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Actualidades Investigativas en Educación

On-line version ISSN 1409-4703Print version ISSN 1409-4703

Rev. Actual. Investig. Educ vol.15 n.1 San José Jan./Apr. 2015

 

Analisis Existencial del Rol Docente en el Manejo de la Disciplina en el Aula y el Centro Educativo

Existencial Analysis of the Teachers's Role in the Management of Discipline in the Classroom and the School

Osvaldo Murillo Aguilar1*


Resumen

El presente ensayo tiene como propósito evocar la reflexión de las y los docentes a partir de los hallazgos de experiencias positivas respecto del manejo de la disciplina en el aula, las cuales fueron analizadas desde la perspectiva de enfoques de intervención humanístico-existenciales y en la cual participaron varios centros educativos del país. El objetivo es que dichas experiencias sirvan de herramienta e insumo para que los profesionales en Orientación puedan abordar este tema en forma adecuada en las instituciones educativas donde laboran, debido a que, en muchas ocasiones, la disciplina en el aula se ha convertido en el principal problema de los y las docentes del país, dado que actualmente representa todo un desafío el trabajo con un grupo de estudiantes.

Palabras clave: disciplina, existencialismo, connivencia escolar, rol docente.

Abstract

There are cases which describe this problematic issue as well as the news media address how hard it is for teachers being in front of a group of students and the challenge that represents for them. That is why this essay presents positive experiences in discipline management in the classroom applied by teachers from different regions of the country. The experiences are analyzed from the perspective of Humanistic-existential intervention approaches, in order to provide a tool for teachers' reflections on their role in discipline management along with inputs for Guidance and Counseling professionals to be used in the schools where they work.

Keywords: discipline, existentialism, coexistence in school, teaching role.


1. Introducción

Este ensayo retoma diversas experiencias como facilitador en el Proyecto de Capacitación: Manejo de la Disciplina para la Convivencia Escolar en el Aula, del Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica, durante diferentes jornadas de capacitación desde el año 2006 hasta la fecha2

Como parte de los fines que busca este proceso de formación continua de docentes, se encuentran principalmente sensibilizar a las y los docentes para redescubrir su rol protagónico en el proceso de manejo de la disciplina y la creación de ambientes más armónicos en los centros de enseñanza y en segundo lugar facilitar un modelo de intervención para tal fin.

En el marco de estas capacitaciones, para que las personas que reciben la formación logren acreditar el curso, es necesario que con los aprendizajes del mismo, diseñen un proyecto para el manejo de la disciplina en su aula o centro educativo. Dentro de estos proyectos han surgido prácticas concretas que se caracterizan por su originalidad, creatividad, entrega y compromiso, que va más allá de realizar un trabajo para obtener un título para carrera profesional, demostrando un auténtico deseo de mejorar la convivencia en su aula.

Estos proyectos son desarrollados en distintas instituciones educativas del país por docentes de los distintos niveles educativos, desde preescolar hasta secundaria, trabajando desde temas relacionados con los valores hasta las más diversas conductas disruptivas.

El impacto de los proyectos en ocasiones es tal que el resto de docentes de los centros educativos solicitan a sus compañeras y compañeros que les capaciten en sus técnicas para implementarlas también sus aulas. Lo cual propicia un efecto multiplicador donde se comparten las principales estrategias para la convivencia en el aula, a las cuales las y los docentes hacen sus propias adaptaciones para el manejo de la disciplina.

Gracias a que las y los docentes participantes de este proceso de formación, comparten sus experiencias y aprendizajes, al finalizar el curso o en la plataforma virtual de aprendizaje del Instituto de Investigación en Educación, en el caso de las capacitaciones a distancia, es posible visualizar que existen docentes en todo el país capaces de asumir un compromiso con el mejoramiento de la calidad de la educación costarricense, de recibir una capacitación y generar cambios significativos en su entorno inmediato e impactando significativamente la convivencia escolar.

Ahora bien, desde la disciplina de la Orientación, es importante aportar criterios para colaborar con las y los docentes en la creación de espacios escolares cada vez más apropiados para la convivencia, en especial cuando la figura del profesional en el Orientación sigue constituyendo un referente en este tema en las instituciones educativas.

Por este motivo. a partir de estas experiencias exitosas, cabe preguntarse entonces ¿Cómo, desde la Orientación, se puede favorecer el análisis del rol protagónico de la persona docente en el manejo de la disciplina?

2. Concepto de Disciplina

Para iniciar el análisis es importante reflexionar sobre el concepto de disciplina y el impacto que este tema tiene en el contexto escolar.

Actualmente el manejo de la disciplina, es una demanda constante en muchos centros educativos, originada por la frecuente manifestación de problemas de conducta en las escuelas y colegios, propiciando en ocasiones una convivencia tensa para los miembros de la comunidad educativa, siendo así una necesidad imperiosa que afrontar y donde la persona profesional en Orientación está llamada a ser protagonista junto al cuerpo docente.

Alrededor de la disciplina puede existir una gran diversidad de ideas en torno a lo que se entiende por este concepto; dichos criterios son los que inciden en la manera en la que las personas docentes manejan la disciplina en el aula.

Por ende, la definición conceptual requiere pensar, como lo menciona De la Mora (2003), en cómo cada docente en el aula maneja la disciplina a partir de lo que cree que ésta es. En este sentido cabría suponer entonces que la disciplina implica ante todo, un proceso en el que convergen sentimientos, normas, valores, metas, currículum, personalidades, contexto, entre otras variables.

Desde lo que menciona esta autora, para comprender el manejo de la disciplina, es necesario observarla desde una perspectiva más holística que permita trascender la visión reglamentista y le permita a las personas potenciar su capacidad de socializar y convivir, al mismo tiempo que se favorece el proceso de enseñanza aprendizaje.

Un concepto que logra integrar esta postura es el propuesto por Curwin y Mendler, citados por De la Mora (2003. p. 15) quienes exponen que la disciplina es: "La habilidad que tiene la persona para plantearse una meta y persistir hasta alcanzar y tener control de sus impulsos, para dirigir conscientemente su conducta, cuidando de no afectar los derechos de los demás".

Desde esta perspectiva la disciplina es una habilidad, debido a que es algo que la misma persona puede ejercer, pero que también puede aprenderse y adquirirse a través de procesos que le estimulen. Todo lo anterior se relaciona con lo que define León (1998), como la disciplina desde el punto de vista humanista, es decir una disciplina que, sin alejarse del afecto, les permita a las y los estudiantes adquirir paulatinamente un sentido de control interno; mientras las y los docentes asumen un rol protagónico en la formación de una habilidad que será de utilidad para toda la vida en todos los contextos en que se mueva la persona.

3. El rol docente en el manejo de la disciplina.

Como se logra observar, en las ideas anteriores, el manejo de la disciplina en el aula es una realidad compleja que requiere del análisis de múltiples factores, la influencia de la familia y de la sociedad en general son dos aspectos que se suman a las variables citadas anteriormente y que reflejan a la perfección la dificultad que encierra este tema.

Es difícil para la persona docente conservar la disciplina en un espacio físico reducido donde convergen más de 25 historias de vida por más de 6 horas diarias y una serie de necesidades de distinta índole a las que se suman las exigencias de un curriculum formal.

Por tal motivo, se podría decir que el trabajo de mantener en las aulas una dinámica favorable para el aprendizaje es una tarea desgastante para quienes ejercen la docencia, pues es sobre estas personas que recae la responsabilidad de manejar la disciplina, una tarea para la cual no siempre se cuentan con la suficiente formación o los recursos necesarios.

En este sentido. Cubero (2011) insiste en la necesidad de colaborar para que él y la docente puedan desempeñar adecuadamente su labor en cuanto al manejo de la disciplina se refiere, y lo importante que resulta un análisis del propio papel en este tema.

Para esta autora, la figura docente tiene un papel trascendental en lo referente a la disciplina en el aula y el centro educativo, principalmente debido a la manera en que la presenta la oferta educativa, sus planeamientos y la metodología con la que trabaja.

Para Fierro. Carbajal y Martínez (2010), la importancia del docente en la creación de espacios más favorables para la convivencia escolar, radica en la manera en que este asume a sus estudiantes y en cómo se comunica con ellos y ellas.

Para las autoras, la forma en que se dirige la persona docente a sus estudiantes tiene una carga afectiva que influye en el comportamiento de estos y estas en las aulas, ya que con sus palabras puede influir en que las y los estudiantes se sientan, confirmados, juzgados, ignorados o valorados.

De ahí la necesidad que menciona Cubero (2011) de provocar la reflexión y la toma de conciencia de las personas docentes sobre su papel en la convivencia escolar y concretamente en el manejo de la disciplina.

Reafirmando este posicionamiento, Murillo (2009, p. 17) señala que "no es posible separar la disciplina de quien la administra, en este caso del profesorado", es decir que si se desea mejorar las situaciones de disciplina y convivencia en los centros educativos, es necesario trabajar con el cuerpo docente, con el fin de ayudarle a asumir la cuota de responsabilidad que le corresponde en este proceso.

Durante los cursos y la sistematización de los mismos, es posible observar un denominador común en las experiencias más exitosas, y es que las y los docentes enfatizan en que una de las claves para mejorar la forma de manejar la disciplina en las aulas es percatarse de que ellas y ellos pueden ser un agente de cambio fundamental para la convivencia. Lo cual se denota en algunos de los aprendizajes que ellos y ellas señalan:

"La disciplina parte de la persona, de su propio conocimiento y de sus propias metas, para lograr una disciplina cada persona requiere de dirigir adecuadamente sus acciones"


"Me parece muy valioso (el curso) para mi labor como docente, induce a una reflexión de nuestra práctica y a mejorar aspectos que quizás no los estábamos abordando adecuadamente"


Lo anterior evidencia la importancia de incentivar la reflexión en torno al papel del docente en el manejo de la disciplina y de potenciar el sentido de responsabilidad y compromiso que poseen las y los profesionales en educación, en beneficio de la convivencia escolar.

Para ofrecer los criterios necesarios para dicha reflexión, se tomarán como referente un enfoque existencial, con el fin de mantener una línea congruente con el mismo proceso capacitación, que consta de una primera fase de sensibilización basado en la teoría humanista-existencial con el aporte León (1998), sobre la influencia de las necesidades en el manejo de la disciplina en el aula y el aporte de Abarca. Cubero y Nieto (1996), sobre la incidencia de la conducta docente y su manera de comunicarse en el establecimiento de la disciplina escolar.

Asimismo, la elección de este enfoque tiene la intención desde la Orientación, de centrarse en la figura docente como elemento primordial en el manejo de la disciplina en el aula con la finalidad de revalorizar la importancia de su labor en este tema, considerando tanto su parte profesional como personal.

4. Premisas teóricas para el análisis de las experiencias.

A lo largo de las capacitaciones las experiencias de los y las docentes han suscitado el interés de profundizar en la temática de la disciplina escolar desde distintas perspectivas; por eso motivo se pueden citar por lo menos tres trabajos que han abordado este objeto de estudio, al menos en nuestro país.

En un primer acercamiento la investigación inicial de Abarca. Cubero y Nieto (1996), se acerca a la disciplina (en una de sus tantas aristas) a partir de la comunicación docente y su conducta sobre la disciplina en las aulas, en segundo lugar León (1998) ofrece una perspectiva humanista del tema en basada en las propuestas de Maslow e intenta explicar cómo detrás de cada conducta perturbadora de un estudiante en clase, se encuentra una serie de necesidades insatisfechas. Y en un tercer momento Murillo (2009) aporta desde las teorías cognitivo- conductual cómo se pueden analizar los distintos estilos de ejercer la disciplina.

Sin embargo, hasta el momento no se ha realizado un acercamiento teórico que intente explicar cuál podría ser la motivación del o la docente para asumir su rol o responsabilidad en el manejo de la disciplina o cómo poder explicar que existan docentes que sí asuman o reconozcan su rol protagónico en esta tarea.

Por lo tanto y para mayor claridad de lo que se desea abordar en este análisis, se pasa a detallar algunas de las principales categorías teóricas del existencialismo:

La existencia precede a la esencia: este principio se basa en que las personas en primera lugar existen y posteriormente se definen por medio de sus elecciones y acciones.

No hay verdad excepto en la acción: en otras palabras, desde el existencialismo no basta con que las personas piensen, crean o digan lo que desean hacer, es necesario llevarlo a la acción consecuentemente.

Libertad y responsabilidad: es decir toda persona, según Sartre (2009), es lo que ella hace de sí misma y este es el mayor logro de su vida. Es decir es libre de escoger por sí misma y aceptar con responsabilidad las consecuencias de sus actos.

Toda verdad y toda acción implican una voluntad y una subjetividad humana: para Naranjo (2006) este principio destaca que la realidad se encuentra en cada persona y en su percepción de los eventos y no en los eventos aislados.

Soledad y relación: Corey (1989), explica este principio existencial, como aquella condición de la persona de definirse y construirse a sí misma de manera solitaria, pues nadie decide por ella, ni vive por ella, ni encuentra las respuestas por ella, de alguna forma es una manera de estar en soledad. Sin embargo, al mismo tiempo es un ser social que vive en relación con otros, es decir, personas que aprenden a ser ellas mismas en contacto con los demás.

Toda persona es un sujeto no un objeto: en este sentido Pine citado por Naranjo (2006). menciona que el ser humano no puede ser objeto de ciencia, porque esta no puede descubrir el yo en cada persona.

La búsqueda de autenticidad: para Corey (1989) esta es una clave del existencialismo, es la necesidad del ser humano de afirmarse a sí mismo como único y valioso, es reconocer las propias limitaciones y capacidades y trascender el yo.

El aquí y el ahora: el pasado no interesa, es necesario centrarse en el presente. Queda mejor: Aunque según la perspectiva fenomenológica de Husserl (1982) el pensamiento de los hechos pasados se encuentra en el presente de la persona, es necesario centrase en este último.

Autoconciencia: según lo menciona Naranjo (2006, p. 20), se trata de descubrir "su único ser en el mundo", ser consciente de las dimensiones de su existencia.

Muerte y no ser: para Corey (1989). es necesario que las personas se replanteen el concepto de muerte e involucren otra clase de muerte aparte de la física, como perder la curiosidad intelectual y la sensibilidad.

La búsqueda de significado: lo cual plantea Frankl (2007) es la tarea esencial del ser humano, descubrir el sentido de su vida.

A partir de las anteriores categorías teóricas propias del existencialismo y con las experiencias del Proyecto de Capacitación: Manejo de la Disciplina para la Convivencia Escolar en el Aula, se pretende brindar, desde la perspectiva de la Orientación una serie pautas que le permitan a la persona docente reflexionar sobre su práctica educativa en relación con el manejo de la disciplina, y al orientador u orientadora contar con un material que le permita abordar la temática con sus compañeras y compañeros del cuerpo docente donde labora.

5. Consideraciones para analizar el rol docente en el manejo de la disciplina.

Tal y como se ha mencionado en este ensayo. para generar un cambio significativo en la manera en que se asume la disciplina y por ende en la forma en que esta se maneja en las aulas, es necesario asimilar el rol protagónico que se tiene en dicho proceso, de ahí que la primera pauta que se abordará en el ensayo enfatiza en este aspecto.

5.1 Tomar conciencia.

El primero de los aspectos a analizar para contribuir a mejorar la manera en que se asume el reto de manejar la disciplina en las aulas, se basa en las experiencias de las y los docentes que mencionan haberse percatado de la responsabilidad que tienen en el mejoramiento de la convivencia en el aula y en el centro educativo, empezando con realizar acciones significativas desde su salón de clase que impactan en el resto de la institución ¿Cómo lo lograron?

Desde la perspectiva existencial, una manera de explicar esto radica en que estas y estos docentes parten de una pregunta existencial básica (que no necesariamente es consciente), relacionada en este caso con su vocación. ¿Quién soy y a dónde quiero llegar? ¿Cómo experimento mi mundo?

Es decir, su relación con las situaciones de la disciplina de su grupo y con las conductas de sus estudiantes dejan de ser como lo menciona Hurssel (1982) un asunto trascendente, entendido en el sentido fenomenológico, es decir algo fuera de la conciencia, para ser una situación inmanente, es decir en el sentido más simple, algo propio de la conciencia, en este caso de su conciencia docente, percatándose de su papel directo en el manejo de la disciplina. al reflexionar sobre su rol en este tema.

Este se podría ser el primer y más importante paso para generar cambios significativos como es el caso de docentes que lograron que su proyecto de manejo de la disciplina se ejecutara y obtuvieran cambios significativos en el clima del aula. Un ejemplo que ilustra esta situación es la siguiente frase de una maestra de segundo grado:

"yo digo que lo que me funcionó más que cualquier técnica fue darme cuenta de que yo era la primera que gritaba, entonces bajé, empecé a bajar la voz y escuchar más lo que ellos tenían que decir y ha sido genial..."

Los cambios parecen iniciar una redefinición de su rol ante los eventos cotidianos de la convivencia escolar, no como una labor propia de su trabajo, sino como una labor que nadie más haría por ellos o ellas. Esto es parte de tomar conciencia de su ser único y contemplarse a sí mismas y sí mismos, como piezas importante en la convivencia escolar.

El tomar conciencia es también, según Naranjo (2006) poder usar el potencial para la acción, es reconocer que ante las situaciones de la vida se puede elegir, por ejemplo buscar su ser único o permitir que la identidad se pierda en la conformidad. Lo cual se relaciona con otros principios existenciales como el poder de la acción como la única vía para llevar los cambios deseados a la práctica, y la responsabilidad de asumir las consecuencias de las propias decisiones.

En el caso de docentes que lograron cambios significativos en los patrones de convivencia, se puede afirmar que existe una clara conciencia de su identidad profesional, pero lo anterior también permite considerar que en los casos en los cuales el o la docente no asume su rol en la convivencia, se podría decir que su identidad se pierde en la conformidad.

Cuando una persona aumenta su autoconciencia lo hacen también sus posibilidades de elección en la vida. Para Naranjo (2006), una persona que se encuentra en este proceso de crecimiento es capaz de asumir más riesgos y de experimentar, comprometiéndose consigo misma a utilizar su potencialidad para generar diferencias y cambios. Para los docentes que manifiestan experiencias exitosas en el manejo de la disciplina no es sencillo, percatarse de que tenían que cambiar la manera en la que estaba afrontando sus labores, ni tampoco arriesgarse a usar nuevas metodologías, sin embargo lo hacen y logran trascender, ahora en un sentido diferente, es decir habiendo asumido la disciplina como algo inmanente a sí misma para transformarla, tal y como lo señala el siguiente ejemplo:

"queríamos trabajar la conducta de que los chicos hablan demasiado fuerte, más bien gritan, pero por más técnicas que usamos no lo logramos, entonces el director y yo nos dimos a la tarea de observar qué pasaba y nos dimos cuenta de que éramos nosotras las maestras las que dábamos el ejemplo, a veces necesitábamos una escoba o algo y salíamos a la puerta del aula y gritábamos para pedir las cosas... empezamos a cambiar esto y hemos visto el cambio en los chicos también..."

Este cambio significativo que señalan las personas docentes como la del ejemplo, al incrementar su autoconciencia, les permite visualizarse a sí mismas como agentes de cambio en un momento y lugar únicos, y asumir la responsabilidad de este cambio.

Ahora bien, quienes lograron realizar cambios significativos en el manejo de la disciplina se vieron ante la necesidad de tomar una decisión que les permitiera crear un espacio de convivencia cada vez más armónico, y realizaron una elección que les permitió mejorar en su desempeño.

5.2 Ejercer libre y responsablemente el manejo de la disciplina.

En cuanto a los problemas de disciplina, es común escuchar a docentes durante los procesos de capacitación señalar como los principales responsables de la indisciplina a los padres y madres de familia, generando con ello uno de los principales discursos con los que se trata de explicar la causa de los problemas disciplinarios en las instituciones educativas.

Si bien es cierto, el abandono de muchos padres y madres de familia de sus responsabilidades es una causa fundamental de los problemas de la disciplina, es importante que el y la docente, reflexione con mayor énfasis en aquellas causas que atañen a aspectos relativos a sus funciones para ocuparse de ellas, pues es sobre estas que pueden ejercer mayor injerencia. Los siguientes comentarios ilustran este punto:

"aquí podemos hacer de todo para mejorar la disciplina pero llegan a la casa y se les olvidó todo"

"uno se esfuerza porque aprendan hábitos pero en la casa los papás lo que dicen es que una es una vieja loca, que no le hagan caso..." "el problema principal aquí es la familia"


Para muchos y muchas docentes no es fácil abandonar estos discursos y terminan perdiéndose en la conformidad y la seguridad de lo inmutable, decidiendo funcionar con una parte solamente de su capacidad. Desde el existencialismo, según Naranjo (2006) esto puede explicarse debido a la ansiedad existencial, es decir a la tensión que se genera ante la posibilidad de visualizarse como alguien que necesita cambiar para poder realizarse o trascender, para algunas personas esta ansiedad es la fuente motivacional y para otras el cambio es una situación que no desea asumir.

En el caso de estas últimas. Frankl (2007), señala que suelen ser capturadas por un sentimiento de vacío existencial y apatía, lo cual podría explicar cómo algunas personas docentes deciden apegarse a su metodología de trabajo o formas de manejar la disciplina, aunque estas no les generen resultados favorables.

De nuevo se muestra como existen personas que logran optar por un cambio en su modo de percibir y manejar la disciplina, otras que prefieren no hacerlo, también están aquellas que desean un cambio pero no encuentran la manera de llevarlo a cabo y por último quienes deciden no pensar en el tema. De cualquier manera la persona está tomando una elección ante el problema haciendo uso su libertad.

En este sentido la liberad, es otra de las categorías teóricas del existencialismo que ayuda a estudiar experiencias exitosas en el manejo de la disciplina. Sartre (2009) menciona que existen muchos pretextos que el ser humano inventa con el objetivo impedir el uso de su libertad, como la herencia, el ambiente, la educación, la cultura; pero que al final la persona es lo que ella hace de sí misma.

En otras palabras, una persona con mayor autoconciencia es alguien que se siente en capacidad de utilizar su libertad para dejar atrás patrones que no le permiten seguir realizándose. En este caso particular, podría decirse que las y los docentes que logran llevar a cabo un plan de manejo de la disciplina, utilizan su libertad para cambiar esquemas que no le permitían hacer de la experiencia de clase una vivencia armónica y placentera. Toman una decisión conscientes de su papel docente y la llevan a la acción.

Si bien es cierto no se puede suponer que la capacitación recibida fuera la causa directa de esta toma de conciencia, no se puede negar que al menos amplió marco su referencia, y tal como lo menciona Beck (1979). a medida que esto sucede las personas llegan a conclusiones cada vez más ricas, con mayor capacidad de predicción y una mejor base para tomar sus decisiones.

Ahora bien, si desde la fenomenología y existencialismo como rama de esta, se propone según Hurssel (1982) y Beck (1979) que existen elementos dados que son trascendentes, u objetos ante los cuales las personas realizan sus propias percepciones, de alguna manera se propone también que ante estos hechos dados o reales las personas eligen sus respuestas y se hacen responsables de ellas y de sus consecuencias.

En esta línea, según Beck (1979), existe una cultura que es dada y es común a muchas personas y en muchas ocasiones éstas hacen valoraciones de la misma muy similares, y al final es cada quién, quien asume las decisiones últimas, se puede decir que así sucede también en los centros educativos, donde existe una cultura institucional o gremial, padres y madres de familia con distintas características, condiciones y reglamentos que les son dados a los y las docentes, y que es común para muchos y muchas, al final es cada maestro y maestra la responsable de su decisión última.

Tal y como lo menciona Frankl (2007) estas son las decisiones que se toman con la última de las libertades, la espiritual. y la cual nunca podrá ser arrebatada. En un sentido aún más estricto Sartre (2009) menciona que nadie puede escapar de la responsabilidad de sus elecciones y por ende de sus consecuencias.

5.2.1 Pasar de evadir a asumir.

En relación con el sentido de la libertad y la responsabilidad Keikegaard, citado por Binetti (2006) hace un aporte interesante que se liga con el concepto de libertad de Frankl (2007), para el filósofo danés la libertad es algo más que un asunto de libre albedrío donde la persona escoge ante una serie de alternativas, sino que un asunto de reflexión que involucra a todo el espíritu de la persona, por lo que la persona elige o decide más bien por una voluntad de fuerza interior y no simplemente por un razonamiento práctico.

Este criterio existencial de Keikegaard, citado por Binetti (2006) podría ayudar a responder una interrogante más en este análisis ¿Cuál es la razón por la que algunas y algunos docentes si asumen su rol con responsabilidad en el manejo de la disciplina y otras u otros no?

Desde estos aportes se podría decir que el o la docente que aumenta su autoconciencia no solo aumenta su potencialidad de elección en un sentido de racionamiento sino que al reflexionar sobre su propio ser, involucra a toda su persona en la decisión de asumirse como agente activo el proceso de convivencia escolar. Por otro lado se podría hipotetizar que quienes no lo hacen, asumen el manejo de la disciplina como algo ajeno a sí mismas que no les involucra del todo, sino como una función que demanda el trabajo, sin embargo esto demanda una investigación a profundidad.

Ahora bien, retomar rol protagónico de la persona docente en el manejo de la disciplina, tal y como se ha observado, demanda entre otras cosas, según Cubero (2011) una revisión de los propios patrones de comunicación y de la metodología empleada hasta el momento. Esto por lo tanto requiere de implementar, en muchas ocasiones, nuevas estrategias en el manejo de la disciplina, lo que a su vez involucra activar el potencial creativo.

5.3 Retomar la curiosidad y la sensibilidad

Cuando crece el compromiso y la responsabilidad como un agente activo en el proceso de mejoramiento de la disciplina, se ha podido observar que las personas docentes suelen manifestarlo elaborando distintos materiales didácticos para sus estudiantes, esmerándose en la creación de nuevos recursos que les faciliten su intento de generar espacios aptos para la convivencia y el aprendizaje y por observarse así mismo continuamente.

Este deseo de crear nuevas herramientas que favorezcan el manejo de la disciplina y a su vez permitan transformar los espacios de los centros educativos en beneficio de una convivencia cada vez más armónica, es posible explicarlo por medio de lo que Naranjo (2006) denomina como vivir las potencialidades creativamente.

Para ello es importante que las y los docentes, puedan reconocer aquellas destrezas personales y profesionales que le puedan ayudar en el manejo de la disciplina y ponerlas en práctica para la consecución de esta tarea. Por ejemplo una docente puede tener facilidad para trabajar con tejidos, dibujos y diversas técnicas para la elaboración de manualidades, puede aprovechar para confeccionar rótulos con las normas de clase, o la elaboración de signos que indiquen alguna conducta deseada como poner atención o pedir permiso para levantarse, de manera que la docente no necesite alzar la voz para alguna de estas situaciones.

De igual forma, se han presentado casos de docentes que han logrado involucrar sus habilidades personales en la metodología de clase de manera que logran captar la atención de sus estudiantes al grado de reducir considerablemente la generación de conductas perturbadoras, como por ejemplo el caso de una docente que componía canciones para ver algunos de los temas del curriculum, para posteriormente cantarlas en el aula acompañada de su guitarra.

También puede citarse el caso de la docente de preescolar que elaboró un personaje para que sus estudiantes le comentaran las quejas que tenían de sus compañeros, propiciando incluso que lograran el diálogo para resolver sus pequeñas diferencias.

Así como estos casos se podrían citar muchos más, de personas que logran desarrollar al máximo sus potencialidades, con el objetivo de contribuir en el manejo de la disciplina y en la construcción de mejores espacios de convivencia.

A esta capacidad de involucrar las propias capacidades personales en el manejo de la disciplina, Frankl (2007) le llama valor creativo. Este valor según lo señala el autor, es uno de los tres valores que ayudan al ser humano a descubrir el sentido de la vida. Existe lo que el autor denomina como valor experiencial, el cual se centra en lo que la persona puede obtener de las experiencias de su vida y encuentros con otros, también se encuentran los valores actitudinales es decir la postura que la persona decide asumir ante los eventos de su vida. Pero lo valores creativos, son aquellos que se centran en lo que la persona quiere darle al mundo.

De manera que si se observa el caso de los y las docentes que asumen el rol protagónico del manejo de la disciplina, en primera instancia son personas que decidieron tomar una postura ante los problemas de indisciplina de sus instituciones o salones de clase, que les permitiera generar cambios positivos en sus estudiantes (valor actitudinal). Una posición que les permitió alejarse de la muerte, no el plano físico, como lo explica Naranjo (2006), sino en el sentido de la rutina y de actos metódicos sin sentido, permitiendo el surgimiento de nuevas formas de entender y manejar la disciplina, un ejemplo de esto son los siguientes comentarios de unos docentes:

"las técnicas comienzan a tener lógica con mi realidad, y eso estimula a practicar, desarrollar y crear herramientas que me ayuden en la disciplina en clase"


"di bueno a veces uno no tiene con que trabajar, pero cuando uno entiende que la necesidad que tiene estos chicos de disciplina, entonces uno con lo poquito que tiene hace algo que les llame la atención y sirva para la disciplina también..."


Es decir, son personas capaces de observar lo que se encuentran en su entorno y valorar aquello que les permita mejorar la manera en la que manejan la disciplina (valor experiencial), potencializando sus recursos personales y aprendiendo de las experiencias favorables de otras personas en esta área y de los procesos de capacitación.

Una vez asumida una actitud y valorados los recursos y experiencias que el entorno ofrece, las personas docentes que han tenido éxito en el manejo de la disciplina, toman la decisión de aportar y crear (valor creativo) nuevas formas para establecer la disciplina en las aulas y los centros educativos, que nacen de sus propias capacidades personales.

Lo anterior evidencia que para poder involucrarse de esta manera en la decisión de mejorar la disciplina escolar, las personas docentes necesitan encontrarle el sentido que esto tiene para sus vidas, no solo para sí mismas, sino también para la convivencia y el impacto en la vida de sus estudiantes. De esta forma es posible pasar de la intención a la acción.

5.4 Ponerse en movimiento. Del deseo a la acción.

Este es el aspecto que es más evidente para quienes están fuera y logran observar los cambios que las personas en su interior han venido construyendo. Se puede afirmar que cuando se da este paso la persona deja de ser una observadora de los hechos trascendentes para ser creadora de nuevos discursos.

Se puede decir también, que la acción es el reflejo del compromiso que la persona asume consigo misma luego de un acto de elección consciente, reflexivo, libre y responsable.

La importancia de la acción reside en que, como lo menciona Sartre (2009), define a la persona, incluso para él, elegir no elegir es también una elección. Por tanto, si las acciones de estos docentes les definen es importante mencionar, que lo hacen como profesionales responsables, capaces de asumirse como entes activos de la convivencia en su centro educativo, y cuando esto sucede el impacto de las acciones propicia que otras personas se interroguen a sí mismas sobre su acto educativo, al menos en cuanto a la disciplina y convivencia escolar se refiere.

La acción, de alguna manera al estar centrada en el aquí y el ahora según Naranjo (2006). propicia que las personas se centren en utilizar su tiempo en algo productivo, más que insistir en las causas remotas de las situaciones, como por ejemplo pensar en "¿para qué seguir trabajando la disciplina en el aula si en la casa les enseñan otras cosas o los medios de comunicación solo enseñan "antivalores" y violencia?", y en consecuencia no se actúa en el aula con las capacidades y potencialidades con las que se cuenta. Esto lo confirma una directora que llevó el curso cuando comentó que:

"Bueno nada hace uno con llevar un curso sino pone en práctica lo que aprendió, de nada vale dejarse eso para uno solo"

En resumen no basta con la intencionalidad, es necesario actuar, como lo hicieron estos y estas docentes, al final esto es lo que impacta y tiene efectos multiplicadores.

A partir de las experiencias exitosas en el manejo de la disciplina, se puede decir que existen dos condiciones que ayudan a las personas para actuar, una de ellas es el principio existencial citado por Naranjo (2006), como estar presente en lo apremiante del momento y la segunda es la paradoja de soledad-relación.

La primera consiste según la autora, en que el pasado no es tan importante como el momento presente donde la persona es. Para el caso del manejo de la disciplina, es importante aprender de las experiencias pasadas, con otros grupos, estudiantes y aplicando diversas técnicas, pero lo que es realmente necesario es aplicar en el presente estos aprendizajes derivados de estas vivencias.

Existen docentes que en ocasiones se sienten abrumados por experiencias pasadas en las que el manejo de la disciplina no ha sido el más esperado, sin embargo es importante reconocer que el tiempo para generar cambios y actuar es el presente.

Asimismo un factor fundamental en las experiencias exitosas de manejo de la disciplina, radica en comprender que el trabajo se realiza en medio de la paradoja de la soledad - relación. Soledad porque la persona docente confía en sí misma, en sus capacidades, potencialidades y es al final quien toma la decisión última de actuar y cambiar; pero también es cierto que este trabajo lo realiza en compañía de otras personas, empezando por sus mismos estudiantes, el resto del cuerpo docente, el personal administrativo y las familias, aprendiendo de estas personas y encontrando en ellas recompensa y satisfacción.

Con el análisis anterior se ha hecho un acercamiento a la persona docente como un ser capaz de incidir, si así lo decide, en los procesos de mejoramiento de la convivencia escolar desde una dimensión más personal y menos social o técnica, con el fin de generar reflexión de cómo el acto docente nace de un ser consciente, libre y activo.

Por ende, es necesario fomentar espacios desde la Orientación para reflexionar junto a la persona docente sobre las dimensiones cognitivas, conductuales, y éticas pero también sobre la dimensión del SER docente (ser en el sentido existencial de la palabra) en cuanto a su responsabilidad en la convivencia del centro educativo, específicamente como formador de disciplina.

6. ¿Cómo propiciar acciones desde Orientación para generar más experiencias exitosas en el manejo de la disciplina?

La Orientación según Martínez y Martínez (2011), es un proceso a lo largo de la vida que la persona asume activamente, siendo la constructora de su propio proyecto de vida, capaz de transformar su contexto y su realidad.

Por tal motivo, desde la disciplina de la Orientación, exista la responsabilidad de favorecer acciones, espacios y procesos, que propicien que las personas reflexionen sobre sí mismas, el impacto de sus acciones y sus responsabilidades.

Las y los docentes, muchas versas insertos en sus labores cotidianas, no cuentan con este tipo de espacios en sus centros educativos, por lo que las personas profesionales en Orientación, pueden colaborar en este sentido a la vez que se contribuye en el mejoramiento de la convivencia escolar.

Desde la Orientación es necesario facilitar procesos que ayuden al personal docente a tomar conciencia de cómo está asumiendo su rol y la valoración que hace de este, así como del impacto que sus acciones tienen en el estudiantado y por ende en el clima grupal.

En este sentido, retomando lo que expone el Plan de Estudios de la Carrera de Orientación de la Universidad de Costa Rica (Escuela de Orientación y Educación Especial. 2000) es necesario señalar que a la persona, en este caso docente, se le debe considerar como un ser único, integral y cambiante, con un marco de referencia propio con el que analiza todos los acontecimientos. Es decir, es necesario facilitar que las y los docentes reflexionen sobre su propio marco de referencia, a través del cual analizan los acontecimientos que ocurren en el centro educativo.

Por esa razón, la Orientación debe incluir dentro de sus tareas en el centro educativo, favorecer que las y los docentes, ante las situaciones de indisciplina que se presentan en el aula (originadas por distintas razones como la metodología. formas de comunicarse u otros relacionadas a la figura docente o institución educativa), puedan analizar la manera en la que responden, con el fin de evitar caer en la conformidad que caracteriza los casos en que se piensa que todo está perdido.

Para ello como parte de los aspectos que se pueden favorecer desde la Orientación, se encuentran el de ayudar al docente a asumir riesgos y experimentar con nuevas metodologías y recursos en sus clases, como una forma de comprometerse consigo mismos y sus estudiantes, para generar cambios significativos en favor de la convivencia en los centros educativos.

Despertar en los y las docentes el deseo de asumir el cambio, tener apertura para asumir nuevos modelos para manejar la disciplina y abandonar prácticas anteriores que no generan resultados positivos, permitiría compartir técnicas e intercambiar experiencias entre los compañeros y compañeras, en beneficio del manejo de la disciplina.

Una manera para organizar un proceso de ayuda con estas características, podría estructurarse de la siguiente manera a partir del análisis del presente ensayo:

Como se logra apreciar, la Orientación tiene la responsabilidad de apoyar al cuerpo docente de la institución en la construcción de una convivencia escolar más armónica en los centros educativos. Sin embargo esta tarea va más allá de sugerir técnicas específicas para el manejo de los grupos, sino que, en primera lugar, debe propiciar en los y las docentes un autoanálisis sobre el impacto que tiene la manera en que se desempeña profesionalmente.

Lo más importante luego de propiciar dicha reflexión es ayudar a los y las docentes a establecer planes de acción que les movilicen para llevar a la práctica sus ideas sobre cómo cambiar lo que consideran necesario, para poder manejar mejor la disciplina, lo cual implica entre otras cosas aprender de situaciones anteriores, potencializar sus destrezas y aprovechar adecuadamente los recursos de los que disponen, incluido el resto del cuerpo docente de la institución.

7. Conclusiones

Luego analizar este caso a la luz de categorías teóricas existenciales se puede concluir que:

Quienes asumen con responsabilidad y compromiso el manejo de la disciplina logran observar avances significativos en la convivencia escolar, propiciando con ello cambios no solo en sus grupos, sino también generando en sus compañeras y compañeros docentes el deseo de seguir por ese camino.

Dentro de las principales razones que inciden en que un docente o una docente asuman un rol protagónico en los procesos de convivencia escolar, se encuentran:

Desarrollar una mayor autoconciencia, entendida más allá de las habilidades o limitaciones, sino respondiendo a cuestiones fundamentales como por ejemplo, sobre su ser docente, sobre su estar ahí y ahora, con una responsabilidad concreta.

Reconocer que por más complicada que sea la situación de disciplina en el grupo, siempre tiene la oportunidad de elegir como responder ante ella y de recurrir a sus capacidades y apoyos, para ofrecer alternativas de solución.

De manera que las situaciones del contexto, el ambiente, las normativas, los padres y madres de familia, la cultura institucional y otras, pueden influir en las decisiones del o la docente respecto al manejo de la disciplina pero no determinan esas elecciones, la decisión última siempre será del profesor o profesora

Es indispensable darle un sentido al manejo de la disciplina en el aula, para no observarlo como una función más del docente y los estudiantes, sino como un compromiso necesario para convivir que exige un aporte de cada parte.

Es necesario ayudar al docente para que involucre las propias capacidades personales en el manejo de la disciplina, es decir el manejo de la disciplina parece ir más allá de cambiar de estrategias o comprender las razones de la indisciplina, es posiblemente, como lo ilustra este ensayo, hacer del manejo de la disciplina algo propio, es un hecho que está frente al docente y sobre el cuál puede decidir.

Asimismo. es necesario contribuir con la persona docente en la elaboración de un plan de acción sistemático, que le permita pasar del deseo a la acción, involucrando experiencias positivas y nuevos aprendizajes, sabiendo que si bien es cierto cuanta con el apoyo de sus compañeros y compañeras, es él o ella quien tiene la decisión.

A partir de experiencias exitosas en el Proyecto de Manejo de la Disciplina para el Logro de la Convivencia en Aula y el Centro Educativo del INIE, es interesante plantearse la posibilidad de seguir investigando sobre la incidencia de estos procesos internos de reflexión del y la docente para su cambio en la manera en la que se asumen los conflictos escolares de convivencia.

Además se abre una posibilidad de explicar teóricamente las razones por las cuales las y los docentes, ante el proceso formativo en el manejo de la disciplina, responden de manera tan distinta para asumir su responsabilidad en la convivencia escolar.

Por otro lado, se hace evidente la necesidad de crear procesos formativos que ayuden a las y los docentes a alcanzar mayor autoconciencia de su libertad, responsabilidad y capacidad de acción. Retomando el aporte de Gadamer, citado por Carr (noviembre. 2006), referente a la autoconciencia histórica efectiva, es necesario abrir espacios para conversaciones abiertas entre las y los participantes (en este caso los actores educativos) para llegar a un entendimiento de la situación histórica (de la disciplina escolar), y lograr así una "fusión de los horizontes" de pensamiento (p.12).

Lo anterior conlleva a una última conclusión, aunque la demanda del cuerpo docente se dirige propiamente a las técnicas y las estrategias que les ayuden a manejar un grupo y "casos especiales" de disciplina, el primer paso debe ser un diálogo reflexivo que fomente la autoconciencia ante esta situación y solo posteriormente la elaboración de planes de acción que cristalicen el proceso de la disciplina escolar.

2Dicho programa está a cargo del Instituto de Investigación en Educación de la Universidad de Costa Rica bajo la responsabilidad de la Licda. Carmen Cubero Venegas. Proyecto ED-2995


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1 Labora en el Instituto de Investigación en Educación. Profesor de la Escuela de Orientación y Educación Especial, ambos de la Universidad de Costa Rica. Licenciado en Orientación de la Universidad de Costa Rica. Dirección electrónica: osvaldo.murillo@ucr.ac.cr

Documento recibido: 2 de junio, 2014 Enviado a corrección: 10 de julio, 2014 Aprobado: 1° de diciembre, 2014

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