemplo, el impulso o el incremento, dependiendo de las características de cada país, de la virtualidad como forma de trabajar, de estudiar y de comunicarnos como medida de prevención contra los contagios de la covid-19.

En el campo de las publicaciones científico-académicas, también esta pandemia surtió un efecto: más de 30 editoriales permitieron el acceso gratuito de sus contenidos relacionados con la covid-19 con el objetivo de responder a la situación de emergencia en la salud pública provocada por esta pandemia (^{Wellcome, 2020}). Entre las editoriales que accedieron a ello se encuentran The British Medical Journal (BMJ), Cambridge University Press (CUP), ELife, Elsevier, The Lancet, PLOS, Springer Nature, Taylor & Francis.

Dichos contenidos se pusieron a disposición, en forma gratuita y reutilizable, a las personas investigadoras en el campo de la salud, lo que permitiría compartir datos y hallazgos de investigación para el desarrollo de diagnósticos, tratamientos y vacunas eficaces. En se sentido, se beneficiará a todo el mundo (Kiley, como se cita en Wellcome, 2020, párr. 6).

En este contexto, es importante mencionar dos aspectos relacionados con la publicación científico-académica. El primero de ellos corresponde al papel de las revistas y editoriales especializadas, que contribuyen a la creación y la difusión de conocimientos válidos, producto del trabajo de investigadores en distintos campos, que ayudan a las personas.

El segundo corresponde al acceso abierto al conocimiento de forma gratuita en relación con el trabajo de otros investigadores, más específicamente al conocimiento que han creado a través de bases de datos, teorías, instrumentos, intervenciones y métodos de investigación, lo que permite el intercambio de experiencias y conocimientos entre diferentes investigadores; a su vez, posibilita, en conjunto, revisar, corregir y mejorar ese conocimiento, de tal forma que contribuya al bienestar de las personas.

Enfrentar la pandemia provocada por la covid-19 ha sido una carrera contra el tiempo para lograr intervenirla y controlarla; en este momento, ya se cuenta con varias vacunas y tratamientos; su investigación e intervención son continuas. ¿Cuál sería el escenario actual si se hubiera mantenido un acceso limitado a todos los conocimientos teóricos y prácticos sobre la covid-19, por ejemplo, en cuanto al pago para acceder a ellos?

¿Cuáles son otras situaciones o aspectos que hoy afectan o propician el bienestar de las personas, en los cuales el acceso abierto al conocimiento puede contribuir a responder en forma rápida, efectiva y eficaz, sin necesidad de una situación extrema como la que se vive hoy? El tema de acceso abierto a la información, considerando todas sus ventajas y limitantes, requiere un análisis y una discusión continuos.

Giovanny León-Sanabria

Director a.i., Revista Costarricense de Psicología