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Actualidades Investigativas en Educación

On-line version ISSN 1409-4703Print version ISSN 1409-4703

Rev. Actual. Investig. Educ vol.13 n.1 San José Jan./Apr. 2013

 

Inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica: barreras y estrategias de negociación para recrearse

Nicaraguan immigrants in Costa Rica: barriers and negotiation strategies for recreation

Carmen Grace Salazar Salas1*


*Dirección para correspondencia: 

Resumen

El artículo presenta los resultados de una investigación cualitativa cuyo objetivo es estudiar cómo se recrea la población migrante nicaragüense en Costa Rica. El estudio incluyó 13 personas residentes en el Área Metropolitana. La información se recolectó por medio de entrevistas individuales, observaciones de la participación en una actividad recreativa y una entrevista grupal. Los datos de cada técnica se analizaron por aparte y luego se triangularon. Para efectos de este artículo, se toman en cuenta los resultados obtenidos en relación con (1) las barreras intrapersonales, las interpersonales y las estructurales; (2) las estrategias cognitivas y de comportamiento asociadas con la negociación para contrarrestar las barreras anteriores y participar en actividades recreativas en Costa Rica y (3) algunas de las barreras experimentadas por la población estudiada, las cuales causaron otras que limitaron la participación en distintas actividades recreativas.

Palabras clave: Barreras Intrapersonales, Barreras Interpersonales, Barreras Estructurales, Estrategias De Negociación En Recreación, Inmigrantes Nicaragüenses, Costa Rica

Abstract

This article presents the results of a qualitative research study aimed at knowing how the Nicaraguan migrant population recreates in Costa Rica. The study included 13 people living in the Metropolitan Area. The information was collected through interviews, observations of participation in a recreational activity and a group interview. The data were analyzed for each separate technique, and then triangulated. For purposes of this article, the results taken into account were the ones obtained in relation to (1) the intrapersonal, interpersonal and structural constraints; (2) the cognitive and behavioral strategies associated with the negotiation to counteract the previous barriers and to participate in recreational activities in Costa Rica; and (3) some of the barriers experienced by the population in this study which caused other constraints that limited its participation in various recreational activities.

Key words: Intrapersonal Constraints, Interpersonal Constraints, Structural Constraints, Causes Of Recreation Constraints, Nicaraguan Immigrants, Costa Rica


1.  Introducción

En Costa Rica, más del 75% de la población inmigrante está constituida por nicaragüenses (Vargas Aguilar, 2004) que vienen en búsqueda de mejores opciones de vida y de trabajo. Estas personas no sólo tienen la oportunidad de trabajar en el país sino de usar su tiempo libre en actividades recreativas, como lo estipula uno de los derechos humanos de la Carta de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (1948). Una de las opciones para emplear el tiempo libre es la recreación.

La recreación incluye actividades experienciales agradables de educación no formal, escogidas voluntariamente para ser realizadas en el tiempo libre y que promueven el desarrollo integral de las personas. Por lo tanto, su impacto siempre será positivo, a diferencia de la diversión negativa (Salazar Salas, 2010a, b). Los tipos de actividades recreativas son (1) recreación física (juegos, deportes y actividades físicas), (2) recreación artística (música, canto, artes plásticas, drama y teatro, baile y danza), (3) recreación intelectual (lectura, juegos intelectuales, juegos de mesa, entre otros), (4) recreación al aire libre (campamentos, caminatas, ir a la montaña o a la playa, entre otras), (5) pasatiempos (coleccionar, armar, entre otras), (6) recreación social (fiestas, banquetes, parrilladas, tertulias, reuniones, entre otras), (7) turismo (local, nacional o internacional, individual o con compañía), (8) actividades educativas (clases, talleres, charlas, congresos, entre otras) y (9) recreación espiritual (rezar-orar, asistir al culto-misa, celebrar festividades religiosas, admirar la naturaleza) (Salazar Salas, 2012).

La participación en actividades recreativas puede verse limitada por factores o barreras. Estas barreras han sido estudiadas en diferentes poblaciones y países. Uno de esos grupos es el de inmigrantes. En Costa Rica este tipo de investigación está empezando a tomar fuerza y debería realizarse con personas que provengan de diversos países, así como con la ciudadanía nacida en el país. Con la finalidad de indagar la recreación que efectuaba parte de la población nicaragüense residente en el país, en la Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica se realizó un estudio cualitativo. Este artículo reporta parte de los resultados de esa investigación.

Con los resultados de este estudio se pretende generar conocimiento autóctono, relacionado con recreación, y que permita ofrecer programas recreativos que satisfagan las necesidades y los intereses de la población inmigrante que reside en el país.

El presente artículo tiene como objetivo el reportar los hallazgos del estudio mencionado acerca de: (1) las barreras que le impedían a la población inmigrante nicaragüense investigada integrarse a las actividades recreativas costarricenses, (2) las estrategias de negociación utilizadas para recrearse en Costa Rica y (3) las causas que generaban esas barreras para recrearse.

2.  Revisión de literatura

2.1    Barreras para recrearse y negociación para superarlas

A causa de que el estudio de diversos ámbitos de la recreación es nuevo en Costa Rica y no se halla mucha información nacional referente a ellos, la revisión bibliográfica de temas recreativos que se ofrece a continuación se relaciona con estudios realizados en Estados Unidos y Canadá. La literatura costarricense que se consultó y se presenta más adelante se relaciona con la población de la cual proviene el grupo participante en la investigación.

En años recientes, las personas profesionales en recreación se han interesado en investigar los factores que afectan la participación y el disfrute de actividades recreativas, que explican la decisión de dejar de realizar una actividad o el fallo de lograr los niveles deseados en una actividad (Jackson y Scott, 1999; Russell, 2001).

Las investigaciones en la profesión de Recreación han evidenciado un interés creciente por aprender acerca de las necesidades de varios grupos étnicos, uno de ellos es el de los inmigrantes, y por establecer maneras efectivas de satisfacer esas necesidades por medio de programas recreativos (Bolla y Dawson, 1990; Karlis, Gravelle y Pawlick, 1997), pues las necesidades y los intereses de esas poblaciones son diferentes a los del grupo dominante en el país (Stodolska y Walker, 2007).

Uno de los temas más investigados en los últimos años es de las barreras en la recreación con diferentes poblaciones y entre ellas la de inmigrantes. Una barrera es cualquier factor que interfiere entre la preferencia por una actividad recreativa y la participación en ella (Crawford y Godbey, 1987).

En 1987, Crawford y Godbey propusieron un modelo de tres tipos de barreras que obstaculizaban la participación en actividades recreativas (Ver también Crawford, Jackson y Godbey, 1991; Godbey, Crawford y Shen, 2010; Jackson, 2000; Jackson y Scott, 1999; Shores y Scott, 2005):

(1) las barreras intrapersonales se relacionan principalmente con atributos y estados psicológicos de la persona que interactúan con las preferencias recreativas y no intervienen entre las preferencias y la participación en la actividad recreativa. Algunas de esas barreras son estrés, depresión, ansiedad, religiosidad, ética del cuidado, falta de interés, socialización previa en actividades recreativas específicas, destreza autopercibida, evaluaciones subjetivas de la oportunidad y la disponibilidad de varias actividades recreativas,


(2) las barreras interpersonales están asociadas con las interacciones personales o la relación entre las características del individuo con amistades, familiares, conocidos y otras personas. Varias de estas barreras involucran miedos que provienen de normas por edad o sexo, satisfacción de las necesidades recreativas de familiares y amigos,


(3) las barreras estructurales se refieren a otros factores que intervienen entre las preferencias recreativas y la participación en ellas. Algunas de estas barreras incluyen la etapa del ciclo de vida de la familia, los recursos financieros familiares, clima, horario de trabajo, disponibilidad de oportunidad (conocimiento de esa disponibilidad), actitudes grupales de referencia con respecto a la oportunidad de ciertas actividades, la ubicación de instalaciones, horario para usar las instalaciones, oferta de actividades, horario en el que se ofrece la actividad recreativa, costo de la actividad, espera al hacer fila, aglomeración de personas, entre otros.


Inicialmente, Crawford y Godbey (1987) propusieron el modelo de barreras con los tres tipos mencionados. Sin embargo, posteriormente, producto del análisis del tema, señalaron que esas barreras recreativas se presentaban en un orden jerárquico, de las más próximas a las personas (las barreras intrapersonales) a las más distantes (las barreras estructurales). Las barreras intrapersonales tienen mucha influencia en cómo una persona percibe la oportunidad de especialización de una actividad recreativa, pues son las primeras en afectar a un individuo. Una vez superadas las barreras intrapersonales, las interpersonales afloran y, una vez disipadas éstas, aparecen las barreras estructurales. Este orden de barreras también involucra una jerarquización de privilegio social, producto de la correlación entre las barreras percibidas y la clase social que está determinada por salario, educación, sexo, grupo étnico, entre otros factores (Crawford, Jackson y Godbey, 1991; Godbey, Crawford y Shen, 2010).

Al revisar los modelos de barreras propuestos en 1987 y 1991, Godbey, Crawford y Shen (2010) modificaron su visión de ellos en el sentido de que las barreras no siguen unorden específico sino que el modelo es circular y el punto de partida se ubica donde cada individuo o grupo está en su vida. Por lo tanto, cualquier barrera podría influir primero, según la actividad que se desee realizar y las circunstancias que envuelvan la vida de la persona que quiere recrearse. Estos autores también indicaron que este modelo podría tener aplicación fuera del ámbito de la recreación.

En 1993, Jackson, Crawford y Godbey propusieron que, a pesar de las barreras que enfrentan las personas para recrearse, éstas buscan una manera para participar en dichas actividades. Es decir, la participación en las actividades depende de la negociación realizada, la cual se efectúa de diversas maneras. La negociación consiste en la eliminación de la barrera para involucrarse en la actividad deseada. Por lo tanto, las barreras que obstaculizan la participación recreativa son superables mediante la negociación. Estos autores propusieron dos tipos de estrategias de negociación de las barreras recreativas, que varían de persona a persona (Ver también Chiu y Wang, 2011; Kneer, Glock y Rieger, 2012):

(1) estrategias cognoscitivas. Se basan en la disminución de la disonancia cognitiva (estrés psicológico que produce la incongruencia entre las creencias/actitudes y las acciones de una persona. Para estar bien, la persona debe reducir esa tensión, ya sea cambiando de acción o de forma de pensar para hacer coincidir ambas cogniciones). Algunas estrategias cognoscitivas incluyen el seguir adelante con la actividad que se quiere a pesar de la barrera que se presentó, el cambiar las aspiraciones que se tenían de las actividades recreativas, el ignorar a los padres, el pensar en los incentivos o premios que se pueden obtener al participar en una actividad y valorar la rebaja del costo de la actividad y

(2) estrategias de comportamiento. Aminoran o eliminan la barrera al mejorar la organización del tiempo y del aprendizaje de la destreza requerida, entre otras opciones.


En el año 2001, Hubbard y Mannell presentaron cuatro tipos de negociación:

(1) administración del tiempo (por ejemplo, tener tiempo libre al promover que la familia ayude con los quehaceres de la casa, acortar el tiempo de participación en las actividades, levantarse temprano o acostarse más tarde para participar en la actividad deseada, sustituir la actividad por otra más conveniente),

(2) adquisición de destrezas (por ejemplo, aprender nuevas actividades, hacer lo mejor que se puede en la actividad, pedir ayuda cuando se requiere),


(3) estrategias financieras (por ejemplo, hacer un presupuesto del dinero, aprender a vivir con lo que se gana, aprender a improvisar con el equipo o ropa que se tiene, ahorrar dinero para realizar la actividad deseada) y


(4) coordinación interpersonal (por ejemplo, buscar personas con los mismos intereses, participar con personas de la misma edad o el mismo sexo, buscar personas que realizan las mismas actividades).


Muchos de los tipos de barreras mencionadas en esta investigación han sido identificados en estudios realizados a inmigrantes en otros países. A continuación se resumen los principales hallazgos de la literatura. Se debe tener presente que la siguiente información es la reportada por diversos autores y no se debe considerar específica para los grupos que podrían relacionarse con la recreación.

En estudios realizados con poblaciones migrantes asiáticas (adolescentes chinos de Yu y Berryman, 1996, y personas adultas mayores de Kim, 2000) y personas polacas (Stodolska, 1998) y griegas (Karlis y Kartakoullis, 1996) se halló que varias barreras (idioma, falta de socialización, falta de amistades, falta de dinero, falta de conocimiento de actividades recreativas disponibles) afectaban la autoestima de estos grupos y, por lo tanto, su participación e involucramiento en la sociedad anfitriona. Cuando una persona inmigrante no socializa con personas del país anfitrión su adquisición o mejoría del idioma no es tan rápida como se desea y el proceso de incorporación a las instituciones y grupos sociales se ve afectado; por ende, su integración al país se retrasa en los aspectos que se requieren (Gans, 1997). A pesar de la buena intención de que las personas inmigrantes se integren a la sociedad anfitriona para que su vida sea más fácil; algunos individuos conservan sus costumbres, pues consideran que ellas no son negativas para el país anfitrión.

En lo que respecta a estudios con personas latinoamericanas, en el año 2000, Juniu estudió a un grupo sudamericano en Estados Unidos. La investigadora determinó que para las personas que habían estudiado las actividades grupales y la interacción humana eran importantes. Las principales barreras, sin importar la clase social, eran la falta de tiempo y el incremento de las obligaciones y responsabilidades laborales. El tiempo era necesario para trabajar y el trabajo era prioridad para ellos. Usualmente, las personas inmigrantes piensan que si trabajan más duro serán exitosas en el país anfitrión. Algunas de las actividades que las personas inmigrantes de ese estudio realizaban en su país natal disminuyeron o cambiaron por la falta de tiempo libre, el trabajo o el clima.

A pesar de las barreras identificadas en algunos casos, varios cambios provocados por la inmigración a este grupo de personas fueron positivos, tales como la exposición al multiculturalismo existente en Estados Unidos, mayor cantidad de actividades recreativas en las que podía participar y más facilidad de acceso a ellas. Para las personas inmigrantes de clase media y con educación superior, sus relaciones sociales se producían con personas de otras culturas que tenían los mismos intereses. Juniu (2000) encontró que las personas que ocupaban el mismo grupo social tenían similares actitudes, valores e intereses.

Con respecto a las personas inmigrantes con educación universitaria, ellas se recreaban en actividades de tendencia artística como conciertos y exhibiciones de arte y, en muchas de estas ocasiones, hablaban inglés. Algunas de esas personas manifestaron que su trabajo y educación determinaban las actividades que hacían durante su tiempo libre. Por su parte, el grupo que trabajaba y no tenía tanta educación indicó que se recreaba con amigos de su bagaje étnico y miembros de su familia extendida. Las actividades estaban orientadas a la familia y hablaban español. El excesivo uso del idioma natal les aumentó su limitación con el inglés, a pesar de que querían mejorarlo. Juniu (2000) dedujo de su investigación que la clase social determinó el nivel de asimilación de este grupo de inmigrantes sudamericanos y los tipos de barreras que percibían. Las personas con mayores niveles de asimilación económica reportaron menos barreras, tener más acceso a actividades recreativas y desarrollar más contactos personales con otros grupos étnicos.

Al estudiar a un grupo de mujeres inmigrantes refugiadas latinas en Canadá, se encontró que su participación recreativa y el proceso de asimilación se vieron afectados por barreras, tales como (1) movilidad física y social, (2) problemas de trabajo y capacitación laboral, (3) falta de participación en recreación y la comunidad y (4) falta de bienestar general. Las barreras de movilidad física y social incluían el idioma y el desconocimiento de la cultura canadiense y sus servicios sociales. Rublee y Shaw (1991) indicaron que la falta de satisfacción por el trabajo, la carencia de recreación y falta de participación en la comunidad afectaban el bienestar de las mujeres del estudio y la calidad de sus vidas. La participación en recreación de estas mujeres se veía afectada por razones económicas, de tiempo, responsabilidades familiares, falta de amigos, problemas para comunicarse por el idioma y la inhabilidad para determinar el tiempo libre que tenían.

En su estudio con estudiantes latinos internacionales, Salazar Salas (2000) identificó varias barreras que influyeron en su participación en actividades recreativas. Algunas de estas barreras incluían el idioma, la soledad, el “mal de patria”, decepción al ver que las cosas eran diferentes a como las había imaginado, estereotipos que tenía la gente del país anfitrión acerca de algunos grupos étnicos, realización de labores domésticas que antes no hacía en el país natal, estilo de vida del lugar, falta de transporte para ir a ciertos sitios, falta de diversidad de actividades, falta de compañía para recrearse, falta de tiempo libre, uso no provechoso del tiempo libre y falta de dinero para costear la actividad. La mayoría de estas barreras se puede clasificar como estructural porque estaba asociada a temas culturales, como idioma, hábitos, costumbres, valores o condiciones contextuales.

A pesar de los problemas que enfrentó para recrearse, esta población estudiantil internacional pudo participar en actividades recreativas. Pareciera que estas personas pusieron en funcionamiento la teoría de negociación que indica que los individuos pueden participar en actividades recreativas a pesar de las barreras que enfrentan, si encuentran una manera para aliviar o superar los problemas; o sea, una forma de negociar las barreras (Jackson, Crawford y Godbey, 1993). Algunas de las actividades recreativas realizadas fueron artes, deportes, recreación social, servicio voluntario y turismo. Además, al llegar al país anfitrión, este grupo cambió algunas actividades recreativas que hacía en su país natal, dejó de realizar actividades o efectuó varias que no hubiera podido hacer en su país. El estudiantado latino internacional no sólo reconoció haberse enfrentado a problemas al llegar al nuevo país, sino haber obtenido beneficios al participar en actividades recreativas. Algunos de esos beneficios incluían beneficios físicos, psicológicos, socialización, cohesión, cooperación, identidad cultural, conocimiento artístico y aprendizaje de la cultura anfitriona (Salazar Salas, 2000).

2.2    Personas inmigrantes

Ogbu y Simons (1998) propusieron una categorización de grupos minoritarios en Estados Unidos, en la cual se incluye a las personas inmigrantes. Estos grupos son: (1) autónomo, (2) voluntario o inmigrante y (3) no voluntario o no inmigrante. El grupo autónomo incluye conjuntos pequeños de personas que viven en el país y que difieren en etnicidad, religión e idioma del grupo dominante.

El grupo voluntario o inmigrante se traslada a otro país de manera más o menos voluntaria, con la esperanza de vivir en mejores condiciones de trabajo y con mayores libertades religiosa y política de las que disfrutaba en su país natal. Ogbu (1993) no incluye a los trabajadores migrantes temporales ni a los refugiados en esta categoría porque ellos no tienen planeado instalarse en el país anfitrión. Ogbu (1991, 1993) y Ogbu y Simons (1998) manifiestan que las personas inmigrantes tienen una actitud positiva hacia el país anfitrión, especialmente durante la primera generación. Las personas inmigrantes suelen comparar su actual situación en el país anfitrión con la condición que tenían en su país antes de venirse o las circunstancias que sus amigos y familiares todavía están viviendo en su país natal.

Los grupos involuntarios o no inmigrantes incluyen personas que fueron conquistadas, colonizadas u obligadas a estar subordinadas. Estos grupos no pudieron escoger ser parte del país dominante, más bien, fueron forzados a pertenecer al país contra su voluntad. Estos grupos suelen diferir en idioma, religión y etnicidad del grupo dominante (Ogbu, 1991, 1993; Ogbu y Simons, 1998).

2.3    Personas Nicaragüenses en Costa Rica

En las últimas décadas, Costa Rica ha llegado a ser un país multicultural debido a la alta inmigración de personas centroamericanas y de otras latitudes del mundo (Costa Rica, Consejo Nacional de Rectores, 1999). Los países de donde provienen las personas inmigrantes son, entre otros, Nicaragua, Panamá, Estados Unidos, El Salvador y Colombia. Sin embargo, la mayor población inmigrante es la nicaragüense (Barquero Barquero, 2005). Gran parte de las poblaciones migrantes que llegaron a Costa Rica lo han hecho por circunstancias laborales en sus países de origen o por situaciones políticas.

Según la I Encuesta Nacional de Juventud, la población nicaragüense juvenil que vivía en Costa Rica en ese momento correspondía al 68,7% (79.233 personas) del grupo entrevistado (115.280 personas). El 60,2% de estas personas nicaragüenses eran mujeres, contra un 39,8% de hombres. Un 6,4% de nicaragüenses tenía entre 15 y 17 años; un 41,5%, entre 18 y 24 años; un 28,8%, entre 25 y 29 años y un 23,4%, entre 30 y 35 años. De este grupo, un 47,9% poseía estudios secundarios, un 38,4% había concluido la educación primaria, un 7,2% contaba con estudios universitarios y un 4,7% indicó no haber estudiado (Costa Rica, Viceministerio de Juventud, Consejo de la Persona Joven y Fondo de Población de Naciones Unidas, 2009).

La I Encuesta Nacional de Juventud reportó que de toda la población juvenil entrevistada en el país, los hombres de 15 a 24 años participaban principalmente en grupos deportivos y, en segundo lugar, en agrupaciones religiosas, situación opuesta a las mujeres de ese mismo rango de edad. En cuanto a actividades realizadas en el tiempo libre, las tres actividades preferidas por las personas jóvenes, en orden descendente, fueron leer, alquiler películas o ir al cine y practicar algún deporte. Lastimosamente, los datos de este tema para la población migrante no se reportaron de manera separada a los del resto de la población encuestada (Costa Rica, Viceministerio de Juventud, Consejo de la Persona Joven y Fondo de Población de Naciones Unidas, 2009).

La cantidad de personas inmigrantes nicaragüenses en Costa Rica ha ido en aumento a lo largo de las décadas. Esta movilidad ha sido parte de la historia entre ambos países (Morales Gamboa, 1999; Olivares Ferreto, 2007). Por ejemplo, en el censo de 1927 se estipulaba que en el país vivían 20.642 nicaragüenses, lo cual correspondía al 4,4% de la población total del país. Más de treinta años después, en los años de 1960, el número de inmigrantes nicaragüenses era alrededor de los 60.000. En 1997, había cerca de 400.000 nicaragüenses en Costa Rica; es decir, el 12% de la población. El Censo del 2000 detectó aproximadamente 296.000 migrantes documentados de diversos países; o sea, un 7,8%. De este grupo, 226.000 personas eran nicaragüenses, lo que equivalía a un 6% de la población (Costa Rica, Viceministerio de Juventud, Consejo de la Persona Joven y Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2005, 2009; Mojica Mendieta, 2008; Organización Internacional para las Migraciones, 2001; Sandoval García, 1999).

De la población nicaragüense censada en el año 2000, las mujeres conformaban el 50,9% de ese grupo inmigrante. El 60% de toda esta población tenía entre 20 y 50 años. El 24,5% trabajaba en Costa Rica en agricultura; el 17,6%, en comercio; el 16,4%, en construcción; el 14,9%, en empleo doméstico; el 14,9%, en industria y el 2,2% laboraba en vigilancia privada. El 42% tenía estudios primarios incompletos o no tenía estudios, el 46,9% tenía educación primaria completa o la secundaria incompleta y el 11,1% tenía estudios secundarios completos o de mayor nivel (Organización Internacional para las Migraciones, 2001).

La población inmigrante nicaragüense se encuentra en casi todo el país; sin embargo, se concentra en la Zona Norte, la Zona Atlántica y el Valle Central (Olivares Ferreto, 2007); sin embargo, la mayoría reside en el Área Metropolitana a causa de que muchos servicios públicos educativos y de salud se brindan en esta región. En esta parte del país, en las zonas urbanas, “los hombres se ocupan fundamentalmente en la construcción, la seguridad privada y el comercio informal; las mujeres se emplean principalmente en el servicio doméstico o se incorporan al comercio informal” (p. 653).

Además, en el Área Metropolitana, este grupo nicaragüense puede participar en las actividades que se realizan en el Parque de La Merced y en el Parque Central. También, puede asistir a discotecas o a actividades planeadas por organizaciones como el “Foro Nacional de Población Migrante”, el cual celebra la Semana del Migrante, en la primera semana de setiembre, o la “Asociación Ticos y Nicas: Somos hermanos”. Además, estas personas se pueden mantener informadas mediante diversos medios de comunicación; por ejemplo, el programa radial y la revista digital “Nicaragua Actual” (Asociación Ticos y Nicas, 2012; Costa Rica, Consejo Nacional de Rectores, 1999; Nicaragua Actual, 2012).

2.3.1 Caracterización de las personas nicaragüenses

En las migraciones de un país a otro, siempre se generan “conductas de rechazo y xenofobia por parte de la población receptora que derivan en una constante criminalización de las personas migrantes” (Costa Rica, Viceministerio de Juventud, Consejo de la Persona Joven y Fondo de Población de Naciones Unidas, 2005, p. 9).

En Costa Rica, las personas nicaragüenses han sido estereotipadas con diversas características. Una de las cualidades es la atribución de que son violentas, en contraste con las costarricenses que son pacíficas (Sandoval García, 1999). Otro atributo que usan los medios de comunicación escrita para crear una actitud negativa hacia la población inmigrante en Costa Rica, en especial la nicaragüense, es “que la inmigración representa una amenaza para la identidad nacional costarricense” (Sandoval García, 2004a, p. 285). Como las naciones son producto de la afluencia de personas de diferentes procedencias, quienes nacieron en un país se ven a sí mismos como “únicos” y visualizan las fronteras como límites simbólicos. Por lo tanto, las personas que transgreden esas fronteras pueden ser consideradas una amenaza a la identidad nacional. Según Sandoval García, pareciera que en Costa Rica se teme a quienes inmigran y a lo que traen consigo, pues “no tenemos un imaginario tan claro y tan compartido de quienes suponemos que somos” (2004a, p. 287). Para contrarrestar estos argumentos y disminuir la xenofobia hacia las personas nicaragüenses, en Costa Rica se han realizado documentales y obras de teatro. Estas obras recalcan el maltrato que algunas personas costarricenses brindan a las nicaragüenses, por medio de insultos y acciones a causa del acento, color de piel y tipo de cabello de estas últimas (Sandoval García, 2004a, b).

El acento y el vocabulario que emplean las personas nicaragüenses son otras características por las cuales este grupo es centro de burla o insulto. Aunque en Costa Rica y Nicaragua se habla español, hay objetos que son llamados de distinta manera y el desconocimiento de los nombres usados en el país anfitrión provoca problemas de comunicación entre personas de ambos países y aumento de rechazo. Para evadir “estas actitudes, algunas personas [nicaragüenses] optan por asumir patrones culturales costarricenses y disimular su acento y otras expresiones que ‘delatan’ su nacionalidad” (Acuña González y Olivares Ferrero, 1999, D. Dimensión Socio Cultural, IV.I. La población migrante nicaragüense en el Valle Central). Es decir, procuran mostrarse aculturados en frente de los demás, aunque en privado conservan sus costumbres.

3.  Metodología utilizada

3.1    Tipo de investigación

La metodología usada en este estudio fue cualitativa con un enfoque fenomenológico. Este enfoque se basa en el análisis de los acontecimientos desde la perspectiva de las personas involucradas; es decir, cómo los habían experimentado, vivido o percibido ellas (Gurdián Fernández, 2007; Martínez Miguelez, 1989; Rodríguez Gómez, Gil Flores y García Jiménez, 1996). En otras palabras, la fenomenología “busca conocer los significados que los individuos dan a su experiencia”, para ello se debe aprender a interpretar el proceso “por el que la gente define su mundo y actúa en consecuencia”, a “ver las cosas desde el punto de vista de otras personas, describiendo, comprendiendo e interpretando” (Rodríguez Gómez, Gil Flores y García Jiménez, 1999, p. 42).

En este estudio, se indagó la percepción y la vivencia de las personas entrevistadas acerca de la recreación que habían tenido en Nicaragua y la que estaban experimentando en Costa Rica, con la finalidad de conocer qué significaba para ellas su participación en actividades recreativas.

3.2    Participantes y su selección

Las personas que participaron en esta investigación fueron 13 nicaragüenses: seis mujeres y siete hombres, con edades entre 18 y 50 años. Su escolaridad variaba entre la no escolarización y undécimo año de secundaria. En cuanto a su estado civil, seis personas eran solteras y tres, casadas; tres estaban en unión libre y una estaba separada. Cinco personas provenían del Departamento de Chinandega, dos del Departamento de Boaco, dos del Departamento de Jalapa, dos del Departamento de Chontales, una de Managua y una de León. Con respecto al lugar de residencia, una persona vivía en Curridabat; tres, en el Cantón Central de San José; seis, en Montes de Oca y tres, en La Unión, Cartago. En lo concerniente al tiempo de residencia, tres personas tenían entre tres y seis meses de vivir en el país; siete personas, entre uno y menos de cinco años; y tres, entre cinco y nueve años.

En lo que se relaciona con el trabajo en Nicaragua, cinco de los siete hombres mencionaron que solo trabajaban. Los otros dos comentaron que en su país trabajaban y estudiaban. En cuanto a las mujeres, las seis mujeres indicaron que trabajaban. Un hombre señaló que era sastre en Nicaragua y dos mujeres especificaron que realizaban oficios domésticos en sus casas. Cinco hombres y una mujer laboraban en agricultura. Tres mujeres eran asalariadas en tiendas y fábricas. Un hombre trabajaba como cobrador en un autobus.

Las 13 personas entrevistadas enfatizaron que trabajaban en Costa Rica. Los hombres tenían trabajos más variados que los de las mujeres. La mayoría de los trabajos en Costa Rica eran diferentes a los realizados en Nicaragua. Dos mujeres eran amas de casa en sus hogares, tres trabajaban en oficios domésticos en la casa de otra persona y una laboraba como cocinera en un restaurante. Por su parte, tres hombres trabajaban en construcción; uno cocinaba en un restaurante; uno era guarda de urbanización; uno fungía como jardinero y uno continuaba laborando como sastre.

El grupo participante fue seleccionado intencionalmente por conveniencia. Se contactó mediante costarricenses u otras personas entrevistadas. Las condiciones establecidas para participar en el estudio fueron: (1) ser nicaragüense, (2) ser mayor de edad, (3) haber vivido en Costa Rica al menos tres meses, (4) aceptar que se le entrevistara y grabara, (5) confirmar la transcripción de la entrevista y (6) aceptar que se le observara al participar en una actividad recreativa.

3.3    Procedimientos para recolectar y analizar la información

En este estudio se emplearon las técnicas de entrevista individual, observación y entrevista grupal.

3.3.1 Entrevistas individuales

La entrevista usada en esta investigación fue la enfocada, al tenerse definido un tema de interés y por ser abierta y más estructurada (Gurdián Fernández, 2007).

El cuestionario usado en las entrevistas individuales se basó en el empleado en otro estudio por la investigadora (Salazar Salas, 2000). Para efectos de esta investigación, se actualizaron y adecuaron las preguntas a la población en estudio. Personas con experiencia en investigación cualitativa revisaron el cuestionario. El instrumento incluía 10 preguntas demográficas, 27 preguntas abiertas y comentarios. Las preguntas abiertas se relacionaban con cuatro temas: cinco preguntas estaban vinculadas con “Recreación en Nicaragua”; 15, con “Recreación en Costa Rica”; dos, con “Barreras que impiden recrearse” y cinco, con el “Cambio de país”.

Antes de la entrevista, a cada persona se le pidió que firmara el consentimiento informado y brindara un seudónimo que la identificara en el estudio. La entrevista fue grabada y transcrita. Su contenido fue confirmado por cada persona, quien podía modificar, eliminar o agregar palabras, frases u oraciones que aclararan la versión escrita de la entrevista. Una persona pidió modificar unos párrafos. Tres personas reforzaron sus respuestas al aclarar dudas de la investigadora.

Las transcripciones de cada entrevista fueron analizadas. Se establecieron categorías. Las categorías identificadas correspondían a los datos de las respuestas de cada pregunta de las entrevistas individuales. Luego, se triangularon las categorías de cada pregunta de las 13 entrevistas y se contabilizaron frecuencias para hombres y mujeres en las categorías más importantes. Los principales temas fueron reportados. Se emplearon frases de las personas entrevistadas para reforzar las categorías identificadas.

3.3.2   Observaciones

En este estudio se utilizó la observación participante porque se prestó atención al contexto desde la perspectiva de la investigadora. La intervención de ella no fue encubierta ni estructurada (Gurdián Fernández, 2007).

Con las observaciones se identificaron las acciones y las reacciones de las 13 personas entrevistadas durante una actividad recreativa pasiva, individual o grupal. El instrumento de observación consistió en una hoja guía. Esta hoja abarcaba tres secciones:  (1)  información  para  identificar  cada  observación  (nombre  de  la  persona  observada,  lugar donde se realizó la observación, fecha, personas que acompañaban a la persona observada, actividad que se realizó, la hora de inicio de la observación y la hora de finalización de la observación), (2) un espacio para anotar las principales reacciones y comentarios de la persona que se observaba y sus acompañantes y (3) un espacio para que quien observara anotara sus impresiones al final de la actividad.

La investigadora propuso la mayoría de las actividades recreativas realizadas en las observaciones, con el objetivo de facilitar su puesta en práctica y supervisar la duración, pues las personas participantes no las sugerían a pesar de que se les había mencionado el tema durante la entrevista y la confirmación de la transcripción. Varias de las actividades fueron individuales y otras grupales. Las actividades individuales incluyeron juegos intelectuales de papel y lápiz (identificar objetos escondidos en un dibujo, laberintos, adivinanzas) y un juego de mesa (rompecabezas). Los juegos grupales fueron “Cuatro en línea”, “UNO”, “Jenga” y naipe. Algunas mujeres sugirieron actividades más sociales o relacionadas con los quehaceres domésticos (tomar café y enseñar a hacer tortas de plátano maduro con queso molido).

Los comportamientos y las acciones de las 13 personas observadas fueron incluidos en una matriz. Luego se registraron frecuencias de repetición de ellos, por sexo. Los comportamientos con mayores repeticiones se consideraron como las categorías más relevantes. En la triangulación efectuada con la información de las entrevistas, se usaron las categorías de las observaciones con las frecuencias más altas. Las categorías resultantes de esta triangulación fueron mayormente de las respuestas de las entrevistas. Poca información de las observaciones fue de utilidad.

3.3.3   Entrevista grupal

La técnica de grupo focal había sido planteada como opcional en la propuesta del estudio; ya que es una discusión que examina un tema concreto surgido durante la investigación, por medio de la interacción de opiniones de las personas participantes (Gurdián Fernández, 2007). La realización de esta técnica tenía dos objetivos: (1) devolver a la población participante en el estudio los principales datos obtenidos hasta ese momento y (2) ampliar detalles de la investigación por medio de sus comentarios e inquietudes de lo expuesto.

Sólo dos mujeres asistieron a la actividad planeada, pese a la invitación verbal o escrita que se le hizo a las 11 de las 13 personas entrevistadas que aún residían en el país. En la actividad, al inicio, se presentaron los principales hallazgos de las entrevistas individuales y las observaciones. En la segunda parte de la actividad se realizó un conversatorio de ciertos temas y la investigadora hizo preguntas directas a las dos personas participantes en la actividad para aclarar algún comentario hecho por las participantes o para solicitar alguna información específica. En esta técnica no hubo un instrumento elaborado antes de su realización. Esta conversación-entrevista grupal se grabó y transcribió. La información transcrita fue analizada para identificar temas y categorías de los comentarios. Pocas fueron las categorías identificadas en esta técnica.

3.3.4   Triangulación de las tres técnicas

La información recolectada en cada una de las tres técnicas fue analizada de manera individual. En las transcripciones de una misma técnica se hallaron temas y categorías en común o de relevancia acerca del tópico en estudio. Los temas detectados en las tres técnicas se triangularon.

Primero, se trianguló las categorías de las entrevistas con las de las observaciones. Finalmente, la información de la entrevista grupal fue triangulada con las categorías obtenidas de la triangulación de las entrevistas y las observaciones. Poca fue la información de las observaciones y de la entrevista grupal que respaldó las categorías de las entrevistas.

La poca información útil de las observaciones podría haberse debido a que durante ellas las personas estaban disfrutando desinhibidamente la actividad que realizaban, estaban en acción y por medio de ese comportamiento manifestaron inconscientemente su necesidad y deseo por recrearse. Ese comportamiento no se relacionó mucho con los temas de las preguntas de la entrevista individual ni los de la entrevista grupal. Los temas de la triangulación de esta última técnica fueron contados porque las preguntas fueron muy específicas y la cantidad de personas que asistió a esta segunda entrevista fue reducida.

4. Hallazgos y Discusión

Esta sección contiene la presentación y la discusión de los temas hallados y que fueron identificados como los más importantes en el estudio. Al inicio de cada subsección se reportan las categorías con mayores frecuencias y luego se discute sólo algunas de ellas. La discusión presentada se realiza con base en la literatura de la profesión de la Recreación. La mayor parte de la información que se incluye se obtuvo de las entrevistas; por esa razón, cuando se incluyen datos correspondientes a las observaciones o a la entrevista grupal, ellos se identifican con la palabra “observación” o las palabras “entrevista grupal”, entre paréntesis. En esta sección se incluyen frases de las personas entrevistadas que ilustran algunos de los temas mencionados. Esas frases conservan la simbología de las transcripciones. Dicha simbología es:

/: pausa que hizo la persona entrevistada al hablar

: frases o palabras de la entrevista que no se incluyeron


[ ]
: palabras que fueron incluidas por la entrevistadora para darle sentido a la frase o para explicar algo.


La sección está dividida en las siguientes categorías: barreras que impiden recrearse, negociación para recrearse y causas de las barreras identificadas.

4.1    Barreras que impiden recrearse

En este artículo se comparten los resultados obtenidos en los tres tipos de barreras propuestos por Crawford y Godbey (1987) (intrapersonales, interpersonales y estructurales), y mencionados por las personas participantes en la investigación o identificados en las observaciones. En las categorías de barreras intrapersonales se identificaron seis ejemplos; en las barreras interpersonales, tres y en la categoría de barreras estructurales, seis.

4.1.1   Barreras intrapersonales

Las barreras intrapersonales mencionadas en el estudio fueron:

Falta de autoconfianza y baja autoestima (observación): cinco personas (dosmujeres y tres hombres)


Actitud negativa hacia la recreación: tres personas (una mujer y dos hombres) 


Nostalgia por la familia: tres personas (una mujer y dos hombres) 


Desconocimiento de lugares a donde ir a pasear: un hombre 


Temor a salir y que la asalten: una mujer 


Incomodidad en el país: un hombre.

Algunos de los comentarios brindados por las personas entrevistadas acerca de estas barreras se presentan a continuación.

4.1.1.1 Actitud negativa hacia la recreación

Una de las barreras intrapersonales más relevantes identificadas en el estudio fue la falta de interés para recrearse. Tres personas la mencionaron. Esa actitud denotó desconocimiento de lo que significa recreación, la falta de valoración de los beneficios que pueden obtenerse al recrearse y la falta de educación para el uso del tiempo libre (EDUSOTIL). Esta educación cumple con dos objetivos: (1) permite analizar en qué consiste la recreación y su importancia para la sociedad al fomentar la calidad de vida de las personas y (2) enseña al individuo a darse la oportunidad de ser feliz por medio de la recreación, a buscar opciones para recrearse al identificar actividades en las cuales participar, los recursos para hacerlo y las personas con quienes compartirlas (Dattilo y Murphy, 1991; Salazar Salas, 1997, 2007). Los comentarios de las tres personas que no valoraban la recreación fueron:

Alba comentó, “la razón es que yo soy una aburrida, que a mí no me gusta nada.” Alba contó que sus hermanos la invitaban a ir a diferentes lugares y ella no aceptaba: “pero es que yo no. Yo del trabajo a mi casa… No me alegra nada. No me llama la atención nada”. Alba añadió, “yo estoy allá, igual. En Nicaragua, yo soy igual. Estoy aquí o allá, soy igual. Si salgo, tal vez es por compromiso… Voy tranquila porque voy con ellos [familiares], pero que yo voy porque quiero ir, no.” Alba contó que no le llamaba la atención el cine o ir a bailar, pero indicó “lo que a mí me fascina es ir a un estadio de fútbol”. Su afición por este deporte empezó en Estelí, cuando veía fútbol con sus hijos. Ellos vivían en Nicaragua con la abuela.

Pancho reconoció que las posibles causas para no recrearse eran que tenía pocos amigos y que tampoco los hacía. Al respecto, él mencionó: “puede que tal vez/ allá donde estoy, a veces, la muchacha me invita que vayamos al parque o algo así/ yo sé que es de gratis, pero casi no me anima… No sé. No me explico… Pero la realidad es que poco me gusta andar en las calles, algo así”. Según Pancho, con salir no perdía ni ganaba nada.

Ernesto indicó que su no participación en las actividades durante su tiempo libre tenía que ver con “que no me conviene, de que no me conviene andar ahí, haciendo nada, más que todo. Preferible estar ahí en casa, que nada me va a suceder. También, hay que ponerse a pensar en todas esas cosas... No me conviene andar ahí en la calle, más que todo. Si no es por el trabajo, no salgo yo… Le puede suceder algo... [Suena] muy negativo, sí... Soy muy aburrido… Me aburre las vagancias… Yo me he criado con una restricción… No me criaron en un ambiente donde tenga diversión. Nunca he tenido diversión”.

A pesar de que estas tres personas expresaron no tener interés en participar en actividades recreativas; durante las observaciones se notó que todas las 13 personas del estudio mostraron estar “en fluidez”. Esta teoría indica que una persona tiene una experiencia positiva cuando el ambiente le ofrece oportunidades o retos que empatan con sus destrezas o capacidades para actuar. Si las destrezas y los retos se equiparan, la persona disfruta la actividad, se llega a compenetrar con ella y experimenta éxtasis y tranquilidad. La persona está tan concentrada en lo que hace que no se percata de lo que hay o pasa alrededor, ni del paso del tiempo (Csikszentmihalyi y LeFevre, 1989). El estado de fluidez es un estado óptimo de motivación intrínseca. Esta situación de disfrute que se identificó en las observaciones podría significar que – no obstante lo que dijeron en la entrevista- a las personas que declararon no tener interés por recrearse, en realidad lo que les faltaba era la oportunidad de hacerlo, que se les brindara la posibilidad de experimentar actividades nuevas que las hiciera sentirse bien y les generara deseos de seguir realizándolas y la opción de compartirlas con alguien de su agrado.

Por  el  contrario,  hubo  personas  que  sí  manifestaron  la  importancia  de  la recreación. Por ejemplo, la Sra. Zambrana dijo que “uno necesita de la recreación. Uno necesita divertirse porque, tampoco, pasar todo el tiempo en un trabajo o metido en una casa, es para volverse loco… Así, uno se siente que no está solo, pero estar uno solo metido en la casa, más acá que no están ellos [los hijos]; entonces, uno se siente como muy solo, que busca alguna forma de salir un poco y divertirse.”

4.1.2 Barreras interpersonales

Varias fueron las barreras interpersonales identificadas en el estudio. Algunas de ellas fueron el familismo, la ética del cuidado y la falta de compañía:

Familismo (sacrificarse por las personas parientes, extrañar a la familia, recibir apoyo de familiares en Costa Rica): 13 personas (cinco mujeres y ocho hombres)


Falta de compañía para salir: cuatro personas (dos mujeres y dos hombres) 


Ética del cuidado (subordinación de las mujeres a los familiares o amigos; los demás están primero, antes que ellas: observación): tres mujeres.


4.1.2.1 Familismo

El familismo, es decir la importancia que tiene la familia para algunas personas al priorizar las necesidades del grupo familiar sobre las suyas, ha sido notorio en diversas poblaciones (Alcalde, 2010). Una de esas poblaciones es la latina. Esta relevancia también se ha detectado en los grupos polacos, hindúes y corenos (Kim, 2000; Stodoslka, 2000; Suarez-Orozco y Suarez-Orozco, 1995; Tirone y Shaw, 1997). Calderón-Tena, Knight y Carlo (2011) y Schwartz (2007) amplían la definición al indicar que el familismo se caracteriza por apoyar a la familia de manera emocional, física o financiera, por tener sentido de obligación hacia la familia, por incorporar a la familia como parte de sí, por respetar a las personas mayores y por honrar el apellido familiar.

Aunque este constructo se relaciona mayormente con las mujeres y la familia, ha habido críticas de que otros factores también deben considerarse con ciertos grupos marginados. Tal fue el caso de la escritora estadounidense H. Carby, quien alegaba que el racismo también debía tenerse presente con poblaciones que no eran blancas y no sólo el tema de género (citado por Cásares García, 2008).

La lealtad hacia la familia no disminuye con la migración (Alcalde, 2010). En el caso de las personas latinas, el tener familia en el país anfitrión constituye un gran respaldo cuando están recién llegadas porque la red familiar incentiva y colabora en buscarles trabajo, les ayuda a sobrevivir, a adaptarse al país, les brinda apoyo emocional y hasta un lugar para alojarse; es decir, la familia participa en el proceso de adaptación (Foner, 1997).

El familismo se presentó con algunas personas entrevistadas en este estudio. Pancho, por ejemplo, indicó que no duró mucho tiempo sin trabajo, luego de llegar a Costa Rica, pues la familia le ayudó. “Yo vine aquí sábado y lunes ya vine a trabajar”. Otro caso fue el de Juan, quien contó, “recientemente, venido aquí, yo, me consiguieron ese trabajo, ahí”. Pero no todos tuvieron la misma suerte. Ernesto, quien no tiene familiares en el país, manifestó que al llegar a Costa Rica, se sentía mal porque estuvo más de un mes sin trabajar. A Erika, aunque tenía familiares en Costa Rica, le sucedió algo parecido a Ernesto: “Creo que estuve como un mes [sin trabajar]. En todo ese mes, realmente no salía mucho, porque –claro- no estaba trabajando todavía y no tenía la posibilidad económica de salir; entonces, casi todo ese mes me lo pasé en la casa”. Estos casos muestran que el apoyo que brindan familiares cercanos o lejanos es fundamental para la persona recién llegada (Viceministerio de Juventud, Consejo de la Persona Joven y Fondo de Población de las Naciones Unidas, 2009).

En esta investigación, las personas que tenían familiares en Costa Rica manifestaron el compartir su tiempo libre y actividades recreativas con esos familiares y con amigos. Luis contó que los domingos jugaba con amigos, vecinos y familiares. “Nos ponemos de acuerdo y vamos a La Sabana o, si no, vamos aquí mismo a las canchas, más cerca… Aquí, planeo porque están mis familiares, mis primos y unos amigos…. Así lo hacemos, en grupo”.

Juan narró que con su hija, el yerno y el nieto, “a veces, vamos a San José… vamos al Mall… Hemos ido al Parque de La Merced. Vamos a las tiendas. Vamos a comer hamburguesas. La cosa es pasar el tiempo”.

Algunas de las personas entrevistadas tenían la oportunidad de compartir con sus familiares en Costa Rica, pero siete de ellas manifestaron estar tristes por estar lejos de los hijos, de la familia. Por ejemplo, Erika contó que al llegar a Costa Rica, se sentía “muy triste… estar en un lugar donde uno nunca ha estado, extraño, y lejos uno de la familia, lejos de mi hija”. Ernesto dijo, ahora, “ya me estoy acostumbrando... A la forma de vivir de acá… No tengo a nadie de familia a quien ver aquí. Uno se siente solo… Uno se siente mal”.

El familismo también se mostró con el sacrificio que hacían varias personas por sus familias al estar solas en el país. Aunque esta condición usualmente está asociada a las mujeres, hubo hombres en este estudio que indicaron sacrificarse por sus familiares. Evidencia de ello fue lo expresado por Julio, quien dijo que vino a Costa Rica para “sacar adelante la familia… Los estudios son muy caros. Allá, se gana muy poco y, entonces, no puede poner uno a los hijos en clase. La idea de venir a Costa Rica era para buscar cómo mejorar un poquito, darle sustento a la familia y sacarlos un poquito adelante, para que más tarde ellos tengan siquiera eso, les quede de herencia el estudio, que algo sean en la vida… para mejorar las condiciones de vida, un poquito, porque la vida allá es muy dura, bastante dura”.

Casi todas las personas participantes en la investigación enviaban dinero a sus familias en Nicaragua, en especial las cuatro mujeres, cuyos hijos vivían con familiares en ese país. Olivares Ferreto (2007) señala que “la pobreza por ingresos no afecta significativamente más a nicaragüenses que a costarricenses, pero la distribución del gasto frecuentemente se ve afectada por el envío de remesas a Nicaragua” (p. 685).

4.1.2.2 Ética del cuidado

La ética del cuidado es un constructo que no es exclusivo de las mujeres; sin embargo, generalmente se ha asociado a ellas. Los roles de todo tipo de cuidado han sido relacionados siempre con el género femenino. El cuidar a otros ha sido asignado siempre, en primer lugar, a la mujer. Por ello, su “libertad para” y su “libertad de” están limitadas, en especial con la recreación. La actitud de muchas mujeres de recargarse esta labor provoca su auto-negación al considerar primero las necesidades de los demás, en especial las de la familia, y las necesidades propias, de últimas. En recreación, este comportamiento se convierte en una barrera intrapersonal por la actitud que muestra la mujer, en una barrera interpersonal por la influencia de las necesidades de los otros y en una estructural por la falta de tiempo que tienen estas personas para sí mismas por dedicárselo a sus familiares (Henderson y Allen, 1990).

Esta actitud implica que la mujer ha aprendido a ubicarse en segundo plano, pues en primer lugar siempre están los miembros de la familia (hijos, padres, esposo, hermanos, entre otros) y afecta la participación del grupo femenino en recreación, pues el tiempo libre se dedica a los demás. Esta conducta de subordinación es aprendida y se presenta también en otras culturas como la hindú (Tirone y Shaw, 1997). Culturalmente, las mujeres han asumido que el cuidado es para los demás, no para ellas. Han sido educadas para cuidar a los otros, no a ellas mismas.

Así como la ética del cuidado es una conducta aprendida, la mujer puede aprovechar el empoderamiento que se promueve actualmente para aprender a tomar sus decisiones, controlar sus acciones y redefinir elementos del mundo, según sus propios términos y valores. La familia es un ambiente propicio para recrearse. La relación con los familiares puede pasar de tener un efecto negativo con la ética del cuidado a uno positivo con la recreación familiar (Henderson y Allen, 1990).

La “condicionalidad” de la mujer hacia la familia y amigos se detectó en las observaciones de esta investigación. Los comentarios anotados en algunas observaciones acerca de este tema fueron:

María estaba armando un rompecabezas. A la 1:50 p.m., llegó el esposo y ellacontinuó con el rompecabezas. Luego le preguntó a él que si iba a almorzar y él le dijo que sí. Ella se fue a la cocina y puso a calentar el almuerzo y volvió a seguir con el rompecabezas a la 1:55 p.m. A las 2:05 p.m., se fue a preparar el almuerzo. A las 2:10, le sirvió al esposo y continuó con el rompecabezas.


Mariana puso a hervir agua en el microondas para hacer el café. Ponía una taza a la vez. Le preguntaba a cada persona que si quería azúcar y crema. Si le decían que sí, se los ponía al café antes de servirlo. Le preguntó a Edri que si quería café y Liz le dijo que Edri (su sobrina) no tomaba café, que le diera leche con sirope y Mariana se lo sirvió. Lo mismo le sirvió a Alberto (el hijo) en un beberito, a quien sentó en una silla especial para él. A Liz le sirvió café y preparó el de ella. Todos comieron las empanadas de plátano maduro que había cocinado Liz. Mariana no se sentó hasta haberle servido a todos en la cocina. Al sentarse, hablaba con Liz y le ponía atención a Alberto. De vez en cuando, le daba empanada al hijo, de la que ella estaba comiendo. A las 5:35, cuando terminó de tomar café, Mariana preparó un café y una empanada y dijo que se los iba a llevar al papá que estaba en la sala.


4.1.2.3 Falta de compañía

Todas las personas entrevistadas indicaron que, en Nicaragua, compartían actividades recreativas con alguien más. Los dos grupos involucrados en la recreación en orden de preferencia eran la familia y las amistades. La tendencia era participar en actividades recreativas con personas amigas del mismo sexo. En Costa Rica, la mayoría de estas personas también se recreaba con alguien. Para algunas personas, tanto entre semana como en los fines de semana, se presentó una nueva modalidad: la de recrearse de manera solitaria al no tener con quien compartir las actividades.

En varios estudios realizados con inmigrantes de diversas nacionalidades en distintos países anfitriones (Kim, 2000; Rublee y Shaw, 1991; Stodolska, 1998, 2000; Yu y Berryman, 1996), se ha detectado que el aislamiento por falta de compañía es una de las causas para no recrearse. Además, las personas inmigrantes suelen relacionarse sólo con coterráneos (Juniu, 2000) y eso impide el compartir con personas del país anfitrión. Al reunirse con otras personas durante actividades recreativas, se tiene con quién hablar y conversar acerca de temas que usualmente no se tratan con cualquiera. Por el contrario, si no se puede compartir con alguien, la persona se aísla y deprime, como le sucedía a Ernesto. Él contó que en Nicaragua conversaba con las personas que conocía y con dos amigos. La compañía de ellos, “me traía más alegría… Pasábamos más felices… con ellos… y la pasábamos tranquilos. Mirábamos tele, escuchamos música, pero ahí siempre en casa… sin molestar a nadie. Mientras que aquí no, tengo que estar solo, solo”.

Para varias personas entrevistadas en este estudio, la compañía de otras personas era importante para sentirse bien. Pancho manifestó que su problema aquí era la falta de compañía para divertirse, porque en Nicaragua tenía amigos con quienes divertirse. En Costa Rica, tenía pocos amigos y no los aumentaba. Alba explicó que, en Costa Rica, no le llamaba la atención ir a lugares, pues estaba sola. En Nicaragua, sí iba a diversos lugares porque andaba con sus hijos y amigos.

Algunos estudios han mostrado que la amistad es un factor que fomenta la salud al promover apoyo social. Se ha detectado que el compartir actividades recreativas genera lazos afectivos que reducen el estrés, la soledad y el aislamiento (Glover y Parry, 2008). Este apoyo emocional que la familia y los amigos brindan se identificó en los comentarios de las personas entrevistadas. Además, también se evidenció que esa afectividad era el promotor de la participación en actividades recreativas.

Luis dijo que participaba en actividades “simplemente … para no estar un fin de semana, aquí, tan aburrido. La vamos a pasar allá, aunque no es muy seguido. Pero sí, vamos a divertirnos con los amigos. Salimos a despejar la mente, para olvidar un poco este trabajo. Ahí nos distraemos mucho”.

Erika manifestó que su participación en actividades recreativas “depende de más amistades … porque es por eso mismo. Yo casi no tengo amigos y yo no puedo salir a un lugar, sola”. Ella comentó que en Costa Rica ganaba más dinero que en Nicaragua, pero acá tenía menos tiempo libre que en su país. Sus amistades aquí eran menos que allá.

4.1.3 Barreras estructurales

Las principales barreras estructurales que afectaron a las personas inmigrantes nicaragüenses fueron la condición migratoria en el país, el lenguaje y la falta de tiempo libre. Estas barreras también han sido identificadas en estudios con inmigrantes en Estados Unidos y Canadá (Bolla y Dawson, 1990; Juniu 2000; Rublee y Shaw, 1991; Salazar Salas, 2000; Yu y Berryman, 1996):

Condición migratoria en el país: ocho personas (tres mujeres y cinco hombres)

Lenguaje (acento y vocabulario): tres personas (una mujer y dos hombres) 

Falta de tiempo libre: tres personas (dos mujeres y un hombre) 


Obligación de trabajar: dos personas (una mujer y un hombre) 

Falta de dinero: una mujer 


Falta de preparación académica para desenvolverse en un juego (detectado en la observación): una mujer.

4.1.3.1 Condición migratoria en Costa Rica

La situación migratoria en el país pareció ser una de las barreras estructurales que más afectó a las personas entrevistadas en diferentes ámbitos de la vida, entre ellos a la recreación. En la entrevista no se consultó directamente si la persona entrevistada estaba documentada o indocumentada en Costa Rica. Al contestar la pregunta si el estatus migratorio afectaba la participación en recreación, algunas personas mencionaron espontáneamente si estaban documentadas o indocumentadas.

Ocho personas (tres mujeres y cinco hombres) de las 13 entrevistadas opinaron que la situación migratoria sí afecta la participación en actividades recreativas. Según Stodolska y Santos (2006), el no tener documentos afecta la tranquilidad de las personas inmigrantes.

La sensación de inseguridad que brinda el no contar con documentación que permita movilizarse con libertad afectó el quehacer de algunas personas entrevistadas en este estudio. Al respecto, Pancho comentó que “el estatus legal afecta la participación en actividades durante el tiempo libre porque el que no tiene papeles para andar legal, se siente mal. Si le gusta salir, no lo puede hacer porque no anda tranquilo. Anda con psicosis de que lo pueden agarrar”.

Liz piensa que el estar sin documentos limita el traslado de un lugar a otro. Explicó que el factor que le había impedido divertirse en Costa Rica como lo hacía en Nicaragua era su estatus migratorio. Por ejemplo, nunca iba al Parque de La Merced porque Migración llegaba ahí y temía que la deportaran. Por estar indocumentada, “no puedo quedarme en el parque”. “Si yo tuviera mi residencia, yo podría ir con tranquilidad a San José, sin andar con miedo de que me agarren, de quedarme en alguna actividad que están haciendo aquí en Costa Rica”.

Por el otro lado, cinco personas (tres mujeres y dos hombres) opinaron que la situación migratoria en Costa Rica no afecta la participación en actividades recreativas. Sus comentarios son el reflejo de cómo una condición que puede ser una barrera estructural para unas personas, no lo es para otras, pues valoraban la participación en la recreación por su beneficio intrínseco y no por los efectos de otras situaciones. Algunas de los comentarios fueron:

La Señora Zambrana mencionó: “yo estoy ilegal, pero no he tenido problema en ningún lado… Uno sabe. Tampoco va a andar a media noche en lugares donde puede ser peligroso; pero a un restaurante, ir al cine, ir al Mall a dar vueltas, yo creo que no hay ningún problema”.

Lorenzo indicó: “yo soy residente en este país. Igual va otro que no tiene residencia y disfruta igual que mí o mejor… Porque quizá, él se metió a un lugar que le gustó y lo está disfrutando a lo máximo allá y yo no me metí. Tal vez no porque no puedo, sino porque no quise y, entonces, pienso que no afecta”.

4.1.3.2 Lenguaje (acento y vocabulario)

Las burlas por el acento y hasta por el color de piel que reciben las personas nicaragüenses por parte de algunas costarricenses son el reflejo de la xenofobia. El lenguaje fue mencionado por la población del estudio como otra barrera. Aunque los comentarios no estaban relacionados directamente con la recreación, es probable que el temor que estas personas habían experimentado, y que fue externado durante la entrevista individual, pudo haber afectado su iniciativa para participar en actividades recreativas, para evitar ser “choteadas” por su acento.

Por lo expresado por las personas entrevistadas en esta investigación, pareciera que el léxico que se usa en ambos países no es el mismo en muchos casos y ello genera confusiones, insultos e incomodidades, como lo contó Liz en el grupo focal. “Aquí es una cultura diferente’. Yo quiero que, a veces, [la patrona] entienda [lo que digo] y no que lo tome en sentido de ‘burro’. Entonces, yo tengo que siempre hablarle ‘a lo tico’. Cuando yo hablo con nicaragüenses tengo que cambiarles ‘a lo nicaragüense’’”.

4.1.3.3 Obligación de trabajar

La principal razón que indujo a las personas entrevistadas a venir a Costa Rica fue la necesidad de laborar para sostener a sus familias en Nicaragua, ante la escasez de trabajo en ese país. Al igual que otros grupos inmigrantes, este grupo de nicaragüenses se trasladó a Costa Rica con la esperanza de obtener mejores oportunidades laborales (Obgu, 1993). Sin embargo, la posibilidad de conseguir un trabajo bien remunerado había sido poca, ya que muchas de estas personas ingresaron sin documentos al país o su condición migratoria regular terminó luego de que la visa de turista expiró. Según Smart y Smart (1995), el estar en condición migratoria irregular ocasiona que las personas inmigrantes sean explotadas o maltratadas y les paguen bajos salarios. Para estos grupos, el tiempo era indispensable para trabajar, pues el trabajo era prioridad para cumplir con sus obligaciones familiares. Esta situación causaba que se saturaran de trabajo y que el tiempo libre que podían emplear en recreación lo usaran para continuar trabajando.

El tema de la obligación de trabajar es importante de mencionar en este artículo porque él está vinculado con el tiempo libre y el uso de este último para recrearse.

Julio comentó que, en Costa Rica, había más posibilidades de obtener dinero, pero eso implicaba que se debía utilizar el tiempo que se tenía libre para trabajar más, “para adquirir más dinero… para beneficiarse un poco y suplir un poco las necesidades”.

Ericka indicó, “aquí hay que ser más responsable porque uno tiene que pagar alquiler… y si uno no trabaja, no tiene como pagar el alquiler… Entonces, hay gente que, a veces, tiene tiempo libre, pero en vez de tomárselo libre, lo aprovechan para trabajar… Debe ser eso lo que me está pasando a mí. A veces, trato de aprovechar el tiempo libre… y si me aparece un trabajo, yo, yo tengo que trabajarlo, si me dan la oportunidad.... Entonces… yo creo que hay nicaragüenses que disfrutan poco la vida aquí.”

4.2    Negociación para recrearse

A pesar de los problemas que se presentan constantemente para recrearse, muchas personas logran “negociar” las situaciones para participar en actividades recreativas. Diversas poblaciones han renegociado su recreación (Salazar Salas, 2000; Stodolska, 2000). En este estudio, las personas inmigrantes nicaragüenses mencionaron haber efectuado varias negociaciones para recrearse. Ellas se pueden clasificar en estrategias cognoscitivas y en estrategias de comportamiento, según Jackson, Crawford y Godbey (1993).

4.2.1 Estrategias cognoscitivas

Estas estrategias de negociación implicaron un cambio de mentalidad, de revalorar la situación. Ellas se reflejaron en varios temas. Primero, en cuanto a la situación migratoria irregular que muchas personas participantes indicaron tener, todas manifestaron que se recreaban en mayor o menor grado. Pareciera que la alternativa para quienes estaban sin documentos fue el pensar “en positivo”, en que nada malo iba a pasar, que podían disfrutar y arriesgarse a darse la oportunidad de recrearse. Algunas de las personas entrevistadas en situación migratoria irregular no miraban a la indocumentación como una barrera de la recreación. Lo que les pudo haber ocurrido a ellas fue que, como indicó Stodolska (2000), algunas barreras se convierten en una motivación para recrearse, en un reto que hay que vencer para disfrutar la actividad.

Segundo, varias personas aceptaron que debían acostumbrarse al clima frío del centro del país para desenvolverse como los demás y no ponerse limitaciones. Liz dijo: “Ya me adapté. Más bien me gusta”. Pancho manifestó que “ya me voy acostumbrando un poquito más al frío”. Tercero, otra alternativa que lograron generar las personas del estudio fue la de hacer amigos y salir con ellos, como indicó Juan, “ya tengo amistades. En el trabajo, tengo amistades… si me invitaran un fin de semana, que yo tenga lugar, claro que sí podría ir”. La soledad de algunas personas por no tener amistades al llegar a Costa Rica les provocaba aislarse y deprimirse.

Cuarto, la solicitud de permiso para tener tiempo libre fue otra acción realizada por las personas entrevistadas. Mariana aclaró que, para recrearse, “si quiero ir, con anticipación, le pido permiso a mi patrona y si tenemos plata, nos acomodamos ahí”.

4.2.2 Estrategias de comportamiento

Con estas estrategias de negociación, las personas entrevistadas organizaron su tiempo y participaron en actividades recreativas cuando se presentó la oportunidad. Por eso:

Aprovecharon el tiempo que tenían libre: Julio narró:
“si a mí me queda tiempo, yo voy, a una feria, a alguna actividad… En mi barrio hacen ferias, cada mes… Venden comida: venden pollo asado, pollo frito, mazamorra… Juegan bingo y juegan toda cosa, ahí. Juegan unas argollas con unas botellas… Ahí llego yo, a veces, en las tardes”.

Realizaron actividades en menor frecuencia: Erika indicó que con respecto a las actividades recreativas, “las que yo hacía allá, las sigo haciendo aquí. Simple y sencillamente que en menos escala… Las hago menos” [pues tiene menos tiempo libre].
Participaron en actividades de fácil realización: José contó que durante su tiempo libre, “me divierto mucho/ Tal vez/ con un juego simple o ajedrez. Tal vez con amigos o primos, o los que estén ahí, en la casa”.

 4.4    Causas de las barreras identificadas

Esta subsección incluye el análisis de la autora acerca de las causas que podrían haber provocado las principales barreras que impidieron la participación en recreación de las personas entrevistadas en esta investigación.

Las principales barreras identificadas en el grupo participante de esta investigación fueron actitud negativa hacia la recreación, falta de compañía, falta de dinero y falta de tiempo libre. Al analizar estas barreras se detectó que algunas de ellas causaban otras. Para la autora de este artículo, las causas que ocasionaron barreras se podrían resumir en tres.

Primero, pocos recursos económicos. Esta condición provoca que algunas personas laboren mucho más que otras al tener trabajos con jornadas más largas o porque deben tener varios trabajos para obtener un salario que les permita vivir en Costa Rica y enviar dinero a su familia, para que ella sobreviva en Nicaragua. Al trabajar más, el tiempo libre es menor. Si una persona tuviera suficiente dinero disponible, podría trabajar menos y su tiempo libre sería mayor para recrearse, tendría solvencia económica para participar en actividades recreativas, podría pagarle a alguien para que le ayude en los quehaceres domésticos y también tendría la posibilidad de estudiar y concursar para puestos altos dentro de la sociedad.

El tipo de trabajo que desempeñaban las personas de este estudio determinaba su salario. Según algunos estudios, el trabajo está supeditado a la educación que posean las personas (Brenes Camacho, 1999; Sánchez Fernández y Ugalde Jiménez, 1997) y a su condición migratoria. La “Constitución Política” de Costa Rica, en su Artículo 68, indica que “No podrá hacerse discriminación respecto al salario, ventajas o condiciones de trabajo entre costarricenses y extranjeros, o respecto de algún grupo de trabajadores. En igualdad de condiciones deberá preferirse al trabajador costarricense” (Costa Rica, Centro de Estudios Superiores de Derecho Público, 2008). Pero, si el nivel educativo de las personas extranjeras no es alto porque no han tenido la oportunidad de estudiar en su país o en el anfitrión, estarán en desventaja con respecto a las personas nacionales. Si la persona inmigrante está indocumentada, las probabilidades de ser contratada deberían ser remotas, ya que el patrono debería respetar la ley y no darle trabajo a alguien que no está en condición migratoria regular en el país. Pero la ley no siempre se obedece y producto de ello “la población inmigrante es una de las más expuestas a que se violenten sus derechos humanos, especialmente si las personas no cuentan con documentos, lo que les impide agruparse para defender sus intereses y necesidades, por temor al despido o a la deportación” (Paniagua Arguedas, 2007, p. 68). Como consecuencia de los bajos salarios y el irrespeto de algunos patronos hacia los derechos laborales, los grupos inmigrantes carecen de “recursos para invertir en salud, educación, vivienda y recreación” (p. 68).

Otro factor que influye en la poca participación en recreación es que aparte de los bajos salarios obtenidos, la población inmigrante nicaragüense tiene un gasto fijo: el envío de remesas a sus familiares en Nicaragua (Marín González, 2006; Olivares Ferreto, 2007).

Segundo, desconocimiento del valor de la recreación. Muchas personas, inclusive costarricenses, no comprenden qué es recreación y la importancia de participar en actividades recreativas para mantenerse integralmente sanas. Se debe recordar que la salud integral está constituida por el bienestar físico y el bienestar mental. La recreación fomenta la salud integral por medio de diferentes actividades, unas físicas, dinámicas y otras más pasivas, pues tiene como misión promover la vida de calidad.

La recreación promueve la interacción social, la cual, a su vez, fomenta el apoyo social. Además, al ser las actividades recreativas agradables aumentan la producción de endorfinas. Estas hormonas se producen con el ejercicio, al reír, sonreír, comer, al oler algo agradable, al ver algo que agrada, entre otras situaciones (Mooney, 2000). El efecto positivo de la risa fue tema de investigación del Dr. Lee Berk en la Universidad Loma Linda en Estados Unidos. Él y sus colaboradores encontraron que el humor bloquea las hormonas que producen el dolor y disminuye las hormonas que producen el estrés (Loma Linda University, 1999). Esta pareciera ser la explicación fisiológica de los beneficios de la recreación, al producir gozo y alegría en los individuos. Mucha gente no valoriza la recreación porque no se le ha considerado como uno de los ámbitos que fomentan la buena calidad de vida. Más bien, tienden a confundirla con diversión negativa. Por eso, no es de extrañar que varias personas inmigrantes de este estudio, a su inicio, cuando se les preguntó acerca de su participación en actividades divertidas durante el tiempo libre, pensaran en vagabundería y pérdida de tiempo.

Tercero, bajas autoestima y motivación intrínseca. Varias personas de este estudio manifestaron aburrirse. Esa actitud pareciera indicar que ellas pensaban que no merecían recrearse, que no eran dignas de reír y compartir actividades agradables con alguien más, que no tenían opción de elegir qué, cómo y con quién recrearse. Si una persona comprende la relevancia de la recreación en la vida, tiene el dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas y las recreativas y puede negociar las barreras que se le presenten y – aún así- no se recrea, es porque su autoestima no le permite verse como una persona capaz de ejercer el derecho humano de recrearse en el tiempo libre (Organización de las Naciones Unidas. Asamblea General, 1948). Alba fue un ejemplo de este caso, al reiterar en la entrevista que ella era aburrida y que nada la alegraba.

Según Ryan y Deci, 2000, algunas personas parecen no experimentar motivación intrínseca para recrearse; es decir, no perciben que la actividad recreativa les vaya a proporcionar satisfacción sólo por el hecho de participar en ella, ni visualizan el disfrute o gozo que podrían experimentar al ser parte de esa actividad. En algunas ocasiones, es probable que ciertas personas se involucren en actividades recreativas con la finalidad de obtener retribución extrínseca, en especial, material, como una medalla, un trofeo, un premio, o un certificado de participación. La imposibilidad de realizar una actividad sólo por disfrutarla indica una baja autoestima de la persona, quien necesita entes externos a ella para sentirse bien, autorrealizada. En el caso de este estudio, pareciera que varias personas no tenían motivación intrínseca para recrearse, no aceptaban sugerencias y no deseaban buscar una alternativa a su “soy aburrido o aburrida”.

Tang y Sarsfield-Baldwin (2001) manifiestan que las personas con alta autoestima se enfocan en tareas retadoras y procuran maximizar el éxito; por el contrario, las personas con baja autoestima tratan de hacer una tarea fácil y alcanzar niveles mínimos de éxito en la ejecución. O sea, una buena ejecución en una actividad depende de que la persona tenga un alto nivel de autoestima y una meta retadora. Las personas que se quejaron en este estudio parecían no querer involucrarse en actividades que les generaran retos. Más bien, preferían quedarse al margen de lo que sucedía y, como dijo Julio, “a estar… divisando de largo los toros”.

Podría ser que la teoría de la auto-determinación explique lo que les sucedió a las personas de este estudio que no se daban una oportunidad para recrearse. Es posible que las tres necesidades psicológicas (autonomía, competencia y relación) que promueven la motivación intrínseca no fueron satisfechas por este grupo de nicaragüenses. Entonces, estas personas no experimentaron vitalidad, alta auto-motivación y bienestar, sino frustración y malestar (Ryan, 2009). En consecuencia, las personas de este estudio no se sintieron autónomas para escoger actividades recreativas en Costa Rica a causa de todas las barreras estructurales que las afectaron, en especial por la condición migratoria irregular y la falta de dinero. Como en algunas actividades se necesita contar con ciertas destrezas, si las personas no las poseen pueden pensar que no tendrán oportunidad de competir contra los demás o compartir con ellos y sentirse ineficientes en lo que hacen. Si las personas nicaragüenses que viven en Costa Rica perciben discriminación de parte de la población costarricense, la necesidad de relación puede verse afectada al no sentirse aceptadas. Estas situaciones pudieron haber sido experimentadas por las personas entrevistadas en este estudio y afectarles su participación en recreación.

Es importante señalar que el modelo circular de barreras, propuesto en el año 2010 por Godbey, Crawford y Shen, se reflejó en esta investigación. Algunas barreras estructurales tuvieron gran influencia en el comportamiento recreativo de las personas estudiadas.

5.  Reflexiones y recomendaciones

5.1    Reflexiones

Al finalizar la investigación, se consignó que:

1. Las personas inmigrantes nicaragüenses participantes en este estudio manifestaron que experimentaron barreras que les impidió integrarse plenamente en actividades recreativas costarricenses.

2. Las barreras para recrearse reportadas por las personas inmigrantes nicaragüenses mayores de edad participantes en este estudio fueron agrupadas en barreras intrapersonales, barreras interpersonales y barreras estructurales.


3. Las barreras intrapersonales identificadas en las personas inmigrantes nicaragüenses participantes en este estudio fueron seis: falta de autoconfianza y baja autoestima, actitud negativa hacia la recreación, nostalgia por la familia, desconocimiento de lugares a donde ir a pasear, temor a salir y que la asalten e incomodidad en el país.


4. Las barreras interpersonales identificadas en las personas inmigrantes nicaragüenses participantes en este estudio fueron tres: familismo, falta de compañía para salir y ética del cuidado.


5. Las barreras estructurales identificadas en las personas inmigrantes nicaragüenses participantes en este estudio fueron seis: condición migratoria en el país, lenguaje (acento y vocabulario), falta de tiempo libre, obligación de trabajar, falta de dinero y falta de preparación académica para desenvolverse en un juego.


6. Las personas inmigrantes nicaragüenses mayores de edad participantes en este estudio mencionaron diversas estrategias de negociación para recrearse en Costa Rica.


7. Las personas inmigrantes nicaragüenses que fueron parte de este estudio señalaron varias causas como generadoras de algunas de las barreras o problemas que les impedían recrearse en Costa Rica. Varias barreras resultaron ser causas de otras.


8. Las principales causas de barreras que impidieron recrearse a la población inmigrante nicaragüense mayor de edad participante en este estudio fueron tres barreras: pocos recursos económicos, el desconocimiento del valor de la recreación y bajas autoestima y motivación intrínseca.


9. El modelo circular de barreras propuesto por Godbey, Crawford y Shen (2010) se evidenció en esta investigación con personas inmigrantes nicaragüenses mayores de edad.


10. La población inmigrante nicaragüense cumple un papel fundamental en la producción nacional, pero no se le valoriza como tal y se le irrespeta los derechos laborales, sobre todo si está indocumentada. Esta situación, al final, afecta la participación en recreación por la falta de recursos económicos y las barreras intrapersonales que le genera a este grupo.


5.2    Recomendaciones

Luego de concluir esta investigación, se recomienda:

1. Usar este estudio como base para futuras investigaciones. La investigación de las barreras recreativas se puede realizar con una mayor cantidad de personas nicaragüenses, con otras poblaciones inmigrantes o con costarricenses de diversos grupos étnicos de todo el país.


2. Emplear otras metodologías para recolectar información. Se podrían utilizar diseños cualitativos, cuantitativos o mixtos para identificar barreras recreativas y las estrategias de negociación.


3. Realizar investigación que produzca conocimiento autóctono, que se ajuste a la idiosincrasia costarricense y latinoamericana. De esta manera se podrían generar teorías, clasificaciones y modelos, relacionados con la recreación que se practica en esta zona geográfica.




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*Correspondencia:
Carmen Grace Salazar Salas: Directora de la Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica. Doctora en Comportamiento del Esparcimiento de la Universidad de Indiana, Bloomington. carmengrace.salazar@ucr.ac.cr
1. Directora de la Escuela de Educación Física y Deportes de la Universidad de Costa Rica. Doctora en Comportamiento del Esparcimiento de la Universidad de Indiana, Bloomington. carmengrace.salazar@ucr.ac.cr

Artículo recibido: 14 de setiembre, 2011 Aprobado: 22 de noviembre, 2012

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