La educación se ha visto sometida a retos extraordinarios a la luz del fenómeno complejo de la pandemia por COVID-19. Como consecuencia, tanto la enseñanza como el aprendizaje han tenido que ajustarse ante esta situación repentina que llegó a trastocar al ser humano en todos los ámbitos de la vida.

Si bien es cierto que se realizaron acciones significativas para atender la emergencia educativa, la comunidad educativa, conformada por el estudiantado, padres y madres, o personas encargadas, docentes, personal administrativo y autoridades educativas, ha logrado afrontar los retos mediante creatividad, flexibilidad, adaptabilidad y resiliencia.

Desde su espacio, cada grupo de la comunidad educativa ha desarrollado estrategias para buscar soluciones a las situaciones de crisis que se le han presentado durante esta situación de emergencia. Se utilizó canales de comunicación alternativos, acudieron a las redes sociales, a las tecnologías de información y comunicación (TIC), a la virtualidad, entre otros. Todo esto con la consigna de solventar las necesidades de aprendizaje y de enseñanza en todos los niveles educativos para garantizar el derecho a la educación.

El retorno a las aulas representa una nueva oportunidad de reencuentro. En dicho contexto, cada persona busca vincularse con otras y, de esa manera, formar, aprender, compartir y conectarse tomando en cuenta no solo lo educativo, sino también el espacio que como seres humanos requerimos para sentirnos parte de una comunidad que busca el bienestar integral.

Todo esto representa la oportunidad de explorar las experiencias vividas durante la pandemia en el campo educativo. De manera que podamos conocer, en dicho campo, los problemas generados por esta situación y cómo, desde los distintos niveles y espacios educativos, han sido abordados para producir nuevo conocimiento. De esta forma, poco a poco surgen investigaciones que evidencian cómo se le ha hecho frente, desde la educación, a la epidemia de COVID-19.

Es por ello que los artículos que aquí se presentan ejemplifican, desde diferentes espectros educativos, el abordaje y generación de conocimiento para atender los acontecimientos que transcurrían en los procesos educativos, lo cual ahora se comparte con temáticas: la percepción y adaptación de docentes y estudiantes, el uso de redes sociales para comunicarse y para expresar sentimientos, poner en evidencia las carencias y brechas digitales, así como la construcción de diversos escenarios para la enseñanza y el aprendizaje ante las complejas situaciones que hemos tenido que experimentar y están sujetas a las circunstancias y al contexto.

Finalmente, este número constituye una muestra de la enorme veta que se abre en el campo de la investigación educativa para compartir la generación de nuevos conocimientos con la comunidad científica.