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Diálogos Revista Electrónica de Historia

On-line version ISSN 1409-469X

Diálogos rev. electr. hist vol.12 n.1 San Pedro Aug. 2011

 

“Quiero que la gimnástica tome bastante incremento”: los orígenes de la gimnasia como actividad física en Costa Rica (1855-1949)

Ronald E. Díaz Bolaños

Investigador de la Cátedra de Historia de la Universidad de Costa Rica y Tutor de la Cátedra de Historia de la Universidad Estatal a Distancia.


Dirección para correspondencia


Resumen

El artículo analiza los procesos históricos que condicionaron el desarrollo de la gimnasia en Costa Rica como actividad física desde mediados del siglo XIX hasta el decenio de 1940. La investigación puntualiza el papel de la gimnasia en los programas de estudios de los colegios de enseñanza secundaria y la conformación de grupos privados que fomentaron la enseñanza de esta actividad a lo largo del período de estudio.


Palabras claves: Deporte; gimnasia; educación física; socialización; cultura urbana


Abstract

The article analyzes the historical processes leading to the development of gymnastics in Costa Rica as physical activity since the mid-nineteenth century until the 1940’s. The research points out the role of gymnastics in the curriculum of secondary schools and the creation of private groups that

Key words:
Sport, gymnastic, physical


Quiero que la gimnástica tome bastante incremento y eso me propongo al unirme con el señor Montadón (sic), quien practicando y estudiando sin faltar ninguna noche al gimnasio que antes se llamó Gimnasio Nuevo, y que hoy lleva el título de Moreno-Montandón, adquirirá la práctica, que en mi concepto le falta para poder desarrollar el el Liceo (de Costa Rica) los programas que con mis discípulos he desarrollado y que contienen útiles y variados ejercicios.

Prof. Jose Moreno Quesada, 18921


Introducción


La  irrupción  de  la  modernidad  en  Costa  Rica,  producto  de  la  vinculación del país al mercado mundial y a las crecientes influencias culturales procedentes del mundo industrializado, hicieron que la sociedad costarricense se abriera a una nueva manifestación: los deportes.

La  inserción  del  deporte  en  la  sociedad  costarricense  fue  lenta  y  paulatina. Algunos deportes tuvieron más desarrollo que otros, entre los primeros se puede ubicar el fútbol, gracias a la facilidad con que sus normas y técnicas fueron aprendidas por la población, principalmente masculina.2 En el segundo grupo se ubican deportes, que por su dificultad en dominarlos y el limitado interés que suscitaron en la sociedad, tuvieron un menor desarrollo. Este es el caso de la gimnasia, un deporte cuyos  fundamentos  aparecieron  en  el  escenario  cultural  del  país  a  mediados  del siglo XIX, mucho antes que lo hiciera el mismo fútbol.3

Cabe  señalar,  que  en  sus  inicios,  la  gimnasia  se  manifestó  principalmente como  una  actividad  física  que  se  incluyó  dentro  de  los  programas  de  educación físicas  de  las  instituciones  educativas  costarricenses  y  se  tomaron  elementos  de algunas  escuelas  europeas,  no  obstante,  su  desarrollo  como  disciplina  deportiva tendría lugar hasta la segundo mitad del siglo XX.

El presente artículo tiene como objetivo general analizar los procesos históricos que condicionaron el desarrollo de la gimnasia en Costa Rica desde mediados del siglo XIX hasta el decenio de 1940. La investigación puntualiza el papel de la gimnasia en los programas de estudios de los colegios de enseñanza secundaria y la conformación de grupos privados que fomentaron la enseñanza de esta actividad física a lo largo del período de estudio.

Los objetivos específicos pretenden identificar los orígenes de la gimnasia en Costa Rica, señalar los procesos que favorecieron su difusión en un sector de la población nacional, analizar el papel de sus principales impulsores y, por último, los alcances deportivos que obtuvieron sus practicantes a lo largo del período que va de 1855 cuando se menciona por primera vez el interés por introducir la gimnasia en el país, gracias a una solicitud de unos vecinos de San José y 1949 por la presencia de una entidad capaz de centralizar las prácticas deportivas en el país como lo es el Comité Olímpico Nacional, en el marco de la política deportiva impulsada por el nuevo grupo gobernante que tomó el poder tras el final de la Guerra Civil de 1948.

El presente trabajo pretende probar que el limitado desarrollo de la gimnasia está íntimamente ligado a su inserción en el currículo de las instituciones de enseñanza  secundaria,  a  las  cuales  gran  parte  de  la  juventud  costarricense  carecía  de acceso.  No  obstante,  como  se  analiza  a  lo  largo  del  trabajo,  se  llevaron  a  cabo iniciativas para resolver dicha carencia gracias a la presencia de grupos privados que se esforzaron por dar a conocer las bondades de dicha disciplina y difundir su práctica dentro de la sociedad costarricense.

En los siguientes apartados se estudiarán con más detalle los diversos factores que han perfilado la práctica de la gimnasia en Costa Rica durante casi un siglo, época en que diversas iniciativas contribuyeron a sentar las bases de los que luego sería un deporte que poco a poco ganaría adeptos dentro de la sociedad costarricense, principalmente en el sector infantil y juvenil.

Aspectos conceptuales

Según  Gillet-Damitte,4  Inspector  de  Instrucción  Primaria  de  Francia,  la gimnasia o gimnástica se definía en el siglo XIX como: “[la] práctica de todos los ejercicios que tienden á hacer al hombre más valeroso, más intrépido, más inteligente, más sensible, más fuerte, más industrioso, más diestro, más flexible y más ágil.” Esta definición, bastante amplia, se aclara cuando el mismo autor define su objetivo: “[tanto el] desenvolvimiento de las fuerzas físicas como de las facultades morales  del  hombre”.5  Por  ello,  su  utilidad  educativa  era  primordial,  porque  por medio de su aprendizaje el individuo era capaz de mostrar mayor resistencia hacia los cambios y variaciones del clima, soportar las dificultades de la vida cotidiana y prepararlo como mejor ciudadano.

En este contexto, la gimnasia tenía como fin forjar el desarrollo corporal de los individuos y su enseñanza promovía la diferenciación de géneros porque preparaba 7Ronald Díaz.   Los orígenes de la gimnasia como actividad física en Costa Rica. al  hombre  para  su  desempeño  en  la  esfera  pública  y  a  la  mujer  para  el  ámbito privado. De esta forma, los ejercicios en el primer caso reforzaban el aspecto viril mediante el desarrollo de los brazos y hombros, mientras que en el segundo caso desarrollaba la feminidad y el aspecto maternal mediante ejercicios aptos para el “sexo débil” que dieran forma a la pelvis y el abdomen.6  De  acuerdo  con  Bourdieu: “la construcción social arbitraria de lo biológico, y en especial del cuerpo masculino y femenino, de sus costumbres y de sus funciones, en particular de su producción biológica […] legitima una relación de dominación inscribiéndola en una naturaleza biológica que es en sí misma una construcción social naturalizada”.7

La gimnasia se distinguía de la calistenia, nombre que recibía el “sistema de ejercicios  físicos,  ejecutados  principalmente  sin  aparatos  y  destinados  a  contrarrestar  los  efectos  deprimentes que  la  vida  moderna  de  las  ciudades  tienen  sobre el organismo”.8 Las principales escuelas gimnásticas fueron la alemana, la sueca, la inglesa y la francesa y de sus métodos surgieron los diversos tipos de gimnasia, desde la escolar hasta la deportiva. La  Escuela Alemana  fue  fundada  por  Guts  Muths  (1759-1859)  y  Friedrich Ludwig Jahn (1778-1852) en Alemania a inicios del siglo XIX, se basaba en la idea del mejoramiento de la condición física para el bienestar de la patria, por medio de un método de intensa educación física, el Turnkunst que empleaba aparatos como los  caballos  (de  arzones  y  saltos),  las  barras  paralelas  y  la  barra  horizontal  para perfeccionar la constitución muscular del individuo.9 Esta escuela, por el carácter científico, competitivo, exigente y discriminatorio de sus métodos, sentó las bases de la gimnasia como deporte a nivel olímpico: “La delimitación racional del espacio, el tiempo, la actuación y los aparatos queda patente en los campos depor-tivos de Berlín donde podían verse bosques de postes, cuerdas, pesas y barras para colgarse, estirarse, saltar o trepar en los que los alumnos debían rendir al máximo para superar determinadas marcas estadísticas.”10

La gimnasia sueca, establecida en Suecia por Per Henrik Ling (1776-1839) se fundamentaba en un sistema de ejercicios progresivos cuya dificultad se acrecen-taba gradualmente para el desarrollo integral del cuerpo. De acuerdo con González, Madreda  y  Salguero:11 “El método sueco busca un modelo de salud corporal a través de la gimnasia, con ejercicios analíticos, localizados en un núcleo articular específico y cuyas características fundamentales son artificialidad, construcción, determinación de las fases de ejecución en posición de partida, desarrollo y fin, excesivo estatismo, orden y utilización de voces de mando.”

Para  ello  la  gimnasia  sueca  recurría  a  una  serie  de  ejercicios  ejecutados en  sesiones  de  media  hora  divididas  en  siete  partes  según  el  tipo  de  actividades empleadas  que  se  distribuían  en  tres  bloques:  introducción  (ejercicios  de  orden), fundamentales  A  (brazos,  piernas  y  tronco)  y  fundamentales  B  (saltos,  trepas  y destrezas).  Además,  utilizaba  las  espalderas  y  el  bomme  como  aparatos  para  el entrenamiento gimnástico. De ella se deriva la gimnasia escolar que tuvo tanto auge en las instituciones educativas porque relegaba el espíritu competitivo y fomentaba la solidaridad entre los practicantes.12

La  Escuela  Francesa,  basada  en  los  métodos  gimnásticos  de  Esteban  Marey (1830-1904), Fernand Lagrange (1845-1909) y George Hebert (1857-1957), se caracte-riza por una concepción natural y utilitaria de los ejercicios físicos, concebidos como acciones de carácter global, en los que el cuerpo participa integralmente de las ejecu-ciones y se encaminan a preparar a los individuos para la vida adulta pretendiendo mejorar la forma física perfeccionando los movimientos naturales, así como lograr un dominio corporal en las acciones y conseguir un ideal de cuerpo estéticamente bello.

La Escuela Inglesa tiene como principal figura a Thomas Arnold (1795-1842), quien introdujo los “juegos deportivos” en las escuelas inglesas, se basó en la idea de una “actitud deportiva”, caracterizada por el “fair play” y las prácticas amateur. El método de esta escuela otorgaba importancia a la recreación, a las reglas y a la competición en los ejercicios, sin vincularse al rendimiento deportivo y asociándose con la organización y la libertad de los alumnos durante las prácticas. Se les ha criticado por ser un método clasista y sexista al ser adoptada por colegios masculinos burgueses.13

Al finalizar el siglo XIX el concepto de “gimnasia” dejó de ser solamente un arte para disciplinar el cuerpo para incluir también a una actividad deportiva que favorecía  la  competencia  entre  sociedades  gimnásticas  y  federaciones  nacionales que  se  fueron  estableciendo  en  diferentes  países  de  Europa  y América  del  Norte desde hacía unas cuantas décadas. Las primeras codificaciones de reglas motivaron el acercamiento y la fusión de elementos de la gimnasia alemana y la sueca y fue incluida como deporte competitivo para varones en los primeros Juegos Olímpicos de  la  Era  Moderna  en Atenas  (1896)  mientras  que  la  participación  femenina  se inició con los Juegos Olímpicos de Ámsterdam (1928).14

Los cambios que experimentó la gimnasia a nivel internacional irían repercutiendo gradualmente en el desarrollo de esta disciplina en Costa Rica. Sin embargo, por haberse incluido como parte del currículo de la formación de los estudiantes de secundaria en la segunda mitad del siglo XIX, esta actividad conservará su valor como sistema formativo corporal y moral del individuo hasta la segunda mitad del siglo  XX,  época  en  que  empieza  a  adquirir  su  nivel  competitivo,  aspecto  que  se analiza en los próximos apartados.

Los primeros pasos de la gimnasia en Costa Rica (1855-1890)

La primera mención que se hace de la gimnasia en Costa Rica fue en un memorial presentado en el año 1855 a la Dirección de Estudios de la Universidad de Santo Tomás (fundada en 1843), en el que se manifesta la idea de varios vecinos de San José de habilitar un gimnasio para la práctica de ejercicios físicos en las instalaciones de dicha casa de enseñanza. Es posible que este memorial fuera inspirado por la comunidad alemana residente en San José, familiarizada con la práctica de la gimnasia en su tierra natal y que, en aquel entonces, tenía una gran participación en la vida económica, política, cultural y científca costarricense.16 El Dr. Nazario Toledo Murga (1807-1887), Director General de Estudios de la Universidad de Santo Tomás, dirigió una carta a la Secretaría de Instrucción Pública manifestando los siguiente conceptos: “varios vecinos de esta Capital han solicitado del Consejo de Instrucción se les frnque [sic] una de las salas de la Universidad para establecer una Escuela de Ginnasia [sic], como se observa del memorial que al efecto acompaño; y que no encontrando el Consejo motivo justo para oponerse á la solicitud de dichos vecinos, desea para acceder á ella obtener antes la aprobación del Excelentísimo Gobierno á este respecto”.17

La idea de abrir un gimnasio en la capital está íntimamente ligada a la introducción de los patrones de socialización burguesa característicos de las sociedades occidentales (Europa y Estados Unidos), en proceso de expansión industrial, y a las cuales el país, al igual que el resto de América Latina, se estaban vinculado económicmente por la exportación de materias primas agrícolas y minerales. Para el caso costarricense, sería la producción y comercialización del café la que permitió dicha inserción en el mercado internacional.18 Estos patrones de cultura, entre los que se encontraban las prácticas deportivas, resultaron sumamente atractivos para los sectores hegemónicos latinoamericanos que respaldaban los valores burgueses que les permitían identificarse con los sectores hegemónicos de las sociedades industrializadas.19 Es digno de notarse este cambio en la mentalidad costarricense, ya que en esa misma época (1858), el viajero irlandés Thomas Francis Meagher (1823–1867) 20 había señalado que el costarricense –y particularmente el capita-lino-era poco dado a la práctica del ejercicio físico: “En San José, las gentes no hacen ejercicio. Pensativas e indiferentes, profundamente quietas, se quedan todo el día metidas en sus casas.”

La iniciativa de los vecinos de San José no logró llevarse a la práctica debido a los problemas administrativos y financieros por los cuales atravesaba la Universidad  de  Santo  Tomás.21 No obstante, esta idea influyó en la elaboración de los programas  educativos  de  las  instituciones  de  enseñanza  secundaria,  orientados  a inculcar en la juventud la idea de los beneficios de la práctica deportiva para formar ciudadanos fuertes, sanos y cumplidores de sus deberes.

En 1867, el Colegio de Alajuela, dirigido por J. R. Casorla y el historiador y abogado León Fernández Bonilla (1840-1887) incluyó a la gimnástica dentro de las materias de estudio del alumnado. En 1869, el Colegio San Luis Gonzaga adoptó la gimnasia, al igual que el baile, como parte de la enseñanza de la juventud cartaginesa. Para impartirla se contrató a Rodolfo Forster, quien también se desempeñó como profesor de Música, Canto y Baile.22

La iniciativa generada en el colegio cartaginés repercutió también en las aulas josefinas: el Instituto Nacional (fundado en 1874), centro de enseñanza secundaria vinculado  a  la  Universidad  de  Santo Tomás  –institución  que  se  encontraba  en  la época de su mayor apogeo- logró incorporar en su programa de estudios los ejercicios  gimnásticos  como  parte  de  la  preparación  del  estudiantado  masculino.  El Gobierno dio un gran apoyo al incipiente desarrollo de la gimnasia al brindar los recursos necesarios para dotar al Instituto Nacional de su propio gimnasio en 1878, cuyas clases estaban a cargo del teniente José Barrantes.23

Es precisamente en esta época donde empiezan a aparecer nuevos espacios físicos para las prácticas deportivas y como foco de socialización fomentados por la sociedad burguesa capitalina y sus homólogas de las capitales de provincia del Valle Central, gracias al auge económico generado por las continuas exportaciones de café hacia Europa y los Estados Unidos afianzando la introducción de nuevas prácticas  culturales  procedentes  de  estas  naciones.  Empresarios  e  inversionistas extranjeros se trasladaron al país con el fin de invertir su capital en la producción cafetalera  y  su  comercialización.24 En este contexto, es posible entender porqué en 1873 se da la apertura del Jockey Club de Costa Rica, la primera organización deportiva formal establecida en el territorio nacional, que contó con un hipódromo en la capital, al cual asistía una selecta concurrencia de vecinos.25

En  1883,  el  Instituto  Nacional  se  reestructura  y  pasa  a  llamarse  Instituto Universitario, dependiente también de la Universidad de Santo Tomás, entidad que atravesaba por un proceso de reforma interna. En dicho centro de estudios secundarios,  la  gimnasia  continuaba  impartiéndose  a  los  jóvenes,  contó  con  su  propio gimnasio dirigido por el profesor José Barrantes quien programaba exámenes para sus discípulos en dicha materia e impartía un curso especial todos los días, de 6 a 7 de la noche, para aquellas personas interesadas en aprender los ejercicios gimnásticos.26

Cabe señalar que en esta época se dio una adquisición valiosa para la Biblioteca Escolar del Instituto Universitario: la donación de dos ejemplares de la obra Gimnástica civil y militar (1884), enviados por su autor, Francisco Pedregal Prida, Teniente  de  Infantería  Española,  a  las  autoridades  de  la  institución.27  Esta  obra recibió  gran  acogida  en  las  sociedades  de  higienistas,  profesores,  médicos  y  en la prensa política y militar española en la década de 1880.28 Este manual también disponía que todos los aparatos se situaran en forma simétrica para su uso simultáneo siendo necesaria la presencia de las barras paralelas (que eran estimadas por la dificultad de los ejercicios que en ellas se ejecutan), anillas, trapecios, potros, caballos, escaleras, trampolines, cinturones, barras esféricas, pesas y cuerdas.29

Al finalizar el año 1886, el profesor Jesús Marcelino Pacheco Gutiérrez desempeñó el cargo de Calificador de los Ejercicios Gimnásticos en el Instituto Universitario. Notó la flojedad e imperfección de los mismos. Lo atribuyó a la indiferencia del alumnado por el aprendizaje de la gimnasia, práctica que aun no había calado hondo en la juventud costarricense. Además, contribuyen a aumentar esta situación las pocas horas asignadas por el Instituto a la actividad y se recomendó el establecimiento de gimnasios en los colegios de la época y fomentar la gimnasia en los internados, donde se trataba de superar la escasez de tiempo “suficiente para que todos trabajen físicamente á la par del esfuerzo intelectual”, promover la calistenia para todos los estudiantes y suprimir “el ejercicio en aquellos aparatos que necesitan mucho más tiempo y que no permiten igual trabajo para todos”.30

La  reforma  educativa de  la  administración del  Gral.  Bernardo  Soto  (1854– 1931), quien gobernó al país de 1885 a 1889, impulsada por su Ministro de Educación,  el  Lic.  Mauro  Fernández Acuña  (1843-1905),  vino  a  dar  mayor  realce  a  la enseñanza  de  la  gimnasia,  particularmente  en  los  nuevos  colegios  de  enseñanza secundaria  establecidos  en  la  capital:  el  Liceo  de  Costa  Rica  (1887),  sucesor  del Instituto Universitario, y el Colegio Superior de Señoritas (1888).31

En  el  Liceo  de  Costa  Rica  impartía  lecciones  el  Teniente  José  Barrantes, antiguo  profesor  de  los  institutos  Nacional  y  Universitario,  cargo  que  desempeñó hasta 1889, año en que fue sustituido por Pedro Sáenz, maestro auxiliar de la  Escuela  de  Niñas  de  San  José.32 Sin embargo, la mayor dificultad de la enseñanza  de  la  gimnasia  era  la  carencia  de  un  método  estructurado  para  impartirla, además  los  estudiantes  se  concentraban  en  el  aprendizaje  de  ejercicios  de  piso, saltos y lanzamientos y de métodos para el adiestramiento militar.33 En palabras del historiador Juan Rafael Quesada:34 “La existencia de este bloque de materias que tenían contenido militar [Educación Cívica, Moral y Gimnástica] se mantuvo en los programas hasta 1890, año a partir del cual el énfasis fue menor. Se destacaba la Gimnástica, la cual hacía hincapié en temas como “formación y marchas” y estaba estrechamente armonizado con la materia de Ejercicios militares.”

La experiencia de estos profesores atrajo el interés de los sectores instruidos de  la  capital,  ligados  principalmente  a  la  antigua  Universidad  de  Santo  Tomás (clausurada  en  1888),35  quienes  solicitaron  al  Lic.  Mauro  Fernández,  Secretario de Instrucción Pública, la apertura del gimnasio del Liceo de Costa Rica al público joven masculino de la época. La responsabilidad recaería en la persona del Prof. José Moreno Quesada (m. 1897),36 educador y excursionista, profesor de gimnasia del  Instituto  Nacional  (1882)  y  autor  de  varios  artículos  en  los  periódicos  de  la época –entre ellos El Artesano y La Prensa Libre- cuyo fin era difundir la gimnasia en la sociedad costarricense.37

El Prof. Moreno exhortaba en sus artículos a la práctica del arte de la gimnasia por sus efectos benéficos que traería a la sociedad como método eficaz para  frenar  su  decaimiento  físico  y  moral  y  fortalecer  a  los  individuos  de  una manera integral, con miras al ejercicio de sus funciones ciudadanas: estos dos elementos, naturaleza y espíritu, uno material y otro espiritual, el hombre tiene la precisa obligación de desarrollar su organismo, lo que dará por resultado el progreso de sus facultades físicas é intelectuales; tal es el fin que nos proponemos para la conservación de la vida.”38

La  solicitud  de  apertura  del  gimnasio  en  el  Liceo  de  Costa  Rica  tuvo  el apoyo de connotadas figuras de la sociedad costarricense de la época, entre ellos el escritor Aquileo Echeverría (1866–1909), el joven intelectual Carlos A. Castro (1869-1890),  el  ingeniero  Francisco  de  la  Paz  (1860-1934),  el  médico  Teodoro Picado Marín y los abogados Inocente Moreno (m. 1905) y Félix Arcadio Montero (1850-1897). Este último se había desempeñado como Rector de la Universidad de Santo Tomás en los días previos a su clausura (1888).39

La  petición  de  los  autores  del  memorial  fue  objetada  por  Ludwig  Schönau (1853–1926), Director del Liceo de Costa Rica, argumentando que las condiciones físicas del lugar no se prestaban para la ejecución de ejercicios por parte de hombres adultos, porque los aparatos existentes en la institución cumplían un carácter pedagógico y las instalaciones carecían del espacio y de la iluminación suficientes, por lo que se rechazó la mencionada solicitud.40

Paralelamente, el Colegio Superior de Señoritas contó desde sus comienzos con  un  curso  de  gimnasia  para  la  formación  física  del  alumnado  femenino.  No  obstante,  dicho  desarrollo  fue  muy  limitado,  debido  a  que  las  convenciones sociales de la época disponían que las mujeres debían aprender ejercicios acordes con su sexo y estructura corporal. Se consideraba que debían evitar “todos los  ejercicios violentos; ademas [sic], las flexiones i estensiones [sic] fuertes  del tronco,  los  saltos  a  mucha  altura  o  demasiado  largos,  la  elevacion  y  abduccion [sic] pronunciada de las piernas, las suspensiones invertidas, etc., etc.” que podrían generar lesiones.41

En  esta  época,  la  gimnasia  femenina  se  reducía  al  desarrollo  muscular.  Se excluían los ejercicios acrobáticos, considerados inconveniente para su sexo. La enseñanza de las mujeres tendía a enfatizar sus aspectos maternales. Por tanto, se excluía a las mujeres de la práctica de la gimnasia alemana por ser concebida como una disciplina masculina y apta para una minoría de “hombres escogidos”. Los ejercicios considerados adecuados para las mujeres tenían como fin conservar la salud, mejorar la circulación sanguínea y las funciones digestivas y nerviosas.42

La gimnasia en Costa Rica en las instituciones educativas y deportivas (1890-1949)

El  aumento  del  interés  por  la  gimnasia  en  la  capital  permitió  que  el  23  de setiembre  de  1890,  en  el  Gimnasio  Costarricense,  dirigido  por  el  Teniente  José Barrantes  y  perteneciente  a  la  Escuela  Nueva  de  San  José,  se  llevara  a  cabo una  función  con  la  presencia  de  un  trapecista  de  apellido  Quiñones  y  varios gimnastas costarricenses, cuyo nombre no se cita en la documentación consultada, aparentemente, por no pertenecer a los sectores hegemónicos de la sociedad.43 En  el  Liceo  de  Costa  Rica,  el  desarrollo  de  la  gimnasia  estuvo  ligada  a  la figura del deportista, militar, cantante y masón suizo Samuel Montandon Jaenet (1871–1939),  quien  llegó  al  país  el  4  de  enero  de  1888,  tras  ser  contratado  para desempeñarse  como  Profesor  de  Cultura  Física,  Higiene  y  Gimnástica  de  dicho liceo  y  del  Colegio  Superior  de  Señoritas.  Este  deportista  suizo  fue  promotor  de la gimnasia y la esgrima y se le consideró un “hábil atleta” por la capacidad de aprender  y  enseñar  las  distintas  disciplinas  deportivas  que  se  desarrollaban  en  el país, además de difundir la calistenia y la cultura física en escuelas y colegios y la celebración de fiestas atléticas.44

Montandon  fundó  el  gimnasio  que  lleva  su  nombre,  en  la  ciudad  capital en  1892,  denominado  originalmente  Gimnasio  Nuevo  o  Gimnasio  Moreno-Montandon, debido a la ayuda brindada por el Prof. José Moreno en la organización de dicha entidad. Al parecer, se trata de la primera sociedad gimnástica establecida en el país, cuando en otros puntos de América Latina como en Argentina, habían iniciado su aparición en la década anterior, gracias a la llegada de un significativo número  de  inmigrantes  europeos  y  los  clubes  establecidos  disputaron  su  primer torneo en 1892.45

El personal del Gimnasio Montandon se dedicó a la enseñanza de ejercicios en barras, trampolín y trapecio y su espacio fue aprovechado por su fundador para difundir el boxeo, la esgrima, la lucha y la halterofilia. Dirigió, además, presentaciones de ejercicios gimnásticos en la Plaza de la Fábrica, actual Parque España frente al Centro Nacional de Cultura (CENAC).46 La directiva del Gimnasio Montandon estuvo conformada por Ángel Orozco (presidente), Dr. Gustave Michaud (vicepre-sidente) y Manuel Monge (Secretario Administrador). Un hijo del Dr. Michaud, el Prof. Gustave Louis Michaud (m. 1962) fue el fundador de la Sociedad Atlética del Liceo de Costa Rica (1905), promovió la gimnasia, organizó concursos atléticos y fundó un gimnasio para la ejecución de ejercicios en colchoneta, cajones y barras; se le recuerda como el introductor del baloncesto en Costa Rica (1905) y Panamá.47

Además de Michaud, otros activos difusores de la gimnasia fueron el Prof. Eduardo  Garnier  Ugalde  (1889–1956)  y  el  escritor  y  militar  Eduardo  Calsamiglia (1890-1918), director de la Penitenciaría de San José (1910) y del Cuerpo de Bomberos de la capital (1913). Garnier fue dirigente deportivo y excursionista, fungió como Profesor de Gimnasia, dedicó las horas vespertinas de su labor docente en el Liceo de Costa Rica a fomentar la práctica de los ejercicios de piso y barras y a la formación de pirámides sencillas, mientras que Calsamiglia fomentó la práctica de la gimnasia entre las fuerzas armadas nacionales.48

Precisamente,  los  esfuerzos  de  Montandon,  Moreno,  Michaud,  Garnier  y Calsamiglia  fueron  secundados  por  el  personal  docente  del  Colegio  Superior  de Señoritas, el Colegio San Luis Gonzaga y el Liceo de Heredia, que prosiguieron con la enseñanza de la gimnasia en los programas de los cursos de educación física establecidos en sus planteles.49 Sin embargo, por razones económicas y educacionales,  la  práctica  de  la  gimnasia  tendió  a  concentrarse  en  la  ciudad  de  San  José, principal núcleo poblacional del país, a finales del siglo XIX y a comienzos del siglo  XX,  como  lo  constató  Régulo  Rizoc,50  autor  de  varios  artículos  sobre  los distintos  métodos  de  gimnasia  y  su  importancia  en  la  educación  de  la  población juvenil. Estos textos se basaron en la información suministrada por Mosso en la versión francesa de La educación física de la juventud y fueron publicados en la revista religiosa El Eco Católico de Costa Rica.

Rizoc consideraba que la gimnasia en Costa Rica no lograba sus objetivos al reducirse, en aquel momento, a la práctica elemental de ejercicios acompañados por juegos: “[...] este arte, tal como se practica actualmente en los liceos y escuelas de Costa Rica, deja mucho que desear, ya por lo rudimentario cuanto estacionario, ya porque con él no se resuelve satisfactoriamente el problema de la educación física que es lo que se tiene en mira.”. No obstante, la presencia de algunos gimnasios promovió que elementos jóvenes de la sociedad josefina pudieran practicar dicha actividad, como  lo  atestigua  un  comentario  aparecido  en  La  Prensa  Libre en 1902: “Hacen bien: el ejercicio muscular bien dirigido así como da vigor al organismo, levanta los espíritus y dá [sic] forma esbelta al cuerpo. Felicitamos á los jóvenes gimnastas.”.51

En  los  umbrales  del  siglo  XX,  la  presencia  del  material  para  la  instalación de un gimnasio en las estadísticas de comercio nacionales muestra la importancia relativamente creciente de la práctica de esta disciplina en el país, al importarse el equipo adecuado para su realización. Se construyeron los siguientes gimnasios en la capital: Gómez Miralles, Municipal, Montandon y el del Roosevelt Broadway.52 Entre  dichos  gimnasios,  uno  de  los  más  populares  fue  el  Municipal,  fundado  en 1901, en los Baños Municipales, balneario público al noreste de la capital, en cuyos terrenos  se  ubicarían  las  instalaciones  del  Hospital  Dr.  Rafael  Ángel  Calderón Guardia.  Estas  instalaciones  fueron  abandonadas  en  la  segunda  década  del  siglo XX  a  raíz  de  los  graves  daños  estructurales  sufridos  con  ocasión  de  la  actividad sísmica del período 1910-1914. En la fotografía 1, tomada por el fotógrafo Próspero Calderón Hernández (m. 1934) para su álbum Vistas de Costa Rica fotograbadas y publicadas (1901), aparece una escena cotidiana del Gimnasio Municipal, donde se observa la presencia de un importante número de jóvenes practicando la esgrima, el boxeo y la gimnasia. Se pueden apreciar las anillas, las espalderas y las cuerdas mientras que en la fotografía 2 se observa un detalle del exterior del sencillo edificio que albergaba al Gimnasio Municipal (1905) donde se aprecian, además de los gimnastas, algunos de los aparatos, entre ellos las barras paralelas.53







El  primer  instructor  del  Gimnasio  Municipal  fue  Rodolfo  Castro,  quien llegó a tener numerosos discípulos, entre ellos varios oficiales del ejército costarricense.  Sin  embargo,  los  prometedores  inicios  de  esta  entidad  decayeron  y  fue necesario contratar al Prof. Montandon para proseguir con la enseñanza de los ejercicios gimnásticos que llamaron la atención de varios jóvenes capitalinos e incluso campesinos, quienes se hacían presentes en sus instalaciones una vez finalizada su jornada en el campo.54

La primera administración del Lic. Cleto González Víquez (1858-1937), entre 1906 y 1910, había suprimido temporalmente las lecciones de educación física en los colegios con el fin de ahorrar recursos económicos en la primera década del siglo  XX.  Sin  embargo,  la  importancia  de  la  práctica  de  la  actividad  gimnástica se acrecentó con la importación de literatura para su enseñanza y aprendizaje, con obras como el Manuel d’exercices gymnastiques et de jeux scolaires (1907), que contenía el programa oficial de gimnasia para las escuelas primarias francesas, donde se detallaban instrucciones para el uso de los potros, los caballos con arzones y las barras paralelas.55

La  introducción  de  libros  de  enseñanza  de  la  gimnasia  en  Costa  Rica  era objeto de rigurosas evaluaciones, por parte del personal de los centros educativos secundarios,  para  garantizar  su  aplicación  entre  el  alumnado  costarricense.  Un ejemplo de ello ocurrió en 1908, cuando Lucas Raúl Chacón González (m. 1948), Profesor de Gimnasia y futuro Director del Liceo de Costa Rica analizó cuidadosamente el Manual de gimnasia del Dr. Manuel Saravia. Llegó a la conclusión que la sección dedicada a los métodos gimnásticos era deficiente, aspecto que volvía a notarse en el apartado sobre la historia de la disciplina; la disposición de las materias era desordenada, la división de los ejercicios mal organizada y tenía un fuerte sesgo hacia la gimnasia sueca y escaso conocimiento de la gimnasia alemana.56 Un texto con dichas características, por sus deficiencias, estaba destinado a tener una mínima -por no decir nula- difusión en las aulas costarricenses.

En cuanto a la práctica de la gimnasia en la población femenina, esta siguió estando limitada y supeditada a los convencionalismos de la época, en los primeros lustros del siglo XX, como lo demuestran las tesis de Misael Jiménez,57 presentadas ante la Junta Calificadora del Personal Docente en 1910, con miras a ser contratado como profesor de gimnasia en los centros de enseñanza secundaria y argumentó a favor de la aplicación de los métodos suecos entre las mujeres: “Por ser la mujer un organismo un poco delicado y ser su fin ser madre, debe educársela para este objeto y dársela un tratamiento especial. La gimnasia racional sueca la educa á este respecto. Debe procurarse sobretodo por el [testado: desarrollo] de su pecho (glándulas mamarias) y por el del bacinete lugar [sic] donde morará el niño 9 meses antes  de  ver  luz;  desde  luego  los  iliacos  deben  abrirse  y  hacerse  resistentes,  lo mismo que los músculos abdominales y dorsales.”

El paso de compañías circenses y acrobáticas por el país desde mediados del siglo XIX hasta la primera mitad del siglo XX permitió que el público costarricense, principalmente capitalino, pudiera apreciar la ejecución de ejercicios gimnásticos en aparatos como las barras paralelas y otros ejercicios practicados por gimnastas, trapecistas, equilibristas y acróbatas.58 Por ejemplo, a comienzos de 1916, el circo Shipp y Feltus trajo entre su elenco a un gimnasta de apellido Mora, aclamado por el público costarricense como el “Rey de las Barras Horizontales” por las magníficas ejecuciones que realizó en dicho aparato.59 Se puede inferir que el circo fue un espacio privilegiado para dar a conocer esta clase de ejercicios, que el público identificó como propio de las atracciones circenses por la dificultad de su realización.

En 1921, Costa Rica envió por primera vez una delegación a una justa deportiva internacional, los Primeros Juegos Centroamericanos, celebrados en la Ciudad de Guatemala con ocasión del primer centenario de la independencia de los países del istmo.60 En estas justas la gimnasia estuvo ausente debido a que sólo se consideraba como método de aprendizaje en las lecciones de educación física de las instituciones  educativas  y  como  práctica  de  una  minoría  privilegiada.  Esta  situación contrasta con el caso argentino, que en esa misma época vivía su primera participación en un encuentro internacional.61

No  obstante,  la  práctica  de  la  gimnasia  prosiguió  su  marcha  en  las  instituciones de enseñanza secundaria en Costa Rica, a tal extremo que se confundió con la educación física. Esta confusión entre la gimnasia y la educación física, que no era exclusiva del contexto costarricense, fue criticada en un artículo de la Revista Pedagógica de Milán, difundido por el Repertorio Americano, importante medio difusor  de  las  letras  hispanoamericanas,  dirigido  por  el  escritor  nacional  Joaquín García Monge (1881-1958). En este artículo se establece la diferencia entre ambas prácticas: la gimnasia es “el complejo de los medios con los cuales todo individuo crece  sano,  vigoroso,  ágil  y  diestro”62  y  junto  con  los  juegos  y  los  deportes  dan lugar a la educación física.

En esta época se dan cambios en la enseñanza de la educación física en Costa Rica, debido a la toma de conciencia de su importancia formativa e higiénica, por parte del sector gobernante. Se nombró al español Jacobo Foinquinos como primer Supervisor Nacional de Educación Física (1924). Foinquinos fomentó la práctica de la gimnasia mediante presentaciones públicas en espacios abiertos y la capacitación de instructores, aspecto que sería retomado por sus sucesores Mainrad Kohkemper, Alfredo Cruz Bolaños (1918-2006) y Manuel Arévalo en las siguientes décadas.63

La tendencia de excluir la gimnasia como deporte competitivo se mantuvo en  la  segunda  edición  de  los  Juegos  Centroamericanos,  cuya  sede  fue  San  José (1924-1925), justas en la que participaron atletas procedentes de Costa Rica, Nica-ragua y la Zona del Canal, entonces bajo dominio norteamericano. Su celebración fomentó en la sociedad costarricense un mayor interés por el deporte y justificó la  preparación  de  instructores  en  el  área  de  la  educación  física.  Los  informes  de prensa resaltaron la práctica deportiva como formadora de “ciudadanos honestos, saludables e idealistas”. Esto mantuvo la generalización de las exhibiciones deportivas en los días feriados y fiestas cívicas.64

Bajo este contexto se perfila una nueva etapa del desarrollo de la gimnasia en Costa Rica que coincidió con un período caracterizado por la agudización de los conflictos sociales y políticos en el país. Las causas de estos conflictos fueron las repercusiones de la crisis del sistema capitalista mundial (finales de la década de 1920) y de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el aumento de las desigualdades  sociales,  el  surgimiento  de  nuevas  fuerzas  políticas  (entre  ellas  el  Partido Comunista  en  1931),  la  lucha  de  los  sectores  medios  por  el  ascenso  social,  las contradicciones  al  interior  de  los  sectores  gobernantes  y  el  creciente  intervencionismo estatal en materia económica y social, síntomas de la crisis del modelo económico liberal imperante cuyo punto culminante fue el estallido de la Guerra Civil de 1948.65

Las instituciones educativas siguieron siendo el espacio por excelencia para la difusión de la gimnasia, mientras que en otras latitudes latinoamericanas, como en  Buenos Aires,  los  parques  se  constituían  en  semillero  de  gimnastas  gracias  a la colocación de aparatos de hierro.66 En marzo de 1930, el Liceo de Costa Rica tributó  un  homenaje  a  los  integrantes  de  las  asociaciones  deportivas  Gimnástica Española y Fortuna. Se realizaron diversas manifestaciones deportivas entre las que se destacaron los ejercicios en aparatos de gimnasia, particularmente en las barras paralelas (fotografía 3) y el potro (fotografía 4).67









Además de los centros educativos, en las décadas de 1930 y 1940 surgieron asociaciones deportivas cuya infraestructura hacía posible la práctica de la gimnasia. Entre las más célebres destacan la Academia Nacional de Cultura Física Olimpia (1932), fundada por el empresario inglés Reuben R. Gomes, quien residió en Costa Rica entre 1923 y 1934. Gomes representó los intereses de varias firmas extranjeras establecidas en San José y aprovechó su estadía para promover las prácticas deportivas mediante la publicación de la revista Deportes y el establecimiento de El Centro de Sport (La Casa del Deportista), local dedicado a la venta de artículos deportivos. Además de la gimnasia, la Academia Olimpia promovió la natación, el boxeo, el béisbol, el tenis de mesa y los billares.68

El auge alcanzado por las prácticas deportivas permitió un mayor intercambio entre las distintas entidades educativas, por lo que entre 1932 y 1934 se celebraron los primeros Juegos Intercolegiales, que contó con la participación de delegaciones procedentes del Liceo de Costa Rica, el Colegio Seminario, la Escuela Normal de Heredia, la Escuela Nacional de Agricultura, el Instituto de Alajuela y el Colegio San Luis Gonzaga.69

En la edición de 1934, la participación de la gimnasia fue bastante notoria. Se presentó la primera exhibición de gimnasia rítmica conocida en Costa Rica: el 12 de octubre de ese año, durante la ceremonia inaugural, se llevó a cabo una presentación de dicha disciplina por varias alumnas del Colegio Superior de Señoritas, dirigidas por la Profa. Cristina Lizano de Quesada.70 La participación de la mujer en la gimnasia fue más notoria en esta época gracias al trabajo efectuado por profesoras y estudiantes del Colegio Superior de Señoritas, quienes promovieron la introducción de la gimnasia rítmica en el país. Al finalizar el decenio de 1930, era notoria la figura de la Profa. Lizano de Quesada que basaba sus lecciones en obras como Gymnastique  Féminine  y  Gimnasia  metodizada  para  enseñar  ejercicios  rítmicos a sus alumnas, dados a conocer al resto de la sociedad costarricense mediante la realización de exhibiciones públicas.71

La prensa de la época describe una de estas exhibiciones: “Tanto el cuadro número  uno,  el  del  cuadrilátero;  como  el  número  dos,  los  círculos  estuvieron preciosamente  cumplidos  no  sólo  en  el  ritmo  a  los  acordes  de  la  Banda  Militar, sino en cuanto a la visibilidad. El conjunto de los movimientos unidos a los puños de papel en colores y la uniformidad dieron un colorido al acto, indescriptible [...] Terminados los ejercicios rítmicos, en todo el Estadio [Nacional] se dejó oír una unánime  aclamación  como  reconocimiento  al  Colegio  por  su  brillante  demostración,  y  muy  especialmente  a  su  Profesora  de  Cultura  Física  y  a  su  Director,  el Licenciado Claudio Cortés.”72

Pese a los avances mencionados, las clases de educación física impartidas en los colegios fueron criticadas por el Prof. Lucas Raúl Chacón, entonces Director del Liceo de Costa Rica. En 1938 envió a la Secretaría de Instrucción Pública un informe en el que advertía de los excesos en las prácticas deportivas, que consideraba poco aptas para la salud de los estudiantes en detrimento de la labor intelectual y la ausencia de un perfil de ejercicios apto para su condición estudiantil.73

Algunos años después, específicamente en 1940, se funda en el país el grupo de Los Águilas, dedicado al aprendizaje sistemático de la gimnasia acrobática, actividad que difundieron por medio de presentaciones de ejercicios en público. Esta labor fue complementada por medio del trabajo emprendido por deportistas como Guillermo Luthmer y Edwin Calderón, quienes difundieron entre los jóvenes costarricenses la ejecución de ejercicios en la barra fija y en las paralelas.74

Las  tensiones  sociales  y  las  crisis  económicas  y  políticas  de  la  época  afectaron la práctica de las actividades y de las organizaciones deportivas; por ejemplo, el establecimiento del primer programa de educación física en las escuelas primarias costarricenses (1942) y la fundación del Instituto Nacional de Educación Física (1946). Estas instituciones trataron de dar una nueva dimensión al deporte en Costa Rica, logrando parcialmente su cometido, ya que el contexto de la época impidió la  promoción  a  gran  escala  del  deporte  quedando  casi  restringido  a  la  práctica  del fútbol.75

En 1948, poco tiempo después de la Guerra Civil, se dan las bases para reorganizar las actividades deportivas en el país. Para ello se integra el Consejo Nacional de Educación Física, máxima autoridad de la enseñanza del deporte en Costa Rica, cuyos miembros fueron el futbolista Ricardo Saprissa Aymá (1901-1990), quien fue nombrado director, además de Alfredo Povedano, Miguel Ángel Ulloa, José Francisco Carballo, Carlos Manuel Pacheco, Luis Leer, el Prof. José María Chaverri, el Prof. Kenneth Strachan, director de la Misión Bíblica Latinoamericana y el Presbo. Eduardo Löffelholz (1900-1966), en representación del Colegio Seminario.76

En 1949, en plena época de reconstrucción del país, el gobierno de la Junta Fundadora de la Segunda República (1948-1949) favorece, por medio del deportista y profesor de Educación Física, Alfredo Cruz Bolaños, el fomento de las prácticas deportivas. Como parte de dicho proceso, se organizó un desfile en marzo de 1949 para celebrar el Día del Deporte en el que participaron las principales asociaciones y clubes deportivos del país. La gimnasia estuvo representada por los miembros del Gimnasio  Águilas  (fotografía  5),  que  demostraron  por  las  calles  de  San  José  sus destrezas y según los informes de la prensa de la época dejaron atónitos a quienes contemplaban sus exhibiciones.77




No obstante, el camino para el envío de gimnastas costarricenses a competencias deportivas a nivel centro y mesoamericano estaría aun muy lejos de realizarse: el Comité Nacional Olímpico, constituido en abril de 1949 (poca semanas después de la exhibición de los jóvenes del Gimnasio Águila) integró una delegación costarricense para los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de la Ciudad de Guatemala (1950). En dicha delegación solamente estuvieron representados el fútbol, el baloncesto, el béisbol, el tiro al blanco y el ciclismo; la situación econó-mica del país durante la posguerra civil y problemas de tipo logístico impidieron el envío de deportistas de otras disciplinas a las justas centroamericanas.78 Este hecho contrasta con el caso argentino, país que envió gimnastas a los Juegos Olímpicos de Londres (1948).79

Conclusiones

En el período que se desarrolla entre 1855 y 1949 es posible identificar las primeras  manifestaciones  de  la  gimnasia  como  actividad  física  en  la  sociedad costarricense, disciplina que se incorpora dentro de los programas educativos, principalmente en los centros de enseñanza secundaria establecidos en el Valle Central, como parte de la formación integral y diferenciada de varones y mujeres.

Esta  actividad  se  practicó  en  forma  diferenciada  según  los  roles  de  género vigentes en la época, por lo que esta disciplina tendió a ser más atractiva para los varones que para las mujeres, debido a las concepciones que enfatizaban la necesidad de enseñar ejercicios apropiados para cada uno de los sexos y que reforzaron los roles de género en el espacio público para el varón y en el ámbito privado para la mujer. Para el caso masculino, es notoria la presencia de instructores militares que ligaron la práctica de la gimnasia con la actividad castrense en el país en las instituciones educativas al finalizar el siglo XIX e inicios del siglo XX.

Ya desde finales del siglo XIX hubo un intento por extender la práctica de la gimnasia, al  menos  para  la  población masculina, más  allá de  los  cursos  de  enseñanza  secundaria  e  incluso  de  las  mismas  aulas  de  los  colegios  vallecentralinos, con la apertura de gimnasios dirigidos por los mismos profesores que impartían la enseñanza de estos ejercicios en los centros educativos. Muchos de estos gimnasios tuvieron una existencia efímera, posiblemente por el escaso apoyo económico recibido, el desinterés de las autoridades, la dificultad del aprendizaje de los ejercicios y el carácter eminentemente urbano de la actividad que impidieron que se masificara, en contraste con el proceso que experimentó el fútbol.

No  obstante,  a  diferencia  de  los  centros  educativos  donde  predominaba  la enseñanza de los métodos de la escuela sueca y la introducción de algunos métodos de la escuela alemana, estos gimnasios tendieron a orientarse hacia la difusión de la gimnasia alemana, la cual iría abriendo las puertas a la introducción de la gimnasia artística en el país en la segunda mitad del siglo XX.

Precisamente,  a  mediados  del  siglo  XX  se  desarrollan  procesos  que  contribuyen a conformar la práctica de la gimnasia artística como actividad deportiva tal y como se conoce hoy en día; por ejemplo, la incorporación de pruebas individuales de gimnastas femeninas en acontecimientos deportivos internacionales y la definición de las normas de puntuación en la gimnasia, elementos que se incorporaron en el programa oficial de los Juegos Olímpicos de Helsinki (1952). Paralelamente, en América  Latina,  dichos  cambios  inciden  en  un  mayor  desarrollo  de  esta  actividad como deporte, por lo que se constituyeron federaciones nacionales en algunos países, como sucedió en Argentina (1930 y 1943) y Guatemala (1949), por lo que la gimnasia fue dejando de ser simplemente una actividad eminentemente formativa en las escuelas para adquirir también una dimensión competitiva en los países latinoamericanos.80

En Costa Rica, en este período y pese al predominio de la gimnasia educativa, la presencia del gimnasio de las Águilas, promovería la difusión de los ejercicios gimnásticos mediante exhibiciones en sitios públicos hasta la década de 1960, época en el que nuevos actores individuales e institucionales, así como una serie de procesos históricos permitirían la introducción de la gimnasia artística, de las primeras competencias de esta disciplina y su proyección en el ámbito centroamericano.

Sin embargo, al ser una actividad ligada a la enseñanza secundaria o a instituciones privadas del ámbito urbano, la gimnasia tuvo un escaso desarrollo en Costa Rica a lo largo del período, lo que impidió su activa difusión por todo el país y entre las diferentes clases sociales, especialmente en los sectores populares. En futuras investigaciones podrían analizarse las continuidades y los cambios que experimentó la gimnasia en Costa Rica a partir de 1949, las transformaciones que tuvo en la sociedad al iniciarse la enseñanza de la gimnasia artística, la difusión que va a tener a lo largo y ancho del territorio costarricense y su auge como actividad deportiva en el país.


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Citas y notas

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2.  Urbina  Gaitán,  Chester.  2001.  Costa  Rica  y  el  deporte  (1873-1921).Un  estudio  acerca  del origen  del  fútbol  y  la  construcción  de  un  deporte  nacional.  Heredia,  Costa  Rica,  EUNA, passim.

3.  Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, pp. 77-84. De acuerdo con este autor, la  fundación  del  Club  Sport  Costarricense,  marca  el  origen  de  la  actividad  futbolística  en Costa Rica.

4.  Gillet-Damitte.1888. Gimnástica. París, Librería de Hachette y Cía., p. 4.

5.  Gillet-Damitte.1888. Gimnástica… p. 4.

6.  Scharagrodsky, Pablo Ariel. 2002. “El padre de la Educación Física Argentina: Formación de hombres / formación de mujeres (1900-1940)”. Revista de la Universidad de Medellín, 74, octubre, pp. 102-125.

7.  Scharagrodsky, Pablo Ariel. 2002. “El padre… p. 109.

8.  Wood, Alfredo. 1938. Calistenia. La fuerza armoniosa por el ejercicio. Buenos Aires, Librería de la Salud, p. 15.

9.  De Carlo, Tom. 1968. Handbook of Progressive Gymnastics. 5th Printing. Englewood Cliffs, Prentice Hall, Inc., pp. 201-217.

10.  González Boto, René; Madreda Mayor, Eduardo y Salguero del Valle, Alfonso. 2004. “Las escuelas  gimnásticas  y  su  relación  con  la  actividad  física  y  educación  física  actuales”. Efdeportes.com. Revista Digital. Año 10, núm. 73, junio. Disponible en <http://www.efde-portes.com/efd73/gimn.htm> [Consultado el 7 de marzo de 2011].

11.  González Boto, René; Madreda Mayor, Eduardo y Salguero del Valle, Alfonso. 2004. “Las escuelas…

12.  Halsey Gulick, L. 1918. La educación física por medio del ejercicio muscular. Barcelona, Manuel Marín, Editor, pp. 131-135. Mátuz Z., Leotardo y Caviédes, Luis.1909. Manual de  gimnasia  escolar.  Santiago  de  Chile,    Imprenta  Universitaria,  p.  65.  González,  Madreda  y Salguero. 2004. “Las escuelas gimnásticas”.

13.  González, Madreda y Salguero. 2004. “Las escuelas gimnásticas”...

14.  Enciclopedia Salvat de los Deportes.1976.  Barcelona, Salvat, pp. 1215-1217, 1233 y 1473.

15.  Archivo Nacional de Costa Rica (ANCR), Educación, 7979, 1855.

16.  Herrera Balharry, Eugenio. 1988. Los alemanes y el Estado cafetalero. San José, Costa Rica, EUNED, pp. 97-115. Cf. Hilje Quirós, Luko. 2006. Karl Hoffmann: naturalista, médico y héroe nacional. Santo Domingo de Heredia, Costa Rica, INBio, passim.

17.  ANCR, Educación, 7979, 1855.

18.  Hall, Carolyn .1976. El café y el desarrollo histórico-geográfico de Costa Rica. San José, Costa Rica, ECR-UNA, pp. 33-40. Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte…pp. 23-25.

19.  Véase para el caso costarricense Molina Jiménez, Iván. 2003. Costarricense por dicha. Iden-tidad nacional y cambio cultural en Costa Rica durante los siglos XIX y XX. San José, Costa Rica, EUCR, pp. 15-16.

20.  Meagher, Thomas Francis. 1923. Vacaciones en Costa Rica. San José, Costa Rica, Tipografía Trejos Hermanos, p. 69.

21.  Fischel Volio, Astrid. 1990. “La clausura de la Universidad de Santo Tomás”. Revista Educa-ción, 14 (1): 161-167. Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, pp. 25 y 28-30.

22.  “Aviso a los Padres de Familia”. 1867. Alcance a La Gaceta, 4: 4. La Enseñanza. 1873, I  (3),  febrero:  178-179.  González  Flores,  Luis  Felipe.  1961.  Historia  del  desarrollo  de  la instrucción pública en Costa Rica. II: 1821-1884. San José, Costa Rica, Ministerio de Educa-ción Pública – Lehmann, pp. 269-270. Fischel Volio, Astrid.1990. Consenso y represión: una interpretación socio-política de la educación costarricense. 1ª reimpr. San José, Costa Rica, ECR, cuadro 38 y Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino de pista y campo  en  Costa  Rica,  desde  sus  orígenes  hasta  1992. Tesis  de  Licenciatura  en  Educación Física, Universidad de Costa Rica, p. 11.

23.  Fischel, A. 1990.  Consenso y represión, cuadro 39. Quesada Camacho, Juan Rafael. 2002. “Un siglo de educación costarricense: 1814-1914” Botey Sobrado, Ana María (coord.), Costa  Rica.  Estado,  economía  sociedad  y  cultura.  Desde  las  sociedades  autóctonas  hasta 1914. 1ª reimpr. de la 2ª ed. San José, Costa Rica, EUCR – Cátedra de Historia de las Insti-tuciones de Costa Rica, p. 381. Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, p. 50. Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… p. 11. González, Madreda y Salguero. 2004. Historia del desarrollo… pp. 290 y 295.

24.  Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, p. 28. Hall, Carolyn. 1976.   El café y el desarrollo… pp. 33-40.

25.  Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, p. 23.

26.  Quesada Camacho, Juan Rafael. 2002. “Un siglo de educación costarricense”… p. 389. José  Barrantes  también  daba  clases  de  Baile.  La  Enseñanza.  1884).  I  (6),  julio:  353.  (10), noviembre:  560.  (11),  diciembre:  610  y  (1885),  I  (12),  enero:  669.  González,  Madreda  y Salguero. 2004.  Historia del desarrollo… pp. 309-316 y 350-354.

27.  F. Ferraz, Juan. 1884. “Libro obsequiado”.  La Enseñanza, tomo I, núm. 10, noviembre, p. 548.

28.  Pedregal  Prida,  Francisco.  1884.  Gimnástica  civil  y  militar.  2ª  ed.  Madrid,  Tipografía  de Manuel Ginés Hernández, pp. 3-31.

29.  Pedregal  Prida,  Francisco.  1884.  Gimnástica  civil  y  militar…,  pp.  180-192,  242-260  y 321-323.

30.  La Enseñanza.1886. III (4), setiembre: 194-195. El Lic. Jesús Marcelino Pacheco Gutiérrez fungió  como  Notario  Público  en  la  década  de  1890.  La  Gaceta.1893.  20  de  setiembre,  p. 1289.

31.  Urbina Gaitán, Chester. 2001. “Orígenes de la política deportiva en Costa Rica. 1887-1942 (1)”. Efdeportes.com. Revista Digital. Año 7, núm. 34, abril. Disponible en <http://www.efdeportes.com/efd34/crica.htm> [Consultado el 1 de diciembre de 2010].

32.  ANCR, Educación, 8708, 1889, f. 2.

33.  Lobo  Di  Palma,  Jorge.  1996.  Historia  del  atletismo  masculino…  p.  13.  Urbina  Gaitán, Chester. 2001. “Orígenes de la política deportiva (1)”.

34.  Quesada Camacho, Juan Rafael. 2002. “Un siglo de educación costarricense”… p. 388.

35.  Fischel, A. 1990.  Consenso y represión… pp. 178-179 y 183 y “La clausura de la Univer-sidad”, pp. 161-167. Quesada Camacho, Juan Rafael. 2002.  “Un siglo de eduación costa-rricense”… pp. 390-392. Entre los firmantes se encuentran Inocente Moreno, Félix Arcadio Montero y José María Zeledón Jiménez profesores y miembros de la Universidad de Santo Tomás. Cf. “Secretaría de Instrucción Pública” (1888), La Gaceta. 12 de agosto, pp. 1010-1011.

36.  El  Prof.  José  Moreno  fue  tío  del  destacado  médico  y  deportista  costarricense  Dr.  Ricardo Moreno Cañas (1890–1938) y activo participante en las polémicas científicas de su tiempo, particularmente con el suizo Dr. Henri Pittier (1857-1950), con quien efectuó una excursión al Volcán Poás en 1888. Cf. Díaz Bolaños, Ronald Eduardo. 2003. El proceso de institucio-nalización de la meteorología en Costa Rica (1887-1949). Tesis de Licenciatura en Historia, Universidad de Costa Rica, pp. 107-108. González, Historia de la educación, p. 352. Urbina, Costa Rica y el deporte, pp. 32 y 37.

37.  Moreno, José.1892. “Propaganda gimnástica”. La Prensa Libre. 28 de enero, pp. 2-3; 30 de enero, p. 3; 7 de febrero, pp. 2-3; 14 de febrero, p. 3 y 21 de febrero, p.3. Por error se consignó como  autor  de  esta  última  entrega  a  José  María  Salazar.  Urbina  Gaitán,  Chester.  2010.  “La importancia del ejercicio físico en el periódico costarricense ‘El Artesano’ (1889).” Efdeportes.com. Revista Digital. Año 15, núm. 149, octubre. Disponible en <http://www.efdeportes.com/efd149/la-importancia-del-ejercicio-fisico-en-el-periodico.htm>  [Consultado el 1 de diciembre de 2010].

38.  Moreno, José. 1892. “Propaganda gimnástica”. La Prensa Libre. 28 de enero, p. 2 y 21 de febrero, p. 3. Cf. Urbina, “La importancia del ejercicio”.

39.  Obregón Loría, Rafael. 1955. Los Rectores de la Universidad de Santo Tomás de Costa Rica.  San José, Costa Rica, Editorial Universitaria, pp. 179-180. Díaz, El proceso de instituciona-lización, p. 156.

40.  ANCR, Educación. 11328, 1889, ff. 5-8, 12-13 y 31-32v.

41.  Urbina  Gaitán,  Chester.  2001...  Costa  Rica  y  el  deporte…  p.  50.  Mátuz  Z.,  Leotardo  y Caviédes, Luis.1909. Manual de gimnasia escolar… p. 43.

42.  Mosso, Ángel. 1894. La educación física de la juventud. Madrid, Libería de José Jorro, pp. 21-245.

43.  Barrantes S., José. 1890. “Gimnasio Costarricense”. La Prensa Libre. 15 de junio, p. 3. El Heraldo de Costa Rica (1890), 23 de setiembre, p. 2. Urbina. Costa Rica y el deporte, p. 50. Inocente Moreno era hermano del Prof. José Moreno.

44.  Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte, pp. 49, 60 y 106-107. Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… pp. 13-14. Salas M., Agustín.1951. Historia del deporte en Costa Rica. San José, Costa Rica, Litografía Universal, pp. 29-30. De acuerdo con Salas, Montandon laboró en altos cargos militares y policiales, al ser nombrado Comandante de la Penitenciaría, Jefe de la Segunda Sección de Policía, Jefe de la Armería Nacional y también, Jefe del Cuerpo de Bomberos, entidades donde sin duda difundió su conocimiento en materia deportiva. Además, fue miembro de la Sociedad Musical Santa Cecilia (1902). Véase Vargas Cullell, María Clara.2004. De las fanfarrias a las salas de concierto. Música en Costa Rica (1840-1940). San José, Costa Rica. EUCR – Asociación Pro-Historia Centro-americana, p. 189.

45.  Okretic, Emilio; Lario, Elena y Gieri, Giovanni Alexis (s.f.), “Historia de la gimnasia en Argentina (hasta 1970)”. Gimnasia Argentina. Disponible en <http://gimnasiargentina.com.ar/historia/historiaargentina/historiaargentina.html> [Consultado el 1 de diciembre de 2010].

46.  “Memorable fusión”. 1892. La Prensa Libre. 28 de enero, p. 2. Moreno, José.1892. “Propaganda gimnástica”, La Prensa Libre, 28 de enero, p. 2. Salas M., Agustín.1951. Historia del deporte,  p.  25.  Urbina,  Costa  Ruca  y  el  deporte,  p.  50.  Jenkins Alvarado,  María  Eugenia. 1989. El estado actual de la gimnasia en III y VI ciclo de las instituciones oficiales acadé-micas diurnas de Costa Rica. Tesis de Licenciatura en la Enseñanza de la Educación Física, Universidad Nacional, p. 31.

47.  Salas M., Agustín.1951. Historia del deporte… p. 21. Jenkins Alvarado, María Eugenia. 1989. El  estado  actual…  p.  31.  Céspedes  Mora,  Ramón.1937.  Cosas  que  no  se  olvidan...  San  José, Costa Rica, Imprenta Juan Arias, pp. 61-62. El Dr. Gustave Michaud (1860-1924), científico suizo, fue contratado para la enseñanza de la Física, la Química y las Matemáticas en los cole-gios de secundaria del país. Cf. Díaz. 2003. “El proceso de institucionalización”… pp. 105-106.

48.  Salas M., Agustín.1951. Historia del deporte. pp. 36-38. Jenkins Alvarado, María Eugenia. 1989. El estado actual… p. 31. Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… pp. 93-94. El Prof. Garnier desde niño tuvo gran interés en los deportes, fomentó la práctica de la natación, poseyó la mayor biblioteca de Costa Rica especializada en deportes, fue Administrador  del  Consejo  Nacional  de  Deportes  y  de  la  Federación  Costarricense  de Fútbol (FEDEFUTBOL) y en su honor se bautizó la pista del Estadio Nacional. 31Ronald Díaz.   Los orígenes de la gimnasia como actividad física en Costa Rica.

49.  Jenkins Alvarado, María Eugenia. 1989. El estado actual...  p. 32 y Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte… p. 49.

50.  Rizoc, Régulo. 1898. “Señor Redactor de <<El Eco Católico>>”. El Eco Católico de Costa Rica, VI (38). 8 de octubre: 363. “Gimnasia”. El Eco Católico de Costa Rica, VI (39) y 15 de octubre: 370-371, (40), 22 de octubre: 377-379. “Reforma de la gimnasia”. El Eco Católico de Costa Rica, VI (41), 29 de octubre: 384-386. “Utilidad de los ejercicios físicos recreativos o de sport”. El Eco Católico de Costa Rica, VI (42), 5 de noviembre: 392-393.

51.  La Prensa Libre. 1892.  4 de abril, p. 3.

52.  Albarracín, Priscilla y Pérez Brignoli, Héctor. 1977. Estadísticas del comercio exterior de Costa Rica (1907-1946). San José, Costa Rica, Escuela de Historia y Geografía, Universidad de Costa Rica – Universidad Nacional, p. 41. Salas M., Agustín.1951.  Historia del deporte…p. 14.

53.  Archivo del Museo Nacional de Costa Rica (AMNCR), Inventario General de Bienes (IGB), 10475, 1901. La fotografía original, suministrada por cortesía del personal de la Sección de Protección  del  Patrimonio  del  Museo  Nacional  para  la  presente  investigación,  procede  de la obra de Calderón, Próspero (1901), Vistas de Costa Rica fotograbadas y publicadas. San José, Costa Rica, Imprenta La República, snp. Sobre la actividad sísmica que afectó a Costa Rica  en  el  tercer  lustro  del  siglo  XX  véase  Peraldo,  Giovanni  y Acevedo,  Benjamín,  eds. 2010. Efemérides de la destrucción de la ciudad de Cartago cien años después (1910-2010). San José, Costa Rica. Ediciones Perro Azul.

54.  Salas M., Agustín.1951.  Historia del deporte… p. 14. Urbina Gaitán, Chester. 2001. Costa Rica y el deporte… p. 50. ANCR, Municipal San José,  3671, 1914, f. 2. La Prensa Libre (1902), 14 de marzo, pp. 3-4 y 4 de abril, p. 3.

55.  Republique de France. 1907. Ministère de l’Instruction Publique et des Beaux-Arts. Manuel d’exercices gymnastiques et de jeux scolaires. Paris, Imprimerie Nationale, pp. 13, 167 y 168-169. Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… p. 35.

56.  ANCR, Educación, 11356, 1908. Zamora Hernández, Carlos Manuel y López López, Bernal. 1988.  Liceo de Costa Rica: un siglo de existencia. San José, Costa Rica, Comisión Nacional de Conmemoraciones Históricas. pp. 91-92.

57.  ANCR, Educación, 8393.1910. f. 4. La Junta Calificadora del Personal Docente rechazó las tesis de Misael Jiménez al considerar débiles sus argumentos relacionados con la práctica de la gimnasia entre las mujeres.

58.  Urbina Gaitán, Chester. 2002. “Circo, nigromancia y prestidigitación en San José (1867-1914). Una aproximación desde la historia social”. Revista de Ciencias Sociales, 95, enero – junio: 97-115.

59.  La Información.1916. 2 de marzo, p. 3.

60.  Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… pp. 24-33.

61.  Okretic, Emilio; Lario, Elena y Gieri, Giovanni Alexis (s.f.). “Historia de la gimnasia”…

62.  “Las líneas generales de un método racional de educación física”. 1922. Repertorio Ameri-cano, III (23), 13 de febrero: 349.

63.  Jenkins Alvarado,  María  Eugenia.  1989.  El  estado  actual…  p.  32. Alfredo  Cruz  Bolaños, considerado el Padre de la Natación en Costa Rica, fue el primer costarricense que efectuó estudios  superiores  en  educación  física,  egresado  del  Colegio  George  William  y  de  la Universidad de Nueva York en Estados Unidos. Practicó deportes en la Asociación Cristiana de  Jóvenes,  fundador  del  Instituto  Nacional  de  Educación  Física  de  Costa  Rica  (1946)  y restaurador de los Juegos Intercolegiales (1952). Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… p. 97.

64.  Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… pp. 45-47.

65.  Pérez Brignoli, Héctor. 1997. Breve historia contemporánea de Costa Rica. México, FCE, pp. 107-130 y Molina Jiménez, Iván y Palmer, Steven. 1997. Historia de Costa Rica: breve, actualizada y con ilustraciones.  San José, Costa Rica, EUCR, pp. 63-65. Díaz Arias, David. 2003. Reforma sin alianza, discursos transformados, interés electoral, triunfos dudosos. La nueva interpretación histórica de la década de 1940. San José, Costa Rica, EUCR.

66.  Okretic, Emilio; Lario, Elena y Gieri, Giovanni Alexis (s.f.). “Historia de la gimnasia”…

67.  La Tribuna. 1930. 19 de agosto, p. 1.

68.  Salas M., Agustín.1951. Historia del deporte… p. 63.

69.  Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… pp. 48-49.

70.  La Prensa Libre. 1934. 11 de octubre, p. 2 y 12 de octubre, p. 8.

71.  Lizano, Cristina. 1939. “Educación Física”. Revista del Colegio Superior de Señoritas, VI.(1-6), diciembre: 103-105. Cristina Lizano fue considerada la “Deportista Número 1 de Costa Rica” y se destacó por difundir el baloncesto, deporte en que se inició cuando era estudiante de la Escuela Normal (1915). Cf.  Ramírez, Oldemar. 1938. “Doña Cristina Lizano, profesora de Educación Física del Colegio Superior de Señoritas, de deportista Nº 1 de Costa Rica”. Revista del Colegio Superior de Señoritas, V.(1-6), diciembre: 82-84.

72.  La Prensa Libre. 1934. 12 de octubre, p. 8.

73.  Chacón, Lucas Raúl.1929. “Informe anual de las labores del Liceo de Costa Rica”. Anales del Liceo de Costa Rica, 9-10: 511-513.

74.  Jenkins Alvarado, María Eugenia. 1989. El estado actual… pp. 31-32.

75.  Lobo Di Palma, Jorge. 1996. Historia del atletismo masculino… p. 55. Cf. Urbina Gaitán, Chester. 2001. “Orígenes de la política deportiva en Costa Rica. 1887-1942 (2)”. Efdeportes.com. Revista Digital. Año 7, núm. 34, abril. Disponible en <http://www.efdeportes.com/efd34/crica1.htm> [Consultado el 4 de diciembre de 2010].

76.  Cruz B., Alfredo.1948. “El Consejo Nacional de Educación Física”. Crónica, I (3), 11 de julio: 16-17.

77.  La Prensa Libre.1949. 15 de marzo, p. 11. 33Ronald Díaz.   Los orígenes de la gimnasia como actividad física en Costa Rica.

78.  “100 personas forman la delegación olímpica”.1949. Crónica, I (11), diciembre: 21-22. Los integrantes de dicho comité, entre los que figuran destacadas personalidades del deporte nacional  fueron  Martín  Quirós  (Presidente),  Ricardo  Saprissa  (Vicepresidente),  Hernán Echandi (Secretario), Mario Gólcher (Tesorero), Ramón Coll (Fiscal) y los vocales Miguel Blanco, Rodrigo Tomás y Alfredo Cruz.

79.  Okretic, Emilio; Lario, Elena y Gieri, Giovanni Alexis (s.f.). “Historia de la gimnasia”…

80.  Okretic, Lario y Gieri. (s.f.). “Historia de la gimnasia.” Federación Nacional de Gimnasia de Guatemala (s.f.), “Historia de la gimnasia.” Disponible en <http://www.fedgimgua.org/component/content/article/34-demo-category/53-istoria-de-la-gimnasia.html>  [Consultado el 4 de diciembre de 2010]. Costa Rica contará con su propia federación nacional de gimnasia hasta 2005.

Correspondencia a:
Ronald E. Díaz Bolaños. Investigador de la Cátedra de Historia de la Universidad de Costa Rica y Tutor de la Cátedra de Historia de la Universidad Estatal a Distancia.


Fecha de recepción: 8 de marzo, 2011 - Fecha de aceptación: 29 de abril, 2011.

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