De acuerdo con el informe mundial sobre el envejecimiento, hay actualmente 600 millones de personas mayores de 60 años en el mundo, cifra que se duplicará para el 2025 y que ascenderá a casi 2 mil millones para 2050, cuando se contará con más personas mayores de 60 años que con niños y niñas menores de 15 años (Ávalos y Bran, 2013; Hoskins, Kalache y Mende, 2005). En general, la persona adulta mayor es considerada como alguien que ya no tiene una función importante dentro de la sociedad. Derivado de este tipo de prejuicios, las adultos mayores, tanto hombres como mujeres, tienden a ser invisibilizados por la sociedad (Gallo, Busby-Whitehead, Rabins, Sulliman y Murphy 1999; Leutholtz y Ripoll, 2000) y maltratados por sus mismas familias (Rikli y Jones, 2001).
Con el envejecimiento vienen asociadas una serie de dificultades de orden psico-físico y social que aquejan a las personas adultas mayores y que afectan su calidad de vida (Hidalgo, 2001; Morales, 2004; Pont, 2000; Villalobos, 2004). Esta situación representa todo un reto para los sistemas de salud pública y para la sociedad en general (Samuelson, 2013; Varela, 2006). Una de las opciones para la atención de la persona adulta mayor son los centros diurno (CD) (Barrantes, 2013; Jiménez, 2001). Típico en esos lugares es que la persona adulta mayor llega por la mañana y regresa a su hogar por la tarde (Rikli y Jones, 2001), (L. Venegas, comunicación personal, 10 de julio, 2008). Durante el día tiene la posibilidad de compartir con otros individuos y realizar diversas actividades diseñadas pensando en la salud y calidad de vida (Lépiz, 2009); aunque en general, la subcultura de esos centros de atención se caracteriza por creencias y valores, donde el ejercicio físico no ha ocupado aún el lugar que le corresponde como factor determinante de un estilo de vida saludable (González, Salguero, Tuero y Márquez, 2005; Lago, 2005; Romero, 2003).
Considerando las características de la población que asiste a los CD, es preciso contar con un liderazgo que asuma la tarea de impulsar estilos de vida activos en el marco de esos centros. Sin embargo, el costo económico de profesionales para que atiendan la promoción del ejercicio físico en esos CD es muy alto y difícilmente financiable.
Una solución sostenible parapromoverestilos de vida activos para la persona adulta mayores la formación de líderes en su mismo grupo, para que implementen estrategias conducentes a la promoción de estilos de vida activos mediante el ejercicio físico.
En el caso de los CD, no se ha encontrado iniciativas donde se capacite a laspersonas adultas mayorespara que asuman el rol de líderes en la promoción de estilos de vida activos y saludables. Sobre la base de las reflexiones precedentes, el propósito de este estudio fue analizar en qué medida la capacitación de personas líderes adultas mayores, logra transformaciones en el estilo de vida de los propios compañeros y compañeras dentro de la subcultura del centro diurno.
Marco teórico
La subcultura de los CD, donde convivenlas personas adultas mayores constituye un sistema de vida y de interpretación de la realidad orientado a la supervivencia solidaria, con componentes dinámicos de cooperación en función de las expectativas del grupo y asumidas por todos y todas (Barenys, 1993).
En este contexto, el liderazgo debe entenderse como elproceso mediante el cual seinfluye en las actividades de un individuo o grupo de personas, para que maximicen sus esfuerzos en procura demetas con significado (Hershey, Blanchard y Johnson, 1998).
De acuerdo con Mendoza y Ortiz (2006), se puede diferenciar entre el liderazgo de rango total, el laissez-faire, el liderazgo transaccional, el liderazgo situacional y el liderazgo transformacional. En el primero de los casos, el objetivo principal es conformar una totalidad que facilite la satisfacción de las necesidades tanto individuales como grupales (Mendoza y Ortiz, 2006). En el segundo, hay ausencia absoluta en la toma de decisiones, se trata de un estilo pasivo e inefectivo (Antonakis, Avolio y Sivasubramaniam, 2003). En el caso del liderazgo transaccional, el propósito central es motivar a los seguidores a través de recompensas (Van Knippenberg y Sitkin, 2013). En el liderazgo situacional, la función delíder se define por la capacidad adaptativa a las diferentes situaciones (Hershey et al., 1998). Por otro lado, en el liderazgo transformacional se parte de la capacidad que tiene ellíder paracompartir una visión a futuro con el grupo, creando sentido y significado, dando lugar a la generación de procesos autónomos (Van Knippenberg y Sitkin, 2013). En general, se sugieren efectos positivos del liderazgo transformacional sobre una amplia variedad de aspectos en diferentes organizaciones (Sun y Leithwood, 2012).
La formación de líderes para que estimulen una mejorcalidad de vida de las personas adultas mayores que asisten a los CD equivale a invertir en la promoción de estilos de vida saludables. El líder en este contexto debe aproximarse al modelo del liderazgo transformacional, promoviendo procesos autónomos que le permitan a la persona adulta mayor interiorizar estilos de vida activos que coadyuven en una mejor calidad de vida,fortaleciendola independencia, la autonomía y la autoestima (Lépiz, 2009; Rodríguez, 2014).
El ejercicio físico representa una alternativa fundamental para modificar y consolidar estilos de vidaactivos y saludables. Entre las ventajas asociadas a la práctica del ejercicio físico podrían mencionarse aspectos tanto de orden físico, como psicológico y social (González et al, 2005; Lago, 2005; Romero, 2003). Sin embargo, los seres humanos, así como también otras formas de animales inferiores, tienden a reducir su actividad física conforme envejecen (Willmore y Costill, 2004), modificando su estilo de vida y afectando consecuentemente su calidad. Se argumenta que más del 70% de los efectos adversos asociados al envejecimiento se deben al sedentarismo y que quienes realizan ejercicio físico son menos propensos a los efectos de la hipoquinesis, tienen mejor calidad de vidayson individuos más longevos. El ejercicio físico se presenta como una medicina que no solo previene enfermedades, sino que también promueve alivio y bienestar a las personas que aquejan males crónicos cardiovasculares o con síndromes metabólicos, entre otros (Franklin, 2010).
Siguiendo los argumentos de Shinagel y North, nadie nace líder, por lo que en teoría cualquier persona puede desarrollar las habilidades y destrezas necesarias para convertirse en un buen líder (Granados, 2014). Sobre esta misma línea argumentativa, es ideal que los líderes pertenezcan al grupo que lideran, que comparten los patrones culturales y significados que caracterizan la subcultura del grupo (Quijano, 2003). De manera que la idea de formar líderes entre los seres adultos mayores que asisten a los CD, se convierte en una idea fuerza que pretende empoderar a la persona adulta mayor en materia de control sobre su propio estilo de vida.
En el contexto escolar Sun y Leithwood (2012) hacen referencia a una serie de estudios donde se evidencia el impacto del liderazgo de quienes dirigen los centros educativos (Leithwood y Jantzi 2005; Leithwood, Tomlinson y Genge, 1996; Sun y Leithwood, 2012). Por ejemplo, en un estudio metanalítico realizado por Chin (2007), se reportaron efectos importantes del liderazgo transformacional sobre el logro académico de sus estudiantes(efecto medio de 0.49). También, los trabajos realizados por Dumdum, Lowe y Avolio (2002), Judge y Piccolo (2004), Lowe, Kroeck y Sivasubramaniam (1996), sugieren efectos positivos del liderazgo transformacional sobre una amplia variedad de aspectosa nivel de las organizaciones.
En general, la evidencia apunta a que la participación de líderes, independientemente del grupo que se trate, promoverá cambios positivos en las personas involucradas. De manera que, síse capacita a personas adultas mayores, para quepueden orientar intervenciones basadas en la actividad física con otros adultos mayores, los resultados podrían estar asociados a cambios integrales positivos dentro la subcultura del CD, tanto en el campo fisiológico funcional, como en los componentes psicológicos y sociales.
Metodología
Tipo de estudio
Esta investigación se clasifica como de tipo cuasi experimental y de carácter mixto (Kerlinger, 1988). Se capacitó a tres personas adultas mayores para que lideraran un proceso de intervención basado en la actividad física en un CD.
Participantes
Se trabajó con un grupo de 7hombres entre los 65 y los 91 años (x =79.43± 8.02) y 29 mujeres entre los 65 y los 100 años (x =85 años, ± 9.38). Se capacitó a 3 adultos mayores para que asumieran el rol de líderes en materia de promoción de estilos de vida saludables mediante la actividad física en un CD. El nivel socioeconómico de los integrantes del centro es medio bajo con ingresos que van desde los 5.000 a los 225.000 colones por pensión y ayuda familiar. Estas personas asisten de lunes a viernes desde las 7:30 de mañana, hasta las 4 de la tarde, cuando son trasladados nuevamente a sus respectivas casas.
Instrumentos y materiales
Cuestionarios para evaluar la capacidad física percibida (CFP) y confianza en la autopresentación física (CAPF). La sub-escala de CFP presenta 10 ítems para evaluar la capacidad física percibida en realizar tareas físicas y la sub-escala de CAPF posee 12 ítems para evaluar la confianza en la presentación de habilidades físicas, cada uno de los ítems se evalúa de acuerdo con una escala de 6 puntos, variando de 1 (difiero totalmente) a 6 (concuerdo totalmente) (Ryckman, Robbins, Thornton y Cantrell, 1982). Para ambas sub-escalas se reportan coeficientes de confiabilidad y validez que oscilan entre 0,76 y0,42 (alfa de Cronbach). En cuanto a la validez se reporta una correlación de Pearson de 0.40 con la escala PSES (McAuley y Gill, 1983). Consistente con los valores anteriores, Lox, McAuley y Tucker (1995) reportaron medidas de consistencia interna para ambos instrumentos, en un rango que oscila entre 0.78 y 0.99.
Cuestionario internacional de actividad física (IPAQ). Versión 8 de forma larga, constituido por escalas dicotómicas (sí o no) y de información general sobre la actividad física semanal que llevan al sujeto a seguir instrucciones dependiendo de las respuestas registradas. Este es un instrumento fiable y válido internacionalmente para medir la actividad física en personas adultas mayores. Se reportan coeficientes de consistencia interna que oscilan entre 0.81 y 0.89 (alfa de Cronbach) y una validez mediana o moderada alrededor de r = 0.33 (Cray et al., 2003; Deng et al. 2008).
Entrevista de grupo focal. Esta se realizó por el investigador a partir de un cuestionario de 10 preguntas, fue grabada y trascrita al final de las 8 semanas de la intervención de las personas adultasmayores que lideraron el proceso de intervención. Esta entrevista se hizo con los líderes y la totalidad de participantes, con el objetivo de obtener información cualitativa sobre la forma en que se experimentó la incorporación del ejercicio físico a su rutina de vida diaria y a los efectos experimentados.
Procedimiento
Una vez definidos los líderes por la dirigencia del centro diurno, el investigador y un especialista en el campo del liderazgo les informó de los objetivos de la investigación, se realizó un diagnóstico básico del estado físico y emocional de todas las personas participantes por medio de los cuestionarios Internacional de actividad física (IPAQ), Capacidad física percibida (CFP) y Confianza en la auto-presentación física (CAAF).
Se procedió en tres fases: en la fase 1 se capacitaron las tres personas adultas mayores que asumirían el rol de líderes. Se trabajó en 3 módulos: liderazgo, ejercicio físico, respuesta fisiológica al ejercicio físico y socialización. Este proceso se llevó a cabo durante 8 sesiones, 2 veces por semana, durante 2 horas cada vez, completando un total de 16 horas teóricoprácticas. En la fase 2 se involucró a las personas adultas mayores líderes en el centro diurno, para que introdujeran la actividad física a sus compañeros durante 8 semanas de lunes a viernes de 10 a 30 minutos. En la fase 3 se evaluó el resultado de la intervención mediante la aplicación de cuestionarios y de una entrevista de grupo focal.
Análisis estadístico
Se trabajó con análisis descriptivos e inferenciales, para lo cual se contó con el paquete estadístico PASW versión 18.0; específicamente, los datos obtenidos del IPAQ, del CFP y el CAAP se analizaron con una prueba t-student para muestras relacionadas. La información recopilada por medio del grupo focal fue transcrita y ordenada según el orden de las preguntas de la entrevista.
Resultados
En la Tabla 1 se resumen todas las variables medidas así como los resultados obtenidos de estas mismas en la investigación en el centro diurno.
Únicamente en el caso de la actividad física durante el tiempo libre, los valores pos fueron significativamente superiores a los valores pre (t = -3,45; p = 0.002).No se registraron cambios significativos en las variables: capacidad física percibida (t = -1,25; p = 0.219), confianza en la autopresentacón física (t = -0.159; p = 0.875), actividad física en el trabajo (solamente 3 participantes del grupo trabajaban, razón por la cual no se realizó un análisis inferencial a estos datos). Un análisis de caso efectuado a esas personas participantes mostró que no hubo cambios en la actividad física en el trabajo al inicio del tratamiento, comparado con la misma actividad al final de este), actividad física como medio de transporte (t = -1.57; p = 0.126), actividad física en las tareas de la casa (t = -1.56; p = 0.127) y actividad física en el tiempo sentado (t = -3,45; p = 0.002).
Entrevista de grupo focal
En la Tabla 2 se resumen las opiniones de manera general de la totalidad de participantes, pregunta por pregunta, del trabajo realizado por sus líderes grupales en el Centro Diurno para el Adulto Mayor de Belén.
Los resultados derivados de la entrevista de grupo focal mostraron que realizar actividad física diariamente les producebeneficiosintegrales a las personas adultas mayores, es decir, las encuestas reportaron sensación de bienestar enla dimensiónfísica, social y psicológica. Por otro lado,el liderazgo asumido por los compañeros adultos mayores es bien aceptado y respetado por el grupo.El interés mostrado por cada uno de los participantes del CD, se evidenció en expresiones de aprobación y reconocimiento de las sensaciones positivas asociadas al ejercicio físico.
Discusión
El propósito de este estudio fue valorar el impacto de personas líderes adultas mayores en la modificación de los estilos de vida de congéneres en centros diurnos. En general, la capacidad física autopercibida por parte de las personas adultas mayores no mejoró ni tampoco la confianza en la autopresentación física, de acuerdo con los resultados estadísticos obtenidos enla investigación. Según el IPAQ, solo la actividad física en la escala del tiempo libre mejoró significativamente, esto significa que los hábitos de la persona adulta mayor se vieron modificados en lo tocante a este apartado (tabla 1), lo cual evidencia un impacto importante en la reestructuración del estilo de vida de las personas adultas mayores del centro. De alguna manera, la influencia de la nueva dinámica generada en el CD ha promovido un estilo de vida en el grupo más dinámico, al menos en el tiempo libre de la población en el estudio. Congruente con estos resultados, las personas adultas mayores perciben que los compañeros y compañeras líderes les impulsan y motivan a realizar actividad física diariamente.
El liderazgo no solo motiva y argumenta, sino que también ejemplifica, por lo que el impacto de su mensaje es mucho mayor (Quijano, 2003; Shinagel y North, 2014). El hecho de tener a una persona igual al frente estimulándoles para realizar ejercicio físico y movimiento, representa una condición que modifica la dinámica de la subcultura del CD, al menos en esta dimensión. Asociado a esta nueva dinámica, sería cuestión de poco tiempo para que se dieran resultados significativos en la dimensión físico-orgánica (Salinas, Bello, Flores, Carbullanca y Torres, 2005). Aunque en el caso de la persona adulta mayor y de manera general en el ser humano se pueden lograr resultados positivos a corto plazo producto del ejercicio físico (Brizuela y Brenes, 2006; Leutholtz y Ripoll, 2000). Así también, las personas adultas mayores reportan sentirse más relajadas y con energía, efectos que también podrían asociarse al ejercicio físico (Gutiérrez, 1995; Timiras, 1997). En este sentido, muchos estudios reportan el impacto del ejercicio físico en el estado de ánimo, la sensación de relajación y el aumento de energía (vigor) (Barrios, Borges y Cardoso, 2003).
También, los resultados del grupo focal permiten inferir una nueva dinámica en el CD, en términos de apoyo social. El hecho de relacionarse y apoyarse mutuamente como sucede durante las sesiones de actividad física, representa un escenario ideal para el intercambio socio emocional (Bonvillani, 2003; Dosil, 2004), aspecto fundamental en la salud de las personas (Kligman, Hewitt y Crowell, 1999). El apoyo social es considerado uno de los mecanismos de afrontamiento por excelencia en el logro de una buena calidad de vida (Bonvillani, 2003). Asimismo, se hace una valoración positiva de los compañeros y compañeras líderes, especialmente por considerárseles del propio grupo, lo que permite generar una mayor familiaridad entre sí.
Por otro lado, en opinión propia de la población adulta mayor del CDAMB, las personas adultas mayores líderes tienen una mayor capacidad para entender lo que su grupo piensa y siente al ser compañeros y compañeras de la institución. De alguna manera, hay una mayor identificación de líderes y grupo, debido a que están en una misma condición. Diversos estudios señalan como una cualidad fundamental de liderazgo, la capacidad de entender e interpretar el sentir de los miembros del grupo. Sin duda alguna, como guía, una persona que dirige y motiva juega un rol fundamental (Quijano, 2003). La intervención positiva de personas líderes adultas mayores se evidenció en algunas afirmaciones que dejan ver cómo se modificaron los hábitos relacionados con el ejercicio físico, incluso en la casa durante lo que podría denominarse tiempo libre, es decir, tiempo fuera del CD (tabla 2). El ejercicio, al asociarse con bienestar global aumenta la probabilidad de que se convierta en hábito (Willmore y Costill, 2004), lo que contribuye a mejorar la calidad de vida del adulto mayor. Finalmente, el ejercicio físico se reportó como un recurso para aliviar el dolor, lo cual representa un elemento más de bienestar y calidad de vida. Congruente con estas afirmaciones, estudios realizados por Heath (2000), Méndez y Fernández (2005) reportan efectos positivos del ejercicio sobre las posibles limitaciones funcionales asociadas al paso de la edad, sobre el bienestar y la calidad de vida en general.
Conclusión
Las personas adultas mayores que fueron capacitadas para asumiren el rol de líderes, para que promovieran cambios en la subcultura del CD ayudaron a que la dinámica del centro fuese modificada. Se introdujo la actividad física como elemento central en el estilo de vida de las personas adultas mayores, aunque los resultados desde el punto de vista fisiológico funcional, en general,no mostraron cambios significativos, la dimensión psico-social, tal y como se desprende de las afirmaciones recopiladas producto del grupo focal, evidenció modificaciones importantes. Las personas adultas mayores se manifiestan a favor del ejercicio físico, destacándolo como un recurso que genera bienestar, llena de energía, alivia el dolor y permite el intercambio y apoyo social. La capacitación de personas adultas mayores para que funjan como promotoras de estilos de vida saludable a partir de la actividad física con sus propios compañeros y compañeras, se presenta como una opción viable, sencilla y sostenible, para mejorar la calidad de vida de esta población que asiste a los CD.