SciELO - Scientific Electronic Library Online

 
vol.94 issue1Dreaming in difference: aspirations about the future in Costarican youth author indexsubject indexarticles search
Home Pagealphabetic serial listing  

Services on Demand

Journal

Article

Indicators

Related links

  • Have no similar articlesSimilars in SciELO

Share


Revista Reflexiones

On-line version ISSN 1659-2859Print version ISSN 1021-1209

Reflexiones vol.94 n.1 San Pedro de Montes de Oca Jan./Jun. 2015

 

Artículo

La interdisciplinariedad en las ciencias sociales

Interdisciplinary in social sciences

Ronald Rivera Alfaro 1  

Académico de las Maestrías en Desarrollo Comunitario Sustentable y Desarrollo Rural

1Académico de las Maestrías en Desarrollo Comunitario Sustentable y Desarrollo Rural, Universidad Nacional. ronaldrive@gmail.com

Resumen

La crisis paradigmática en la que se desenvuelven actualmente las Ciencias Sociales es producto de una incomprensión de la condición humana como complejidad del cuerpo vivencial, donde los principios -o postulados- teóricos y metodológicos se redujeron a principios simples de medición causal de los fenómenos de la realidad, en este sentido, la interdisciplinariedad vendría a ser condición de posibilidad para construir nuevas interacciones e interdefiniciones en la investigación social.

Palabras clave: interdisciplinariedad; ciencias sociales; complejidad; conocimiento; sistemas.

Abstract

The crisis paradigmatic they take place the social sciences is the result of a misunderstanding of the human condition as complexity, the principles or postulates methodological and theoretical were reduced to simple principles of measuring causal phenomena of social reality, in this sense, the interdisciplinary would become a condition of possibility to build new interactions and interdefiniciones in social research.

Keywords: interdisciplinary; social sciences; complexity; knowledge; systems

El punto central es que, efectivamente, la interdisciplinariedad en un sentido riguroso no sólo se da en toda su plenitud cuando se identifica con los sistemas complejos, sino cuando al analizar el todo organizado y desorganizado...se incluyen en las definiciones mutuas e interactivas las relaciones de explotación y exclusión Pablo González Casanova

Parte de las interrogantes epistemológicas que nos acogen este principio del siglo XXI en las Ciencias Sociales son, inicialmente, el legado de un continuum indagatorio sobre el papel de las ciencias y las humanidades en las dinámicas inmanentes de realidades sociales propias -y necesarias- para redimensionar las condiciones de vida actuales. De allí que se propone analizar desde la complejidad organizada, la crisis paradigmática en la que se desenvuelven ciertos modelos con intenciones totalizadoras en las Ciencias Sociales.

En este sentido, el trabajo se ordena desde la explicación del auge de la interdisciplinariedad y la forma de racionalidad del método hasta la conformación de comunidades científicas y el supuesto éxito predictivo y coyuntural del método cartesiano, lo cual desembocará en el repensamiento de los nudos problemáticos en las Ciencias Sociales y el dilema del control. Todo lo anterior conforma la perspectiva de análisis.

Para ello, se abocará a reflexionar sobre cómo se edifica la interdisciplinariedad en las Ciencias Sociales a partir del relato maduro de una lista importante pero no extensiva de autores (García, 2007; González Casanova, 2004; Funtowics, 2000; Maldonado, 2009; Morin, 2003; Najmanovich, 2005; Reynoso, 2006; Roitman, 2003-2006) que han señalado una patología del saber moderno: el de la selección y rechazo de datos bajo controles simples de cuantificación y verificación sobre la base de una presunta indiscutibilidad de la razón instrumental y de la racionalización social según el modelo medio-fin, sin que ello refiera a una crítica ascética sobre las Ciencias Sociales y su desarrollo histórico, por el contrario, este tipo de divergencias entre el método, la concepción de sociedad y la cientificidad de los resultados no son nuevas, ni se sustentan en la deconstrucción perse del método hipotético deductivo, como tampoco se basan en argumentaciones desveladas y laxas sobre la desmitificación de tesis fundamentales para el desarrollo de las Ciencias Sociales como las planteadas por Marx, Bourdieu, la Escuela crítica de Frankfurt entre otras; por el contario, lo que se desarrollará a continuación, es una pequeña contribución a la crítica de los modelos míticos que sustentan sus formulaciones en presupuestos estandarizados que desconocen el sentido recursivo -tanto en el método como en la comprensión del objeto-sujeto de estudio- en las Ciencias Sociales.

En este sentido, y como primer punto de análisis, la incomprensión de la condición humana, desde sus medios materiales hasta sus escenarios éticos, ha sido un argumento racionalizado y subsumido dentro de una fragmentación de saberes que distancian -abismalmente- las posibilidades reales con las posibilidades utópicas o deseables, lo cual constituye una limitación a la creatividad y a la ilusión.

Por tanto, este rápido recorrido por la complejidad -epistemológica- de las Ciencias Sociales supone una provocación para abordar desde otro punto de vista, la racionalidad, la irracionalidad, la certeza, la incertidumbre, tal y como lo afirma Max Horkheimer al denunciar: "la razón no se puede convertir en algo transparente a sí misma, mientras que el ser humano actúe como miembro de un organismo que carece de razón" (Horkheimer, 2006:20).

Para esto, es importante examinar cómo se comprende y "racionaliza" la capacidad humana para la creación de incertidumbres desde posiciones críticas, por ejemplo la desarrollada por Hugo Zemelman, quien citando a Imre Lakatos, dice que, finalmente, "el hombre ha podido progresar porque la razón se ha atrevido a pensar en contra de la razón" (Zemelman, 2005). Esta perspectiva es compartida por el pensamiento evolutivo de Marcos Roitman el cual señala que los humanos no "soportamos la idea de caos, desorden o catástrofe" (Roitman, 2006:261), porque nos gusta la norma, lo ordenado, lo regulado, lo que nos cause menos problemas; ello implicaría que todo aquello que se salga o intente salirse de esta lógica conjunta de principios ordenados, medibles y predictibles se evite en función de mantener-sostener el paradigma aceptado y vigente.

De allí que la simultaneidad de acontecimientos (desde evidencias empíricas como la tasa de criminalidad, el incremento de la línea de pobreza, la deserción escolar, los altos niveles de analfabetización, la fertilización in vitro, hasta la concreción de nuevas teóricas como la ingeniería genética, la teoría de juegos, la cibernética y la teoría general de sistema) convergen en la variabilidad de los límites del modelo estructural-funcionalista de principio del siglo XX, el cual es producto del modelo racional moderno que ha encaminado el conocimiento humano hacia la visión "funcionalista de última generación" (Reynoso, 2006), misma que ha disipado, por mucho tiempo, la aparente complejidad. El mismo Morín en "la introducción al pensamiento complejo" nos advierte que:

La lógica de la complejidad organizada, en vez de enmarañar la vida en sociedad y de enunciar tautologías científicas, no desecha el avance científico moderno que ha dirigido el planeta los últimos cuatro siglos, sin embargo, como nueva concepción epistemológica para comprender el mundo social, sus sujetos y estructuras se basa, fundamentalmente, en la visibilización de los nudos cognitivos producto de "nuestra incapacidad para definir de manera simple, para nombrar de manera clara, para poner orden en nuestras ideas" (Morín, 2003:21).

A partir de esta crítica sustantiva al modelo de racionalidad, se inicia un nuevo proceso de comprensión de los fenómenos de la realidad social, un "reencantamiento del mundo" tal y como lo propuso Prigogine y Stengers y retomado por Wallerstein, para establecer como imperativo axiológico la necesidad de "reconfigurar el imaginario social y poner en marcha un nuevo sentido común" (Santos, 1998, 2003; Wallerstein, 1996).

Así, como segundo punto de análisis, el supuesto desasosiego entre la teoría y la práctica que ha imperado en varios nichos disciplinarios positivos, de base experimental, queda en cuestionamiento 1 debido a que "el método" no se basa en una irracionalidad de la racionalidad moderna, o de un maniqueísmo por establecer pasos hacia un "abismo conceptual" en términos santianos, por el contrario, la complejidad organizada busca la heterogeneidad de los elementos (o subsistemas) que lo componen y sobre todo, como la afirma Rolando García, "la interdefinibilidad y mutua dependencia de las funciones que cumplen dichos elementos dentro del sistema total" (García,1994).

Por ejemplo: cuando Prigogine inicia sus estudios sobre estructuras alejadas del punto de equilibrio (disipativas), encausaba el concepto de indeterminación, es decir, la imposibilidad causal lineal del tiempo por prever el futuro, como principio de análisis para el cálculo del tiempo en el futuro. Este método de investigación se nutre de los procesos de no equilibrio y de la prueba empírica de la irreversibilidad de los hechos 2 .

Ahora bien, este tipo de perspectiva sistémica considera como necesaria la elucidación y posterior construcción de una estrategia metodológica que conjugue puentes (teóricos) entre saberes que conformarían -por relación en la conceptualización del objeto-sujeto de estudio- un corpus epistemológico que requiere del entendimiento de la multiplicidad de mundos y campos de trabajo en las ciencias, es decir, se reconoce como ciencia de la creación 3 y no simplemente como revisión o descripción de hechos pasados. Este paso, fundamental, es el paso de la conformación de grupos interdisciplinarios.

El auge de la interdisciplinariedad

El trabajo interdisciplinario, lejos de ser una moda mal comprendida y mal ejecutada por comunidades científicas que solamente refunden datos, es propicia para expandir la mirada de las dinámicas intransitivas que acuden al agotamiento de teorías y metodologías. En otros términos, la interdisciplinariedad bien ejecutada, por grupos de científicos con marcos teóricos comunes, permite rendir cuenta de las articulaciones entre dominios disciplinarios quebrados por el aislamiento del conocimiento multidimensional a partir de una supuesta hermenéutica crítica.

La pista que interpela a la interdisciplinariedad como conocimiento en grupo, no se acaba con los axiomas que la complejidad como ciencia de la creación establece, pero al menos si indica el camino a seguir sobre la necesidad de crear puentes entre saberes, concatenando el conocimiento adquirido, en primera instancia, en la física, la biología, la informática, la matemática y la química sobre la autoorganización, y las interdefiniciones que desde las Ciencias Sociales conectan la acción (experiencia social) con la institución (estructuras sociales).

A pesar de esto, la exhaustividad de los postulados disciplinarios modernos en las Ciencias Sociales como la econometría, la ideografía en historia, la física social y el psicoanálisis, provienen de una doctrina facultativa de conocimientos donde la semántica misma advierte de una intraductibilidad, imposición y rigor metodológico que dirigía la investigación científica en un "orden disciplinario" que, paradójicamente, limitaba los problemas sociales a asociaciones infranqueables entre el ser (ontológico) y el saber (epistemológico). En este sentido, es importante acotar que no es la suma de disciplinas ni la idea de una división de trabajos que encuentran puntos en común (búsqueda de interfaces) la que dará vida a investigaciones interdisciplinarias, sino la introducción de la complejidad al mundo de las Ciencias Sociales como conciencia del todo, es decir, focalizar la organización de las disciplinas acostumbradas a optimizar las diferencias de sus subsistemas de pensamiento en paradigmas conservadores.

Este modelo posee una causalidad recursiva que remite a una causa-efecto-implicación como bien lo señala González Casanova en su explicación sobre el análisis general de sistemas organizados se aplica esta proposición a los debates epistémicos sobre las Ciencias Sociales se puede encontrar una disociación entre la organización de la totalidad, su semiótica y el control de la autorregulación de sus métodos; de ahí que la reestructuración de totalidades no desintegra la estructura del pensamiento moderno, por el contrario, se podría advertir la superación de ciertas teorías que son integradas a modo de subestructuras con la intención de mostrar la apertura constante de nuevas posibilidades "nunca acabadas", por eso la incomprensión metodológica funge como principio de apertura en la investigación de las Ciencias Sociales.

La incomprensión en las Ciencias Sociales

Por su parte, la conformación de comunidades científicas, como grupos políticamente organizados, tiene una tendencia a mantener el equilibrio en el trabajo en grupo por medio del reconocimiento de los avances que pueden derrumbar los estatutos aceptados y crear nuevas expectativas y resultados. Esa lucha contra la inestabilidad se expresa en el mismo núcleo del concepto de paradigma.

En la ciencia normal de Thomas Kuhn, el comportamiento de las comunidades científicas es tradicional y predecible

Ninguna parte del objetivo de la ciencia normal está encaminada a provocar nuevos tipos de fenómenos; en realidad, a los fenómenos que no encajarían dentro de los límites mencionados frecuentemente ni siquiera se los ve. Tampoco tienden normalmente los científicos a descubrir nuevas teorías y a menudo se muestran intolerantes con las formuladas por otros (Kuhn, 2004:53)

Es por esto mismo que, de acuerdo con Kuhn, la "existencia de un paradigma ni siquiera debe implicar la existencia de algún conjunto completo de reglas" (ídem), aunque exactamente el paradigma no se comporte como una empresa única, monolítica y unificada.

Empero, el estado de confort de estas comunidades científicas dan pista para vislumbrar algunas alternativas. Pablo González Casanova insiste en lo siguiente:

...desde mediados del siglo XX, coexisten de nuevo varios paradigmas que a la vez orientan hacia la conservación, la creación y la legitimación del sistema dominante y apuntan hacia la construcción de sistemas alternativos en todos los órdenes de las ciencias y las artes (González Casanova, 2004:390).

El tránsito de un paradigma a otro ya venía siendo advertido. En su reencantamiento del mundo, Morris Berman dice que a "medida que la civilización entra en su período de declinación, más y más personas buscarán un nuevo paradigma, e indubitablemente lo encontrarán" (Berman, 1990:294), de allí que la idea de un conjunto ordenado en secuencias discursivas a, b, c, d... provee de un orden registral que alinea la acción social por medio del pensamiento dominante o imperante en el espectro político-económico general, de manera que la producción cultural, las políticas de estado y los tratados comerciales pueden ir y venir sin contraponer otros modelos teóricos y parámetros legales de negociación.

Esta claustrofobia social es propia del mecanicismo científico moderno de la previsibilidad de los hechos sociales -hipótesis plausibles- y de las proyecciones cuantitativas en sistemas cerrados o controlados. La descripción, explicación y predictibilidad de las teorías modernas -estructurales y funcionalistas- se han manejado en una mescolanza de discursos "universales" que desean ostentar la lógica de la interculturalidad y la transdiciplinariedad, necesarias para ser catalogadas como ideas fundantes de un paradigma con tintes de universabilidad pero sin tomar a consideración "los conflictos paradigmáticos (contradicciones internas) en coexistencia con los conflictos subparadigmáticos (los excesos y déficits)" (Santos, 2003:190).

A modo de ejemplificar estas ideas se presenta el siguiente esquema 1:

Esquema 1: Rumbo o camino de la falseabilidad 

Ejemplo de interdefinición disciplinaria: las áreas temáticas que se articulan desde la rigidez metodológica del modelo hipotético-deductivocomo disimiles o distantes en la valoración cuantitativa de las variables, estarán predispuestas a mostrarse como desbalanceadas, pero, ello no implicará que su articulación científica este ajena a contactos de orden estructural-social.

Los derechos humanos, el acceso a la justicia y la seguridad son áreas de conocimiento científico que si se quiere pueden llegar a unirse fraternalmente en el ámbito jurídico y, de igual manera, pueden distanciarse del relato jurídico y subsumirse en teorías sociales y antropológicas de convivencias comunales, relatos históricos, organizaciones políticas y culturales.

Por su parte, la traducción disciplinaria del camino positivista y neo-positivista del paradigma moderno se podría mirar de la siguiente manera tomando como referencia el ejemplo anterior.

Esquema 1.1: Exigibilidad y pragmatismo del derecho 

Repensar los nudos problemáticos

De modo que pensar, impensar y redimensionar (López, 2000) las Ciencias Sociales requiere de la búsqueda de soluciones (epistemológicas, pragmáticas y axiológicas) a nudos problemáticos de las realidades sociales. Estos nudos o etapas-momentos de estancamiento, inmovilidad, atadura o traba, son parte de las barreras teóricas e incomprensión que los saberes sociales han intensificado desde sus sistemas lineales (inductivos) y simetrías metodológicas que dejan de lado los "nuevos consensos heurísticos" (Wallerstein, 1996:81).

Para ello, Marcos Roitman señala de manera muy clara el ideal discursivo-científico de la humanidad desde el punto de vista de las ciencias de la certidumbre:

...descifrar los mensajes que emiten la naturaleza y transformarlos en un conjunto ordenado de principios que nos permitan comprender y explicar el movimiento de los cuerpos, la vida de los organismos y la organización de la materia, es el gran sueño que desea ver realizado la humanidad. (Roitman, 2006:261)

La ordenanza y la subsunción de los saberes a un conjunto ordenado de leyes que metódicamente expliquen "el sistema-mundo" (Wallerstein, 1996: 37) refuerza el éxito predictivo y coyuntural que el método cartesiano, afincado en los principios de completitud y consistencia, ha dirigido al sincretismo teórico e indeterminación de los conceptos.

Por lo tanto, la reconstitución de las Ciencias Sociales en el contexto actual necesita, innegablemente, del trabajo interdisciplinario para una redimensión de la relación sujeto objetivizado y objeto subjetivado (grupos de investigación interdisciplinaria) donde las Ciencias Sociales tengan una reunificación epistemológica del mundo del conocimiento y la prominencia de un conocimiento institucional que sea tan solo parte del centro del problema que a continuación se enunciará:

-Poner en el centro del "pensar-hacer" (González Casanova, 2004:96) "el circuito natural de la vida humana" (Hinkelammert y Mora, 2008:29) inmerso en un desasosiego (epistemológico y fáctico de la praxis histórica) producto de una "experiencia paradójica mutiladora del cuerpo multidimensional-vivencial" (Najmanovich, 2005:37)

Así, la incertidumbre como programa utópico permite, por un lado, retomar los consensos que ya Immanuel Wallerstein había proyectado en su libro Abrir las Ciencias Sociales y que aquí se resume: "1) la relación entre el investigador y lo investigado; 2) reinsertar el tiempo y el espacio como variables constitutivas internas en el análisis y no meramente realidades físicas invariables y 3) cómo superar la separación artificial erigida en el siglo XIX entre lo político, económico y cultural" (Wallerstein, 1996:81-83), y a partir de aquí abrir las Ciencias Sociales sin tener que cargar con la llamada "imposibilidad lógica" poperiana u objetivización del objeto de estudio como experiencia paradójica. "Así pues, el trascender lo posible es condición para conocer lo posible y, a la vez, conocer lo posible es condición para poder trascender la realidad en el marco de lo posible".(Hinkelammert, 2002:310)

La idea de Hinkelammert se afianza en el límite del sujeto cognoscente como sujeto actuante ante todo como conocedor y creador de realidades, así, las demostraciones lógicas de planificación, desarrollo, competitividad se quedan en la díada regresión-progresión infinitas, donde el control de "todo" es en circunstancias obvias imposible y al mismo tiempo, moralmente perverso.

Por tanto, los nudos problemáticos en las Ciencias Sociales tienen el dilema del control como programa antiutópico (Hinkelammert, 2002:310) dejando de lado los verdaderos nichos de desarrollo teórico en beneficio del circuito natural de la vida o de la vida misma. Por eso, se propone, visibilizar y establecer las preguntas que no hablen del "todo" como universo imposible de controlar, pero sí de la sociedad "como un todo".

Esquema 2: Rumbo o camino hacia la contingencia y la complejidad 

De este modo, la complejidad organizada o interdisciplinariedad en las Ciencias Sociales tiene como fundamento primario la interacción de componentes -en sistemas cerrados y abiertos- propios de la vida, la humanidad y la naturaleza (materia). Se denomina organizada por presentar las posibilidades del todo y las partes en conjuntos y subconjuntos de relaciones determinantes que suscitan eventos identificados como límites de la razón; asimismo, los eventos en virtual descontrol como la pobreza, el genocidio, la guerra, no se opusieron a la metafísica de los eventos controlados como los tratados de comercio internacional, los subsidios arancelarios y la explotación del medio ambiente.

Esta relación dialéctica y funcional del "todo" viene a brindar una pista del fundamento epistemológico en la construcción de (nuevos) paradigmas sociales en América Latina, más aún, si se tiene en cuenta la elaboración de conceptos-realidades (interdefinibilidad) como problema sinérgico, contradictorio de los elementos que conforman el "todo".

Específicamente en el caso latinoamericano la "creación de novedades" (González Casanova, 2004:79) viene sobrepuesto a los intentos de recuperación de la memoria histórica y valoración del conocimiento social que ha surgido de la contingencia política regional y de la reinserción de "viejas" cosmovisiones del mundo, sus actores y sus medios (naturaleza, Estados, estructuras locales, regionales y globales).

Sobre América Latina y la construcción de teorías sociales

El proyecto sociopolítico de América Latina ha desvariado entre posiciones conservadoras de cumplimento sine qua non de las recomendaciones de los organismos regionales e internacionales -Comisión Económica para América Latina (CEPAL), el Banco Interamericano de desarrollo (BID), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Banco Mundial (BM)- en contraposición de Alianzas políticas subregionales de apadrinamiento ideológico que se resisten a los axiomas inaugurales de la estructura política internacional.

Al elegir el continente latinoamericano para visualizar esas nuevas racionalidades fundamentadas en la emancipación social y el desarrollo endógeno o creación endógena, es importante acortar que las líneas teóricas más relevantes para la comprensión de los procesos sociopolíticos de resistencia o transformación de la vida en sociedad se mantienen vigentes, segregadas y desacreditadas por el mismo método simplificador que ha hipertrofiado el neoliberalismo por encima de cualquier otro tipo de tendencia ideológica.

La comprensión de "realidades emergentes" en América Latina no se aísla de los avatares mundiales. El replanteamiento de las problemáticas que los organismos internacionales han tratado de medir por medio de indicadores como índice de desarrollo humano, seguridad humana, ingreso per cápita, aluden a un marco global de entendimiento -sentido común- que si bien ha evidenciado un sesgo hacia la rigidez normativa e inflexibilidad metodológica, su procedimiento se mantiene en una escala inductiva de homogenización.

De esta forma, la confrontación ideológica entre marxistas ortodoxos, neoliberales, eclécticos y conservadores socialdemócratas, más el constante uso de las fuerzas militares aunada a la larga historia dictatorial y de golpe de Estado que ha escrito esta región no es obra de la casualidad ni del azar. Si miramos con brevedad, el acostumbrado uso de la violencia como un "leitmotiv", desde la conquista hasta nuestros días, se puede asentar con propiedad que los cambios sociopolíticos han sido copia y calco de la misma vorágine que ha mantenido -y se reitera, explícitamente, el caos en su sentido reducido de destrucción y violencia que persiste en América Latina- un alejamiento abismal entre la fuerza de resistencia contra el "gran imperio" y sus resultados vivenciales en pequeña escala. Valga recordar los intentos por afianzar una nueva intencionalidad de gobernar en Brasil (1963) y Chile (1973) y sus efectos ex post golpes de Estado.

Lo remitente de las vertientes sociales y política en América Latina se ha explicado desde visiones reducidas de predictibilidad y ordenamiento de sistemas absolutamente objetivados, en los cuales la universalidad del pensamiento moderno europeo fue punto de inicio y fue punto de llegada. El problema en consecuencia sigue siendo un conflicto de autoridad-coerción resuelto de la misma forma. El método causa-efecto propio del ideal medio-fin dio como augurio la crisis política, social, identitaria y cultural de América Latina.

Escuelas de pensamiento y revoluciones

Por un lado, durante los años sesenta y setenta del siglo XX los debates se centraron en el surgimiento de movimientos insurgentes que proclamaban una toma de conciencia del enclaustro geopolítico del cual era presa América Latina. Las reivindicaciones producto de las revoluciones de Cuba (1959) y de Nicaragua (1979), ésta última de dudosa manufactura, dieron muestra que el cambio en el poder de mando no sugería un modo de actuar diferente.

Por otro lado el surgimiento de nichos teóricos como la teoría de la dependencia hicieron hincapié en el contradictorio ideal de universalidad industrial burgués a través de ligeros intentos de complejidad -sin que ello refiera a que se estaba haciendo un uso consiente de los postulados de la complejidad organizada anteriormente descritos, pero que por su valía conceptual se puede relacionar-.

Los conceptos claves de la acción dependentista visualizaban una transición paradigmática en el sentido de una emergencia - principalmente económica- que condicionó "el desarrollo de las fuerzas productivas internas... conformando estructuras sociales distintas de aquellas del capitalismo dominantes" (Santosa, 2005:160).

La teoría de la dependencia subsumida en un pensamiento marxista althuseriano de estructura y superestructura logró, independientemente de la ideológica y agenda política de los países, asentar las bases de la crítica al tan acostumbrado binarismo moderno donde el manejo despreocupado y erróneo de los nociones de barbarie, civilización, sociedades coloniales y semicolonias, dieron al traste con el entendimiento de la revolución y cambio social.

El mismo ideal de "progreso" producto de la revolución industrial y posteriormente de la revolución tecnológica tendió a mimetizar las contradicciones globales del sistema capitalista, reivindicando el método clásico de crecimiento lineal, por etapas, cuantificable y predecible. Por su parte, la valoración discursiva y conceptual de los preceptos que validaron en su momento teorías como el estructural funcionalismo cepalino, el funcionalismo sociológico de Gino Germani y el neodesarrollismo por nombrar algunas, son muestra de la impostergable necesidad de interconectar e interdefinir conceptos que han divagado de un lado hacia otro simplificando las respuestas "funcionales" ante las crisis en América Latina.

La crisis de la sociología latinoamericana de los años setenta, donde la consolidación del capital empresarial-privado y los cambio-ajustes estructurales con el objetivo político de modernización y nueva industria, redujeron sustancialmente las posibilidades de un desarrollo a "escala humana" y, por el contrario, afianzaron un modelo estructural-funcionalista donde la idea centro-periferia atascó el intento de lograr un desarrollo endógeno que fuera contrario con la idea sistema del mundo.

Los intentos por repensar las Ciencias Sociales tuvieron líneas teóricas que recorrían pensamientos arielistas -antiimperialistas- de principio de siglo XX y "reformulados como parte de un dualismo estructural" (Sotelo, 2005:49) expuesto por teóricos como Mauro Marini y Vania Bambirra donde "el imperialismo constituiría una variable a ser introducida ex post, una vez entendida la particularidad de la formación social estudiada" (Sotelo, 2005:96). Además, los debates ideológicos, por un lado, se avivaban cuando los defensores del llamado "desarrollo hacia afuera" y la perspectiva de la acumulación de capital y de la dominación política certificaban verdaderas prolongaciones de los territorios extranjeros, mientras que por otro lado, los aportes de la teoría marxista de la dependencia analizaban el desplazamiento del sistema oligárquico-terrateniente a uno centrado en las necesidades y variables regionales.

Esta aparente dicotomía no es del todo factible en término reales. Los ideales de algunos pensadores latinoamericanos sobre la complejidad social mantenían una reestructuración de la totalidad en sentido hologramático. "A partir de allí, la llamada década pérdida de los años ochenta empezó a dar cabida a regímenes que reivindican la "fórmula de la democracia" como "alternativa" frente al militarismo, la dictadura y el autoritarismo" (Sotelo, 2005:96)

Así pues, los intentos que década por década se han expuesto para la reivindicación de los sujetos emergentes contienen elementos que se encuentran adscritos a los nuevos consensos heurísticos que planteó en su momento Wallerstein y que siguen las preocupaciones por validar la idea de "creación endógena con notable tendencia al desmantelamiento de la figura clásica moderna" (Sotolongo, et al, 2006:47) fortificadora del capitalismo y el neocolonialismo.

Consecuentemente, la no arbitrariedad del crecimiento desmedido de la pobreza y la criminalidad, la intencionalidad del investigador latinoamericano de recuperar su legado y transformarlo en creación inmediata más la convergencia de las disciplinas de las Ciencias Sociales dan por asentado los intentos por reformular nuevas racionalidades ante el enclaustro clásico del "calco y copia" que enfrentaron Mariátegui, José Martí, Bolívar, Morazán y la dependencia de origen colonial. "La historia del pensamiento crítico liberador es de la creación civilizatoria de Asía, África y América Latina" (Malek, 2005:X)

En palabas de Abdel-Malek "la emergencia de un nuevo orden internacional" (Malek, 2005:X reta la abstracción estatal por brindar posibilidades de "estabilidad" jurídica y económica. La negación o simplificación de desligar el interés cooperativo del desarrollo comunitario reedita una vieja pugna entre las tendencias teóricas significativas por la emergencia de consolidar una integración política.

Para eso, en una primera fase de reflexión, o "complejidad reflexiva" (Funtowics, 2000:63) se reafirma, en el sentido de Abdel Malek, la moralidad y erradicación del principio competitivo que históricamente ha ahogado la posibilidad creativa de la región y su necesidad de reinterpretar -como lo hicieron en su momento las líneas teóricas más importantes del pensamiento latinoamericano- el abordaje del sujeto-actor y la incorporación de la complejidad como esquema teórico explícito para repensar y proponer las orientaciones de las nuevas racionalidades que se desarrollan en América Latina.

A modo de conclusión

Por lo tanto, en alguna medida se puede concluir que la transición es un viaje asertivamente incierto y que paradójicamente crea un clima de inestabilidad y de oportunidad en su interacción con las comunidades científicas y los métodos que utiliza. Esta dinámica perfila vacíos y plenitudes que al final terminan como una profecía que se cumple a sí misma, materializando las ideas de Nietzsche sobre las verdades como construcción de intereses.

De esta forma, la interdisciplinariedad da pistas sobre los vacíos, silencios e incertidumbre de una época en la que los antiguos valores se han derrumbado y los nuevos no acaban de aparecer para tomar su lugar; esta transición paradigmática, de un paradigma de la simplicidad a otro de la complejidad, no se reduce solamente a la sustitución de una epistemología que representa una ciencia moderna de otra postmoderna, se trata de transformaciones que están tocando las puertas de la organización social, política y cultural, que a su vez, son cambios que enfrenta un mundo que defiende la comodidad de su estatus a otro más plural, de nuevas demandas y nuevas formas de comprensión de los fenómenos de la realidad.

Aun cuando las estructuras sociales estén en plena transformación, el paso del paradigma clásico mecanicista que apuesta a lo lineal y funcional donde se conoce una realidad social representada como única y verdadera, generalmente centrada en un enfoque monodisciplinar, a otro paradigma que aún es considerado como emergente y que se sustenta en lo no lineal, en causas múltiples y efectos emergentes, es necesario.

No obstante, la relevancia de la interdisciplinariedad dentro de este nuevo paradigma encuentra múltiples contradicciones y situaciones obstaculizadoras y en esta coyuntura, las Ciencias Sociales no son la excepción. Esta posición se puede advertir en los trabajos de Carlos Maldonado, para quien existen "disciplinas sociales que han estado sistemáticamente cerradas a los estudios sobre complejidad; el derecho constituye el caso más conspicuo. Por otra parte, hay disciplinas que han incorporado a brazos abiertos a la teoría de la complejidad, como la administración, pero la inmensa mayoría de la literatura que habla de complejidad o incorpora elementos de complejidad en administración solo tiene, en el mejor de los casos, "un barniz de complejidad, con notables excepciones" (Maldonado, 2009:146).

Por tanto, se está en una transición que podría quedarse ahí, en la transición misma ante el caos que puede generar la indefinición, o por el contrario, podría avanzar hasta crear su propio orden y por consiguiente reiniciar una especie de nuevo ciclo sobre nuevas bases o presupuestos que no incluyan segregaciones y abismos como los del ahora viejo orden ha expresado.

REFERENCIAS

Berman, M. (1990). El reencantamiento del mundo.2° ed. Santiago, Chile: Cuatro vientos Editorial. [ Links ]

Dos Santos, T.a (2005). "Cultura y dependencia en América Latina: Algunos apuntes metodológicos e históricos". En: Pablo González Casanova(coord.) Cultura y creación intelectual en América Latina.México: Siglo veintiuno. [ Links ]

Funtowics, S y BrunadeMarchi (2000). "Ciencia Posnormal, complejidad reflexiva y sustentabilidad". En: Leff, Enrique(coord.) et al. La complejidad ambientalMéxico, D.F. Siglo XXI. [ Links ]

García, R. (2007). Sistemas complejos. Conceptos, método y fundamentación epistemológica de la investigación interdisciplinaria.Buenos Aires: Editorial Gedisa. [ Links ]

González Casanova, P. (2004). Las nuevas ciencias y las humanidades. De la Academia a la Política.México D.F: Anthropos Editorial. [ Links ]

González Casanova, P.&Roitman Rosenmann, M. coords. (2006). La formación de conceptos en ciencias y humanidades.México: Siglo XXI. [ Links ]

Hinkelammert, F. (2002). Crítica de la razón utópica. Edición ampliada y revisada.Bilbao: Desclée de brouwer. [ Links ]

Kuhn, T. (2004). La estructura de las revoluciones científicas. 8° ed. México: Fondo de Cultura Económica. México DF. [ Links ]

López Segrera, F. (2000).Abrir, impensar, y redimensionar las ciencias sociales en América Latina y el Caribe.Disponible: Disponible: http://www.insumisos.com/lecturasinsumisas/Abrir_impensar%20y%20redimensionar%20las%20ciencias%20sociales.pdf . Recuperado el 19 de junio de 2013. [ Links ]

Maldonado, C. (2009). Complejidad de los sistemas sociales: un reto para las ciencias sociales. En: Cinta Moebio36146-157. Santiago, Chile. [ Links ]

MalekA. en González Casanova, P.(Coord.) (2005). Cultura y creación intelectual en América Latina.3° ed. Instituto de investigaciones sociales de la UNAM. Universidad de las Naciones Unidas.México: Siglo veintiuno . [ Links ]

Mora, H. yF.Hinkelammert (2008). Hacia una economía para la vida. Preludio a una reconstrucción de la economía.2° ed. San José: Editorial Tecnológica de Costa Rica. [ Links ]

Morin, E. (2003). Introducción al pensamiento complejo (Compilación) Disponible: http://www.edgarmorin.org/Default.aspx?tabid=93www.cea.ucr.ac.cr/CTC2010/attachments/004_EdgarMorin-Barcelona: Gedisa. [ Links ]

Najmanovich, D. (2005) El juego de los vínculos: subjetividad y red social: figuras en mutación. Buenos Aires: Biblos. [ Links ]

Reynoso, C.(2006). Complejidad y el Caos: Una exploración antropológicaBuenos Aires: Búsqueda. [ Links ]

Roitman Rosenmann, M.(2003). El pensamiento sistémico. Los orígenes del social-conformismo.Argentina: Siglo XXI. [ Links ]

Santos, B. (2003).Crítica a la razón indolente. Contra el desperdicio de la experienciaBilbao: Descleé de Brower. [ Links ]

Santos, B. (2006). Conocer desde el sur: para una cultura política emancipatoria.Fondo Editorial de la Facultad de Ciencias Sociales. UNMSM Programa de Estudios sobre Democracia y Transformación Global. [ Links ]

Sotelo Valencia, A.(2005). América Latina: de crisis y paradigmas. Teoría y realidad en el pensamiento social latinoamericano.Disponible en: http://www.rebelion.org/docs/15161.pdf. [ Links ]

Sotolongo C., P. y Delgado, C. (2006) La revolución contemporánea del saber y la complejidad social. Hacia unas ciencias sociales de nuevo tipo.Buenos Aires: CLACSO. Disponible en: http://lahistoriadeldia.wordpress.com/2009/06/13/ la-revolucion-contemporanea-del-saber-y-la-complejidad-social-descargar-libro/. [ Links ]

Wallerstein, I. (coord.) (1996). Abrir las Ciencias Sociales.México: Siglo XXI . [ Links ]

Zemelman, H. (2005). Voluntad de conocer: El sujeto y su pensamiento en el paradigma crítico.Centro de Investigaciones Humanísticas. Universidad Autónoma de Chiapas.México DF, México: Anthropos Editorial. [ Links ]

1La idea de un conjunto de conjuntos articulados que operan en cualquier sentido se ve explicitado en la cita de Toffler al decir: "el conocimiento es hoy el recurso central de la destructividad y el recurso central de la productividad" (Toffler en González Casanova,2004: 88).

2Cuando Illya Prigogine funda la teoría de las estructuras disipativas y el "principio del orden a través de fluctuaciones", está hablando, desde una traducción-interpretación que se realiza desde las Ciencias Sociales, de márgenes de funcionamiento estable de las estructuras sociales subsumida a la imprevisibilidad de la condición humana, desencadenando, según Santos, "un límite de inestabilidad" (Santos, 2003:77).

3"El paso de la epistemología de lo creado a la heurística de la creación, curiosamente, surgió desde los saberes más sagrados de la ciencia moderna y el saber clásico, esto es, desde la física y la matemática. Consistió en asumir plenamente los límites de las ecuaciones de la evolución determinista y en aceptar la probabilidad, en toda su plenitud, como un conocimiento válido y que con la información permitía conocer y participar en la creación, en el cambio reversible o irreversible deseado" (González Casanova, 2004:45)

4. Si bien la interpretación filosófica de los hechos y de los sujetos es propia de una tradición que mira con sospecha los postulados estructurales de la investigación científica del método experimental, el debate entre Gadamer y Habermas se basa en un punto crucial, "la interpretación o transformación del mundo". La pretensión de una universalidad hermenéutica no se funda en la universalidad de la razón weberiana como la intenta instaurar Habermas, ni en la precedencia de una historia a través del lenguaje científico como la plantea Gadamer. Ambas posiciones, además de causales, no permiten la sinergia de dimensiones ontológicas y epistemológicas de la incertidumbre.

Recibido: 25 de Marzo de 2014; Aprobado: 22 de Septiembre de 2014

Creative Commons License This is an open-access article distributed under the terms of the Creative Commons Attribution License