En la sociedad actual existe cada vez una mayor preocupación hacia los sujetos jóvenes en cuanto a su futuro se refiere. De esta forma, en décadas anteriores, llegar a los 18 años ocasionaba una doble perspectiva: por un lado, se situaban aquellos grupos de jóvenes que pretendían seguir su periodo formativo; mientras que el resto sesumergía en el contexto laboral. Actualmente, esta situación es una quimera, pues el lugar donde se contextualiza este trabajo sufre una importante carencia de empleo (Blanco, Mercado y Prado, 2012; Martínez y Zurita, 2014; Ruesga, Martín y Pérez, 2010; Viñuela-Jiménez, Rubiera-Morollón y Cueto, 2010), motivada por la crisis que está afectando a la población mundial, por lo que, ante la escasez de empleo, la juventud decide seguir formándose con estudios de tipo universitario.
En este sentido y siguiendo la afirmación plasmada por Martínez y Zurita (2014), deberíamos indicar que la orientación educativa es un elemento clave e indispensable dentro del contexto de la educación, puesto que es donde los grupos de estudiantes deberían aprender y adquirir los conocimientos de qué hacer y realizar en etapas posteriores, ya sea a corto o medio plazo, si bien es cierto que no siempre estas poblaciones reciben las nociones adecuadas, pues existe una descoordinación entre los centros de enseñanzas medias y los de enseñanza superior (Cepero, 2009; Domínguez, Álvarez y López, 2013; Llosa, Acin, Cragnolino y Lorenzatti, 2012). Lo que viene a decirnos, quela orientación no es solamente una guía conductora sino que sirve para que la persona se conozca así misma e identifique el mundo que la rodea, actuando en calidad ciudadana responsable, motivada y productiva no solo en una sociedad laboral sino también en su contexto personal, como señalan Mantero (2010) y Martínez y Zurita (2014).
Las diversas opciones para elegir una titulación, rama de conocimiento o inserción al mercado laboral vienen propiciadas por la toma de decisión que tenga la persona, de esta manera, Bisquerra (1992, p. 16, basándose en Spokane y Oliver, 1983), mencionan: "No puede haber ningún tema ... más bello que la cuestión de qué le gustaría ser a un hombre y en qué ocupación debería comprometerse y hasta dónde debería perseguir este objetivo tanto en la juventud como en la madurez", destacando un elemento esencial en esa definición que es la vocación, esta se encuentra postulada en numerosas teorías como revisa Martínez-Martínez (2013) en su trabajo de investigación.
Cuando se pretende ver la influencia que van a tener los intereses en la elección vocacional hay que ver dicha diferencia. Acuña Hernández (2004) que los intereses expresados son aquellos que hacen referencia a cuestiones ocupacionales específicas del tipo: ¿en qué profesión concreta te gustaría trabajar?, ¿qué carrera universitaria te gustaría estudiar cuando acabes el bachillerato? Martín-Moreno (1996) diferencia entre intereses intrínsecos (vivencial, vocacional y profesional) y extrínsecos (circunstanciales y fácilmente modificables), por tanto, se aprecia que la temática es bastante importante.
Son numerosos los estudios que han descrito las opciones universitarias, pero casi siempre desde el ámbito del bachillerato (Cortés y Conchado, 2012; Santana, Feliciano y Jiménez, 2012), otros autores como Pérez, Cupani y Beltramino (2004) incluyen en sus estudios intereses y habilidades de una persona, por un lado, y los factores inherentes a su ambiente, por el otro. También Vence, Palomares y Sánchez (2000, en Cepero, 2009) y Villanueva y Sorribes (1995) citan parámetros de tipo social, biológico o económico, partiendo de los señalado en el RD 1892/2008 1 , que regula la forma de acceso a estudios superiores universitarios y que plantea tres vías, aunque casi todos los estudios, como se ha señalado con anterioridad, se fundamentan en el acceso desde bachillerato.
Estudios como los de Cepero (2009) sobre el contexto vocacional, Lorente, et al. (2011) que indican la importancia de la posterior salida profesional tras la realización de la titulación o los de Gallo, González y Salinero (2010) y Cordón, Cordón y García (2012) que exponen sobre la motivación de elección o el estudio de Lorenzo-Moledo, Argos, Hernández y Vera (2014) que citan las formas de acceso a la universidad teniendo en cuenta las diversas opciones, constituyen trabajos encaminados a dar respuesta a las posibilidades de éxito y limitaciones, planteando un elemento esencial que es la conexión entre los estudios secundarios postobligatorios y los universitarios.
En el presente estudio se consideró importante verificar la influencia de las calificaciones y el género en la elección de los estudios universitarios con limitación o sin esta del próximo curso, dada la escasez de estudios que aglutinaban de forma conjunta a estudiantes de bachillerato y ciclos formativos 2 , la finalidad era constatar si la nota media y el género establecían patrones de posible acceso a estudios superiores. El presente estudio nos aporta cifras sobre lo que acontece en sujetos de 17 a 30 años en cuanto a la decisión académica de futuro inmediato. Los objetivos planteados son:
Determinar las titulaciones más demandadas tanto con cómo sin limitación de alumnos de último curso de Granada así como describir las características académicas y sociodemográficas.
Evaluar la influencia que tienen las calificaciones académicas, rama de estudios y de género en la elección de titulación con limitación o sin esta.
Método
El estudio presentó un diseño metodológico de carácter exploratorio, cuantitativo, descriptivo y de tipo transversal.
Muestra
En este trabajo de investigación se parte de una población general de 6.132 estudiantes que se encontraban cursando el último curso de las enseñanzas medias de la ciudad de Granada (España), para establecer una muestra representativa (error al 0,02; I.C=95,5%), se emplearon técnicas de estratificación y proporcionalidad, considerándose tipo de rama académica (ciclos formativos y bachillerato) y sexo (hombres-mujeres). Un total de 1.164 estudiantes participaron en este trabajo, con un rango de edad de 17 a 30 años (M=18,24 años; DT= 1,258), y se obtuvo un error muestral del 0,02 en el total de la muestra y por estratos del 0,03 para bachillerato y 0,04 para ciclos formativos. El estudio cumplió con las normas éticas del Comité de Investigación y Declaración de Helsinki de 1975. Se contó en todos los casos con el consentimiento informado de participantes y se respetó el resguardo a la confidencialidad.
Variables e instrumentos
Esta investigación tomó como referencia las siguientes variables e instrumentos de medida:
Rama de estudio, categorizado en bachillerato y ciclos formativos.
Género, según fuese masculino o femenino.
Nota media, estructurado en tres niveles: aprobado (5 a 6,9), notable (7 a 8,9) y sobresaliente (9 a 10).
Titulación de elección con limitación o sin esta, para obtener la información en la población sobre las preferencias profesionales se utilizó el cuestionario de Intereses académicos profesionales (CIBAP) de Hernández (2004), concretamente lo referente a áreas vocacionales: estudios y profesiones. Este instrumento consta de 19 cuestiones referidas a la descripción de estudios universitarios, ciclos formativos y profesiones, solicita valorar el grado de interés, determinado a través de una escala Likert de cinco opciones (A= Rechazo; B= No me gusta; C=Me es indiferente o tengo dudas; D= Me gusta bastante y E= Es de mis preferidas). En función de lo planteado por Martínez-Martínez (2013) se desarrolla el ámbito de conocimiento de la titulación universitaria a elegir en el próximo curso tanto con la posibilidad de elección sin limitación (económica, familiar o económica) como con limitación, para ello y siguiendo las opciones de titulaciones universitarias se plantearon las siguientes especialidades (arqueología, arquitectura, bellas artes, biología, ciencias ambientales, ciencias del trabajo, ciencias políticas, comunicación audiovisual, criminología, derecho, económicas, empresariales, enfermería, farmacia, filología, filosofía, física-química, fisioterapia, inef, informática, ingeniería, literatura, logopeda, magisterio, matemáticas, medicina, militar, música, odontología, óptica, pedagogía, periodismo, psicología, trabajo social, traductores, turismo, veterinaria, y otras).
Procedimiento
Para la recogida de los datos se contactó, a través de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad de Granada, la totalidad de centros educativos que impartían docencia en bachillerato o ciclos formativos. A aquellos centros que dieron su autorización se les informó del protocolo de recogida de datos y se adjuntó una carta de consentimiento para las personas responsables de estudiantes que no alcanzaban la mayoría de edad, a mayores de edad se les pidió su propio consentimiento.
Los investigadores e investigadoras se hallaron presentes durante la recogida de datos informando ante cualquier duda que pudiese surgir, se debe destacar que latoma de datos se desarrolló sin ningún tipo de problema o anormalidad a reseñar y que se eliminaron 274 encuestas por no encontrarse completas en sus respuestas.
Para el análisis de los datos se utilizó el programa estadístico software SPSS 20.0., mediante la utilización de descriptivos y tablas de contingencia para establecer las diferencias entre las distintas variables: género, rama académica, nota media o titulación con limitación o sin esta.
Resultados
Comenzando el análisis descriptivo de 1.164 participantes, respecto a las variables seleccionadas, se constata que 488 (41,9%) jóvenes eran varones y 676 (58,1%) eran féminas, la mayor parte se encontraban estudiando bachillerato (58,6%; n=682), y el resto 482 (41,4%) cursaba ciclos formativos de grado superior, asimismo en lo que respecta a los parámetros de tipo académico, más de la mitad de participantes (51,7%; n=602) tenía notable, seguido de un 34,5% (n=401) aprobado y, por último, únicamente un 13,8% (n=161) obtuvo calificación de sobresaliente.
Con respecto al alumnado y la opción de sin limitación de tipo económica, de nota o familiar para cursar una titulación universitaria, eligen estudiar más que cuando se presenta alguna limitación (89,2%; n=1038 frente al 83%; n=966); asimismo para este estudio se escogen las diez especializadas más valoradas por los grupos estudiantiles, destacando la similitud entre titulaciones, excepto la fisioterapia (2,9%; n=34) sin limitación y biología (2,6%; n=30) con limitación que son las que cambian; en cuanto a la preferencia de titulación universitaria sin limitación, las preferidas son, en este orden: magisterio (11,2%; n=130), medicina (9,2%; n=107) e ingeniería (8,8%; n=103), en el caso de tener algún condicionante de tipo económico, nota de corte o familiar (con limitación), las tres especialidades universitarias con mayor demanda son las siguientes: magisterio (12,5%; n=145), ingeniería (7,6%; n=88) y enfermería (6,4%; n=75) (ver Tabla 1).
Al establecer las relaciones entre las variables de tipo género, con la rama de estudios, calificación media y elección de especialidad universitaria (Tabla 2), en todos los casos los análisis estadísticos fijaron diferencias estadísticamente significativas (p≤.005**), ellos son mayoría en los ciclos formativos (44,9% frente al 38,9%), mientras las participantes femeninas están más matriculadas en bachillerato (61,1% frente al 55,1%).
En lo que se refiere a las calificaciones medias debemos puntualizar cómo los participantes masculinos obtienen más aprobados que las estudiantes femeninas (39,1% frente al 31,1%), esta tendencia cambia en la calificación de notable (54,6% en chicas y 47,7% para chicos), y en la nota de sobresaliente los resultados son similares.
En las participantes femeninas existe una predominancia hacia ciertas titulaciones sin limitación más que en los hombres, de esta forma en estudios de medicina, magisterio, enfermería o psicología los porcentajes son mayores, situación que se invierte en carreras como las de informática, INEF o ingeniería, donde los varones puntúan mucho más alto que las alumnas; en el resto de carreras (económicas, derecho y fisioterapia) los valores son idénticos, en lo que refiere a la elección de una titulación con limitaciones económicas, de nota o familiar, cambiando únicamente el grado de biología, más demandado por ellas.
En cuanto a la rama y su relación con las notas académicas y las elecciones de titulaciones con limitación o sin esta, se establecieron diferencias estadísticamente significativas (p≤.005**) en todos los casos como se aprecia en la Tabla 3. De esta forma, en la nota de aprobado, los grupos participantes de bachillerato (41,2%) sacan más alto porcentaje que los de ciclos formativos (24,9%), mientras que en notable y sobresaliente, los de ciclos formativos tienen mayor porcentaje que los de bachillerato. Asimismo, en los procedentes de ciclos formativos existe una predominancia hacia ciertas titulaciones sin limitación más que los de bachillerato, de esta forma en estudios de enfermería e ingeniería se produce este hecho, asimismo en alumnos y alumnas que están en bachillerato los porcentajes son mayores, en carreras como derecho o INEF; en el resto de carreras (económicas, medicina, magisterio, psicología, informática y fisioterapia) los valores son idénticos; esta tendencia cambia ligeramente en las con limitación, donde el alumnado de ciclos formativos puntúan de manera más alta la titulación de enfermería, por el contrario el de segundo de bachillerato valora más las titulaciones de medicina, derecho e INEF. En el resto de titulaciones universitarias los datos se mantuvieron uniformes.
Para finalizar se detectó igualmente falta de correspondencia entre las calificaciones y la elección de titulación (p≤.005**) como se desprende de las cifras en la Tabla 4, de esta manera entre los grupos estudiantiles que pretendían cursar el próximo año una titulación sin ningún tipo de condicionante, los que obtienen aprobado se decantaron mayoritariamente por las titulaciones de magisterio (44,6%), derecho (58,1%), INEF (54,4%) y psicología (52,7%), asimismo los que tenían calificaciones de notable, preferían los grados de medicina (50,5%), magisterio (45,4%), enfermería (67,1%), fisioterapia (44,4%), económicas (53,2%), informática (68,4%) e ingeniería (49,5%) y entre los que tenían sobresaliente, preferían estudiar medicina (35,5%) y fisioterapia (27,8%).
En cuanto a las calificaciones de participantes y la elección de titulación que pretendían cursar el próximo año con algún tipo de limitación (nota media, económicas, etc.), se generó gran disparidad de cifras. De esta forma, estudiantes con aprobado querían estudiar las titulaciones de derecho (54,1%) e INEF (54,4%), puntualizar que los grados de magisterio (46,2% y 46,9%) y psicología (47,2% y 49,1%) plantearon datos similares entre aprobado y notable, entre estos últimos también tenemos los grados de enfermería (66,7%), biología (63,3%), económicas (55,8%), informática (69%) e ingeniería (51,1%). Entre los quienes tenían sobresaliente, se decantaban claramente por estudiar medicina (50%).
Discusión
Las 1.164 personas participantes de último curso de bachillerato y ciclos formativos de grado superior analizadas en este trabajo, con proporciones homogéneas por género, tienen las mismas características encontradas en otros estudios realizados en la geografía española (Cepero, 2009; Naranjo, 1993; Rodríguez-Moreno, Delgado, Estruch, Quero y Riart 1986; Sanjuán, 2010; Toscano, 2004) e incluso se señala la importancia de publicaciones de esta índole (Capilla, 2009; Castilla, 2003) y que estos se realicen desde las perspectiva de la institución educativa. Una gran parte de la muestra recogida provenía de bachillerato mientras que de los ciclos formativos se encontró un alto absentismo de contestación hacía las preguntas realizadas, esto concuerda con lo reportado por Toscano (2004) que matiza que entre estudiantes de bachillerato todo lo relacionado con conocer el futuro de demandas universitarias, tutoriales y de organización les crea numerosas atenciones; sin embargo, en el contexto de los ciclos formativos estas expectativas no son tan altas, por lo que en ocasiones deciden no acudir a encuestas de esta índole.
La mayoría de participantes de esta investigación obtuvo calificaciones medias de notable, si bien estas cifras están en desacuerdo con lo reportado en el último Informe 2012 (OCDE, 2013) que destacaba que España se encuentra en los últimos lugares del contexto mundial de los países desarrollados en rendimiento académico, y los datos señalaron que la opción de continuar estudios universitarios superiores sin limitación de tipo económica, de nota o familiar eran mayoritarios a cuando existía algún tipo de limitación.
Entre las titulaciones con mayor demanda se indican los grados de magisterio, medicina e ingeniería, siempre y cuando no existiese ningún tipo de condicionante económico, nota de corte o familiar, y en el caso de existir alguna limitación, eran las anteriormente citadas con el cambio de enfermería por medicina. Entendemos que los sujetos analizados se postulan en tres ámbitos del conocimiento como son las ciencias sociales(magisterio), técnicas (ingeniería) y ciencias de la salud (medicina y enfermería), lo que corrobora que el aspecto vocacional es esencial a la hora de elegir estudios superiores (Cepero, 2009; Martínez-Rodríguez y Carmona, 2010), asimismo esta afirmación es aún más patente en el contexto de las ciencias de la salud, pues cuando no existe limitación el alumnado pretende estudiar medicina, sin embargo, al existir problemas de calificaciones estos incluyen la titulación de enfermería, si bien el campo del saber es el mismo. Asimismo, el orientarse a estos grados universitarios o carreras parece ser porque están entre las mejor remuneradas y es el principal aspecto extrínseco (Elejabeitia, 1995; Serrano, Montañés y La Torre, 1999) y es, como puntualiza García-Sedeño (2002), una visión de la formación dirigida hacia el resultado como un medio para conseguir una meta.
Por tanto, las titulaciones de índole sanitario (Lora-López, 2008), unidas a las ingenierías (Fernández y Vaquero, 2006) suelen ser de las más solicitadas por las expectativas futuras que plantean así como porque popularmente han tenido bastante prestigio social. También debemos hacernos eco de las manifestaciones que realiza Gordaliza (2010) cuando indica que en estos últimos años las titulaciones derivadas del ámbito de las facultades de ciencias se ven mermadas en el número de alumnado a consecuencia del descrédito que tienen en la actualidad las titulaciones de ciencias (matemáticas, física, química, etc.).
Los varones son mayoría en los ciclos formativos y obtienen un mayor número de aprobados que las participantes femeninas que se encuentran sobretodo matriculadas en bachillerato y tienen mayor número de notables. Numerosas investigaciones (Alonso, 2009; Cepero, 1997; Mosteiro y Méndez, 1998; Parra y Oliva, 2002; Rivas, 1998) indican que la elección y aspiraciones académicas de adolescentes parecen estar condicionadas de forma importante por los estereotipos de género existentes en nuestra sociedad.
En las participantes femeninas existe una predominancia hacía las titulaciones de medicina, magisterio, enfermería o psicología, mientras los varones se decantan por la informática, INEF o ingeniería. Estos datos denotan que entre las mujeres priman áreas vocacionales de sanidad y enseñanza. La vocación va encaminada hacía estas opciones, e intuimos que esta situación viene determinada por dos factores: por un lado, los parámetros laborales, ya que ambas opciones desencadenan en numerosas opciones académicas y laborales; y por otra parte, la predisposición a dedicarse a la atención y al servicio de los demás como señalan Alonso (2009); Barra (2002); Sadurní y Rostan (2004).
En cuanto a las notas con las que acceden a último curso, la mitad de participantes tenía una calificación de notable y un alto porcentaje de aprobado, lo que denota que a mayor curso académico las calificaciones parecen ir mejorando. Entendemos que este hecho viene propiciado porque en estos cursos la enseñanza no es obligatoria, por lo que la mayor parte del alumnado ha escogido libremente la opción de estudiar y esto repercute de una manera favorable en el rendimiento académico. de la Fuente y Justicia (2001) y Herrera, Nieto, Rodríguez y Sánchez (1999) señalan que las alumnas presentan mejores niveles de motivación académica en general, sobre todo en las etapas anteriores al acceso a la universidad, estando más motivadas para mantener una conducta de estudio.
En el estudiantado de último curso de ciclos formativos existe una predominancia hacia lastitulaciones de enfermería e ingeniería, mientras que en el alumnado de bachillerato se postulan más en carreras como derecho o INEF; en el resto de grados (económicas, medicina, magisterio, psicología, informática y fisioterapia/biología) los valores son idénticos.
Asimismo se debe señalar que tradicionalmente se ha observado la existencia de ciertas titulaciones donde las notas de corte eran bastante altas como medicina o fisioterapia, los motivos e intenciones de elección de la titulación son los que señalan Martínez, Gimeno y Rocabert (1998) en Cepero (2009); Fernández-Poncela (2000) o León y Gambara (2005) que manifiestan tener un buen sueldo para mantener a la familia y la economía del hogar o tener buenos salarios, esto concuerda con lo que sucede en estudiantes de nuestro estudio donde los que tenían notas medias más altas querían estudiar medicina, mientras que las titulaciones de magisterio, derecho e INEF eran su mayoría demandadas por estudiantes con aprobado de nota media. A este respecto en enseñanzas de ciencias sociales y según la tipología de estudiantes que piensa acceder a estos grados las calificaciones son inferiores como citan Langa (2003) y Prieto-Zurita (2010), del mismo modo las de mejor puntuación vienen condicionadas a ser exclusivas del bloque de salud (medicina, fisioterapia, enfermería,...). En referencia a esto, Castro (1998) expone que los grupos adolescentes eligen una profesión o titulación para su realización personal, y no solo como medio de subsistencia, por lo que tanto, en las opciones biomédicas como técnicas existe un aumento de personas con tradición de estudios superiores universitarios.
Los datos y valores arrojados en este estudio son parecidos entre la elección con limitación o sin esta, por lo que se pone de manifiesto que en los estudiantes prima la vocación frente al interés profesional (Martínez-Martínez, 2013).
Para finalizar, debemos señalar que como en todo estudio se presentan una serie de limitaciones, en este han venido producidas porque una parte considerable de estudiantes de ciclos formativos rehusaron la realización de este estudio, del mismo modo también podríamos haber incluido cuestiones hacia los padres y madres para constatar si la información recogida era la veraz y tener en cuenta algunos supuestos como abandono en los últimos cursos y motivos de este.
Conclusiones
Como principales conclusiones de este estudio extraemos que las titulaciones de medicina, magisterio e ingenierías son las más demandadas sin limitación mientras que con limitación cambia medicina por enfermería; asimismo el alumnado de último curso de Granada tenía una nota media de notable, los varones se decantan más por los ciclos formativos, presentando peores calificaciones, y las mujeres prefieren el bachillerato, con notas medias ligeramente superiores como ha quedado reflejado en el estudio, del mismo modo queda constatada la influencia que tienen las calificaciones académicas, la rama de estudios y el género en la elección de titulación con limitación o sin tal, así ellas se postulan por carreras de carácter más altruista en grados de ciencias de la salud y sociales y con notas más altas mientras que los estudiantes masculinos prefieren titulaciones más técnicas y con peores calificaciones.
Este tipo de estudio pone de manifiesto la necesidad de involucrar la figura del orientador u orientadora como aspecto esencial en el estudiantado para su devenir formativo y laboral futuro.