Introducción
Para conocer las implicaciones de la violencia sexual en la salud personal y pública, así como la relevancia del papel del sector salud en la prevención y detección de la violencia sexual y la atención de las víctimas, es necesario contar con herramientas adecuadas, que brinden una atención humana y de calidad para garantizar a los menores víctimas de la violencia sexual, una atención odontológica, que permita una atención integral. La idea es que el menor durante el proceso de la cita, se sienta en confianza y a gusto, facilitando así el desarrollo de la consulta dental y su integridad emocional.
Al no tener el país información de cómo deben ser tratados odontológicamente cuando son atendidos esos menores, se cree en la importancia de establecer una instrumento que permita conocer las recomendaciones y los cuidados que el profesional en Odontología debe tener durante el transcurso de la cita dental, pero se cree que el modo más cercano de llegar a sus experiencias es mediante la opinión de las tías PANI Patronato Nacional de la Infancia; quienes son las que se encargan del cuido y de la atención integral mientras ellos se encuentran en los albergues.
Es de suma importancia que la persona encargada de brindar la atención dental esté capacitada para manejar este tipo de pacientes de la manera más correcta posible, y que se garantice así, el bienestar del menor de edad y se permita al odontólogo desarrollar su consulta sin afectar la integridad del niño, cumpliendo satisfactoriamente con el tratamiento que el pequeño requiera.
El planteamiento del problema que dio origen a esta investigación fue el siguiente:
¿Cuáles son los cuidados y las recomendaciones que el profesional en Odontología debe tener con niños y niñas residentes del PANI (sede central) de Costa Rica, y que han sido víctimas de abuso sexual, desde la perspectiva de las cuidadoras directas, entre setiembre del año 2015 y abril del año 2016?
Papel del profesional en odontología frente a menores de edad con historial de abuso
La consulta dental podría ser la única oportunidad de interrumpir el abuso, ya que el/la agresor no ve al odontólogo (a) como una amenaza, gracias a que se cree que este profesional se limita solo a tratar los dientes, Chavarria (2004). Por lo que es se suma importancia que odontólogos aumenten los conocimientos ante estas situaciones, para garantizar una atención óptima al paciente en indefensión.
El abuso sexual infantil es un problema grave que, para la mayoría de los individuos, se basa en la vergüenza y puede permanecer toda una vida; esta situación puede afectar la salud bucal de muchas personas cuando ya son adultas; debido a que eluden visitas al dentista, con el fin de evitar la indefensión y la vulnerabilidad, estos descuidos se traducen en dolores intensos o estados de enfermedades muy avanzados. En estudios realizados, se afirma que aproximadamente el 20% de mujeres que han sufrido un historial de abuso sexual, buscan tratamiento dental. De este porcentaje, un tercio, tuvieron, una historia de penetración bucal asociada a abuso; por lo cual, tenían muy altos niveles de miedo dental, comparados con los miedos dentales “normales” que generalmente sufren las personas. Swarthout & Singhvi (2003)
A medida que el profesional en Odontología, sea consciente de los signos y síntomas del miedo provocado por antecedentes de abuso sexual, pueden darse la oportunidad de modificar su enfoque al paciente, proporcionar una visita menos estresante y, potencialmente, ayudar a los pacientes a reducir su miedo a largo plazo. El papel del profesional de Odontología en el abuso infantil es conocer las leyes estatales vigentes, para así poder reportar informar el abuso y de esa manera poder cumplir con la ley.
Es primordial para el profesional que localiza el abuso, el conocer el protocolo que debe seguir, incluyendo la evaluación del portamiento del niño y el padre / tutor, la historia del paciente, evaluación física general, examen oral, la documentación de la lesión y la discusión, todo este tipo de evaluación para descartar que la lesión sea un trauma accidental.
A las personas con historial de abuso, generalmente se les dificulta la toma de responsabilidad en el cuidado de su salud oral. Por lo tanto, la forma que adopte esta relación odontólogo - paciente, tiene implicaciones no sólo en la atención individual, sino repercusiones a nivel de salud pública. (Rojas & Misrachi, 2004) Rojas & Misrachi (2004)
Objetivo de la investigación
El objetivo general de este artículo se detalla a continuación:
Analizar los cuidados y las recomendaciones que el profesional en Odontología debe tener con los niños y niñas residentes del PANI (sede central) de Costa Rica que han sido víctimas de abuso sexual, desde la perspectiva de las cuidadoras directas entre el setiembre del año 2015 y abril del año 2016.
Objetivos específicos derivados de los cuestionamientos del problema:
Identificar los cuidados que el niño considera desde la perspectiva de la cuidadora PANI, y que el odontólogo debe tener durante la consulta dental.
Identificar los cuidados que la niña considera desde la perspectiva de la cuidadora PANI, que el odontólogo debe tener durante la consulta dental.
Brindar recomendaciones al profesional en Odontología cuando atiende a menores de edad abusados.
Distinguir en qué momento el/la menor considera desde la perspectiva de las cuidadoras PANI, que la atención dental no es placentera.
Método
Esta investigación es del tipo del estudio cuantitativo y no experimental, y se centra en un diseño descriptivo. Y para la realización de datos es de tipo transeccional, y se pretendió recolectar la información por medio de cuestionarios con preguntas abiertas y cerradas, aplicados por el investigador; se simuló lo que pasa durante la consulta odontológica y cuáles son las actitudes del menor durante esta, desde la perspectiva de las cuidadoras PANI. La idea es así poder crear una guía de cuidados y recomendaciones para el profesional en Odontología.
Discusión
De acuerdo con el instrumento aplicado las cuidadoras directas de los menores abusados en el PANI, se destaca que en la mayoría de los casos, durante la atención dental el comportamiento de los menores es muy bueno, aunque se muestran nerviosos. Esto se apoya en la literatura con una investigación de Medina (2008) donde la autora destaca, que la mayoría de niños son excelentes pacientes odontológicos, por ende, son colaboradores. Sus comportamientos durante las citas pueden ser muy variables, es decir, pueden observarse distintas manifestaciones a lo largo de la consulta. Puntualiza que menores de edad con historial de abuso poseen altos porcentajes de tener buen comportamiento durante la consulta dental, incluso cuando, durante el trascurso de la consulta, aparezcan episodios de nerviosismo.
En cualquier caso, un niño (a), que asista a la consulta dental por pri mera vez, es de vital importancia que el dentista establezca comunicación en la primera cita antes de empezar cualquier tipo de tratamiento; esto va a permitir que el menor se relaje y coopere durante el tratamiento. El lenguaje por usar dependerá de la edad del niño, además siempre debe ser en voz suave y clara, esto permitirá al paciente una buena adaptación.
Medina (1998) Esta teoría apoya la opinión de las cuidadoras directas, quienes expresan que es necesario que haya una presentación personal por parte del odontólogo(a), lo cual le permitirá al niño (a) con historial de abuso, sentir confianza, antes de que el tratamiento sea.
Con respecto a los resultados del instrumento aplicado a las tías PANI, estas expresan en mayor porcentaje que en los (as) menores con historial de abuso no debería haber ningún manejo diferente durante la consulta dental; sin embargo. Brigitte, Stiller, Block, Gorres, Imthurn, & Rath (2007), destacan en su investigación, el disgusto de un grupo de pacientes femeninas con historial de abuso sexual, debido, a que durante el tratamiento dental sufrieron memorias desagradables de la situación de abuso, por lo que consideraron importante que el profesional en Odontología tenga conocimiento acerca de situaciones como estas, para que pueda ayudarlas durante la cita.
Las cuidadoras directas enfatizaron en sus respuestas que debe haber un tiempo de descanso durante las citas en pacientes que presenten historial de abuso sexual y si se compara con la teoría de Willumsen (2004) esta apoya los resultados y aclara que los pacientes que presenten algún tipo de trauma; el tiempo de la consulta deber ser menor, y es recomendable que se hagan interrupciones cada determinado tiempo, esto, con el fin de que se logre una mayor atención y cooperación por parte del menor.
En pacientes pediátricos en general es importante que el odontólogo (a) tratante, pueda enseñarlos a automonitorizarse cuando estén cansados, y puedan generar una señal que lo advierta.
En los resultados obtenidos del instrumento que se aplicó a las tías PANI, estas advierten en la mayoría de los casos pueden haber manifestaciones negativas al ser atendidos por el profesional en Odontología. Según Willumsen (2004) en estos pacientes es muy frecuente que pueda existir una situación de incomodidad proporcionada por el odontólogo en la atención dental, pues provocan así, una situación difícil.
De la misma manera las tías PANI, opinan que no hay ningún tipo de incomodidad que manifieste el/ la menor al haber contacto físico, con el/ la profesional tratante; no obstante, el mismo autor Willumsen (2004) afirma que existe un alto grado de incomodidad presente, en personas que han sido sexualmente abusadas ante, la cercanía física por parte del odontólogo (a), durante los procedimientos cuando el/la dentista les mueve la cabeza durante los procedimientos, además, cuando tocan sus labios y la parte posterior de la boca.
Conclusiones
La situación más tensa para un niño abusado sexualmente es el momento de llegada a la cita; por lo que ésta debe ser lo más agradable, para que el/la menor pueda obtener una actitud positiva hacia el tratamiento.
La primera cita debe ser lo más puntual y concisa posible, permitiéndole al menor abusado, ir sintiéndose cómodo conforme avancen las citas. Es preferible en las primeras solo dar una revisión con la utilización de las manos, evitando utilizar el uso de instrumentos.
Es importante destacar que la inmovilización física por parte del operador, puede significar un trauma mayor en menores que han sido abusados. Porque puede hacer que revivan situaciones del pasado; en una simple técnica de manejo de comportamiento en Odontopediatría.
En caso de necesitarse alguna técnica de estas, es mejor indagar otras opciones.
Deben brindarse momentos de descanso si el menor abusado lo considera necesario; de no ser así, este puede sentir situaciones de ansiedad, pérdida de control, y miedo; y pueden transformar la cita dental en una experiencia traumática.
Aunque en los resultados obtenidos por parte del instrumento de la recolección de datos, expresan un empate con respecto a la opinión de las “Tías PANI” en cuanto a si los menores sienten algún tipo de incomodidad al ser atendidos por el/la profesional en Odontología.
La literatura muestra que en pacientes con este historial, el hecho de pensar que deben realizarse tratamientos odontológicos lo asocian a sentimientos que los hace volver a revivir el trauma pasado, por lo que el profesinal tratante debe saber cómo reaccionar ante estos casos de una correcta manera.
El profesional en Odontología debe aprender a diagnosticar y por ende, tratar a pacientes que han sido víctimas de abuso sexual. Porque, lo que puede ser un procedimiento sencillo para el dentista, para el paciente con historial de abuso puede convertirse en un trauma.
El profesional en Odontología debe siempre tener en cuenta que el tiempo invertido en el/la paciente principalmente en la primera cita va a significar confianza del menor, en especial con historial de abuso, y con el avance de las citas, esto va a significar resultados óptimos tanto para el profesional como para el paciente.
El profesional en Odontología es uno de los primeros en darse cuenta de que un menor está siendo víctima de abuso sexual; por diferentes signos que aparecen en boca. Por lo que es trascendental que este diagnostique y pueda denunciar, en caso de que la situación no esté siendo llevada por las autoridades correspondientes.
De acuerdo con la recolección de datos, obtenida de las cuidadoras directas se mostró que el profesional en Odontología no debería tener ninguna consideración especial en menores con historial de abuso; la literatura advierte que la mayoría de pacientes con historial de abuso, sufren de miedos dentales; por lo cual es necesario que el profesional tenga más paciencia en el momento de los tratamientos dentales.
No existe preferencia en los menores a ser atendidos por un género en especial. En general no van a querer ser atendidos por el mismo género de quien recibieron el abuso.
El contacto físico provoca inseguridad en el/la menor por lo cual el profesional en Odontología debe evitar la cercanía física, principalmente en zonas cercanas a la boca y evitar sostener la cabeza durante los tratamientos dentales, esto respalda la hipótesis de investigación que se planteó.
Recomendaciones
El profesional en Odontología debe saber cómo abordar un paciente con historial de abuso, esto con el fin de ayudar a que no reviva el trauma con un simple procedimiento odontológico.
Una buena técnica de manejo de comportamiento es la desensibilización; el objetivo de esta técnica es ir mejorando cita con cita en conjunto con el psicólogo, el comportamiento del menor durante la atención odontológica.
Es necesario que a escala nacional se capacite al odontólogo (a) y a los estudiantes, a realizar un correcto manejo de pacientes pediátricos que han recibido algún tipo de abuso sexual debido a que en el país no existe un protocolo de atención para este tipo de población.
Es muy importante para el profesional en odontología tener una excelente presentación personal en la primera cita, esto va a asegurar pacientes con mayores índices de confianza y, por ende, citas más tranquilas para ambos.