En los últimos años hemos asistido a una proliferación de publicaciones sobre la vida cotidiana que, en muchas ocasiones, no superan el nivel descriptivo y presentan escaso o nulo discurso teórico. Por el contrario, los diferentes capítulos que componen esta obra abordan múltiples temáticas con una clara intención de problematizarlas, y enfatizan el hecho de que, lejos de ser banal e intrascendente, el mundo de lo cotidiano se vuelve complejo; al intentar desentrañar y explicar los significados y símbolos que lo rodean y le dan sentido.
El editor y compilador de La vida cotidiana en el mundo hispánico (siglos XVI-XVIII), Manuel Peña Díaz (2012), reunió gran parte de los trabajos presentados con ocasión del coloquio internacional “Conflictos y rutinas. Lo cotidiano en el mundo hispánico”, celebrado en noviembre de 2010, en la Universidad de Córdoba, España. Se incluyeron, además, otros estudios, que llenaron ciertos vacíos temáticos e historiográficos advertidos en esta actividad.
Los veintitrés capítulos de este volumen abordan la temática de “lo cotidiano” desde diversos contextos espaciales y temporales, y puntualizan temas tan heterogéneos que sería improductivo intentar establecer límites cerrados y precisos. Así, la obra deja en evidencia que hacer historia de la vida cotidiana no implica atarse a un determinado grupo de temas, sino más bien adoptar un enfoque particular, una metodología que incluya, entre otras cosas, el análisis etnográfico y microscópico de las fuentes.
Es evidente que no todos los autores que colaboran en la obra se especializan en historia de la vida cotidiana, sin embargo, es notable el esfuerzo que realizan al abordar sus temas, los cuales, tradicionalmente se han desarrollado desde otros enfoques, para analizarlos desde la perspectiva de la vida cotidiana. Los trabajos buscan alejarse de la imagen historicista y anecdótica, propia de las investigaciones que se limitan a describir lo cotidiano como habitual, repetitivo y rutinario; sin dar lugar a las luchas, rupturas y tensiones que se manifiestan por debajo de una imagen de estabilidad.
Los artículos están agrupados en cinco ejes, según las temáticas abordadas, ejes que, si bien otorgan un cierto orden a la sucesión de capítulos, son algo “artificiales”, en tanto que los títulos con los cuales se denominan no llegan dar cuenta de los variados temas que los componen.
En el primero de ellos, “Tendencias”, encontramos revisiones historiográficas de los estudios sobre vida cotidiana en diferentes zonas. En México, de la mano de Pilar Gonzalbo (2012), en Argentina, por parte de Jaqueline Vasallo (2012), en Alemania, con el trabajo de Martín Biersack (2012) y la revisión de Máximo García Fernández (2012) sobre los estudios de cultura material en Europa. Las reflexiones de Roger Chartier (2012) sobre la obra de Michael De Certau constituyen las inmejorables palabras que dan inicio a este apartado.
Otorgar un espacio para revisar críticamente los antecedentes sobre historiografía de la vida cotidiana resulta fundamental por dos cuestiones: por un lado sirve para debatir las producciones que se autoproclaman como absolutamente novedosas e ignoran lo que otros historiadores ya han trabajado sobre determinados tópicos, y por otra parte, confirma esa amplitud temática característica de la historia de la vida cotidiana.
El eje titulado “Conflictos y rutinas” reúne trabajos que destacan la permanente conflictividad y los espacios de resistencia existentes en lo profundo del devenir cotidiano de hombres y mujeres. En estos trabajos, observamos procesos de conflicto cercanos al ámbito de la moral sexual femenina en el seno del matrimonio o fuera de él, como en el texto de María Luisa Candau Chacón (2012); problemas en torno a los acuerdos y cuestionamientos a la autoridad patriarcal, que refiere Mariela Fargas Peñarocha (2012); roces en el seno de las cofradías y entre éstas con las instituciones eclesiásticas, según lo escrito por Inmaculada Arias de Saavedra y Miguel López-Guadalupe (2012); las relaciones entre los conflictos, las prácticas de violencia y la criminalidad, que se reseñan en el artículo de María José de la Pascua Sánchez (2012) y los contextos de violencia en el proceso cotidiano de ocupación del territorio minero en la región de Minas, abordado por Laura de Mello (2012). A partir de análisis de tipo microhistóricos o seriales de fuentes judiciales, eclesiásticas y literarias, los autores y autoras ponen en relieve las tensiones existentes entre los modelos establecidos y las prácticas cotidianas.
Asimismo los trabajos de Enrique Villalba (2012) y Juan José Iglesias (2012) que forman parte del tercer apartado “Transgresiones cotidianas”, se centran también en la conflictividad frecuente que ponía en tensión los modelos establecidos.
En su estudio sobre la prostitución en el Siglo de Oro español, el primero de estos autores destaca la existencia de comportamientos, que si bien eran condenados desde el discurso patriarcal, en la realidad se aproximaban más a la rutina admitida que al conflicto intolerable. A partir de métodos cuantitativos, Juan José Iglesias (2012) clasifica y analiza diferentes fenómenos de violencia en distintas regiones de España, entre los siglos XVII y XVIII, entendiendo la violencia y el conflicto como elementos inseparables de la experiencia diaria de hombres y mujeres.
Hacer una historia de la vida cotidiana no solo presenta enormes potencialidades para la historia social y cultural, sino también para la historia económica; tal es el trabajo de Bernat Hernández (2012) sobre el uso cotidiano del monetario en el Siglo de Oro. Miguel Ángel Melón Jiménez (2012), por su parte, se concentra en la construcción cotidiana de un espacio particular: la frontera luso-española. Según este autor, los límites que pueden concebir la diplomacia o el derecho internacional resultan distantes y ajenos al devenir cotidiano de las personas que habitaban dichos territorios, los que llegaban a transformarse drásticamente en época de guerra.
Dentro del eje “Realidades y ficciones” encontramos diversos temas, entre los que destacamos uno inconfundiblemente ligado a la vida cotidiana como es la alimentación (en este caso, de los viajeros), de la mano de una especialista en la materia: María de los Ángeles Pérez Samper (2012). En segundo lugar, José Jaime García Bernal (2012) centra su trabajo en el análisis de una fuente particular: las memorias de casos célebres o memorables en Córdoba, en la que reconoce su valor indiciario para reconstruir el paisaje mental del autor y la sociedad. Fernando Bouza (2012) transita por los espacios de comunicación oral y escrita para realizar un recorrido desde las casas de conversación hasta la llamada “República de las Letras”. Anne Cayuela (2012), por su parte, busca recuperar al escritor del siglo XVIII como sujeto. Lejos de realizar una biografía, construye, más bien, una etnografía de la vida cotidiana del escritor, poniendo en diálogo experiencia y creación, de manera tal que sitúa al escritor en las condiciones de existencia social y económica de la época. Finalmente, Michelle Olivarri (2012) reflexiona acerca de la permeabilidad o no de las fronteras entre lo público y lo privado.
Los cuatro capítulos que componen el quinto eje de la obra “A las puertas del cielo” se centran en los aspectos religiosos y espirituales de la vida cotidiana: imágenes de culto en las devociones cotidianas, referidas por Carlos Alberto González Sánchez (2012); la práctica de la entrega, intercambio y circulación de reliquias y el culto desatado en torno a éstas, estudiado por Eliseo Serrano Martín (2012); la explosión fanática de la religiosidad popular promovida por el clero durante los sitios barcelonenses en el marco de la Guerra de Sucesión española, en el texto presentado por Rosa María Alabrús Iglesias (2012) y por último, la vida cotidiana en los conventos femeninos en la España moderna, según la propuesta de Ángela Atienza López (2012).
La vida cotidiana en el mundo hispánico (Siglos XVI-XVIII) (Peña, 2012) tiene el mérito de aproximarse a la historia de la vida diaria, alejándose de las descripciones costumbristas y, con rigor científico, analizar el mundo de lo cotidiano con profundidad, valiéndose de conceptos teóricos y metodológicos. Todavía queda mucho camino por recorrer para dotar a la corriente de la historia de la vida cotidiana de una base teórica, conceptual y metodológica sólida, pero esta obra, y la reunión científica de la que emana, constituye un paso significativo en ese recorrido.